sábado, 2 de mayo de 2020

ACTUALIZACIÓN, NACIONALES, EL REPUBLICANO LIBERAL II, DOMINGO 03/05/2020

MIBELIS ACEVEDO DONÍS, EXCEPCIÓN Y OPORTUNIDAD

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 4 minutos
Llevamos años escuchando a los economistas decir que “en economía, siempre se puede estar peor”. En efecto -y justo cuando se avistaban pálidas señales de liberalización que vendrían a corregir algunas de las muchas distorsiones que ha encajado el socialismo del siglo XXI- el curso del declive venezolano confirma de la manera más brutal posible que todavía quedan sótanos por inaugurar. La tremebunda crisis de base –inseguridad alimentaria, hiperinflación, destrucción del aparato productivo, colapso de servicios públicos, entre otras muescas- agudizada por los efectos globales de la... más »

TRINO MÁRQUEZ, EL GOBIERNO NI APRENDE, NI OLVIDA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 12 minutos
A la memoria de Emeterio Gómez, buen amigo e intelectual infatigable. Teodoro Petkoff solía decir que los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro eran como los Borbones: ni aprenden, ni olvidan. Tenía razón el agudo Teodoro. Maduro persiste en unos errores que desconciertan, no porque de él y la gente que lo rodea no pueda esperarse cualquier cosa, no importa cuán extravagante, ilógica o disparatada sea; sino porque regresaron con furia a los controles de precio y a la política económica represiva, luego de haberse anotado algunos pequeños logros desde que se hicieron los des... más »

LEONARDO MORALES P., DEL MITO A LA POSVERDAD

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 23 minutos
Algunos suelen afirmar que los políticos siempre andan en la búsqueda de un mito que contribuya a fortalecer posiciones y las ideas de sus respectivas corrientes políticas. De modo que si al hecho al que recurren, que debe corresponder a un pasado remoto, está cargado de alguna gesta heroica mucho mejor y si, además, el evento es muy difuso, impreciso y verosímil, entonces el mandado está hecho. La sociedad venezolana en algo se parece a esos seres encadenados que Platón describe en el Mito de las Cavernas; apenas pueden presumir observar una realidad superficial, sombras falaces q... más »

ENRIQUE PRIETO SILVA, LECCION DEL COVID-19 PARA GENERALES

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 27 minutos
Después de publicar el artículo “los generales de hoy”; cuando dijimos: “…basta ya de escuchar la expresión: ¡Un general de los de antes!, por menosprecio a ¡la generalidad!...”, varios lectores asumieron un pedante rol de críticos burlescos, que no solo trataron de ridiculizar nuestra expresión, sino que nos tildaron de disquisidores mediáticos, algo así como revoltosos de las letras; no obstante, creemos que tienen razón, por cuanto nuestra idea siempre tiende a encontrar el contenido ideológico de los hechos, dejando de lado tanto los pesimismos consecuentes, como los maximismos... más »

JESUS ALEXIS GONZALEZ PONCE, ¿DOLARIZACIÓN?

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 32 minutos
La dolarización hace referencia a un proceso mediante el cual, el dólar USA es adoptado por un país de forma oficial como su moneda de curso legal (aceptada como medio de pago)adquiriendo un status exclusivo para realizar transacciones; al tiempo de cumplir las funciones de reserva de valor (sirve para conservar el poder adquisitivo a lo largo del tiempo)y de unidad de cuenta (expresa el valor de los bienes y servicios), así como de facilitar la información vinculada a los precios relativos (precio de un bien, expresado en términos de otro bien); siendo que la moneda nacional (p.ej... más »

OMAR A. ÁVILA H., EL PAÍS ES MÁS QUE UN HOMBRE O GRUPO

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 48 minutos
Por muchos años escuchamos decir que Venezuela era un país rico porque tenía petróleo. Una de las críticas que hacía Chávez a la mal llamada “Cuarta República” era lo referente al rentismo petrolero, lo que suponía un cambio de paradigma. Lamentablemente, eso no sucedió. Por el contrario, Venezuela se hizo cada vez más dependiente del petróleo, Chávez y los venezolanos se “emborracharon” con la última bonanza petrolera y se afianzó aún más el rentismo. Con la caída del ingreso petrolero, sus herederos, conservaron el mismo sistema rentístico y se dedicaron a la voraz y ecocida in... más »


MIBELIS ACEVEDO DONÍS, EXCEPCIÓN Y OPORTUNIDAD

Llevamos años escuchando a los economistas decir que “en economía, siempre se puede estar peor”. En efecto -y justo cuando se avistaban pálidas señales de liberalización que vendrían a corregir algunas de las muchas distorsiones que ha encajado el socialismo del siglo XXI- el curso del declive venezolano confirma de la manera más brutal posible que todavía quedan sótanos por inaugurar. La tremebunda crisis de base –inseguridad alimentaria, hiperinflación, destrucción del aparato productivo, colapso de servicios públicos, entre otras muescas- agudizada por los efectos globales de la pandemia, nos recuerda que al imprevisto nunca se le puede desatender, por más arduo que sea el cálculo de su irrupción y alcance. Y que cuando interfiere con ciertos planes -como esa “niebla de la guerra” que, según Von Clausewitz, enturbia la mira de estrategas y tulle a ejércitos frente al enemigo que no logran precisar- lo justo es detenerse a trazar nuevas movidas, en especial si la vida de las personas depende enteramente de ello.

Las reacciones hacia lo interno, empero, distan de esa flexibilización, de ese reacomodo a nuevos paradigmas que, básicamente, anuncian la marcha a ciegas a través de un campo atestado de inéditas, aleatorias tarascas. En la medida en que la situación se enreda para un gobierno que, aún con poder de facto, ya no podía sino reaccionar anémicamente a las demandas más básicas de la población; en tanto la caída de precios del petróleo (cuya comercialización, la de los exiguos 660 mil b/d que hoy se extraen, está restringida por las sanciones) hace apenas viable el negocio, y la falta de gasolina retrata de cuerpo entero el calado del destrozo en Pdvsa (¿la salvará una reestructuración que la lanza en brazos de Moscú?), en otros cotos parece avivarse la fatua candela del “mientras peor, mejor”.

Erizos y zorros

Así no faltan quienes en medio de un incendio que demanda gestión oportuna y ad hoc, y a espaldas del costo que implica no saber leer el momento, insisten en no alterar la linealidad de la estrategia vigente antes de la llegada del Covid-19. Menguas del juicio político, diría Isaiah Berlin. Y con ello, incapacidad para asimilar la complejidad y sus matices, “erizos” aferrados a una visión limitada de la solución en lugar de pragmáticos “zorros” dispuestos a dudar de sí mismos e incorporar el agobio del azar, el peso de la fricción en sus cuentas.

En virtud de esa mirada que parece no inmutarse ante el infierno recrudecido, que desde un bonito flyer se limita a pedir “más acorralamiento” para los jerarcas mientras el resto del mundo forcejea con sus propias distopías, la política interna es apenas un eco lejano. En la arena donde ayer se alzaban dos claros antagonistas, hoy no vemos mucho más que a un maltrecho gobierno peleando con su sombra, haciéndolo todo mal, cada vez peor, pero prácticamente sin muros de contención ni rivales que logren atajarlo. La gestión de la pandemia ya otorga grueso protagonismo a quien estruja como puede –y porque puede- la oportunidad. 

Entretanto, la “sagaz” contraofensiva que plantean sectores radicalizados es esperar a que este caiga por su propio peso, fiarse de que “los impulsos, cuando menos imprevisibles, de Trump” -Felipe González dixit- apuren la rendición; o que finalmente sea un estallido social “liberador” (y en pleno auge del ciclo de contagio) lo que acabe con dos décadas de entronización, abuso, expoliación, privación del ethos democrático, vocación para la represión y hegemonización del espacio político doméstico.

¿Cólera purificadora?

La protesta no se ha hecho esperar, es cierto. Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social se registraron más de 500 protestas en el país durante las tres primeras semanas de abril, amén de saqueos a transportes de alimentos y comercios. La contracción de la actividad económica informal por causa de la cuarentena pone a sectores vulnerables al borde de un barranco muy nítido. 

No obstante, cuesta creer que esa misma población famélica, desangrada, amenazada por el virus y sin coordenadas políticas, armará una suerte de mesnada capaz de poner contra las cuerdas a un régimen presto a usar la fuerza para desbaratarla. 

Como ya observaba Huntington en 1968, no son precisamente sociedades hambreadas las que favorecen movilizaciones tendientes al cambio, sino las tocadas por aquellas bondades de la modernización (sociedades con antagonismos de clase pero en “evidente auge económico” afina Crane Brinton) que amplían la conciencia política, multiplican las demandas de los diferentes sectores sociales y ensanchan su participación.

El mito revolucionario de la violencia como “partera de la historia” podría toparse en este tiempo con espléndidas refutaciones. No hay fuelle para esa “cólera purificadora” y sí necesidad de un liderazgo que trascienda la inane crítica al establishment, que busque formas de responder idónea y constructivamente a la genuina emergencia, una que lleva a las personas a pedir ser atendidas, no instrumentalizadas, en el marco de cierta ponderación.

Actúo; luego, existo

La excepción, claro, beneficia a autoritarismos persuadidos de su facultad para embestir la norma. Sin embargo, el gobierno de Maduro no luce tan cómodo: así, apela a nuevos enroques, resucita inoperantes controles de precio, tantea privatizaciones in-extremis, se ensaña contra la disidencia al tiempo que pide “cese al fuego” y acuerdos humanitarios; se victimiza, redobla sus ataques al “imperio”, dispone erráticamente, acusa el golpe de tanta torpeza acumulada. Pero sus extravíos parecen hacerle menos mella en virtud del baile en solitario, de respuestas que demonizan la cooperación de actores locales y dejan el devenir a merced de trances ajenos a nuestra diligencia. Lo más grave: sabemos que la ruta de una “destrucción mutuamente asegurada” y soportada por la inacción, sólo garantizará daños a una población a la que la pandemia impone su ultimátum.

Cabe preguntar, entonces: si habilitar una negociación -como ahora plantea EEUU- depende del debilitamiento del otrora irreductible adversario, ¿por qué no explorar la zona de oportunidad, ensayar nuevos clivajes, rendir al máximo la reducción de la asimetría y abogar por condiciones que, dada la sombría proyección de la post-pandemia, sigan abonando al interés general; y hacer política, aún en condiciones excepcionales? Una respuesta a la altura de las circunstancias sin duda acreditará a esos actores, restituirá su activa visibilidad en medio de escenarios donde, más que nunca, los medios prometen condicionar los fines.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis

TRINO MÁRQUEZ, EL GOBIERNO NI APRENDE, NI OLVIDA

A la memoria de Emeterio Gómez, buen amigo e intelectual infatigable.

Teodoro Petkoff solía decir que los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro eran como los Borbones: ni aprenden, ni olvidan. Tenía razón el agudo Teodoro.

Maduro persiste en unos errores que desconciertan, no porque de él y la gente que lo rodea no pueda esperarse cualquier cosa, no importa cuán extravagante, ilógica o disparatada sea; sino porque regresaron con furia a los controles de precio y a la política económica represiva, luego de haberse anotado algunos pequeños logros desde que se hicieron los desentendidos con las regulaciones paranoides. 

Desaparecieron las largas colas en los supermercados. Dejaron de utilizarse las humillantes máquinas biométricas. Aparecieron los productos de primera necesidad y de consumo masivo. Los anaqueles dejaron de estar poblados sólo de refrescos o de los productos que abundaban según la ocasión. El mercado negro se blanqueó y los bachaqueros dejaron de ser el eslabón más importante de la cadena de comercialización. Las empresas productoras de alimentos agroindustriales y algunas actividades agrícolas se reanimaron levemente. El año pasado terminó y este comenzó en medio de una tenue burbuja, que le dio un respiro al régimen, luego de años de fracasos por los controles inútiles e inconvenientes que aplicaba. 

Daba la impresión de que los responsables de diseñar e instrumentar las políticas económicas habían dejado de funcionar desde los sótanos del Sebin y habían subido a alguna oficina ubicada en una terraza a plena luz del sol y bien ventilada.

Ahora vuelven a las medidas compulsivas. La ocupación de Alimentos Polar, Plumrose y Distribuidora Capital (Coposa), ubicada en el estado Portuguesa, podría ser el inicio de una nueva jornada de ataques sistemáticos a la empresa privada. ¿Por qué toman medidas tan desatinadas si saben que se repetirá la vieja historia de la escasez, el desabastecimiento, la inflación, las colas interminables y todo el ciclo infernal que conocemos? ¿Qué impulsa al régimen a perpetrar actos tan insensatos en medio de un cuadro en el cual los empresarios particulares y los trabajadores realizan gigantescos esfuerzos por mantener en pie unas fábricas acosadas por la crisis global desatada por el Covid-19 y por los factores internos –escasez de divisas, falta de electricidad, gasolina, transporte, agua- que la agravan?

La respuesta podría ser que el componente comunista y, en consecuencia, autoritario del gobierno sigue siendo el predominante y el que dicta las medidas adoptadas por Maduro y su gente más cercana. Conforman estos una mezcla compuesta de fidelismo, maoísmo y cheguevarismo. La burocracia del Estado posee una autoridad incuestionable y omnipotente, que le permite dominar las leyes que determinan la oferta, la demanda y la conformación de los precios. La economía gobernada por decretos es típica del intervenciosmo, mil veces fracasado. El dogmatismo estatista no cambia con facilidad. Ni siquiera los éxitos lo modifican.

Maduro debe de estar pensando que en Venezuela es posible un estallido social en gran escala, debido al incremento tan acelerado de los precios en medio de la pandemia y a la caída de los ingresos petroleros, que le impiden aplicar una política expansiva del gasto social. Ese temor lo empuja a retornar al viejo patrón del control de precios y la ocupación de empresas. Las gríngolas ideológicas le impiden ver que esa es la forma más agresiva de crear un clima de desconfianza, temor e incertidumbre, factores que conspiran contra la posibilidad de enfrentar con éxito los desafíos que la actual coyuntura y el futuro plantean. La ocupación de empresas encalló en el pasado y volverá a seguir la misma trayectoria. Todas las empresas estatizadas o intervenidas temporal o indefinidamente, han terminado quebrando y siendo un lastre para el Estado y el país. Allí están la Cantv, Movilnet, La Electricidad de Caracas. Sidor, Agroisleña, Café Fama de América. La lista es demasiado larga y preocupante.

Si Empresas Polar, Plumrose y Coposa son finalmente estatizadas, el país se colocará muy cerca del desabastecimiento generalizado de los productos que esas firmas fabrican. Ese sí sería un peligro enorme. Llevaría a la nación a unos niveles de descontento e irritación difíciles de contener, aunque todo el andamiaje represivo construido por el madurismo se alinee para someterlos.

Maduro debería corregir la política económica coercitiva, abrirse al diálogo y a la cooperación con los empresarios y sindicatos que han logrado sobrevivir. Tendría que restablecer la seguridad jurídica y los derechos de propiedad. Sería ese un mensaje positivo al país y a la comunidad internacional, que tanto lo desprecia y aísla. Pero, no lo hará. Teodoro habría dicho: es como los Borbones.

Trino Marquez Cegarra
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc

LEONARDO MORALES P., DEL MITO A LA POSVERDAD

Algunos suelen afirmar que los políticos siempre andan en la búsqueda de un mito que contribuya a fortalecer posiciones y las ideas de sus respectivas corrientes políticas. De modo que si al hecho al que recurren, que debe corresponder a un pasado remoto, está cargado de alguna gesta heroica mucho mejor y si, además, el evento es muy difuso, impreciso y verosímil, entonces el mandado está hecho.

La sociedad venezolana en algo se parece a esos seres encadenados que Platón describe en el Mito de las Cavernas; apenas pueden presumir observar una realidad superficial, sombras falaces que no les permiten apreciar con exactitud la realidad. Así ha venido transcurriendo la vida del venezolano; de un lado, esperan verse reivindicado por el socialismo y, por otro, esperan una patada histórica que eyecte del poder a Maduro. Del “Chávez vive” al “Vamos bien”, del “País potencia” a “Es ahora.”

No votes

Unos de los más inútiles esfuerzos por crear una verdad fue la de torpedear la participación electoral en el 2018. Los teóricos del Oeste junto a unos que suelen autodenominarse dirigentes construyeron una ficción, respecto de la cual siguen si excusarse de tan vergonzoso fracaso.

Ejerciendo prácticas del neolítico, un trueque del no voto por intervención de marines. Idearon una ficción según la cual la ausencia en las urnas abonaría el camino para que fuerzas multinacionales anclaran en mar territorial para sacar por la fuerza al oprobioso régimen madurista. Han transcurrido 2 años y algunos incautos y otros no tanto siguen aferrados a la llegada de una ayuda para saldar unas cuentas que no han sabido cobrar.

30 Abril

Todos, al menos eso sospecho, recordamos como el 30 de abril del año pasado cuando el alba nos sorprendió con algunos actores políticos que, rodeados de uniformados verde oliva, pretendían interpretar héroes míticos en los albores del siglo XXI. 

Allí dos personajes de la política criolla con poses de mariscales de campo, quizá uno interpretando a Bolívar y otro a Sucre, o tal vez se identifiquen más con los generales George S. Patton y Dwight Eisenhower, intentaron describir o construir un hecho ficticio: un alzamiento militar y la consecuente caída del régimen de Maduro.

De nuevo la apelación a las emociones, muy profundamente desconectada de la política, de la realidad existente en los cuarteles y escogiendo como locación de la épica batalla La Carlota, condujeron a la oposición a un nuevo fracaso. Otro más. No hubo batalla en La Carlota, allí nunca estuvieron y los parodiadores de héroes huyeron y dejaron a ciudadanos sin conducción en una nueva refriega en la autopista Francisco de Miranda. 

En ambos casos, los aquí reseñados, los promotores de esa política han apelado a las emociones más que a la verdad, a los hechos objetivos. En los dos momentos se actuó descaradamente para crear, modelar e influir en la sociedad para provocar actitudes sociales que respaldaran, en cada momento, una ficción. “El que algo aparente ser verdad es más importante que la propia verdad.”

De la idea de emparentarse a un héroe y tratar de parodiarlo en un evento épico (recrear un mito), la política venezolana ha pasado al ejercicio de una política posfactual (posverdad), que apela a la emotividad de la sociedad, pero desligada de la realidad. De allí que ni cerca del “hombre nuevo” ni próximos a “la transición”.

Leonardo Morales P. 
leonardomorale@gmail.com
@LeoMoralesP 

ENRIQUE PRIETO SILVA, LECCION DEL COVID-19 PARA GENERALES

Después de publicar el artículo “los generales de hoy”; cuando dijimos: “…basta ya de escuchar la expresión: ¡Un general de los de antes!, por menosprecio a ¡la generalidad!...”, varios lectores asumieron un pedante rol de críticos burlescos, que no solo trataron de ridiculizar nuestra expresión, sino que nos tildaron de disquisidores mediáticos, algo así como revoltosos de las letras; no obstante, creemos que tienen razón, por cuanto nuestra idea siempre tiende a encontrar el contenido ideológico de los hechos, dejando de lado tanto los pesimismos consecuentes, como los maximismos edulcorados con calificativos de autoconvención.

No se es mejor general por ser de ayer o de hoy, sino que su calidad se mide por su excelencia intelectual y su racional liderazgo. Cuando se asciende a general como premio a su lealtad y a su obediencia sumisa, no puede asumirse el rol del “artista de la estrategia”.

Este introito, para referir la tragedia generalizada hoy en nuestra Fuerza Armada, al tener en manos de todas las unidades a generales politizados, que asumen el rol de jefes militares y políticos, y con pocas excepciones, debaten el karma creado por la crisis del COVID-19 con acuarelas y piruetas circenses, ya que al haber asumido irracionalmente la administración del poder ejecutivo, no saben ni entienden la gravedad del momento para enfrentar la pandemia.

Como después de una guerra, Venezuela militarizada por el chavismo, tendrá una prueba de fuego a muy corto plazo. Hoy,  la FAN se despliega en la calle para apoyar a los valientes profesionales de la salud para evitar el triunfo de la pandemia, en labores distintas a las que han estado acostumbrados con el gobierno que creyó forjar el socialismo, entendiendo que no hay diferencia entre ciudadanos. En esto, los centenares de generales tendrán que enfrentarse a una estrategia peor que la de la guerra, e irremediablemente deberán separarse de la batalla para no contaminar a la población que pasa hambre.

Deberán asumir las perspectivas que se vislumbran como resultado inesperado, donde tendrán que unirse a los políticos que piden el cambio de régimen, porque la crisis agarró al país con la desnudez del desequilibrio sociopolítico “forjado en socialismo”; esa que propaló el mando militar y que sigue en la mente de los generales. 

Tendrán que ayudar a entender el cambio, siempre con la esperanza de que toda solución será para bien. Así, tomamos del catedrático británico John Gray algunas de sus profecías: “Solo podremos defendernos de esta peste sirviéndonos de la ciencia; los análisis masivos de anticuerpos y la vacuna serán decisivos, pero, si en el futuro queremos ser menos vulnerables, tendremos que hacer cambios permanentes en nuestro modo de vida.

La textura de la vida cotidiana ya ha cambiado. En todas partes existe un sentimiento de fragilidad…, la sensación de inestabilidad no afecta solo a la sociedad; lo mismo sucede con la posición de los seres humanos en el mundo. Imágenes virales muestran la ausencia humana de distintas maneras…”

Da terror pensar en el futuro inmediato, que ubicamos de gravedad en el país Venezuela, cuando muchos piensan, que nunca las grandes crisis son el fin del mundo y lo que se suele calificar de apocalipsis es el curso normal de la historia; donde muchos salen de él con traumas duraderos, pero el animal humano es demasiado fuerte y versátil para que esos trastornos lo quiebren. ¡La vida sigue, aunque diferente de como era antes! 

Como expresa el mismo Gray, “…la tecnología nos ayudará a adaptarnos en nuestras presentes condiciones extremas. La movilidad física se puede reducir trasladando muchas de nuestras actividades al ciberespacio. Es posible que las oficinas, los colegios, las universidades, las consultas médicas y otros centros de trabajo cambien para siempre. Las comunidades virtuales organizadas durante la epidemia han hecho posible que la gente llegue a conocerse mejor que nunca…” 

Sin embargo, dada la debacle ocurrida en Venezuela durante los últimos 20 años, pensamos en lo peligroso de este pronóstico: “Al mismo tiempo que se desvanece la perspectiva de un nivel de vida que aumente sin cesar, vuelven a emerger otras fuentes de autoridad y legitimidad. Ya sea liberal o socialista, el pensamiento progresista detesta la identidad nacional con apasionada intensidad. 

La historia está llena de episodios que muestran cómo se puede hacer mal uso de ella. No obstante, el Estado nacional se está reafirmando como la fuerza más poderosa para conducir la acción a gran escala…” He aquí nuestra preocupación, porque ha sido este mal entendido nacionalismo lo que nos ha conducido a este estado de debacle socio político.

¡Es un buen tema para los generales de ayer y de hoy!

Enrique Prieto Silva 
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos

JESUS ALEXIS GONZALEZ PONCE, ¿DOLARIZACIÓN?

La dolarización hace referencia a un proceso mediante el cual, el dólar USA es adoptado por un país de forma oficial como su moneda de curso legal (aceptada como medio de pago)adquiriendo un status exclusivo para realizar transacciones; al tiempo de cumplir las funciones de reserva de valor (sirve para conservar el poder adquisitivo a lo largo del tiempo)y de unidad de cuenta (expresa el valor de los bienes y servicios), así como de facilitar la información vinculada a los precios relativos (precio de un bien, expresado en términos de otro bien); siendo que la moneda nacional (p.ej. el bolívar) queda limitada a una función secundaria, como tal como una moneda fraccionaria de poco valor.

Es de resaltar, que una dolarización unilateral como la que de forma utópica pretende ejecutar Venezuela, es solo posible cuando un país cuenta con un alto nivel de Reservas  internacionales  (distinto al venezolano) que le facilita impulsar dicho proceso sin suscribir un acuerdo formal con el país emisor (EEUU). 

Es así, que dolarizar de forma oficial implica aceptar todos los billetes y monedas que el público aspira convertir en US$; al extremo que el volumen de los recursos del público mantenidos en cualquier moneda, luego pasan a constituir depósitos bancarios en dólares, y por tanto se elimina la moneda nacional.

Resulta importante señalar, que la cantidad requerida de RI en US$ depende de la Tasa de Cambio(valor que posee una moneda extranjera con respecto a la moneda nacional) aplicada para, por ejemplo,  convertir bolívares a dólares . 

Dicha tasa de cambio, no puede reflejar una condición de una sobrevaluación(un valor mayor del debido con respecto a la moneda extranjera)ni estar subvaluada (un valor menor con relación a la moneda del país emisor) a la luz de la respectiva Tasa de Referencia(utilizada por el Banco Central para regular la cantidad de dinero que circula en la economía); en el entendido que  una sobrevaluación afecta negativamente las exportaciones y a la industria nacional (el importador en razón a los costos más altos procurará comprar en otros países); mientras que la subvaluación perjudica sensiblemente las importaciones (el consumidor tendría que pagar un precio más elevado); escenario que en ambos casos altera el crecimiento económico, tal y como sucedió en Venezuela a partir del control de cambio impuesto por Hugo Chávez  en ¡2003!

Vale acotar, que la adopción del US$ como moneda de uso local, se traduce en una pérdida del control de la política monetaria, ya que en lo sucesivo las decisiones en esa materia pasan a depender de EEUU en su condición de país emisor de la moneda, por intermedio de la Reserva Federal Americana (FED); con la manifiesta obviedad que el país que dolariza pierde  la soberanía de su control monetario; y con ello, la facultad de emitir dinero ¡¡inorganico!!, decir moneda sin respaldo real; que se traduce en una masa de dinero legal puesta  en circulación sin la contrapartida en bienes y servicios, que en la práctica  impulsa la inflación  al tiempo de generar pobreza y miseria.

En lo específico de la Venezuela  de hoy, se extiende  la guachafita monetaria, cuando se pretende regular precios en US$ en aras de “controlar la venta” de productos que ¡¡no existen!!.

Jesús Alexis González
jagp611@gmail.com
@JesusAlexis_Gon

OMAR A. ÁVILA H., EL PAÍS ES MÁS QUE UN HOMBRE O GRUPO

Por muchos años escuchamos decir que Venezuela era un país rico porque tenía petróleo.

Una de las críticas que hacía Chávez a la mal llamada “Cuarta República” era lo referente al rentismo petrolero, lo que suponía un cambio de paradigma.

Lamentablemente, eso no sucedió. Por el contrario, Venezuela se hizo cada vez más dependiente del petróleo, Chávez y los venezolanos se “emborracharon” con la última bonanza petrolera y se afianzó aún más el rentismo.

Con la caída del ingreso petrolero, sus herederos, conservaron el mismo sistema rentístico y se dedicaron a la voraz y ecocida industria minera, con las terribles e irreparables consecuencias en nuestro medio ambiente, todo esto en beneficio propio, sin ningún saldo positivo para la población, solo destrozos y violencia en el Sur de nuestro país.

Es inevitable pensar como en la mayor época de bonanza petrolera, estos barbaros que nos desgobiernan destruyeron al sistema de producción de un país entero, así como nos preguntamos: ¿Cuánto bien hubiésemos podido en la actual situación con los ahorros de una bien manejada bonanza?, lo cual seguro, si hicieron países como Noruega, por citar un ejemplo.

Sin embargo, a quienes sostienen que el colapso económico puede producir lo propio con esta autocracia, les recuerdo que los cubanos tienen años con una hecatombe económica, sin que ello haya producido la transición y ese y no otro es el modelo copiado por los funcionarios del “régimen madurista”. También tenemos el caso de Zimbabue, en el cual pasaron más de 30 años, solo por mencionar par de ejemplos.

Lo cierto es que las grandes transformaciones sociales y políticas se producen en sociedades pujantes, no en sociedades hambrientas, donde los “gobernantes” se aprovechan para atornillarse por medio de la represión y del control social.

Luego de 21 años de gobierno socialista, en donde se ha retrocedido 36 años en lo que a reservas internacionales se refiere, de deleznables servicios públicos, escasez de gasolina y de casi 7 años en depresión económica, que suman 70% de caída del PIB, 2 años en default, con 28 meses en hiperinflación, a lo que nos ha llevado este “Socialismo del Siglo XXI”, el régimen insiste en el mismo modelo económico fracasado.

Venezuela tiene un potencial tremendo, no solo por el petróleo y unas tierras benditas, sino que poseemos un potencial mineral incalculable, los países de primer mundo lo saben, he ahí la importancia en la geopolítica mundial de nuestro país. Además hay muchísimas empresas que invertirían en Venezuela con la sola expectativa de crecimiento económico en un clima mundial de recesión.

Entre las medidas económicas que hay que tomar en lo inmediato y que no nos cuesta un solo bolívar están: pagar las deudas de las empresas del Estado con sus acciones y reducir el encaje bancario para restablecer el crédito bancario.

Por ello, como leía de manera acertada a la Dra. Adriana Moran (@NuevaTec47): “El único momento adecuado para dar por terminadas unas negociaciones en política, es cuando se ha alcanzado el objetivo. No importa cuántas veces se fracase. Es obligatorio insistir cuando está en juego la supervivencia de tantos”

Finalizo haciéndole un llamado a todos los venezolanos de buena voluntad, pero sobre todo a los dos extremos en pugna, que depongan sus intereses personales, y por primera vez piensen en el país, en nuestro pueblo, y eviten que la tragedia pase a otras dimensiones. Porque un país es más que un hombre, grupo o proyecto. No hacemos nada con una “dirigencia” política echándose la culpa el uno con los otros. Ya lo decía en mi artículo anterior, sino eres parte de la solución, simplemente eres parte del problema.

Omar A. Ávila H.
dip.omaravila@gmail.com
@omaravila2010 
Diputado a la Asamblea Nacional