jueves, 24 de junio de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com JUEVES 24/06/2021

 







TITULARES DE HOY 24/06/2021. PULSA SOBRE EL TÍTULO PARA LEER

  

TITULARES DE HOY
24/06/2021

ANGÉLICA MORA BEALS: MI HIJO CARLOS CUMPLE CINCUENTA AÑOS

Vivíamos en Venezuela y un día nuestro hijo Herman, quien tenia casi seis años, llegó de clases tiró el bulto (bolsón) en el suelo y nos pidió "un hermanito".

-Todos en mi clase tienen un hermano -nos dijo muy serio

- quiero un hermanito.

-Pero no hay seguridad que sea un niño, si es que encargamos uno, te dijimos.

-No, yo quiero un hermanito y pronto, para jugar con él nos exigió.

-Les prometo que yo lo voy a cuidar, nos aseguró. Ustedes lo hacen y yo lo cuido.

Nos miramos con Herman y...bueno, nos pusimos a la tarea de hacer uno a la medida y con el sexo ya encargado.

El encargo llegó más pronto de lo que esperábamos.

Pero fue el embarazo el que, una vez que se me notó, lo arrastré por los últimos meses.
 
Quería juntar el mes y medio antes y mes y medio después que otorgaban las leyes  venezolanas a las madres ya que quería amamantarlo los tres meses.

Arrastraba mi barriga por los institutos autónomos y ministerios, además de Miraflores, en un sin fin de semanas que se sucedían unas a otras sin llegar -me parecÍa- nunca al final de los 9 meses, necesarios para tener un bebé.
 
El canciller Arístides Calvani me decía, cuando me presentaba a las ruedas de prensa que daba semanales:

-Chica, si nos descuidamos vas a tener el bebé aquí en la Casa Amarilla, (sede de la Cancillería).

El doctor Calvani me tenía mucho aprecio y cuando por fin nació mi hijo Carlos, me envió un hermoso ramo de flores a la clínica, junto con un libro que él había escrito y que todavía conservo en mi biblioteca.

Carlos nació el día del Padre, el 16 de junio de 1971 en la Clínica El Diagnóstico, en la parroquia la Candelaria, en pleno centro de Caracas.
 
La tragedia enlutó años después al país cuando el 18 de enero de 1986, el doctor Calvani, su esposa Adelita Abbo y dos de sus hijas, Graciela y María Elena, perecieron al estrellarse el jet Caravelle de Aerovías Guatemala, cuando viajaban a conocer las ruinas arqueológicas de los mayas.

El accidente conmovió a Venezuela, por tratarse de una familia que había proporcionado notables aportes a la política y a la cultura del país.
 
Cuando por fin nació mi hijo, hizo historia ya que su padre Herman acudió en esa fecha al Palacio de Miraflores donde ambos estábamos destacados para cubrir las noticias provenientes del gobierno de Doctor Rafael Caldera.

El Presidente ofrecía una rueda de prensa todos los jueves y ese día distinguió a Herman entre los periodistas que estaban presentes en el salón de conferencias del Palacio.

-Herman, ¿ya nació el Bebé? le preguntó el doctor Caldera.

-Sí, Doctor, le contestó Herman, parándose como era costumbre en señal de respeto para hacer preguntas o contestar al Jefe del Estado.

Y agregó Herman, muy orgulloso -... y es un niño.

-Y como está Angélica, siguió preguntando el Presidente.

-Muy bien doctor Caldera

-Y como le van a poner, prosiguió preguntando el mandatario.
-Carlos Rafael, le contestó Herman.

Carlos, por Carlos Andrés Pérez (un político notable venezolano de Acción Democrática) y Rafael por Ud., Sr. Presidente.
 
-Ah, contestó el Presidente sonriendo, así quedas bien con Dios y con el Diablo.
 
Hoy, ese hijo querido, está cumpliendo 50 años.

Angelica Mora
angelicamorabeals@yahoo.com
lanuevanacion@bellsouth.net
@AlfredoCepero
@copihueblanco
Angelica Mora
Chile - Estados Unidos

http://www.lanuevanacion.com/index.php/opinion/angelica-mora-beals/1122-mi-hijo-carlos-cumple-cincuenta-anos

GABRIEL BORAGINA: PROGRESIÓN VERSUS PROPORCIONALIDAD

La idea sonada que "las grandes fortunas son en su mayoría un producto del medio social" es falsa, y alude a la teoría marxista que es la que sostiene exactamente esa misma falacia. Tales fortunas responden a la iniciativa individual privada, al espíritu emprendedor o empresario de uno o más individuos creativos que arriesgando sus propios capitales se lanzan al terreno empresarial a probar suerte, fabricando u ofreciendo lo que el consumidor demanda.
 
También es manifiestamente falso que "reciben del Estado mayores garantías de protección y de seguridad que las pequeñas". Por el contrario, son las más castigadas con impuestos más pesados. Y precisamente por su mayor tamaño son las más atractivas para el ladrón estatal siempre voraz. Nuevamente, que el "estado" favorece "las grandes fortunas" es otra idea marxista tan falsa como muy popular.
 
Por último, respecto de que el impuesto proporcional es más oneroso para el pobre que para el rico es otra falsedad más. En rigor cualquier impuesto de cualquier tipo y sistema siempre es más oneroso para el pobre que para el rico aun la ley eximiera al pobre de su pago.
 
En segundo lugar, tanto lo "necesario" como lo "superfluo" son apreciaciones que solamente puede hacer el propio sujeto que valora y no un tercero ajeno al mismo. Mientras haya impuestos nadie estará exento de sus efectos económicos, aunque no tenga efectos legales. En este sentido, insistiremos que cualquier impuesto implica un grado más de pobreza para la sociedad que lo sufra.
 
Es decir, no resulta posible en ningún caso determinar cuándo un 10, 20, 30% etc. está gravando lo "necesario" o lo "superfluo".
 
En la práctica, los gobiernos zanjan la cuestión centrándose en los que ellos llaman los grandes "contribuyentes", que también se denominan como "grandes fortunas" sin prestar mayor atención al resto.
 
Como cualquier buen pescador podrá acreditarlo, las redes de pesca capturan de manera más rápida y mucho mejor a los peces gordos que a los pequeños. Lo mismo ocurre con las redes fiscales y en exacta medida.
 
"c) El impuesto progresivo. Los opositores del impuesto proporcional adhieren decididamente al impuesto progresivo. ¿En qué consiste? Se llama así a aquel cuya cuantía crece en proporción más rápida que la riqueza objeto del mismo. El divisor (tasa del impuesto) es variable y crece a medida que aumenta el dividendo (riqueza imponible). Dentro de este sistema, que ha venido ganando la mente y el corazón de los estadistas y legisladores, hay numerosas formas y modalidades de la progresión."[1]
 
Implica pues que a medida que el patrimonio del expoliado aumenta se incrementa más que proporcionalmente el impuesto que lo expolia. Varios autores han expuesto lo negativo de estos impuestos. Recordaremos -por ahora- lo que el Dr. Sabino dice de los mismos en su ya afamado Diccionario de economía y finanzas al respecto:
 
"Los impuestos directos se calculan normalmente sobre la renta o el enriquecimiento neto que una persona ha obtenido en un año o período fiscal determinado, o sobre las ganancias de las empresas. Hasta hace algunas décadas éste era el impuesto principal que recogían casi todos los gobiernos. A medida que las funciones del Estado fueron creciendo, que se difundieron políticas de corte redistribucionista y que se expandió la seguridad social, las escalas fueron aumentando también, para obtener los ingentes recursos fiscales que se iban requiriendo."[2]
 
En otros términos -y pese a la prudencia y sobriedad de la definición dada- lo que se debe interpretar de ella es que a medida que los gobiernos tornaron cada vez más voraces y esa voracidad se hizo incontenible "las escalas fueron aumentando también, para obtener los ingentes recursos fiscales que se iban requiriendo". El pretexto de los gobiernos es siempre el mismo : el "deber social" o la "justicia social" donde el gobierno asume por sí mismo la misión de ser algo así como un enorme Santa Claus que en su formidable trineo tirado por renos (que bien podrían simbolizar a los contribuyentes expoliados) reparte el botín entre los "niños" adultos (los "más necesitados").
 
Y continúa así: "Ello llevó a que, más allá de cierto punto, se sintiesen los efectos de tan fuertes cargas impositivas sobre el ahorro y la inversión: al privar a los ciudadanos y las empresas de una significativa proporción de los ingresos que superan una determinada cifra, se desalientan por completo los esfuerzos por aumentar la producción y el ahorro. Los impuestos, por lo tanto, presentan un rendimiento decreciente más allá de cierto punto: la gente prefiere un mayor ocio frente a una renta imponible mayor e, incluso, puede tener que optar por el desahorro para poder mantener un cierto nivel de consumo. Por ello los impuestos directos se han reducido en muchos países durante la última década y han sido sustituidos en parte, como fuente de ingresos fiscales, por los indirectos."[3]
 
Lamentablemente los impuestos directos han vuelto con toda su virulencia luego de que el Dr. Sabino escribiera estas palabras en 1991.
 
"El tratadista americano Edwing R. A. Seligman, en su notable libro El Impuesto progresivo, analiza las diversas expresiones del impuesto progresivo y reconoce las siguientes especies: 1») Progresión por clases: consiste en dividir la riqueza imponible en diversas categorías, la más baja generalmente exenta de impuesto. Cada clase paga no un porcentaje sino una suma fija que aumenta a medida que se pasa de una clase a otra superior."[4]
 
Es decir, la arbitrariedad de las arbitrariedades dado que esa "suma fija" no es "fija" y, además, la determina el ladrón fiscal a voluntad y sin criterio objetivo alguno. Quedando librado a la arbitrio discrecional del burócrata de turno que ampliará el siguiente burócrata y así sucesivamente a medida que vayan rotando las distintas burocracias. Se divide la riqueza, que es lo mismo que decir dividir a las personas en clases o castas, y se trata cada casta conforme a lo que le toque en suerte o desgracia, consonante varían los humores del todopoderoso organismo fiscal. Claro está que, el criterio divisor de cada categoría tampoco es objetivo sino subjetivo de la voluntad del burócrata. En suma, la expoliación llevada a su mayor grado de tétrica perfección.
 
 
[1] Mateo Goldstein. Voz "IMPUESTOS" en Enciclopedia Jurídica OMEBA, TOMO 15, letra I, Grupo 05.
 
[2] Carlos SABINO; Diccionario de Economía y Finanzas. Contiene léxico inglés-español y traducción de los términos al inglés. Consultores: Emeterio Gómez; Fernando Salas Falcón; Ramón V. Melinkoff. CEDICE. Editorial Panapo. Caracas. Venezuela.
 
[3] SABINO C.; Ibídem.
 
[4] Mateo Goldstein. Voz "IMPUESTOS" en Enciclopedia Jurídica OMEBA, TOMO 15, letra I, Grupo 05.

Gabriel Boragina  
gabriel.boragina@gmail.com 
@GBoragina  
Argentina 

BENIGNO ALARCÓN DEZA: CRUDA REALIDAD,ES LO QUE HOY DEBEMOS AFRONTAR EN NUESTRO PAÍS.

“No fuimos tan solo las víctimas de un sistema sino quienes lo alimentábamos y manteníamos.” (Vaclav Havel, 1 de enero de 1990)
 
Vaclav Havel, líder de la Revolución de Terciopelo que significó la derrota del Partido Comunista de Checoslovaquia, asumió la presidencia que transformaría a su país en lo que es hoy la República Checa, con un discurso trasmitido el 1 de enero de 1990, en el que lejos de ser complaciente con el pueblo que le eligió, hacía un duro reclamo y llamado a la conciencia moral de sus conciudadanos al decir:
 
"Por miedo, la gente se ha acostumbrado a ignorar la realidad para centrarse sólo en la suya propia, como si su entorno no existiese. A callar o decir lo contrario a lo que se piensa por miedo. El miedo nos ha llevado a encerrarnos en nuestros asuntos y a ignorar las injusticias, las violaciones más flagrantes a nuestros derechos humanos, ciudadanos y políticos más elementales e incluso la desgracia del otro, para ver a quienes dedican su tiempo a la lucha por la justicia o la democracia como tontos, románticos".
 
"Todos nos acostumbramos al régimen totalitario y lo aceptamos como un hecho irrevocable y, con ello, sustentábamos su existencia. En otras palabras: todos nosotros -aunque cada uno en distinta medida- somos responsables del funcionamiento de la maquinaria totalitaria. Ninguno de nosotros es sólo su víctima, sino que todos somos, al mismo tiempo, sus creadores. No fuimos tan solo las víctimas de un sistema sino quienes lo alimentábamos y manteníamos."
 
Hoy, el miedo y la lucha por la sobrevivencia nos ha venido hundiendo en una dinámica enfermiza e inmoral. Pero esto no es una situación extraña de la que es imposible salir, sino la enfermedad propia que contamina a las naciones cuando se debilita el sistema y su espíritu democrático, como lo evidencia este discurso en el que Vaclav Havel, refiriéndose a un país que está al otro lado del mundo hace 26 años, bien podría estarle hablando a la Venezuela de hoy.
 
Esta dinámica inmoral y cínica solo nos lleva a un resultado: la resignación.
 
La resignación, que no es más que esa especie de droga que nos adormece y paraliza como resultado de la desesperanza aprendida, y reforzada por un discurso que pretende ser la única verdad, creída o impuesta, pero la única verdad contra la cual no se puede hacer nada porque luchar contra ella puede tener consecuencias muy graves para quienes se atrevan a desafiar el paradigma impuesto, como si estuviéramos en una nueva etapa del oscurantismo. Así que es mejor bajar la cabeza resignados y simular que creemos que los problemas que vivimos son el resultado de una conspiración y no de las malas decisiones que se imponen sin resistencia alguna en un sistema sin contrapesos institucionales que eviten su auto-destrucción. Acallar la conciencia, callar lo que pensamos, ignorar las injusticias, limitar nuestra existencia al rol miserable de pasar agachados y sobrevivir encerrándonos en nuestras propias vidas es una forma de control social que elimina el último y más importante contrapeso en cualquier sistema democrático: la soberanía del pueblo, que no es más que EL PODER DE LA GENTE. Pero la realidad siempre corre más rápido que quienes prefieren ignorarla y tiene extrañas habilidades para alcanzarnos y arrollarnos. Mientras actuemos de esta forma, como decía Vaclav Havel, no seremos tan solo las víctimas de un sistema sino quienes lo alimentamos y mantenemos.
 
El camino de la democracia nunca ha sido fácil, los pueblos han tenido que pagar costos muy altos por su libertad. La democracia no es el resultado de lo que está escrito en una Constitución. Una constitución por sí sola no es más que un pedazo de papel. Una constitución para que esté viva necesita del compromiso de la gente con los valores allí expresados y la disposición a luchar por ellos.
 
Los cambios se logran solo cuando las personas de a pie, las personas decentes, que somos la gran mayoría de este país, y con conciencia de lo que es ser ciudadano, lo deciden, se involucran, y se comprometen en las acciones necesarias para lograrlo. Sin la participación de la gente decente, de los ciudadanos, nada puede cambiar, pero cuando lo deciden, nada los puede detener. En esto consiste EL PODER DE LA GENTE.
 
Esta es una cruzada en donde nos toca conquistar el corazón de la gente, y despertar las conciencias y la esperanza para iniciar la construcción de un nuevo sistema democrático al servicio de TODOS. Esta es nuestra responsabilidad con la Venezuela en las que nos tocó vivir si queremos ver con orgullo, y no con vergüenza, a los ojos de nuestras próximas generaciones.
 
Benigno Alarcón Deza
Benigno Alarcón
@benalarcon
@centrogumilla
Venezuela
Director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello.

TRINO MÁRQUEZ: HAY QUE CALENTAR EL AMBIENTE ELECTORAL

Las más recientes encuestas de opinión pública que conozco –Consultores 21 y Meganálisis, entre otras- muestran que el promedio de intención del voto para la elecciones regionales del 21 de noviembre continúa siendo muy bajo entre los opositores y quienes cuestionan la actuación del gobierno, pero no se identifican con ninguna organización ni tendencia particular; esos a los que antes se les llamaba ni-ni. Esta capa anda alrededor de 35%. El porcentaje aumenta de manera significativa entre los maduristas firmes, cerca de 18%, y quienes sienten tipo de simpatía por el régimen. Otro doce o trece por ciento. En este segmento la intención de ir a las urnas sube a 65%. Los maduristas, aunque son minoría, duplican en intención de voto a los opositores, la gran mayoría del país.
 
Esas cifras las conoce Nicolás Maduro. Por esa razón, su comportamiento frente a los comicios siempre será ambivalente. Se moverá entre el llamado para que la gente vaya a depositar la papeleta, y el desestimulo a través de la amenaza abierta o velada; las violaciones a la Constitución y a la Ley de Procesos Electorales; la ambigüedad ante la observación internacional y las trastadas: persecución a tal o cual aspirante a gobernador o alcalde, silencio ante las arremetidas del Contralor General o la negativa a desterrar la odiosa figura del ‘protector’ en aquellos estados donde los aspirantes opositores ganen. El gobierno se moverá por los intersticios. Les enviará un mensaje a la Unión Europea, al canciller Josep Borrel y al presidente Joe Biden, para que crean que él ahora es un autócrata arrepentido, firme creyente de la descentralización, de las elecciones equilibradas, universales y secretas, respetuoso de la oposición y de la voluntad popular. Mientras, por la otra banda, desincentivará el sufragio opositor con una variada gama de artimañas. Ese es el estilo que define al régimen.
 
Admitida esta realidad, ¿qué debe a hacer la oposición? Exigirle a Maduro que se comporte como un caballero ceñido a los valores democráticos es una ingenuidad. Lo más lógico es que los líderes opositores traten de contrarrestar esa estrategia de disuasión y desestimulo del voto opositor, a través de una campaña que la desenmascare, contrarreste y derrote, hasta donde sea posible someter a una casta que posee el control de todos los poderes del Estado.
 
El primer paso tendría que consistir en definir una postura unitaria -si no de consenso porque no es posible la unanimidad en medio de tantas y hondas diferencias- que incluya a todos los partidos y organizaciones que comparten la misma decisión: acudir al proceso de noviembre. El retraso solo favorece al gobierno, que además de haber convocado las elecciones, acordó que realizará las primarias internas para seleccionar sus candidatos en agosto. En menos de dos meses.
 
La oposición tendría que moverse en el mismo terreno y a la misma velocidad para que el escenario político nacional no sea copado totalmente por el PSUV y sus aspirantes durante este período. Toda la maquinaria del Estado madurista será puesta al servicio de ese evento. No conviene que la oposición quede opacada por sus dudas hamletianas.
 
Además de la unidad posible, otro factor que estimularía la participación opositora en la cita de noviembre es la realización de primarias para seleccionar sus representantes. Este es otro dato importante arrojado por las encuestas, que con seguridad el régimen conoce. La fórmula vale para el oficialismo y para la oposición. Los ciudadanos quieren que se les consulte. Desean participar en la escogencia de los aspirantes a gobernadores y alcaldes. No quieren que los candidatos salgan de cenáculos o de acuerdos burocráticos adoptados por las pequeñas agrupaciones que existen en el país.
 
En la organización de esa consulta tendrían que montarse los partidos. La decisión, lo sé, no es fácil. Realizar primarias implica un costo elevado. Hay que llevar a cabo una campaña, desplazar militantes por el territorio del estado o el municipio, pagar la propaganda, las giras y los actos proselitistas. Se requiere de toda una logística costosa. Sin embargo, salvo en aquellos casos en que la decisión sea obvia porque un aspirante reúne el apoyo de todos los demás y le queda claro al electorado que esa es la figura indicada para aspirar a la gobernación o alcaldía, el método de las primarias resulta conveniente.
 
Para el PSUV los costos económicos de unas primarias no significan una limitación. Ya se sabe de dónde salen los recursos para financiar sus campañas. Aquí surge un enorme reto para el CNE: ponerle coto a los abusos y el ventajismo del partido rojo. La confrontación luce inevitable. Son muchos años cometiendo excesos sin contrapesos.
 
La unidad, las primarias, un comando nacional unificado y un discurso coherente, serán factores que animarán a los opositores a acudir a los centros de votación. Maduro no debe quedarse con la mayoría de los gobiernos regionales siendo una pequeña fracción de Venezuela.
 
Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

VÍCTOR A. BOLÍVAR: NADA DE QUE ENORGULLECERNOS

De tomar algún ejemplo que muestre a la constitución como un montón de letras muertas, lo haríamos con el emblemático Título VII, que trata sobre la Seguridad de la Nación, especialmente en el Capítulo III, que en sus tres artículos desarrolla los principios y fundamentos rectores de nuestra Fuerza Armada Nacional. No cabe duda alguna de la connotación y efectos perniciosos que para el país y los venezolanos ha tenido su derogación de facto.
 
Es ese significativo divorcio entre lo que acontece de hecho y el deber ser -que preceptúa el sistema normativo- en el que se ha afincado el régimen para mantener su hegemonía y blindar su impunidad. El manipulado sentido de pertenencia del estamento militar ha dado sus frutos de complicidad y prescindencia de escrúpulos para los que tomaron el poder luego de su tránsito castrense en el que permearon la unidad institucional con las intentonas golpistas del 92.
 
Con la victoria de Chávez en 1999, y luego de los hechos de la Plaza Altamira y abril del 2002, se abonó el camino del militarismo como tendencia y solo era cuestión de tiempo para que con una política de prebendas e interpretaciones laxas de las normas constitucionales se enquistara el fatídico poder militar en Venezuela. Sobrevinieron las amedrentadoras purgas en esa consolidación que se logró finalmente con el reparto de una especie de botín de guerra. Ministerios, institutos autónomos, bancos, seguros, PDVSA y el resto de empresas básicas, medios de comunicación, el arco minero, embajadas, diputaciones, gobernaciones y alcaldías, entre otras muchas otras concesiones dadas a cambio del espaldarazo castrense, han sido suficientes para quebrantar principios y el apego institucional al Estado de Derecho al que obliga nuestra Carta Magna.
 
Ha sido grosera la violación del articulado que los rige. El proselitismo político estimulado por la ideologización de un socialismo castrocomunista ha sido la piedra angular para que el sector militar haya permitido la grave afectación de nuestra
 
intervenida y amputada soberanía. Esta parcialidad política es consecuencia directa del sesgo que trae consigo el voto militar. La represión de la Guardia Nacional como componente de la Fuerza Armada, está al margen de su obligación del mantenimiento del orden interno dentro de un marco de respeto a los derechos humanos. La enumeración taxativa de los componentes de la FFAA, fue inconstitucionalmente violentada con la incorporación de una milicia que a la postre ha resultado ser un lamentable instrumento para el infame clientelismo político.
 
En mala hora ha tocado que esta Fuerza Armada sea la que en el Campo de Carabobo se muestre como heredera del glorioso ejército patriota que hace doscientos años selló la independencia de nuestra patria del yugo español. Nada de que enorgullecernos de quienes con su complicidad nos mantienen hoy bajo el yugo cubano y a merced de grupos irregulares. Nada que ver con nuestros valientes actos de defensa de nuestra soberanía en Los Monjes que contrastan abiertamente con los vergonzosos sucesos y consecuencias en Apure. Mañana los venezolanos, con nuestra preciada historia emancipadora, no nos sentiremos representados en Carabobo.
 
Víctor Antonio Bolívar Castillo
vabolivar@gmail.com
@vabolivar
Venezuela

LAUREANO MÁRQUEZ: A 200 AÑOS DE CARABOBO

El bicentenario de la batalla de Carabobo habría sido una magnífica oportunidad para reflexionar sobre el rumbo del proyecto que allí comenzó el 24 de junio de 1821. Una ocasión propicia para hacer un balance de la mano de historiadores, intelectuales y personas destacadas del quehacer cultural sobre cómo van marchado las cosas después de dos siglos de vida independiente. Pero para ello se requeriría que un mínimo de decencia y no es el caso.
 
Aunque quizá sobre nuestro estado de cosas ya la mayoría tiene un juicio claro: el proyecto marcha muy mal, casi que podríamos decir, peor que nunca. Uno de los pocos actos que ha trascendido es el encuentro auspiciado por el «Concejo Nacional Espiritista».
 
Cuando pensamos en la batalla de Carabobo nos viene a la mente el cuadro de Tovar y Tovar pintado en la cúpula del Salón Elíptico del Palacio Federal (no sé si se siguen llamando igual o han cambiado a salón comandante Elíptico y a Palacio Federal María Lionza, por ejemplo).
 
La batalla de Tovar y Tovar es infinita. Por ser elíptica, como la cúpula, no tiene comienzo ni final, lo cual tiene un profundo sentido simbólico.
 
Cada día que el «sol nace en el Esequibo» (que, dicho sea de paso, el régimen venezolano ha entregado con la habitual indolencia que manifiesta para todo lo que es caro al destino nacional) se libra no una, sino muchas batallas de Carabobo y cada día se gana o se pierde, no ya frente al general De la Torre, sino contra los enemigos que desde el 24 de junio de 1821 se le han venido presentando a ese proyecto político al que pertenecemos.
 
Cuando se destruyen las universidades públicas, se pierde una batalla de Carabobo. También cuando se incendia una biblioteca; cuando no se vacuna adecuadamente a la gente sino en función de lealtades políticas; cuando se encarcela, se tortura y asesina al que piensa diferente; cuando no se permite a la gente votar libremente; cuando se mantiene a una población al borde de la inanición; cuando se destruye la industria petrolera, fundamento de la economía; cuando se asesinan indígenas por la ambición de o oro, mientras se derriban estatuas de Colón; también cuando se van la luz y el agua. En cada una de estas circunstancias y en muchas otras, Venezuela pierde cada día una batalla de Carabobo.
 
El cuadro de Tovar y Tovar nos muestra a unos soldados elegante e impecablemente uniformados. No vemos los horrores de la batalla, y no es una crítica al pintor, que tendría que presentar la visión más romántica del hecho. Sin embargo, ese día allí murieron cerca de tres mil personas entre españoles (la mayoría) y patriotas, cuyos huesos deben estar por ahí en algún lugar de aquella sabana. La batalla fue cruenta, seguro la mayor parte de los soldados de Páez estaban medio desnudos y los que tenían uniforme, no lo lucirían planchado con esmero, sino con toda certeza sucio y raído.
 
¿Por qué luchaba esa gente? Puede que, en primer lugar, por la fuerza de la costumbre. Llevaban diez años peleando, primero con Boves, luego con Bolívar. Tal vez las palabras que más aparecían en la boca de los generales que los animaban al combate eran las de «independencia» y «libertad». Quizá tendríamos que evaluar, a 200 años de Carabobo, cómo marcha la patria en términos de independencia y libertad.
 
La independencia que el ejército libertador consiguió aquel 24 de junio prácticamente se ha perdido. No solo porque una pequeña isla dirige nuestro destino sino también porque nuestro futuro esta endosado a China y Rusia. Irán es otro que anda por estos lados pescando en río revuelto. Pero, más allá de los países, todo tipo de organizaciones armadas amenazan nuestra independencia.
 
A estas alturas no se sabe bien si puede decirse que el estado Apure es enteramente parte del país. La guerrilla o, mejor dicho, las guerrillas gobiernan extensiones importantes del territorio nacional. Eso sin entrar a hablar de los feudos que, especialmente en la capital, ha establecido el hampa organizada y, frente a los cuales, el hampa desorganizada no tiene prácticamente ninguna capacidad de acción.
 
Si en 1821, la independencia teníamos que conquistarla solo de España, en 2021 la reconquista de la independencia tiene muchas batallas por delante. Y en lo que respecta al ejército «forjador de libertades» de Carabobo, solo contamos con uno que forja opresión para su propio pueblo, entre otras cosas.
 
No es prudente opinar por los difuntos, pero como conocimos su opinión en vida y estamos en plan espiritista, es lícito afirmar que el Libertador estaría bastante más decepcionado de lo que lo estuvo a su muerte en Santa Marta. Incluso, seguramente, su indignación sería mayor al conocer que todo lo que se hace negando sus ideas y postulados tiene, curiosamente, como fundamento su nombre.
 
No tenemos suerte con los centenarios de Carabobo: el primero también se conmemoró en dictadura, aunque aquella, con todos sus males, al menos construía. Entre otras cosas, en propio monumento dedicado a la memorable batalla en lugar donde transcurrieron los hechos. Del segundo, la noticia que más a circulado es el aludido encuentro espiritista. Que yo en su lugar no andaría por ahí conjurando espíritus y menos el de Bolívar.
 
En todo caso, rindamos nosotros un íntimo homenaje a todos los que en Carabobo dieron su vida por un sueño que, 200 años después, sigue pendiente de hacerse realidad.
 
Laureano Márquez
eventos@laureanomarquez.com
@laureanomar
Venezuela