viernes, 18 de septiembre de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, SÁBADO 19/09/2020


 


GRISELDA REYES, TRANSPARENCIA ELECTORAL

En ACEP rechazamos lo ocurrido como un nuevo atropello que nos compromete aún más en nuestra lucha por la democracia, por la participación en la vía electoral como el único camino

Como se sabe, la transparencia es un requisito esencial en los procesos electorales, tanto para quienes participan en ellos partidos o ciudadanos, como para los votantes que piden respeto por su decisión en las urnas. Se trata entonces de una responsabilidad de los órganos que conducen las consultas electorales el preservar la transparencia mediante condiciones y acciones que transmitan confianza al electorado. Siendo Venezuela un país con una significativa y valiosa historia electoral, en los últimos años, producto de la polarización de odios y enfrentamientos que desgracia mente vivimos, la desconfianza o las dudas sobre la transparencia del voto ha cobrado fuerza en sectores, que mucha veces por temor a medir su verdadera fortaleza popular, convierten el no voto o la abstención en un curioso dogma político.

El tema viene a cuento por lo ocurrido recientemente con nuestro partido “Acción Ciudadana En Positivo” fundada hace dos años con una clara definición liberal y de apego a los valores democrático junto al compromiso de compenetrarnos con los problemas y exigencias de la Venezuela adentro, que por lo demás ha sido olvidada en sus luchas cotidianas por la nueva visión de partidos mediáticos y caza votos. Un intenso recorrido por las entrañas del país nos permitió ser quizás la primera organización en inscribir 700 aspirantes para la nueva asamblea nacional que se elige el 6 de diciembre con propuestas concretas para cada región y un plan para impulsar y mejorar leyes a tono con las exigencias actuales de la reconstrucción nacional.

Sorpresivamente horas antes al cierre del lapso de inscripciones desde el CNE fuimos informados que por decisión del tribunal supremo de justicia nuestra tarjeta había sido anulada y adjudicada a otro partido, sin conocimiento previo del ente electoral es decir: el TSJ asumía de hecho funciones del CNE y sin conocimiento de los afectados. En este caso se trataba de desconocer la vigencia de una organización que había cumplido con todas las exigencias legales y lo más grave: negar a centenares de venezolanos su derecho constitucional a ser elegidos.

Nuestra respuesta al atropello no es otro que ratificar nuevamente el compromiso de luchar, más allá de las siglas partidistas, por el pleno regreso a la convivencia democrática como una tarea esencial para superar la enorme tragedia que padecen los venezolanos. Para ello es indispensable deponer actitudes que ante el presente reto lucen mezquinas y contrarias al interés nacional. Por ello concebimos la tarea legislativa venidera como un escenario para facilitar el restablecimiento del equilibrio de poderes hoy roto con las consecuencias que ya se conocen y que incluso convocan la atención internacional, pero al mismo tiempo impiden las acciones para enfrentar las calamidades que afectan a la población en su conjunto. Lo que ocurre con la gasolina es solo un dato de lo que representa la polarización política. ¿Acaso no resulta alarmante que un sector de la oposición anuncie que podría garantizar el combustible de Citgo desde Estados Unidos, empresa de todos los venezolanos ahora bajo su control, solo con un cambio de gobierno?

En ACEP rechazamos lo ocurrido como un nuevo atropello que nos compromete aún más en nuestra lucha por la democracia, por la participación en la vía electoral como el único camino en busca de un acuerdo nacional inclusivo y basado en un proyecto de ciudadanía. Ello también nos convoca a reforzar nuestro acercamiento con los cientos de miles de compatriotas que a lo largo y ancho del país, en los lugares más apartados y olvidado de las dirigencias partidistas, escogieron democráticamente a representantes como candidatos en nuestras listas, ahora arbitraria e impunemente borradas por una instancia, cuya decisión no ayuda propiamente a la transparencia electoral.

Griselda Reyes, griseldareyes@gmail.com, @griseldareyesq, https://www.accionciudadanaenpositivo.org/

CARLOS BLANCO, LA GUERRA QUE PERDIMOS

1.- En varios dirigentes de distintos ámbitos y en ciudadanos de a pie hay la percepción de que la tarea de remover el régimen es imposible, que esta guerra se perdió. La idea de que Venezuela ya es Cuba enmarca esa percepción. No se trataría de una batalla fracasada sino del fin de la guerra con una derrota monumental, inmerecida, costosísima y final. No quedaría a esta generación sino recoger los trastos; buscar en el campo de batalla a nuestros muertos para enterrarlos y sus pertenencias para devolverlas a los familiares; las banderas para exhibirlas en el gran Museo de las Causas Perdidas.

2.- La visión de la derrota final es la que preside –sea que se enuncie o no– la política de acatar las reglas del régimen e ir, aunque sea a regañadientes, a las elecciones parlamentarias convocadas por Maduro. La idea de que todas las demás vías fracasaron y no queda sino la búsqueda de la coexistencia pacífica ha pasado a dominar a quienes asumieron que la guerra se perdió. Ya no se trataría de exigir, buscar, procurar la salida del régimen en el horizonte previsible sino de lograr un espacio, aunque sea precario, para que mediante una gradual acumulación de fuerzas en alguna elección futura se le gane en el marco de las reglas establecidas.

3.- Tal vez quien tiene una voz más sonora en estos días para representar esta visión es Henrique Capriles. Lo ha dicho con todas sus letras: para evitar la violencia y los caminos imposibles, hay que buscar meter la mano “en la rendija” que el régimen permite para que, una vez esté la manito metida en la habitación, empujar de a poco. Capriles ha sido el vocero más consistente de la capitulación. No fue siempre así sino desde que ganó las elecciones a Maduro, según sus propias palabras, y “no cobró”. El discurso de “la rendija” es el de la derrota.

4.- Esta visión hay que evaluarla. El voluntarismo no es buen consejero para decir que no, que no es verdad, que las cosas siguen porque queremos que sigan en la dirección de reemplazar el régimen. Hay que ver los fundamentos de la situación actual: no hay ningún signo de recuperación económica y social en el país; está documentada la descomposición interna del chavismo y cómo la mayoría de los militares desea cambio, aunque se encuentran paralizados por el espionaje y la infiltración; todas las instituciones están muertas o moribundas; no hay gasolina, salvo por los buenos oficios de Irán que aprovecha de chuparle el alma al madurismo en el trueque; las sanciones a los miembros del régimen, sus testaferros y familiares los tienen pidiendo cacao; las sanciones a las empresas públicas y a las extranjeras que hagan negocios con la satrapía los han dañado severamente (y a los ciudadanos también, porque estaban previstas para eyectar al régimen en el corto plazo y no ha sido así).

5.- El recurso de base del régimen es la represión. Con la represión física, psicológica, comunicacional y cultural busca generar la sensación de que no hay nada qué hacer fuera de su marco. Incluso, con la reciente liberación de varios presos políticos y la posibilidad del regreso de algunos exiliados reafirma aquello que opaca con la liberación: la libertad depende de Maduro y, por tanto, es condicional; en consecuencia, no es libertad.

6.- Los factores anotados y la represión como plataforma de sustentación dentro del azote de la pandemia revelan, en su horror, que las bases sociales, económicas, políticas y diplomáticas del bochinche revolucionario están averiadas. Mientras, las mayorías nacionales civiles y militares desean democracia y libertad, así como también las desean los principales aliados internacionales.

7.- Si esto es así, ¿cómo es que el régimen se mantiene y, cómo ahora, parece encontrar un nuevo aire? Pienso que su fortaleza fundamental ha sido la de derrotar a varios sectores de la oposición en algo esencial y en lo que las mafias en el poder –antes también Chávez– llevan una morena: la voluntad de poder y la voluntad de lucha. La tesis de la amenaza creíble que se ha enarbolado en contra de ellos, son ellos quienes la han usado; ellos amenazan y si no logran lo que quieren con la intimidación, ejecutan la represalia. En tanto, las fuerzas de la oposición lanzan sus amenazas y no son creíbles; pero, ¿por qué?

8.- Hay dos razones: la primera es que tener una amenaza creíble para obligar a resolver un conflicto requiere acumular fuerza suficiente, lo cual quiere decir que hay que acopiarla; y, la segunda, mucho más esencial: estar dispuestos a usarla. Cuando un hombre armado muestra la cacha de su pistola a alguien a quien quiere someter tiene que tener reflejos, entrenamiento, un arma que funcione; pero, sobre todo y ante todo, voluntad de usarla. De lo contrario, puede ocurrir que a la persona armada se le vea la vacilación aunque sea en milésimas de segundo, entonces corre el riesgo de que aquel a quien quería someter responda: “Saca la pistola para meártela”.

9.- Quien ha sostenido la tesis de la amenaza creíble es María Corina Machado; pero quien tenía –¿tiene?– en sus manos la posibilidad institucional de trabajarla, conseguirla y emplearla es Guaidó como presidente interino. Aquella quiere pero no ha podido y este ha podido pero no quiere. No se trata de que en su fuero interior Guaidó no lo desee –seguramente sí–; pero sin duda carece de la voluntad de poder que emana de la claridad de un proyecto. Es lo que explica que mientras decía que había que acabar con “la usurpación”, conversaba con el usurpador y le daba tiempo.

10.- Que Maduro incorpore a su régimen a un sector de la oposición no es una victoria opositora sino de la satrapía. La única forma que hay para recuperar la iniciativa en una guerra que no ha concluido es una dirección absolutamente diáfana en sus objetivos y sin vacilaciones estratégicas; solo así la amenaza creíble será construida. No depende de que los amigos quieran sino de convencerlos; no hay más.

Carlos Blanco, carlos.blanco@comcast.net, @carlosblancog

JUAN GUERRERO, RAFAEL CABALIERE, LA EXTREMA BANALIDAD, LECTURAS DE PAPEL

Ahora que comienzo a escribir estas notas me acuerdo que cierta vez, en Puerto Ordaz, mientras conversaba con mi amigo y poeta, Francisco Arévalo, sobre la nueva poesía nacional, de manera tajante me interrumpió para sentenciar: -Es que el mundo está hecho de mal gusto

  Y cada vez le encuentro más sentido a esta sentencia. Creemos que el mundo y su gente andan como uno, revisando literatura, buscando contenidos de arte, yendo cotidianamente al diccionario para verificar un vocablo o pasar horas y hasta días perdido en la etimología de una palabra. Resulta que esto no fue, ni es, y creo que ni será así. La gente, y específicamente eso que llaman ‘masa’ es fundamentalmente elemental, básica, emotiva y cursi. Esa es la normalidad de la vida. Por eso uno es el raro, el sujeto/objeto que debe ser apartado y puesto en los laboratorios del mundo para ser analizado, desde cualquier ángulo. Y si es desde la óptica de la psiquiatría, mucho mejor.

  Por estos días recibí un mensaje a mi WhatsApp. Leí con cierto desdén la noticia. Un venezolano, Rafael Cabaliere, había obtenido el premio EspasaEsPoesía. Revisé su perfil por las redes sociales (RRSS) y lo primero que me llamó la atención fue su advertencia: “Mis publicaciones en redes sociales no son poesía”.

Esta afirmación me resulta bien curiosa por la avalancha de comentarios malsanos que desde hace varios días leo por las RRSS donde se burlan del ganador del premio. Son una especie de ‘aforismos poéticos’ de eso evidente que es la vida. Una especie de Paulo Coelho con estructura poética, muy breve.

 Acá una muestra de su escritura: “Que al terminar el día /te quedes con lo que hizo /brillar tus ojos, /lo que sumó /magia a tu vida, /con todo aquello /que agrandó tu sonrisa. /Y que mañana sea mejor.”

Pienso que casi siempre los iniciales textos de los poetas salen sin pies ni cabeza, al igual que casi todos los creadores. ¿Será acaso porque se están escapando de la cárcel de la normalidad, de ese mundo que menciono del mal gusto?

Sea por ello o por otras razones, lo cierto es que multitud de escritores han sido cuestionados en sus primeras publicaciones. Muchos grandes poetas se iniciaron en la torpeza y banalidad de sus versos y la imitación. Borges, por ejemplo, nunca le interesó saber de su primer libro. Otro caso similar ocurre con el poeta venezolano, Rafael Cadenas, quien confesó que su texto Derrota no era para nada un poema. Y hasta razón debe tener, pues fue por una circunstancia de la vida que el director de un periódico de izquierda, Clarín, Luis Miquelena, le pidió un poema para publicarlo con una nota, y el poeta le llevó varios. El directoral revisar enseguida decidió, en su gusto panfletario, por ese contenido de versos llorosos y quejones.

  Malo en verdad y con cierto refrito a lo Pessoa. Pero si de poetas que no quisieron reconocer sus poemas como tales, ha habido otros que han hecho estallar las neuronas de lectores, editores y críticos literarios. Me refiero al poeta, Rafael José Muñoz y su libro, El círculo de los tres soles. En lo personal tengo años intentando comprender al menos un verso en la maraña de lenguaje matemático, físico y astronómico de un discurso absolutamente críptico, como suelen mencionar los estudiosos del tema. Similar ocurrió con el español, Leopoldo María Panero, tan relegado por años de los cenáculos pontificios de la literatura oficial. ‘Soez y loco’ por años fue catalogado y hasta en sus primeros textos se dudó de su escritura. Esto porque usó del lenguaje realengo y asocial, además de una temática que le llevó a tratar el incesto y glorificarlo. Una poesía no apta para mentes débiles, demasiado moralistas, religiosas e ideologizadas.

También podemos mencionar el caso del poeta italo-paquistaní, Umeed Alí, con sus escuetos textos deambulando de mano en mano por más de 30 años de vivir en las calles de Perugia y del resto del país. Vendiendo retazos de poemas para sobrevivir. Hoy comienza a reconocerse como quizás el más importante poeta italiano de las últimas décadas.

  Mencionamos apenas estos casos para intentar comprender, más que condenar, a un joven escritor que hasta se duda que sea humano. Ya han aparecido quienes indican que sean escritos hechos por un bot (robot). Es que Rafael Cabalierese ha convertido en un verdadero Beta de las RRSS, con poco más de 800 mil seguidores es todo un influencer de eso que comienzan a mencionar como “poesía Instagram” (tomo acá el térmico de mi amigo y especialista en literatura, Diego Rojas Ajmad).

Creo que el asunto está muy lejos de ser un caso de marketing, donde un ingenuo poeta se deja encantar por el monopolio editorial, en una operación ganar-ganar, donde uno obtiene un premio y el otro se posiciona en el mercado editorial. No, el asunto tiene otras aristas. Las nuevas tecnologías están imponiendo un tipo de utensilio tecnológico donde la escritura se adecúe a un nuevo lector. Ese que es mayoría y ‘licúa’ la banalidad de lo cotidiano y en su analfabetismo poético encuentra un tipo de lectura que le sirve para coincidir con el Otro y saber que no está tan desamparado.

Por eso la banalización del arte y la literatura se diluye en las RRSS encontrando un tipo de lector que devora eso que entiende, que le es cotidiano, simple, intrascendente y anodino.

  Así le responde a Cabaliere uno de sus tantos lectores: “justo tuve sicologa hoy mas que sonrisa malos recuerdos y lagrimas. Si me pongo a pesar si ubo sonrisas al mirar al Sol en mis Mascotas siempre busco algo que me haga sonreirpara no caer.” (sic)

  Estamos en el tiempo de un tipo de arte y de literatura de lo decadente. Pero de eso que decimos decadente y banal, resulta para las grandes mayorías instaladas permanentemente en las RRSS, material imprescindible y necesario. Si se revisan los mensajes de sus seguidores se notará esta apreciación. Existe un ‘credo y práctica’ de la poesía como un hecho cuasi místico-religioso, donde, tanto estructura como lenguaje han sido reducidos a memes(¿memeficación de la mente?). Donde, ni la herencia cultural ni la tradición son importantes para esas generaciones de creadores y lectores. Aquí radica una propuesta de investigación bien interesante: el uso idiomático, tanto del escritor como del lector. (Es una soberana torpeza responder lacónicamente diciendo que son desaciertos ortográficos. Está ocurriendo un cambio drástico en el uso idiomático que nos negamos a reconocer).

  Si me preguntan qué pienso de lo que escribe por las RRSS el joven Rafael Cabaliere, me apego a su advertencia en su perfil. No he leído su libro premiado, Alzando vuelo, que saldrá para mediados de octubre de este año.

  Debo decir que mi curiosidad me llevó a indagar un poco más e hice contacto con Cabaliere por las RRSS. Su amable respuesta, al solicitarle una entrevista, fue enviarme la dirección de la responsable de relaciones públicas de la editorial. –Entonces existe y no es un bot, pensé. Además, incluyó luego un video donde aparece y de manera educada y respetuosa, se excusa de no poder ir a España a recibir el premio por la pandemia.

 Yo apuesto por este joven, tan vapuleado, criticado y zarandeado por quienes, muy probablemente encerrados en los cenáculos literarios y masturbándose poéticamente, se elevan cual verdugos para despreciar a un solitario y desconocido joven que ha sido sincero y hasta ingenuo y quizás nunca visitó un taller literario ni se ha codeado con la oficialidad de quienes dicen conocer de poesía.

  La responsabilidad, al final (¡y al principio!), creo que estáen un tipo de Educación Idiomática que muy rara vez forma lectores sensibles, amorosos y cercanos a la voz y lenguaje poéticos, su estructura, ritmo, cadencia y musicalidad. Si es así, habrá que remover los mismos cimientos de nuestras vidas para ver si finalmente, podemos entender la poesía como un rasgo esencial de todo nuestro hacer y de nuestro ser.

Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com 
@camilodeasis

JOSÉ ANGEL BORREGO, MADURO, CORTE PENAL INTERNACIONAL

Si Josep Borrell diligencia apoyos para la elección del 6-12 en la Unión Europea (UE), quedó consternado con el porrazo recibido desde la ONU  sobre centenares de crímenes de Lesa Humanidad de Nicolás Maduro. Pese al histérico rechazo de Jorge Arreaza la contundencia del informe es de tal magnitud que pocos exteriorizan dudas sobre la mente criminal del gobernante venezolano.

En la Cumbre Mundial de la ONU en el 2005, uno de los acuerdos suscritos obliga a las naciones a proteger a los pueblos de Estados represivos. Aquí hay material asaz para remitir a Maduro a la Corte Penal Internacional de La Haya y éste, lo sabe, o se lo han dicho.

Se trata de una documentación irrebatible a la medida de Baltazar Garzón a quien atraen golosas tajadas como el Caso Saab en Cabo Verde. Pues bien Nicolás Maduro ha iniciado un proceso, irreversible ya, para convertirse en Reo Galáctico. Apure la chequera que Baltazar lo espera en esa bajadita.

Nos habíamos propuesto publicar hoy una estrategia para que la oposición derrote a Maduro el 6-12; y aclarábamos que dudamos que el proceso para las parlamentarias se realice. Pero ante esta mala nueva para Maduro, aunque romo ya, nuestro olfato reporteril encendió las alarmas sobre la verdadera noticia (el Expediente Maduro) que nos recuerda que “Tanto va el cántaro al agua que termina por romperse”. No es posible que se cometan miles de crímenes contra nuestra sociedad, ordenados desde Miraflores y que la impunidad los cobije con la complicidad del Fiscal, del Procurador y peor aún, del TSJ.

Cada cierto tiempo los crímenes ejecutados por sicarios de las Faes en especial son tan bandera que no es posible ocultarlos y aparece “la Tarek” en TV, afeminada y avejentada, anunciando intervención de su Fiscalía. Pero luego todo queda en el olvido, los agentes son liberados, premiados, condecorados y transferidos a otros cuerpos. Corrijo: no todo queda en el olvido. Se relega un poco porque el gobierno (Maduro) acabó con los medios de comunicación independientes y se pospone el enterarse de los hechos, pero hay ONGs que documentan cada caso, compilan expedientes e impiden que crímenes, como los miles de asesinatos que se atribuyen a Maduro y Reverol queden impunes totalmente. Y este informe hará posible que a Maduro se le impute ante la Corte Penal Internacional de La Haya.

Todo gobierno democrático del mundo está obligado a arrestarlo y enviarlo a donde lo exija la CPI como hizo el exjuez Garzón con Augusto Pinochet.

José Angel Borrego
periodistaborrego@gmail.com
@periodistaborr1

OSCAR ARNAL, CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD Y ELECCIONES

El informe de la ONU sobre el estado de los derechos humanos en Venezuela, deja al borde del nocaut al oficialismo. El propio secretario general de la organización y el de la OEA condenaron de manera terminante lo que ocurre. Significativo es que los argumentos podrían acelerar una decisión de la Corte Penal Internacional que deje a la autocracia sin aliento. Ante el mundo ha quedado claro que se cometen delitos de lesa humanidad de manera continuada. El informe apunta al inquilino de Miraflores como el más alto responsable y a una cúpula envilecida. 

Mientras tanto, el oficialismo hace todo lo posible por montar el circo electoral del 6 de diciembre y lograr que algunos opositores participen. Especialmente debido a que se rompe la línea fijada por la Asamblea Nacional, el propio Guaidó y el gran número de países que cuestionan la elección. 

La violación sistemática de la Constitución, empezando por la designación írrita del C.N.E., las intervenciones de los partidos, y las modificaciones de las condiciones a menos de 6 meses de su convocatoria, hacen inviable la elección desde el punto de vista jurídico. Por lo demás, todos los sondeos de opinión serios pronostican una abstención que podría estar alrededor del ochenta por ciento. 
En este escenario el PSUV manipulando las misiones y los CLAP va a obligar a su “militancia” a votar, con lo que sin problemas tomarían una mayoría calificada de la Asamblea Nacional. ¿Qué sentido tiene en un escenario como este acudir a sufragar? Con un nuevo parlamento avalado por quienes participan, seguirán haciendo lo que les da la gana. Incluso Cabello acaba de declarar que la Constituyente no va a entregar ningún proyecto de Constitución, que sería su verdadera razón de ser, y que podría prorrogar su vigencia que vence en diciembre del 2020. Lo que quiere decir es que en el supuesto que perdieran el parlamento, seguirán con lo que ellos llaman “leyes constitucionales” legislando sobre la Asamblea Nacional. Con lo cual el resultado ganando o perdiendo es el mismo, que es lo que siempre ha pasado con el oficialismo. 

Ganamos la Asamblea en el 2015 y la sabotearon hasta el extremo. Anularon a los parlamentarios de Amazonas que nos dieron la mayoría calificada, el revocatorio de mitad de periodo que es un mandato Constitucional previa recolección de firmas tal y como se había hecho y eligieron una Constituyente sin consultar al pueblo convocante para acabar con toda oposición. Ahora buscan darle la estocada definitiva al mandato del parlamento y de Guaidó ganado por la alternativa democrática. Adicionalmente, buscan dejar a los países que se niegan a reconocer los comicios en entredicho. Ahora sí escriben a la O.N.U y a la Unión Europea, después de que tienen todo cocinado, para que avalen el evento. La pregunta es ¿por qué no lo hicieron antes, ni lo han hecho en más de una década?. 

El apoyo más importante que tiene la oposición viene del reconocimiento internacional del actual parlamento que se pronunció negando la legitimidad y legalidad de la farsa electoral. Desatenderlo es perder el último bastión institucional de la oposición que tiene el respaldo internacional de occidente. 

Sí quisieran con sinceridad retomar el camino del diálogo y los acuerdos, postergarían las parlamentarias, planteando una amnistía general para los inhabilitados, exilados y presos políticos. Devolviendo los partidos a sus directivas naturales y cesando de una vez por todas la Constituyente espuria. Planteando además una observación electoral con suficiente tiempo y donde participen observadores como la O.E.A.. 

El nuevo “Pacto unitario por la libertad y elecciones libres” firmado por 37 partidos y apoyado por más de cien asociaciones de la sociedad civil debe servir de guía para colocarnos en el camino de devolverle al pueblo su soberanía. Ante la catástrofe económica y política, el cambio y unas elecciones presidenciales son la única vía. 

Oscar Arnal 
oscar.arnaln@gmail.com

@OscarArnal 

HUMBERTO RUIZ CALDERÓN, Y AHORA: ¿EDUCACIÓN A DISTANCIA?

Antigua sede del Instituto Pedagógico de Caracas 

Lo veo venir con cara de mucha angustia. Es mi amigo el de la felicidad. Parece que se le ha perdido, esa diosa tan presente en su vida. 

¿Qué te pasa, amigo? Me mira, respira profundamente y exhala. No me responde. 

Vuelvo a insistir: ¿qué pasó con esa búsqueda de la felicidad?

Se queda mirándome fijamente y respira con intensidad. “¿Dónde vivirán estos funcionarios públicos? ¿En qué país, inexistente?”-me responde-. 

¿Qué te ocurre, le pregunto?

“Pues, ahora dizque los muchachos volverán a clase en formato a distancia. En qué estarán pensando estos cretinos del gobierno” –exclama-.

Yo sigo sin entenderle. ¿Qué te pasa? Te parece mal la idea. Al menos así se cuidan del corona virus, los más jóvenes. 
“Si claro, eso es una cosa”. 

“Es decir, evitar los contagios. La otra es que puedan tener clases y que sirvan para enseñarles, algo aprovechable. Te explico, me dice” y continua… 

“Sabes, desde hace un tiempo varios amigos me envían sus escritos para que se los corrija. Algunos de ellos escriben regularmente en portales digitales.” 

Sí, sí lo sabía, le respondo. Pero, ¿qué tiene que ver eso con lo de las clases a distancia? Pues mucho, me contesta y al fin le veo otra cara. 

“Para que los amigos me manden sus escritos son necesarias varias cosas elementales. Primero que la electricidad les permita escribir en sus computadoras. Segundo que la red esté funcionando mas o menos bien y los archivos salgan de sus aparatos y me lleguen a mi. Yo también debo tener luz eléctrica para poder verlos y corregirlos en mi computadora. Y después mandárselos a los amigos, una vez corregidos, si hay red”. 

Sigo sin entender la relación de las clases con todo esto que me explica. Y…, le digo yo… 

Mi amigo de la felicidad me observa con cara de asombro y exclama: “Pero bueno, eso es lo mismos y lo mínimo necesario para que los alumnos se puedan conectar con sus maestros y con sus discípulos. Si yo, no lo puedo hacer o lo hago con mucha dificultad, con unos pocos amigos una vez a la semana, cómo piensan que se pueden impartir clases a distancia a cientos de miles de alumnos?”.

Y continua: “Eso que está diciendo el innombrable de iniciar las clases a distancia es una soberana necedad. No tienen la más remota idea de lo que se necesita para que eso se pueda realizar: luz eléctrica sin interrupciones; red de internet de calidad y continua; tener los aparatos (computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes) tanto los maestros como los alumnos. 

Pero hay mas amigo: qué pasa con la preparación técnica de los maestros para ordenar los contenidos educativos en formato que se pueda comunicar por internet. Saber qué es lo que van a hacer los alumnos con eso. Además, qué se espera que devuelvan a los maestros y estos cómo evaluar esa actividad de los estudiantes. De todos los estudiantes de su curso. Cree el innombrable y sus ministros de educación, que dando ruedas de prensa y ordenando que esto se haga ya es suficiente. Qué ridículos, para decir lo menos.”

Y mi amigo de la felicidad siguió raudo, a ver si podía tomar una buseta para irse a su casa, llevando con mucho cuidado unos huevitos que compró con toda la quincena que le pagaron en la Universidad... 

Yo me quedé pensativo y lleno de dudas. ¿Qué será de la educación, ya mala de este país, ahora con la pandemia? ¿Qué piensan amigos (as) lectores (as)?. 

Humberto Ruiz Calderón
humbertoruiz1950@gmail.com
@Ruizhumberto 
http://comoenboticadehumberto.blogspot.com