miércoles, 29 de junio de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY MIÉRCOLES 29/06/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR ESPECÍFICO

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES -  

MARTA DE LA VEGA: GOBERNABILIDAD Y DEMOCRACIA. DESDE VENEZUELA





MARTA DE LA VEGA: GOBERNABILIDAD Y DEMOCRACIA. DESDE VENEZUELA

Las elecciones presidenciales en Colombia ya habrán ocurrido y definirán al ganador en la segunda vuelta antes de que este texto sea publicado. Cualquiera que sea el resultado, los desafíos serán grandes para el nuevo mandatario porque están en juego gobernabilidad, por un lado, y gobernanza, por el otro. La gobernabilidad significa la capacidad de un sistema político, a través del Estado o del gobierno, de responder a las demandas sociales de una manera eficaz y legítima. La gobernanza apunta, en cambio, a cómo se gobierna, a las reglas de juego establecidas que aseguran un consenso entre actores estratégicos y población, así como la necesaria estabilidad para que las demandas sociales sean respondidas o satisfechas con transparencia y eficiencia.

Hoy se contraponen dos modelos de democracia y de gestión pública en el ejercicio del poder con Hernández y Petro. La confrontación más significativa está en el dilema al cual se han enfrentado los electores entre dos modos de entender la democracia y dos formas de ejercer el poder. O bien se trata de una concepción liberal de la democracia que busca la inclusión social y a la vez combate el personalismo y la estructura clientelar en la participación política, que han sido vicios reiterados y la mayor amenaza contra instituciones y valores democráticos o la corrupción que carcome todo esfuerzo institucional de cambio social. O bien se trata de una visión estatista y dirigista de la democracia, que tiende a favorecer una visión mesiánica y caudillista, con la confluencia de actores muy heterogéneos, a la vez que excluye a los sectores considerados “anti-pueblo” u oligárquicos y reivindica todos los derechos, pero no exige deberes ni obligaciones a los ciudadanos.

En el caso de Petro se han juntado, desde los nostálgicos de la redención social de los dogmas del socialismo histórico autoritario o “socialismo real” de cuño estalinista, o los idealistas románticos de la justicia social sin aclarar cómo financiar las correspondientes políticas públicas, hasta grupos criminales provenientes de las FARC o el ELN, o integrantes de carteles narcotraficantes como los del “Clan del Golfo”, o personas como los asesores de estrategias de comunicación y ataque contra los contendientes, cuyas conductas -ha quedado claro- tienen implicaciones penales. Así lo ha visto la opinión pública, asombrada por la bajeza y ruindad de los intentos de destrucción del adversario, marcados por la anomia moral del “vale todo”, en los videos filtrados desde el propio entorno de Petro y recibidos anónimamente por los medios de comunicación social.

La coalición petrista responde a pactos y adhesiones acomodaticias de carácter utilitario, a la manera de las alianzas populistas que han tenido lugar en los países de América Latina donde irrumpieron estos movimientos de ruptura del statu quo en el siglo XX, sea como movilización de sectores antes excluidos, sea como reacomodo de las élites tradicionales.

En el caso de Hernández, su impulso apunta a una coalición por Colombia, con dos propósitos prioritarios: acabar con la corrupción y componendas de los grupos de poder o de los partidos políticos a los que llama “politiqueros” y erradicar la pobreza con políticas sociales de apoyo a las actividades económicas más deprimidas como el sector productivo agropecuario o las pequeñas y medianas empresas, golpeadas por el impacto de la pandemia de covid 19. Propone, además, empujar entre los sectores más vulnerables la superación y ascenso social mediante programas educativos de muy alta calidad. En este sentido, la vicepresidenta escogida para acompañarlo en su gobierno, está más que mejor preparada para lograr estos objetivos. Ella misma es ejemplo de que sean los méritos los que definan las responsabilidades en los cargos públicos.

Al apelar a todos los compatriotas que quieran apoyarlo para llevar a cabo sus propuestas de gobierno, sin establecer ni alianzas ni compromisos pagaderos con posteriores prebendas o parcelas de poder, ni a personas ni a partidos políticos, está buscando establecer nuevos modos de gestión política entre los diversos poderes del Estado y en la ciudadanía. Esto plantea el riesgo de ingobernabilidad entre los opositores al desarrollo de su proyecto de país.

Esperemos que sean preservadas la democracia y las libertades ciudadanas con equidad. Y se mantenga como apuesta, con el mandatario nacional electo, un mejor futuro para el país. Con ambos aspirantes, ante un país martirizado por altos índices de desigualdad y pobreza y por una violencia persistente de parte de grupos irregulares, hay un riesgo imprevisible, ya sea porque se produzca un retroceso a causa de la demagogia populista en relación con los logros alcanzados desde la instauración de un Estado social de derecho con la Constitución de 1991, ya sea porque se incite una permanente subversión de los que intentan destruir las instituciones vigentes o de los adversarios de la lucha contra la corrupción.

Marta De La Vega
@martadelavegav
Venezuela

LEANDRO AREA PEREIRA: LAS RELACIONES ENTRE COLOMBIA Y VENEZUELA. PRÓLOGO A UN RECIENTE LIBRO. DESDE VENEZUELA

Presentar el libro La Historia Secreta. Crisis en el golfo de Venezuela contada por sus protagonistas, de Jesús Aveledo Urdaneta, implica al menos una triple responsabilidad: la primera es la que tiene que ver con los que me escuchan o leen;

en segundo lugar, la que debo para con el amable autor, y la tercera, no menos importante que las anteriores, la que tengo para conmigo mismo.

Establecidas estas precisiones formales, informo que encontrará usted, cuando lea el libro, una narración a varias voces, ya verá lo que tiene de diversa, que Jesús Antonio Aveledo Urdaneta ha tenido a bien poner en nuestras manos con destreza e hilo de buen costurero.

Lo ha hecho de manera muy especial, vivida, diríamos que visual, con intenciones casi que cinematográficas, en la que se ponen en movimiento y relieve con documentos oficiales o no, unos ya conocidos y otros hasta ahora inéditos, o conversaciones personales con actores y voces fundamentales de la trama que aquí nos ocupa, eventos acaecidos entre el 9 y el 18 del mes de agosto de 1987. De ello hace tan solo 35 años que parecen más bien un siglo si nos atenemos a la velocidad y voracidad de los nuevos tiempos que nos toca vivir.

Estuvimos, Colombia y Venezuela en ese agosto de 1987 al borde de una guerra que no fue pero que pudo ser, entre naciones hermanas por desavenencias territoriales en el golfo de Venezuela, avivadas y llevadas a cabo arteramente desde determinados centros de poder.

Hombres, estrategias, máquinas, instituciones, países, se pusieron en movimiento intenso durante esos largos días, creando una tensión binacional e internacional de mediana envergadura, aunque no por ello menos significativa, comparada con otras entre las que destacan o se vienen a mi mente la de los misiles en Cuba en 1962 también conocida como “Crisis de los cohetes”, o la actual invasión que se ejecuta en territorio ucraniano por parte del gobierno ruso que ha puesto en vilo las reglas del orden internacional y encendido las alarmas de alerta en todo el mundo.

A los hechos aquí narrados y analizados por Jesús Aveledo, se les conoce con el nombre de la Crisis de la Corbeta Caldas o también el incidente del Caldas, que se analiza profusamente y con lujo de detalles en este trabajo que viene a complementar y enriquecer la bibliografía sobre el tema.

Vale la pena destacar a manera de ubicación de nuestras perspectivas, textos dentro de contextos, que los sucesos aquí reseñados ocurren en una época en la que la Unión Soviética está por terminar sus días, así como también la Guerra Fría. Para entonces, el papel y presencia de la URSS en las áreas del conflicto entre Venezuela y Colombia, que orbitaban casi que exclusivamente alrededor de los intereses del hegemón, los Estados Unidos, eran totalmente distintos a los actuales.

Hoy por hoy, en tiempos de pandemias, Rusia se involucra aceleradamente, con la anuencia activa de varias naciones y poderes de la región, en asuntos concernientes a nuestras economías y soberanías, inversiones militares e intereses políticos, es decir en áreas que hasta hace poco eran relativamente distantes a sus capacidades y ambiciones protagónicas y a nuestros gustos ideológicos.

La geopolítica de hoy es totalmente distinta a la de los años finales de la década de los 80 y las realidades o el contexto dentro del cual pudiera ocurrir un caso como el aquí narrado sería completamente distinto y sus consecuencias inimaginables.

¿Se regolfizaran las tensiones entre Colombia y Venezuela? Qué intereses pudieran estar detrás de tales aventuras; qué consecuencias mundiales tendrían dichos eventos; cuál es el nuevo mapa de las relaciones colombo-venezolanas; cuál es el papel que los Estados Unidos, Rusia y demás factores de poder pudieran jugar en una tensión como la vivida en 1987; qué lugar ocupa el Golfo de Venezuela dentro de las prioridades estratégicas del nuevo gobierno colombiano. Preguntas importantes para la reflexión, el estudio y la acción preventiva.

Una aclaratoria es pertinente. A pesar de que la obra en su presentación y contenido tiene una mirada fundamentalmente militar de los eventos, no hay que olvidar que una de las razones de esta circunstancia es que el padre del autor era para el momento de los hechos aquí analizados el General de División, Comandante general de la Fuerza Aérea Venezolana, Jesús Aveledo Penso a quien se rinde, como es natural, merecido homenaje filial en estas páginas.

No obstante, el autor presenta y defiende una perspectiva global e incluyente en la que asigna a cada actor su significación e importancia dentro de un ámbito de coordinación institucional y democrática, en concordancia con lo establecido en la Constitución Nacional de 1961 vigente para la época.

Bajo esas circunstancias, la jefatura y control político operativo de todas las acciones recaen en el Jefe del Estado, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, en este caso el para ese momento Presidente de Venezuela, doctor Jaime Lusinchi, que se sostuvo en tres pilares fundamentales, a saber, el brazo político e institucional, el diplomático y el militar. La soberanía reside en el pueblo y en sus representantes, no solo en una de las partes de la nación.

Así entonces nos apoyamos en el ámbito político y moral de la nación; en el diplomático cuya misión fundamental es la de buscar y preservar la paz, resolver conflictos con los demás países, entre ellos los vecinos, a través del diálogo y la conciliación; y el brazo armado, cuyo objetivo es el de prevenir y disuadir al oponente de cualquier ambición de irrumpir, más allá de los límites que la integridad territorial, la soberanía y la seguridad del Estado imponen. En suma, contra los intereses de la nación.

Por otra parte, hay que subrayarlo ya que tiene una connotación muy especial para el autor, el manejo y solución de la crisis se llevó a cabo dentro del Estado Democrático y de Derecho, y con la contundente fuerza esgrimida por Venezuela que se debió a una reacción coordinada y coherente del sistema político venezolano en su conjunto.

Dicho sistema operativo de decisión incluyó, ahora es distinto, a las instituciones propiamente dichas, así como también a los partidos políticos, las Fuerzas Armadas, sectores sociales, económicos, religiosos, académicos, medios de comunicación, y la opinión pública en general. A ello se agregó el juicio adecuado y efectivo de la comunidad internacional cuya prudente auctoritas desempeñó un papel extraordinario en el reforzamiento de los vínculos de hermandad latinoamericana y de integración regional, frente a apetitos bélicos.

No fue entonces exclusivamente un evento militar, sino un problema de Estado al que la nación como un todo encontró solución y frente a lo cual el Presidente de Colombia, Virgilio Barco, a fin de cuentas y no sin dificultades internas, se decidió por la paz y ordenó consecuentemente el retiro de las naves agresoras.

Toda crisis, como lo fue la originada por la incursión de la Corbeta ARC - Caldas en áreas marinas y submarinas indiscutiblemente venezolanas, se supera, lidiamos con ella pacíficamente o nos arrastra consigo.

En el caso de la experiencia histórica entre Colombia y Venezuela ha funcionado persistentemente la racionalidad por sobre los pasajeros brotes de histeria nacionalista y a veces xenófobos, pues hemos logrado superar cuantas situaciones difíciles se nos han presentado, sin haber llegado a un conflicto bélico.

Desde 1830, cuando ambas naciones decidieron separarse del sueño de El Libertador Simón Bolívar, La Gran Colombia, nuestros países han vivido ocasionalmente tiempos de tensión que hemos sabido superar a través de distintos mecanismos de acercamiento y comprensión mutua que de manera realista y exitosa han dado prioridad a lo que nos une, que es casi todo, más allá y por encima de lo que nos separa, que proviene siempre de manos infames, turbias y criminales. Lo que ocurre en Colombia repercute un Venezuela y viceversa. Somos vecinos interiores.

Es por eso mismo que lo que se narra en este libro, dentro de su singular y novedosa estructura, es tan importante y significativo. Las nuevas generaciones, tan distantes de los acontecimientos que aquí se explican tienen la oportunidad de acercarse a ellos y conocer de primera mano, narrado por algunos de sus principales actores, los detalles y circunstancias históricas, geográficas, políticas, militares y tantas veces personales, que generaron un conflicto que supimos resolver para bien pero que estuvo a punto de llevarnos al monstruoso escenario de una confrontación bélica que hubiera dejado huellas imborrables en la estructura emocional de ambas naciones.

Y este mensaje no es solo válido para venezolanos y colombianos sino para todo hombre de bien que aspire a la paz y el progreso en democracia, con respeto por los derechos humanos, frente a toda ambición hegemónica y dictatorial, hoy tan en boga, que pretende pisotear la condición humana y ciudadana de hombres y mujeres por doquier.

Este libro, apreciado lector, abre sus páginas al debate que se vive como una novela trepidante, en el mar, en el aire, en la tierra, en las instituciones y los hombres. Una crisis que se convirtió, hoy la vemos así, en una enseñanza para las nuevas generaciones. Para que no ocurra nuevamente. El autor del libro así nos lo demuestra y observa. Memoria imborrable de coraje, prudencia y respeto.

Leandro Area Pereira
leandro.area@gmail.com
@leandroarea
Venezuela

JESÚS ENRIQUE MATHEUS: 103 AÑOS DE LA MUERTE JOSE GREGORIO BEATIFICADO . DESDE VENEZUELA

José Gregorio Hernández, nuestro Beato está a la espera de la confirmación de su segundo milagro, para que la Congregación de los Santos en Roma validará que todo esté conforme al derecho canónico y procesal para el estudio de la causa de los milagros.

De acuerdo a monseñor Tulio Ramírez, ex vice postulador de la beatificación y actual Obispo de Guarenas, ha dicho: “creo que antes de octubre podemos tener resultados”, reconoció. Refirió que todo dependerá de la Congregación de los Santos, y de la opinión emitida por los distintos especialistas que verificarán el testimonio del presunto milagro, realizado por el médico de Isnotú, en Miami, estado de Florida, EUA.

De acuerdo con el arzobispo de Miami, Thomas Wenski, las actas fueron enviadas a Roma y si se verifica el milagro, la causa para su canonización pudiera avanzar. Con este paso se avanza en la Fase Romana para el posterior estudio por parte de la Comisión Médica. De comprobarse la intercesión divina del beato, es el Papa Francisco quien tiene la potestad de firmar el decreto y proclamarlo santo.

El cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, indicó en su reciente visita a Estados Unidos que ese segundo milagro estaba en fase de estudio. “Estamos recogiendo los datos para llevarlos a Roma y que allá lo estudien. Se trata de un señor que estaba dado por muerto, que estaba recluido por un problema renal y misteriosamente sanó”, adelantó desde Washington. Sin embargo, no se conocen más detalles del caso..

Recordemos que en la historia de los estudios médicos en Venezuela, existen tres fechas emblemáticas: Lorenzo Campins y Ballester en 1763 funda la primera cátedra para la enseñanza de la medicina en la entonces Real y Pontificia Universidad de Caracas (hoy Pontificia Universidad Católica Santa Rosa); Para 1827, luego del decreto del Libertador Simón Bolívar que da inicio a la UCV, el rector José María Vargas crea la Facultad de Medicina y, en 1891 funda el doctor José Gregorio Hernández los estudios experimentales de forma científica.

Y es que nuestro Beato era un verdadero filósofo, por su carácter reflexivo, era poseedor de un espíritu selecto, tenía un admirable sentido crítico, que lo hacía un pensador de alto vuelo. Para José Gregorio los grandes problemas de la humanidad no le eran ajenos. Su legado a la Filosofía contribución humanística quedó escrito en su obra Elementos de Filosofía (1912), donde expone la visión personal que tenía sobre el mundo y sobre las relaciones que vinculaban a los hombres entre ellos y con el Ser Supremo. Esta obra es un testimonio sobre las reflexiones más subjetivas del autor.

Pero además, José Gregorio tenía una singular metodología científica y un curioso espíritu, siempre ávido de la verdad, que siempre lo impulsaron desde el comienzo, al campo de la experimentación. El “médico de los pobres” comprobaba los hechos aprendidos en la teoría y ejecutados más tarde en escuelas extranjeras, y con los resultados obtenidos en nuestro medio, algunos de los cuales, como la numeración globular roja, en franca discrepancia con las cifras europeas, son presentadas por él, al Primer Congreso Médico Panamericano de Washington en 1892, demuestran su talante de importante científico. Son numerosos los aportes de Hernández a la ciencia. En 1893 publica en varios números de la Gaceta Médica y luego en un libro en 1906 su obra escrita quizás más importante, "Elementos de Bacteriología", calificado por los conocedores como prodigio de concisión y claridad y que representa el primer texto de esa especialidad presentado en el país[1].

Este humilde trujillano, nacido del matrimonio formado por Benigno Hernández y Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros nació el día 26 de octubre de 1864 en una comarca trujillana, Isnotú, al que bautizaron a comienzos del año siguiente, en enero en la Iglesia del Niño Jesús de Escuque y que llamaron José Gregorio, estaba predestinado a realizar una loable labor evangelizadora a través de la Medicina..

Su padre se dedicaba al comercio y su madre a las labores del hogar. Por línea materna este niño descendía del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros quien fue confesor de la reina Isabel, La Católica, fundador de la universidad de Alcalá y un gran propugnador de la cultura en su época. Por el lado paterno José Gregorio se emparentaba con Francisco Luís Febres Cordero Muñoz, eminente educador y escritor, miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, y correspondiente de la Real Academia de la Lengua Española.

Su madre, una mujer muy devota falleció cuando él tan solo tenía ocho años pero dejó impregnada en la personalidad del infante una fuerte religiosidad. Su primer maestro, Pedro Celestino Sánchez quien regentaba una escuela privada en Isnotú, notaría muy pronto las habilidades e inteligencia del pequeño, quien le recomendó a su padre, que lo enviara a la capital de la república.

Con trece años cumplidos JGH llega a Caracas y es inscrito en el colegio Villegas, allí obtiene en 1884 el título de bachiller en Filosofía. Cuenta Guillermo Tell Villegas regente del famoso colegio que José Gregorio era poco dado a jugar con sus compañeros y prefería pasar el tiempo libre en compañía de libros. A corta edad ya conocía a los clásicos y se auto impuso con mucha disciplina la obtención de una vasta cultura enciclopédica.

En la UCV

A los 17 años ingresa a la Universidad Central de Venezuela para estudiar leyes pero el padre conociendo la natural inclinación de su hijo por ayudar a los demás lo anima a emprender la carrera de Medicina, este lo hace ingresando por Biología. Al graduarse de médico el 29 de junio de 1888, José Gregorio Hernández era reconocido por sus inconmensurables conocimientos. Hablaba inglés, francés, portugués, alemán e italiano y dominaba el latín; era filósofo, músico y tenía además profundos conocimientos de teología. Para cumplir con el requisito académico de ejercer los primeros años en la provincia se traslada por un año a la región andina radicándose en su pueblo natal, Isnotú. El 30 de julio de 1889 regresa a la capital para dar comienzo a una brillante labor científica. Ese mismo año el Presidente de la República, Dr. Juan Pablo Rojas Paúl decide enviarlo a hacer el postgrado en las universidades de París y Berlín con el objetivo de que estudiara teoría y práctica en las especialidades de microscopia, histología normal y patológica, bacteriología y fisiología experimental; para tal fin le fue otorgada una beca de 600 bolívares mensuales.

Cuando estaba en Europa fallece su padre quien le deja en herencia algunos bienes que él de manera desprendida decide traspasar por completo a los hijos de su hermana Sofía. Regresa en 1891 para dedicarse a enseñar todo lo que había aprendido por lo que funda algunas importantes cátedras en la Universidad Central de Venezuela y trae el primer microscopio. Su prestigio aumenta cada día más.

Hermano Marcelo

En 1907 con 43 años cumplidos y luego de haber prestado importantes servicios a su patria, el Dr. José Gregorio Hernández conversa con el arzobispo de Caracas, el padre Juan Bautista Castro, y decide por su vocación sacerdotal. Viaja a Italia, al convento de la orden de San Bruno en La Cartuja de Farneta cercana al pueblito de Lucca. Fue aceptado bajo el nombre de Hermano Marcelo y le fue asignada una de las celdas donde debía observar rigurosas normas y someter al cuerpo a constantes mortificaciones.

Entre estas estaba no comer o beber por días enteros, evitar el contacto con otros seres humanos incluyendo a sus hermanos religiosos, además de soportar temperaturas de varios grados bajo cero, no podía procurarse ninguna forma de calor mientras estuviese en la celda como novicio.

Todo esto llevó a que el ahora Fray Marcelo, pese a estar espiritualmente motivado a continuar tuviera que desistir pues su salud se vio gravemente comprometida.

El padre superior D. Rene, considero entonces prudente el que Fray Marcelo volviera a ser el seglar José Gregorio Hernández y que regresara por unos años a Venezuela hasta que recuperara totalmente su salud.

Esta fue la razón, y contra su voluntad, que se vio precisado a dejar los hábitos y a abandonar la Cartuja de Farneta nueve meses después de haber ingresado en ella.

El Médico de los pobres

De vuelta en Caracas fue nombrado Jefe del Laboratorio del Hospital Vargas, al final luego de dos nuevos intentos por dedicarse de lleno a la vida monástica tuvo que desistir por su debilidad corporal; decidió entonces llevar una vida simple y en oración al lado de su hermana Isolina y ayudando como médico a sus pacientes más necesitados, era el comienzo del “médico de los pobres”.

El domingo 29 de junio de 1919 cuando se cumplían 31 años de su graduación como Médico Cirujano, un lamentable accidente le quitó la vida.

Fatídico día

Aquel domingo 29 de junio de 1919 amaneció de rutina en el número 3 de San Andrés a Desbarrancados, vivienda de la familia Hernández. José Gregorio se levantó a las cinco y como era su costumbre rezó el Ángelus. Al terminar encaminó sus pasos a la vecina iglesia de la Divina Pastora con la intención de oír misa y comulgarse.

Cercano al Waraira Repano (Cerro Ávila) que separa a Caracas del mar, La Pastora era por entonces el lugar preferido de las familias por la tranquilidad y su clima siempre agradable. Por las calles estrechas se oía el armónico paso de las recuas de mulas cargadas de mercancía que los arrieros llevaban al centro de la ciudad y de cuando en cuando pasaba algún tranvía que llevaba pasajeros hasta El Paraíso haciendo escala en la Plaza Bolívar.

Al salir de misa y aprovechando que era domingo, José Gregorio Hernández se fue a visitar a algunos de sus pacientes en la zona; luego regresó a casa donde su hermana Isolina lo esperaba con el desayuno, metódico como era organizó su consultorio y se fue a pasar revista a otro grupo de pacientes, labor que acometía cuando no tenía que dar clases en la universidad. Al cumplir con cada una de las visitas volvió para tomar un baño y a las 12 en punto del mediodía rezó nuevamente el Ángelus.

Le fue servido un almuerzo compuesto de sopa, legumbres, arroz y carne que acompañó con un refresco de guanábana, al acabarlo se sentó a reposar en la silla mecedora que tenía para atender a sus pacientes; allí seguramente pensó en el cercano viaje a Curazao que tenía proyectado con su familia. Esa misma tarde ultimaría los detalles con sus hermanos y sobrinos.

Cerca de las dos llegó alguien para avisarle que una anciana se encontraba gravemente enferma, El doctor tomó su sombrero y con paso apresurado se fue al encuentro con la dama que vivía entre las esquinas de Amadores y Cardones, luego de auscultar a la señora y viendo que era muy pobre decidió ir a comprarle el medicamento que le había recetado, para ello se acercó hasta la farmacia de los Amadores. Al salir con las medicinas para entregarlas a la anciana, el Dr. José Gregorio vio que había un tranvía estacionado justo al lado de la farmacia y apurado como estaba por el estado de la paciente cruzó la calle sin mirar a los lados.

Angelina Páez quien habitaba en el número 29 de Amadores a Guanábano fue testigo de excepción. Estaba asomada a la ventana de su casa al momento de ocurrir el accidente. En su relato contaría que al momento de ser impactado por el vehículo, José Gregorio exclamó: ¡Virgen Santísima! Y de inmediato cayó contra el poste.

Como causa de la muerte se señaló fractura en la base del cráneo. El velatorio que en un primer momento la familia decidió realizar en la casa número 57 de Tienda Honda a Puente Trinidad terminó llevándose a afecto en el paraninfo de la Universidad Central de Venezuela donde miles de caraqueños acudieron a rendir sus respetos al querido y admirado médico. Comenzaba un sentimiento nacional por el médico de los pobres.

Su fama como filántropo y su conocida vocación religiosa quedó para siempre en el sentir del pueblo que le rinde culto y veneración atribuyéndole numerosos milagros ya no solo en Venezuela sino también en otros países de América Latina.

En 1949, hace 73 años, el Vaticano abrió un proceso de canonización y en 1986 le otorgó el grado de Venerable. El pasado 30 de abril se cumplió el primer año de su beatificación, ahora estamos a la espera de su canonización

JGH es considerado el impulsor y pionero de la verdadera docencia científica y pedagógica. Coloreó y cultivó microbios e hizo conocer la teoría celular de Virchow. Fisiólogo y biólogo, conocía a fondo la física, la química y las matemáticas. Era músico, filósofo y poeta. Puntual en el cumplimiento de sus deberes de docencia. Vivió el carisma y la vida de San Francisco de Asís, reconociendo en el pobre a la persona de Cristo sufriente, a quien sirvió a través de sus pacientes, dando lo mejor de él sin importar altas horas de la noche o condiciones climáticas adversas. Ahora a esperar de este segundo milagro que lo eleve como Santo a las alturas, que así sea.

[1] 8. Hernández JG. Lecciones de bacteriología. Gac Méd Caracas. 1893-94;1(11):53-54, 1(14):77-78, 1(9):73-74, 1(5):42-43, 1(6):48-49, 1(18):107-108. --

Jesús Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
Venezuela

OMAR ÁVILA: HAGAMOS POLITICA. DESDE VENEZUELA

Recientemente se llevaron a cabo varios procesos electorales, en los que desde Unidad Visión Venezuela celebramos la alternancia, tal como ocurrió en Colombia y en Andalucía; coloco este par de ejemplos solo para destacar que la democracia es más importante que nuestras preferencias ideológicas.

En lo personal, -en el caso de la hermana República de Colombia-, no tenía preferencia ni por Gustavo Petro, ni por Rodolfo Hernández, sin embargo lo que hay que resaltar sin lugar a dudas es la solidez institucional y la conciencia democrática de los colombianos.

De igual manera, hay que enfatizar que es otro cambio que se logra a través del sufragio y no de las balas.

Como lo escribí en mi artículo del pasado 06 de junio que titulé: Colombia decide “para bien o para mal, a través del voto los ciudadanos en Latinoamérica están expresando su malestar en relación al desempeño de las élites políticas tradicionales. Reflejo de una crisis profunda, y también una oportunidad de repensar la democracia”.

No puede ser que cuando pierden elecciones es culpa del pueblo y no de sus errores políticos. En política hay que aprender a ganar, pero también a perder, y con ello viene la rectificación, razón por la cual urge una reingeniería de la sociedad democrática en la Región.

No se puede ser tan básico –por decir lo menos- a la hora de analizar el triunfo, que como es de izquierda es comunista. La verdad es que no toda la izquierda o socialismo es autoritario, como tampoco toda la derecha o los conservacionistas son fascistas.

Tampoco se pueden encender las alarmas, solo por el hecho de que Petro haya sido guerrillero; o es que acaso Teodoro Petkoff y José “Pepe” Mujica no fueron guerrilleros. La verdad es que ambos tuvieron buenas gestiones y son recordados como personas honestas.

El presidente electo de Colombia Gustavo Petro se convirtió no solo en el presidente más votado en la historia de ese país, sino que además por primera vez la izquierda llega al poder –vale acotar- que logra conseguir la presidencia en su tercer intento, pero además tiene experiencia de gobierno bajo reglas democráticas, por lo que es muy temprano para adelantarse a cómo gobernará. No se pueden clasificar a todos los países en los que gobierna la izquierda con la situación que vivimos en Venezuela. Son contextos, sociedades e instituciones distintas. En fin, si seguimos en la dicotomía populismo de izquierda vs derecha, continuaremos perdidos.

Nosotros aplaudimos la invitación que le hiciera el primer mandatario colombiano al gobierno de Venezuela a que reabra la frontera, medida que una vez se restituyan formalmente las relaciones diplomáticas van a permitir –entre otras cosas- reabrir los consulados para satisfacer necesidades de colombianos viviendo en Venezuela y viceversa, venezolanos viviendo en Colombia. Además el restablecimiento del comercio entre las dos naciones, lo cual redundaría en beneficios para ambos pueblos. Así como los vuelos comerciales forman parte de esa dinámica económica que se debe comenzar a propulsar.



Para finalizar, debo decir que a los colombianos que no les guste Petro, tienen 4 años para prepararse, trabajar y derrotarlo en las elecciones presidenciales del 2026, así como a los que no queremos a Maduro, nos quedan 2 años para unirnos, organizarnos y presentarle una propuesta al país, que logre conectarnos con esa mayoría que quiere un cambio, y así evitar de manera pacífica, constitucional y democrática a través de la única arma que tenemos los demócratas (el voto) que sea reelecto.

Omar Avila
oavila1973@gmail.com
@omaravila2010
Diputado a la AN
Secretario General de
Unidad Visión Venezuela
Venezuela

GERMÁN GIL RICO: ACECHADOS POR LA HAMBRUNA. DESDE VENEZUELA

La hambruna y la pandemia han perseguido a la humanidad, desde que la planta del primer neandertal hoyó el suelo del globo terráqueo. Están adheridas a ella como la cola al perro, por eso no han desaparecido. Forman parte del entorno humano y tenemos que cargar con ellas. No desaparecen, solo mutan. Con diferentes empaques y modalidades reaparecen para copar espacios que se creyó haber sido liberados y, con brutal ferocidad, atacan a muerte. Los orígenes diversos y el mimetismo les permite cambiar de identidad, tal como hacen los terroristas para preservarse y garantizar la continuidad del accionar destructivo de la organización a la cual pertenecen, ocultos en cambuchos, fuera del foco de los organismos de seguridad.

Las hambrunas, como las pestes tienen diferentes orígenes. Las pestes que son transmitidas a los humanos por agentes como la pulga o el mosquito, requieren de la acción gubernamental para mantenerlas a raya, mediante el saneamiento de espacios que sirven de viveros a los insectos, y con campañas de inmunización colectiva. No se ha comprobado que, en tiempos de paz, un gobierno diseminara virus de peste alguna, usándolo como arma, para diezmar la población, contraer la actividad económica del país vecino y proceder a su ocupación. Pero es notoria la negligencia culpable en la falta de control, vacunación y eliminación de los agentes trasmisores, en países oprimidos por la férula comunista. En Venezuela han reaparecido el paludismo, la varicela y la tuberculosis, escoltados por la anquilostomiasis responsable de la mortalidad infantil.

En cuanto a las hambrunas, existen abundantes pruebas de la vesania criminal de los gobernantes comunistas y sus derivados socialcomunistas de haber condenado a morir por hambre, tanto a sus connacionales como a los habitantes del país que mantienen aplastado con sus botas tintas en sangre y a los del que pretenden anexarse. Lo demuestra el homolodomor, con el cual el gobierno comunista ruso asesinó 6 millones ucranianos en 1932-33.

Venezuela sufrió una prolongada hambruna, producto de 100 años de guerras que comenzaron con la de la Independencia y culminaron el de Julio de 1903, cuando el Ejército Nacional derrotó, en Ciudad Bolívar, al Ejército de la Revolución Liberal Restauradora. A partir de esa fecha, la nación comenzó a trepar la empinada cuesta de la reconstrucción política, económica y social, pero atada al dogal asido por la férrea mano de tirano Juan Vicente Gómez hasta su muerte en 1935. Fue en 1936 cuando comenzó un tímido proceso de democratización, que incluyó batidas de saneamiento ambiental, apertura de frentes de trabajo y escuelas nocturnas de educación primaria para los trabajadores. En 1945, derrocado el último exponente de la zaga militar andina, comenzó el crecimiento económico, social y cultural sostenido que, a pesar de la dictadura militar entre 1948-1958, se mantuvo fructífero en muchas actividades humanas. En 1998 un chafarote socialcomunista, teniente-coronel Hugo Chávez, fue electo Presidente de la República. No tomó posesión, asaltó el poder y emprendió el retroceso del país a 100 kilómetros por hora y sin espejo retrovisor.

La segunda década de este siglo está siendo calamitosa. Inició con la pandemia que se mantiene activa y mutante, cobrando vidas y dañando el desempeño económico-social del país. Como las desgracias no andan solas, se teme una hambruna mundial desencadenada por la “Guerra de Putin” en Ucrania, para “gloria” del imperial expansionismo Ruso.

En Venezuela más del 60% no come tres veces al día y eso es pasar hambre, cerquita de la hambruna. Disminuida su capacidad productiva, efecto de las expropiaciones que echaron fuera de sus fronteras cerca de 6 millones de sus habitantes, saldrá de la pandemia en estado preagónico.

¿Cuántos morirán de hambre si somos atrapados por la acechante hambruna.

German Gil Rico
@gergilrico
Miranda - Venezuela

ROMÁN IBARRA:PRIMEROS PASOS. DESDE VENEZUELA

El triunfo del nuevo Presidente colombiano, Gustavo Petro, ha despertado todo tipo de comentarios entre los vinculados a la política, y también entre quienes opinan desde su particular visión de la vida e intereses.

Los colombianos de manera mayoritaria decidieron libremente en segunda vuelta por la opción de Petro, y afortunadamente para los fines de la seriedad y la gobernabilidad, fue reconocido de inmediato, tanto por el contendor derrotado Rodolfo Hernández, como por el resto de los factores políticos que hacen vida en la hermana República.

Tanto el Presidente Duque, como los ex presidentes Uribe, y Santos, felicitaron como corresponde en democracia al ganador, y han estado reuniéndose con el Presidente electo, el primero para organizar las comisiones de enlace que hagan entrega del poder al nuevo gobierno en la fecha prevista, y los otros, para intercambiar opiniones acerca del destino que a todos les preocupa. En nuestra opinión, eso es lo correcto, no solo por la cordialidad, sino para ofrecer alternativas para el sostenimiento de las instituciones democráticas.

Todo lo demás, acerca de su pasado guerrillero ya no cuenta en esta hora, porque se acogió al sistema, y este lo asumió; razón por la cual, debe acatarse su participación y su triunfo.

Todo va a depender de la intención verdadera que traiga Petro, y eso solo se verá en el desempeño de su cargo. El interés general de los colombianos debe ser la preservación del sistema democrático, y que el nuevo gobierno cumpla con la redención social prometida en campaña.

No olvidemos la separación de poderes, y en este caso él va a representar uno muy importante como es el ejecutivo, como jefe del Estado y del Gobierno; jefe supremo de las Fuerzas Armadas; jefe responsable de las relaciones exteriores, de la política interior, y de la Hacienda nacional. Tareas todas complejas, que por competencias constitucionales le corresponden como prerrogativas.

Menuda tarea la de los Presidentes, de manera que lo se impone de entrada es un amplio espíritu de colaboración entre poderes, a objeto de la consecución de los fines del Estado, y la tranquilidad de todos los colombianos.

El anuncio de conversaciones con el gobierno del Presidente Maduro para retomar las relaciones diplomáticas, y comerciales entre ambas naciones es un excelente mensaje inicial, porque ya basta de la diatriba en materia política y diplomática entre vecinos, y especialmente, porque del comercio binacional a lo largo de más de 2,000 kilómetros de frontera dependen muchas empresas y ciudadanos de ambos países.

Otro hallazgo interesante desde el triunfo de Petro, es que la guerrilla del ELN ha anunciado su disposición a negociar con el nuevo gobierno, lo cual, podría contribuir -con las garantías internacionales del caso- a abrir nuevas posibilidades para la gobernabilidad de Colombia.

Apostar por la paz, y el buen desempeño democrático en Colombia, es un deber de todos, y para lograrlo, los colombianos en primer lugar, vecinos de la región, y los interesados en el desarrollo del hemisferio y del mundo, debemos contribuir.

Tiene una gran oportunidad Petro de demostrar que las etiquetas de ex guerrillero, son parte del pasado, y garantizar entonces que está preparado para gobernar a todos los colombianos, y no solo para sus socios partidistas, donde no faltarán presiones obviamente.

Ahora es cuando viene la parte difícil del trabajo para Petro: gobernar!

No es lo mismo hacer promesas de campaña, que cumplir; pero la sociedad organizada en partidos; gremios; sindicatos, así como la gente común y los medios están para recordar la necesidad del cumplimiento de esas promesas.

Suerte para los colombianos en esta nueva empresa, y ojalá haya desarrollo y progreso en paz. Más de 60 años en guerra son más que suficientes. Nuestros mejores deseos por la paz y la felicidad de Colombia.

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela