lunes, 15 de marzo de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ LUNES 15/03/2021



MIBELIS ACEVEDO DONÍS, CONCILIO

De concilios, cónclaves y “encerronas” catárticas da fe la historia. El origen de tales asambleas, el “concilium” para tratar asuntos de interés común y resolver conflictos, remite a las célebres juntas de autoridades de la Iglesia católica. Allí, fuera del ojo curioso del seglar, los nada tersos debates sobre dogmas de fe y fórmulas disciplinarias copan la atención de los religiosos. Tiziano, por cierto, recrea en un óleo una de las 25 sesiones del de Trento: quizás el más trascendente de los concilios ecuménicos, marcado por la impronta de Nicea y Constantinopla y llevado a cabo entre 1545 y 1563.
 
 
Interrumpida incluso por la peste pero una y otra vez reanudada, la jornada que produjo los lineamientos de la Contrarreforma (para Hubert Jedin, Reforma católica cabal) no coronó con la ansiada reunificación del cristianismo. Pero sí brindó ocasión para aclarar ambigüedades, definir términos de un corregido arreglo; para enfrentar la degradación, corrupción y crisis que denunció Lutero y que afectaron a la Iglesia católica durante el s.XVI, 
 
A pesar del resultado de la puja entre dos visiones -una que proponía tolerancia y acomodo con los protestantes y otra, la intransigente, que acabó imponiéndose- y las resoluciones contra malquistos y “herejes”, historiadores como Jedin afirman que en Trento terció la disposición a escuchar con amplitud a las distintas escuelas teológicas. La espinosa ruptura con el protestantismo y sus ulteriores traumas, en todo caso, estuvo precedido por una deliberación que, sin obviar el pluralismo teológico, dio paso a una “nueva” unidad. 
 
Sirva esta premiosa obertura en torno a los fines y métodos del concilio para saltar a la arena política y revisar el des-concierto venezolano. Tras la acumulación de pérdidas y reveses asociados a la improbable salida de fuerza -una que, está visto, la dirigencia opositora nunca tuvo en su menú de opciones- de nuevo cobra cuerpo la idea de la conciliación de posiciones, la de la solución negociada como “única alternativa”… ¿qué hacer al respecto? 
 
Disparados por la crisis humanitaria, cunden llamados a esa suerte de “cooperación antagónica” (paradoja que David Welsh distingue en el caso sudafricano) que facilite acuerdos sectoriales e involucre a sectores que por sí solos no reúnen medios para aplicar correctivos. La convergencia de intereses impulsada desde lo social no anularía acá el antagonismo político, aunque sí daría respiro a una población acribillada por el deterioro. Pero si pensamos en el toma-y-dame que procuraría cambios estructurales; uno que en las antípodas de las abstracciones pone el ojo, por ejemplo, en la reinstitucionalización progresiva por vía electoral… ¿bastará con cruzar circunstanciales Rubicones y omitir la dispersión programática que hoy castiga a la oposición? 
 
Justamente: a propósito de aquella alineación que perseguían los concilios, cabe insistir en la necesidad de aplicar los principios de la deliberación (democrática, sobra decirlo) aguas adentro. Sabiendo que, amén de éticamente indeseable, es imposible anular la diferencia, el desafío es dirimir primero el brete interno y adoptar un curso colectivo de acción mediante el intercambio de argumentos razonados. Un mecanismo que librado de la hegemonía de sectores cuyo influjo ha mermado dramáticamente, no tiene que ser agonístico -afirma Jane Mansbridge- sino complementario, signado por la obligación de integrar fuerzas y cooperar. He allí una potencial fábrica de bienes democráticos en manos de los sin-poder. 
 
Contra el cinismo que liquida todo ímpetu y conscientes de que “la historia no tiene libreto” como dice Alexander Herzen, sería útil fijarse no sólo en las facetas gloriosas de oposiciones que vencieron al autoritarismo en sus países. Considerando la extensión de la poli-fractura, el borrado del liderazgo que las encuestas registran en Venezuela, importa también reconocerse en la hendedura ajena, el callo que debieron limar aquellos que se miraban como rivales irreconciliables. El Chile de la Concertación, bailando sobre la cuerda floja de la conducción colectiva, es ejemplo de ello. Muchos errores, forcejeos, admoniciones, aterrizajes forzosos, paradigmas en apariencia inamovibles y divorcios políticos debieron gestionarse para superar el estado de consternación y desacuerdo y acudir en bloque a la elección del 88. Luego, ganar, pactar con el vencido y mantenerse. Sin eficaz concilium democrático eso seguramente no hubiese ocurrido. 
 
Junto a la merma del poder de negociación y la falta de estructura clara de incentivos, a la serie de trabas para negociar aperturas democráticas en Venezuela se suma la impericia opositora para abordar la heterodoxia y hacerla parte de la unidad. En ese sentido, no es mala idea “orar y obrar” por acuerdos mínimos apelando a la secular encerrona. Pero no una que peque de sectaria; no una donde el dogma, el personalismo o la compulsión a la repetición malogren la mirada amplia y coherente que todo demócrata está obligado a ejercitar. 
 
 
Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela 

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ, SI NO ACTUAMOS, NOS APLASTARÁN

Después de una charla telefónica de dos horas con Xi Jinping, eso dijo Biden sobre los chinos. La frase me recuerda una de Burke, más gastada que un bluyín: “para que ganen los malos solo se necesita que los buenos no hagan nada”. En ambos casos, es pertinente el mismo comentario: “…o que hagan animaladas”. Trump demuestra, entre otras muchas, lo costosas que son. 

No es creíble ni posible el aplastamiento, pero es obvio que después de Clinton, EEUU abandonó la estrategia basada en desarrollo tecnológico y competitividad, así como la “empatía” con sus aliados. China lo aprovechó sin perder un minuto, para colocarse en la punta del pelotón en la carrera de 42 Kms. Así treinta años después de la caída de la URSS por ineficiente e improductiva, desapareció el mundo unipolar de los 90 y llegamos a una nueva bipolaridad. 

El Presidente cambió el tono de la relación con China, ahora político y civilizado, pero lo más importante es que no continúe el troglodita nacionalismo económico populista de su antecesor. Hoy preocupa a EEUU la penetración asiática en Latinoamérica, pero durante los 90 circulaba en los medios financieros y políticos del primer mundo, un amargo chiste sobre el subcontinente: “si se hundiera en el mar, nos enteraríamos meses después”. 

Trump lo botó y Xi Jinping lo agarró

Si no recuerdo mal, su peso en el Producto Mundial era de apenas 4%, poca cosa. A veces luce que Biden quiere practicar con China el mismo arte marcial que su antecesor, sin percatarse que de hacerlo, seguirá perdiendo posiciones. Hubo un fuerte temblor que no registraron muchos sismógrafos: la firma en diciembre último del tratado de libre comercio asiático (RCEP) que Clinton impulsó y estuvo largos años zombi. 

El inefable Trump lo abandonó estruendosa y despectivamente en 2017. Pero el camarada Xi Jinping, con Europa y EEUU ocupados de la pandemia, lo promovió intensamente y en diciembre de 2020 lo firman quince países: Vietnam, Singapur, Myanmar, Laos, Cambodia, Filipinas, Brunei, Malasia, Tailandia, Indonesia, Australia, Nueva Zelanda y la sorprendente entrada de Japón y Sur Corea, históricos aliados norteamericanos, que se dejaron de tonterías.

Ese acuerdo de libertad económica, eliminación de aranceles y mercado abierto, liderado por China, es lo que algunos charlatanes anacrónicos llamarían “neoliberal” y cubre un tercio de la población mundial. Al mismo tiempo, firmaba otro tratado sobre inversiones con la Unión Europea, castigada igual por el nacionalismo arancelario trumpista. Latinoamérica, cuyo primer socio comercial y acreedor, excluyendo a México, es China, tendrá la tentación de buscar recursos con ese bloque. 

Ahorcar Huawei

En respuesta, el Banco de Desarrollo de EEUU ofrece financiar las deudas de la región con China, a cambio de aislar a Huawei y al proyecto 5G. Europa, como la divina Eulalia de Darío, coquetea con las realidades de la nueva polaridad. Por un lado, recibe masivas inversiones de Xi Jinping, y por el otro, lánguidamente acepta la protección norteamericana de la OTAN (“la marquesa Eulalia, risas y desvíos/ daba a un tiempo mismo para dos rivales/ el vizconde rubio de los desafíos/ y el abate joven de los madrigales”). 

Trump también hostilizó a los europeos con aranceles, la manía arancelaria populista que incrementa los precios a los consumidores, protege las ineficiencias económicas locales y debilita el aparato productivo. Ojalá en algún momento, digo es un decir, el nuevo gobierno gringo enfoque su estrategia en partir del reconocimiento del adversario y no de su negación. No boicotear el 5G sino hacerlo mejor y más barato. 

Es imperativo renunciar a la confrontación con China, al tiempo que dar un nuevo salto científico técnico, tal como Reagan y Clinton cuando el reto era Japón. Reconstituir los vínculos con aquella y no reclamar incondicionalidad a los aliados tradicionales. En Latinoamérica la figura de nueva potencia es una realidad irreversible, y deberá coexistir con Norteamérica, Europa y otros países. 

Mentiras populistas

Aunque haya perdido fuelle por concentrarse en conflictos bélicos, EEUU mantiene su condición de gran potencia, precisamente gracias a su relación con China. Trump impuso aranceles a la importación de acero y aluminio, “para proteger” la industria norteamericana, la producción de armas y abroquelar la seguridad y defensa nacional. 

Falsedades: el país consume 70 por ciento del acero que produce y apenas 3% del aluminio lo requiere la industria militar. Los aranceles encarecerán productos de consumo masivo porque la industria norteamericana importa la mitad de su maquinaria, ahora más costosa. “Necesitamos que regresen las inversiones americanas hoy en China” cuando la balanza internacional de capitales les es ampliamente favorable. EEUU recibe más capital extranjero que el que invierte en otros países. 

Por si fuera poco, hay casi pleno empleo y por eso la política migratoria ha sido incluso canallesca. De mantenerse la tendencia, dentro de siete años habrá un déficit de ocho millones de trabajadores y ya hoy las autoridades de Wisconsin se quejan de falta de mano de obra. Veremos la evolución del Presidente.

Carlos Raul Hernandeaz
carlosraulhernandez@gmail.com
@CarlosRaulHer
@ElUniversal
Venezuela

MIGUEL ANGEL CANCIO ÁLVAREZ, EXCELENTES ANTONIO BANDERAS Y MARÍA CASADO EN LA EXCELENTE GALA DEL CINE ESPAÑOL 2021

Muy Bien, Muy Bien, el gran malagueño, andaluz, ciudadano universal, el gran cineasta y empresario español, Antonio Banderas, en el “Teatro Soho CaixaBank” de Málaga (Andalucía-España), en la Excelente, la Mejor Gala del Cine Español, 07 marzo 2021, con mucha diferencia y hasta ahora, sin demagogias izquierdistas, nacionalistas antiespañolas, sin cachondeos todo vale, sin racismos supremacistas, superioristas, endiosados, divinistas, sino con mucho y muy buen trabajo, profesionalidad, rigor, competencia, creatividad, convocando, además, a buena parte de los mejores cineastas del mundo y que saludaron, muy positivamente, al cine español.

Muy Bien, también, la profesional de televisión, María Casado, y que acompañaba a Antonio Banderas en la presentación de la Excelente Gala del Cine Español, marzo 2021. 

Zapatero a tus zapatos y con deontología, honradez, mucha humildad (sabiendo, debiendo saber, siempre, aprender de los errores, fallos y fracasos propios y ajenos en la búsqueda, justa lucha bien medida por el mejor desarrollo deontológico democrático, constitucional, legal, integrador, eficiente, creativo, etc., por la verdad responsable, por el bien), con mucho rigor y buen, justo, muy necesario, enriquecedor trabajo. 

El cine español, como los medios de comunicación, como el resto de sectores españoles, necesariamente, deben apostar por la mejor profesionalidad, competitividad, productividad, generación de valor añadido, cadenas de valor y al margen de todo tipo de politiquerías, partidismos, sindicalerismos, corporativismos, sectarismos, clientelismos, tajadismos, diversas formas de malgasto, burocratismo, contaminación, lavado de cerebros, manipulación, corrupción, juego sucio… 

Necesitamos a grandes, excelentes profesionales, empresarios, emprendedores, trabajadores, etc., como Antonio Banderas, Maria Casado y, así, España, la gran nación española (en el mundo, en 2021, más de 585 millones de personas hablan español, más de 22 millones lo aprenden cada año, las transacciones económicas en español representan el 10% del Producto Interior Bruto/PIB mundial, en Estados Unidos 60 millones de personas hablan español, en Brasil 30 millones, etc.), competirá, debe competir al mejor nivel mundial. Y debe hacerlo con buena gente, con los mejores profesionales, empresarios, emprendedores, trabajadores, etc., que, individual y socialmente, lo hagan posible, que eviten que España, la gran nación española, marzo 2021, sea una de las naciones occidentales, europeas, que, entre las naciones democráticas mas desarrolladas y avanzadas del mundo, se situe entre las que tiene, según los indicadores objetivos internacionales, la mayor corrupción y juego sucio, el mayor paro general (antes de la pandemia del coronavirus, el 14%; después de la pandemia del coronavirus, superior al 20%), paro juvenil (antes de la pandemia del coronavirus, 30,5%; después de la pandemia del coronavirus, superior al 40%), una gran precariedad laboral, deficit y deuda públicos, muy grave caída del PIB (superior al 10% después de la pandemia del coronavirus), grave cierre de empresas y autónomos después de la pandemía del coronavirus (cierre de mas de 100.000 empresas y de 300.000 autónomos)... 

Miguel Cancio Álvarez,
miguelcancio.blogspot.com; lunes,
mcancioalvarez@gmail.com
migueldevegadeo@gmail.com
Santiago de Compostela (Galicia-España)
@UniversidadeUSC
España

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, ESCLEROSIS Y PANDEMIA

Indagar sobre la esclerosis, en cualquiera de sus formas, implica revisar la vida desde distintas perspectivas. Si bien la esclerosis es una condición que remite a restarle capacidades al organismo humano, es también un estado físico que invita a explorar la vida no sólo en lo concerniente a una respuesta biológica y médica. Quizás lo más importante, es lo que atañe a la espiritualidad. ¿Y por qué ahí? Porque en tan recóndito y extenso ámbito del ser humano, se alojan las cualidades y fuerzas que gobiernan el Universo. 
 
Desde que el hombre reconoce en la espiritualidad el terreno en el que se moviliza el alma en conjunto con la fe y la esperanza, igualmente advirtió que en su esencia se halla el poder que sortea las dificultades. Y de seguro, son estas dificultades los avatares que entorpecen el camino a recorrer. Por plácido que dicho camino pueda perecer. 
 
Y justamente, ahí radica la espiritualidad como la virtud que potencia la voluntad humana para avanzar a lo largo del camino de la vida. Más, cuando se sabe que la vida no se detiene a esperar a nadie. Aunque muchos días pudieran lucir tortuosos, otros -sin duda- hacen sonreír. Tanto, que algunas cosas pasan desapercibidas. Incluso, olvidadas. 
 
Así es la vida. No obstante, para muchos la vida es un sueño. Para otros, es un aprendizaje. O un juego. Y a pesar de las variadas concepciones que de la vida hallan expuestos poetas, idealistas o enamorados, no puede negarse que la vida es maravillosa. Y es porque en ella hay tantas cosas por hacer, que cualquiera puede perderse entre las posibilidades y probabilidades de crear en beneficio del desarrollo humano. Indistintamente de la condición que le depare el tiempo. O de la  postura que ante la vida pueda tener. 
 
Es el caso de la crisis que ahora se vive como resultado de la pandemia que azota al planeta. Este problema acusa razones que dan cuenta de la dureza que algunos días también saben encubrir. Particularmente, de cara a lo que de la vida puede arrojar en su curso. 
 
La consideración del reconocido humorista norteamericano, Josh Billings, podría concordar con los contratiempos causados por el Covid-19. Billings decía que “la vida no consiste en tener buenas cartas. Sino en jugar bien las que uno tiene”. Por otro lado, el filósofo inglés, Thomas Hobbes, alegaba que “la vida es un perpetuo movimiento que si no puede progresar en línea recta, se desenvuelve en círculo”. 
 
Ambas expresiones, trascendentes en el tiempo, contienen rotundas verdades. Son testimonios de realidades imposibles de desvirtuar. Pero también, evidencian realidades improbables de sustituir por circunstancias. Menos aún, si son construidas a instancia de intereses oscurecidos por envidias, odios y mentiras. 
 
De ahí pudiera desprenderse aquella sentencia que exalta la vida cuando refiere: “no mires hacia atrás mientras avances convencido de alcanzar el objetivo”. Aunque la retrospectiva pudiera ser ilustrativa del pasado, pareciera priorizar lo que más adelante podría estorbar en el camino. Más, si se trata del camino de la vida toda vez que su circulación se supedita al tiempo. 
 
Es como un sendero trazado por la pandemia en el curso de las dificultades a las que somete al ser humano. Es el caso de la Esclerosis, en todas sus manifestaciones. Esta realidad es razón de valor para analizar los efectos de las riesgosas implicaciones que comprometen la vida humana cuando es afectada por la Esclerosis. 
 
En principio, cualquier efecto roza con inconvenientes de todo género y condición. Verbigracia, el que representa el encerramiento que impide el libre tránsito necesario para acudir a las necesarias terapias. Indudablemente, es una clara demostración de las dificultades asociadas a la pandemia. Aparte de los estragos que siguen sumándose al hecho inhumano de no contar con los medicamentos apropiados para el tratamiento médico de la esclerosis. 
 
Y esto no es que ha sido provocado por causa de sanción alguna. O decreto sancionado por el gobierno norteamericano a fin de remover las medidas despóticas del régimen venezolano en perjuicio de las libertades y los derechos ciudadanos. Ha sido consecuencia de la pésima administración de gobierno que viene ejerciendo por culpa de la impune expoliación  cometida en contra del erario nacional. Así como del desmantelamiento de la institucionalidad. 
 
Sus resultados, terminan asfixiando la gestión del Seguro Social en contradicción a lo establecido por la Constitución nacional en su artículo 84. Sobre todo, cuando la misma Carta Magna refrenda el derecho a la salud al dictaminar la elaboración de políticas públicas que, en principio, habría de formalizar el sistema público de salud. Este sistema, se concentraría a dar “(…) prioridad a la promoción de la salud y a la prevención de las enfermedades, garantizando tratamiento oportuno y rehabilitación de calidad”. 
 
En los adversos predios de la mentada pandemia, los venezolanos afectados por los designios de cualquier forma de esclerosis, corren el desventurado riesgo de caer atrapados en los tentáculos del Covid-19. Indistintamente de la posibilidad de recibir la vacunación que tampoco los excluye del aludido peligro. 
 
Si bien todo ello es un problema que escapa al hecho de revisarlo a discreción de los escasos recursos sanitarios existentes, también es un problema que pudiera moderarse de contarse no sólo con la disposición de un régimen político condescendiente que no se tiene.
 
También, de la solidaridad de quienes, a sabiendas del carácter crítico de la situación, actúan movidos por la comprensión. Así se procurará que quienes sufren de esclerosis u otro padecimiento, sientan su espiritualidad y fe fortalecidas. Y será posible la merma de cualquier dolencia. No sólo del alma. También del cuerpo. 
 
Pero para llegar hasta donde las realidades así responden, debe darse una comunión entre la actitud y la convicción de saber que no hay más tristeza mientras la vida se desenvuelve en función de mejorar su ritmo. A pesar de las congojas, dilemas y contratiempos. Es lo que sucedería de actuar en la línea del desafío que compromete las conjugación entre esclerosis y pandemia.

Antonio José Monagas 
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

LUIS FUENMAYOR TORO, LAS DIFICULTADES A SUPERAR DE LA VÍA ELECTORAL

Hemos llamado oposición democrática a aquella que ha decidido una política de lucha favor del diálogo, la paz y la participación electoral. Y lo hacemos como forma de diferenciarla claramente de la oposición que llama a invasiones extranjeras y a golpes de Estado, que organiza incursiones mercenarias en el territorio nacional, que financia movilizaciones callejeras de enfrentamientos violentos con los cuerpos de seguridad y que recurre a la ejecución de actos terroristas, a la que hemos bautizado como oposición extremista.

Esta división de la oposición en dos sectores, con políticas contradictorias, hace muy difícil lograr una unión opositora total para enfrentar al gobierno de Nicolás Maduro. Es muy difícil, para cualquier grupo político, mantener una línea de enfrentamiento violento contra un gobierno y al mismo tiempo ser parte de quienes tienen una política diametralmente opuesta. La única forma de lograr esa unidad sería que los extremistas renuncien a su política y adhieran la del campo democrático, tal y como aparentemente están sucediendo.

Pero para ello deben estar convencidos que sus intentos violentos, que ya llevan por lo menos dos décadas, han fracasado totalmente y que no tienen ninguna posibilidad de tomar el poder por esa vía. Eso supone una declaración como la hecha recientemente por Enrique Márquez, en la que reconoce que el abandono de la lucha electoral fue un grave error. Y no se trata obligar a nadie a un arrepentimiento forzado, se trata de establecer ante los ciudadanos en general un claro propósito de encauzar la lucha política de una manera diferente a la vía errónea del pasado.

La vía electoral tiene sus propias dificultades. No es fácil que los participantes distribuyan sus aspiraciones con realismo partidista y político, es decir, permitiendo encabezar la alternativa opositora a quienes tiene la mayor opción, sin olvidar que todos los involucrados deberían sentirse representados en las decisiones finales que se tomen. Esta posibilidad debería facilitarse en comicios donde el número de candidatos es numeroso. Un partido beneficiado con el apoyo a su candidato a gobernador, no debería tener las mismas aspiraciones en relación a las candidaturas a los consejos legislativos regionales.

Otro tanto podemos decir de las candidaturas a alcaldes. Partido o grupo político cuyo candidato a alcalde sea apoyado por el resto de los integrantes de la alianza, deberían aceptar que los candidatos a concejales pertenezcan a los grupos no favorecidos con la alcaldía. Esto no sólo tiene lógica sino racionalidad política, pues esos cuerpos colegiados son quienes supervisan la actuación de la autoridad ejecutiva regional o local. Tiene mayor sentido en función de lograr un buen gobierno que quien gobierna no sea supervisado por los suyos, pues sabemos lo que esto ha significado en el país.

Y no estoy incluyendo en este análisis las características de los candidatos como posibles gobernantes o representantes del pueblo. No he hablado de su formación ni preparación para los cargos disputados, ni de sus desempeños anteriores en cargos similares: la eficacia y eficiencia tenidas, la honestidad e idoneidad en el manejo de la cosa pública, el conocimiento demostrado. Tampoco he incluido en los elementos a evaluar las propuestas programáticas presentadas. Es decir, no he considerado aquellas cosas importantes que usualmente no se toman en cuenta en estas discusiones.

Y no lo he hecho no porque no le voy a pedir peras al olmo, sino porque entiendo que la gravedad de la situación del país, el peligro de que nos transformemos en un Estado fallido, la posibilidad de la disgregación física de Venezuela ante la rapiña de nuestros vecinos y la traición de algunos compatriotas, son más importantes en este momento. Si los esfuerzos unitarios son positivos, por lo menos en una proporción de los casos, y se logran presentar candidaturas aceptables, que sean apreciadas como posiblemente victoriosas, con seguridad que la participación electoral de la ciudadanía se incrementará y habrá posibilidad de derrotar al gobierno.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela

OSCAR ARNAL, DIOS AL ALCANCE DE TODOS

El viaje del papa Francisco a Irak fue muy positivo. Sus palabras finales indicando que ninguna religión puede justificar una guerra fueron lapidarias. El mensaje de tolerancia frente a otras religiones y la necesidad del diálogo interreligioso también destacan. Ver que a lo largo de los siglos las guerras religiosas causaron tanto daño es motivo de profunda reflexión. Igualmente, las atrocidades que se cometieron y que todavía se cometen en nombre de la fe son inaceptables.

Irak es la cuna de la civilización occidental. El padre de tres de las religiones más importantes: la cristiana, la musulmana y la judía, es el mismo Abraham, oriundo de Irak. El monoteísmo o creencia en que solo hay un Dios nos une a estas tres grandes religiones. 

La pregunta que surge es ¿ese mismo, único y sólo Dios es el cristiano, el judío o el musulmán? Desde mi punto de vista es el mismo Dios, solo que se ha manifestado para cada uno de manera diferente. Me parece un contrasentido que el Dios bueno haya aparecido solo para los católicos que somos alrededor del 17% de la población mundial, que sea el musulmán sunita que representa un 20% del total o que sea el judío que constituye cerca del 2,19 por 1.000 de la población del mundo, lo que señala que solo una de cada 457 personas en el globo es judía. Si fuera el caso, este Dios al menos habría en este momento excluido al 80% de la población mundial, lo que sería más bien antinatural. Y proyectando que los musulmanes totales, sunitas y chiitas, hoy 24% de la población del planeta, nos superaran claramente en el 2070 a los cristianos totales hoy 33% incluyendo a los protestantes y otras ramas, tendríamos que concluir de manera incorrecta que Dios es Alá y Mahoma su profeta. Lo que tiene sentido es pensar en un Dios para todos, no para una mayoría, ni tampoco para una minoría.

Con ello no quiero decir que las religiones son negativas, sino todo lo contrario. La religiosidad engrandece al hombre, lo hace justo y humano. El fanatismo religioso en cambio lo desfigura y deshumaniza.

Por ello es tan oportuno el viaje del Santo Padre a Irak quien, desafiando todos los peligros y riesgos, dio este paso tan positivo.

Ya el papa peregrino San Juan Pablo II lo había intentado y lo tuvo que cancelar.

La Iglesia Católica en su transitar histórico ha cometido más aciertos que fallas. Los errores están en miles de publicaciones y también en los bulos o noticias falsas. Sin embargo, las universidades son un coproducto de su invención, la lucha contra la esclavitud, sus profundas tesis a favor de los derechos humanos, el derecho a la rebelión, pensadores e inventores extraordinarios también provienen de sus filas y hay miles y miles más…Lo más importante es haber moldeado a una civilización, la occidental, que aunque amenazada progresa y avanza hacia nuevas formas de convivencia y de unión…

Oscar Arnal
oscar.arnaln@gmail.com
@OscarArnal
Venezuela