Abordamos el tema, como un
análisis de corte económico soslayando el atractivo académico que representa
discernir sobre las bondades del socialismo (poco verificadas), para centrar la
atención en la pretensión “revolucionaria” de imponer en el país un nuevo
sistema socioeconómico alternativo al modelo capitalista y al fracasado “modo
de producción superior” soviético; bajo la aspiración “criolla” de alcanzar un
socialismo total como sueño de la “no-explotación” bajo la denominación de
socialismo del siglo XXI.
Los fundamentos ideológicos para “hacer irreversible el transito al
socialismo” y construir su plataforma económica, tienen como embrión las Bases
Programáticas del PSUV donde sostienen que la superación del
capitalismo-rentista y el desarrollo de un nuevo modelo productivo pasa por la
ruptura con la “racionalidad burguesa y su metafísica de la economía”,
particularmente en lo atinente a las formas de contabilizar y cuantificar el
desarrollo económico. En función de ello, plantean diversas acciones como
eliminar la propiedad privada de los medios de producción, al tiempo de diseñar
nuevas formas de producción, distribución, circulación y consumo orientadas a
“desaparecer la lógica del capital” (explotación de la fuerza del trabajo de
las personas); de igual modo, propician un enfoque endógeno-sustentable para el
desarrollo teniendo como herramientas estratégicas el control de cambio y la estatización
de la banca, la eliminación de la
publicidad y la propaganda ya que, afirman, generan necesidades sociales
artificiales y diferenciadas. Siendo así, intentan construir una economía
socialista para unificar la relación producción-consumo en aras de eliminar la
intermediación comercial capitalista habida cuenta de, sostienen, funcionar
como un mecanismo de especulación que facilita una renta adicional al
comerciante a cargo del trabajador (¡!).
La construcción de una “Democracia Socialista”, y la propuesta de un
nuevo modelo económico socialista de producción, se llevó a consulta del pueblo
en Referéndum año2007 resultando negado por el soberano (clic:
vitolopez.blogspot.com/2014/02/jesus-alexis-gonzalez-venezuela-ya-dijo.html)
hecho que indujo con soberbia gubernamental la puesta en marcha mediante Ley
Habilitante de 2007 (que duró 18 meses) del Proyecto Nacional Simón Bolívar
2007-2013 identificado para la historia como el primer plan socialista de la
Nación, donde se contempló la refundación de Venezuela como país
socialista. Al tiempo, y por intermedio
de la Ley Habilitante en 2010 (con vigencia por otros 18 meses) se inició el
perfeccionamiento jurídico del aberrante (que se desvía de lo normal o usual) tejido
socialista, con énfasis en (i) Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal
(G.O.E. No 6.011del 21/12/2010) donde se consagra el Modelo Productivo
Socialista definido como un modelo de producción basado en la propiedad social,
orientado hacia la eliminación de la división social del trabajo en armonía con
el Sistema Económico Comunal(SEC)entendido como el conjunto de relaciones
sociales de producción, distribución, intercambio y consumo de bienes y
servicios desarrollados por instancias del Poder Popular, a través de
organizaciones socio productivas bajo formas de propiedad comunal, hasta
convertir, proponen, al SEC en herramienta fundamental para la construcción de
la nueva sociedad; en (ii) Ley Orgánica del Poder Popular (G.O. ya citada)
donde se especifica que para alcanzar el socialismo es necesaria la propiedad
social sobre los factores y medios de producción, así como la existencia de la
economía comunal en el ámbito de actuación del Poder Popular; y en (iii) la Ley
Orgánica de las Comunas (G.O. ya citada) que consagra el Parlamento Comunal
como máxima instancia del autogobierno en la Comuna; al igual que del Consejo
de Economía Comunal como instancia encargada de la promoción del desarrollo
económico de la Comuna.
El tejido ideológico, se complementa con el Programa de la Patria (2012)
luego convertido por la AN en Ley de la Patria (2013), donde se incorporan
nuevos esquemas productivos socialistas al tiempo de fortalecer la
planificación centralizada, e impulsar la consolidación de una economía que
denominan productiva, redistributiva, post-rentista, post-capitalista con eje
en la propiedad social de los medios de producción, sin descartar, sostienen,
la necesidad de acabar con la clase explotadora: la burguesía. El país está enrumbado hacia una apocalíptica
economía y aun así se sucede un desprecio gubernamental hacia propuestas formuladas de manera ortodoxa por expertos en
aras de hacer frente al cataclismo económico del presente, tales como:
restituir la autonomía al BCV, rescatar el sistema de precios relativos,
reducir el déficit fiscal que es permanentemente monetizado con emisión de
dinero inorgánico (todo un combustible inflacionario), comprimir la liquidez
monetaria, racionalizar el gasto público, mejorar la recaudación fiscal (más
allá de solo reducir el subsidio a la gasolina), devaluación, unificación
cambiaria en el marco de un activo mercado de divisas, restablecimiento del
equilibrio del sector externo de la economía, procura de un apalancamiento
financiero (internacional y nacional)que emane como respuesta a formulaciones coherentes
de políticas económicas dinamizadoras del aparato productivo nacional y de la
industria petrolera con nuevas formas de
apertura, alentar un clima de confianza sustentado en la estabilidad
institucional y jurídica aunado a planes
para combatir la inflación y la corrupción.
Trágicamente, no se visualiza una intención gubernamental en pro de
revertir su política económica, en mucho inducido por su imposibilidad de
dialogar habida cuenta de (i) no contar con la “opinión terrenal” del ideólogo
del socialismo del siglo XXI, y (ii) que los actuales “conductores del proceso”
no se atreven a revisar el legado del Comandante Eterno; a tenor de ello solo
queda la vía constitucional para generar el ambiente de cambio que requiere con
urgencia Venezuela en materia presidencial (Art. 233): renuncia, destitución,
incapacidad física o mental, abandono del cargo, y revocación popular de su
mandato. En el ínterin, continuarán
“acciones” para profundizar su “socialismo de guerra” con dantescas
“estrategias revolucionarias” como una agricultura rural basada en ¡conucos!,
una agricultura urbana apoyada en ¡botellas y tobos!, y en cepillarse los
dientes ¡una vez al día!; dentro de un escenario de compincheria donde p.ej. el
TSJ afirma “haber protegido la seguridad agroalimentaria al garantizar al
pueblo los alimentos” (29/01/2016)
Reflexión final: Estamos en el justo momento para abandonar el
quemeimportismo. (Clic:
quepasavenezuela.com/2015/10/06/jesus-alexis-gonzalez-entre-la-ineptocracia-y-el-quemeimportismo/)
Jesús Alexis González
jagp611@gmail.com
@jesusalexis2020
Miranda - Venezuela