viernes, 1 de julio de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY VIERNES 01/07/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR ESPECÍFICO

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES -  

BEATRIZ DE MAJO: EL TURISMO CHINO SE DESPIERTA. CHINA HOY. DESDE ESPAÑA




BEATRIZ DE MAJO: EL TURISMO CHINO SE DESPIERTA. CHINA HOY. DESDE ESPAÑA

China es, con mucho, el país cuyos nacionales tradicionalmente gastan más en el exterior cuando viajan por motivos de turismo. Hace 5 años, mientras los turistas de Francia, Inglaterra y Alemania invertían en ocio 41.000, 64.000 y 81.000 millones de dólares respectivamente durante los paseos al exterior, los chinos dejaban 261.000 millones. Las estadísticas señalan que el gasto medio de los ciudadanos del Imperio asiático duplicaba, antes de la pandemia, la de cualquier otro viajero mundial. Hoy cada país está en el plan de desarrollar una estrategia para atraer y potenciar esta importante fuente de ingresos.

Una vez superadas las restricciones para trasladarse a otras ciudades, China ha comenzado por prender los motores del turismo interno, pero ya en el mundo exterior se ve con gran beneplácito la gran cantidad de demanda de información que se genera desde allí y en el medio hotelero se comienza a contar con que ya desde este año de 2022, 60 millones de ciudadanos chinos invadirán las calles y los comercios de las grandes capitales mundiales.

El mercado emisor chino configura una fuerza de calibre dentro de los patrones del turismo mundial y su potencial de crecimiento es inmenso. Si en el 2018 salieron del país 149 millones de ciudadanos y en el 2019, 220 millones, ya los entendidos consideran que ese volumen se conseguirá alcanzar muy pronto: se apunta al 2023. Los principales países beneficiarios serán sus vecinos - Corea del Sur, Taiwán, Japón y Tailandia- ya que la mayoría de los que toman la maleta se quedan en Asia pero sus preferencias evolucionan rápidamente hacia otras latitudes.

Sus patrones de comportamiento difieren mucho de los viajeros de otros países. Una inclinación a las compras de este turista es notoria pero, además de ello y para conquistar su atención, es bueno saber que los grandes viajeros provienen del estrato económico medio, que viajan a través de agencias de viaje, que su edad promedio es 34 años y que la mayor parte del tiempo se trasladan en grupo. A la hora de meterse la mano en el bolsillo estos ciudadanos lo hacen principalmente para traer de vuelta a su país objetos adquiridos en los puntos de destino

Lograr un flujo de visitantes chinos constante y regular ha pasado a ser prioritario para aquellos países que entran dentro del espectro de su atención, ya que no puede deleznarse el aporte a la industria local y al comercio que representa este flujo humano y el efecto multiplicador que se logra a través de la interacción con estos visitantes. Mas aun cuando se considera que el valor promedio del gasto turístico en compras de los turistas chinos supera en Europa los 4000 dólares por viaje y viajero y en Estados Unidos 5000. Cifras internas de China estiman que un 16% del ingreso del hogar de la clase media se destina a viajes de ocio interno o externo.

Es así como colocarse en el mapa de las preferencias chinas a la hora de viajar ha pasado a ser un imperativo para aquellos países que cuentan con atractivos para sus costumbres. Y la mejor manera para captar la atención y hacerse una vía hacia sus gustos y preferencias es ser muy activo en las redes sociales internas a las que el joven ciudadano chino se le dedica más tiempo y atención que cualquier otra nacionalidad.

Beatriz De Majo
@BeatrizdeMajo1
Venezuela – España

TRINO MÁRQUEZ: ECUADOR EN LLAMAS. DESDE VENEZUELA

A la hora de intentar acabar con el gobierno electo a través del voto popular, universal y secreto de Ecuador, la izquierda insurreccional de ese país no ha andado con escrúpulos. Sin agotar las instancias de discusión y mediación que se activan en esos casos, Leonidas Iza, presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), convocó un paro nacional indefinido, argumentando que de esa forma el pueblo manifestaba su legítima indignación por el alto costo de la gasolina, la espiral inflacionaria que azota a esa nación y la desidia de la administración del presidente Guillermo Lasso para atender esos problemas, que golpean de forma severa la calidad de vida de las clases más humildes, especialmente la de sus ‘hermanos’ indígenas, que Iza dice defender.

El paro ha estado acompañado de una violencia desenfrenada. Vandalismo. Los partidarios de Iza han trancado vías de comunicación y de suministro de alimentos, quemado establecimientos comerciales, asaltado puestos policiales y exacerbado las tensiones con los cuerpos de seguridad, sin importarles las consecuencias económicas y sociales que esas acciones desmesuradas están provocando. Además, se han valido de cualquier clase de argumento, sin considerar cuánto adulteran la realidad.

Entre los argumentos de los dirigentes ‘indígenas’ al momento de evaluar la inflación, no ha aparecido el descalabro surgido en las cadenas de suministro que la Covid-19 provocó en gran parte del planeta. El aumento del costo de la gasolina no ha sido vinculado con la invasión de Rusia a Ucrania y el enorme impacto que esa agresión ha tenido en el precio de los combustibles. Tampoco los dirigentes del paro han dicho que la gasolina en Ecuador es de las más baratas del mundo y que su bajo costo estimula el contrabando de extracción hacia los países vecinos, donde el combustible cuesta bastante más caro.

Temas como los que señalo no fueron tratados de forma abierta y franca con el gobierno de Lasso con el fin de buscarles una solución que evitara el conflicto. La Conaie propuso un pliego de peticiones de diez puntos. Frente a los obstáculos inevitables que surgen en todo proceso negociador, inmediatamente planteó llamar al paro nacional indefinido. Un recurso al cual solo se apela en última instancia, luego de que el diálogo se ha agotado, fue utilizado en los primeros momentos del contacto entre la Conaie y el Gobierno.

Ahora se ve que el apresuramiento de Leonidas Iza y sus compañeros no era ni inocente ni ingenuo. En combinación con los seguidores del expresidente Rafael Correa –despechado por la deslealtad de su antiguo delfín, el también expresidente Lenín Moreno- esos líderes indígenas tramaron la destitución en el Congreso, de Guillermo Lasso. La fracción correísta en el Parlamento planteó sin ambigüedades destituir a Lasso. Por fortuna, esa fracción no logró reunir los suficientes votos para defenestrar al mandatario. Mucho más que reivindicar a los indígenas –sin duda excluidos y segregados desde hace siglos por élites y gobiernos blancos indolentes-, lo que más les interesaba a Iza y sus seguidores más cercanos era defenestrar a Lasso, con la finalidad de abrirle una puerta a Correa, quien finalmente podría ser redimido. Y su rencor, resarcido. Por ahora, todo se mantendrá como antes. Lasso seguirá en la casa de Gobierno y Correa rumiando su odio.

De los dramáticos episodios que se han visto en Ecuador, se deriva que en América Latina la izquierda insurreccional siempre está al acecho. No digiere con facilidad la democracia cuando es ella la que sale derrotada en las consultas populares. En Ecuador, ese sector quiere aprovechar el giro de Latinoamérica hacia la izquierda para levantar vuelo de nuevo. La presencia desde hace varios años de López Obrador y Alberto Fernández, los recientes triunfos de Gustavo Petro y Pedro Castillo, y la casi segura victoria de Lula, parece animar a algunas franjas de la izquierda del continente a promover la caída anticipada de gobiernos elegidos democrátucamente, lo cual les abriría espacio a líderes y partidos que podrían aprovechar la actual onda expansiva para lograr triunfos que se ven lejanos.

Esa lógica, desde luego, no la aplican para Cuba ni Nicaragua. La izquierda ve con agrado el inmovilismo cubano y la entronización de la tiranía nicaragüense. Las movilizaciones en esos países para exigir elecciones libres o protestar contra la violación de los derechos humanos y la escases de alimentos, no cuenta con el respaldo de los grupos que aplauden la aventura de Leonidas Iza en Ecuador.

Guillermo Lazo debería entender que su legitimidad no reside solo ni fundamentalmente en haber sido electo en comicios libres. Su autoridad como Presidente está asociada con su capacidad de acercarse a los ciudadanos, entre ellos los indígenas, para contribuir a resolver los problemas más apremiantes que estos padecen. A través de la eficiencia y la empatía con el pueblo, hay que cerrarles el paso a líderes carismáticos que, en nombre de los intereses populares, trafican con las necesidades de los ciudadanos, fomentan hogueras en sus naciones y atentan contra la democracia.

Trino Marquez Cegarra
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

LUIS MANUEL AGUANA: VENEZUELA Y LA PROPUESTA CONSTITUYENTE DE COLOMBIA, DESDE VENEZUELA

Uno de los aspectos más controversiales que nos llegaba a Venezuela de la pasada elección presidencial de Colombia fue la propuesta de convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente ofrecida por el entonces candidato y actual Presidente Electo de Colombia, Gustavo Petro. Ciertamente, Petro ofreció una convocatoria Constituyente como primer acto después de su elección como Presidente, siendo candidato presidencial para las elecciones de 2018 en Colombia. Pero perdió las elecciones. La siguiente fue la posición de Petro, ante el tema Constituyente en el año 2017:

“…si yo soy Presidente de Colombia el primer acto el primer día es convocar un referendo con una sola pregunta: ¿Quiere Ud., si o no, convocar una Asamblea Nacional Constituyente en Colombia? Que si la mayoría dice sí, nos permite convocarla para hacer esta reforma. No es una Asamblea Nacional Constituyente como la del 91. No es reunida en el centro de Bogotá. Tiene que ser una Constituyente territorial, porque ese es el gran vacío de la Constitución de 1991, lo local, la democracia local, tiene que ser territorial, acotada. No es una reforma de todo. La Constitución del 91 tiene ventajas en muchísimos temas. ¿Acotada a qué? A estas reformas: la salud, la educación, la justicia, la nueva economía –podríamos hablar otro día de que significa esa nueva economía, me he metido en estos días a tratar de explicarlo que es salir del petróleo y entrar a la producción— y la política”…”Mientras sesiona la Constituyente el Congreso sigue pero no tiene función. Se suspende hasta que acabe las funciones de la Constituyente”…”Debe ser plural, no es al estilo Maduro, de uno solo, eso no tiene sentido. Es una Constituyente que sea la expresión de la sociedad colombiana…” (resaltado nuestro)(ver Semana TV, 17 de noviembre de 2017, Petro y su primera decisión como presidente sería convocar un referendo constituyente, en https://youtu.be/vYQLKXh6l9c, min 21:00).

Sin embargo, a pesar de haber declarado de esta manera en noviembre 2017, ya en diciembre de 2021 como candidato del Pacto Histórico, Petro cambia públicamente su posición en relación con el tema, en la campaña presidencial de 2022:

“P: Si Ud. gana la presidencia de la República, ¿habrá Constituyente o no? R: Nosotros hicimos la Constitución del 91. Las instituciones hoy de Colombia se originan en la Constituyente del 91 y nosotros fuimos la fuerza mayoritaria de la Asamblea Nacional Constituyente por voto popular. ¿Por qué íbamos a desbaratar lo que hicimos? La Constitución del 91 sirve para hacer los cambios económicos. La Constitución del 91 ordena que todo o toda colombiana tenga derechos fundamentales y los describe. Hoy no los tiene. Pero no es porque la Constitución no lo ordena es porque los gobiernos de un régimen corrupto, que no es constitucional, los han conculcado. Han hecho negocios con los derechos de los colombianos. Por tanto el cambio en Colombia se hace con la Constitución del 91. No necesita una Constituyente para hacer otra Constitución porque ya la tenemos. Y ese es el primer Pacto. Fue un Pacto hecho con Álvaro Gómez y las fuerzas conservadoras de ese entonces, y con los liberales de ese entonces, y fructificó. La Constitución del 91 es la demostración fehaciente de que un Pacto Histórico se puede hacer en Colombia” (resaltado nuestro) (ver Semana TV, Gustavo Petro y el Pacto Histórico debaten el camino a la Presidencia de Colombia, Elecciones 2022, en https://youtu.be/8tLtSubPoLc, min. 1:33:10).

Y no le faltó razón al Gustavo Petro actualizado de 2021, al decir que la Constitución colombiana no requiere de una Constituyente para hacer en ella las reformas políticas necesarias para mejorar la salud, educación, justicia y economía. Solo al leer la Constitución política de Colombia, actualizada con los actos legislativos hasta 2016 (ver en https://www.cijc.org/es/NuestrasConstituciones/COLOMBIA-Constitucion.pdf), estos aspectos están garantizados: salud (Art. 44, 49, 50, 64), educación (Art. 45, 64, 67, 68, 69, 70), justicia (Art.95, 116, 152, 156), economía (Art. 332-338).

Los colombianos se dieron en 1991 una Constitución moderna que puede ser reformada, como efectivamente lo ha sido en 51 oportunidades (información hasta septiembre 2019) por Actos legislativos del Congreso (ver Cuantas Constituciones ha tenido Colombia, ¿Cuántas modificaciones ha tenido la Constitución de 1991?, en https://www.senalcolombia.tv/cultura/constitucion-politica-colombia-historia).

Ahora bien, el temor a que Petro siga la franquicia chavista de modificar la Constitución para cambiar el modelo político colombiano, introduciendo una reelección indefinida o colocando el socialismo como ideología única en el país, no digo que sea imposible, pero le sería bien cuesta arriba dada la polarización de prácticamente la mitad del país luego de las elecciones, con un pueblo muchísimo más culto que el nuestro. Esto sin tener en cuenta que la Cámara de Representantes aprobó la eliminación de la figura de reelección presidencial de la Constitución Política del país durante el año 2015, en una de sus muchas modificaciones.

Petro dejó de ofrecer una constituyente por el rechazo del pueblo colombiano a esa posibilidad que venía planteando desde antes del año 2017 y que para esta elección desechó antes de su elección, el 19 de junio de 2022. La Constitución le permite a los ciudadanos “presentar proyectos de ley o de reforma constitucional” en un número “igual o superior al cinco por ciento del censo electoral existente en la fecha respectiva o el treinta por ciento de los concejales o diputados del país” (Artículo 155 Constitucional). Asimismo, “La Constitución Política podrá ser reformada por el Congreso, por una Asamblea Constituyente o por el pueblo mediante referendo” (Artículo 374 Constitucional). De manera que la opción de cambio estructural por la vía Constituyente siempre estará presente con la actual Constitución.

Pero lo importante del planteamiento Constituyente en Colombia tiene que ver con el propósito de los proponentes. Petro entendió que podría efectuar las reformas a su criterio necesarias, para abordar los problemas de salud, educación, justicia y economía. Ya tienen una Constitución que les permite abordar esos problemas, como lo dijo en diciembre de 2021. En Venezuela no tenemos esa Constitución. De hecho, la Constitución colombiana, a pesar de que posiblemente requiera esas reformas que Petro insiste en que son necesarias (salud, educación, justicia y economía) supera con creces la nuestra en descentralización y autonomía regional, sin contar con un mecanismo de distribución de recursos (Sistema General de Participaciones de los Departamentos, Distritos y Municipios, Art. 356 Constitucional), más avanzado que el simple Situado Constitucional porcentual que arrastramos desde el siglo pasado en Venezuela, y que ha servido para enriquecer a los ocupantes de Miraflores y a sus partidarios.

El salto cuántico que hicieron los colombianos con la Constitución de 1991 desde la anterior de 1886 del siglo antepasado, es lo que estamos buscando nosotros para Venezuela desde la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO. Esto es, romper con la centralización asfixiante, generando política y constitucionalmente las autonomías regionales dándole mayor poder a los Municipios y Estados, en ese orden, acercando el poder a los ciudadanos. Ya los colombianos han avanzado mucho más en eso que nosotros. Lean el artículo 287 de la actual Constitución de Colombia:

“Artículo 287. Las entidades territoriales gozan de autonomía para la gestión de sus intereses, y dentro de los límites de la Constitución y la ley. En tal virtud tendrán los siguientes derechos:Gobernarse por autoridades propias.
Ejercer las competencias que les correspondan.
Administrar los recursos y establecer los tributos necesarios para el cumplimiento de sus funciones.
Participar en las rentas nacionales”.

Sin embargo, nuestra propuesta constitucional, reflejada en El Gran Cambio (ver El Gran Cambio, una propuesta para la Refundación de Venezuela, en https://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html) plantea algo más avanzado. Deseamos una autonomía municipal y estatal aun mayor, dejando al Estado Federal y al Presidente de la República una función de coordinación y representación, con un poder muchísimo menor del que ahora tiene, que sería repartido entre todos los Municipios y Estados, con un financiamiento descentralizado y aportante. Es por eso que los cambios Constitucionales que planteamos serían comparables a los que realizaron los colombianos al pasar de una Constitución militarista del siglo 19 (1886) a una de derechos civiles del siglo 20 (1991). Nosotros pasaríamos de una Constitución del siglo 20 de poder altamente centralizado (1999) a una de poder Municipal y Regional para el siglo 21. Esto incluiría, por ejemplo, cómo se plantearía el petróleo en una nueva economía, donde los Estados petroleros sean los que decidan el desarrollo de su industria localmente.

El tema Constituyente no es de ninguna manera simple. No se trata de plantearle al país un programa de gobierno como algunos políticos insisten en hacer creer, sino un cambio estructural de relaciones de poder entre los ciudadanos y el Estado, con todo lo que ello implica. Se trata de una renovación estructural de las instituciones y poderes públicos del país. Esto es, una REFUNDACION DE LA NACIÓN. No se trata de hacer una Constituyente para imponer una ideología o quedarse en el poder indefinidamente como lo plantea la franquicia que crearon Hugo Chávez y los agentes del Foro de Sao Paulo en 1999. Se trata del desarrollo de nuestros pueblos. Si tanto Colombia como Venezuela lo comprenden cabalmente, Colombia seguirá mejorando lo que ya avanzó constitucionalmente en 1991, y Venezuela dará el salto al desarrollo que nos merecemos como pueblo.

Luis Manuel Aguana
Twitter:@laguana
Instagram: @laguana01

GABRIEL BORAGINA: INTENTANDO EXPLICAR LA BIPOLARIDAD POLÍTICA. DESDE ARGENTINA

Los últimos acontecimientos políticos en materia de elecciones me llevan a renovar reflexiones que ya he tenido en otras oportunidades.

He comprobado que el elector común tiene pensamientos simples y -de alguna manera- de votar con respecto al espectro político que posee a su disposición a la hora de emitir su sufragio.

Sin mayores distinciones del mapa político, el elector medio se divide sencillamente en dos partes: una ‘‘izquierda’’ y otra ‘‘derecha’’.

Las alternativas parecen reducirse simplemente a esas dos, y en un sector de la población que siempre he identificado como un tercio del total de ciudadanos pueden (según fueren las circunstancias) unas veces votar a lo que él considera que son representantes de la ‘‘izquierda’’ y alternativamente en las oportunidades siguientes hacer lo propio por aquellos otros que él interpreta como representante de la ‘‘derecha’’.

Es así como hemos venido observando en los últimos procesos electorales que, varios países de la región que estaban siendo gobernados por partidos políticos que el vulgo normalmente cataloga como de ‘‘derecha’‘ han revertido los recientes resultados electivos hacia partidos que se autodenominan (y que en la creencia popular también se las piensa) como de ‘‘izquierda’’.

Esto es lo que ha ocurrido en los últimos años con Argentina, Perú, Chile y recientemente Colombia, que se suman a la línea iniciada en el continente sudamericano por la Venezuela de Chávez, sin olvidar que en el Caribe todavía permanece la dictadura cubana en pie.

Referidos como de ‘‘derecha’’ quedarían en el continente sudamericano únicamente los casos de Brasil y Uruguay.

Pensando sobre este asunto, recordé la charla mantenida con un amigo hace algunos años atrás, que contándome que si bien había votado en la elección anterior por un gobierno que la plebe cree de ‘‘derecha’’, frente a una nueva oportunidad electoral cambiaría su voto hacia un postulante que (según ese mismo pensar convencional) estaría enrolado dentro de la línea populista. Y así, efectivamente, lo hizo.

Este episodio me lleva a reflexionar sobre la aparente paradoja en la que una misma persona no tiene ningún inconveniente en votar unas veces a la ‘‘derecha’’ y otras veces a la ‘’izquierda’’.

Cuando le pregunté a aquel amigo por qué iba votar de esa manera y -sobre todo- si esa forma de votar representaba real y fielmente su perfil de pensar político, su respuesta me produjo mayor perplejidad que la que me había ocasionado su afirmación anterior.

Y lo que me contestó (y me dio por ‘’explicación’’) fue que -según él- la manera lógica de votar consistía en darle alternativamente ‘’oportunidad’’ electoral a ambos espectros del plano ideológico, y que él no era ni de ‘‘derecha’’ ni ‘’izquierda’’ sino que discurría que lo más ''racional'' para lograr el ’’equilibrio’’ político, era que se alternaran una y otra fuerza en el poder a modo de ''compensarse entre sí'', de manera de evitar que la sociedad cayera ''en los extremos''.

Esta respuesta (que a mí en lo personal me parece un completo disparate aunque en ese momento no se lo dije porque hubiera sido entrar una polémica interminable a las puertas de una votación política objeto de la discusión sino que, fortuitamente en vísperas de tal, el tema brotó espontáneamente como sucede en tantos círculos sociales) denotó, a mi modo de ver, la explicación más plausible de la razón por la cual en una buena cantidad de países (y en la mayoría de los sudamericanos) una veces la gente vota a la ‘‘derecha’’ y otras a la ‘‘izquierda’’.

No vamos a explayarnos nuevamente respecto del tema ‘‘izquierda-derecha’’. Quien sigue nuestros escritos ya sabe que para nosotros dicha distinción es irrelevante, es difícil precisarla y carece de todo rigor científico político y económico. Por lo que mejor -en nuestra opinión- es desecharla y dejarla de lado.

‘‘Derecha-Izquierda’’ es una súper simplificación inadmisible que no explica nada, y que pasa por alto los matices de todo fenómeno social que -como dijo F. A. v. Hayek- siempre se tratan de fenómenos complejos.

Pero más allá de academicismos científicos, lo cierto es que el entramado político mental de una cantidad no menor de electores se divide en esa acusada simplicidad, y unas veces votan a unos y otras a los opuestos con argumentos muy similares o exactamente iguales que los de este amigo, que podríamos resumir en el argumento de la compensación.

Claro que, esa forma rústica y primitiva de pensar políticamente y de votar en consecuencia es errada. Esas fuerzas opuestas no se ‘’compensan’’, sencillamente parten de supuestos filosóficos-políticos-económicos completamente diferentes, y sus acciones por lo tanto no son ‘’complementarias’’ sino conflictivas entre sí. De allí que, sucede lo que ya estamos casi acostumbrados a ver. Cuando asume un gobierno de ‘‘izquierda’‘ se dedica a destruir lo construido por el que le antecedió de ‘‘derecha’‘, y así sucesivamente a medida que se van alternando y sustituyéndose uno a otro en el poder.

Obvio que, de esta manera lejos se está de conseguir aquella fantasiosa estabilidad política con la que se justificaba mi amigo cuando trataba de explicarme porque votaba ‘‘izquierda’’ en unas elecciones y ‘‘derechas’’ en la siguientes, para volver -una y otra vez- a repetir ese círculo vicioso que este amigo veía como ''racional'' cuando en realidad era totalmente lo contrario.

Todo esto que aquí expongo, y que lo imagino un exponente de inmadurez política, puede ser -con bastante probabilidad- lo que explique estos cambios de signo ideológico entre las preferencias de los sufragantes de los países que mencioné líneas arriba. Lo que -a su turno- me estaría indicando que, aquellas personas que tienen ideas precisas e identificadas con líneas de pensamiento político definidas (como podrían ser el liberalismo y el socialismo entendidos ambos en su sentido clásico) son -en realidad- las que pertenecen a los 2/3 restantes de la sociedad, y que cuantitativamente (en términos electorales por supuesto) son los menos representativos, a la vez que, no son nunca los que definen un sufragio político.

Si ésta tesis -que aquí estamos esbozando- llegara por ventura a ser correcta, es bastante probable que en muchos de aquellos países donde hoy la ‘‘izquierda’’ ha ganado las elecciones, en una próxima contienda electoral la vuelvan a perder en manos de la ‘‘derecha’’ (siempre utilizando estos términos con la reserva del caso, porque volveremos a insistir que para nosotros hablar de ‘‘izquierda’’ y ‘‘derecha’’ no significa absolutamente nada, carece de sentido).

Meramente aludimos a lo que la gente común y corriente tiene en mente cuando se le pide una opinión política, y esta distinción se agudiza aún más todavía cuando se acercan fechas próximas a un acto electoral.

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Argentina

GEORGE CHAYA: EL ERROR DE LA DOCTRINA OBAMA Y EL REGRESO DE AL-QAEDA Y EL TALIBÁN. DESDE ARGENTINA

El entonces presidente de EEUU aplicó lo que en el ámbito militar se conoce como “justicia directa” sobre Ben Laden, pero esa decisión impidió la necesaria y reparadora “justicia histórica” que se hubiera alcanzado mediante un juicio al líder terrorista.

La orden de aplicar “justicia directa” sobre Osama Ben Laden hace ya once años por parte del presidente Barack Obama hizo que se pierda la posibilidad histórica de deslegitimar la ideología yihadista que Osama Ben Laden y el Mullah Omar propagaron junto a sus organizaciones, las que infortunadamente han regresado -potenciadas- en el Afganistán actual.

Osama Ben Laden, el ideólogo del asesinato de miles de ciudadanos estadounidenses y el hombre más buscado por Estados Unidos durante más de una década, finalmente fue abatido once años atrás. La espectacularidad de sus ataques sobre Nueva York, Washington, Londres, Karachi y Bali dejaron en la humanidad la impronta de su ideología y la maldad personal del líder de Al-Qaeda y socio del grupo talibán afgano.

Mucho se ha dicho sobre la operación que acabo con el líder yihadista, pero pocos se han preguntado si con su muerte, Ben Laden y la ideología violenta que diseminó durante su vida ganó o perdió al no comparecer ante la justicia. Pero lo más importante, si fue políticamente acertada la decisión del entonces presidente Barak Obama al ordenar su inmediato ajusticiamiento en el marco de la operación militar.

Aunque en ese momento, Obama justificó el operativo de la misión de extracción vivo o muerto del líder de Al-Qaeda en Abbottabad, Pakistán; y habló de los riesgos que acarreaba una operación militar conjunta dados los antecedentes históricos de que no pocos oficiales paquistaníes estaban vinculados a los yihadistas. De allí que muy pocos -incluso- en Washington tenían conocimiento previo del operativo del grupo Seal´s y por lo mismo, el equipo de ese cuerpo de élite para atrapar al terrorista fue conformado solo por seis hombres.

Pasados once años de haber sido dado de baja Ben Laden, pocos analistas se preguntan si efectivamente fue el gran líder de Al-Qaeda y si su final fue el adecuado; y aunque esto ya pueda parecer irrelevante no deja de ser pertinente analizarlo.

Muchas personas sostenían -acertadamente- que Ben Laden había eludido su captura durante más de una década y era tiempo de que comparezca ante la justicia. Sin embargo, la misión ejecutada en Abbottabad no tuvo por objeto la decapitación y neutralización total de Al-Qaeda o sus relaciones con el Taliban. El blanco era Osama Ben Laden y no la organización que dirigía o sus aliados. De esa manera y no de otra, fue que el presidente Obama y su alto mando político-militar planificó la misión. A once años de la operación esto ha quedado muy claro.

Cuando el equipo de los Seal’s tuvo a Ben Laden en el punto de mira de sus armas no hubo debate sobre “vivo o muerto”. Pero después de haber asegurado la totalidad del bunker del líder terrorista, la pregunta era si Ben Laden debería haber sido capturado vivo aquel 2 de mayo de 2011. La captura y la decisión final sobre la suerte del objetivo era prerrogativa del presidente estadounidense y sólo él podía ordenar “el final” de la misión.

Los EE.UU. querían vivo o muerto a Ben Laden por lo que el comandante en jefe justificó la operación que puso fin a la vida del prófugo que había sido responsable del asesinato del mayor número de estadounidenses desde la II Guerra Mundial; por tanto, para el presidente, su ejecución no era motivo de debate. Barak Obama aplicó lo que en el ámbito militar se conoce como “justicia directa” y ordenó que el jefe de Al-Qaeda fuera ejecutado en el acto. Sin embargo, al hacerlo, el presidente impidió la necesaria y reparadora “justicia histórica” que se hubiera alcanzado mediante un juicio al líder terrorista.

Nadie duda que Ben Laden no era un discípulo de la madre Teresa, él fue un criminal de guerra y condujo en primera persona una organización terrorista que actuó explícitamente en la doctrina del terror yihadista y utilizó esa doctrina perversa e inhumana al máximo de su capacidad táctica para sembrar caos y asesinar masivamente a estadounidenses y ciudadanos de varios países. Al liderar la organización y propagar su ideología también reclutó a cientos de seguidores para hacer lo mismo. Se puede decir por tanto, que Ben Laden se había autocondenado a la “justicia directa” que aplicó el presidente Obama.

Sin embargo, los crímenes de Al-Qaeda eran y continúan siendo once años después -hoy en Libia- demasiado grandes para ser pasados por alto con la erradicación del arquitecto de la organización. De allí que al ejecutar la orden de “justicia directa” por parte del presidente, él mismo arruinó la posibilidad histórica de deslegitimar la ideología yihadista que Ben Laden propagó junto a su organización. Ese fue el saldo negativo de la orden del comandante en jefe estadounidense de aquel momento autorizando eliminar físicamente y de inmediato al jefe yihadista. Al hacerlo, “regaló a los yihadistas” la oportunidad de someterlo a un juicio jamás visto y que desembocaría en la mayor “justicia histórica” posible a la luz de las masacres y tragedias que el terrorista ocasionó y que su ideología continúa ocasionando.

La orden de ejecución inmediata de Ben Laden fue poco inteligente en el combate contra el radicalismo, con ella se desperdició la oportunidad única de mostrar al mundo entero lo enfermizo y depravado de los fundamentos ideológicos y morales del movimiento que lideró y que continuó dando a luz nuevos liderazgos no muy distintos de Ben Laden.

En la hipótesis de haber podido asesorar en el hecho específico a los tomadores de decisiones, personalmente hubiera recomendado su captura y no su eliminación física. Ello porque en primer lugar un juicio a Ben Laden habría terminado con el mismo resultado, pero hubiera aplicado un golpe muchísimo más contundente, devastador y decisivo para desnudar y debilitar la ideología que él creó. No obstante, Obama dispuso del profesionalismo de la marina de los EE.UU. y el equipo Seal´s le ofreció la opción de capturar o eliminar al líder de Al-Qaeda. El presidente se inclinó por la decisión de eliminarlo y sepultar su cadáver rápidamente en el mar. En cualquier caso, la opción de capturar al hombre que derribó las torres del World Trade Center y parte del Pentágono existió y bien podría habérselo trasladado a EE.UU. como un criminal de guerra obligándolo a ver los sitios que destruyó y escuchar los nombres de cada persona que ordenó asesinar.

A mi juicio, Ben Laden debía ser capturado vivo (pudieron hacerlo) para posteriormente ser juzgado ante un tribunal militar estadounidense en la zona Cero. Tendría que haber sido enjuiciado junto al autor intelectual del 9/11, Khalid Sheikh Mohammed y otros terroristas detenidos en Guantánamo que asumieron colaborar en ese ataque. Para ello, el Congreso de los EE.UU. podría haber adoptado un corpus legal especial y adecuado para el inicio rápido de un juicio histórico. La sociedad estadounidense merecía que se hiciera justicia viendo en un tribunal al hombre que ordenó el asesinato de miembros de sus familias, amigos y compatriotas el 9/11.

Un tribunal especial con fiscales capacitados y abogados calificados podría haber sido creado y debió publicitarse un informe exacto de la operación militar que llevó a la detención de Ben Laden para ponerlo cara a cara con la historia de las personas cuyas vidas destruyó, él debió haber sido puesto frente a los familiares de los muertos, los heridos y los amputados. Así, ellos podrían haber encontrado una mejor forma de poner punto final a su trágica historia de dolor. Eso pudo haber sucedido al ser testigos de que Ben Laden recibiría la justicia que merecía. Los cargos contra él se hubieran podido leer públicamente para inmortalizados como un recordatorio para futuras generaciones de la barbarie del terrorismo yihadista. La acusación habría dado cuenta uno por uno de los crímenes de Ben Laden y debería haberse puesto en consideración del tribunal los discursos que el propio Osama dio a lo largo de su vida, incluida la declaración de guerra a los EE.UU. y la incitación al genocidio contra judíos y cristianos que el terrorista dio a conocer en marzo de 2002 en su discurso desde Afganistán.

Los textos de sus discursos habrían quedado claramente expuestos a la historia en exacta similitud a los crímenes del fascismo nazi cuando Ben Laden solicitaba por medio de sus videos el exterminio de los judíos y la aniquilación de los infieles occidentales. La acusación penal habría compuesto la primera parte de “la justicia histórica”. Entonces podríamos haber escuchado las respuestas de Ben Laden y sus repetidas diatribas de odio contra EE.UU., los europeos, los infieles, los apóstatas musulmanes, los judíos y el mundo entero.

Su defensa hubiera sido vital en la exposición y la identificación -de una vez por todas- de la matriz ideológica del terrorismo yihadista y los postulados sobre los que Al-Qaeda y otros grupos radicales basan su guerra contra la comunidad internacional. Del mismo modo sus referencias a los posiciones y dogmas yihadistas se hubieran mostrado sin ningún peso en el juicio, su doctrina política hubiera sido expuesta al mundo para que la opinión pública conozca la ideología maximalista, totalitaria, destructiva y criminal del yihadismo radical militante.

Por último y luego de haber ejercido el legítimo derecho a su defensa, él debería haber escuchado de cara al tribunal y de acuerdo a las garantías procesales y los principios legales de los EE.UU. tanto la sentencia como la pena correspondiente. Así, Ben Laden habría conocido y enfrentado su destino bajo la ley con total claridad y transparencia.

En mi opinión, EE.UU y el mundo libre no deberían desestimar de cara al futuro la idea de conformar un tribunal especial para casos similares al del líder de Al-Qaeda. Ello también debe formar parte de la lucha contra el terrorismo yihadista y la guerra de las ideas con las que esas agrupaciones deben ser enfrentadas considerando que las soluciones militares no han sido exitosas.

Ben Laden y su ideología han sido responsables del asesinato de miles de inocentes en Gran Bretaña, Canadá, Rusia, Jordania, Irak, Turquía, Afganistán, Pakistán, Indonesia, Australia, Líbano, Argelia, Kenia, Tanzania y muchos otros países. Si la Naciones Unidas hubiera formado un tribunal del tipo de Nuremberg con fiscales especializados y jueces de los países víctimas de grupos fundamentalistas como Al-Qaeda, no tengo dudas que las sociedades occidentales que aún desconocen y dudan del flagelo del terrorismo ya podrían haber identificado y destruido la legitimidad no solo de Al-Qaeda y su doctrina ideológica de falsa resistencia y de guerra contra la paz. También muchos grupos y regímenes fundamentalistas quedarían expuestos a través de fallos sólidos mediante un proceso judicial que permita aplicar “justicia histórica” y ofrezca al mundo entero la posibilidad de conocer la falsedad de esa ideología que ha jurado destruir a Occidente.

Sin embargo, la eliminación de Ben Laden de forma expedita ha dado a muchos un sentido de “justicia rápida”, pero en ningún caso ha sido un golpe fundamental a la ideología que está detrás del derramamiento de sangre inocente.

El grave problema de la clase política occidental -con contadas excepciones- es que no está en capacidad de comprender el beneficio estratégico de un juicio histórico que favorezca el conocimiento de la ideología con la que combate antes que el castigo directo a un líder terrorista. Así, gran parte del liderazgo político sigue sin comprender que no se debe limitar la lucha contra el terrorismo a la búsqueda de un autor intelectual. Este último puede ser encontrado y dado de baja como ha quedado demostrado con Ben Laden. No obstante, si no se neutraliza el arma más poderosa de esas organizaciones: “su ideología”; sólo será neutralizado físicamente un líder pero un nuevo cerebro se levantará para continuar y reanudar el terror.

Concluyendo, más de una década después de que el presidente Obama se inclinara por aplicar “justicia rápida”, se permitió que “la justicia histórica y reparadora” quedara ausente en el caso Ben Laden. A mi juicio, con el error de la decisión tomada en el Salón Oval y transcurridos once años de esos hechos derivados de una orden infortunada, se perdió una gran oportunidad. De allí, que hoy continuamos viendo que la lucha contra el terrorismo continúa transitando una espiral de violencia sin final a la vista y el terror continúa encontrando apoyo en no pocos grupos humanos de distintas sociedades occidentales.

George Chaya
@infobae
Argentina


http://www.lanuevanacion.com/index.php/opinion/george-chaya/2045-el-error-de-la-doctrina-obama-y-el-regreso-de-al-qaeda-y-el-taliban

WILLIAM JIMÉNEZ GAVIRIA: DELINCUENCIA ORGANIZADA TRANSNACIONAL, COMO APARATO DE PODER. DESDE HOLANDA

Ya se conoce de la instalación de una comisión especial de inteligencia, integrada por una delegación del Régimen de Nicolás Maduró y miembros del equipo político del recién electo Presidente de Colombia Gustavo Petro. Los temas de esta oscura agenda plantean una serie de acuerdos de cooperación bilateral en el área política y de negocios entre ambas administraciones, el plato fuerte de la discusión, es sin duda alguna, "la MIGRACIÓN VENEZOLANA", la lupa apunta a los efectivos militares que están en condición de desertores, y la entrega controlada y negociada de objetivos políticos muy bien definidos, especialmente a quienes integran "GRUPOS DE RESISTENCIA" en el hermano país, ahora caído en desgracia.

Entre los puntos a ser debatidos dentro del tenebroso pacto y de manera muy concreta, es que se pretende acordar deportaciones y la posible extradición de los que hoy están procesados por la Justicia Colombiana involucrados en la denominada "Operación Gedeon", así como evaluar la permanencia de aquellos venezolanos que han huido por razones políticas, pero no así los desplazados que han abandonado el territorio bolivariano, en la búsqueda de oportunidades, seguridad y emprendimiento en la República de Colombia.

Fuentes humanas ligadas al Grupo Ad Hoc "FUERZA PÚBLICA EN EL EXILIO" logró filtrar una reunión presidida por DIOSDADO CABELLO RONDÓN, donde además se encontraban presentes altas figuras de la élite del PSUV, el Jerarca rojo fue muy claro y preciso, asegurando que una vez concreten los referidos pactos con la nueva administración PETRISTA, ya disponen de un área de tortura mucho más amplia, que supera con creces a la denominada "TUMBA DEL SEBIN"-Plaza VENEZUELA, con el propósito estratégico de asegurar el cautiverio de sus fichas de canje y evitar cualquier fuga humana, de los objetivos terminales considerados de alto valor político. Concluyendo con la trágica precisión de que nuestros coterráneos quedan bajo el riesgo y amenaza creíble de ser devueltos a las enfermizas mentes de los verdugos del G2 cubano, quien opera como especialista de la tortura en el ensangrentado régimen de Maduro.

William Jimenez
@F_P_en_Exilio
@fuerzapublicave

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May De La Vega 
delavega_may@yahoo.com