martes, 5 de abril de 2016

NOEL ÁLVAREZ, TENGO MIEDO

La descomposición social y la crisis de gobernabilidad se perciben a simple vista. Cuando uno sale a la calle, se puede topar con alguna de estas situaciones o con todas a la vez: aceras sucias y malolientes ; borrachitos y mendigos durmiendo en cualquier parte; personas haciendo necesidades fisiológicas sin ningún pudor; otras ubicadas en los semáforos esperando el cambio de luz para hacer malabares, acompañados de algunos discapacitados; madres con niños en situación de abandono; ancianos que parecieran no poder sostenerse en pie, todos buscando ser premiados con dinero por los conductores.

En las cárceles ya no manda el gobierno, ahora lo hacen los pranes, quienes emulando la figura de los señores feudales, gobiernan en sus feudos administrándolos casi como una empresa privada. Allí se consiguen productos de primera necesidad, cual si de lujosos supermercados se tratara. En esos, eufemísticamente llamados “centros correccionales”, celebran mejores fiestas que las ofrecidas en los más selectos locales del país. Desde las prisiones, las bandas coordinan secuestros, enfían carros robados, expenden a la vista todo tipo de drogas, portan mejores armas que las policías y hasta lenocinios públicos mantienen.

El país se convirtió en un caos. No estamos  seguros a ninguna hora del día o de la noche porque te pueden asaltar saliendo de su casa, caminando hacia la parada del microbús, dentro de la camionetica y, para colmo, ni siquiera dentro de los vagones del Metro de Caracas uno se encuentra a salvo. Los policías nunca están cuando se necesitan y si los encuentra, le puede pasar lo que a un amigo a quien acababan de atracar. El policía le dijo: “Tu como que estás loco, quieres que me arriesgue a que me den un tiro “. En Caracas y algunas zonas de la provincia, ya tenemos zonas liberadas, donde el hampa impone públicos toques de queda, sin que el gobierno se de por enterado.

Algunas personas me preguntan que si no tengo miedo de escribir y de decir públicamente lo que siempre digo,  les respondo que no solamente tengo miedo, estoy aterrado por lo que está pasando. Un frío terrible me recorre la espalda cada vez que mis hijos me dicen que saldrán de noche o llegaran tarde. 

Como buen católico, la única alternativa que encuentro es encomendarnos a Dios para que los proteja. ¡Claro que tengo miedo! Pero más miedo tengo que la cobardía nos lleve a perder nuestro país. Por eso trabajo todos los días, sin pensar en cargos ni prebendas, solo para ayudar a que, constitucionalmente, esta pesadilla acabe. ¡Que Dios nos bendiga y proteja  a todos los venezolanos!

Noel Alvarez
noelalvarez14@gmail.com
“Gente” Generación Independiente
@alvareznv
@beanavas
Caracas - Venezuela

BEATRIZ DE MAJO, EL PIVOTE DE LO NUCLEAR, CHINA HOY

Hace apenas seis meses que los presidentes de las dos naciones más grandes del mundo en lo económico habían dado un primer paso de acercamiento al anunciar en Washington que el nuevo modelo que intentan implantar entre ellos  está basado más en el entendimiento que en la sospecha. El primero de los retos que está aflorando para materializar sus buenas intenciones tiene que ver con el espinoso tema de la política nuclear, un tópico que está atrayendo fuertemente la atención y la intención de ambos mandatarios.

 En materia de política exterior, dos temas le quitan el sueño al lider norteamericano: las rivalidades  en el Mar del Sur de China entre el gobierno  de Xi y el gobierno de Corea del Norte que generan fuertes turbulencias en la zona, además de  la amenaza de un catastrófico ataque nuclear de parte de quienes Obama llamó los  “lunáticos” yihadistas del grupo Estado Islámico. Una vez más China se encuentra en el centro de los asuntos estratégicos norteamericano y esta vez puede convertirse en un importantísimo aliado para armar un  plan conjunto para evitar un avance de Pyongyang en armarse de todo un arsenal nuclear altamente peligroso, peligroso para el mundo en su conjunto.


Sin duda que una activa colaboración de la gran potencia asiática podría aportar el músculo y  ejercer la influencia necesaria para moderar o detener las ansias de poder del régimen comunista y poner orden en la región 

De parte de Kim Jong-un no solo hay una retórica bélica. A lo largo de los años recientes sus amenazas a los Estados Unidos han venido acompañadas de ejercicios nucleares frecuentes, y el líder de la nación se ha retratado cerca de un modelo en miniatura de una ojiva nuclear, lo que  no solo inquieta a los americanos, sino que se han constituido en motivo suficiente para que China prepare un plan de protección propia y de los vecinos. Ir de la mano con norteamérica le otorgaría un peso mayor al programa chino de protección regional.

Esta semana pasada Barack Obama hizo un aparte en Washington  con el presidente Chino  Xi Jinping en medio de un  foro multinacional de mas de 50 naciones  dedicado a lo nuclear, y fueron los dos, al unísono,  quienes exigieron a Norcorea detener sus ejercicios nucleares. China fue más lejos, en un gesto solidario sin precedentes,  al anunciar que implementará las ultimas restricciones económicas impuestas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en contra Pyonyiang

Obama y Xi Jinping, igualmente convocaron a  la presidenta de Corea, Park Geun-Hye y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe a hacer causa común en el propósito de la desnuclearización de la península coreana y el cumplimiento completo de las sanciones de la ONU contra Pyongyang. Quienes están enterados de los históricos enfrentamientos que han existido entre estos países no pueden creer lo que están viendo sus ojos: el peligro atómico allanando monumentales diferencias.  

Así pues es el tema del desarme nuclear, uno de los temas menos trajinados en la agenda cotidiana de la relación bilateral chino-americana,  el que terminará constituyéndose en el pivote sobre el cual gire la colaboración entre los titanes en los meses y años a venir. 

Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@beatrizdemajo
Miranda - Venezuela

JOSÉ TORO HARDY, ¡QUÉ GUERRA ECONÓMICA NI QUE OCHO CUARTOS!

No hay precedentes en tiempos de paz del nivel de escasez, angustia e incertidumbre que se vive actualmente en Venezuela. Tampoco hay precedentes de semejante destrucción de la economía. Lo más doloroso es que toda esta tragedia ocurre poco después de haber vivido la etapa de mayor afluencia petrolera que hayamos conocido.

La dirigencia oficialista no cesa de repetir que se trata de una "guerra económica".

Dede luego que hay una guerra económica. Es una guerra salvaje que el dogmatismo y la ignorancia le han declarado a la racionalidad. Se trata de enfrentar todos los conocimientos que la ciencia económica ha logrado formular, con el salvajismo de un modelo que no ha hecho otra cosa que provocar destrucción y hambre en todos los sitios donde se ha intentado aplicar. El modelo marxistoide fracasó rotundamente en todas las sociedades donde se intentó. En pocos países todavía impera en medio de un denominador común: la presencia de estados  policiales y gobiernos autoritarios que en nada tienen en cuenta los deseos de la población de vivir en libertad y mejorar su nivel de vida.

Durante los últimos 17 años, el oficialismo ha destruido las bases fundamentales de nuestra economía. Ha expropiado infinidad de empresas que en manos del sector privado eran exitosas, pero que una vez estatizadas se han hundido en un marasmo de ineficiencia, improductividad y corrupción. La mayoría de ellas ya no producen nada, excepto pérdidas. En el sector agrícola cerca de 6 millones de hectáreas que antes eran productivas le han sido robadas por distintas vías a quienes en ellas laboraban, para pasar a manos de un aparataje de indolentes que han resultado incapaces de aportar nada a la sociedad. También a PDVSA la destruyeron los rojo rojitos.

En el sector industrial ha ocurrido lo mismo. La inseguridad jurídica campea por sus fueros. Ya nadie se atreve a invertir porque un presidente ya fallecido  los convenció de que la propiedad privada era indeseable. Parado en una esquina del centro de Caracas y transmitiendo en cadena nacional, comenzó a descargar con furia su obsesión expropiadora señalando edificios y comercios y profiriendo instrucciones de forma maníaca: "¡Exprópiese! ¡Exprópiese! ¡Exprópiese!"

Cualquiera que tuviese los más mínimos conocimientos de cómo funciona una economía hubiese comprendido que bajo aquel esquema el único camino que cabía esperar era el de un deterioro insostenible en los niveles de  producción. Y que en la medida en que disminuía la oferta de bienes, sus precios aumentarían. Ese es el efecto de la escasez. Si la cantidad de dinero que circula aumenta y la oferta de bienes disminuye, los precios irremediablemente aumentan.

Pero por supuesto, bajo la óptica revolucionaria, la única explicación aceptable era la especulación a manos de unos capitalistas explotadores. Recurren entonces a la aplicación de precios regulados, que inevitablemente desestimulan el aparato productivo. Nadie se atreve a invertir si el fruto de su esfuerzo va a depender de la fijación discrecional por parte de algún funcionario dogmático de un precio de venta que no guarda relación con la estructura de costos de la empresa.

Todo lo anterior ocurre en un ambiente de incertidumbre generado por un control de cambios en el cual los empresarios no tienen garantizadas las divisas para  importar las materias primas ni los insumos que requieren. Tampoco, en el caso de los inversionistas extranjeros, se les permite  la repatriación de dividendos que al fin y al cabo es el objetivo que persiguen al realizar una inversión. Muchos de ellos están simplemente borrando de sus balances las inversiones que tienen en Venezuela.

Además el gobierno actúa en materia fiscal con la mayor irresponsabilidad imaginable. Sus gastos no guardan ya ninguna relación con sus ingresos. El déficit fiscal, que supera  el 20% del PIB, lo cubren simplemente obligando al Banco Central a imprimir dinero sin respaldo. Por esa vía, la liquidez se duplicó en el 2015, provocando una indetenible arremetida inflacionaria. Ya nuestra inflación es la más alta del mundo; sin embargo el FMI estima que en el 2016 alcanzará a un 720%.

Temeroso de que la Asamblea Nacional lo prive de ese irracional mecanismo de financiar su déficit fiscal, el gobierno da al traste con cualquier ilusión de respeto institucional recurriendo al TSJ para declarar inconstitucional la reforma aprobada de la Ley del BCV, que no hacía otra cosa que restituir los mecanismos de control que sobre esa institución existían hasta diciembre del 2015, cuando habiendo ya perdido la elecciones, el oficialismo se lanzó en una alocada carrera de desconocimiento de la voluntad del soberano.

¡Qué guerra económica ni que ocho cuartos!

Jose Toro Hardy
petoha@gmail.com
@josetorohardy
Miranda - Venezuela

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, EL MOVIMIENTO CHAVISTA Y SU RESPONSABILIDAD EN EL DESASTRE ECONÓMICO.

El “movimiento chavista” (MCh), inició su mandato carente de una ideología, de una visión del país deseable y posible alcanzable con políticas públicas, y de estrategias concretas para apuntalar el progreso nacional y el bienestar ciudadano; ¡y así continúan! a pesar de haber transcurrido ¡casi 25 años! (más el tiempo de gestación) desde el momento que anunciaran un 04/02/1992 (en fallido intento golpista) la instauración de un “Gobierno de Emergencia”—facilita suponer erróneamente que tenían claro el ¿para que aspiraban el poder?—en intima vinculación con un “Consejo General Nacional”; para conducir al país, afirmaron, “hacia nuevas formas de democracia y para conjurar la crisis moral, política, social y económica que padece Venezuela hace un largo periodo, agudizada desde 1988 en adelante” (Documento del alzamiento militar del 4 de febrero de 1992). En la práctica, y luego de alcanzar el poder en 1998 por vía electoral (dentro de la Constitución) el MCh focalizó su acción (perdurable en el tiempo) en “desprestigiar” a los políticos “puntofijistas” (en armonía de “notables” antipoliticos) con la intención subyacente de procurar una revolución política (un cambio de cúpulas partidistas en el gobierno), que mostraron como una “insurrección de una vanguardia popular” en aras de (i) “integrar” como cómplices a una parte del pueblo y para (ii) alargar indefinidamente la fijación de metas en aras del desarrollo económico-social; todo ello en un contexto de  “ingeniería social utópica” (cambios disparatados y radicales del orden social) amparados por un engañoso socialismo del siglo XXI que ignora cómo se transita hacia nuevos modos de producción.
A tenor de lo expresado, los cuantiosos ingresos provenientes de las exportaciones petroleras (de manera creciente a partir de marzo 2004 cuando nuestro precio promedio superó la barrera de los $ 32/b)  que en ¡10 años!  superaron los $ 1,7 billones fueron mayoritariamente dilapidados por los motores de la ineficiencia administrativa, la corrupción, la improvisación, una nefasta política económica, un elevado déficit fiscal, una disminución del empleo productivo y por el ¡despilfarro!; al extremo que en el presente el país refleja un retroceso en los principales indicadores económicos dentro de un contexto de agravamiento de los problemas sociales, que aunado al hecho coyuntural de la disminución (previsible) a finales del 2014 del precio promedio de nuestros hidrocarburos ($ 29,6/b al 25/03/16 y con la “esperanza” depositada en una subida en la reunión de la OPEP del próximo 17/04/16 en Qatar) se ha perfilado un escenario de vulnerabilidad caracterizado principalmente por una devastadora inflación: 190% (FMI) o 386% (Cato Institute), precaria libertad económica: 176 de 178 países, elevada percepción de corrupción: 158 de 168 países, aumento de la pobreza: entre el 73% y 80% de las familias, surgimiento de la “pobreza reciente” : debilitamiento de la clase media, violencia desatada: Caracas N°1 entre las ciudades más violentas del mundo, atmósfera de guerra por homicidios: 27.875 en 2015 (promedio: 77/día), baja calidad de vida: 76 de 96 países, limitada libertad de prensa: 137 de 180 países, mínima facilidad para hacer negocios: 186 de 189 países, elevado riesgo país: D (última posición en una escala de 6), escasa innovación: 132 de 141 países, marcado decrecimiento económico: PIB -10% en 2015, caída de las reservas internacionales: $ 13.200 millones/marzo 2016 (vs $ 43.127/diciembre 2008).
Tales indicadores, son clara referencia de un recrudecimiento de todos los males que supuestamente acabaría para siempre el MCh a lo cual debe sumarse lo referente a la monetización del déficit fiscal (el gobierno se endeuda para cubrir el gasto público) mediante la emisión de dinero inorgánico induciendo una elevación de la oferta monetaria que influye, tanto en un aumento de la tasa de inflación ante el desequilibrio entre la cantidad de bolívares y el total de bienes en circulación, como afectando negativamente la producción y la productividad a nivel nacional; realidades que en conjunto impulsan un exceso de demanda que se orienta hacia la compra de divisas (si las consiguen), y a la adquisición de bienes de consumo (si los consiguen) apuntalando la especulación, el bachaqueo, la dolarización de la economía, el progresivo deterioro del salario real, y el aumento de la marginalidad (salario mínimo inferior al costo de la cesta alimentaria y de la canasta básica). El MCh, ha aumentado ¡30 veces el salario mínimo! y sin embargo el poder adquisitivo (disponibilidad de recursos que tiene una persona para satisfacer sus necesidades materiales) ha venido cayendo sistemáticamente, al punto que para febrero 2016 una familia de 5 personas apenas puede adquirir con su salario mínimo (Bs 11.577) un ¡6,5% de la canasta básica familiar! (Bs 177.000) y un ¡9,5% de la cesta alimentaria!; relaciones contrapuestas con la Venezuela de la “democracia decadente” cuando se podía cubrir la cesta alimentaria con ¡un tercio del salario mínimo!.
La terquedad “ideológica” cargada de un dogmatismo irrelevante que acompaña el desenvolvimiento del MCh, como una estrategia para permanecer en el poder bajo la excusa de alcanzar un mañana mejor cuya luz no se vislumbra aunado a la corrupción y a la deficiente burocracia oficialista, no garantiza de forma alguna (aun con  mejor  precio promedio de nuestro crudo y “N” numero de Decretos de Emergencia Económica)  que mejoren los resultados económicos del país, por la muy obvia razón que tal como actuó el MCh para llevarnos al desastre económico ¡así actuarían de nuevo!, en el entendido que la génesis de nuestra “crisis” es mas de política-partidista que de fundamentos de la economía como ciencia que aplicándolos correctamente a la luz de un programa de estabilización macroeconómica contribuiría con “facilidad” (el conocimiento económico) para revertir con prontitud el deterioro de nuestra economía. En función de lo señalado, nos surgen al menos tres interrogantes: ¿Estará el gobierno (y el MCh) en disposición de aplicar un programa de este tipo? ¿Estará el gobierno (y el MCh) dispuesto a solicitar colaboración de los Organismos Multilaterales incluido el FMI? ¿Estará el gobierno (y el MCh) en ambiente de disminuir su injerencia en la actividad económica?
Si las respuestas fuesen negativas (como personalmente inferimos), será únicamente el clamor del pueblo de Venezuela armonizado con coherencia de objetivos sustentados en el 350 Constitucional lo que permitirá dirimir la fricción entre la democracia liberal (que aspiramos) y la democracia (dictadura) totalitaria (aplicada).
Jesús Alexis González      
jagp611@gmail.com       
@jesusalexis2020
@jesusalexisgon    
Coordinador General , Observatorio 2012

Miranda - Venezuela 

NELSON ACOSTA ESPINOZA, CUIDADO: NO CONFUNDIR DESEOS CON REALIDADES

Pareciera que el inicio del mes de abril no tan solo traerá el florecimiento de las plantas, (esta última afirmación está relacionada con su raíz etimológica: aperio que significa abrir). Tengo la impresión que existe otra “floración” en el ámbito de lo político. Se acaba de anunciar la disposición de alcanzar formas de diálogo que garanticen la paz de la nación. En efecto, oposición y gobierno se han acogido al exhorto del papa Francisco a favor de la reconciliación entre los venezolanos.

En líneas generales ambas bancadas parlamentarias se han comprometido, entre otras cosas, a trabajar de buena fe en el exhorto del sumo pontífice por el bien común y se impulse la cultura del encuentro; se fomente activamente las condiciones para empezar un diálogo fecundo que permita alcanzar la paz; animar a todos los venezolanos a humanizar el país para ser conductores de la armonía y se difundan las palabras del jerarca de la iglesia católica.

Bien, en inglés existe una expresión apropiada para calificar este acuerdo: wishful thinking. Traducida al castellano significa pensamiento ilusorio; confundir los deseos con la realidad. Visto, desde otro ángulo más realista, se podría deducir que el oficialismo intenta comprar tiempo y, en consecuencia,  se acuerda en torno a esta fantasía lingüística. Sería deplorable que la bancada democrática caiga en este tipo de racionamiento ilusorio.

No hay algo más dañino en política que diseñar estrategias atornilladas en algo que se denomine “buenas intenciones”.  Por definición esta actividad, si aspira alcanzar efectividad,  ha de ser concebida en términos de tácticas y estrategias. Si se quiere, hay que darle una connotación de naturaleza bélica. Cuidado, esta última afirmación es extraída de los clásicos de la política (Maquiavelo, Max Weber, Gramsci, entre otros.). Lo que intento señalar es que en Venezuela se agotó  la forma de hacer política que definió todo un período histórico. Nos encontramos, entonces, ante la circunstancia de tener que reinventar esta actividad. Y, esta pulsión, debería orientar la conducción política del bloque opositor.

Voy a intentar ilustrar lo afirmado en el párrafo anterior. El electoralismo, vale decir, la búsqueda de gobernaciones  como un fin en si mimo, puede ser considerado como un error y pudiera reproducir los hábitos políticos que se intentan sustituir. En las actuales circunstancias, este campo de batalla debería estar subordinado a un interés superior: desplazar del poder al chavismo- madurismo como requisito para iniciar un nuevo ordenamiento político, cultural y social en el país. Lo electoral, en consecuencia, debería ser asimilado por los candidatos  como un escenario para difundir la idea de una nueva patria. Me pregunto: ¿los partidos que participan en esta contienda son portadores de una visión alternativa? ¿Expresan una radicalidad que los separen del pasado y del presente político del país? Bien son interrogantes abiertas. Se cerrarán en un futuro próximo.

El padre Luis Ugalde, en un artículo reciente (El Nacional 31 de marzo) ha diagnosticado con una alta dosis de realismo la coyuntura política. La naturaleza catastrófica de la situación del país  requiere, a su juicio, un acuerdo en torno a un gobierno de salvación nacional. Es indudable que una propuesta de esta naturaleza es apropiada y ayudaría  a encauzar pacíficamente al país hacia otras formas de organización. Se me ocurre, como ejemplo, la transición española.

Sin embargo, guardando las distancias, me parece que tenemos un déficit de personajes y de relatos apropiados para caracterizar la situación y abrir puertas hacia el porvenir. Desde luego, esta opinión tan solo describe el momento actual. No tengo dudas que en el horizonte aparecerán los personajes que enarbolarán las verdaderas banderas que anunciarán el futuro.

Finalmente, hay que estar alerta ante los peligros que se derivan del wishful thinking.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64
Carabobo - Venezuela

DULCE MARÍA TOSTA, OPOSICIÓN

Desde hace ya largo tiempo, la política venezolana ha caído en el vicio de utilizar palabras al voleo, sin preocuparse de analizar si el término con el que se pretende nombrar a una persona tiene algo que ver con su conducta y aptitudes. Quizás esta manera alegre de nombrar y calificar tuvo su origen en el medio artístico que vio en José Luis a un puma y  tigresas o fieras en damas de apacible carácter.

Nuestros políticos parecen haber olvidado, o acaso nunca lo supieron, que existe una rama de la semántica denominada semántica lógica, que estudia la relación entre el signo lingüístico y la realidad, así como las condiciones necesarias para que una palabra pueda aplicarse a un objeto o persona.

Esta perversión del lenguaje y de la política, produce indeseables efectos en la vida nacional y genera una suerte de desorientación ideológica y un descreimiento social que encuentran su expresión concreta en la antipolítica y, especialmente, en el rechazo a los partidos políticos como instrumentos necesarios de la vida democrática.

Podemos afirmar, con poco temor a equivocarnos, que los dos últimos gobiernos que tuvieron oposiciones reales fueron los de los tachirenses Marcos Pérez Jiménez y Carlos Andrés Pérez (II). Desde 1958 hasta CAP II, adecos y copeyanos montaron oposiciones falsas, contubernales; ¿Quién no recuerda las famosas reuniones de Gonzalo Barrios y Rafael Caldera, donde se tomaban toda suerte de decisiones  y se limaban las asperezas surgidas en los estratos inferiores de sus respectivos partidos? En virtud de esa perversión, nuestro País no adquirió una cultura opositora y las nuevas camadas de políticos se fueron formando en la escuela de la protección al interés parcial y del desdén a los intereses colectivos.

La tragedia chavista nos sorprende sin un liderazgo fuerte y acostumbrado a contrariar al gobierno con todos los medios permitidos por la Constitución y las leyes, pero sobre todo, sin un liderazgo que crea «en los poderes creadores del pueblo» como dijo en su Credo el inmortal Aquiles Nazoa. Tan desafortunada circunstancia permitió que se perdiera el gigantesco esfuerzo del 11 de abril, que hizo poner pies en polvorosa al acobardado «comandante eterno» y que Maduro le birlara las elecciones presidenciales a un Capriles sumiso, que prefirió recurrir al TSJ y no a la gente que esperaba su llamado.

La vuelta de Manuel Rosales, anunciada y participada a los cuerpos de seguridad del Estado con la debida antelación, hedió a componenda y a trato desde el primer momento. ¿Qué hubiese sucedido si en 1957 Fabricio Ojeda, Guillermo García Ponce, Silvestre Ortiz Bucarán y Enrique Aristiguieta Gramcko hubiesen ido a Miraflores a participarle a Pérez Jiménez la constitución de la Junta Patriótica que convocaría la insurrección popular? Los nombrados y decenas de miles más eran opositores de verdad (con negrillas), eran hombres recios que arriesgaban sus vidas como costo ineludible del verdadero liderazgo.

En Venezuela se empiezan a decantar las realidades; cada día se hace más notorio que existen, al menos, dos oposiciones: la verdadera, que exige la inmediata salida de Maduro, como una necesidad que no admite retardos y la otra, la oficial o ficticia, apaciguadora de oficio que habla de diálogos, postergaciones y reconciliación sin justicia, e insufla vida a un régimen que no tiene ninguna razón lógica o política para continuar en el ejercicio del poder.

Obviamente, la batalla es contra el chavismo y contra todos los males que impulsa y representa; pero también lo es contra los malos políticos y la mala política, contra quienes se sienten predestinados a liderar a la Nación, pero son incapaces de entrar en sintonía con los deseos y sentimientos populares; contra los que se hacen llamar opositores para concitar simpatías, pero no son capaces de oponerse con la seriedad y testarudez que exigen las angustias actuales. «“Por sus obras los conoceréis” (Mt 7,15-20)».

Dulce María Tosta
turmero_2009@hotmail.com
@DulceMTostaR
Aragua - Venezuela

JOSÉ MIGUEL SALAS MEJÍAS, FRANCISCO DE MIRANDA Y LA VENEZUELA DE HOY.

Hoy, cuando Venezuela vive la peor crisis política, económica y social en toda su historia, rememoramos aquellas palabras proféticas de nuestro Ilustre Precursor Don Francisco de Miranda, cuando conducido por sus propios coterráneos y subalternos a las frías y altosanas mazmorras guaireña, dijo: “Bochinche, bochinche esta gente lo que sabe hacer es bochinche”.

Hoy en día, el “bochinche” aún continúa  reinando sobre el suelo sagrado de la patria, en sus 266 años de su natalicio del Generalísimo Francisco de Miranda, aún sentimos los grillos como la falta de conciencia y de espíritu, por parte de quienes nos olvidamos de su ejemplo por la libertad de los pueblos latinoamericanos.

L a aurora de aquel 28 de marzo de 1750, hizo posible al mundo y específicamente, al pueblo venezolano, la adquisición que trajo consigo el nacimiento de Miranda.

Es menester hacer referencia del espíritu libertario de Miranda, cuando enfrenta al general Domuriez  después de la gesta realizada en Prusia
Y la conquista de Bélgica, a pesar de su amistad con este general, quien envanecido por los triunfos alcanzados, propone a Miranda regresar con sus tropas a la capital francesa, disolver la Asamblea Nacional y convertirse en amo y soberano señor de los destinos de su propia patria.

Miranda le repele ofuscado con las siguientes palabras: “General, sería peor el remedio que el mal y agregó enfático: Me opondré si me es posible. ¿Y se batirá usted contra mí, terció el General Domuriez, y el General Miranda? Impasible le contesta: “Tal vez así sucederá si usted, se bate contra la libertad”.

Aquí deja asentado el Precursor la doctrina de su ideario como el signo inequívoco de sus aspiraciones y de la gran tarea que se propone realizar en beneficio de la independencia universal de los pueblos.

Aún flota en el mundo las palabras pronunciadas por Miranda cuando fueron a detenerle luego de la capitulación con Monteverde, aquel 25 de julio de 1812, refiriéndose a que el pueblo no tenía formación guerrerista, las cuales resonaron en la noche silenciosa de aquel 31 de julio de 1812: “Bochinche bochinche, los venezolanos no saben hacer sino bochinche” yo le agregaría de mi parte: “Este gobierno es puro bochinche, tiranía y corrupción”.

Allí ese gran llamado de atención en este momento crucial y difícil que vive nuestra patria. Miranda el visionario de la libertad, diseño la bandera tricolor de la libertad, trajo la primera imprenta a tierras venezolanas, participó en la firma del Acta de la Independencia venezolana, como diputado provincia del Pao de Barcelona y firmante de dicha acta, el día 05 de julio de 1811.

Como miembro de la Orden Masónica venezolana, le hago un llamado de consciencia oportuna, al señor Nicolás Maduro Moros, Presidente de la República y ex constituyentita de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, para que reflexione y libere a los presos políticos específicamente al Alcalde del municipio San Cristóbal del estado Táchira Daniel Ceballos, él cual es miembro de la Orden Masónica venezolana que es tan legítimamente y constitucionalmente elegido por el pueblo tachirense como su alcalde, recuerde Presidente Maduro que usted fue diseñante de dicha constitución de 1999, ahora su deber es hacerla cumplir.

José Miguel Salas Mejías.
Josemiguelsalasmejias1@gmail.com
ruptura.org@gmail.com
@RUPTURAorg
Sucre - Venezuela

OSCAR BASTIDAS DELGADO, COMUNISMO O SOCIALISMO DEMOCRÁTICO,

Manejar el panorama de los socialismos posibles cobra vigencia en nuestro país para diferenciarlos del mal denominado Socialismo del Siglo XXI, que no es más que la franquicia comunista cubana adquirida por el fallecido mandatario Chávez: liderazgo eterno, dominio y centralización de los poderes públicos, partido único, militarismo, y nacionalizaciones entre otros rasgos.

Chávez siempre amasó un proyecto militarista. Lo sustentó en su condición militar, lo fortaleció con sus periplos por América Latina, incluyendo la Cuba en que buscaba conocer los resortes del militarismo más que su supuesto socialismo; pretendió darle soporte teórico con la propuesta cívico-militar ceresolista, propuesta desequilibrada porque jamás lo cívico se equilibra ante el monopolio de las armas y, con esas premisas, puso en marcha la militarización del país apenas asumió su mandato.

Con su innegable memoria y posesión del código militar —código del que Maduro carece y Cabello no tiene meritos para mostrarlo— rediseñó la carrera militar convirtiendo las escuelas de formación de oficiales en máquinas de cursillos dizque marxistas, ¡ habría que preguntarse cuán efectivo ha sido ese proceso!; asignó altísimos presupuestos a un armamentismo no justificado y podó las líneas de mando sacando hacia sus casas, sector público y servicio exterior a los militares que no lo seguían o le hacían sombra, plagando así de militares la administración pública central y descentralizada, labor continuada por Maduro.

En los cimientos de la concepción militarismo - sociedad civil y comunismo – socialismo, se encuentra el enfrentamiento entre dos modelos organizacionales opuestos:

1.- El modelo burocrático, propio del ejército y la estructura del PSUV, asumido por quienes no creen en la división de los poderes, la democracia y la participación sino en el mando por ellos mismos y la subordinación de los otros, que funciona con la opacidad del secreto burocrático que facilita las adhesiones automáticas y la corrupción, uniforma a los seguidores al extremo de colocarles capuchas para que no se diferencien ni siquiera por las caras; modelo para el que los oponentes y los muertos son simples cifras de una batalla.

2.- El modelo participativo, impulsor de la democracia por voluntad propia, con igualdad y autonomía de condiciones al decidir y actuar, respetuoso de los derechos individuales y colectivos, cuya mejor expresión son las Organizaciones de Economía Social (OESs), particularmente las cooperativas genuinas y no las falsas capitalistas y de maletín constituidas por los dizque socialistas gobernantes para evadir impuestos de verdaderas ganancias por sus jugosos contratos con los oficialistas.

Entre ambos modelos se encuentran otros que van desde la coínfluencia, la codecisión, la coparticipación y la cogestión hasta la participación accionaria y la autogestión, a los que dedicaremos reflexiones en próximos artículos.

Con esas condiciones, la tardía e inconstitucional propuesta socialista del fallecido no pasó de ser un militarismo ramplón. Militarismo es dominio del jefe único y de su rosca, es la despersonalización en pasta, es uniformar seguidores con atuendos militares y franelas rojas o camisas negras como Mussolini, bastaba ver al mandón Cabello en la Asamblea Nacional para entender que militarismo es órdenes e imposiciones. Ante el militarismo los civiles que no se ponen firmes son objeto de coacción y hasta presidios; de esas condiciones se derivan autoritarismos y lógicos totalitarismos, listas Tascón y Maisanta,.

Los militaristas transmitieron sus valores a los colectivos, sus milicianos, unas guerrillas bolivarianas de las que no se habla, y los camisas rojas que rellenan las marchas oficialistas. En fin, militarismo es negación de la supuesta participación protagónica, militares no creen en el precepto marxista de que el primer paso al socialismo es el primero hacia la extinción del Estado: ¿Militares impulsando participación?, ¿dónde?, ¿cuándo?:  ¡Jamás!, manipulan el socialismo a conveniencia al igual que los procesos democráticos: ¿cómo justificarían los militaristas el injustificado armamentismo que ha endeudado al país y el control interesado de las fronteras?.

Deslindar comunismo de socialismo es una necesidad para quienes proponemos un socialismo democrático que se nutra de participación y autogestión. Socialismo no es modificar el escudo, la bandera ni la historia, no es cambiar nombres de instituciones o destruirlas sin crear sustitutas, tampoco reproducir la pobreza ni aprovecharse de la inseguridad del lumpen - malandros para abonar con miedo la huida de jóvenes del país; tampoco es construir sistemas represivos  e ineficientes. Socialismo no es cercar presupuestariamente ni con bandas armadas las universidades y amenazar con allanarlas por temor a que el conocimiento universal desplace gobernantes de visión reducida, tampoco es convertirlas en cuarteles caletreros de El capital y de ¿Qué hacer?, textos de los que los mismos jerarcas solo conocen portadas; no es cerrar las fronteras para hacer del país una isla como Cuba ni igualar hacia abajo a los ciudadanos en una pobreza que, dicho sea de paso, supera los niveles de 1999 y seguirá creciendo tal como lo ordenan los jefes cubanos, Guaicaipuro Lameda dixit.

¡Lo contrario!: socialismo es subir la calidad de vida de la población mediante el estudio y el trabajo; impulsar el emprendimiento individual y asociativo para constituir empresas socialmente responsables y cooperativas genuinas en aras de una economía variada que rompa con la monoproducción; es respetar el conocimiento y la autonomía universitaria e impulsar la libre circulación de ideas en universidades y el país y eso no se logra rebajando el salario de un profesor titular a menos de 25 US$ que no alcanzan ni para un libro, mientras los generales tienen dinero y hummers para sus andanzas, aunque justo es reconocer que la amplia mayoría de los militares no goza de las prebendas de la cúpula.

El socialismo debe ser un proceso con claros valores y principios democráticos, de libertad, participación, respeto y solidaridad, con claras oportunidades de formación y capacitación para el trabajo, la cultura y la vida. Una propuesta socialista debe asumir las asociaciones, mutuales y cooperativas como eje transformador del país y como fórmula para que el común se organice y supere con valores, principios y economías de escala sus problemas; una propuesta socialista debe ser honesta y transparente, basarse en las mejores tradiciones y “los poderes creadores del pueblo”, sin dirigentes mesiánicos comparados con Bolívar, sin adhesiones mecánicas y seguidores pedigüeños.

Una propuesta socialista democrática no debe permitir exclusiones sino marchar hacia un “nosotros” integrador, asociativo, en el que todos nos sintamos miembros del mismo país y su destino, de una Venezuela sin rencores, con justicia transparente para castigar a corruptos, narcos, grupos armados, asesinos, secuestradores,  y todo el que cometa crímenes de lesa humanidad.

Los oportunistas del PSUV desprestigiaron el término socialismo y otros como participación protagónica, cogestión, autogestión, ciudadanos y ciudadanía, partidos políticos, sufragio, gobierno municipal, sindicalismo, comunidades, unidad familiar, trabajo comunitario, programas sociales y cooperativismo entre otros. Costará tiempo y esfuerzos devolverles su prestancia.

No se equivocó Noam Chomsky al recular con respecto a ese dizque socialismo que con entusiasmo apoyó inicialmente al calificarlo de “propuestas guerrilleras, golpistas, y militaristas de los sesenta”, tampoco cuando acusó a sus jerarcas de imponer modelos “desde arriba”; definitivamente, “socialismo” y “siglo XXI” como calificativos les quedaron grandes.

En nuestro próximo artículo abordaremos el tema del socialismo y la democracia económica.

Oscar Bastidas-Delgado
oscarbastidasdelgado@gmail.com
@oscarbastidas25
Caracas - Venezuela

GUSTAVO PARDO, ¿UNA RUTA VIABLE PARA CUBA?

Ante todo, ¿de qué estamos hablando? Pues, nada más y nada menos que de los acontecimientos socio-económicos que, a corto y mediano plazo, puede generar la visita del presidente norteamericano a La Habana. Indudablemente, que la susodicha visita ha traído opiniones muy diversas y encontradas sobre su conveniencia a no; pero, lo cierto es que la misma se produjo.


Del viaje de Obama a Cuba, únicamente puede preverse el desarrollo de un cauteloso incremento en el comercio entre ambos países; así como un cierto interés del gran capital norteamericano para invertir en la Isla. Es decir, los ecos de la visita presidencial, fundamentalmente, deben ser analizados desde la óptica económico-social.










Obama y Castro luego de la rueda de prensa. Castro intenta levantarle el brazo a Obama, sin éxito.

Efectivamente, la delegación que acompañó al presidente, estuvo formada por miembros de su gabinete, algunos legisladores y un grupo de empresarios norteamericanos, y cubano-americanos. Pero, ¿qué resultado podemos esperar de las inversiones estadounidenses que puedan realizarse en Cuba?

Depende. Si pensamos en el interés del oficialismo castrista, indudablemente que dichas inversiones serán muy beneficiosas para llenar sus ya rebozadas arcas.

Si miramos la conveniencia de los inversores estadounidenses; entonces, en primer término, se requiere el análisis de los riesgos que implicarán dicha gestión. ¿A que se enfrentan los posibles inversionistas norteamericanos? A padecer los avatares de invertir en un país carente de Estado de Derecho. Es decir, a poner sus inversiones en manos del arbitrario sistema que establece la Ley de Inversiones extranjeras cubana, Ley que su articulado establece más riesgos que beneficios para los inversores. ¿Beneficios? Contar con mano de obra calificada, barata y carente de toda protección legal.

Y, ¿Qué es lo que queda para el pueblo cubano? Muy poco de bueno. Por ejemplo:

La contratación se efectuará por medio de las entidades estatales autorizadas al efecto.
La remuneración que recibirá será apenas de un 25 a un 30% del valor real que devengue su labor técnico-profesional. En otras palabras, se oficializará su condición de mano de obra esclava.
Continuará controlado por los “factores”, es decir, por el Partido Comunista de Cuba (PCC), los sindicatos oficialistas, y demás engendros que componen la “sociedad civil revolucionaria”.
Devengará un mayor salario, aunque nunca será equivalente al que se paga en los países occidentales.
Se endurecerán, aún más, los requisitos de visado establecidos para que los cubanos puedan emigrar a los EEUU.
Desde ya se le puede decir adiós a la Ley de Ajuste Cubano.
Image result for fotos de paladares cubanosPero, ¿Y los exitosos cuentapropistas que poseen los lujosos Paladares? No vale la pena referirse a ello. Todos sabemos que los altos dirigentes oficialistas son  los reales dueños de dichos negocios.

Como vemos, al menos desde mi perspectiva, los últimos movimientos políticos efectuados desde la Casa Blanca y el Palacio de la “Revolución”, no beneficiarán en nada al “cubano de a pie”; por el contrario, lo sumirán en un limbo socio-económico-político, avalado por el reconocimiento de la mayor democracia global: los Estados Unidos de América.

Entonces, ¿todo está perdido? ¿Qué hacer? ¿Existe alguna alternativa viable que pueda beneficiar al “cubano de a pie”? Desde mi punto de vista, si. Debemos aprender a buscar, a identificar y a aprovechar cualquier resquicio que permita trasmutar la oscuridad en luz.

Image result for fotos de cuentapropistas cubanos¿Cómo hacerlo? Brindando a los cubanos de la calle la posibilidad de convertirse en auto gestores o empresarios realmente independientes, capaces de trascender los puestos de café, refrescos sintéticos, croquetas y pan con tortilla en cadenas de negocios altamente productivos.

Indudablemente, este propósito no será nada fácil de establecer en un país absolutamente controlado por la dinastía Castro; pero, al menos vale la pena intentar hallar una Ruta alternativa para remediar  la endémica miseria que el pueblo cubano ha padecido por décadas.

Este será el objeto del próximo trabajo.

Gustavo Pardo
masonhabana78@yahoo.es
@GustavoPardo18

Estados Unidos

DARIO ACEVEDO CARMONA, ¿QUÉ SIGNIFICA DECIR “ESTAMOS CANSADOS CON LA GUERRA”?, CASO COLOMBIA,

La coyuntura colombiana es tan delicada y tan compleja que bien vale la pena tomarse un buen tiempo para reflexionar acerca de sus orígenes y desarrollo. No es de buenas a primeras que el país ha entrado en franco y acelerado retroceso en muchos aspectos sensibles para el conjunto de la población.
 
La semana Mayor es época propicia para la meditación. Las gentes se acogen a los rituales de la iglesia Católica, pero no está por demás que también dediquen algún tiempo a pensar en los retos y peligros que se ciernen sobre la sociedad.
 
De manera protuberante se manifiestan señales de alerta en materia económica, de seguridad, desinstitucionalización, liderazgo, y, para ajustar, en las relaciones internacionales que eran tenidas por exitosas, a raíz de los fallos del Tribunal de La Haya.
 
Como es imposible referirse a temas tan gruesos en un solo artículo, propongo a mis lectores reflexionar sobre el manejo dado por el gobierno Santos al llamado conflicto armado y a las conversaciones de paz. Como lo he sostenido en otras ocasiones, pienso que en este terreno se han cometido garrafales errores. En gran parte, la concepción entreguista que ilumina el proceder oficial en La Habana tiene que ver con varios sofismas que se hacen pasar por verdades, incluso con ropaje académico.
 
Una de las afirmaciones que circulan masivamente en los medios y entre la opinión es que “el país y los colombianos estamos cansados de esta guerra”. De entrada nos topamos con la idea de que el Estado y sus fuerzas militares deben declinar en el deber constitucional de defender las instituciones frente al intento de insurrección y de provocación de una guerra civil por parte de fuerzas guerrilleras de orientación comunista. Que se sepa, estas fuerzas no han reconocido estar cansadas de atacar a las instituciones y a la población. Por el contrario, se ufanan de los “sacrificios” que han hecho en favor de los “intereses populares”.
 
Declarar cansancio ¿acaso no equivale a mostrar debilidad en esa “guerra” que ellas, las guerrillas y sus escribanos e ideólogos venden como una “guerra justa”? ¿Qué tal que los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, luego de todos los desastres ocasionados en la defensa de la democracia y de las libertades y tras millones de muertos y crueldades inenarrables se hubiesen declarado “cansadas” en su guerra contra el nazismo? ¿Es admisible que los gobernantes encargados por mandato constitucional de defender las instituciones confiesen estar cansados  en el cumplimiento de sus deberes?
 
No deja de sorprender que quienes han defendido la vigencia y pertinencia de las guerrillas ahora se conviertan en pacifistas a ultranza y renieguen de la “guerra” en abstracto como si ese fuera el dilema al que se enfrenta nuestro país. Que desde el Estado sus altos gobernantes caigan en esa trampa no deja de ser desconsolador. Mientras desde el Estado se han realizado todo tipo de esfuerzos para llegar a un final honroso de las hostilidades, del otro, lo que se aprecia es la pretensión de no desmovilizarse, de imponer en la mesa de conversaciones lo que no pudieron en el campo de batalla. El cansancio, pues, termina por desestimar la legitimidad del enorme esfuerzo que hubo de hacerse  para enfrentar a las guerrillas.
 
Tenemos todo el derecho a preguntar, por tanto, ¿si valió o no la pena, si hubo razón o no en haber encarado el desafío guerrillero? ¿Si es lo mismo defender la democracia, a pesar de sus deficiencias, que fue lo que hicieron las fuerzas militares, que intentar imponer por medios terroristas un proyecto totalitario? O ¿si aceptamos pensar como muchos dirigentes políticos y académicos en cuya retórica se pierde vista o se enmascara en palabras de justicia lo que no es otra cosa que la propuesta del modelo comunista?
 
A lo que apunto, en síntesis, es a señalar  que el gobierno de Juan Manuel Santos ha adelantado estas conversaciones de paz a partir de la renuncia a la razón moral en el combate que durante décadas se ha estado librando contra unas guerrillas cada día más desacreditadas y lumpenizadas. La política oficial de paz alimenta la sensación de que todo fue inútil, de que las guerrillas y el Estado estaban al mismo nivel, que no había razones justas y legados políticos para defender por parte de la institucionalidad y en cambio, como se aprecia en las posiciones del filósofo Sergio Jaramillo, las guerrillas encarnan aspiraciones del campesinado.
 
El resultado no puede ser más lamentable: el sentimiento de culpa que se comprime en la idea de zanjar una deuda histórica cancelable a las guerrillas, la baja autoestima sobre nuestras instituciones que se traduce en dar un trato de contraparte o de igual a quienes nunca obtuvieron ese sitial ni por la razón ni por la fuerza.
 
Ruben Dario Acevedo Carmona
rdaceved@unal.edu.co
@darioacevedoc
Colombia

DANIEL CHALBAUD LANGE, EN RECONOCIMIENTO Y DESCARGO DE NOEL SANVICENTE,

Como aficionado, más no, fanático del futbol, con mucha frecuencia disfruto por la televisión partidos de futbol en muchos países y por diferentes copas y equipos; en especial a nuestra “Vinotinto”. Debemos por comenzar que nuestro país nunca, por muchas razones, ha sido granja con potencial de jerarquía internacional, a pesar de contar con muchas granjas y pollos.

El fútbol venezolano tímidamente comenzó su enseñanza con los primeros institutos educacionales regentados por sacerdotes españoles o italianos, posteriormente algunas universidades y clubes privados con los cuales comenzó el fútbol profesional. Recuerdo en los finales de años cuarenta y principios de los cincuenta, cuando un gran promotor del fútbol internacional, Damián Gaubeka, patrocinaba y lograba traer cada año equipos españoles, brasileños y colombianos para torneos en los cuales participaban equipos locales. Años de las transmisiones por radio y época, en los cuales, a pesar de las inconvenientes propios para las transmisiones, los locutores y comentaristas la hacían con la mejor veracidad posible.
Pasaron los años y nuestro futbol, nuestra calidad de fútbol, siguió el mismo péndulo que marcaba el rumbo del país. En ese vaivén, llegamos al año 2016, y nos encontramos con el péndulo señalando, bien grande, la palabra FRACASO, y como siempre, hay que buscar un CULPABLE, desde el mismo momento en que nuestra Vinotinto recibió el gol de empate en el reciente juego con Chile. Ya había calificada como el equipo redentor del futbol profesional venezolano. Buscando, más que razones, culpabilidad, se señaló intermitentemente los garrafales errores de la defensa y, al fin, con la derrota 4 x 1 no podían aguantar más lo que sentían por dentro: la culpa de Noel    Sanvicente. Un hombre venezolano a carta cabal, que se entrega con pasión y gran profesionalidad a la dirección del equipo que le corresponda. Si lo que recibió no fueron restos de jugadores, sino rencillas, dirigentes de tribuna con voz, y un abanico de jugadores profesionales, algunos de ellos ya acostumbrados a las luces, comodidades y dólares de equipo europeos, asiáticos y africanos. Otra vida, otro futuro y otra manera de jugar. San Vicente tuvo que simultáneamente que regar semillas de jugadores y enderezar ramas. No conozco las interioridades de la mucha gente que trabaja en la dirección del la Federación Nacional de Fútbol Profesional, en pro cuando el río suena, piedras debe traer. Y el rió por el que han llevado a la Vinotinto pareciera que viene contaminado al igual que el de muchas Federaciones Internacionales cuyos dirigentes, más de cincuenta, están señalados e inculpados por la justicia. Ojalá seamos la excepción de esa merienda.
Es un hecho público y notorio que las disciplinas deportivas de masas, equipos, no se conforman de un día para otro. El fútbol, el béisbol y el atletismo no nacen, se hacen; si, se hacen sembrando semillas en todos los rincones del país, no sólo con la idea de formar grandes atletas sino como disciplinas para inculcarles principios y valores de convivencia humana y alejarlos de los antivalores. Pero la responsabilidad de darles muchas oportunidades a los niños y en la juventud no es solo de empresas privadas sino del Estado en todos sus niveles: estados, municipios, parroquias e intercambio entre unidades educativas vecinales, parroquiales, municipales, distritales, estadales, hasta llegar al honor de formar parte de las selecciones nacionales.  El deporte como la educación debe ser de enseñanza gratuita. Los destacados, de acuerdo a sus exaltadas condiciones para una disciplina deportiva, al cumplir la mayoría de edad podrán decidir hacer de su capacidad una profesión que le garantice la satisfacción de sus necesidades como seres humanos. Y uno se pregunta, en dónde está el dinero para los gastos e inversión en deportes, por allí estaban y se esfumaron en las chimeneas de PDVSA -Casa Matriz de la Beneficencia Pública Nacional en Internacional- sus filiales, y una buena parte en la fianza. 
Yo sí considero que Noel Sanvicente tiene la capacidad necesaria para rescatar y mejorar a la VinoTinto. Por supuesto, también habrá otros, iguales o con mejor capacidad, pero no debemos olvidar que ni el futbol, el beisbol, el básquetbol y ni el atletismo se juegan solos, enfrente de ellos hay también entrenadores y equipos que desde hace muchos años están haciendo lo que nuestros gobiernos deberían haber hecho desde hace mucho tiempo: preparar los semilleros, cultivarlos, alejar las malas hierbas y fortalecerlos; en fin, abrirles el camino… su capacidad los orientará hacia la meta de su esperanza.
Noel Sanvicente, recuerda que Simón Bolívar, Páez, Sucre, Urdaneta, Cedeño y muchos otros, lucharon y, perdiendo muchas batallas, aprendieron que “Dios concede la Victoria a la Constancia.”
Noel Sanvicente, tu voluntad, esfuerzo y ejemplo será reconocido por tu pueblo y premiado por Dios
Daniel Chalbaud Lange
vonlange1939@gmail.com
@danielchalbaudl
Carabobo – Venezuela