sábado, 16 de julio de 2022

AQUÍ TITULARES DE HOY SABADO 16/07/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR ESPECÍFICO

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES -  

CORINA YORIS-VILLASANA DIFERENCIAS CONCEPTUALES QUE SEPARAN EL ÉXITO DEL FRACASO EN UN DIÁLOGO. DESDE VENEZUELA




CORINA YORIS-VILLASANA DIFERENCIAS CONCEPTUALES QUE SEPARAN EL ÉXITO DEL FRACASO EN UN DIÁLOGO. DESDE VENEZUELA

En nuestro acontecer nacional se ha vuelto un lugar común hablar de “diálogos”. En esta página de Opinión, he escrito algunos artículos al respecto. Pero, voy a insistir en el tema.

Usualmente, por diálogo se entiende una cadena de intercambios de mensajes o «actos de habla» entre varios participantes. Y, recordemos que un «acto de habla es la unidad básica de la comunicación lingüística, propia del ámbito de la pragmática, con la que se realiza una acción». Por lo general, sin embargo, en un diálogo suelen ocurrir series de preguntas y respuestas entre las partes involucradas. Se debe enfatizar que hay distintas clases de diálogos y que cada uno tiene un objetivo muy específico y distintivo; además, la condición sine qua non del éxito de un diálogo estriba justamente en la cooperación que debe existir entre las partes que dialogan.

¿Qué significa este compromiso? Esto representa que cada dialogante está comprometido en velar por cumplir su propio objetivo en el diálogo, y también tiene la obligación de ayudar con la observancia del objetivo por parte del otro participante.

La razón básica por la que cualquier diálogo se convierta en un fracaso siempre se sintetiza en una inobservancia de alguno de estos convenios básicos.

De acuerdo con una excelente taxonomía de los diálogos, Douglas Walton, quien fue un brillante académico canadiense ampliamente conocido y citado por sus obras sobre argumentación, falacias y lógica informal, analiza y evalúa con mucho detalle seis tipos de diálogos en Informal Logic: persuasión, indagación, negociación, búsqueda de información, deliberación y erístico (que abusa del procedimiento dialéctico hasta el punto de convertirlo en vana disputa). Daré una breve descripción de ellos, parafraseando a Walton.

Empecemos por la disputa personal, caracterizada por ser un ataque personal agresor, donde se apelan a las emociones y priva la pretensión de vencer en la discusión a cualquier precio. La principal característica de la disputa es la presencia de riñas ácidas, ausencia absoluta de puntos de vista imparciales y, subsiguientemente, en la generalidad de los casos, los participantes terminan sintiéndose arrepentidos por el abuso de las desatinadas agresiones personales. La disputa tiene como enemiga a la lógica, y, sin lugar a duda, encarna la peor cara de una argumentación. El propósito de la disputa es que cada argüidor «golpee» sin consideración alguna al antagonista, y para ello, se valdrá de cualquier método, sin importar su razonabilidad o justicia. De allí, es fácil concluir que en la disputa abundan las falacias, sobre todo aquellas conocidas como argumentum ad hominem, donde se ataca a las personas y no a sus argumentos, y también están presentes los argumentos emocionales. Cuando una discusión cae en el terreno de una pelea, habitualmente se ha entrado en un terreno muy problemático. Ya no hay razonabilidad alguna que valga.

Otra situación de diálogo es el debate forense, el cual, ciertamente, está más regulado que la disputa. Un elemento diferenciador es la presencia de jueces o árbitros que decretan, posiblemente emitiendo un voto, qué parte ha usado el mejor argumento. Como hemos presenciado muchas veces, en ciertas circunstancias, un debate puede ser evaluado por una audiencia que emite su voto al final del debate. Enfatizo que esa decisión no tiene por qué ser «indiscutible». Obedece a una apreciación sobre la «bondad» de los argumentos usados.

El debate forense es más receptivo al razonamiento lógico que la disputa personal, en tanto el éxito o fracaso es decretado por una tercera persona, quien no está sometida a las agresiones personales que pueden estar contenidas en los argumentos (o pseudoargumentos). Al mismo tiempo, ciertos debates poseen reglas que impiden los ataques personales más graves y otros procedimientos cáusticos o falaces. No obstante, las reglas del debate forense son frecuentemente muy permisivas y terminan aceptando cualquier tipo de argumentos falaces. En más de una ocasión, al ver u oír un debate, bien sea de manera presencial, o en transmisiones digitales, se les da cabida a preguntas contentivas de imputaciones personales muy nocivas, y el interrogado se ve envuelto en situaciones sumamente comprometidas para responder adecuadamente. Justamente en este contexto, suele aparecer la conocida «falacia de la pregunta compleja». Hay algunas preguntas que, por la manera en que están constituidas, se han calificado habitualmente como falaces, porque están preñadas de presupuestos que atrapan a quien se le pregunta en una emboscada independientemente de cómo responda. El ejemplo más famoso es la clásica pregunta: «¿Ha dejado usted de golpear a su cónyuge?».

La principal característica objetable de esta pregunta engañosa es que, independientemente de la forma en que responda, «sí» o «no», acepta haber abusado de su cónyuge en algún momento u otro. La pregunta es un truco coercitivo para atrapar al interrogado y que admita algo perjudicial. Es un ejemplo que resulta muy interesante analizarlo a fondo.

Tenemos un tercer tipo de diálogo, el de persuasión, conocido en ocasiones como discusión crítica. Sus protagonistas son dos participantes y cada uno de ellos sostiene una tesis (conclusión) que debe demostrar. El procedimiento primordial del diálogo de persuasión consiste en que cada participante justifique su propia tesis de acuerdo con las reglas de inferencia de las concesiones del otro participante. Se parte de una situación inicial de un conflicto de opiniones; el objetivo de los participantes es persuadir al otro, y el diálogo se plantea resolver o aclarar un problema. Aunque la obligación principal de un participante en el diálogo de persuasión es probar su tesis a partir de las concesiones del otro participante, también existe una obligación secundaria de cooperar con los intentos del otro participante de probar su tesis. Esta obligación requiere dar respuestas útiles y honestas a las preguntas del otro participante, con el fin de permitirle obtener compromisos de usted en el diálogo que luego puedan usarse como premisas en sus argumentos.

En cuarto lugar, tenemos el diálogo de investigación, cuya situación inicial está caracterizada por la necesidad de conseguir pruebas. Quien investiga persigue encontrar y verificar evidencias, y el diálogo busca probar o refutar una hipótesis. Un elemento esencial en este tipo de diálogo es que las premisas, donde descansa la investigación, solo pueden ser proposiciones cuyo valor veritativo es la verdad, y se ha determinado que son pertinentes y aceptadas a satisfacción de todas las partes en la investigación. Para ejemplificar esta característica, Walton recuerda que el «Informe de la Comisión Warren», elaborado para detallar los hechos que se consideraban relevantes en el caso del asesinato de John F. Kennedy, y, cuyo propósito era establecer una prueba de las conclusiones que se conocían, ha sido una investigación que siempre levantó mucho escepticismo. De tal manera que es de estricta necesidad que una investigación debe eliminar cualquier duda existente probando de manera concluyente alguna proposición escogida.

¿Qué diferencia un diálogo de investigación de uno de persuasión? Esta distinción radica básicamente en que un diálogo de persuasión podría ser sobre un tema como «¿Son las clases presenciales más recomendables para los jóvenes?» donde el propósito no es conseguir una evidencia que permita una conclusión consistente, sino que se trata de evaluar cuál de los argumentos en pro y en contra es más persuasivo. El objetivo básico de la investigación es el incremento del conocimiento y, por lo tanto, la investigación es un tipo de diálogo esencialmente acumulativo. La prioridad probatoria es la característica clave de la investigación, puesto que la investigación está fuertemente dirigida a derivar conclusiones de premisas que puedan establecerse sobre la base de pruebas sólidas. Esto contrasta con el diálogo de persuasión, donde lo mejor que uno puede esperar es un compromiso plausible con una opinión basada en evidencia razonada (pero no concluyente).

En relación con el diálogo de negociación, el objetivo principal es el interés propio, y el método es negociar. La negociación no pretende ser una investigación objetiva de la verdad de un asunto. De hecho, la negociación, en contraste con el diálogo de persuasión, no tiene por qué implicar el compromiso con la verdad de las proposiciones, o la convicción de que los ideales se basan en argumentos sólidos. En la negociación, las opiniones sobre lo que es verdad, o las convicciones sobre lo que es creíble, no están en juego, e incluso pueden ser contravenidas por un buen negociador. Las concesiones en la negociación no son compromisos en el mismo sentido que en el diálogo de persuasión, sino compensaciones que pueden sacrificarse por ganancias en otros lugares. Pero, ojo, se negocian intereses, no principios.

La posición ahora se convierte en una posición de negociación. La prueba lógica no es importante en el diálogo de negociación, dado que este prototipo es completamente antagónico y se basa claramente en el beneficio personal; no pretende ser neutral u objetivo, o de ser una investigación de la verdad. Se pueden hacer coaliciones con socios, pero el objetivo siempre es el interés propio en «hacer un buen trato».

Aunque los tipos de diálogo de persuasión, investigación y negociación son los arquetipos primordiales, susceptibles de ser analizados con el propósito de estudiar los tipos fundamentales de crítica razonada en la argumentación, es preciso señalar otros tres modelos básicos de diálogo que deben tenerse en cuenta. Uno de ellos es el diálogo de búsqueda de información, donde una de las partes constituyentes tiene como propósito encontrar la información que presume la tiene la otra parte integrante del diálogo. Otro, es el de búsqueda de acción, donde el objetivo de una de las partes es lograr que la contraparte realice una determinada acción. Y el tercero, es el diálogo educativo, donde una parte (el instructor) tiene la aspiración de impartir conocimiento a la otra parte (el estudiante). Cada uno de estos paradigmas de diálogo parte de una situación inicial diferente, como diferentes son las reglas procedimentales para llegar a la meta planteada al inicio.

Desde el punto de vista de la argumentación crítica, el diálogo de persuasión (discusión crítica) constituye la «joya de la corona». Es el símbolo de un diálogo razonado, porque tiene reglas preceptivas que, en conjunto, instauran un estándar de cómo debe realizarse el argumento racional esgrimido para persuadir. Sin embargo, es importante saber reconocer los otros tipos de diálogo indicados anteriormente, porque pueden ocurrir errores y malentendidos significativos cuando hay un cambio dialéctico de un tipo de diálogo a otro. Si tal variación pasa desapercibida, puede conducir a interpretaciones erróneas, traspiés y argumentos falaces.

¿Aceptarían los encargados de las «benditas negociaciones» del país que han estado confundiendo desde el inicio estas características indispensables para llegar a acuerdos aceptables? ¿Todavía se preguntan por qué no han logrado entenderse?

Corina Yoris-Villasana
cyoris@gmail.com  
@yorisvillasana
Venezuela

OMAR ESTACIO Z.: BIDEN ¿PERDÓN EXPRESS PARA MADURO Y SAAB?. DESDE VENEZUELA

Con motivo de los posibles acuerdos entre el gobierno presidido por el señor Joseph Biden Jr., y el régimen usurpador de Venezuela, con Nicolás Maduro Moros al frente, surge la probabilidad cierta, lex fori regit processum -de acuerdo con las leyes locales norteamericanas- que el último de los nombrados quede exonerado o relevado o perdonado, sine die o por tiempo indefinido, de las gravísimas acusaciones que le han sido formuladas ante una corte de EE. UU..

Contra Maduro, contra el narcoguerrillero colombiano, Luciano Martín Arango (a) “Iván Reyes” y contra 13 altos funcionarios de su desgobierno cursa, en específico, ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York, caso:1:11-cr-00205-AKH querella de los fiscales Geoffrey S. Berman del referido distrito y Ariana Fajardo Orshan del Distrito Sur de Florida, por confabularse durante largos 20 años con el objeto de introducir en EE. UU., miles de toneladas de cocaína y de armas de destrucción masiva con propósitos terroristas. En dicho proceso un gran jurado, ante el exorbitante cúmulo de pruebas incriminatorias, dictaminó “causa probable” contra los acusados lo que se tradujo en el libramiento de sendas órdenes de capturas y las ofertas de jugosas recompensas por colaborar en los apresamientos. De ser declarados culpables podrían ser condenados a cadena perpetua, pena máxima en Nueva York, porque en ese estado ha sido abolida la pena de muerte.

Cualquier naturaleza de documento que suscriba el señor Biden (si es a través de su State Department, todavía peor) que le reconozca a Maduro, expresa o de manera tácita, la calidad de jefe de Estado de Venezuela, le otorgaría, ipso iure, inmunidad para ser juzgado por los tribunales de EE. UU.. En tal supuesto a la citada corte de Nueva York no le quedaría otro camino que declarar su falta de jurisdicción y revocar la orden de captura del hasta entonces considerado prófugo peligroso.

En procesos como el seguido contra Maduro Moros, no rige la Ley de Inmunidades Extranjeras (FSIA, por sus siglas en inglés) de EE. UU., ni ninguna otra ley especial, en lo que se refiere a la inmunidad de los jefes de Estado extranjero en ejercicio. Ante tal vacío normativo, son obligatorios los usos y costumbres. En casos como el que comentamos, la llamada doctrina “The Schooner Exchange”, adoptada entre otros muchos, en los siguientes precedentes judiciales: Samantar v. Yousuf: 560 US 305 (2010); Ye v. Zemin, Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito, 383 F.3d 62; Tachiona v. Mugabe y su canciller Stan Mugende. Con base en los referidos postulados, los jueces norteamericanos no pueden discutir, ni revisar bajo ninguna forma las calificaciones de jefe de Estado de país extranjero de determinada persona, emanadas del Poder Ejecutivo. En tales hipótesis los magistrados deben declarar su falta de jurisdicción, abstenerse de seguir enjuiciando a quien posee inmunidad en razón de la citada investidura y anular cualquier medida previamente adoptada en su contra.

Irrelevante, a los efectos de la declinación de la competencia de la referida Corte de Nueva York, para seguir procesando a Maduro, que el reconocimiento expreso o tácito de este último como jefe de Estado, por cualquier acuerdo suscrito con el gobierno del señor Biden, sea posterior a la orden de captura decretada en marzo de 2020, porque en estos casos la inmunidad es ex tunc, es decir desde siempre o con efectos retroactivos, presentes y futuros (Cfr. Turki Bin Abdulaziz v. Metropolitan Dade County).

En tal escenario, Nicolás Maduro, además de quedar exonerado de la causa que se le sigue ante la mencionada corte de Nueva York, tendría derecho a nombrar, con plenos efectos ante el gobierno de EE. UU., canciller de Venezuela. Por ejemplo, ministro de Relaciones Exteriores a su pretentido testaferro, Alex Saab Morán, alto cargo que le otorgaría a este último, inmunidad judicial similar a la adquirida por Maduro por obra y gracia del señor Biden, pues es doctrina de aceptación casi universal que los ministros de Relaciones Exteriores, en ejercicio, adquieren, ipso iure, inmunidad equiparable a la de los jefes de Estado. El juez de EE. UU., que esté procesando, en ese momento a Saab Morán estaría en una situación idéntica al juez del caso Maduro. Vale decir, obligado a aceptar, sin chistar, la inmunidad de Saab Morán, declarar su falta de jurisdicción y ordenar la inmediata libertad del nuevo canciller.

Suele afirmarse en el mundo de la diplomacia que los países no tienen amigos ni enemigos, sino intereses. Allá el señor Biden, su conciencia y las cuentas que tiene que rendirles a sus electores, si en oblación de pragmatismo para nosotros condenable, suscribe acuerdos que se traducen en la exoneración de los supuestos autores de delitos atroces.

Censura más servera merecería la sedicente oposición venezolana si, so pretexto del apoyo del gobierno norteamericano o del solo reinicio de las jornadas de diálogo, se suma a absoluciones, perdones o exoneraciones por arte de birlibirloque, distintas al debido proceso judicial, de los posibles delincuentes peligrosos, Nicolás Maduro, jefe de la organización internacional del crimen y de uno o varios de sus compinches..

Nota: El cronista, como ha sido la pauta que se ha autoimpuesto, al ejercer el derecho ciudadano a la libre expresión en temas jurídicos, se abstendrá de prestar ningún servicio profesional, como abogado, ni pro bono, ni remunerado, en asuntos relacionados con las materias desarrolladas en la presente publicación.

Omar Estacio Z.
www.escritorioestacio.com
@OmarEstacio
@omarestacio

RAFAEL GARCÍA MARVEZ: CARABOBO, LA LUCHA DE LOS DIGNOS CONTRA LOS INFECTOS. DESDE VENEZUELA

Más que escribir una nota conceptual sobre el conocimiento, como la representación de una idea abstracta, de una significación que surge de las ilustraciones sobre varios temas, sencillamente, esto que hoy escribo, es escasamente una simple alerta. Quizá un llamado de atención a la cordura, a la decencia, a la dignidad, si es que esto posible. Si es que esto no es mucho pedir, o más bien un exceso de ingenuidad de mi parte, o son todas estas cosas a la vez, todas amontonadas, sin orden ni concierto. Lejos de la academia, lejos de estudios de elevada calificación. Es sencillamente una lista de cosas sin mayores normas. Algo parecido a un punto final a la insolente sin razón, a la mediocridad indocta. A la antipolítica, aunque paradójicamente proveniente de un grupete que se dice dirigente político proveniente del fiel partido Acción Democrática, geográficamente ubicado en el estado Carabobo.

Entiendo que es un introito abusivamente amplio, por eso solicito la ayuda de sus inteligencias. De cualquier modo el deterioro, en cuanto a valores morales nos referimos, es cada vez más marcado en el mundo entero. Cuestiones de principios donde las cosas deberían ser blancas o negras y donde se debería distinguir claramente lo que está bien de lo que está mal, han adoptado una extensa gama de grises donde todo es justificable. Tomemos la bandera de la honestidad, del honor, para enfrentar y echar a los corrompidos donde se encuentren. Sacarlos hasta debajo de las piedras. Insisto, esta lucha que retomamos está planteada entre los honestos en contra de los corruptos, de manera maniquea, aunque parezca contradictorio con lo expuesto en algún párrafo más arriba. ¿Hasta cuándo ustedes echan vaina? Sí, hasta cuándo van a seguir inmunes.

La decencia pública y las personas de reconocida honorabilidad, son incómodas para algunos que otros grupitos políticos, caso del estado Carabobo, como acertadamente lo ha venido sosteniendo a través de las redes sociales el ecuánime amigo Feliciano Montes. Muchas veces se es injusto con los políticos que se les juzgan con un doble rasero a la hora de calificar la gravedad de los casos de corrupción; que por culpa de unos pocos cuasi delincuentes comunes, la factura roja se la etiqueten a todos. Además de cobardes, que se valen del uso de nombres inexistentes para ofender, para vaciar sus inmundicias, quizá, probablemente, no tanto por cobardes, rectifico, sino más bien porque sus cartas de buena conducta están plagadas de tachones en rojo. Y de un rabo, de unos cuernos de cabra, y las orejas, la nariz y los caninos de un cerdo. Doctora Mariela, mire, yo le aconsejo, le sugiero, que se deje de esas tonteras que no le dan réditos ni a usted en lo personal ni al grupo político identificado con el paisano y amigo Henry Ramos Allup. Doctora, yo tengo en mi poder la nota vejatoria, cobardona, pero insulsa que por WhatsApp usted le hizo llegar a un dirigente del grupo político que manda en Carabobo. ¿La publicaré? Verdad qué no sé qué hacer con esa bazofia, con tal bodrio; Dios proveerá…

Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Venezuela

JOISE MORILLO ; INCIDENCIA, IGNORANCIA Y CONSCIENCIA. DESDE VENEZUELA-USA

"“Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza, y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición (...) Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones; toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia.“ (Bolívar)

Cada cosa tiene identidad en la medida de ser lo que es con propiedad y no lo que aparenta ser y no es. La cuestión es que la cosa por apariencia es difícil de detectar como veras o concebir como real si no hay en la conciencia una información clara y concisa de la misma.

La lingüística de Wittgenstein lo explica con el pato-conejo. No obstante, tal opción compete a la apariencia y la visión que se tiene del espécimen o cosa observada, de modo que en ello se incluye el efecto ambiental y también el estado de ánimo del observador. Por lo tanto, lo que aparenta ser ¡Posiblemente no es! Igual sucede con los eventos cotidianos y los sucesos inesperados, que existen, pero de los cuales no se tiene o es escasa la información.

En esto estriba la limitación del desprevenido y la capacidad informativa que tiene el individuo de la cosa o el fenómeno que está aconteciendo. Aquí sucede lo siguiente: o vale el proverbio, "¡todo depende del cristal con que se mire!" o "¡ojos que no ven corazón que no siente!"

El primer caso compete a un estado contingente en el cual la información está enfocada desde un punto de vista convencional, calculado y, donde un sector es beneficiado y otro posiblemente no o su beneficio es asimétrico en comparación con quienes tienen un conocimiento claro y conciso del evento o episodio que acontece in situ y momento.

¡Así, como lo anterior señalado, trabaja la politiquería! (valga el término)

En el segundo caso impera el total desconocimiento del fenómeno que está afectando al individuo o colectivo, la diferencia estriba o impone un no sentir también aparente, pues al ignorar el origen de lo que le afecta ignora lo que sucede aunque no lo siente en el corazón lo siente en la consciencia, ejemplo: la consciencia de que se tiene hambre. No obstante, también tiene la posibilidad de creer que es a causa de algo de lo cual tiene información tergiversada o sencillamente lo ignora totalmente y, por lo cual es imputado (achacado) a una situación de suerte, fortuna o de impronta absurda, poco sólida o circunstancial.

En ello estriba la visión del victimismo de los sectores, desposeídos de Pablo Coelho y las denuncias en contra de la falacia izquierdista de Carlos Rangel.

No obstante, existe la posibilidad de hacer de lo que se piensa un hecho en función de crear beneficio o perjuicio. He ahí el quiasma -el deseo se hace realidad por la fuerza del espíritu que le impulsa- que expone el magíster de filosofía de la ÚNICA, Gerardo Cohen y, no es solo a propósito, ni por actividad propias sino basado en la importancia de lo que se desea para bien o para mal, qué, manifestado, hace mella en las conciencias, misma y de otros.

De la filosofía clásica, en "El banquete", filosofando acerca del amor, Sócrates expone, refiriéndose al genio indigente de Penia -madre de Eros- que: el ignorante no desea lo que no cree necesitar. He ahí el dilema, "ser o no ser" diría Hamlet el príncipe de Dinamarca de Shakespeare, sabiendo del abuso de su parentela en contra de su Padre (asesinado); cito:

(...) "¿Qué es más noble para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna, o tomar armas contra un océano de calamidades y, haciéndoles frente, acabarlas? Morir... dormir: no más... Y si se advierte que con sólo dormir ponemos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos de los que la carne es heredera, tal extinción resulta digna de ser devotamente deseada." (W Shakespeare, Hamlet)

Hamlet, de no haber sabido su situación hubiese vivido en una burbuja real tenida como verdadera. Como Segismundo en "la vida en sueño" de Calderón de la Barca

Ignorar a ciencia cierta por causa de la enajenación, la desinformación y el victimismo, el origen -con lujos de detalles- del mar de calamidades que les atañen a países como Cuba, Nicaragua, Venezuela, y otros más de la periferia latinoamericana es producto del desconocimiento de política y civismo de sus pueblos que postulan Simón Bolívar en "El congreso de Angostura de 1819" y F. NIETZSCHE, en Más allá del bien y del mal, parafraseando al segundo:

"Un viejo a otro, responde: ¿Que, que un hombre saque a su pueblo de la ignorancia del motivo de su paz y tranquilidad para involucrarse en asuntos de política de lo cual no tienen la menor idea, es grande? ¡No, es un loco, loco y fuerte, no grande! (F. Nietzsche, Aforo VIII, pueblos y patrias en Más allá del bien y del mal)

En Macondo, Los Buendía trocaban pececitos de oro puro por hielo, a gitanos que les hacían creer que era un gran diamante. (G.G. Márquez, Cien años de Soledad)

Al contrario de lo que decía Alí Primera en una de sus obras musicales "La inocencia no mata al pueblo. Pero tampoco lo salva. Lo salvará su conciencia."; Si hay la posibilidad que lo mate, por la ignorancia que involucra, no totalmente, pero sí parcialmente, de hambre y miseria.

Joise Morillo
@kao_joi_lin
Venezuela-USA