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viernes, 12 de febrero de 2021
ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ SÁBADO 13/02/2021
SOLEDAD MORILLO BELLOSO, OTRA PELÍCULA
A la
gente normal y corriente le parece muy mal, por válidas razones éticas, que
unos cuantos miles de directivos, gerentes, empleados, contratistas y etcétera
hayan masacrado a las empresas estatales, pero pocos ciudadanos entienden que
tal masacre no fue perpetrada contra empresas del gobierno sino una atrocidad
contra todos y cada de unos de nosotros los venezolanos. No se comprende empero
que esos que con su accionar, complicidad o pasividad desguazaron a nuestras
empresas estatales son responsables ante la nación, ante nosotros.
Uno
escucha el chorro de babas que se traduce en una letanía de "yo no
fui". Lo dicen ex ministros, ex gerentes, ex empleados, ex contratistas.
Son esos "ex" que durante estos años estuvieron allí, masacrando,
haciendo y deshaciendo, o, en el más leve de los casos, siendo mudos y pasivos
testigos. Hoy se justifican con una ristra de "yo nada podía hacer";
se lavan las manos a lo Poncio Pilatos. La lista de empresas estatales
despedazadas llena páginas. La lista de quienes con mínima hidalguía o alguito
de decoro aceptan su responsabilidad y piden perdón es cortísima. Y nos sobran
dedos a la hora de contar los juzgados por esos crímenes.
Pero
con todo y lo espantoso que es ver nuestras empresas estatales quebradas,
saqueadas y vueltas puré, no es ese el mayor aniquilamiento que ha habido en
estos años. La carnicería ha sido tanto o más barbárica en otros espacios.
Venezuela hoy no tiene un aparato sindical robusto como alguna vez lo tuvo. No
tiene gremios lo suficientemente sólidos como para poder ponerle coto a la cerrilidad
del régimen. No cuenta con iglesias que puedan tasajear el poder de un régimen
que comete terribles pecados. No tiene un sistema judicial que frene la
delincuencia del régimen. No tiene unas fuerzas armadas que comprendan que su
lealtad no es para con el poder sino para cuidar y proteger a los ciudadanos.
No tiene un sistema de medios de comunicación que sea ese tan necesario
"cuarto poder". La Revolución cumplió su plan: destruyó las
"fuerzas vivas". En su programación de toma del poder estuvo ir, poco
a poco, paso a paso, haciendo de la sociedad un ente endeble que no tuviera
cómo salirle al paso a lo que no ha sido jamás un gobierno en el sentido
democrático del término, sino la conquista y ocupación de un país. Y como no le
pareció suficiente con convertir a Venezuela en territorio sodomizado, procedió
a hacer secuestro político de los partidos y abigeato de varias ong's.
Pero
la estrategia de los ocupas tiene un fallo grave, gravísimo: es
autodestructiva. Al haber hecho virutas la economía y añicos a las empresas
estatales que eran principalísima fuente de ingresos fiscales, si bien es
cierto que unos cuantos miles se magnatizaron, pues esta estrategia convirtió
formalmente al régimen en un agente pobre. Parece que fue ayer aquel tiempo
cuando en cadena nacional el jefe hablaba con descarada pompa de los
millarditos de dólares que tenía para lo que se le pintara la gana. El régimen
hoy no tiene ni para costear el clap. Y hoy, de Ripley, el aporte fiscal del
sector privado es mayor que el del sector público. Así las cosas, con razones
de peso, ahora Fedecámaras no le habla al régimen en tono de perrito recogido
en la calle. Ladra como pastor alemán. Y gruñe. Cusanno habla y el régimen no
tiene de otra que escuchar.
Por supuesto que la estrategia de venta de bienes producirá ingresos al régimen. Pero es de corto aliento. Es de a locha, un "Venga, que Venezuela está en remate". Se sabe de Lácteos Los Andes, Central Azucarero de El Tocuyo, algunos Hoteles Venetur, Movilnet, etc.
Venderán
hasta la fuente de la Plaza Venezuela. Muchas de esas empresas serán compradas
con capitales de quienes se hicieron multimillonarios a punta de robarnos. Lo
harán con su nombre y "pellide", o enmascarados tras testaferros
locales o foráneos, o por la vía de fondos de inversión. Pero también habrá
capitales decentes que aprovecharán el ofertazo. Y al cabo de un tiempo, más
corto de lo que creemos, el país verá sus empresas estatales -y aquellas que
fueron vilmente expropiadas- con carteles de "nueva administración".
La nueva gerencia se esmerará en prestar buen servicio a cambio, claro está, de
nuevas tarifas aprobadas con anterioridad al remate para alejar el engorroso
trámite de la autorización de los inevitables e indispensables aumentos. Note
el lector que suben las tarifas de los servicios, justo antes de la rebatiña de
la privatización. Es el "black friday" de la Revolución.
Negociar
es un arte. Hermoso, interesante y complicado. Pero cuando se negocia con
delincuentes es una transacción. De hecho, aunque parezca lo contrario,
negociar con delincuentes es mucho más fácil, porque es eso, una mera
transacción, un "cuánto hay pa' eso", sin irrenunciables.
Y en
el medio de todo esto, mucha habladera y movedera sobre nuevo CNE y calendario
para ir a votar. No tengo nada claro el panorama electoral. Y creo, con todo
respeto, que mal presumen quienes creen que todo lo saben. Se mueven muchas
piezas en muchos tableros. A veces el "no sé" es muestra de sensatez.
Decir que los venezolanos queremos votar es una obviedad. En 2015, con
obstáculos enfrente pero con un mínimo de garantías que hoy no existen, nos
volcamos a las urnas para elegir. Por abrumadora mayoría perdió el régimen y
eso hizo que luego hicieran el abigeato que ya conocemos y del que huelga
hablar. Lo que no sobra es repetir que votar es para elegir y para ello el
proceso electoral tiene que dejar de ser sórdido.
Yerran
quienes creen que estamos en más de lo mismo. El escenario ha cambiado y mucho.
Esta es otra película.
soledadmorillobelloso@gmail.com
@solmorillob
@ElUniversal
JOSÉ RAFAEL HERRERA, BAR-BAR (LA LEPRA DE LA CIVILIZACIÓN)
Las formas vaciadas de contenido, propias de la
racionalidad instrumentalizada, ocultan tras su aparente neutralidad y sus
presupuestos “universales” la misma violencia inmanente a la barbarie. De
hecho, ella misma es barbarie reflexivamente sublimada y elevada a modo de
vida, bajo cuyo dominio aún subsiste, clandestinamente, el ser de la civilidad.
Del antiguo Bar-Bar de los griegos va quedando poco. Para ellos, un barbaroi
designaba a todo aquel que no hablaba griego. Pero el hecho de no saber hablar
griego no lo convertía en un extranjero (xénos). El bárbaro propiamente dicho
designa a un cierto tipo de población extranjera carente de organizaciones
representativas, regido por poderes autocráticos o por un mandato de linaje
impuesto sobre los fámulos (de donde proviene el término “familia”). Se trata
de pueblos en los que no existen leyes igualitarias ni libertad de expresión,
es decir, de pueblos carentes de ciudadanía. Y así lo asumieron los romanos de
la República, antes de la construcción del Imperio. De hecho, barbarus es un
modo de nombrar a todo aquel que desconoce por completo el significado (el contenido)
de las palabras justicia y libertad. Pero el movimiento espiral de la historia
es indetenible y las relaciones sociales van dejando marcadas sus huellas con
el paso del tiempo.
Al penetrar otros territorios para “llevar la palabra”
y ampliar las fronteras, el Imperio fue asimilando progresivamente las formas,
los usos y costumbres, de los conquistados. Después de todo, el “llueve” o “no
llueve” no funciona en la historia viva, a menos que sea impuesto como “ley” y
que sustituya la realidad, que es, de hecho, una expresión “clara y distinta”
de barbarie. Y fue entonces que se comenzó a dar por sentado el “nosotros” y el
“ellos”, hegémone visible mediante el lenguaje, que ya desde entonces reflejaba
la inversión especular del sí mismo en el otro. “Nosotros”, los racionales, los
justos, los educados. “Ellos”, los irracionales, los crueles, los ignorantes.
El veneno había surtido efecto, y ahora, la “palabra” comportaba un nuevo
significado, hasta hacerse barbarie ritornata. El entendimiento abstracto iniciaba
su dominio sobre el mundo, guiado por las manos manchadas de tinta de la
escolástica, la madre putativa de la Ilustración.
La fiereza y crueldad de la barbarie ya no es
exclusividad de “los otros”. Quienes creen poder formar profesionales
universitarios eliminando la investigación científica, la formación clásica y
la autonomía, sustituyéndola por el “caletre de memoria”, la “didáctica” y la
“metodología”, es decir, por un conocimiento sin conocimiento, un mero
requisito formal para obtener un “título” de “tapa amarilla”, con el fin de
incorporar a los futuros “profesionales” y “técnicos” a un mercado laboral
ficticio o para engrosar aún más la miserable burocracia, ni sabe qué es
educar, ni tiene idea de lo que es una universidad, ni le interesa. Después de
todo, la barbarie ha terminado por convertirse en el sentido común del
presente, el más común de todos los sentidos, la auténtica lepra de la llamada
civilización contemporánea, la “barbarie leprosa”.
La demediación -el partir o dividir en mitades, propio
del entendimiento abstracto- es la objetivación de la conciencia desgraciada
del mundo contemporáneo, la más palmaria expresión de la pobreza de Espíritu
que gobierna sobre el ser social de la época. La hegeliana Gebrohene mitte. El
“otro”, el enemigo de la civilización, el ente irracional y feróz, se ha
internalizado: es el calvario que la actual civilización lleva por dentro. ¿Qué
puede quedar entonces del viejo término de bar-bar en medio de este progreso
regresivo, en el que las fuerzas productivas de la sociedad se han transmutado
en fuerzas cada vez más destructivas? Pareciera que no solo la barbarie se ha
civilizado sino que la civilización se ha barbarizado. Es el respetado -temido-
gánster vestido de regia seda en su mansión o en su camioneta blindada, y que
de lunes a viernes atiende sus “negocios” desde el palacio presidencial, el
tribunal supremo o el parlamento. Es el reconocimiento y la
institucionalización del terrorismo de Estado.
La barbarie ha devenido hija de la civilización, en tanto
que esta última ha devenido razón instrumental. La neutral enseñanza de cómo se
enseña, sin que se sepa qué se está enseñando, la utilización de presuntos
“mapas” o metodologías de la realidad social y política, que luego la
convierten en un dato sin importancia, a los efectos del procesamiento de datos
y la simbolización binaria, ni son neutras ni, mucho menos, inocentes. El mejor
modo de destruir una sociedad consiste en aniquilar el ente generador del saber
autónomo. Las universidades tienen que ser desplazadas por instituciones en las
cuales ni se ponga en duda lo existente ni se encuentren soluciones para los
grandes problemas que aquejan a la sociedades. Ya no hay verdades por
descubrir. Eso es un invento humanista. Cosa del pasado. La barbarie vive. La
lepra de la civilización sigue.
jrherreraucv2000@gmail.com
@jrherreraucv
Venezuela
JUAN GUERRERO, EL ÁNGEL INNUMERABLE
Era ya el final de la mañana, y entre las
mesas todas ocupadas en la famosa heladería 4D, en la concurrida avenida 4 de
mayo, en la isla de Margarita, nos quedamos un buen rato conversando mientras
decidíamos dónde poder almorzar. Nos decidimos por un comedor vegetariano, en lo
alto de un edificio al doblar la esquina, a sugerencia de mi amigo, Ángel,
quien profesaba unas creencias sobre la transmigración del alma a través de las
ingestas frugales y vegetales.
En la alegre charla descubrí que ese nuevo
personaje había concurrido con nosotros en un mismo lugar, la insufrible e
histórica Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Teníamos
poco más de 18 años de no vernos. Mientras Ángel ordenaba las coordenadas del
tiempo para lograr conectar con la isla del presente, el personaje que estaba
sentado a mi lado, de pronto alzo el maletín, lo colocó en la pequeña mesa,
apartó sellos húmedos, papeles y copias al carbón, libretas de pago, una
grapadora, y demás rudimentos oficiales, y del fondo sacó un libro. Después de
escribir algo en él, me lo entregó.
-Esto es para ti, mi olvidadizo amigo.
Nosotros nos conocimos en la Escuela a mediados de los años setenta, ¡para que
no te olvides de mí, chico! Después todo fue una peladera de dientes, entre
risas, recuerdos, menciones de otros amores, preguntar por viejos amigos,
profesores, hasta ese presente que ya tiene más de 24 años de aquel día. Día
que se alargó en más de dos en celebraciones, entre el mediodía de su salida
del trabajo y escaparse o acompañarlo en su recorrido de centros comerciales y
locales, oficializando cancelaciones o multas.
Ahora tengo otra vez su libro entre mis
manos, El ángel innumerable, de Carlos Cedeño Gil, (1952-2021), libro que fue
premiado en el Concurso de Poesía “Madre Perla”, en 1992 y editado por Fondene,
1993.
Termina su dedicatoria, así: “…antiguo
compañero en cualquier lugar donde la poesía y el amor convivan su aventura de
riesgo y dioses. Afectuosamente, El Ángel Innumerable de Carlos.”
Lo leí inicialmente cuando, regresando una
noche a tierra firme, después de ese largo encuentro, tuve que pernoctar toda
una madrugada, frente al embarcadero de Porlamar, para salir rumbo a Cumaná en
un viejo ferry que solo transportaba camiones y gandolas. Mientras veía a los
recios choferes encontrarse e intercambiar sus botellas de ron y guarapitas, mi
mirada se alargó hasta el frente de la larga fila de vehículos y se detuvo,
mientras afinaba el oído para escuchar a un Javier Solís que dejaba salir su
voz melodiosa y melancólica, entre un grupo de hombres sudorosos, semidescalzos
y sin camisas, que, botellas en mano, permanecíanhipnotizados por esa ternura
de voz. –¡Échese una, hombre!No ve que es mejor escuchar el mal querido tomando
ron. Lo agradecí, también por escuchar al trovador, ChelíasVillarroel y a
Francisco Mata, y allí permanecí gran parte de la noche larga. Después, regresé
a mi camioneta y con el ron entre los labios, me dediqué a leer el libro de mi
viejo amigo.
Ahora, releo otra vez ese incandescente libro
y me asaltan las olas (alas de un ángel) de una obra en verdad luminosa,
esplendorosamente viva en sus imágenes que traen el viento fresco de la mar
eterna, que es memoria, encantamiento y lucidez.
Porque este libro es un cuerpo vivo, sensual, construido desde la riqueza idiomática poblada de sabores, colores, de memoria y resquicios. –Este es el otro ángel, más rebelde y caribeño, que Rilke dejó atrapado en el castillo de Miramar, en Trieste. Sonreímos mientras terminamos nuestro vegetariano almuerzo, tan soso y desabrido.
Así habla la voz poética de Carlos Cedeño
Gil: “A qué Dios imaginas reinando/ En parajes donde impera la vastedad del
agua y la nostalgia/ Al sumergido anclaje de la melancolía/ O al nombre grabado
entre ventiscas/ Cuál voz ocultas/ Entre oquedades de pajuelas errantes/ El
misterio encerrado en tu mirar profundo/ Cuál lenguaje y qué gesto tiene el
viento y su imagen/ Codiciados espejismos de mar/ Irradiando aquel verdor
paisaje y su música/ Donde doras tus senos al alba/ Sobre aquel cuerpo desnudo
la memoria detiene su viaje.” (Dios memorable).
Muy temprano partió mi amigo, Carlos Cedeño
Gil. Sin embargo, además de este libro del cual comentamos, El ángel
innumerable, también publicó: Poema sencillo, Bajo la sombra del vuelo, Poemas
de la mujer de otro sueño, Socaire. Fue merecedor de varios premios literarios,
entre los cuales mencionamos: Premio de Poesía, Luis Castro, Finalista del
concurso de cuentos Empresas Polar, Premio de Poesía, José del Valle Lavaux,
Premio de Poesía, José del Carmen Rosa Acosta.
Hoy debo borrarlo de mi lista de poetas con
quienes deseo conversar, dialogar, entrevistar, y que, por tantas otras
razones, han sido olvidados por la ventisca del momento. Sin embargo, su poesía
es luz de talismán que descubre una obra de revelaciones, elegante, sensual y
de claros amaneceres, donde la imagen de un ángel dibuja la sonrisa del eterno
enamorado de la vida y sus instantes.
camilodeasis@hotmail.com
@camilodeasis
Venezuela
ENRIQUE CONTRERAS RAMIREZ, FILOSOFAR ES PELIGROSO
Sin embargo en los últimos tiempos la filosofía está en desmoronamiento, menospreciada cada vez más por los políticos y los grupos de poder, en la misma academia universitaria suprimida injustamente, además de ser calificada por sectores muy godos de inservible e infecunda.
Pero a pesar de todo esto, pensar como una acción individual, como acto propio, representa y es para las clases que dominan, para los que están en el poder una acción conspirativa, sediciosa y subversiva, porque lo que se piensa si se está consciente de la realidad plagada de injusticia, es para cambiar los modelos societarios existentes que no fueron capaces de emancipar la humanidad y ese filosofar, ve con imperiosa necesidad de cambiar esos modelos
que pisotean la condición humana. Modelos que incluso dividieron la sociedad, la familia, nos pusieron a pelear entre nosotros mismos y donde la tolerancia no
tiene
cabida.
La filosofía perpetuamente ha sido fundamentalmente imperiosa en el devenir de la humanidad –claro está- en cada contexto histórico cuyas categorías se encuentran dentro de un espacio, tiempo y sociedad, pero cada contexto histórico-social distingue y divisa la urgente necesidad de pensar de acuerdo a su propia realidad.
Estamos en presencia de una crisis civilizatoria en todos los planos jamás conocida y vista en la historia de la tierra, son tiempos muy oscuros, los gobiernos hablan de paz, pero una paz con miedo no es paz, pues las circunstancias en que se vive, solo ha dejado una pandemia inducida para asesinar y disminuir la población, aparte de la pobreza, miseria y hambre.
Ante estos escenarios se presenta la necesidad de construir un camino que nos lleve a salirnos de estos modelos societarios tan tenebrosos, oscuros, peligrosos, pues puede aniquilar la vida existente en el planeta. El gran capital se apodero del mundo bajo la complicidad de gobiernos sin alma y donde el humanismo fue dejado de lado, pues los modelos conocido hasta ahora, llámense capitalistas o socialistas aupados por los gobiernos, sus partidos políticos y los grupos de poder, no respetaron ni respetan los valores humanos, al contrario los pisotean, no los reconocen e intentan desaparecerlos a como dé lugar - para ellos- poco importa la vida de los más desamparados, la sociedad donde se asientan, creyendo siempre que la tierra, la casa grande que habitamos todos los seres vivos, es simplemente mercancía, se puede vender y se puede comprar, para seguir acumulando riqueza, dejando de largo en sus actuaciones miseria, pobreza y muerte.
El filosofar tiene que colocar a la humanidad como centro de su pensamiento, de su ideario y reflexión, pues cuando se piensa es reconocerse concienzudamente como ser humano, que formamos parte de una sociedad, de un país, de un mundo y de ese pensamiento se concientiza una realidad y esa misma realidad le indica que la sociedad en que vive se puede transformar, hacerla mejor. Ese pensar nos lleva a un proceso de desalienación mental y nos conduce al camino de la libertad.
Atreverse a pensar es filosofar, para producir conocimiento, para idear, entender, comprender, planificar acerca de lo que hay que hacer para tratar dignificar la vida en plena convivencialidad entre los seres humanos, en la necesidad imperiosa de mantener la vida en armonía con la naturaleza, es recrear una ética y una deontología que enaltezca la condición humana, lo que conduciría a escapar del modelo o modelos “civilizatorios” que nos ha tocado vivir. Entiendo que para aquellos que manejan el poder esto es calificado de terrorismo, conspiración, rebelión, situación que para sus clases dominantes es muy peligroso y por lo tanto hay que aplastar a quienes se atreven a pensar distinto de ellos. Es por lo tanto ese pensamiento un acto subversivo, siempre lo ha sido, no es simplemente un ejercicio mental como muchos lo hacen ver, el pensamiento, el filosofar con conciencia propia des alienada de la influencia del EUROCENTRISMO puede cambiar el modo de vida y de esta manera poder encontrar el camino que siempre alentó nuestro Simón Rodríguez.
El filosofar, puede generar un pensamiento que al materializarlo crea o se puede crear sociedades más justas, más libres y sobre todo sociedades mucho más humanas, para muchos puede ser utópico, pero también puede ser la condición real para buscar soluciones a tanto problema que en la actualidad ahoga la humanidad. Ese filosofar puede construir en la juventud, si se sabe orientar, una fuerza civilizatoria para la nueva sociedad, si entendemos que la vida en común tiene como circunstancia poder ser transformada colectivamente.
Cuando observamos la calle en que vivimos, la urbanización donde estamos, la ciudad en su conjunto, el país en el que vivimos y vamos más allá, al querer entender el mundo, es cuando comparto la idea de que es en la calle, en ese medio ambiente donde nace la filosofía, donde también hay que tener bien claro la necesidad, lo útil y lo imprescindible de la academia, pues es un todo lo que hace que la filosofía sea un proceso ontocreador de la humanidad y esto hay que decirlo, trasmitirlo y comunicarlo a otros señalándoles que hay posibilidades de vida distintas a las que nos ha tocado vivir y maneras de estar en esta casa grande llamada tierra, si asumimos la responsabilidad colectiva y consciente de querer cambiar el mundo en que vivimos.
Creo hoy más que nunca que para afianzar nuestra propia identidad y librarnos de la influencia inducida de ese eurocentrismo colonizador, tenemos que construir nuestra propia filosofía, para poder pensar como nosotros, como latinoamericanos que somos, lejos de las ideologías alienantes que arrastramos desde la colonia hasta nuestros días.
Del mismo modo entiendo que la confrontación es muy dura y que en la actualidad nos encontramos en gran desventaja pero tenemos algo que no tienen ellos: son los poderes creadores del pueblo, tal y como lo afirmara nuestro poeta Aquiles Nazoa.
Quiero culminar mi filosofar, si es que se le puede llamar así, con simples pero complejas preguntas:
La libertad que nos da el filosofar, es la de poder hacernos interrogantes en la búsqueda de las respuestas –si es que las hay- ¿cómo carajo hemos llegado a este extremo, donde peligra la vida?, y que hacer de manera colectiva, para salir de tal perversidad que ha creado el poder que conocemos,
comentando.noticia@gmail.com
@enriqcontrerasr
@RUPTURAorg
Venezuela
LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ, ¿POR QUÉ EL ESTADO COMUNAL?
El expresidente Chávez entró en desgracia cuando el 3 de diciembre de 2006, resultados en mano y sabiéndose reelecto, sustituyó la “camisa del amor” color azul con la que realizó su campaña electoral y se soldó la roja. A partir de ese momento el “socialismo” impregnó su discurso, sus intenciones reales, sus acciones. Los efectos fueron inmediatos; en 2007 perdió la reforma constitucional, en 2008 comenzó perder las alcaldías y gobernaciones más importantes, en 2010 perdió la AN (solo que por artilugio antidemocrático el CNE permitió obtuviera más diputados con menor votos que la oposición) y en 2012, según declaraciones del mismo Jorge Giordani, tuvo que saquear las arcas nacionales para ganarle a Capriles… todos estos hechos están registrados.
El
punto fuerte de Chávez es que supo como extraer el mayor provecho a la
autodestructiva “viveza criolla”, de la mano (in)fortuita del mayor boom
petrolero de la historia, comenzó hilvanar programas de populismo salvaje que
le redituarán en votos, no fueron políticas sociales como las de Lula quien
permitió salir de la pobreza a más de 20 millones de brasileros, fueron/son
estipendios mensuales que no permiten la superación de la pobreza personal ni
familiar, sino crear dependencia, esclavitud electoral.
Sin
embargo, ante el progresivo deterioro de la calidad de vida, sobre todo después
de la destrucción de Pdvsa, todos esos programas populistas (Misiones) quedaron
prácticamente en el olvido, sus aportes no alcanzan ni para comprar medio
cartón de huevos. Así, bajo el ardid del inefable “Carnet de la Patria”, el
régimen intentó motivar a su remanente de acólitos, pero sin éxito. Desde 2017,
con la “constituyente”, lo electoral quedó sepultado, el venezolano ha
demostrado desde esa fecha que no volverá a votar mientras las instituciones
del Estado sean forzosamente chavistas, pues asesinaron el voto: no premia, no
castiga, no genera ningún cambio, luego de cada proceso electoral el país
empeora dramáticamente.
La
idea del Estado Comunal en Venezuela no es nueva, hace 14 años fue rechazada
por los venezolanos, pero (opinamos) ni los gobernadores ni alcaldes rojos
rojitos del momento lo querían porque perdían sus espacios naturales de poder,
además, esa reforma solo contemplaba la reelección indefinida de Chávez, no de
los demás cargos de elección popular.
Sea
como sea, en 2021 el régimen desempolva nuevamente el Estado Comunal
sencillamente porque no tiene más remedio, siendo incapaz de volver obtener un
triunfo electoral democrático, constitucional y transparente, trata de
consolidar este sistema donde los gobernantes “podrían” escogerse desde las
comunidades en elecciones de primer grado y luego hacía arriba en elecciones de
segundo y tercer grado, de este modo, con comunidades asediadas por colectivos
y demás métodos intimidatorios, el partido del régimen Psuv jamás perdería un
espacio… exactamente igual a pobre Cuba.
Es
nuestra opinión, el Estado Comunal representa un retroceso inconmensurable solo
equiparable con el tercer mundo, asegurando la perpetuidad de una élite
todopoderosa a costillas de toda una nación sometida a una pobreza inducida, a
una sobrevivencia indignante de controles, racionamientos y castración de
derechos/libertades. El chavismo (minoría de minoría dentro del país) trata de
imponernos el Estado Comunal mientras más del 90% desea democracia,
instituciones públicas profesionales, apegadas a la ley. Parafraseando a
Churchill “Nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos”
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
ENRIQUE PRIETO SILVA, ¡CORRUPCIÓN EN LA FRONTERA!
Desde siempre, sin que pueda catalogarse el hecho como novedoso y fáctico, o consecuencial relacionado con la política pública actual o derivada de las acciones de emergencia nacional, como se ha dicho: “para enfrentar la guerra económica y los llamados bloqueos de otros países”, ha surgido el morbo de la corrupción en la frontera. Si bien es cierto, que al presente es no solo notorio sino exponencial, no puede culparse a las instituciones nombradas, ya que la corrupción, no solo en la frontera, sino en todo el ámbito del poder público, surgió y se potencializó con la sarta de barbaridades gubernamentales de este gobierno y régimen decadente.
Muchos son los escritos y opiniones que tratan o
intentan conseguir las causas de dicha gubernamental, que ha dado origen a la
debacle prevista y anunciada, nominando instituciones que nada tienen que ver
con los hechos de sus integrantes, quienes se valen de esta patente de corso,
que sin querer, los hace inimputables por sus hechos, al adosárselos a la
institución que quieren personalizar como forma de concluir la discusión. Es el
caso de querer resolver el problema de la corrupción valorándola en número encuestado,
que da como resultado indicar que las instituciones mas corruptas son las
fuerzas armadas y la policía.
Aparece como
noticia, que “El estudio de la Coalición Anticorrupción de Venezuela (CAV) del
período correspondiente al año 2019, arroja una cifra terrible para la
institución castrense venezolana, porque la inmensa mayoría de los consultados
en la frontera considera a la Fuerza Armada venezolana y a los cuerpos
policiales como las instituciones más corruptas del país.”
No entraremos a analizar esta conclusión como elemento
de validez impoluta, como lo hace una mayoría critica, toda vez que como inicio
en nuestro análisis, tendríamos que valorar la calidad de los integrantes de
esa “coalición CAV”, ya que no se habla de personas naturales, que tienen
responsabilidad personal en derecho, sino de instituciones, de quienes
responden sus dirigente y conductores, por lo que no tiene sentido calificar a
las instituciones con cuantía de criterios, que pudieran ser infundados o no
bien valorados por falta de conocimiento para discernir en la valoración, es
decir, por falta de formación necesaria para hacerlo.
Nosotros, como venezolanos que hemos servido en la
institución Fuerzas Armadas; que ayudamos a establecerla como una institución
moderna para la guerra en la defensa nacional, tenemos la obligación de
defender su institucionalidad, no asumiendo posiciones de tonto radicalismo,
sino como parte de lo establecido en la doctrina de Seguridad de la Nacional, hoy
contemplada como obligación en el artículo 322 de la Constitución. “La
Seguridad de la Nación es competencia esencial y responsabilidad del Estado,
fundamentada en el desarrollo integral de ésta y su defensa es responsabilidad
de los venezolanos y venezolanas; también de las personas naturales y
jurídicas, tanto de derecho público como de derecho privado, que se encuentren
en el espacio geográfico nacional”.
Es decir, la seguridad de la nación es responsabilidad
de “todos y todas”, por lo que no se debe escurrir el bulto intentando de
buscar responsables de las ocurrencias de muchos, que han logrado
desestabilizar al sistema democrático, no solo eludiendo su responsabilidad,
sino inculpando a las instituciones, como si estas fueran seres vivientes con
responsabilidades en las áreas de su competencias.
Olvidan, que las instituciones surgen del precepto
constitucional que las crea, y son los hombres y mujeres que la integran en su
organización, y los que planifican, conducen sus operatividad, la controlan y evalúan
su ejercicio, quienes son los responsables de la orientación y resultado de
estas operaciones; por ello, no podemos culpar a la institución de la hechura
errónea de sus conductores y mucho menos darles calificativos como quieren
hacer hoy con la Fuerza Armada y la Policía al endilgarles el apelativo de
“instituciones más corruptas de la frontera”.
No fue ni es la institución armada la culpable de la
“postura” de Chávez. Él fue derrotado por ella en su intento de golpe de Estado
en 1992, cuando la Constitución (de 1961) establecía como función de las
Fuerzas Armadas Nacionales defender la constitución y las leyes, también
restablecer el orden público si éste era violentado y no podían hacerlo las
fuerzas de policía, pero esto fue eliminado en la “mejor constitución del
mundo”, hoy vigente, que no fue hecha por las fuerzas armadas sino por
seguidores del “comandante eterno”, cuando creyó la mayoría de los venezolanos,
que había aparecido el mecías necesario para consolidar la independencia
después de Bolívar.
Desde hace tiempo, se instauró un gobierno militarista
de pocos jefes militares, quienes creyeron que eran mejores que los políticos
para gobernar, y han gobernado, conduciendo al país a la bancarrota que hoy
tenemos. No es gobierno de la Fuerza Armada, sino que el poder político
corrompido en el Ejecutivo, con el apoyo del TSJ, lograron eclipsar a la
Asamblea Nacional que quiso restaurar la democracia, pero fracasó por muchos
diputados opositores, que se enfrascaron en la tarea de creer que era necesaria
la intervención militar para sacar al gobierno usurpador. Esto no lo han visto
lo que quieren calificar a la institución militar como el chivo expiatorio que
mantiene el poder.
No deben olvidar, que los militares en retiro
solicitaron al TSJ, mediante un amparo, que apartara a los militares activos de
la participación política, como lo establece el artículo 330 de la CRBV, pero
la Sala Constitucional declaró sin lugar al amparo y aprobó esta perla
decisoria:
“…se puede afirmar que los mensajes que pueden ser
difundidos por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a través del empleo de un
saludo o una consigna militar en nada trastoca el orden jurídico que rige para
las instituciones y demás autoridades de las cuales depende esta institución
militar…”
“…esta Sala… no encuentra reproducido ningún mérito…
capaz de demostrar que la actuación, presuntamente violatoria de los
integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y de la superioridad
jerárquica de la cual depende, que implique propaganda o proselitismo
político…”
“No obstante, sobre el tema planteado bien cabe
acotar, o aclarar para este caso en particular, que la participación de los
integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en actos con fines
políticos no constituye un menoscabo a su profesionalidad, sino un baluarte de
participación democrática y protagónica que, para los efectos de la República
Bolivariana de Venezuela, sin discriminación alguna, representa el derecho que
tiene todo ciudadano, en el cual un miembro militar en situación de actividad
no está excluido de ello por concentrar su ciudadanía, de participar libremente
en los asuntos políticos y en la formación, ejecución y control de la gestión
pública –siguiendo lo consagrado en el artículo 62 de la Constitución de la República
de Venezuela-, así como también, el ejercicio de este derecho se erige como un
acto progresivo de consolidación de la unión cívico-militar, máxime cuando su
participación se encuentra debidamente autorizada por la superioridad orgánica
de la institución que de ellos se apresta.”
Toda una verdadera perla jurídica, que sería bueno
analizarla por los estudiosos del derecho comparado, utilizando el articulado
328, 329 y 330 de la CRBV.
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela
VIDEO HOJADERUTA JORGE BOTTI CON RAFAEL ARRAIZ LUCCA
Jorge Botti
@jbotti1