viernes, 6 de mayo de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY VIERNES 06/05/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR EN ROJO

 

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES - * 06/05/2022 

ANGELICA MORA BEALS: EL BERENJENAL CHILENO. DESDE USA.





ANGELICA MORA BEALS: EL BERENJENAL CHILENO. DESDE USA.

Los que tienen que redactar la nueva constitución chilena no saben -o no quieren reconocer- en el "berenjenal" en que se han metido.

Los líos por las interpretaciones a los diferentes acápites de la nueva Carta Magna, están a la orden del día. Para comenzar hay -de partida- cinco explicaciones y análisis de lo que es "plurinacionalidad". Y no paren de contar.

La opinión publica chilena está más que confundida con todo el embrollo.

El laberinto se abre en ramas... y nadie entiende nada de nada de la nueva constitución, que reemplazará a la de Augusto Pinochet de 1980.

HISTORIA

En noviembre de 2019, como consecuencia las violentas manifestaciones ciudadanas de octubre y noviembre, el gobierno de Sebastián Piñera cedió y anunció un acuerdo político para generar una eventual nueva Constitución.

Esto implicó un plebiscito de entrada, que se desarrolló el 25 de octubre de 2020. En dicha consulta los ciudadanos aprobaron redactar una nueva Carta Magna que reemplazará a la actual constitución.

A la vez, se decidió su redacción mediante una Convención Constitucional, cerrando el proceso con un plebiscito ratificatorio en 2022. En abril de 2015, la presidenta Michelle Bachelet anunció que en septiembre del mismo año iniciaría un proceso constituyente para la redacción, discusión y eventual aprobación de un proyecto, que pretendía reemplazar a la Constitución de 1980. Sin embargo, tras terminar su mandato,, la Mandataria reconoció (que aquel proceso) "no lo logramos concluir a cabalidad".

"PLURINACIONALIDAD"

Investigadores están confundidos sobre las interpretaciones de lo que significa "plurinacionalidad". Los alcances del concepto, incluido en el artículo uno del borrador constitucional, se prestan para un acalorado debate. No son pocas las voces que han apuntado a que el término ha generado "confusión, en el público en general. Académicos y abogados tienen ahora el tremendo dolor de cabeza de profundizan en las definiciones de numerosos artículos.

"Chile es un Estado Social y Democrático de Derecho. Es "plurinacional, intercultural y ecológico señala el artículo 1 del borrador de la nueva Constitución, aprobado ---alegremente--- por el pleno de la Convención el pasado 12 de abril. En marzo pasado ya se había aprobado definir a Chile como un estado "Plurinacional e Intercultural" que reconoce la "coexistencia de diversas naciones y pueblos en el marco de la unidad del Estado y la libre determinación de los pueblos".

Un siguiente articulado también fija los derechos de los pueblos y naciones indígenas preexistentes y sus miembros, como "el pleno ejercicio de sus derechos colectivos e individuales, "la autonomía y autogobiernos, el reconocimiento de sus tierras, territorios (...) y participar plenamente, si así lo deseen, en la vida política, económica, social y cultural del Estado". Esto no ha parado las revueltas indígenas en el sur del país..

Alfredo Iturriaga Dar, es un lector de El Mercurio de Santiago de Chile y opina: "... Dar, dar, todo esto de la plurinacionalidad es dar derechos a estas minorías étnicas". "En ninguna parte he leído cuáles serán sus deberes como miembros políticos de este país..." "Porque si no lo sabían, los derechos van necesariamente de la mano con las obligaciones. No pueden existir los derechos si no existen las obligaciones, pero de esto último, nadie se pronuncia..."

Mientras tanto, la popularidad del nuevo presidente, Gabriel Boric, desciende cada día. La desaprobación de su gestión es más de un 30 por ciento, desde que inició el mandato. Pero hay algo más:

Ahora la presión por el aumento del rechazo a la propuesta constitucional que elabora la Convención Constituyente llevará al gobierno de Boric a gastar más de 400 millones de pesos chilenos ---equivalente a casi medio millón de dólares--- para intentar revertir la tendencia, antes del denominado plebiscito de salida del 4 de septiembre, en el que se decidirá si se aprueba o rechaza la nueva Constitución.

De este modo, que probablemente no dejará contento a nadie, los chilenos tendrán la última palabra...

Angelica Mora
angelicamorabeals@yahoo.com
lanuevanacion@bellsouth.net
@AlfredoCepero
@copihueblanco
Angelica Mora
Chile - Estados Unidos

TRINO MÁRQUEZ: UCRANIA, LA FUNDACIÓN DE UNA NACIONALIDAD. DESDE VENEZUELA

La defensa de la población rusa habitante de la zona del Donbás, al oriente del país, supuestamente sometida a un genocidio sistemático por parte del Gobierno de Kiev, es el primero de los argumentos esgrimidos por Vladimir Putin para justificar la brutal invasión de sus tropas al territorio ucraniano.

Los especialistas en historia rusa y ucraniana han demostrado que, desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, los pobladores de esa región de lengua rusa y los ucranianos convivieron sin problemas hasta 2014, cuando Putin invadió la península de Crimea con el fin de mantener un dominio directo en el Mar Negro; y, además, promovió la creación de grupos separatistas prorrusos en el Donbás, con el propósito de dividir la nación ucraniana y crear un corredor en el este y sudeste, que le permitiera a Rusia acceder sin dificultades al Mar Negro. A partir de esa fecha, el gobierno de Ucrania inició un conflicto bélico con los secesionistas financiados por el Kremlin, que nada tuvo que ver con los pobladores rusos genuinos, quienes no se sentían amenazados ni resentidos con los ucranianos.

Quienes sí tenían suficientes motivos para detestar a los rusos eran los ucranianos. Este pueblo fue sometido por Stalin en los años treinta del siglo XX a una de las peores hambrunas intencionales que se conozcan en la historia de la humanidad, el holodomor, que significa literalmente 'matar de hambre', El número de víctimas de ese genocidio jamás ha siso precisado, pero los cálculos más conservadores sitúan el número de muertes en varios millones de personas. Putin invirtió la historia.

La ‘desnazificación’ del territorio ucraniano, quitándole de encima a esa nación un gobierno despótico de naturaleza nazi, es otra de las causas utilizadas por el tirano ruso para justificar el asalto. Este argumento resulta tan cínico como el anterior. En Ucrania, siempre sometida al acecho del Kremlin, se estableció luego de su independencia de la URSS, una democracia liberal que –en medio de marchas y contramarchas- ha ido perfeccionándose. En los treinta años de historia reciente ha tenido candidatos presidenciales prooccidentales que han sido envenenados, se han producido gigantescas manifestaciones y protestas populares por el desconocimiento de resultados electorales, la resistencia democrática ha sido ejemplar para todo el planeta y por la casa de gobierno han pasado mandatarios de diferentes signos políticos e ideológicos. El actual presidente, Volodímir Zelenski –hombre vinculado al mundo del espectáculo-, fue electo en 2019 en unos comicios libres en los que participaron partidos y organizaciones de diferentes tendencias políticas. Es el sexto mandatario desde 1991.

Lo mismo no puede decirse de Vladimir Putin, quien ha impuesto un régimen tenebroso en la Federación Rusa. Desde su arribo al Kremlin hace más de veinte años, este hombre –formado en las filas del KGB- fue armando una maquinaria ensamblada para garantizar su permanencia vitalicia en el poder. En Rusia desaparecieron las elecciones libres, tranparentes y supervisadas. Los partidos políticos fueron proscritos y los medios de comunicación independientes, amordazados. Después de su despreciable aventura en Ucrania, el círculo de hierro alrededor de los medios independientes se ha cerrado aún más. Prohibió la información veraz y cualquier tipo de de crítica pública a la política del gobierno. Putin impuso un Estado totalitario en Rusia. Él es el verdadero nazi en esta trama.

Según el otro argumento que ha levantado, Ucrania es, siempre ha sido y será un territorio que histórica y culturalmente pertenece a la Madre Rusia. Si esta tesis tuvo algún viso de verdad en el pasado, el mismo Putin se encargó de borrarlo. La saña con la que ha actuado su ejército, la crueldad de sus oficiales y soldados, el uso de criminales profesionales como el Grupo Wagner, la destrucción total de Mariúpoli, Bucha y numerosos pequeños pueblos y ciudades, el asesinato de niños, ancianos y civiles a mansalva, y la violación de mujeres, acabaron con las posibilidades de que exista reconciliación en el presente o en el futuro cercano de los ucranianos con los gobernantes rusos. Ahora el pueblo ucraniano está construyendo su propia leyenda. Sus propios símbolos nacionales basados en el heroísmo de sus soldados, de sus oficiales, de su pueblo, y de ese titán en que se convirtió Zelenski. Mientras Putin representa la maldad, la crueldad y la barbarie autoritaria, Zelenski constituye el símbolo de la dignidad, la valentía y la libertad.

Putin quería anexionarse a Ucrania y acabar con su identidad nacional. Aniquilarla para que deje de ser un país autónomo. En cambio, lo que ha logrado es reafirmar la voluntad soberana de sus ciudadanos. Pretendía aniquilar física y moralmente a Zelenski. Logró lo contrario: convertirlo en el prócer nacional. La figura que encarna el coraje y la decisión del pueblo a no dejarse aplastar por la bota de un megalómano sanguinario, que aspira a reeditar las antiguas glorias del imperio zarista y del imperio soviético, ambos parientes cercanos del Tercer Reich.

Trino Marquez Cegarra
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

JOISE MORILLO: JUSTICIA DE IZQUIERDA. DESDE USA

“Según lo que aquí he visto, Sancho, es tan buena la justicia, que es necesaria que se use, aun, entre los mesmos ladrones” (Miguel de Cervantes).

Constantemente pienso que los intelectuales de sesgo izquierdista no es que están errado en sus apreciaciones respecto a la asimetría existente para la obtención de diferentes recursos para poder subsistir en un mundo cambiante de toda clase de mecanismos y procesos civilizados y mantener un estatus de vida digna o por lo menos sustentable en la medida de las posibilidades; pues, tienen en su haber susceptibilidades que les hacen reflexionar al respecto, con ello plantear soluciones que allanen esa asimetría. Por ende, se haga justicia.

El problema radica en la poca capacidad que poseen de darle mérito a las teorías y praxis más eficientes y efectivas que existen para producir lo que ideológicamente llaman capitalismo, la teoría del mercado. Igualmente, con la idea de manejar con la gerencia de un proceso ambiguo a sus preceptos, el Estado, distorsionan cualquier proceso productivo; derivado de intervenir los modos y medios de producción según sus directrices gubernamentales. Caso que automáticamente el mérito desaparece entre las esferas de producción para instalar una fuente de funcionarios que se distinguen por una supuesta fidelidad a la élite de gobierno, a los adláteres y acólitos. O sea, una caterva de individuos las más de las veces trepadores y oportunistas de oficio como supervisores o gerentes de las empresas e industrias, que, para colmo, no tienen la menor idea del funcionamiento ni objeto de lo que se debe producir. De este modo aparece el dolo, la corrupción y la muerte de cualquier elemento que contemple la filosofía de una política sana.

Del mismo modo consideran que las cosas habidas en las naciones producto de la gerencia de otras corrientes políticas o gobiernos anteriores que no comulguen con la doctrina de izquierda, deben desaparecer. Con ello crear una imagen de renovación donde se pretende obtener una especie de nuevo soberano con nuevos símbolos e ideas que demuestren ante el público una verdadera acepción nacional, un verdadero patriotismo (Chauvinismo). Las constituciones y las legislaturas son modificadas con la anuencia de un pueblo que ignora las consecuencias de estas arbitrariedades que tienen como objeto adaptar las leyes a sus conveniencias. De modo que, toman la venganza como justicia y la traición como patriotismo.

En el caso nuestro (Venezuela) tenemos como ejemplo de arbitrariedad e ironía desmedida por parte del chavismo que: aun cuando la consigna del chavismo se enmarca o tiene como abanderamiento la idea estadista, libertaria y revolucionaria de Simón Bolívar hasta el punto de haberse bautizado con bombos y platillos como bolivarianos, la traición a sus decisiones y contra el espíritu de independentista y la jerarquía en los consejos y juicios de guerra han sido opacados por el capricho de una corriente política que siempre había despreciado la decisión de Bolívar de fusilar a Manuel Piar. El haber vindicado con o sin mérito al mulato extranjero es una franca ofensa a las decisiones de nuestro libertador. Esta acción pone en tela de juicio el espíritu supuestamente bolivariano que el chavismo se jacta en profesar. Los Orientales de la tolda del PSUV y la izquierda recalcitrada de la UDO deben estar jubilosos porque incluyeron en el lar sagrado de nuestra Historia, El Panteón Nacional, a un reo condenado a muerte en un tribunal de guerra por sedición y conspiración, que puso en peligro parte de la gesta emancipadora, sólo porque era el único ejemplo de prócer adoptado por la idiosincrasia oriental del país.

Otra tara ofensiva contra la nación tiene que ver con lo que Carlos Altini llama fábrica de soberanías, donde todo debe cambiar para seguir igual o peor, pero se debe crear una imagen de renovación. La modificación arbitraria y la asignación a dedo de funcionarios públicos en cargos tan importante como el Tribunal supremo de justicia es una violación flagrante a la verdadera soberanía nacional. La selección definitiva de los nuevos magistrados estuvo a cargo de un parlamento, espurio que funge de Asamblea Nacional. Ilegítimo de origen y desempeño, porque cuando delibera, decide lo que esté fraguado a mano alzada como señal de mansedumbre protagonizadas por integrantes del fraude electoral electos en ausencia de las directivas legítimas de los partidos opositores, secuestradas a través de los sedicentes, “alacranes” o “cipayos” -el término que les encanta- designados a “dedo” por ese mismo TSJ, que ahora Dizque depurado.

“Parió la “agüela”. “TSJ, habemus”. Finalmente, la ilegítima, Asamblea Nacional eligió los compatriotas que presidirán, durante los venideros 12 años, el maltrecho, por no decir inexistente, gobierno judicial de Venezuela.” (Omar Estacio)

Si, son intelectuales que piensan en las masas desposeídas, pero con el único fin de tenerlas de apoyo en los fraudes electorales que programan como teatros del cinismo que tienen como patrón de conducta.

Joise Morillo
@kao_joi_lin
Venezuela-USA

GEORGE CHAYA: LA GUERRA DE UCRANIA TERMINÓ CON LA POLÍTICA DEL “SOFT POWER” . DESDE ARGENTINA

Un enfoque práctico indica que la posibilidad de una guerra atómica debería descartarse. Sin embargo, los estados totalitarios han mostrado a través de la historia cierta tendencia a su autodestrucción y esta es una variable que genera latente preocupación en los centros de poder mundial.

En las primeras dos décadas del siglo XXI se han presentado diversos conflictos con entidades para-estatales violentas; la irrupción más gravosa ha sido el terrorismo islamista que golpeó docenas de países en distintos puntos del globo. Estas acciones dieron lugar a la profundización de una confrontación geopolítica entre estados-nación reconocidos por la comunidad internacional y entidades para-estatales conocidas como organizaciones terroristas.

Desde el 11 de septiembre de 2001, una línea histórica de tiempo muestra con claridad el crecimiento de la endemia que la violencia terrorista y sus perversas modalidades trajo consigo. Tal estado de cosas trazó un vector de conflictos profundizados, no todos ellos respondidos en tiempo y forma por Occidente. Sin embargo, la invasión de Ucrania es la fotografía descriptiva y el ejemplo mejor acabado del primer conflicto entre estados reconocidos por la comunidad internacional con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial cuando Europa se había alejado de la idea de la guerra a gran escala en la creencia -errónea- que ella había quedado sepultada en mayo de 1945, con el final de la era criminal del Tercer Reich de Adolfo Hitler. No obstante, las operaciones militares lanzadas por el Kremlin a finales de febrero fueron el brutal recordatorio para Europa y el mundo de que la violencia no estaba excluida del viejo continente en materia de conflictos geopolíticos y geoeconómicos.

La guerra de Vladimir Putin dio por tierra con el estado de armonía, modernidad y con la sensación de felicidad europea. Toda creencia de que lo negativo había llegado a su fin en los ´90 con la implosión de la ex-URSS y la atmósfera represiva de la era de la Guerra Fría pareció quedar atrás y un nuevo mundo, enfocado en la libertad económica y las libertades individuales emergía; el poder central creyó que las crisis podían neutralizarse a través de la aplicación de la teoría del Soft Power (Poder Blando). Sin embargo, nada de eso mostró ser la solución en la visión de las nuevas estructuras de poder que la Federación Rusa fue tejiendo desde la llegada al poder de Vladimir Putin.

Las distintas informaciones que se dan a conocer por estas horas sobre el crecimiento de las operaciones militares rusas muestran la profundización clara de una segunda ofensiva sobre Kiev y generaron fuertes declaraciones de la Organización del Atlántico Norte (NATO por sus siglas en inglés) que escalan la retórica amenazante del canciller ruso Sergei Lavrov, el jefe de la cancillería rusa ratificó que el mundo se encuentra a metros de una guerra nuclear. Los dichos de Lavrov empujaron a Occidente y al resto del mundo a un escenario de duda mayor sobre lo que pueda traer el futuro y cuáles serán las implicancias de esta situación de ruptura a lo conocido hasta el 24 de febrero de 2022, cuando las tropas del Kremlin ingresaron a Ucrania.

Las declaraciones del canciller Lavrov colocaron a Washington, la Unión Europea (UE) y la OTAN en la situación del experimentado boxeador tratando de asimilar los golpes que recibe ante los inesperados dichos de Lavrov; las cancillerías europeas y las agencias de inteligencia de varios países alertan que el conflicto podría durar años; la política internacional en general y los sectores militares en particular están tranzando nuevos mapas estratégicos con sus consiguientes implicancias. En términos generales y como nunca antes, los europeos están preocupados por primera vez en muchos años.

En ese escenario, es cada día más claro que la guerra no será gratis para Rusia ni para Ucrania, aunque la mayor capacidad militar de Moscú pueda posicionarlo como vencedor en el corto plazo, la contienda está lejos de un final político sin gravosas implicancias económicas aunque no escale el nivel de guerra convencional puesto que las partes involucradas, más allá de las desatinadas declaraciones de Lavrov o de quienes apoyan a Ucrania con logística, inteligencia y armamento no están interesados en una escalada nuclear.

Un enfoque práctico indica que la posibilidad de una guerra atómica debería descartarse. Sin embargo, los estados totalitarios han mostrado a través de la historia cierta tendencia a su autodestrucción y esta es una variable que genera latente preocupación en los centros de poder mundial, aunque nadie ignora que de llegarse a un escenario de tal naturaleza, como ha señalado un documento reciente de la Oficina de Seguridad de la UE, huelga decir que no habrá un ganador. Sin embargo, al día de hoy y según está planteada la guerra, tampoco dejaría un claro ganador más allá de la reivindicación de una victoria por una de las partes, sea por la superioridad militar rusa o por la encarnizada resistencia ucraniana.

En resumen, como declaró el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en su visita del jueves a Kiev, la invasión rusa generó la destrucción de la infraestructura y ciudades de Ucrania con un alto e innecesario costo de vidas inocentes. Sin embargo, lo que Guterres no dijo, es que claramente, la de Ucrania es una guerra que nadie podrá ganar sin una salida diplomática consensuada del conflicto. De allí que aquellos que piensan que habrá un ganador aplastante o se inclinan por su apoyo abierto a una de las partes pueden caer en la trampa de un escenario político-económico de post-guerra extremadamente difícil de superar para las relaciones políticas y económicas si el conflicto se extiende en el tiempo.

Tales consecuencias se agudizarían después de un eventual armisticio o cese del fuego y demandaría a la comunidad internacional muchos años resolverlas. De allí que quienes apoyan a Putin o se muestran paralizados al momento de apoyar a Ucrania no están visualizando claro un escenario que ha superado dos meses de operaciones militares rusas que expuso las posiciones erráticas de potencias europeas Occidentales como Alemania o el propio Washington que se muestran empecinados en perseguir intereses que al final del camino serán de suma cero.

En consecuencia, el conflicto bélico ucraniano no podrá ser detenido en la medida que dirigentes políticos autoritarios que cometen crímenes de guerra no sean detenidos en sus acciones, Putin es uno de ellos. Menos aun cuando el modelo europeístas actual -con raras excepciones- se muestra alineado con las corrientes pacifistas que dirigentes como Putin se llevaran por delante militarmente cuando crean que su seguridad nacional se vea comprometida y perciban que las naciones más débiles no tienen más opción que convertirse en un “estado tapón” o enfrentar su destino y la pérdida de su capacidad de decisión soberana, incluso si ello implica la destrucción de esos pequeños estados a través del uso de la fuerza militar. Ucrania es una muestra de ello, como también es el final de la era de “poder blando”, la que ha muerto para dar lugar la lucha existencial que inevitablemente da lugar a la guerra.

En el caso ruso, lo que motiva la invasión de Ucrania es la voluntad de impedir el plan estratégico ucraniano de incorporarse a la UE y a la OTAN, pero al mismo tiempo se relaciona con asegurar y cerrar el dialogo sobre su espacio vital, el que Rusia considera fuera de cualquier negociación posible.

Todavía es prematuro proyectar si Rusia lograra sus objetivos por medio de la fuerza militar y el presidente Joe Biden, volvió a mencionarle el tema cuando habló con Putin para al saludarlo por las Pascuas ortodoxas días pasados. Pero Putin no escucha a nadie en asuntos militares excepto al gobernante chino, Xi Jinping, con quien tiene intereses económicos vitales para Rusia.

Pero el líder ruso está convencido que este es el momento de mayor debilidad de Occidente en materia de unidad de poder, en consecuencia cree poder alcanzar sus objetivos en la medida que sus operaciones bélicas alcancen con rapidez el éxito que persigue. Para Putin todo lo que se relacione con costos a pagar en materia económica, política, bajas militares o pérdidas materiales se compensarían con la consecución de los objetivos que derivaran en beneficios superiores a las perdidas. Según su accionar, no quedan dudas que Moscú ha dejado de lado su posición de “poder blando” asumida en los tiempos posteriores a la caída de la ex-URSS. Hoy, Putin considera obsoleto al Soft Power en política internacional, su pensamiento estratégico muestra el deseo inequívoco de retornar a las fuentes de la Rusia zarista donde el temor y la violencia eran mejor que la paz y la aceptación del otro al poder blando. Pero La historia es categórica en varios ejemplos relacionados a esta posición, uno de ellos -tal vez el más importante- muestra que en materia geopolítica, dejar de lado la importancia de aspectos no militares de la guerra puede ser un pasaje sin retorno al desastre.

Hay muchas lecciones a considerar para no perder perspectiva; por ejemplo, las tropas militares estadounidenses no perdieron ninguna batalla importante en Vietnam y aún así, Washington fue derrotado en esa guerra, más allá de su superioridad militar, tecnológica y economica. La ex-URSS experimentó algo similar en su invasión militar a Afganistán en los años ´80 y lo propio sucedió recientemente a Estados Unidos, también en Afganistán.

Vladimir Putin debería reparar en esos aspectos si quiere salir airoso en esta operación armada que lanzó el 24 de febrero; los estadounidenses sufrieron grandes pérdidas económicas en Vietnam y Afganistán, pero su economía pudo superar rápidamente y sin angustias para sus ciudadanos esos eventos. Rusia no está en condiciones de pasar por lo mismo, su actual economía no es la estadounidense, Ucrania, aún destruida si es que Moscú así lo decide, puede ser el principio del fin de la era Putin a cargo del Kremlin.

George Chaya
@infobae
Argentina

ARIEL PEÑA: !FUERA RUSOS DE UCRANIA! . DESDE COLOMBIA

En la manifestación del domingo primero de mayo, que se inició en el Parque Nacional de Bogotá, para conmemorar el Día Internacional de los trabajadores, observamos algunas pancartas de sindicatos con el lema: “¡fuera Rusos de Ucrania! especialmente ADEBAN (Asociación Democrática de Empleados del Sector Bancario y Financiero), lo cual demuestra la preocupación de un importante sector de los trabajadores colombianos, por una situación que puede conducir a un holocausto nuclear, debido a las ambiciones hegemónicas de Moscú con Vladímir Putin a la cabeza, de modo que es altamente significativo resaltar la preocupación de los sindicatos, que es diferente a la actitud asumida por el candidato Gustavo Petro, ya que cuando se le preguntó sobre el asunto, exclamó: “Que Ucrania, ni que ocho cuartos”.

No solo en Bogotá en la manifestación obrera que terminó en la Plaza de Bolívar, se observaron esas proclamas en contra de la Invasión Rusa a Ucrania, sino que además en otras ciudades del país también hubo repudio a la guerra propiciada por el régimen ruso que ha buscado avasallar a Kiev, demostrándose de igual manera la indignación universal de los trabajadores en contra de la invasión, puesto que en la mayoría de naciones, las marchas del primero de mayo estuvieron matizadas por la condena a la agresión del Kremlin a un país vecino, cuyas consecuencias para la humanidad, pueden ser catastróficas no solamente por el peligro de la Tercera Guerra Mundial, dado que también existe la posibilidad de una recesión mundial que traería más hambre, desempleo y pobreza.

Sin embargo seguidores de la estafa comunista del marxismo leninismo, en su enfermizo dogmatismo, siguiendo la consigna, acerca de que: “Hay que apoyar todo lo que el enemigo combate y combatir todo aquello que el enemigo apoya”, consideran en su irracionalidad que la culpa es de EE.UU, como si este fuera el invasor de Ucrania; a lo que se agrega que Putin es un personaje homófobo, reaccionario, machista y racista, pero a la mamertada latinoamericana poco le interesan esas posturas y solo ven al enemigo en Norteamérica.

Así como los demócratas en su momento, rechazaron la guerra en Vietnam en la década de los sesenta y setenta por la presencia de USA; además de repudiar la ocupación norteamericana a Irak en el 2003 y la invasión soviética a Afganistán en la década de los 80 del siglo pasado, igualmente ahora los amantes de la paz que abrazan de verdad la democracia, condenan la agresión rusa a un país débil como ocurre en el caso de Ucrania, que su único pecado es buscar fortalecer su independencia después de haberse derrumbado la URSS.

Queda verificado que las élites comunistas y sus seguidores, tienen criterios selectivos frente a la autodeterminación de los pueblos y la independencia nacional, en vista de que por ninguna parte se observa la desaprobación del ataque ruso sobre Ucrania, cosa contraria sucede con organizaciones de los trabajadores que de manera solidaria se pronuncian en favor de sus hermanos ucranianos y rusos que son víctimas de la tiranía moscovita, que busca subyugar y expoliar a los pueblos vecinos, para reverdecer el imperio agresivo del pasado, del que Vladímir Putin es un nostálgico.

Asimismo se resalta que el domingo primero de mayo en la Plaza Bolívar de Bogotá, sectores afines al candidato marxista Gustavo Petro, pretendían utilizar la concentración para fines electorales, olvidándose de las condiciones pluralistas, libertarias e independientes del Sindicalismo Democrático; debido a lo cual después de la intervención acendrada del presidente de la CGT(Confederación General del Trabajo) la plaza se desocupó, puesto que la gran mayoría de miles de trabajadores que se encontraban en ese sitio, son militantes de la central obrera CGT; por lo que los parlamentarios petristas que estaban en el lugar, no tuvieron la oportunidad de echar sus monsergas, por ausencia de público, demostrándose nuevamente la madurez de los trabajadores colombianos.

Indudablemente el talante de sindicatos como ADEBAN, frente a la invasión de Rusia a Ucrania, está indicando que los trabajadores no se dejan llevar de políticos que con sofismas ramplones, buscan ningunear la gravedad de un acontecimiento que perjudica a toda la humanidad; en atención a lo cual le corresponde al Sindicalismo Democrático continuar en Colombia denunciando las tropelías rusas.

Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia

GABRIEL BORAGINA: DIVISIÓN DEL TRABAJO, VENTAJAS COMPARATIVAS Y PROTECCIONISMO. DESDE ARGENTINA

‘’Cooperando cada uno de nosotros hace lo que puede hacer mejor e intercambia los excedentes. Un sistema que se auto-regula cooperativamente por el principio de simpatía que vamos y hacemos cosas según esa inclinación natural’’[1]

En realidad, la palabra simpatía no parece la más adecuada excepto que el autor este dándole un sentido que no aparece nítido de entrada. Como dijo Adam Smith, no es por caridad ni por benevolencia hacia el prójimo que la gente intercambia sino por pura necesidad, es decir para satisfacer sus propios intereses egoístas (aquí la palabra egoísmo se emplea como sinónimo de interés propio, que era el mismo sentido que le daba L. v. Mises, y no en el significado peyorativo que normalmente se le otorga).

Si se quiere decir por ‘’simpatía’’ que hacemos las cosas que más nos gustan, es notorio que, a veces, lo que más nos gusta no es lo que hacemos mejor. De allí que, el término no resulte del todo feliz. Tampoco lo es si por simpatía se quiere referir que hacemos cosas bien porque los demás nos resultan simpáticos, lo que claramente tampoco es real, salvo en situaciones muy puntuales.

‘’¿Esto qué produce? Dicen los economistas que, mutatis mutandis, cambiando lo que haya que cambiar, el principio de división del trabajo aplicado a las naciones, países, regiones, se convierte en el concepto de ventajas comparativas, es decir, las colectividades, las instituciones, las sociedades, zonas, regiones o países, tienen ventajas comparativas unas respecto de otras. Hay un país que puede hacer una cosa mejor que otra, entonces no tiene sentido que todos hagan todo sino que todos descubran dentro del principio de división del trabajo qué pueden hacer mejor y exploten lo que puede hacer mejor’’[2]

Sin embargo, no todos los economistas sostienen esa teoría. Se puede decir que -con excepción de los economistas liberales- nadie más participa de esa tesis. De lo contrario, el mundo no estaría tan mal económicamente como lo está. De hecho, antes del siglo XVIII la gran mayoría del mundo era proteccionista, y los teóricos que se ocupaban del tema propiciaban la autarquía por encima del librecambio.

La Edad Antigua, Media y Moderna (en la clásica aunque bastante cuestionable división escolar de las etapas históricas) fueron dominadas prácticamente por el feudalismo, el que luego -paulatinamente según zonas y momentos- fue siendo reemplazado por el mercantilismo. Imperaba en la época el Dogma Montaigne llamado así por el pensador francés de ese tiempo que sintetizaba el problema bajo el apotegma que formuló por el cual según él ‘’La pobreza de los pobres era consecuencia de la riqueza de los ricos'’, y fue en base a esta popular falacia que se cimentaron las ideas proteccionistas primero y socialistas después. En tal sentido, Montaigne fue un temprano precursor del marxismo.

Muy tardíamente, hacia finales del siglo mencionado antes (XVIII) trabajosamente fueron tomando cuerpo las primeras ideas librecambistas. Sin embargo el siglo XX con el advenimiento del socialismo representó históricamente una regresión a las épocas más primitivas del mundo, con una vuelta hacia las economías tribales de subsistencia. Aunque pareciera de toda obviedad, lo que expone el párrafo citado sigue siendo al día de hoy una teoría cuasi revolucionaria aceptada por muy pocos.

Pero el autor comentado sigue explicando el modelo :

‘’El ejemplo prototípico es Chile, que ha creado toda su filosofía y su política económica en la explotación de su ventaja comparativa y ¿Cuál es su ventaja comparativa? La estación cambiada. Cuando los agricultores chilenos descubrieron una cosa obvia, que están al sur del Ecuador y pueden vender fruta al norte cuando allá es invierno, se volvieron ricos porque en lugar pretender ser un país desarrollado haciendo fábricas para competir con los chinos, cosa que nunca podrían hacer, decidieron vender manzanas, flores, peras y salmones, al norte. Es decir, vender en Ámsterdam, Frankfurt o en Londres un ramo de rosas por San Valentín no vale lo mismo que venderlo en Lima o Bogotá, donde es verano, pero al norte, donde no es verano, explotas a un precio distinto’’[3]

En realidad, el ejemplo aplicaría no sólo a Chile sino también a la Argentina antes de la llegada del populismo en la década del 40 hasta la fecha. La grandeza de la economía argentina residió (hasta principios del siglo pasado) en su carácter de productor y exportador de artículos primarios (denominación clásica que se les da a aquellos que son de origen agropecuario y ganadero).

En aquella época las ideas liberales estaban más aceptadas (si bien no plenamente) que con posterioridad. La Argentina se especializó en lo que sus ventajas naturales le permitían y, en base a ello, se convirtió en un país agroexportador, colocando sus productos en los mercados internacionales con gran aprobación. Todo esto duró hasta que las teorías intervencionistas y proteccionistas fueron ganando terreno hacia finales de la década del 30 y fueron abriéndose camino hasta la actualidad. Fue a partir de allí que se inició la vía hacia el subdesarrollo del país en el que continua sumido a hoy.

El peronismo significó el apogeo de estas ideas retardatarias, y su inexplicable vigencia la causa de la frustración y postergación del país hasta hoy. Incluso en los breves intervalos en los que no fue gobierno sus eventuales reemplazantes dieron una suerte de continuidad (aunque en sus discursos lo negaran) a sus más perversas prácticas, las que apenas se atrevieron a suavizar un poco, o darles una apariencia más ‘’presentable’’, pero en ningún caso representaron una erradicación de cuajo de su proteccionismo e inclinaciones autárquicas.

Pero otro tanto ocurrió con los demás países de la región en distintos grados, variantes y periodos. Chile fue quien, quizás, mejor mantuvo la filosofía que expone el autor comentado. Pero al momento de escribir estas líneas un gobierno de corte comunista amenaza con sumir al país nuevamente en la autarquía, lo que equivaldría a destruir lo que con tanto esfuerzo se obtuvo.

[1] Enrique Ghersi ‘’El costo de la legalidad’’. publicado por institutoaccionliberal • 16/01/2014 • El costo de la legalidad | Instituto Acción Liberal http://institutoaccionliberal.wordpress.com/2014/01/16/el-costo-de-la-...
[2] Ghersi ‘’El costo…’’ Ibídem.
[3] Ghersi ‘’El costo…’’ Ibídem.

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Argentina