martes, 16 de febrero de 2016

JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO), TE ACORDARÁS DE MI

Los cubanos ya no sienten que son los miserables de la región. Andan diciendo que ese puesto ahora lo ocupamos los venezolanos quienes estamos viviendo en peores condiciones que ellos; unas condiciones que en la isla lograron superar, entre otras cosas, gracias al caudal de dinero que los Castro supieron sacarle a Chávez y a Maduro. Y la verdad, no me sorprende el comentario de los cubanos. Si hasta lograron reanudar las relaciones con EEUU y abrirles las puertas a los españoles, que están entusiasmados con la idea de invertir en la isla. Lo que impacta es que ellos, que por décadas han sabido de racionamientos, imposiciones, controles, escasez, muerte, miedo y miseria, estén sorprendidos de que ya no son los menesterosos sino nosotros. Tal vez no les falte razón y para colmo, ahora que nos impusieron toque de queda eléctrico.

Recuerdo que cuando Chávez ganó por primera vez las elecciones, y se quitó la careta de falso demócrata, fueron muchos los exiliados que me aseguraron que terminaríamos como Cuba. Cosa que, en el año 99, parecía una exageración. Me insistían que lo que venía para nuestro país, ellos lo habían vivido con Fidel y su revolución. Y que el comportamiento de Chávez era una copia actualizada y mejorada del modelo totalitario de Castro. Costaba creer que, repito, en 1999, un país con tantos recursos –pero maltratado- como Venezuela, pudiera terminar en una situación tan ruinosa como la que por años hubo en Cuba. También recuerdo, a principios de 2000, el comentario de un señor mayor que me aseguraba que con la llegada de Chávez al poder ocurriría algo insólito: “Te acordarás de mí. Yo sé por qué te lo digo. Lo que le viene a Venezuela es candanga con burrundanga. Chávez nos llevará derechito al comunismo mientras, poco a poco, Cuba se enrumbará hacia la apertura y el capitalismo”. Pues, algo de cierto hubo en las visiones de este pronosticador.
Revisando en mi archivo encontré un artículo que escribí en 2013, titulado “¡Revolución Criminal!”. Qué lamentable comprobar que nada ha cambiado. Peor aún, que las cosas hayan recrudecido. Aquí les dejo algunos extractos, con una lamentable tarea, actualicen ustedes las cifras:
Los venezolanos vamos en caída libre. ¡Y nada que se abre el paracaídas! ¡Qué impotencia! Porque, la verdad, es que es urgente que pongamos coto a lo que vivimos. ¿Cuál es la razón de tanto retroceso en todos los órdenes de la vida nacional? No encuentro otra explicación que la incapacidad –más que demostrada- de quienes nos desgobiernan. Cuántas veces tendremos que repetirlo: ¡son unos ineptos! Están improvisando, versionando, ensayando y probando fórmulas cubanas, de comprobada eficiencia para destrozar una nación.
¿Saben lo que es peor, además de los 15 años que llevamos en esto? Que estos incapaces lo han hecho tan bien en su plan maquiavélico de hundirnos, que nos tienen a todos ocupados en cosas tan estúpidas y absurdas como la persecución de un rollo de papel toilette o un litro de leche. ¡Algo sin precedentes! Debemos apartar el doble de horas de las que invertíamos para proveernos de artículos básicos de nuestra canasta alimentaria: una cesta que, por cierto, es el doble de costosa y no siempre llega a nuestros hogares completa. ¡Pero, cómo va a llegar completa si aquí dejó de producirse! Otro logro de la revolución.
Otro mérito que no me cansaré de atribuirle a la “revolución bonita” es el estado de descomposición moral al que hemos llegado. Los valores se invirtieron de tal forma que ahora es “normal” que los delincuentes, los pranes y los capos, sean los que impongan los patrones y normas de convivencia ciudadana. El hampa supera en número, y en estrategias asertivas para ramificarse y profundizarse, a los que están encargados de reprimirla.
Aún estoy sorprendido por los datos que arrojó la primera encuesta sobre delito organizado que realizó el Observatorio Venezolano de Violencia, conjuntamente con la ONG Paz Activa. Uno de los resultados, con el que no dudo todos estaremos de acuerdo, es como el 70 por ciento de los entrevistados afirmó que la inseguridad personal ha aumentado este año.
Pero otro dato que arrojó la encuesta y que, debo reconocer me dejó perplejo, es una variable nunca antes vista en nuestra nación: ahora los asesinatos por encargo son cada vez más comunes. Es decir, que la gente puede contratar un sicario para que mate a alguien, así como si encargase un flux en la sastrería. De seguir así, los tribunales y los organismos encargados de impartir justicia, pasarán a la historia. Total, ¿quién necesitará de ellos si existe el sicariato? Otro hecho sin precedente en nuestra maltratada Venezuela que no podemos permitir que se arraigue
Maduro, Rodríguez Torres y a todos a quienes les competa el tema de la seguridad: los invito a revisar minuciosamente esta encuesta. No es cuento, no es una estrategia mediática, ni un plan de sabotaje para empañarles la gestión. El asunto del delito, y peor aún, el del delito organizado –ese que mueve dinero, el que se negocia y tiene tarifas- es uno de los problemas urgentes que deben atender porque nos está afectando gravemente. El Plan Patria Segura es y seguirá siendo un fracaso en la medida que los choros dupliquen el número de efectivos policiales y violar la ley, sin que por ello haya consecuencias, sea tan fácil como pelar mandarinas. La violencia, el caos y el desorden aumentan a pasos agigantados como la revolución. No podemos permitir que esta situación caótica se consolide y pase a ser tan normal como respirar.
José Domingo Blanco (Mingo)
mingo.blanco@gmail.com
@mingo_1

Caracas - Venezuela

EGILDO LUJÁN NAVA, “PERDIENDO EL CHIVO Y EL MECATE”

No hace mucho tiempo, pocas horas, mejor dicho,  tres pronunciamientos públicos les movieron el piso a la poca tranquilidad que le queda a los venezolanos.

La dirigencia gremial de las empresas comercializadoras de medicinas informó que la escasez obligaba a declarar al sector -y al país- en situación de crisis humanitaria, ante la imposibilidad de evitar que el desabastecimiento continuara provocando severos riesgos de fallecimientos entre pacientes por carencia de esos bienes esenciales.

El Presidente de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza, lanzaba un SOS al Gobierno reclamándole atención sobre el grave cuadro nacional que significaba el hecho de que, como en el caso de las medicinas, el país se estaba quedando sin alimentos. A la vez que formulaba una serie de propuestas con las cuales, a su juicio, y en caso de implementarse, podía comenzar a cambiar el panorama de la producción, el procesamiento y la oferta alimenticia.


Y la Asamblea Nacional, por su parte, le daba cabida a un Proyecto de Ley para, de alguna forma, propiciar un debate dentro y fuera del recinto parlamentario, con el fin de estimular la producción nacional. Inclusive, lo hizo  mientras también aprobaba declarar en situación de crisis alimentaria el abastecimiento de bienes esenciales en la dieta venezolana.

El cuarto pronunciamiento público no ha sido necesario difundirlo para intranquilizar: lo vive cada venezolano en cualquier parte del territorio nacional, administrándolo a su manera, mientras lucha por adquirir medicinas y alimentos. Se trata del atinente a las “otras” crisis: el racionamiento del servicio de agua potable, de electricidad, la inseguridad dominante en un ambiente de violencia incontenible, la escasez de gas, la desfiguración del sistema educativo por razones  ideológicas, la administración de justicia como garrote político, y el uso del poder como fuente inagotable para la perversión de la ciudadanía.

Cada recuento alrededor de lo expuesto, tiene su asidero. En medicamentos, el país ya llegó a un 80% de escasez. En alimentos, el abastecimiento está en niveles críticos, considerándose, inclusive, que existen alimentos ausentes del mercado en más de un 70%.  El Poder Ejecutivo, sin embargo, no ofrece ninguna información que precise soluciones  a corto plazo. Las colas siguen en aumento. Malnutrición, hambre y enfermos es el pronóstico.

Las soluciones, sencillamente, lucen inexistentes. No aparecen. ¿Por impericia?. ¿Indiferencia?. ¿Causas ocultas?. Lo que sí abunda, es la recurrencia burocrática a identificar supuestas culpabilidades extragubernamentales, entre las que las más comunes siguen siendo la guerra económica, la guerra mediática y el rentismo petrolero. Ahora todo gira alrededor de una presunta lucha contra el rentismo, mientras se formulan pensamientos, ocurrencias y decisiones dirigidas a hacer posible el incremento de los precios petroleros. ¿Para qué?: para que mejoren los ingresos y la no revolucionaria renta petrolera permita mantener el mismo ritmo de gastos de la época de bonanza.

Lo cierto es que, al sacar cuentas de ingresos y egresos, ellas no cuadran. Es decir, contando con la única fuente de ingresos de divisas, como es la venta de petróleo, lo que ingresa no alcanza, dado el efecto del desorden administrativo de ayer, de las pretensiones populistas de hoy y las ambiciones en función del futuro para continuar financiando el ejercicio del poder. ¿Y qué se hará con la deuda?.

Seguir dependiendo de un milagro petrolero en materia de ingresos es una quimera y un acto de innegable irresponsabilidad. La dura realidad impone una urgente modificación del sistema de egresos en el país, a la par de la implementación de un programa de acciones tendentes a construir estabilidad macroeconómica en una primera etapa, y reactivación de la economía en condiciones sustentables y confiables, en una avanzada hacia los necesarios equilibrios. Para ello, entre otras cosas, en nada ayudan  las “gracias” que está poniendo el Tribunal Supremo de Justicia para complacer caprichos políticos y no para administrar justicia, es una variable promotora de la desconfianza de los mercados en Venezuela, en su Gobierno, en su economía y, por supuesto, hasta en el actual sistema gubernamental del país.

El Gobierno lo sabe: el mercado y el comportamiento de los precios de los commodities están relacionados con el comportamiento global de la economía. Y la salud de esa economía obliga a admitir que  el precio del producto tiende a continuar bajando, o a no subir a la velocidad que se requiere en el país. La producción sigue en alza y el consumo tiende a la baja. Los más importantes productores, es decir,  Arabia Saudita, Rusia y Estados Unidos están colocando en el mercado individualmente sobre los 10 millones de barriles diarios. Ninguno da señales de querer reducir su producción, y Estados Unidos, por su parte, ya forma parte del grupo de los exportadores, después de conquistar su autosuficiencia.

Para Venezuela, además, lo peor no termina allí. Trasciende. Y lo registra una vez que, dentro y fuera del país, se sabe  de cómo en los últimos 17 años su propio Gobierno se ocupó de destruir la posibilidad competitiva en materia petrolera, y de forma inmisericorde. De hecho, hoy se encuentra obligada a incluir compras de crudo a aquel que hasta hace poco fue su principal comprador: Estados Unidos. Le acaba de comprar -mediante una operación vía Citgo-  550.000 barriles. Es decir, ha puesto en práctica lo que el refranero criollo afirma de "venado persiguiendo al tigre", porque, en materia petrolera, el país también decidió, apelando a las peores estrategias y procedimientos, “perder el chivo y el mecate”.

En lo político, el discurso manido y trillado sigue siendo el de "Gringos Go Home". En lo económico, y particularmente en lo petrolero,- ahora en voz baja- es el de “Gringos Welcome”.

El Ministro y Presidente de PDVSA, Eulogio Del Pino, fue enviado en gira por Rusia y otros países para negociar una reducción de la producción, en procura de un aumento del precio. Es decir, tratar de forzar a cambios en la oferta y la demanda en contra de la máxima política criolla de que el mercado no existe, por lo que priva es la utilidad política de imponer  una "Ley de Precios Justos", indistintamente de que se sepa por anticipado en qué se traducirá: la destrucción de la empresa privada, al obligarla a vender a pérdida, en lugar de fortalecerla y de estimular su posibilidad expansiva en materia productiva.

¿El resultado del periplo ministerial?. No funcionó . Eso de que "hagan lo que yo digo y  no lo que yo hago", sencillamente, terminó en lo predecible. De hecho, la consultora Qamar Energy radicada en Dubai, entre otros muchos opinadores especializados en el tema, consideraron en su momento que no hay condiciones para llegar a ningún acuerdo de reducción en la producción. A su juicio,  hay razones geopolíticas y mercadeo de mucho peso que no permiten ir en esa dirección. Internamente, desde luego, tampoco hay condiciones, salvo un ambiente político desquiciado y promovido desde las altas esferas del poder, que ahuyenta a propios y a extraños, especialmente a los que invierten, a la par de una disparada del riesgo país.

¿Y mientras tanto qué?. ¿A qué se deben someter el país y los venezolanos de trabajo?. Formato del Futuro ha dicho que el sometimiento no puede ser a la inacción  actual; a esa ya  sospechosa quietud gubernamental entre discursos destemplados y una ofensiva fraseología en contra de quienes sugieren decisiones de emergencia. El tiempo y la paciencia de los ciudadanos se agotan.

Unificación del valor de la moneda y su libre convertibilidad;  eliminación de la Ley de Precios Justos, dando libertad de oferta y demanda que es lo que el Gobierno aplica en la venta de petróleo; recurrir a los organismos internacionales de financiamiento, en procura de respaldo para ir a un proceso de estabilidad. Sin duda alguna, se trata de pasos iniciales para corregir rumbos; también para darle paso al surgimiento de un proceso de entendimiento. Entenderse hoy, definitivamente, siempre será más positivo que seguir insistiendo mañana en la necesidad de multiplicar pronunciamientos públicos generadores de mayor intranquilidad ciudadana, porque, después de todo, si aquí abunda algo son los diagnósticos de lo que sucede, sugerencias de lo que debería hacerse para revertir errores, y hasta recetarios populares para aplacar locuras.

Egildo Lujan Navas
egildolujan@gmail.com
@egildolujan
Fedecamaras
Fedenaga

Miranda - Venezuela

ORLANDO VIERA-BLANCO, !VOLVERAS HIJA...NADA COMO VENEZUELA!

"Por Venezuela papi, no se preocupen, que de que volvemos a casa, todos volvemos, para estar juntos, con nietos y demás!...".
Son tiempos ambiguos, tormentosos, difusos. Como lo sugiere la novela, Cumbres Borrascosas (Wuthering Heights) de Emily Bronte (1847). Venezuela ha entrado en una espiral de caos y anomia que pareciera sucumbir. Pero el país no es una novela ni sus ciudadanos somos tordos de un solo vuelo (con el perdón de Orwell y su "Rebelión en la granja"). Somos seres humanos fatigados después de tres décadas de crisis, por lo que no tengo duda que un ciclo de costosísima involución ciudadana, dará paso a un renacimiento. La esperanza: nuestros hijos...

El futuro de Venezuela no se reduce a lo político. Sus líderes serán puentes generacionales. La esperanza son nuestros jóvenes. Se ha convertido en otra típica expresión-mítica-de inmolación y auto-agresión, hablar de "fuga" de talentos, sin retorno, ni salida porque no volverán.  Se afirma con ligereza que perdimos nuestra principal reserva humana, cómo nuevas generaciones de profesionales que hacen maletas por manadas y se van a otras latitudes, donde encuentran trabajo, valoran sus talentos y hacen vida próspera y feliz -sic-Digo que es una aseveración falaz, porque si bien es cierto que el éxodo existe, no es menos cierto que la intención de un grueso de esos muchachos -por cierto, bien sembrada por sus padres- es regresar a Venezuela para reincorporarse a su rescate y reconstrucción.  Obviamente hay casos que ya han hecho vida. Pero en la gran mayoría subyace un sentimiento de desprendimiento, de ruptura familiar, de nostalgia-raíz,  que aun en medio de su estabilidad, seguridad y "tickets para ir a un concierto", concientizan las complejidades del desarraigo, lo que significa perder el sentido de pertenencia, encarar crisis económicas en países del primer mundo o criar vástagos en entornos multiétnicos y culturales, donde no tenemos el pariente, el vecino o el amigo que nos consuele, así sea con un "caldito de pollo".  Es verdad -y lo celebro- que el talento de nuestros jóvenes ha sido bien recibido y valorado en el exterior. Pero como sucede comúnmente, sólo una porción minoritaria del inmigrante, es el que logra estar con la persona adecuada, en el momento apropiado y en la circunstancia correcta, para anclar oportunidades. Muchos de nuestros hijos que hoy hacen vida en el exterior comprenden lo que cuesta lograr un estatus migratorio, social y económico. Y tienen a Venezuela en la mente y en el corazón, porque racionalizan que es en el país donde nacieron y crecieron, donde pueden hacer más, vivir a lo ancho de su cultura o aportar lo que en otras latitudes, están a tope. Saben -con frustración-que sin seguridad, honradez y educación, no es posible. ¡Pero lo anhelan!

Me confieso conmovido por lo que mi hija escribió a su mamá (mi esposa), con motivo de su cumpleaños: "Mami" cada regaño, cada consejo, cada enseñanza, todo el cariño, la paciencia y los sacrificios que tú y mi papá han hecho por nosotros, hablo por mis cuatro hermanos, no hay manera de agradecerles mil y un veces...". Ese sentido de gratitud de los hijos, comporta un inmenso sentido de compromiso y reconocimiento. Consciencia del sacrificio concedido, que no es más que asumirlo como propio con el alma enterrada en sus raíces. También existe toda una reserva de jóvenes que aun siguen en el país en pie de lucha y con una voluntad indoblegable. Conversé  con una novel licenciada de computación de la Universidad de Carabobo para encomendarle una página Web. Su profesionalismo, transparencia, organización y conexión con el mundo moderno- "recibimos pagos paypal", asentó- me permitió concluir que ahora es que tenemos fuerza y posibilidades en el país. "Yo tengo fe en Venezuela Orlando, y sé que saldremos adelante", sentenció emocionada. Esa es la gran mayoría de gente joven que nos empeñamos ocultar. Confieso que soy el primero que dedico horas, renglones y ensayos "analizando" la Venezuela que no queremos, sin reivindicar la que merecemos y convive con nosotros. 

Valeria terminó su carta diciendo: "Mami... estos años afuera me han hecho crecer, ver muchas cosas y conocer mucha gente. Que ustedes me hayan brindado esta oportunidad dice mucho de ambos, de que pueden dejar de hacer cualquier cosa por mí, y que mi futuro y mi felicidad van antes que cualquier cosa para ustedes. Mi admiración por ti y papá, va más allá como ya les dije, y de verdad espero algún día poder vivir todos en el mismo lugar y no estar tan dispersos como nos ha tocado estarlo... Por Venezuela papi, no se preocupen, que de que volvemos a casa, todos volvemos para estar juntos, con nietos y demás!".

Doy gracias a Dios, a mis padres, maestros, amigos, paisanos y a mi país, por enseñarme a amarlo  apasionadamente. Un querido amigo -escuchando hablar así- me dijo" "Orlando sois poeta". Le contesté: Quisiera serlo. A fin de cuentas la poesía ha hecho más por el mundo, que la ideología...

¡Volverás hija! Como dice aquella emotiva canción de Stevens, Padre e hijo, "porque tú aun puedes estar aquí mañana, aunque tus sueños no...". Y escribirás -como buena periodista- la nueva historia de tu país. Nada borrascosa, ¡porque nada como Venezuela...!

Orlando Viera-Blanco
vierablanco@gmail.com
@ovierablanco

Caracas - Venezuela

CARLOS E. AGUILERA A., METÁSTASIS TERMINAL EN EL CUERPO SOCIAL DEL PAÍS

 “El hombre de honor no tiene más patria que aquella en la que se protegen los derechos de los ciudadanos, y se respeta el carácter sagrado de la humanidad: la nuestra es la madre de todos los hombres libres y justos, sin distinción de origen y condición” Simón Bolívar
Los recientes acontecimientos que vienen ocurriendo en el país, lo presentan como un estado agónico con una metástasis terminal que hace temer lo peor, por negligencia de un régimen divorciado de la realidad y carente del más elemental sentido de responsabilidad, pues durante 17 años se olvidó de las necesidades básicas de sus gobernados, cuya prioridad es la alimentación, la salud, y la seguridad,  que hoy por hoy mantiene en zozobra y angustia a  miles de familias venezolanas, a lo largo y ancho de todo el territorio nacional en el que además hombres, mujeres, ancianos y niños, padecen enfermedades de necesaria y urgente atención y tratamiento.

El cuerpo social del país está en estado de coma, dada la poca importancia que  muestra sobre tan delicado tema el inquilino de Miraflores, quien tras conocer la aprobación en primera discusión en la Asamblea Nacional de la Ley de Cesta ticket y medicina, refiere sin inmutarse y pocos escrúpulos“ ¿De dónde vamos a sacar la plata para pagar el bono a los pensionados? Que lo pague Lorenzo Mendoza”. Su desvarío probablemente no le permite recordar, que en una de las tantas transmisiones que suele ser casi a diario en cadena por televisión, mencionó con énfasis que pese a la caída del precio del petróleo, las personas de la tercera edad, los viejitos como suele llamarlos con discreta ironía, recibirán “pase lo que pase su merecida pensión todos los meses, aun cuando haya que hacer innegables sacrificios”. Es el doble discurso y a su conveniencia, para ganar aplausos de sus conmilitones a los que con frecuencia les obliga a levantar sus manos, tras impertinentes preguntas.
Es grave la situación que viven cientos de venezolanos en hospitales y clínicas privadas de todos los estados del país, por la falta de insumos y medicamentos, y Maduro ignora el llamado que le hace al gobierno el presidente de la Federación Farmacéutica de Venezuela (Fefarven), quien desesperadamente subraya que la mínima dotación de medicamentos en el país es sumamente grave y que el problema aquí con la salud es que se paga con vidas, por lo que “aquí no hay mañana, no podemos esperar más, no aguantamos reuniones en las que no se llega a ningún  lado”. Lo cierto es que Venezuela vive en una situación de emergencia por el desabastecimiento de un 80% de medicamentos de todo tipo. La propia Contraloría de la República señaló las irregularidades en la compra de medicamentos vencidos en su mayoría provenientes de Cuba, tal como lo comprobó personalmente en el Sefar, el diputado y médico José Manuel Olivares, quien presentó amplio informe a la Comisión de Salud de la Asamblea Nacional.
Al rosario de situaciones que toca este tema, se agrega la falta de inmunoglobulina y albúmina que ha cobrado hasta la presente fecha la vida de 21 personas en todo el país en las últimas 6 semanas, víctimas de la enfermedad denominada Guillain-Barré, síndrome que paraliza los músculos del cuerpo hasta causar problemas respiratorios, ante la ausencia de los hemoderivados  que se utilizan para tratarla.
Maduro culpa a la oposición de todos los males que padece el país, y sus camaradas tanto los del tren ejecutivo como del PSUV, persisten tercamente en seguir insistiendo que “la guerra económica” nombre con el que bautizó la debacle de su gestión, es propiciada por empresarios, medios de comunicación, burguesía capitalista, imperio de los Estados Unidos y enemigos de la revolución, todos en manifiesta y abierta conspiración para derrocarlo. Mensaje que el pueblo venezolano ignora, pues conoce las recurrentes mentiras y contradicciones que a lo largo de su mandato ha manifestado, llegando incluso a referir que posee pruebas que jamás ha presentado.
La metástasis que está acabando con el cuerpo social de la nación, además de lo anteriormente indicado, va más allá de lo que pueda imaginar el ciudadano común, ocupado más de procurar la solución de sus problemas y de la familia, por lo que no está al tanto por ejemplo, de la violación de los derechos humanos que el régimen niega una y otra vez, pese a las numerosas denuncias formuladas ante organismos internacionales. No se explica que el régimen haya  apoyado a algunos de los peores violadores de los derechos humanos. Chávez fue tenaz defensor de Bashar al-Asad de Siria, Muamar al Gadafi de Libia y Mahmoud Ahmadinejad de Irán, a quienes distinguió con la “Orden del Libertador”. En el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Venezuela ha votado reiteradamente en contra de iniciativas que buscan condenar atrocidades, incluidas resoluciones específicas sobre Corea del Norte, Siria y Sir Lanka, por mencionar solo algunos.
La inacción del régimen que sigue condenando a la población a hacer largas colas y la escasez de alimentos, obligó a la Asamblea Nacional la pasada semana a declarar la Emergencia Alimentaria, mediante  la ley de Producción Nacional como mecanismo que contribuya a rescatar el aparato productivo interno, ante la caída de la producción de un 10% en los últimos cuatro meses. Ello dio pie a la bancada del oficialismo en la Asamblea Nacional, para acusar a la oposición de “engañar al pueblo con una medida populista y demagógica pues las colas persisten en los supermercados”, como si fuese responsabilidad del poder legislativo la solución de uno de los más graves problemas que afecta a las familias venezolanas.
Son tantas las dificultades que agobian al país, que ocuparía mucho espacio en este artículo mencionarlos uno a uno, por lo que solo nos referimos a los más álgidos, como el racionamiento eléctrico impuesto por Corpoelec desde el pasado 10 del presente mes,  que comenzó a aplicarse en los centros comerciales de la capital de la República y de todo el país, por lo que redujeron su actividad comercial con horarios que solo les permite trabajar durante cuatro horas, de 3.00 a 7.00 pm. La medida impuesta por el gobierno ha generado preocupación en el conglomerado de comerciantes por cuanto aducen que tener generadores de energía es un asunto que está ligado a la obtención de divisas y al control cambiario, al mismo tiempo que la presidenta de Consecomercio,  Cipriana Castro, afirmó que la medida de racionamiento eléctrico en los centros comerciales debe estar acompañada de discusiones sobre una disminución en los salarios y exoneración de impuestos, amén de que algunos comercios se han visto en la necesidad de reducir su personal. En tanto que la coordinadora general de la Unión Nacional de Trabajadores (Unete), Marcela Máspero, informó que alrededor de 50 mil trabajadores de todo el país se verán afectados por las medidas de racionamiento eléctrico. Una espiral que aumentará más la cifra del desempleo.
Como si fuera poco, el gobierno prevé reducir a medio turno la jornada laboral de las instituciones públicas, lo que hace presumir que además de la medida, la prestación de los servicios en éstas se vendrán más aún a menos, ya que la ausencia de funcionarios con permisos laborales y autorización para asistir a eventos políticos del oficialismo, a los que usualmente los conminan asistir obligatoriamente será evidente. Ya en el parlamento, se investiga la nómina de reposeros y de quienes cobran sin trabajar en una abultada nómina que abarca a más de 4.000 trabajadores.
Estamos llegando al grado de pobreza extrema, dado el poder adquisitivo del salario. A eso se suma la crisis de salud, transporte e inseguridad, elementos volátiles que pueden convertirse en detonantes en cualquier momento, y generar una explosión social de impredecibles consecuencias, que ya se atisba cuando en varios lugares del país se están produciendo  intentos de saqueo a supermercados, comercios y vehículos de carga con alimentos.
El descontento crece día a día y la situación llega a extremos inauditos, que colma la desesperación y angustia de un pueblo ávido de soluciones perentorias y no de un discurso amenazante de un Presidente, que a gritos califica a la mayoría opositora de la Asamblea Nacional de “terrorista, asesina y apátrida” y a los propietarios de Globovisión de “ladrones”. El “Haraquiri” presidencial precipita la salida no solo del problema, sino de quien a mala hora tomó las riendas del poder en unas elecciones viciadas, gracias a los buenos oficios de uno de los poderes secuestrados: el CNE.
Carlos E. Aguilera A.
careduagui@yahoo.com
@_toquedediana
*Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP.122)

Aragua - Venezuela

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, VENEZUELA “SOCIALISTA”: ENTRE EMERGENCIAS, NEGLIGENCIA BUROCRÁTICA Y……

Durante el año 2012, el precio promedio del  crudo venezolano  alcanzó  $ 103/b (máximo histórico) propiciando la generación de ingresos por $ 93.800 millones que a visión del Gobierno Nacional no fueron suficientes y recurrió a un déficit fiscal cercano al 20% del PIB con la complicidad del BCV hasta “construir” un precio promedio a efectos del gasto público de $ 200/b facilitando importaciones por $ 75.700 millones (algunas no realizadas y otras sobrefacturadas); mientras que en 2015 con un precio promedio de $ 45/b (inferior en un 344% al “construido” en 2012) los ingresos alcanzaron a $37.500 millones (161% menos que en 2012), caída que no impidió la furia importadora que solo disminuyó un 48,6% en comparación con 2012 ya que se efectuaron (supuestamente) operaciones de comercio internacional por $50.600 millones lo cual fue posible mediante el gasto pronunciado de las reservas internacionales, la venta de activos y al uso del endeudamiento externo que generó unos $ 13.000 millones (26% del total importado). En 2016, con un precio promedio estimado de $ 25/b (-700% con respecto al “construido” 2012 y un -80% con relación al 2015) y sin las bondades “compensatorias” logradas en 2015, los ingresos por exportaciones petroleras pudieran alcanzar los $ 21.000 millones (-366% en comparación al “construido” 2012 y -79% en comparación al 2015) que en el mejor de los casos permitiría importaciones (sin la presencia de la corrupción) por unos $ 11.500 millones traduciéndose en una brutal caída del 558% vs  2012 y del 340% vs 2015, monto que en realidad será inferior si asumimos que el costo de producción es de $ 20/b induciendo un ingreso neto de apenas ¡$ 5/b! (o en un aumento del déficit de caja de la industria); al tiempo que el aparato productivo nacional se encuentra, para el caso del sector privado, operando en promedio por debajo del 50% de su capacidad instalada (salvo honrosas excepciones) en razón a la incapacidad de obtener divisas a la paridad oficial ( comprar en el paralelo los lleva a la cárcel) para adquirir materia prima, e igualmente por una elevada deuda con vendedores extranjeros  por escasez de dólares para honrar los pagos, y en el caso del sector público la casi totalidad de las empresas (con distintas denominaciones socialistas) se encuentran paralizadas o en ruinas. Siendo así, resulta una perogrullada afirmar que se aproxima un aumento significativo en el intolerable y molesto ambiente de escasez, desabastecimiento, alargamiento de las colas y ¡hambruna! acorde con un escenario ceteris paribus (todo permanece igual) donde ningún Decreto de Emergencia Económica apuntalado por un “TSJ chavista” (a decir del Vicepresidente Ejecutivo de la República) con vigencia de 120 días (o más si lo alarga el TSJ) podrá corregir los desafueros económicos y burocráticos habidos durante los 17 años de “revolución” que, entre otras cuestiones, ha llevado al país  a ser calificado como la economía más miserable del mundo (Listado de Bloomberg-2015); habiéndose desperdiciado una etapa de bonanza donde solamente PDVSA recibió más de $ 1 billón que “complementó” con una deuda financiera que sobrepasa los $ 50.000 millones (al monto global ha de supuestamente aplicarse un “ajuste amoroso” de $ 300.000), cuya ineficiente utilización condujo a que la industria esté apenas produciendo 2,3 millones de b/d--- una parte importante es destinada a “cancillería petrolera”--- (según el Plan Siembra Petrolera deberíamos estar en 5,5 millones de b/d) lo que representa el 7,1% del total OPEP y el 2,4% del total mundial situado en 96 millones de b/d (con un exceso de oferta de 2,8 millones de b/d).
El país, cuenta con un Sistema Eléctrico (SE) estructurado con 297 plantas (78,5% termoeléctricas y 21,5% hidroeléctricas) con una capacidad de generación de 34.400 megavatios (MW) pero ofreciendo un servicio de 17.220 MW (50,1% de lo posible) ya que solo están operativas 166 plantas (55,9% del total); con el agravante que al Guri no está llegando suficiente agua (un hecho natural) abriendo la posibilidad de paralizar las turbinas, no siendo posible cubrir el déficit inducido con las plantas termoeléctricas ya que por fallas de mantenimiento (indolente hecho humano) varias no se encuentran en condiciones óptimas de funcionamiento, y la respuesta ante la negligencia burocrática es simplemente profundizar el racionamiento (que para el Gobierno es un estímulo a la autogeneración de energía) como consecuencia a que los planes para incorporar generación (ampliación y restauración) prevista para el 2014 por un total de 2.100 MW apenas se alcanzó el ¡20,6% de la meta! para el 2016, en obvia desviación de unos $ 60.000 millones asignados sin control por la emergencia (¡!) a partir del 2010; la situación se agrava por el descuido en el mantenimiento (otra negligencia burocrática) de las líneas de transmisión y distribución (¿o serán fallas causadas por ataques de iguanas oligarcas?).
Es oportuno destacar, que la intermitencia sobre las deficiencias del SE surge a partir del 2002 hasta impulsar, con evidente retardo, el Decreto de Emergencia Eléctrica del 2010 (y los siguientes del 2013 y 2015) que en poco han contribuido en la solución de las anormalidades, y en la presente crisis emerge como culpable, según el Gobierno, El Niño (aparte de EEUU) que en honor a la verdad es un fenómeno atmosférico oceánico que se presenta cada 3 o 7 años con una duración promedio de 12 a 18 meses, el cual fue oficialmente reportado en Perú en el año 1892 (se conocía desde el año 1789) y formalizada su existencia en el año 1969 siendo hoy día fácilmente pronosticable su llegada en el mundo, y por tanto no puede ser utilizada su “sorpresiva presencia” para justificar emergencias y para ocultar desequilibrios gerenciales por parte de la burocracia.
En conclusión, el crecimiento y desarrollo económico nacional se encuentra estancado a raíz de las emergencias “estructurales” en complemento con el despilfarro y corrupción en revolución de unos $ 2 billones, de donde un aproximado del 30% fue desviado para beneficio personal bajo la figura de capitales forajidos los cuales deben ser obligados a repatriar (a la luz de una nueva Ley) como alternativa, entre otras, para enfrentar la caída de los ingresos petroleros; más aún cuando habrá dificultades para obtener nuevos financiamientos en razón  al pánico que surge en la banca internacional por una posible cesación de pagos (irresponsablemente sugerida por el alto Gobierno) y por el nefasto enfrentamiento entre los dos poderes originarios (Ejecutivo y Legislativo), con la indeseable participación jurídica-constitucional de un tercero con una postura marcadamente identificada con el Gobierno, contribuyendo a perfilar una ¡emergencia en la conducción del país!.
Jesús Alexis González      
jagp611@gmail.com       
@jesusalexis2020
Coordinador General , Observatorio 2012

Miranda - Venezuela

ANATOLY KURMANAEV Y MAOLIS CASTRO, EL COLAPSO DE VENEZUELA GENERA UN ‘SUFRIMIENTO SALVAJE’ A SU POBLACIÓN, INDEPENDENT INSTITUTE

CARACAS—En un hospital de la región occidental de este atribulado país, la crisis económica dio un giro sombrío en los últimos días: seis niños murieron porque no había suficientes medicamentos o respiradores que funcionaran.

En la capital, la crisis ha convertido la vida cotidiana en una odisea para casi todo el mundo. El gobierno ha racionado la electricidad en medio de cortes de luz crónicos, para dejar los centros comerciales a oscuras. Las casas y apartamentos sufren regularmente por la escasez de agua.

Rosalba Castellano, de 74 años, pasó recientemente horas en lo que se ha convertido en una rutina desesperada para millones: aguardando en una larga fila para comprar cualquier alimento que esté disponible. Al final, salió con apenas dos litros de aceite de cocina.

“Esperaba comprar papel higiénico, arroz, pasta, pero no se consiguen”, dijo. Su única opción es encontrar esos artículos a mayor precio en el mercado negro. El gobierno, se quejó, “nos tiene sometidos a un sufrimiento salvaje”.

La Asamblea Nacional, ahora controlada por la oposición, declaró el jueves pasado una emergencia alimentaria, en un intento por llevar al gobierno del presidente Nicolás Maduro a, entre otras cosas, flexibilizar los controles de precios que han creado escasez de todo, desde medicamentos hasta carne. “Se está dejando al pueblo sin la capacidad de alimentarse”, dijo el legislador Omar Barboza.

Se prevé que la inflación del país alcance este año 700%, la más alta del mundo, según el Fondo Monetario Internacional. El año pasado, la economía se contrajo 10% y se espera que se reduzca otro 8% este año, de acuerdo con el FMI, el peor desempeño del mundo. Y no se ve una solución a la vista.

Los economistas dicen que el gobierno tiene que dar marcha atrás a décadas de políticas económicas que reconfiguraron de forma dramática la economía. El Estado asumió el control de cientos de compañías, estableció controles de precios y gastó grandes cantidades de dinero público, llevando la brecha presupuestaria a cerca de 20% de la producción económica anual.

Pese a la profundización de la crisis, ha habido pocas señales de cambio de un gobierno que atribuye los problemas del país a una “guerra económica” librada por enemigos, incluyendo empresas privadas y el gobierno estadounidense. Llamadas a varios ministerios y agencias del gobierno en busca de comentarios no fueron respondidas.

La semana pasada, legisladores aliados del gobierno dijeron que la escasez de alimentos era culpa de empresas privadas que acaparaban productos para tratar de desestabilizar a Maduro. Esa misma noche, el Tribunal Supremo de Justicia le otorgó al presidente poderes especiales que le permiten tener control directo sobre el presupuesto y un mayor margen para intervenir en empresas privadas. Los legisladores de la oposición dicen que las dos medidas apuntan a evitar que la Asamblea Nacional trate de limitar la intervención del gobierno en la economía.

La escasez de alimentos es cosa de cada día en Venezuela.

Huertas urbanas

En respuesta a la creciente escasez de alimentos, Maduro creó en enero el Ministerio de Agricultura Urbana. El mandatario destacó que tiene 50 gallinas en su casa y que sus compatriotas pueden aprender a cultivar en sus casas. La medida es similar a una política que Cuba implementó a comienzos de los años 90 luego de que el colapso de la Unión Soviética cortó la ayuda a la isla.

Maduro ha sugerido varias iniciativas. Hace un par de semanas abrió una cuenta en Facebook. “Quiero ampliar mi actividad en las Redes Sociales”, escribió, añadiendo dos fotos.

Los venezolanos no se demoraron en contestar. Algunos le dieron la bienvenida al presidente en Facebook, otros le pidieron que renunciara, muchos solicitaron investigaciones de corrupción en sus ciudades y estados. Unos pocos pidieron ayuda para comprar un auto, u obtener fertilizante o encontrar alimentos.

José Guerra, economista y legislador de la oposición, lo llamó “la cursilería más grande para un país que está en crisis. Eso, lo que demuestra, es que Maduro no tiene los pies en la tierra”.

A medida que se acumulan las dificultades diarias, uno de cada 10 venezolanos está buscando la manera de salir del país, según la firma encuestadora Datanálisis. Durante la última década, más de un millón de personas han emigrado, según varios cálculos.

Leonardo Briceño dice que cuatro gerentes de su firma de relaciones públicas en Caracas han renunciado para salir del país. La próxima semana se convertirá en el cuarto que emigre cuando salga rumbo a Estados Unidos con su esposa y su hija de dos años.

“Es más allá de la inseguridad y el deterioro económico”, afirma. “Es imaginar un escenario en el que mi hija necesita una medicina y no se consigue. Eso es lo que me preocupa más”.

La crisis se siente no sólo en las grandes ciudades sino también en lugares como Toas, una diminuta isla con palmeras y aguas cristalinas en la región occidental, donde viven apenas 8.000 personas.

En diciembre pasado, ladrones se robaron 24 kilómetros de cable submarino que conectaba a la isla con el continente. Los delincuentes cortaron las conexiones telefónicas de la isla y dejaron inactivas sus bombas de agua.

Genebraldo Chacin, un pescador, cuenta que sus hijos no se han bañado ni han ido al colegio desde entonces y que han estado consumiendo apenas una comida por día. Sus vecinos dicen que la isla está cerca de la hambruna. “La comida se nos daña y es triste porque aquí no se consigue la comida”, dice Sasha Almarza. Vecina de Chacin. “Cuando tenemos algo, lo comemos todo el mismo día para no perderlo”.

La tasa de homicidios en Venezuela se ha disparado a 90 por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Violencia, un grupo no gubernamental que se enfoca en temas de delincuencia. La cifra sería la segunda más alta del mundo después de la de El Salvador, que tiene una tasa de 104 por cada 100.000 habitantes. El Observatorio calcula que a finales de 2015, uno de cada cinco homicidios ocurridos en América Latina y el Caribe tuvo lugar en Venezuela.

El desplome del precio del petróleo ha perjudicado a Venezuela más que a cualquier otro país productor de hidrocarburos. El crudo representa 96% de sus ingresos por exportaciones y financia cerca de la mitad del presupuesto nacional.

Por años, el presupuesto se basó en un barril de petróleo a US$40, incluso durante años en los que el precio se acercó a US$100. El excedente fue puesto en un fondo fuera de la supervisión de la Asamblea Nacional. Fue gastado y se cree que grandes sumas fueron desfalcadas, según ex funcionarios del gobierno venezolano y autoridades en EE.UU. que investigan la corrupción en Venezuela. El fondo de reservas petroleras de emergencia se ubica en US$3 millones, frente a los cientos de miles de millones de dólares de fondos similares de otros países petroleros.

Venezuela no sólo no ahorró, sino que se endeudó inmensamente. En la actualidad tiene una deuda externa de casi US$110.000 millones.

Alejandro Arreaza, economista de Barclays para América Latina, dice que los datos del mercado indican que Venezuela tiene cerca de 85% de probabilidades de entrar en cesación de pagos de su deuda en los próximos 12 meses. El analista piensa que Caracas pagará los US$1.500 millones que vencen el 26 de febrero, y que hará todo lo posible por cumplir con los US$5.000 millones en capital e intereses que vencen en octubre y noviembre. Para evitar un default desordenado e impedir que los acreedores confisquen activos petroleros, señala, Venezuela puede tener que reducir aún más las importaciones y posiblemente hacer una reestructuración de su deuda.

“Ya tienen problemas políticos en el frente interno, y quieren evitar la apertura de un frente internacional”, dice Arreaza.

Una escasez de dólares debido a los controles de divisas y al declive de los ingresos petroleros ha perjudicado gravemente la economía, mientras las nacionalizaciones y los controles de precios han destrozado el sector privado para dejar al país más dependiente de las importaciones.

Venezuela solía exportar arroz, café y carne. Ahora importa los tres productos. Incluso trae del extranjero sus propios billetes, que compra a empresas europeas y que transporta en jumbos 747.

El número de empresas privadas en el país se redujo en 20% entre 2006 y 2014, según Datanálisis. Multinacionales como Clorox Co. simplemente han abandonado el país. Otras, incluyendo Ford Motor Co. y Mondelēz International Inc., el fabricante de las galletas Oreo, han rebajado a cero el valor contable de sus operaciones en Venezuela.

Un sistema complicado de tipos de cambio hace que el país sea uno de los más baratos o más caros del mundo, dependiendo de la tasa que se use. Al tipo de cambio oficial, de 6,3 bolívares por dólar, una Cajita Feliz de McDonald’s cuesta US$146. A la tasa del mercado negro, en la que el dólar se vende por 1.000 bolívares, cuesta apenas 89 centavos de dólar. Esto hace que el país sea extremadamente barato para viajeros hábiles y aquellos que ganan en dólares, pero demasiado costoso para los pobres que no tienen acceso a la moneda estadounidense.

Crisis de salud

La crisis es especialmente aguda en lo que alguna vez fue el eje de las políticas socialistas de este país, su sistema de salud. Asociaciones médicas y especialistas en el sector dicen que las muertes que pueden ser prevenidas están al alza debido a la falta de medicamentos, equipos y doctores. El principal gremio de farmacias del país dice que hay escasez en 90% de los medicamentos.

En un día reciente en el Hospital Universitario de Maracaibo, la segunda mayor ciudad del país, los pacientes yacían en camas sin sábanas en habitaciones con pisos sucios. No había servicio de agua, medicamentos, suministros de limpieza o comida. Materia fecal flotaba en los inodoros. El personal médico dice que pandilleros rondan los pasillos, lo que obliga a los doctores —que sufren de sueldos bajos y acoso— a encerrarse en sus consultorios para evitar ser asaltados.

“Esto parece un hospital de guerra”, dijo Dora Colmenares, cirujana hepática. “Necesitamos urgentemente ayuda humanitaria”.

Hace unos días, seis bebés murieron en el Hospital Central de San Cristóbal, según funcionarios de los servicios de protección infantil de la ciudad y del sindicato del personal del hospital. Los neonatos fallecieron debido a la escasez de medicamentos y la falta de respiradores que funcionaran para pulmones que no terminaron de desarrollarse, dijeron los funcionarios.

“Hasta que el problema de la falta de suministros y de importaciones se resuelva, la situación de los neonatos sólo va a empeorar”, dijo Karelis Abunassar, presidenta del Consejo de Protección Municipal del Niño, Niña y Adolescente. Abunassar agregó que una inspección del ala de maternidad encontró apenas 11 incubadoras y siete máquinas respiratorias que funcionan, insuficientes para la cantidad de prematuros que nacen allí. Llamadas al Ministerio de Salud no fueron respondidas. Un administrador del Hospital Central dijo que los directivos no estaban disponibles para hacer comentarios.

—Lorena Evelyn Arráiz en San Cristóbal, Sheyla Urdaneta en Toas, Mayela Armas y Kejal Vyas en Caracas y Sara Schaefer Muñoz en Bogotá contribuyeron a este artículo.

Anatoly Kurmanaev

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Maolis Castro

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ANDRÉS OPPENHEIMER, TRUMP, UN CAUDILLO LATINOAMERICANO, DESDE ESTADOS UNIDOS

Es una ironía. Justo cuando América Latina está comenzando a darle la espalda a los lideres mesiánicos, Estados Unidos y Europa están empezando a seguirlos.

A juzgar por el amplio triunfo de Donald Trump en las primarias republicanas de Nuevo Hampshire, los votantes estadounidenses, que se suponía suelen elegir a líderes responsables, se están volcando hacia un demagogo narcisista sin experiencia política que promete que, como dice su lema de campaña, “¡Voy a hacer grande a Estados Unidos nuevamente!”

Los caudillos populistas pierden terreno en Latinoamérica, pero ganan en EEUU y Europa

Donald Trump sigue la estrategia mediática de los autócratas latinoamericanos

Como otros populistas, Trump arremente contra los extranjeros y contra la prensa

Es una ironía. Justo cuando América Latina está comenzando a darle la espalda a los lideres mesiánicos, Estados Unidos y Europa están empezando a seguirlos.

A juzgar por el amplio triunfo de Donald Trump en las primarias republicanas de Nuevo Hampshire, los votantes estadounidenses, que se suponía suelen elegir a líderes responsables, se están volcando hacia un demagogo narcisista sin experiencia política que promete que, como dice su lema de campaña, “¡Voy a hacer grande a Estados Unidos nuevamente!”

Y no es un fenómeno que se limite a Trump en Estados Unidos. Ya sea Vladimir Putin en Rusia, Viktor Orban en Hungría, Recep Erdogan en Turquía, o la líder opositora francesa Marine Le Pen, hay una nueva camada de lideres xenofobos en todo el hemisferio norte.

Puede que se deba a una creciente brecha entre los más ricos y los no tan ricos, pero mucha gente en estos países está enojada, y buscan respuestas en dirigentes populistas xenófobos.

En la mayoría de los casos, estos líderes arremeten contra los extranjeros, se oponen a los acuerdos de libre comercio, prometen traer de vuelta épocas de oro reales o imaginarias, acusan a los medios independientes de estar al servicio de oscuros intereses, y se presentan a sí mismos como salvadores de la patria.

En América Latina, por el contrario, la gente se está cansando de los líderes carismáticos, al menos por ahora.

En Venezuela, el fallecido presidente Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, no sólo arremetieron contra las libertades fundamentales, sino que destrozaron la economía. En Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, otros líderes carismaticos debilitaron las instituciones democráticas, dando rienda suelta a la corrupcion gubernamental.

Sin embargo, los vientos políticos están cambiando en la región. Argentina recientemente eligió a Mauricio Macri, un ingeniero que dice que él solo no puede resolver los problemas del país. En Venezuela, la oposición arrasó en las elecciones legislativas del 6 de diciembre, y se comprometió a acabar con el ciclo populista autoritario que lleva 17 años en el país.

Cuando llamé a varias figuras políticas latinoamericanas para preguntarles qué opinan del plan de Trump de construir un muro en la frontera con México, y de obligar a México a pagarlo, varios me dijeron que ese tipo de bravuconería es típica de los demagogos latinoamericanos.

TRUMP ES UN EGOMANÍACO. NO TIENE PROGRAMAS CONCRETOS, NI UN EQUIPO DE EXPERTOS. TODO ESTÁ CENTRADO EN ÉL. SU PALABRA FAVORITA ES “YO”. (EN SU DISCURSO DE LANZAMIENTO DE CAMPAÑA EL AÑO PASADO, DIJO 220 VECES LA PALABRA “YO”)

“Trump tiene el típico estilo del caudillo latinoamericano”, me dijo el ex presidente colombiano César Gaviria. “Dice lo que la gente quiere oír, la asusta, y luego dice: ‘No se preocupen, yo soy la solución a todos sus problemas’ ”.

De hecho, hay muchas similitudes entre Trump y los demagogos carismáticos de América Latina.

En primer lugar, la estrategia de campaña de Trump es puramente mediática. Hace declaraciones escandalosas casi a diario para colocarse en el centro de la agenda de los medios, y poner a sus rivales políticos a la defensiva.

Cuando al día siguiente los comentaristas señalan que las declaraciones de Trump son medias verdades o mentiras –como su afirmación de que la mayoría de los indocumentados mexicanos son criminales o violadores– arremete contra la prensa y la culpa por presuntamente tergiversarlo. Es la típica estrategia de los autócratas populistas.

En segundo lugar, como la mayoría de los populistas, Trump culpa a los extranjeros de los problemas internos, como cuando afirma que hay una avalancha de inmigrantes indocumentados, a pesar del hecho de que todos los estudios serios muestran que el número de inmigrantes indocumentados ha disminuido en los últimos siete años. Los líderes populistas necesitan un enemigo externo, para presentarse a sí mismos como líderes de una causa nacional.

En tercer lugar, Trump es un egomaníaco. No tiene programas concretos, ni un equipo de expertos. Todo está centrado en él. Su palabra favorita es “yo”. (En su discurso de lanzamiento de campaña el año pasado, dijo 220 veces la palabra “yo”). Su campaña se basa en la discutible premisa de que él es el mejor, y que sus rivales son supuestamente “estúpidos”, “idiotas”, o vendidos a intereses especiales.

Mi opinión: Si Trump se convirtiera en presidente, en vez de conseguir que Estados Unidos vuelva a ser grande nuevamente, como reza su lema de campaña, haría que Estados Unidos se vuelva más parecido a los países de América Latina que han sido destruidos por caudillos populistas.

Andres Oppenheimer 
aoppenheimer@elnuevoherald.com
@oppenheimera
El Nuevo Herald
Estados Unidos

http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article60259921.html#storylink=cpy

CARLOS RODRÍGUEZ BRAUN, BAJAR IMPUESTOS, SÍ, SE PUEDE

Un argumento que los políticos del PP repitieron en 2015, y con especial insistencia en tiempo de elecciones, es que como los ingresos tributarios han subido, ahora sí se puede bajar los impuestos. Antes, en cambio, no se podía. Y el ministro Montoro añadió:

Si todos pagásemos los impuestos que tenemos que pagar, se podrían bajar más rápidamente.

Esto es absurdo, porque bajar los impuestos, independientemente de que se deba hacer o no, lo que dependerá del liberalismo de las autoridades, es algo que siempre se puede hacer, y más aún si el partido en el Gobierno cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento.

Es decir, cuando los políticos del PP subieron los impuestos, lo hicieron porque les pareció que a ellos mismos les convenía más hacerlo que no hacerlo, porque no hacerlo, dada la situación del déficit público por la caída de la recaudación, les habría obligado a reducir realmente de manera muy apreciable el gasto público. Y eso, de lo que les acusan sus enemigos sin razón alguna, es algo a lo que no estaban dispuestos: querían mantener el gasto, y por tanto se lanzaron al saqueo del contribuyente, en ese momento y para el futuro, puesto que irresponsablemente hipertrofiaron la deuda pública llevándola hasta el 100% del PIB.

Esa política fue un desastre, no sólo por la violación de la libertad de los ciudadanos, sino porque profundizó la recesión, castigó todavía más a los españoles y dificultó los esfuerzos de éstos para reajustarse y preparar a la economía para la recuperación. Pero incluso los partidarios del PP, incluso los que creen que su política fue buena, incluso ellos deberán reconocer que cuando el PP subió los impuestos no fue porque no podía hacer otra cosa, sino porque eligió esa alternativa.

Lo mismo sucedió cuando Rajoy anunció que iba a bajar los impuestos: no fue porque no podía hacer otra cosa, sino porque le convenía políticamente, porque la recuperación aumentaba la recaudación y le permitía mantener o incluso aumentar el gasto público. Otra vez, fue una opción, y la escogió pensando en sus intereses políticos.

Lo del ministro Montoro es la típica maniobra antiliberal de desvincular al poder de cualquier responsabilidad y trasladarla a sus víctimas, asumiendo que si no bajan más los impuestos no es porque el poder no lo desee sino por culpa de unos indeseables cuyos bienes el poder aún no ha podido usurpar en grado suficiente.

Carlos Rodguez Braun
carlosrbraun@gmail.com
@rodriguezbraun

España y Argentina