domingo, 12 de junio de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY DOMINGO 12/06/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR ESPECIFICO

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES -  

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: LA PIEDRA QUE ERA VELÁZQUEZ. DESDE VENEZUELA








MIBELIS ACEVEDO DONÍS: LA PIEDRA QUE ERA VELÁZQUEZ. DESDE VENEZUELA

“Hubiera preferido otra muerte… me equivoqué al creer que los duelos políticos nunca serían duelos a muerte”. Con la defenestración de Carlos Andrés Pérez en 1993, se vive un proceso del todo ajeno a nuestro fogueo republicano. Por primera vez se interrumpía el mandato de un gobernante democráticamente electo para dar curso al juicio que coronaría con su destitución. El derrocamiento constitucional (Carlos Raúl Hernández y Luis Emilio Rondón: La democracia traicionada, 2005), la romería de demonios ataviados de moralismo republicano, trueca en espejismo colectivo. En medio del trance, algunos vaticinan que la salida de CAP hará que la paz reine nuevamente para “ir sin traumas al proceso electoral”. Lo que siguió da cuenta del autoengaño. Se cumplía así un despropósito, dicen los autores: esa “Ley del corazón”, conciencia enloquecida, purificadora, caótica que, según Hegel, el individuo desea convertir en “ordenamiento universal”, a espaldas de toda cauta limitación del poder.

Quizás uno de los pocos pasos sensatos desplegados en medio de esa “marcha de la locura” que desfiguró a la democracia venezolana, fue el que tuvo como protagonista a Ramón J. Velásquez. Elegido por consenso para asumir las riendas de una transición inédita, comprometido durante los últimos 8 meses de un quinquenio que se consumaba en el vértigo de la crisis sistémica, el desafío era inconmensurable. Presentía que Venezuela era “un gran circo, y el número era del más viejo equilibrista caminando por la cuerda floja”.

Afirmaba Edgar Otálvora (La paz Ramónica, 1994) que todo presidente “llega al gobierno contando por lo menos con seis elementos que sirven de impulso inicial… y casi seguro sustento durante la gestión: un partido político o coalición de varios; un equipo de campaña electoral; un equipo de asesores encargados de la elaboración del programa de gobierno, la oferta electoral; un grupo de amigos solidarios y dispuestos a cooperar, (…) una fracción parlamentaria afín”. Eso, amén del factor vital: tiempo, “útil para formar gobierno, preparar el despegue, las primeras acciones, el efecto publicitario de los primeros días, decantar los equipos de trabajo”. Pero Velásquez llegó a la presidencia sin ninguno de esos avíos. Quizás “con una importante lista de leales amigos, pero sólo eso, lo cual no basta para armar gobierno y gobernar”.

Para el cargo se lanzan, además, los nombres de Reinaldo Cervini y Calderón Berti. (En algún punto sonaron los de Octavio Lepage, quien ejerció la interinidad en su condición de presidente del Congreso; y Carlos Delgado Chapellín, ex-presidente del CSE, a quien Velázquez luego designa ministro de Relaciones Interiores). No obstante, en sesión conjunta del Senado y Cámara de Diputados y con respaldo de las Fuerzas Armadas, Fedecámaras y la CTV, la deliberación bendice a Velázquez. 205 votos de un total de 236. Lo que venía, advierte el inopinado jefe de Estado, era una prueba de fuego para las instituciones del país.

En medio de tal conmoción, del descabezamiento del sistema político, ¿qué habilidades vieron sus pares en Velázquez para encomendarle la misión de serenar ánimos y asistir a una nación tan rota? Su amigo, el ex senador Carlos Raúl Hernández, ayuda a reconstruir la complejidad de las horas que certificaron “la sagacidad, el extraordinario talento político” del historiador, periodista y político. Autor de una obra historiográfica y periodística fundamental, erudito “extremadamente respetado”, objeto de grandes simpatías. Hombre vinculado a todos los peligros, como lo pintó José Agustín Catalá; una trayectoria honorable que incluyó lucha y cárcel durante la dictadura de Pérez Jiménez. Como Secretario de la Presidencia en tiempos de Betancourt lidió con la insurgencia armada, 22 intentonas que desde la izquierda y la derecha amenazaron a la joven democracia. Tal circunstancia lleva a Betancourt a asignarle un rol estratégico en la interlocución con la izquierda, contó Velázquez al amigo. Astuto como era, Rómulo mantuvo el control de la fluida relación con las Fuerzas Armadas y los sectores conservadores, y dejó en manos del colaborador más cercano un vínculo “muy sano” con quienes incluso habían abrazado posturas insurreccionales.

Pero la piedra angular de su prestigio como articulador de posturas diversas, se ata a su desempeño en la comisión pluripartidista para la reforma y descentralización del Estado. La COPRE, “de los organismos más exitosos de nuestra historia democrática, donde las visiones más dispares encontraban síntesis”, operó bajo su dirección entre 1984 y 1986, recuerda Hernández. Siempre remiso a “fabricar fantasías”, Velázquez encarna al político idóneo para ese tránsito que nadie anticipó. Azuzado por las dificultades pero dueño de comprobada virtù, el ex senador del Táchira se alzó como la primera opción de todos los sectores políticos, Gustavo Tarre dixit. “Gobernaré consultando a todos los sectores”, ofreció y cumplió; “aunque la responsabilidad de los actos de gobierno siempre será mía, en tanto que las decisiones las toma el gobernante en soledad”. Un país dislocado aparecía, por momentos, imbuido de cordura.

No es gratuita la invocación del episodio. El presente, siempre jugando a ser eco fullero del pasado, reedita callejones, impele a apurar decisiones y forjar acuerdos en medio de las peores borrascas. A merced del alud de candidatos con ojos puestos en 2024, nos vendría bien masticar las gruesas razones y sutilezas que -parafraseando a Otero Silva- condujeron hacia la piedra que era Velázquez. Qué necesita el país es, de nuevo, la pregunta. La esperanza de cambio no claudica. “Siempre pienso que los venezolanos están en movimiento”, repica Ramón J.; que “la hamaca del sueño borracho ha sido reemplazada, y que cualquier día amanecerá un nuevo país en marcha hacia su gran desarrollo…”.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela

Nota del Editor: Virtù es un concepto teorizado por Nicolás Maquiavelo, centrado en el espíritu marcial y la capacidad de una población o líder, pero también abarca una colección más amplia de rasgos necesarios para el mantenimiento del estado y "el logro de grandes cosas".

VICENTE BRITO: DIÁLOGO EN DIMENSIÓN DESCONOCIDA. DESDE VENEZUELA

El país manifiesta su angustia causada por la falta de acuerdos que permitan soluciones a las inquietudes ciudadanas. No solo en la agenda electoral sino también en propuestas que incluyan las limitaciones sociales, que afectan a las familias que manifiestan su angustia causada por la falta de acuerdos que permitan soluciones a la complejidad en que nos encontramos, que den respuesta a los altos niveles de inflación, a la falta de empleo bien remunerado y mejores niveles de calidad de vida.

Es el momento propicio para lograr las respuestas que faciliten soluciones a las limitaciones que todos conocemos y vivimos; impulsando la agenda económica con la participación de los actores sociales y que facilite los cambios necesarios que permitan a los actores económicos desarrollar la capacidad de aumentar la producción y desarrollar un crecimiento justo. Aportando soluciones a las necesidades sociales que afectan a los venezolanos.

Soluciones que los ciudadanos solicitamos de manera permanente a través de la vocería popular que se expresa a lo ancho y largo de la geografía del país.

Está en manos de los participantes del diálogo dar respuesta a estos reclamos ciudadanos. Con el compromiso mayor para los que conforman los centros de poder del estado.

Los venezolanos aspiran que este diálogo no se convierta en una forma de dimensión desconocida y que finalmente se logren acuerdos beneficiosos para el país. Que se presente como el mecanismo idóneo que aporte soluciones a la problemática que nos afecta, y que en definitiva de verdaderas soluciones sin dilaciones. Eso es lo que esperamos.

La Nación se lo merece y está atenta a los acontecimientos por venir.

Vicente Brito
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución 

Venezuela

RONNY L. PADRÓN P.: LA BUENA VECINDAD DEMOCRÁTICA. DESDE VENEZUELA

Nunca estará demás reiterar verdades, sobremanera cuando estas son fundamento para nuestra supervivencia. Una de tales lo constituye esa necesidad de la actual sociedad democrática venezolana, de contar con países vecinos regidos por democracias.

Esto es así entendiendo que la liberación nacional resultará imposible con el solo esfuerzo de los venezolanos en suelo patrio considerado como fuere el control total que ejerce el socialismo dominante sobre la casi totalidad de los factores determinantes en la nación a saber: El Poder Público, instituciones tales como las organizaciones con fines políticos, profesionales, universitarias, gremiales y sindicales, y el movimiento empresarial venezolano. La Iglesia Católica se nos antoja como la única institución que a la fecha presente goza de autonomía, algo ciertamente extraño por estas latitudes.

Así las cosas, reconociendo además que adolecemos hoy día de un movimiento de resistencia organizada, el sostenimiento del ideal democrático en esta Venezuela bajo socialismo pasa necesariamente por la permanencia de regímenes democráticos allende a nuestras fronteras, no solo por el hecho de otorgarle sentido a la tragedia venezolana como esa lección que es necesario evitar a nivel continental y mundial, sino sobremanera por el apoyo que necesitamos nos prodiguen llegada la hora del restablecimiento pleno de la democracia con la República de Venezuela.

No podía ser de nuestro agrado que el candidato de la democracia para la segunda vuelta en los comicios presidenciales de la hermana República de Colombia hubiere expresado recién su particular inclinación por un restablecimiento pleno de relaciones diplomáticas con el régimen de facto socialista y genocida dominante en Venezuela. Sin embargo, más allá de nuestra esperanza en una pronta rectificación respecto a esa política puntual, el solo imaginar un ascenso al poder para el candidato presidencial del socialismo colombiano nos invita a mirar con mejores ojos el venidero mandato presidencial de un independiente para Colombia ¡Prohibido Olvidar! Oración y trabajo.

Ronny Padrón
caballeropercivall@gmail.com
@caballeroperci
Venezuela

GABRIEL BORAGINA: INTERVENCIONISMO, INFORMALIDAD, POBREZA Y RIQUEZA. DESDE ARGENTINA

‘’…esa es la monstruosa tragedia del intervencionismo y del positivismo jurídico: que queriendo hacer el bien, hacen el mal porque no entienden que la ley es más costosa para el pobre que para el rico, a todos le cuesta pero al rico le cuesta menos que al pobre, porque el rico tiene más y el costo del rico de suyo será menor que el costo de oportunidad del pobre’’.[1]

Como hemos dicho siempre, no hay acción sin costo. Un sistema legal (cualquiera que él fuere) es fruto de la acción humana, por lo tanto no puede escapar a este axioma praxeológico.

Probablemente lo que quiere decir el autor, es que el intervencionismo y el positivismo jurídico coadyuvan a la expansión del sistema legal. El diseño de ese sistema legal tiene un costo representado por el tiempo y el dinero que se emplea en la elaboración, estudio, debate y sanción de las leyes que se hacen en los parlamentos o congresos del mundo. A eso, hay que añadirle los costos que las distintas leyes impondrán a aquellos a quienes vaya dirigida. Obviamente dichos costos irán a perjudicar más a la gente de menores recursos que a los de mayores.

‘’Brevemente: Si cumplir con la ley cuesta cien y yo tengo de ingreso uno y tú tienes mil ¿a quién le cuesta más? Al que tiene uno le cuesta todo, y eso es lo que pasa en Lima, en Buenos Aires, en La Paz, en Caracas, en Managua, y en Guatemala me temo que también’’[2]

El autor compara los costos de la ley en las ciudades de los países que menciona, posiblemente por las asimetrías que existen en ellos en cuanto a rentas y patrimonios. Asume (sin mayores demostraciones) que en esas ciudades habría mucha gente que tiene poco y poca gente que tiene mucho. Pero sea así o no (lo cual no es tema por ahora de estas reflexiones) sigue siendo cierto que las leyes crean y asignan costos no deseados por aquellos a quienes esas leyes van dirigidas.

‘’De manera que cumplir la ley me puede costar diez o cien cuando tenemos un país en el cual hay unos pocos que tienen dinero y muchos que no lo tienen, entonces en países que además tienen una distribución del ingreso como la que tenemos en América latina, es monstruoso tener un sistema legal positivista y costoso, porque al que perjudica es al pobre, al rico también le hace daño, no diremos que los ricos están felices porque tienen que gastar plata inútilmente’’[3]

Los costos no implican solamente ``gastar plata`` como se dice aquí, porque afirmar esto tajantemente implicaría haber olvidado todo lo que explicamos cuando abordamos el tema de los costos contables y los de oportunidad sus diferencias.

El costo –recordémoslo- es la alternativa que se pierde o se abandona para poder lograr otra cosa en su lugar más deseable que lo que se sacrifica.

Lo que presumiblemente quiera decir el autor en comentario es que, mientras el rico puede afrontar el costo pagándolo con dinero, el pobre no tiene esa posibilidad, y en su lugar deberá dejar de consumir bienes o servicios que, antes de los costos impuestos por la ley, consumía. Pensemos, por ejemplo, en una ley de control de precios y de salarios.

Si se tratan -en el último caso- de salarios mínimos, el costo de aquellos salarios que le ley eleve por encima de la productividad marginal del trabajo será el de la desocupación. En otros términos, el costo para el trabajador será el de dejar de serlo y pasar a ser un desocupado más.

‘’claro, cuando se aprueba una nueva normativa tributaria en el congreso, ¿Qué hace el rico? Contrata un abogado o un contador y se olvida de la historia ¿Qué hace el pobre? Pues no puede cumplir con la ley, tiene que desertar de la legalidad y regirse por la costumbre, máxime si en Guatemala como en Perú dicen que solo una ley deroga otra ley, cosa que como ya sabrán es una perfecta mentira y una redomada injusticia’’[4]

Pasa por alto el autor que para el rico ese contratar un profesional es otro costo más que se le agrega al que la ley le imputa. Pero la idea, seguramente, será decir que el costo del profesional será menor al impuesto que el rico procura evadir legalmente.

Por supuesto que el pobre no tendrá esa opción, y su única salida será la de quedar fuera del sistema legal, con lo cual automáticamente se convertirá en un infractor al mismo. Pone ejemplos de los países de donde el proviene (Perú) y donde está pronunciando su conferencia (Guatemala). Pero lo mismo se aplica al resto de los países de América latina.

‘’De manera que no solo es costosa la ley sino que los costos se reparten asimétricamente. Hay una relación inversa entre ingreso y costo de la legalidad, al rico le cuesta menos cumplir con la ley que al pobre, al pobre le cuesta más cumplir con la ley’’[5]

Es un corolario de todo lo que el viene exponiendo y nosotros comentando. Y esto representa una desventaja del positivismo en cuanto la ley se aplica monopólicamente desde el vértice del poder.

Esos costos artificiales impuestos por la ley crean una marginalidad que desplaza de la formalidad legal a los menos favorecidos económicamente. En tal sentido, más le beneficia al pobre regirse por la costumbre, pero se perjudica al quedar afuera del sistema legal formal que otorga privilegios a los que más tienen.

‘’Eso significa que los legisladores, que no tienen idea de lo que estamos hablando, deberían ser fusilados cuando aprueban una ley compleja e inútil que eleva los costos de transacción, porque ¿a quién hacen daños? Solo a los pobres lastiman’’.[6]

No compartimos que ``deberían ser fusilados`` (lo que estimamos una humorada por parte del autor). Creo que bastaría con una ley que dispusiera su inhabilitación para legislar (aunque en países como Argentina sería bastante difícil que esos mismos legisladores voten favorablemente una ley que limite su poder). En nuestro sistema, la ley debería ser impugnada ante la Justicia para que declare su inconstitucionalidad.

[1] Enrique Ghersi ‘’El costo de la legalidad’’. publicado por institutoaccionliberal • 16/01/2014 • El costo de la legalidad | Instituto Acción Liberal http://institutoaccionliberal.wordpress.com/2014/01/16/el-costo-de-la-...
[2] Enrique Ghersi. ibídem
[3] Enrique Ghersi. ibídem
[4] Enrique Ghersi. ibídem
[5] Enrique Ghersi. ibídem
[6] Enrique Ghersi. ibídem

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Argentina 

ANDRÉS HOYOS: EL NEGOCIO DE LAS ARMAS. DESDE COLOMBIA

La invasión de Putin a Ucrania en febrero ha sido una calamidad para la economía mundial. Subió la presión inflacionaria, hizo bajar las bolsas, indujo en muchos países un crecimiento bajo o una recesión. Sin embargo, benefició de manera dramática a unos pocos sectores: el de los combustibles fósiles y otros commodities —el petróleo está por las nubes— y la fabricación de armamentos.

Al diseñar un arma, los fabricantes la prueban en zonas despobladas, pero no pueden estar del todo seguros de su funcionamiento en un combate real, ante un enemigo que se defienda. En contraste, hoy todas las que usan los ucranianos están literalmente pasando por pruebas de fuego. El arsenal al que tienen acceso es creciente: misiles antitanque tipo Javelin, sistemas de cohetes de alta movilidad (HIMARS por su sigla en inglés) —los americanos les limitaron el alcance a 70 km para que no puedan usarse contra blancos en Rusia—, además de aviones, helicópteros, drones, tanques último modelo, baterías antiaéreas, misiles antibarco, sistemas de radar y un largo etcétera.

Los soldados ucranianos también se han entrenado en el uso de estas armas. Lo corriente ha sido que vayan a campamentos en los países vecinos —Polonia, Hungría—, a pesar de que los rusos estiman este como un comportamiento agresivo. En fin, una guerra en el vecindario es un riesgo muy considerable, aunque pocos hay más agudos que la pasividad.

Los proveedores no son solo Estados Unidos, sino Reino Unido, Alemania, Francia, Dinamarca y otros países de la Unión Europea. El total de la ayuda americana a Ucrania se acercará a los US$40.000 millones, cifra astronómica en apariencia hasta que uno la compara con lo que les costó, digamos, la aventura en Afganistán.

Estas armas donadas causan en el Kremlin una rabia intensa. Claro que ellos llevaron a la invasión lo mejor de su arsenal, de suerte que la reacción es hipócrita. Dice Zelenski que Rusia controla hoy el 20 % (del este) de Ucrania, lo que por lo demás augura que la guerra durará varios años. Mientras los ucranianos puedan infligir daño a los invasores, estos serán incapaces de establecer un gobierno de ocupación estable.

Ahora bien, los países compradores de armas, visto el resultado parcial de la guerra de Ucrania, fácilmente van a preferir a los proveedores occidentales. O sea que Occidente también le está ganando a Rusia en ese departamento, con el aliciente adicional de demostrar que hoy un país pequeño se puede defender con mucha mayor eficacia que antes de una gran potencia invasora. Los fabricantes, a su vez, están regresando a la mesa de diseño, tras lo que se ha visto en Ucrania, una suerte de “laboratorio” ideal para mejorar el rendimiento de las armas.

Un misterio en todo este panorama es la pasividad de las mayorías rusas, pese a la impresionante cantidad de bajas que ya llevan. Tal vez esto se explique por la mezcla de nacionalismo y desinformación. Lo que sí es cierto es que de escalar más el conflicto, Putin correría riesgos políticos internos muy considerables.

En fin, mientras haya regímenes dispuestos a atacar a mansalva a sus vecinos y no vecinos, la industria de armamentos es necesaria, incluso moralmente. No puede ser que solo los malos vayan armados hasta los dientes. Ya en el pasado se vieron las calamidades que puede traer un pacifismo a ultranza. Hay un dicho que viene de tiempos romanos: si quieres paz, prepárate para la guerra.

Andrés Hoyos
andreshoyos@elmalpensante.com
@andrewholes
Colombia