lunes, 2 de agosto de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com LUNES 02/08/2021





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TITULARES DE HOY
02/08/2021

SOLEDAD MORILLO BELLOSO: EL LIDERAZGO NO ES PARA CUALQUIERA

En medio del mar de pasiones sanas e insanas en el estamos nadando, siempre es bueno apuntar que odiar es darle demasiada importancia a ese que nos perjudica. Es preferible desarrollar la musculatura de la indiferencia. Esa cobertura  que permite que nos resbalen las necedades que nos dicen quienes buscan insultarnos. Hay que dejarlos ahí, boqueando, sin oxígeno. 

El país ha vivido por estos días una inusitada y sabrosísima alegría. Los atletas olímpicos venezolanos nos ha regalado esa maravilla de sentir que el corazón se nos salía por la boca, que el tricolor ondea dentro nuestro, que nadie por mucha idiotez que dijera podía borrarnos la sonrisa. Sí, escuchamos el himno nacional y no nos sonó a cancioncita barata que algunos cantan como relleno en actos sin pompa. Y quienes eso no han sentido por estos días, pues por esos hay que sentir lástima. Y dejar que sus comentarios idiotas se deslicen por nuestro ánimo convertido en sartén de teflón. 

El domingo pasado comenzó pintado de felicidad. Estábamos ciertamente con los músculos risorios prestos para un severo ataque de  gozo. Ya habíamos saboreado durante la semana la dulce gloria con los éxitos de unos  espléndidos jóvenes a quienes a pesar a miles de kilómetros de distancia sentíamos conciudadanos muy cercanos. Las calles de Venezuela y de muchas ciudades del mundo se poblaron de los fantásticos gritos que se escapaban de las casas de millones que supimos ser lo que mejor sabemos ser: venezolanos. Y quienes trataron de apropiarse de méritos ajenos y empañar nuestra alegría, se quedaron con los crespos hechos.

Lo que estos muchachos nos han dado no hay cómo tasarlo. Ni medirlo. Ni adjetivarlo. Quizás lo necesitábamos, desesperadamente. Para sentirnos vivos, para entender que las adversidades no son escollos insuperables. Para metabolizar que no hay que ir al mercado de otras plazas emocionales  a procurar esa fuerza que tenemos por dentro.

Por estos días he tenido el placer de entablar franca (y descarnada) tertulia con venezolanos brillantes y valiosos que me honran con su amistad y cariño. Han sido palabreos difíciles e intensos con personas  extremadamente bien preparadas y que aman a nuestro país con toda su alma. La vida cotidiana es muy dura en Venezuela. Que nadie crea lo contrario. Que nadie se atreva a pretender decir que exageramos.  Pero a pesar del chorro de tonterías y simplezas que uno escucha a diario, de tirios y troyanos, hay que quitarse las lagañas  para poder ver el país que no tenemos ahora pero que sí podemos tener. En el futuro. En eso hay que pensar. Por eso, por ese mañana, para tenerlo, hay que trabajar hoy. Y aunque hoy no consigamos verlo con diafanidad, porque el aire está enrarecido, hay con qué y hay con quiénes. 

Si resulta que los liderazgos que aspiran a recibir nuestra confianza no logran hacer méritos para ocupar esas posiciones de liderazgo, si sentimos que no están dando la talla, si están ciegos, agotados, si sentimos que han llegado al límite de su capacidad o ya no tienen ideas creativas,  pues nos quedan dos caminos: o les exigimos mejor desempeño y los ayudamos con desprendimiento, o los descartamos, entendiendo bien que si eso hacemos estaremos a la deriva. 

El liderazgo, sea político, empresarial, sindical, social, religioso, profesional, es como el deporte olímpico. No es para cualquiera que crea que basta con un traje o un uniforme. Detrás de cada atleta hay un equipo, que lo asiste, que lo ayuda. 

El liderazgo no es asunto de hombres y mujeres que lo  entienden como espacio de su propiedad. El ejercicio de liderar tiene las mismas exigencias de los  deportes de alta competencia y exigente rendimiento. Yo creo que quien no se ocupe, pues que desocupe. Y el que se preocupe, pues que se ocupe. Pero las cosas como son: nadie puede hacer un buen trabajo de liderazgo recibiendo una lluvia de piedras. Si Ceballos se equivocó, si dijo una sarta de necedades, muy bien reprenderlo, llamarlo a capítulo, leerle la cartilla, pero es también asunto de traerlo de vuelta a la sensatez. Tirarlo por el barranco es un desperdicio.

La cosa no está para monsergas. Millones literalmente arrastran por las calles y caminos una trágica  miseria. Millones no ganan ni tan siquiera lo suficiente para poner comida sobre la mesa. Millones no viven, apenas sobreviven. Pero hay miles que creen que la cosa no está tan mal. Son los tontos que viven en su pequeño y mullido mundo, sin ver hacia afuera, enclaustrados en su propia película. Creen en aquello de ojos no ven corazón que no siente. Pero son extremadamente activos en las redes, desde las cuales lapidan a placer en un juego de ejercer una libertad irresponsable. 

Yo creo en la unidad, no como un fin, sino en la única forma posible de hacer musculatura política. Se acercan las elecciones del 21N. Tengo muchísimas dudas. Pero de una cosa estoy completamente segura: si cada cual tira de una esquina de la cobija, lo que acabará teniendo en la mano serán hilachas.

Soledad Morillo Belloso
soledadmorillobelloso@gmail.com
@solmorillob
Venezuela 

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ: ATRAPADOS SIN SALIDA

En torno a la inutilidad de las movilizaciones de masas, Francis Fukuyama escribió hace más de una década que solo creaban identidad y simpatía entre los asistentes, o sea, nada. Luego trató ese tópico Carlos Alberto Montaner. Balanceaban las protestas contra Chávez que, según se dice, entraron al libro Guinnes. La oposición venezolana de entonces abusó de la lucha de calle en esfuerzos ilusorios, la “quemó” y demostró al mundo, y en especial a los autócratas, que lo mejor era darle suficiente cuerda a la calle para que se ahorcara sola. 

Así hicieron en adelante y por eso preocupa que el desastroso cabecilla de la debacle vuelva con la manía, una perturbación emocional que muchos sospechan.

Con la comedia de 2019, Operación libertad, surge un nuevo aprendizaje: “el apoyo de casi 60 países” (nunca se supo el número, por alguna razón arcana o cabalística) tampoco sirve con una oposición interna inútil. La “enseñanza” le vino al dedillo a Daniel Ortega, dictador genético, para hacer lo que da la gana en las barbas de EEUU.

Son dos aportes de nuestros radicales al mundo, y hay un tercero: si eres lo suficientemente cabeza de ñema, puedes perder elecciones, aunque tu intención de voto favorable sea de 8 a 2. Basta tener talentos políticos que persuadan a la mayoría de no ser “fundamentalistas del voto”, que vas a una “chapuza” y que vendrán una invasión extranjera” o una “intervención militar democrática”. 

De paso liquidaron el mágico instrumento, el “misterio moderno” que asombró a Marx: votar. Después se cambian y aparecen gorditos, bañaditos, grandilocuentes, tan enfáticos y frívolos ahora como eran en la anterior, no posición sino postura.

El sanedrín opositor prefirió el triunfo del PSUV antes que llevar un mestizo la Presidencia en 2018. Hoy el gobierno fortalecido por sus enemigos, pone en práctica las experiencias y arresta sin parpadear a unos activistas radicales ante los ojos de “los casi 60” y especialmente de Noruega, de visita por aquí. 

Las revoluciones de colores y la primavera árabe terminaron de demostrar que el valor de calle-calle-calle es un logaritmo si no forma parte de un dispositivo electoral o, por cierto, militar. Cada quien llama pueblo a sus mesnadas y las santifica, como si éste no hubiera sido históricamente autor de tantas cochinaditas, saqueos, linchamientos, asesinatos. Los derechosos y la mayoría silenciosa, piensan que masas en las calles solo son riesgos y molestias.
 
Una parte de la doxa (opiniones inexpertas e ideológicas) se siente atrapada en una discordia que les rompe las galletas, por la idea a priori de que lo que hagan las “masas” es bendito, sin examinar los casos. Hay movimientos de calle de fines contrarios a las necesidades de las mayorías y que obedecen a objetivos políticos no democráticos, como los de Hitler, Mussolini, Perón, Vargas, Bolsonaro. Para los izquierdosos toda movilización es buena “porque la hace el pueblo” y particularmente si es contra “el capitalismo” como las protestas de clases medias ricas que pretendieron abatir la imagen exitosa de Chile -como buscaron con Parasit y Surcorea-, un misterioso país “neoliberal”, extrañamente dirigido durante 30 años por socialistas y socialcristianos y cuyo nivel de vida es comparable a España.
 
A lo Savonarola, hacían piras luego de saquear tiendas de alta tecnología, quemar automercados, farmacias, el Metro, correr desnudos por las calles “contra la dictadura sexual”, e introducirse objetos. Con el estímulo y el apoyo izquierdoso global pedían agónicamente “¡No más Iva a los libros¡”. Este reflejo se invierte cuando la protesta es contra un gobierno progre y aparece la garra del imperialismo, como las manifestaciones “reaccionarias” en Cuba, aunque a diferencia de los tumultos de personas pudientes chilenas, sean producto de la desesperación, seis décadas con vidas miserables, infrahumanas, sin alimentos y menos esos plásticos vibrátiles. A gente identificable históricamente en la ultra, el fidelismo, como Silvio Rodríguez, se le presentó una crisis de conciencia con el riot y no estuvieron de lado de la represión revolucionaria, un comportamiento honesto y digno de elogio.
 
Como nota de color, un descabezado opositor venezolano mayamero escribió, con aspiraciones de ironía, que muy pronto recomendarían a los cubanos la vía electoral. Elecciones en Cuba serían un milagro como la estatua de la virgen que lloró sangre. Seguramente él recomendaría a los cubanos que se abstuvieran en espera de la invasión o del “quiebre”. Otros ven la inminente caída de Diáz-Canel por el pueblo en la calle. Ni las manifestaciones hacen eso ni las sanciones afectan a la nomenklatura, sino a esas turbas desesperadas. Un liderazgo latinoamericano decente, promovería un movimiento para atender la crisis alimentaria y promover el diálogo, en remembranza del Grupo de Contadora. Es devastador que los cubanos estén acorralados doblemente. Por la represión y porque no hay alternativa política. Mientras, los héroes en Goya, Brickell y Andrés Carne de res, llaman “a la calle” en Venezuela para seguir contribuyendo a cubanizar al país.

Carlos Raul Hernández
carlosraulhernandez@gmail.com
@CarlosRaulHer
@ElUniversal
Venezuela

AMÉRICO MARTÍN: LA NUEVA GENERACIÓN

Fui invitado a un interesante foro en el que debí responder muchas preguntas. Una en particular me pareció tan importante que decidí desarrollarla por escrito.

¿Será necesario que una nueva generación tome la dirección política en Cuba y Venezuela para hacer lo que no quieren o no pueden los viejos líderes? 

El prejuicio que la indicada interrogante expresa en cuanto al desempeño de los viejos conductores es históricamente insostenible, salvo que pasemos por alto el papel cumplido por ancianos ilustres como Churchill, Adenauer, De Gaulle, Eisenhower, Nixon, Chou Enlai, Mao Zedong y muchos otros. En la Segunda Guerra Mundial y en su posguerra, ese viejo liderazgo —hablando sin hipérboles y partiendo de conflictuadas esquinas— salvó al mundo.

Más obligatorio que salvar los méritos legítimamente logrados es dar vuelta a esa pregunta del indicado foro, con el fin de poner en evidencia su falacia.

Recuérdese que una nueva generación conduce en nuestro país el timón de la nave y que ha ocurrido de manera más formal en Cuba. Pese a la índole planificada y cuidadosamente manejada del proceso cubano, ha sido este más peligroso y cruento que el venezolano.

En la históricamente agitada isla, escenario del liderazgo extremadamente contradictorio del apóstol José Martí y del mítico dictador Fidel Castro, la revolución protagonizada por los hermanos Castro, el Che, Camilo, Huber Matos, sencillamente mostraba ya signos avasallantes de fracaso, pese al colosal esfuerzo de sus líderes tradicionales para ocultarlo. Lo lograron a medias, pero cuando las malas noticias sobre su desempeño invadieron el alma tempestuosa de Fidel, y casi inmediatamente la del sobrio Raúl, la onda mortalmente pesimista se expandió como una feroz pandemia por casi todo el cuerpo de la festinada revolución. Sin embargo, entre la cautela y la esperanza, la mayoría decidió confiar en algún milagroso discurso del caudillo para recuperar la fe en la causa, ahora puesto en discusión su destino. A un abismo muy abrupto se habría desplomado la zozobra del máximo líder, que su esperada respuesta fue realmente aterradora. 

Convocó un homenaje a sí mismo en el Aula Magna de la Universidad de La Habana —recinto en el que, por cierto, nunca tuvo mayor relevancia— donde volcó un estado de ánimo impregnado de derrotismo. Comenzó preguntando a la nutrida concurrencia: ¿Ustedes creen que la revolución pueda sucumbir? ¿No piensan que una perestroika cubana pueda destruir la Cuba socialista?

Como un resorte, la multitud se puso en pie rugiendo. ¡Nunca! ¡El socialismo nunca será vencido! Castro la cortó en seco. Pues yo creo que si no hay una vigorosa reacción y cambiamos ahora, todo se irá al diablo.

Era obvio que el caudillo no podía más, con el tiempo lo siguió su incondicional hermano menor, con una decisiva diferencia, asomó el contenido del cambio: la apertura económica y la apertura política y urgió a aplicarlas inmediatamente. Sus palabras fueron: «No podemos seguir dando vueltas al borde del precipicio sin caer en su oscuro fondo».

Raúl siempre fue un hombre práctico que no se ufanaba de su manejo de la ideología y se aferró a lo que estaba a la vista y daba resultado, «el socialismo de mercado chino», salido de la férrea voluntad de Den Xiao Ping. No se le escapó a Raúl la perspicacia y el pragmatismo del reformador asiático y procedió a hacer lo mismo. 

Muy a pesar de las abismales diferencias entre las dos realidades, impusieron a los cubanos una serie de retoques con el objeto de «cubanizar» el viraje.

Fue así como, del flamante proceso abierto a la imaginación de los líderes emergentes, se fue estructurando la nueva generación del cambio en Cuba.

Su fuerza reside en la autenticidad de origen y en su habilidad para sumar aportes de otros. Del grupo de nuevos miembros del Buró Político del PCC, el más joven y uno de los más competentes es Miguel Díaz-Canel, quien fue ministro de Educación. Estuvo con Raúl en tiempos cruciales y específicamente durante la realización del VI Congreso del PCC, que le dio el mando del Estado, del partido y del poderoso Ejército cubano después de quitárselos, sin estridencias ni maltratos, a Fidel.

El hermano menor pronunció entonces su primer discurso oficial desde la cima del poder. Díaz-Canel fue el encargado para responder, de modo que fue muy visible la identidad política de los dos. Y la razón por la cual se otorgó el honor y tamaña responsabilidad evidenciaron sus lazos de amistad.

La cuestión es que los dos fueron percibidos como los aliados decisivos del alto mando estatal y partidista, pero aparentemente podría explicar los delicados problemas que, en tiempos recientes, han estallado en las esferas dominantes de la organización, al punto de dejar entrever el ardiente drama que está manchando la casi familiar conexión alrededor de Raúl y Díaz Canel, entre los más altos dirigentes políticos y militares.

Presento esta prueba maciza al canto: es público y notorio que en solo nueve días murieron cinco generales de la más alta graduación y elevadas responsabilidades. ¿Como murieron? ¿Quién los asesinó?

Un hecho tan brutal y escandaloso no puede permanecer oculto en la bruma ni tapiado por un oscuro e interesado silencio. La verdad brillará profunda y certera como el canto de la alondra en la mañana. y entonces habrá que preguntar cuándo llegará esto a su fin.

Américo Martín
amermart@yahoo.com
@AmericoMartin
@DiarioTalCual
Venezuela


VICENTE BRITO: ELECCIONES. ¿DESCENTRALIZACIÓN VS CENTRALISMO?

El tema electoral se impone en el debate político nacional, favorecido con el surgimiento de múltiples candidatos a los distintos cargos a ser electos y la vocería de quienes manifiestan su desacuerdo con participar en el proceso electoral del 21 de noviembre, concentran la atención nacional.
 
Buena parte de los candidatos que se definen como opositores insisten en que con su elección se le da una derrota al oficialismo y a su proyecto de las ciudades comunales, favoreciendo el federalismo al lograr un mayor número de alcaldías y Gobernaciones en manos de la disidencia al centralismo (Estado Comunal). 
 
Lo que resulta evidente es que los candidatos oficiales contarán con el apoyo de toda la maquinaria oficial para fortalecer su apoyo popular, también los llamados a no votar le serán favorables así como cuando haya participación de varios candidatos opositores.
 
Los distintos candidatos que se identifican como opositores tienen la responsabilidad de lograr candidaturas unitarias, que permitan capitalizar el enorme descontento existente que en algunas regiones supera el 80%, como resultado del estado de abandono y grandes desmejoras sociales en que se encuentran esas comunidades. Buena parte de esos candidatos insisten en la importancia de fortalecer la descentralización (federalismo), como respuesta a la imposición oficial de las ciudades comunales (centralismo). Las posibilidades ciertas de darle una derrota contundente a los candidatos oficiales es lograr candidatos unitarios que tengan credibilidad en las comunidades a las cuales quieran representar, es la mejor garantía de salir triunfadores en las venideras elecciones.
 
Las próximas semanas son decisivas en definir el rumbo electoral, está en manos de los partidos políticos lograr los acuerdos unitarios con candidatos que representen el sentir de la mayoría de la base popular disidente, que entusiasme y genere la confianza en el voto que permita la victoria de esos candidatos opositores. Lo contrario sería crear una gran desconfianza en esa base opositora que solo logre motivar la abstención electoral como mecanismo de protesta, lo cual favorece la elección de los candidatos oficiales.  

Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ: ¿DIÁLOGO Y VOTO?

Venezuela es muy compleja de entender, probablemente, para la comunidad internacional se haga incomprensible aceptar que en esta nación de hoy los demócratas son quienes no desean elecciones y los tiranos (con sus colaboradores) la claman frenéticamente, veamos por qué:

En primer lugar, lo obvio, la comunidad internacional, fría e indolente, apelará siempre al manual diplomático, será tozuda en su ABC, llamado al diálogo y a los procesos electorales, unos porque simplemente en nada le importa lo que acontece en nuestro país, otros por pleno desconocimiento de la realidad venezolana y los terceros, tristemente, por cómplices, quienes solo le importa el mercantilismo detrás de lo “ideológico”.

En segundo lugar, como ya hemos tertuliado, los demócratas venezolanos no podemos concebir ninguna elección mientras las condiciones se “absurdizan” día a día. La desinstitucionalización se acentúa, el régimen fabrica e impone una falsa oposición, se cercenan nuestras libertades y derechos, votar en estas condiciones es irracional, el voto no premia, castiga ni genera cambio alguno, de hecho, luego de cada proceso electoral el chavismo profundiza su radicalización, su castrismo.

En tercer lugar, los diálogos son la segunda herramienta democrática profanada por el régimen, desde época de Chávez lo ha utilizado para calmar coyunturas específicas, ganar tiempo y continuar obrando en función de su proyecto. Hoy nada es distinto, mientras se “diáloga” el chavismo acelera la aprobación de las leyes que propulsarán el ominoso Estado Comunal, se encarcelan lideres opositores, Diosdado y la esposa de Maduro reforman el sistema judicial, ya pasaron las elecciones más importantes, las parlamentarias, entre un sinfín de hechos que denotan el régimen no cederá jamás y nunca a través de presuntos diálogos o elecciones.

En cuarto lugar, la jugada maestra, detrás del presunto diálogo en México, con ánimos de hacer la oposición reconocida participe el 21N, se esconde la estrategia del régimen. Así como fija la matriz opinática, a través de su control mediático, que en Venezuela todo estaba bien hasta “las sanciones”, para él es menester salir de alcaldías y gobernaciones en ruinas, sin capacidad financiera, al poco tiempo estos espacios comenzarán odiar a sus nuevos titulares, tanto o más a cómo hoy repudian a los actuales, así el régimen fijará su nueva matriz “todo estaba bien hasta que llegaron a gobernar esos opositores”, parece insensato, pero así ha ocurrido en estos 20 años: primero fue la excusa del paro petrolero, la guerra económica, las guarimbas, ahora “el bloqueo”, así transcurren los años, el chavismo endilgando a terceros su desastre causado por corrupción, ineptitud y premeditación… como en Cuba.

En quinto lugar, un plus, luego que los “gobernadores y alcaldes opositores” fracasen (lo cual ocurrirá muy pronto, se abona el camino al Estado Comunal. Otro extra sería la posibilidad que, a pesar de no existir la más mínima condición para una verdadera elección democrática, el régimen puede lograr el levantamiento de sanciones, en pocas palabras, el chavismo no da puntada sin dedal.

Es cierto, diálogo y voto no solo son importantes en democracia, también en ciertas guerras/dictaduras se han utilizado como mecanismo de disuasión y persuasión, pero en castrismo solo han rendido frutos a quienes retienen el poder, que lo diga Cuba que tiene más de 60 años oprimida y, bueno, nosotros ya vamos por 22. 

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela

ROMAN IBARRA: LOCA POLARIZACIÓN

La polarización política ha llegado tan lejos en Venezuela, que pareciera haber cerrado toda racionalidad y posibilidades de entendimiento.

Ha penetrado tan hondo en la colectividad, que termina por nublar y opacar hasta los momentos que deberían servir para darnos alegría como nación. Me estoy refiriendo a eventos de carácter deportivo como los juegos olímpicos Tokyo 2020, en pleno desarrollo.

Resulta que la participación del boxeador Eldric Sella en el grupo de los refugiados, ha servido para que unos desalmados del bando del chavismo lo ¨fusilen¨ en las redes por haber sido derrotado, y luego porque Trinidad Y Tobago, le niega la entrada de regreso.

A ese respecto debemos decir, que efectivamente en nuestro país no hay condiciones para el desarrollo de nuestros atletas, y es su decisión haber salido a buscar progreso en otras tierras. Miserable el gobierno Trinitario que le niega la entrada conociendo lo que ocurre en nuestro país, y cobardes quienes criticaron su participación como refugiado. Apuesto a que si hubiera ganado alguna medalla, los trinitarios y hasta Maduro le hubiesen ofrecido todo tipo de prebendas.

Otro tanto ocurrió con el triunfo y medalla de plata del atleta Julio Mayora, habida cuenta de que dedicó su triunfo al extinto presidente Chávez, como si ello fuera un delito para los miserables que desde la oposición quisieron minimizar su triunfo. Mayora tiene derecho a dedicar su triunfo a quien le dé la gana, es suyo y suya la decisión. Felicitamos también al otro medallista de plata, Keydomar Vallenilla.

Los venezolanos que no participamos de esas miserias, apostamos sinceramente por el éxito de todos nuestros atletas en las distintas disciplinas; representan nuestra bandera. Ojalá esos valerosos muchachos conquisten otras medallas para su gloria, y para el país. Tenemos muchas esperanzas con lo que puedan hacer Yulimar Rojas, campeona mundial de salto triple, Daniel Dhers ciclista BMX, y Antonio Díaz, campeón mundial de Karate, así como el resto de los competidores en las otras disciplinas. Suerte y que Dios los bendiga.

Ahora para seguir con el tema de la locura que arropa a los dirigentes políticos de este tiempo, resulta que uno que fue preso de este gobierno, y luego Alcalde en un municipio del Estado Táchira, militante del partido del autojuramentado ¨presidente interino¨, y con intenciones de eternidad, le ha dado por exaltar la figura de dictadores feroces y crueles del pasado, como Juan Vicente Gómez, y Marcos Pérez Jiménez, entre otros.

Hay varias opciones para este tipo de conducta, o se es muy ignorante, o se es muy idiota para semejante exaltación, y pretender ser candidato a la gobernación, intentando desbancar a la gobernadora @laidygomezf, quien se ha dedicado a trabajar por el bienestar de los tachirenses, a pesar de la persecución del gobierno nacional, y del ridículo ¨protector¨ que impusieron para torpedear su labor.

Más dramático aún es que la dirigencia del partido donde milita el troglodita, no haya dicho o hecho nada para desmentirlo, o llamarlo a botón. Ese silencio es harto elocuente. Pero ya conocemos que son los mismos responsables de las equivocadas y fracasadas intentonas golpistas denominadas, Operación Libertad, y la Operación Gedeón, así como las guarimbas y los trancazos que tanto desprestigio y frustración dejaron en la ciudadanía.

Como se ve, ya es hora de retornar a la vía electoral y dirimir nuestro conflictos civilizadamente, conquistando cada espacio de los pocos que ofrece el gobierno para lavarse la cara. Unidad sincera y vigorosa es lo requiere la política, y orientación precisa e inequívoca la sociedad, en cuanto a intenciones democráticas para volver a confiar.

Retomar el diálogo, la negociación, y sobre todo la racionalidad para avanzar y derrotar la acción deletérea de la polarización y la locura.

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela