sábado, 9 de mayo de 2020

ACTUALIZACIÓN, NACIONALES, EL REPUBLICANO LIBERAL II, DOMINGO 10/05/2020

MIBELIS ACEVEDO DONÍS, TODA LA VERDAD…

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 11 minutos
“The truth? You can´t handle the truth!”: “tú no eres capaz de manejar la verdad”, espeta el general Jessep a su tenaz acusador en “A few good men”, la célebre película de Rob Reiner inspirada en la obra de Aaron Sorkin. La áspera escena nos recuerda que también en el terreno político, la construcción y gestión de esa verdad que por definición afecta a todos, que invocaría nuestro amplio consenso, nunca es tarea leve, nunca deja indemnes todas las fibras que está obligada a tocar. No en balde Hannah Arendt decía que la verdad y la política “nunca se llevaron demasiado bien”; y la t... más »

TRINO MÁRQUEZ, LA PANDEMIA DE LA GASOLINA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 23 minutos
Al Gobierno le preocupa la ola de protestas que podría desencadenar la severa escasez de gasolina existente en el país y la eventual privatización de su comercialización, mucho más que el peligro representado por el Covid-19. El confinamiento tan drástico al que ha sido sometida la población, no se debe a que de repente Nicolás Maduro empezó a preocuparse por la salud de los venezolanos. Lleva más de siete años gobernando. En ese lapso el perfil epidemiológico de la población se ha movido hacia enfermedades vinculadas con la desnutrición y la malnutrición, y con patologías relacion... más »

JOHAN RODRIGUEZ PEROZO, CAVILACIONES

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 29 minutos
Como a la inmensa mayoría de los venezolanos, me preocupa la situación en la que se encuentra el debate político y la lucha de poder que nos ha marcado desde hace ya dos décadas… es en los tramos finales de ese tiempo, cuando se ha planteado con mayor urgencia la necesidad de un cambio político… quienes detentan el poder ya han demostrado hasta la saciedad, de que se trata y en que consiste su deseo de permanencia en el poder… hacer el análisis de la realidad política, económica y social que hoy nos caracteriza como país, podría resultar un tanto ocioso a la luz de lo que refleja e... más »

FREDDY RIOS RIOS, MACUTO, CHUAO Y PETARE

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 36 minutos
“Quien sea incapaz de hablar con claridad debe callar hasta poder hacerlo” Macuto y Chuao quedaron en las arenas movedizas de la posverdad, donde hasta los presuntos actores parecen muñequitos de los suplementos de diario cuando éramos muchachos. La guinda de la gran torta fue JJ. La dictadura comunicacionalmente le extrajo todo el jugo, y el país y nuestros aliados tienen dudas acerca del episodio de la invasión de las lanchas rápidas a playas nacionales. Cosas de Ripley. Hoy el régimen tomo Petare y las urbanizaciones circunvecinas, las redes están a millón, los rumores corren co... más »

RAFAEL GARCÍA MARVEZ, NOSOTROS SOLOS NO PODEMOS II

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 46 minutos
No es sencillo dejar de lado el Covid-19 para referirse a cualquier tema de orden político o de otra índole, pero es necesario dejar de lado ese tenebroso contubernio. Por ejemplo, el candidato del partido Demócrata norteamericano, Joe Biden, según las últimas encuestas, está superando a Donald Trump por la mala política aplicada por este para detener el avance de la pandemia china que parece que ha cobrado centenares de miles de muertos en ese país. Para terminar de escapar de este trillado camino, solo diré que, en el caso venezolano por el contrario, quizá por afinidad ruin este... más »

SIXTO MEDINA, LA OPOSICIÓN Y LA RECONSTRUCCIÓN DEL PAÍS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 56 minutos
No creo, que en la historia de América del Sur, haya otro país expuesto a la decadencia en los términos en que está hoy Venezuela. Uno tras otro, ha extraviado todos sus logros. Ninguna sociedad, en tan poco tiempo, evolucionó como la suya. Ninguna, tampoco, ha caído tan rápido desde tan alto. Sus notables aciertos sociales y económicos se han esfumado. De todos los signos de esta pavorosa involución, el de la multiplicación exponencial de la pobreza es el peor; el más vergonzoso y el más profundo. El que denuncia, con pruebas irrefutables, el fracaso de la política en la administr... más »

MIBELIS ACEVEDO DONÍS, TODA LA VERDAD…

“The truth? You can´t handle the truth!”: “tú no eres capaz de manejar la verdad”, espeta el general Jessep a su tenaz acusador en “A few good men”, la célebre película de Rob Reiner inspirada en la obra de Aaron Sorkin. La áspera escena nos recuerda que también en el terreno político, la construcción y gestión de esa verdad que por definición afecta a todos, que invocaría nuestro amplio consenso, nunca es tarea leve, nunca deja indemnes todas las fibras que está obligada a tocar. No en balde Hannah Arendt decía que la verdad y la política “nunca se llevaron demasiado bien”; y la tensión entre el dato fáctico y la opinión que eventualmente surge para desfigurarlo o usufructuarlo (algo que la virtualidad ha exacerbado de manera preocupante) es un síntoma de esa fatigosa relación.

De allí que el pensamiento que pretenda desvincularse de una doxa imperante, hegemónica; esa postura que explora la duda razonable, atada al referente que sólo puede brindar la “verdad de hecho”, resulte a menudo incómoda, intraficable, incluso amenazante para muchos. La tiranía de la posverdad que habilitan las redes vuelve esto muy evidente: pobre de aquel que ose cuestionar representaciones sociales más o menos extendidas, pues arderá en la hoguera de los enfebrecidos algoritmos que marcan tendencia y desacreditan voces sin importar cuanta auctoritas hayan desplegado hasta entonces.

El fenómeno no es reciente, sin embargo. La historia de la propia Arendt da fe de tan penosa, humana cortedad. De ella -mujer, judía, expatriada- algunos esperaron en su momento que diseccionase la realidad política desde su personalísima condición, no desde su posición de filósofa, investigadora y catedrática. La oportunidad que le brinda el juicio a Eichmann para afinar su visión acerca de la cualidad de la participación de burócratas como el mismo acusado en el mantenimiento del horror totalitario, la confronta con cierta intelectualidad herida y hostil que, tildándola incluso de antisemita, desmereció su teoría de la banalidad del mal; planteamiento que, según afirmaban los censores, exculpaba al verdugo nazi. He allí un episodio que la película de Margarethe von Trotta (2012), por cierto, retrata con punzantes aciertos.

Lo cierto es que Arendt no sólo se limita, con curiosidad implacable, a dilucidar las señas del mal consumado no por una suerte de Mefistósfeles encarnado, sino más bien por un ser mediocre, un “Mitläufer”, una persona insignificante que seducida por la idea de ser parte de algo mucho mayor, deja de pensar, de cuestionar; y renuncia con ello a la singularidad de su humanidad. Esa mirada penetrante que re-conoce al predador hablante (Freud dixit) abarca también las rebatibles acciones de los líderes judíos durante el Holocausto. He allí un atrevimiento que le valió a la filósofa toda clase de reproches por parte de una comunidad a la que pertenecía y no (“nunca he amado a ningún pueblo ni a ninguna colectividad… la única clase de amor que conozco y en la que creo es el amor a las personas”, escribió a su amigo Gershom Scholem, resuelta a no dejarse tragar por nociones tan abstractas como invalidantes). “Arrogante”, “insensible”, “ignorante”, “traidora”, así la calificaron personas que, en algunos casos, ni siquiera habían leído su obra. Paradójicamente, la idea de que dar la espalda a la verdad podría ser vía hacia la anulación del discernimiento, era de algún modo recreada por su propia experiencia.

Otro tanto ocurre en un exasperado mundo, escamoteado por la posverdad. Y ocurre en Venezuela, donde la opinión aparece peleada por momentos con ese dato “que no logramos cambiar”; donde estudiosos, académicos, analistas, al intentar apartar afectos y prejuicios para entender –no perdonar, no inculpar- la índole de ciertos fenómenos, son atacados por quienes esperan que la incursión en el análisis tome partido o responda a las anchuras exactas del dolor, la furia, la propia y descosida expectativa. Ese camino, el de la negación de esa dimensión epistémica de la democracia que sólo surge de la deliberación y la duda; el de la degradación sistemática de la verdad y no sólo su ocultamiento es lo que, según Arendt, provoca los mayores daños a la esfera de lo público.

Contrario a la “parresía” de los griegos (esto es, “decir todo”, hablar con franqueza y sin miedo) un espacio público distorsionado por la anomalía estructural con la que trajinamos desde hace años y la fractura tenaz que al mismo tiempo quita fuelle a las fuerzas democráticas, luce doblemente lesivo. En virtud de una censura “tolerable”, que, según se afirma, buscaría proteger ciertos activos, atreverse a hacer preguntas, tratar de desentrañar la verdad, pensar a partir del dato duro para dotar de sólido esqueleto a la opinión parece entonces una tarea temeraria. Mala cosa: pues sabemos que cuando el silencio auto-impuesto se vuelve parte del protocolo de supervivencia, poco podría faltar para abrazar la mentira organizada, para justificarla plenamente.

¿Quién traiciona a qué, en ese caso? ¿Son más peligrosos los que aceptando el peso de la evidencia se atreven a auscultar su impacto y alertan sobre posibles amenazas, o los que piden atenuar su percepción para que se ajuste al interés de un grupo, para que ese conocimiento no ponga en tela de juicio a la autoridad? ¿Quiénes aportan mayores y mejores recursos a la hora de comprender y transformar la realidad de forma efectiva; quiénes obstaculizan esa vigorosa comprensión al abogar por el “disimulo necesario”? ¿Cómo cambiar lo que nos mortifica -esta crisis que compromete la economía, la infraestructura, la institucionalidad, la solvencia y credibilidad del liderazgo, la vida de las personas- si se parte de la idea de que gestionar la verdad, toda la verdad (al menos esa que nos afecta) no es tarea que incumba a los ciudadanos?

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis

TRINO MÁRQUEZ, LA PANDEMIA DE LA GASOLINA

Al Gobierno le preocupa la ola de protestas que podría desencadenar la severa escasez de gasolina existente en el país y la eventual privatización de su comercialización, mucho más que el peligro representado por el Covid-19. El confinamiento tan drástico al que ha sido sometida la población, no se debe a que de repente Nicolás Maduro empezó a preocuparse por la salud de los venezolanos. Lleva más de siete años gobernando. En ese lapso el perfil epidemiológico de la población se ha movido hacia enfermedades vinculadas con la desnutrición y la malnutrición, y con patologías relacionadas con la pobreza; la red primaria en salud tomó una pendiente que la ha conducido a escombros; de la Misión Barrio Adentro, durante mucho tiempo buque insignia del régimen, va quedando solo el recuerdo. La salud de los venezolanos no ha sido nunca una prioridad para el mandatario.

Su gran reto consiste en acoplar el retorno a la normalidad con la superación de la falta de combustible. Evitar la parálisis del transporte público y privado forma una de las aristas de ese desafío. Otra todavía más filosa es preservar lo poco que queda de la red eléctrica. El martes 5 de mayo se fue la energía en diecisiete estados. El régimen lo atribuyó a un saboteo. Con ese cuento nos han intentado marear desde hace años. Si la oposición fuese tan eficiente para intervenir centrales custodiadas por la Guardia Nacional y otros cuerpos de seguridad del Estado, el Gobierno habría sido derrocado hace mucho tiempo. La verdad descarnada se reduce a que la energía hidroeléctrica producida en el Guri no alcanza para cubrir la demanda; y la termoeléctrica necesita abundante gasolina, y este codiciado producto no existe porque la desidia del régimen permitió

que las refinerías de la nación, entre las más grandes del planeta, se deterioraran hasta llegar al punto de colapso. Quieren vender la tesis de que la insuficiencia de combustible se debe a las sanciones aplicadas por Estados Unidos. Mentira descarada. Irán, país sancionado por los gringos desde hace mucho tiempo, no presenta fallas en el suministro interno del fluido. Se sabe que asesora a Maduro en el intento de reactivar las refinerías del complejo Paraguaná, y que el gobierno le paga con generosidad por una asistencia que no tiene nada de altruista.

El régimen tratará de ir midiendo con escalímetro la respuesta de la gente. Los ciudadanos se acostumbraron a que les regalaran la gasolina, aberración de la que Maduro fue advertido en numerosas oportunidades. Se le dijo que el costo de esa insensatez sobre la industria estaba siendo desmesurado. Que terminaría por destruirla. Los irresponsables no escucharon. Por miedo a un estallido social, continuaron el festín. En 1989, ‘El Caracazo’ se produjo por el incremento de alrededor de diez centavos de dólar. Ahora que se encuentra arrinconado por la acumulación de errores cometidos, aspira a privatizar la distribución de la gasolina, cobrar precios internacionales por encima del promedio internacional y, al mismo tiempo, seguir regalándole petróleo a Raúl Castro, y manteniendo el subsidio a sus aliados en el Caribe y Centro América, con el fin de contar con su apoyo en los organismo internacionales.

Por supuesto que el régimen tiene que estar muy preocupado. El desbarajuste creado desde 2013 es total. Venezuela es el único país productor de crudo –dentro y fuera de la OPEP- que presenta serias dificultades en el suministro doméstico de gasolina.

Excepto Nueva Esparta, donde el virus se ha instalado con saña, en el resto del país el impacto del microorganismo ha sido reducido. La cuarentena -o mejor, el confinamiento rígido- al parecer no se justifica desde el punto de vista sanitario. Basándose en la opinión de distintos expertos, varios organismos gremiales –Fedecamaras, Conindustria y Consecomercio- le han exigido a Maduro levantar progresivamente la parálisis, guardando las precauciones del caso y manteniendo las normas señaladas por la organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

El estado de postración de la economía impone reanudar con lentitud, aunque progresivamente, las actividades laborales. Los trabajadores informales se han visto obligados a reiniciar sus tareas. Se rebuscan de la forma como pueden. Necesitan conseguir el sustento diario. Noventa y ocho por ciento del país no tiene ninguna posibilidad de ahorrar para mantenerse sin trabajar o su capacidad es muy baja.

Frente al comportamiento espontáneo de los ciudadanos, con frecuencia lleno de riesgos, sería preferible que Maduro presentase un plan coherente de retorno a la normalidad en toda Venezuela. No lo hace porque está rodeado de ineptos y le tiembla el espinazo ante la posibilidad de que los venezolanos reaccionen con violencia por la desidia del gobierno, en un área donde siempre estuvimos en los primeros lugares del mundo. La falta de gasolina es la verdadera pandemia nacional.

Trino Marquez Cegarra
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc

JOHAN RODRIGUEZ PEROZO, CAVILACIONES

Como a la inmensa mayoría de los venezolanos, me preocupa la situación en la que se encuentra el debate político y la lucha de poder que nos ha marcado desde hace ya dos décadas… es en los tramos finales de ese tiempo, cuando se ha planteado con mayor urgencia la necesidad de un cambio político… quienes detentan el poder ya han demostrado hasta la saciedad, de que se trata y en que consiste su deseo de permanencia en el poder… hacer el análisis de la realidad política, económica y social que hoy nos caracteriza como país, podría resultar un tanto ocioso a la luz de lo que refleja el debate político… si algo está perfectamente claro en este marco de situaciones, es la visión de los venezolanos acerca de cuál es el problema, quienes lo han generado y cuál debe ser la solución, el cambio de equipo y de la visión política acerca de la manera de cómo se ha de manejar el destino del país…

Aunque no era mi deseo expresar mi opinión respecto al punto por esta vía, sin embargo, leyendo la reflexión de mi buen amigo Nelson Mendoza la cual titula: "El vuelo hacia la Acción" y que invito a su lectura, me sentí animado a expresar esta reflexión en torno al tema… hace ya más de un año que, luego de un largo tiempo de penuria y cualquier cantidad de intentos por lograr el cambio político en Venezuela, surgió una suerte de nueva esperanza para los venezolanos de lograr el cambio político tan anhelado… esa esperanza llegó configurando una nueva situación y su dinámica impuso un proceso de recomposición en el cuadro dirigente de las huestes opositoras al régimen… la principal responsabilidad de conducir las acciones para este tiempo, recayó en los hombros del joven dirigente y parlamentario Juan Guaido M… no haré juicio de valor alguno acerca de las condiciones personales que lo adornan, para lo que significa la inmensa responsabilidad que le correspondió en suerte, pero lo que si debo expresar es que, al parecer y de acuerdo con los hechos, las circunstancias parecen haberlo superado…

Pienso y lo digo con absoluta responsabilidad y sin el menor ánimo de polemizar al respecto, que no es comprensible para la lógica política, poder entender como es que a partir de su asunción como Presidente de la Asamblea Nacional, más allá de haber sido un hecho absolutamente fortuito que le correspondiera asumir tal responsabilidad, lo cierto es que en él devino una inmensa "catarata" de apoyos y respaldos verdaderamente sólidos… No sólo en el país, donde aún goza de amplios reconocimientos sino además, allende la frontera y también los mares, traducidos estos apoyos en pronunciamientos de todo tipo de gobiernos, parlamentos y organismos multilaterales, sin dejar de lado el que ha recibido de personalidades de mucha relevancia del concierto político internacional… se hace entonces incomprensible para muchos de quienes nos sentimos preocupados por todo cuanto acontece en el país, poder entender las acciones asociadas a la idea según la cual y al parecer, la suerte política de Venezuela ahora descansa en manos de mercenarios ávidos de cobros de recompensas… Hasta ahora no había querido dar pábulo a los recientes acontecimientos ocurridos en algunos rincones playeros, presentados a la opinión pública como una suerte de opera bufa (con el perdón de los asiduos a este tipo de evento), hasta que vi la entrevista que le hiciera el colega Fernando Del Rincón al conocido consultor político Juan José Rendón, mejor conocido como J.j. Rendon (un asunto es la lucha por lograr un cambio político en un país y otra la diligencia mercenaria del cobro de una recompensa)… luego de ello leí la reflexión de Nelson Mendoza, con la cual coincido de manera plena y absoluta, pues, ahora trato de comprender si es que a los "conductores político que rodean a Guaidó los afectó la escasez de gasolina", o los pensadores estratégicos se quedaron sin ideas…

Lo cierto es que me he quedado cavilando acerca de qué ocurrirá ahora, a partir de los últimos acontecimientos y la manera como han sido manejados de lado y lado… recomponer un juego tan complejo como este, no creo, sinceramente, que sea una acción para gente improvisada y mucho menos desesperada, como es lo que resalta de lo acontecido… quiera Dios, que en todo caso, lo ocurrido sirva para la la reflexión sincera y que, en un discurso claro y transparente, pueda surgir de nuevo el mensaje esperanzador capaz de colocarnos de nuevo en la lucha real por el cambio político y no el que nos coloca detrás de una quimera… 

Tal como reza el viejo adagio popular, que Dios nos agarre confesados…!

Johan Rodriguez Perozo
johanperozo13@gmail.com.
@johanperozo

FREDDY RIOS RIOS, MACUTO, CHUAO Y PETARE

“Quien sea incapaz de hablar con claridad debe callar hasta poder hacerlo”

Macuto y Chuao quedaron en las arenas movedizas de la posverdad, donde hasta los presuntos actores parecen muñequitos de los suplementos de diario cuando éramos muchachos. La guinda de la gran torta fue JJ. La dictadura comunicacionalmente le extrajo todo el jugo, y el país y nuestros aliados tienen dudas acerca del episodio de la invasión de las lanchas rápidas a playas nacionales. Cosas de Ripley.

Hoy el régimen tomo Petare y las urbanizaciones circunvecinas, las redes están a millón, los rumores corren como río en conuco y los FakeNews de la dictadura hacen su trabajo. El Síndrome de la Indefesion es necesario enseñarlo y explicarlo a la gente. Su meta es sembrar desesperanza y la obediencia ciega. El no-futuro, la cajita CLAP, el CDI sin médicos y sin medicinas.

Pero en el camino se les interpuso Wilexis y sus fuerzas pranespeciales. Fue un invento chavista para controlar políticamente las barriadas sin escrúpulos ni vacilaciones, a sangre a fuego de ser necesario. Wilexis controla los barrios de Petare y se convirtió en un peligro para el régimen cuando comenzó la protesta cerro arriba. El régimen como repuesta a la inesperada emergencia envió a El Gusano, Comisionado Especial de Iris Valera -Pran de Tocoron- para controlar la situación y fracaso en el intento. Hoy las tanquetas y efectivos de la FAES, CONAS, PNB y CICPC al mando del Mariscal Reverol tampoco han tenido éxito. Hasta ahora sólo hay un preso. Un militante de PJ, 6 muertos y un régimen cautivo de sus malas desiciones. Las Zonas de Paz creadas por el hijo de José Vicente estaban condenadas a convertirse en polvorines, algo tan complejo y difícil como la reinserción social en manos de un inepto sin conocimiento de la materia. El resultado no podía ser distinto, un fracaso más y ahora incontrolable y armado

A pesar del apoyo militar y de los errores de la oposición el chavismo está debilitado. Necesita urgentemente someter los barrios, utilizar el lumpen carcelario para controlar y reprimir la protesta social. Le temen a otro Caracazo y a la desobediencia militar. Las condiciones están dadas; desabastecimiento, especulación, desempleo, incertidumbre, angustia es decir dolor, hambre y miseria. La mecha está prendida.


La cuarentena se convirtió en Casa por Carcel, ninguno de los servicios públicos funciona, la infraestructura esta destartalada, no hay combustible ni gas. No hay transporte, ni inventarios. No hay producción nacional ni importaciones. El panorama es oscuro, no hay forma de lograr el Encaje Político en el sentido de Almond y Powell, «…El proceso mediante el cual individuos y grupos hacen demandas sobre quienes toman decisiones de política pública» porque el chavismo ni las atiende, ni la toma.


En estas condiciones es necesario defender los partidos políticos y la política, es fundamental realizar lo imposible para construir una unidad de propósitos y de acción, para salir de la crisis de los últimos 21 años y también una vez por todas de los egos mediaticos, los notables de toda índole y de los oportunistas y pescadores en río revuelto.

Sigo creyendo en Juan Guaido, y no voy a cambiar de cabalgadura en el medio del río, desconfío de los juicios sin sustentación científica que pueden estar ligados a sesgos e intereses. No puedo compartir con Jesus Seguías su no sustentado criterio que Guaido «no está preparado ni política ni emocionalmente para la negociación planteada por Estados Unidos en marzo de este año.»

Precisamente es después de las sucesos de Macuto, Chuao y Petare cuando más se requiere la unidad de los que creen, sin cálculos e intereses personales, que otro país mejor es posible y Juan tiene la oportunidad y deber de rectificar, liderar y conducir.

Freddy Rios Rios 
friosrios@gmail.com 
@doserre 

RAFAEL GARCÍA MARVEZ, NOSOTROS SOLOS NO PODEMOS II

No es sencillo dejar de lado el Covid-19 para referirse a cualquier tema de orden político o de otra índole, pero es necesario dejar de lado ese tenebroso contubernio. Por ejemplo, el candidato del partido Demócrata norteamericano, Joe Biden, según las últimas encuestas, está superando a Donald Trump por la mala política aplicada por este para detener el avance de la pandemia china que parece que ha cobrado centenares de miles de muertos en ese país. Para terminar de escapar de este trillado camino, solo diré que, en el caso venezolano por el contrario, quizá por afinidad ruin este mal favorece al régimen, todos conocemos las razones, por tanto no merecen largas explicaciones.  

El hecho es que la lucha por rescatar nuestra democracia no cesa a pesar del profundo malestar, desánimo y desilusión que priva en nuestros compatriotas por el simple hecho de que todavía Nicolás Maduro permanece en Miraflores. Desesperos en otras escalas sociales, como el suicida hecho de Macuto por ocho hombres armados con intenciones de derrocar al régimen o quizá con otros propósitos, es un acto valeroso, pero descocado, perfectamente demencial. 

De manera que, toda opinión que se genere sobre la acción política nacional de unos cuantos meses para acá tendrá una respuesta descompuesta, disconforme. Hasta los partidos que conforman el G4 que caminaban de la mano del presidente Juan Guaidó se han echado a un lado bajo un manto de silencio, no sé si prudencial o protestaria. Según comentarios en corrillos, esa mudez es consecuencia de algunas diferencias con el acuerdo entre Guaidó y el gobierno de Donald Trump. A partir de allí, se dejaron de lado las campañas organizativas que estos partidos políticos venían llevando a cabo preparándose para unas probables elecciones presidenciales o parlamentarias, o ambas al mismo tiempo. Bien, buena parte está en manos de lo que sea capaz de hacer por nosotros el gobierno del norte; por ahora no se ve otro camino diferente a este. 

Sin embargo, no se rechaza de un todo la factibilidad de conversaciones con la idea de buscar una salida electoral. Se pulsea, como es natural, entre ambas fuerzas por conseguir las mejores condiciones que prevalezcan para asistir a esa contienda electoral, si fuera el caso. La terrible crisis económica, la hambruna, las carencias de lo más elemental también ponen a pensar al régimen, que no encuentra la manera de ocultar su tétrica impotencia. Pero se mantiene la vigilancia permanente en el mar Caribe desconociéndose a ciencia cierta el alcance de sus propósitos.        

En definitiva, el desenlace de este drama que vivimos hoy radica en que “nosotros solos no podemos”; esa es la esencia del asunto. Sin que esto signifique que la oposición democrática no continuará haciendo su trabajo en búsqueda de unas elecciones libres, limpias, de ser posible como lo señalaba más arriba. Insisto, ¿cómo oponerse si más del 85 % de los venezolanos desea un cambio político con preferencia por la vía pacífica, electoral, sin desdeñar otras opciones? No deben caber dudas de que todo lo que se lleve a cabo deberá ser  consultado y convenido previamente con el gobierno del norte, aunque la decisión final nos corresponda tomarla a los venezolanos… 

Rafael García Marvez 
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez 

SIXTO MEDINA, LA OPOSICIÓN Y LA RECONSTRUCCIÓN DEL PAÍS

No creo, que en la historia de América del Sur, haya otro país expuesto a la decadencia en los términos en que está hoy Venezuela. Uno tras otro, ha extraviado todos sus logros. Ninguna sociedad, en tan poco tiempo, evolucionó como la suya. Ninguna, tampoco, ha caído tan rápido desde tan alto. Sus notables aciertos sociales y económicos se han esfumado.

De todos los signos de esta pavorosa involución, el de la multiplicación exponencial de la pobreza es el peor; el más vergonzoso y el más profundo. El que denuncia, con pruebas irrefutables, el fracaso de la política en la administración del país. La pobreza es, de más está decirlo, un gravísimo problema. Eso significa que no es, de ningún modo, un problema fecundo. Fecundos sólo son los problemas que plantea el desarrollo, la innovación. El crecimiento el que, al desplegarse, renueva el repertorio problemático de las naciones.

Donde la pobreza es dominante, donde ella alcanza la terrible magnitud, como ocurre en nuestro caso, no puede haber crecimiento; sólo puede haber, en todo caso, degradación, inmovilidad y estancamiento. Graves problemas, ningún problema fecundo.

En la actualidad, Venezuela no está encaminada hacia el progreso, hacia la solución del conjunto de problemas que importa resolver, los que son gravísimos y por ello mismo urgentes, y los que revisten fecundidad y piden, para irrumpir, que se salga del atraso. Desde esta perspectiva, bueno es señalar que si la oposición democrática se decide a sacar a Venezuela de donde está debe plantearse de nuevo el problema de la unidad. Sólo con la unión de todas las fuerzas políticas, sobre la base de una nueva concepción de la lucha democrática, se puede reconstruir el país y enfrentar a la autocracia que viene gobernando. Sin una oposición sólida no hay posibilidad alguna de llevar acabo las transformaciones estructurales. Esas que pueden hacer de este país una autentica nación.

Un rasgo preocupante de la situación actual es la debilidad política de la oposición. Desde que los partidos de oposición asumieron la unidad y una estrategia democrática, pasando por las instancias electorales. Utilizando todos los procesos electorales convocados por el gobierno, aun cuando se sabía que eran ventajistas, amañados y fraudulentos, no hicieron sino avanzar con una mayoría, superando algunas de las peores consecuencias de los errores cometidos en tiempos en los cuales políticas distintas a la democrática privaban en la conducción de los factores que adversan al gobierno.

En un régimen como éste, producto del cruce entre dictadura y democracia, le corresponde a los partidos democráticos luchar porque se establezcan instancias abiertas para que la oposición ocupe en cualquier momento posiciones de gobierno. Seria, contrario a la naturaleza de la política pretender que el gobierno haga por las fuerzas adversas lo que ellas no realicen por si mismas con esfuerzo y grandeza. A éstas les corresponde encontrar las respuestas y los caminos democráticos para acceder al poder.

Más allá de todo esto, el ejercicio de la política requiere un contenido programático, pero también un sentido político. Lo uno no quita lo otro, pero cada uno condiciona al otro. El sentido político supone poner el acento en los aspectos programáticos que son políticamente conducentes. El sentido pragmático pone límites a lo que puede aceptarse políticamente cuando se es flexible. El sentido pragmático bien podría llevar hoy a los distintos grupos opositores a poner el acento en los que los une- dentro de lo programáticamente aceptable para cada parte- y no en lo que los separa. Y sería, sin duda, la mejor fórmula para que la oposición encarara el futuro cercano con posibilidades de revertir su alicaída situación política.

Sixto Medina
sxmed@hotmail.com
@medinasixto