domingo, 5 de diciembre de 2021

ESPECIAL DEL DOMINGO CARLOS BLANCO: UNA PROPUESTA EN LA CALLE UNA DIRECCIÓN DEL MOVIMIENTO DEMOCRÁTICO OPOSITOR A TRAVÉS DE UNA ELECCIÓN POPULAR

ESPECIAL DEL DOMINGO

CARLOS BLANCO


UNA PROPUESTA EN LA CALLE


1.- María Corina Machado hizo una propuesta para elegir la dirección del movimiento democrático opositor a través de una elección popular. Similares ideas han sido planteadas por otros dirigentes políticos anteriormente; sin embargo, por quien la hace y después de la debacle del 21 de noviembre pasado, ha tenido mayor impacto en la opinión pública.


2.- Ha habido una diversidad de respuestas positivas. Hay quienes dentro y fuera de los partidos han mostrado su acuerdo. Hay suficiente conciencia de que la dirección política de las fuerzas democráticas tiene que ser renovada. Carece de la representatividad que tuvo hace 6 años. Del mismo modo el gobierno interino está deshecho y el propio Guaidó parece andar sin rumbo fijo o, al menos, conocido. No es que haya alguien que esté bien y tenga la fuerza que aquellos perdieron. No. Hay desarreglo, desajuste, incertidumbre y temor.

3.- La propuesta deliberadamente está hecha para ser construida colectivamente. Si la proponente la hubiese llenado de detalles, habría habido el campo para que uno estuviera en desacuerdo con este punto y el otro con el de más allá, mientras que un tercero argumentaría que el orden era el equivocado, etc. Un planteamiento estratégico global ―elección popular de la dirección democrática― y su carácter, tiempos y condiciones a ser elaborados por esos mismos factores democráticos que concurrirían a la elección popular.

4.- Para que tal proceso tenga lugar es indispensable que un equipo reconocido por su compromiso democrático y su independencia política asuma la concepción y organización de esta exigente operación. Podría ser como la consulta popular del 16 de julio de 2017. Pero, como habría diferentes candidatos o listas se tendrían que garantizar las mayores salvaguardas para una competencia equitativa como las que no hace el CNE.

5.- Hay la pregunta sobre quiénes pueden participar. Aquí hay opiniones sobre si estos o aquellos pueden hacerlo. Sugiero abordar el tema de otro modo y ya hay iniciativas en la misma ruta: se trataría de ponerse de acuerdo previamente en objetivos precisos (la salida del régimen) y una estrategia compartida. Todo el que coincidiera podría participar sin restricción.

6.- Algunas de las objeciones que se han enunciado son serias y otras no. Entre las serias están el costo del proceso, de dónde saldrían las personas idóneas para conducir una consulta como esta y los riesgos de la represión del régimen. El comité a crearse debe resolver esas cuestiones y ganarse la confianza en el proceso de diseño de la elección.

7.- Otras objeciones obedecen más bien a los “odios estratégicos”. Se han visto casos insólitos como el de quienes han manifestado su acuerdo con proposiciones similares pero las objetan cuando provienen de María Corina. Alguno ha hecho un memorable ridículo en la materia. También algunos dicen que por allí se colarían financistas, testaferros y candidatos al servicio encubierto del régimen, lo cual sería un peligro si no se establecieran con claridad los objetivos y la estrategia.

8.- En varias de las cúpulas de los partidos de la oposición que feneció el 21 de noviembre y de los gremios y operadores de la opinión pública que las acompañaron, han acordado no prestarle atención al tema para ver si entre diciembre y los acontecimientos de Barinas, pasa por debajo de la mesa y se disuelve. Hasta ahora no lo logran, pero es el propósito, tan descaminado como suicida.

9.- Esta propuesta no tiene el camino despejado. Apenas inicia su andadura. Puede tener éxito si algunas fuerzas políticas, dirigentes de partidos o de la sociedad civil, y organizaciones populares, la toman en sus manos y la desarrollan. Puede fracasar si se la sabotea. Sin embargo, el asunto de la dirección estratégica de la oposición es un paso indispensable para el avance de las fuerzas democráticas y quien quiera avanzar debe contribuir a resolverlo.

Carlos Blanco
carlos.blanco@comcast.net
@carlosblancog
Venezuela – Estados Unidos

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com DOMINGO 05/12/2021

 


AQUÍ TITULARES DE HOY DOMINGO 05/12/2021, DIARIO DE OPINIÓN, PULSAR SOBRE EL TÍTULO PARA LEER

  

TITULARES DE HOY - NACIONALES - 05/12/2021


ROMÁN IBARRA: EL ATRACO


JOSÉ ANTONIO GIL YEPES: CONSECUENCIAS INSTITUCIONALES DE LAS ELECCIONES


JUAN D. VILLA ROMERO: VOTO OBLIGATORIO



MIBELIS ACEVEDO: ¿LIDERAZGO EXPRESS?

Porque la vida en sociedad sería impensable sin actores que ofrezcan modelos, tracen mapas y distingan fórmulas para arribar a determinado destino; capaces de responder con concreciones a la necesidad colectiva y de asumir posiciones que les permitan influir sobre sus seguidores: por eso hablar de liderazgo es una tarea inagotable, forzosa. Mucho más en un país donde ese ejercicio parece esquivo, confundido a veces por los propios políticos profesionales (los que viven para y de la política, explica Weber) con el producto de un mero trámite administrativo.

Pero la asunción del liderazgo pide más que eso. Lo sabe el capitán del navío cuyo “espíritu sano” describe Aristóteles. El predecible, incluso rutinario desempeño de quien debe trasladarse de un puerto a otro, de pronto se ve sacudido por una pavorosa tempestad. ¿Debo tirar la mercancía para salvar la vida de mis marinos, o arriesgarme a capear el temporal con ella en la bodega, esperando que el tiempo mejore o que la nave resista?, se pregunta. Los dilemas son el caldo donde el liderazgo abreva y cuaja. Lo que obliga a seres humanos dotados de especial talento a tomar decisiones, desenredar madejas y extraer el hilo preciso, escoger un rumbo.

La asignación de ese rol crucial no puede por tanto depender de una fría y expedita diligencia. Una que se vuelve ajena a la fragua de los tiempos, -los de Kronos y Kairos- a las voluntades, esperanzas y miedos de una tripulación que, por cierto, está también facultada para hacer sus propias elecciones. Para que el piloto sea reconocido como tal, pues, su visión debe ser compartida y avalada por otros. De tal modo que, más allá del poder (la capacidad objetiva de dominio) sea la autoridad, la habilidad para persuadir, lo que prevalezca.

La reflexión viene a cuento de los nuevos-viejos pujos de algunos actores políticos venezolanos por determinar quién asume la batuta de la oposición, ahora por vía de una “gran elección popular”. La propuesta, aunque vendida como innovación, no puede menos que retrotraernos a la perversa confusión que invoca la llamada democracia tumultuaria. Parte del menú populista, la exuberante adjetivación que acaba desvirtuando la idea de la representatividad conquistada en elecciones, resurge acá como moción “rebelde”. Un llamado a desconocer un proceso que, según estos exaltados promotores, no podrá legitimar a quienes se sometieron “mansamente” a sus reglas: las reglas del otro, el enemigo.

Negados a abrazar la premisa de que “siempre es mejor contar cabezas que cortarlas”, -así decía Norberto Bobbio al reflexionar sobre la capacidad de la democracia para, más que lograr consensos, dirimir y gobernar el disenso- el discurso de sectores de la auto-mentada “oposición verdadera” no luce tan distinto al de los populismos que florecen en otra acera. En este caso, una élite que esgrime su presunta superioridad moral para encajar estigmatizaciones y fundar “lados correctos” de la historia, apela también a un idealizado, ignaro, desvalido Pueblo y lo instrumentaliza para sus fines. 

De nuevo, un “ellos” contra “nosotros” respondiendo al momento de excepción (Schmitt dixit), se acomoda a la claves de lo que Umberto Eco bautizó como populismo selectivo: un populismo conservador en el que el Pueblo, “entidad monolítica expresiva de la Voluntad Común… es solo una ficción teatral”.

Así, omitiendo a conveniencia reglas de juego y procedimientos, se insiste en desbancar el fatigoso trabajo de base, la visibilización y legitimación de liderazgos que el voto reporta incluso en elecciones autoritarias, por mecanismos paridos a juro y sin efectos vinculantes. Eso, sin siquiera contar con que la crisis de representación que desnudó el 21N anula de entrada esos atajos. Pero todo sugiere que tras la iniciativa, respira la nostalgia por la bella, triste e infructuosa historia de la consulta popular del 16J, en 2017; o la que en 2020 promovió el interinato, sin penas ni glorias. ¿Acaso se explica tanto desdén por la realidad?

Cuando se piensa en líderes prominentes -incluso aquellos que emplearon su ascendiente personal, su carisma, jerarquía social o burocrática con propósitos éticamente cuestionables- lo último que cabe suponer es que su éxito se ataba a los albures de alguna suerte de coronación express. Es la lección que queda tras los chuscos intentos de pre-fabricación de mesías. El liderazgo político, la capacidad de convencer, integrar y conducir a muchos, así como ese saber que asiste en la adecuación de medios y fines, prospera allí donde la materia prima lo permite.

En ese sentido, la reciente elección asoma también un potencial. Los espacios disputados a un gobierno autoritario, bregados y ganados con votos por una oposición retratada en su pluralismo agonista, podrían anticipar el camino hacia esa reconfiguración del liderazgo. En ese retador contexto, azuzados por una ciudadanía que parece haberse cansado de la explotación discursiva de sus necesidades, los llamados a asumir esa nueva dirección democrática están obligados, por cierto, a desactivar a los intransigentes.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
Venezuela

JEAN MANINAT: ROSA ELENA CUMPLE 100 AÑOS

Hay estirpes que duran cien años, como la de los Buendía, y van recolectando a su paso las pequeñas maravillas de su mundo: el hielo, los astrolabios, la alquimia, la levitación, las guerras y dejan su testimonio en el relato ficticio que otro escribe.

Son pocos quienes tienen la fortuna de realizar personalmente tamaño viaje -o proeza- y hacerlo además manteniendo la vivacidad, la chispa, la alegría que dispara un comentario pícaro aquí, una risa cómplice allá, una remembranza que cae del aire: el arte de desgranar la vida con ganas de vivirla y recordarla dejando muescas amables en el recuerdo de quienes han estado cerca del prodigio.

Rosa Elena Tejeda, viuda de Rondón Lovera, cumple cien años y ha visto las maravillas de su tiempo: los teléfonos comunicando inmóviles crucificados a una pared, y la telefonía inteligente en manos, bocas y oídos de gente andarina y de pocas luces, vio las primeras imágenes en blanco y negro de la llegada del hombre a la luna y ha navegado en colores por el internet sin vértigo alguno. Ha visto un país, el suyo, Venezuela, vencer el paludismo, las dictaduras, el atraso, conquistar la democracia, modernizarse y acercarse a la prosperidad, para luego verlo caer en manos del populismo autoritario y la degradación de la política democrática que tanto sacrificio costó a su generación establecer.

Formó parte de un grupo de mujeres que en el siglo pasado asumieron la lucha por la democracia sin grandes aspavientos, sin poses heroicas, sin carteles colgados en el pecho anunciando: “Atención, mírenme bien, mujer luchando”. Lo hacían desde la íntima convicción que eso era lo que había que hacer, fueron muchas y aguerridas y merecen aulas y calles de reconocimiento.

Fue militante desde joven de Acción Democrática (AD), y en las labores de lucha contra la dictadura perejimenista conoció a quien sería su esposo, el dirigente político adeco César Rondón Lovera. En medio de las vicisitudes de la lucha política, se casaron, él un preso político camino al exilio y ella vestida de novia con improvisado velo y una rosa en la mano como bouquet nupcial. Difícil no caer en la tentación de invocar el manido realismo mágico.

Luego vendría el exilio mexicano, los hijos, el regreso al país, la democracia. El parcours existencial de tantos que arriesgaron para establecer un país democrático, lo lograron, y ahora son arrumbados en la buhardilla de los olvidos. Mientras, de lado y lado, se dedican a destruir hasta lo que ya no queda en pie.

Hace ya algunos unos años, invitada por sorpresa al programa que hacía su hijo César Miguel, El soundtrack de la vida, ya al final, luego de entremezclar recuerdos y canciones, a la pregunta de cuál sería la música con la que entreveía el futuro, contestó sin titubear: Adelante ¡A luchar milicianos! A la voz de la revolución. Libre y nuestra la patria en las manos de su pueblo, por fuerza y razón. Sin señor, sin baldón, sin tiranos, con la paz, con la ley, con la acción... El himno de su juventud.

Jean Maninat
maninatj@gmail.com
@ElUniversal
@jeanmaninat
Venezuela

VICENTE BRITO: EL VOTO SE MANTIENE COMO EXPRESIÓN SOBERANA

Surge la polémica que cada día alcanza mayor espacio de opinión, no solo en los actores políticos sino que también esta toma cuerpo en la base popular donde el voto se convierte en el centro del debate. La gente se pregunta si el mismo se mantiene como lo establece la Constitución vigente el cual es la expresión soberana de los ciudadanos, para elegir sus autoridades o está sujeto a las interpretaciones de las distintas instancias de los poderes públicos, lo cual significa que el voto depende de las decisiones que asuman los responsables de garantizar su transparencia.

Los que sostienen que es el voto la mejor manera de expresar el poder de la base popular insisten que los resultados obtenidos, demuestran que la disidencia política es mayoría y que a pesar de todas las maniobras utilizadas por el sector oficial si se lograron metas que lucían inalcanzables hasta hace poco, que era poner a la defensiva a quienes se consideraban dueños del triunfo electoral del pasado 21 de noviembre. Es evidente que las reacciones observadas demuestran la insatisfacción oficial, ya que al sumar las distintas tendencias opositoras resultaron muy superiores en la mayoría de los estados y alcaldías a los votos obtenidos por el partido oficial, esto unido a la elevada abstención la cual fue promovida como expresión de protesta por algunos voceros opositores, nos indica que el voto opositor es mayoría y resulta el elemento vital para imponerse en los cambios de la conducción política que el país reclama.

Los que insisten en que los resultados electorales demuestran la no disposición oficial a ceder espacios y menos el poder, sosteniendo su tesis de que no existe la necesaria transparencia y que la imparcialidad del ente electoral no se cumplió, axial como las posiciones asumidas por los otros poderes del estado expresada en los resultados del estado Barinas, insisten que el voto no se respetó como la genuina expresión ciudadana, lo cual quedó demostrada en las múltiples acciones de presión ejercidas por quienes dicen representar al partido de gobierno en el proceso del pasado 21 de noviembre.

No obstante se observa la importancia que están adquiriendo las elecciones convocadas para el próximo 9 de enero del 2022 para elegir al gobernador de Barinas, la participación de distintos candidatos para que en unas primarias escoger al candidato opositor, complica la estrategia política oficial, donde las encuestas demuestran la evidente victoria de lograrse un candidato unitario por los distintos partidos opositores.

Por estas razones es evidente que el voto se mantiene como la expresión soberana y su fortaleza se van a demostrar más aún en la medida que los ciudadanos participemos en todos los procesos electorales por venir, es la vía para lograr los cambios necesarios que la mayoría de los venezolanos esperamos, relacionado con él será el apoyo de la mayoría.

Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución
Venezuela

ROMÁN IBARRA: EL ATRACO

El atraco perpetrado por el oficialismo en la Sala Electoral del TSJ, para anular el resultado de las elecciones regionales del Estado Barinas, muestra una vez más, el talante autoritario del gobierno, y su intención de torcer cualquier escenario que le sea adverso, usando para ello las herramientas de que dispone.

Con la decisión del alto tribunal desconocieron al CNE, el cual, estaba a punto de hacer la proclamación, pero el poder abusivo de factores oficialistas contrarios a la paz electoral, promovieron semejante afrenta. Lo bueno dentro de esa calamidad, es que se demuestra que el gobierno no puede maquillar cifras a su antojo, como sugieren los abstencionistas inútiles. Amén de que el voto es el único mecanismo eficaz para derrotar al gobierno.

El afán de preservar esa región como emblema por tratarse de la cuna de Chávez, es altamente ridículo, porque en política se gana y se pierde democráticamente y ello no comporta ninguna tragedia. Lo que sí es dramático es que hayan arrebatado un triunfo con mecanismos contrarios al derecho, para imponer una ¨razón¨ política.


Pueden haberse hecho un autogol, porque si la (s) oposición (es) reacciona (n) con inteligencia, y sabiduría, puede ocurrir que en la oportunidad de repetir esas elecciones, se les de una gran derrota, escogiendo un candidato unitario. Si ello ocurre, comenzará a descubrirse la destrucción a que ha estado sometido ese estado, a manos de la corrupción de la familia Chávez. Será eso lo que teme el oficialismo?

Sin embargo, hasta el presente lo que se sabe por boca del candidato inhabilitado Superlano, es que aspira a que lo suceda en la candidatura, nada menos que su esposa, como si se tratara de la celebración de una piñata familiar. Otros han dicho que en cualquier caso, esa candidatura le corresponde a su partido. Pues no; ni una cosa, ni la otra.

A esa señora no la conoce nadie, no tiene ningún historial, ni actividad política destacable, ni la sucesión en la candidatura, es un asunto familiar. Tampoco es aceptable el argumento según el cual, el nuevo candidato le corresponde a la franquicia en la que milita el inhabilitado, porque esos votos no fueron a favor suyo, sino contra el abuso y despropósito que significa el oficialismo en esa entidad.

Lo cierto es que los factores de oposición están a prueba una vez más, para saber de que están hechos. El gobierno, con su habitual desparpajo promoverá todo tipo de acciones para vencer. Desde la división, o inhabilitación de candidatos, hasta la compra abusiva de conciencias de quienes estén dispuestos a corromperse con dinero sucio.

Hay que estar atentos, y denunciar rápidamente todas esas trampas que el oficialismo intentará, y a quienes se presten para semejante descaro. Se trata de derrotar de manera ejemplarizante al gobierno en el Estado Barinas. Para ello, se requiere unidad y coherencia; dejar de lado los caprichos grupales, o personales, como ocurrió con la división promovida desde el G4, contra la candidatura de Laidy Gómez, en el Táchira, y la de Henri Falcón en el estado Lara.

De no haber sido por esa estupidez se hubiera alcanzado el triunfo en muchas más regiones y municipios, para desarrollar el musculo social y político necesario para enfrentar al gobierno en su interés de perpetuarse en el poder.

Seguimos interesados en promover y desarrollar los acuerdos necesarios para alcanzar una candidatura unitaria, que aglutine el sentimiento de los barineses, y permita un triunfo clamoroso para darle nuevos bríos a esa entidad tan sufrida y humillada en los últimos años por el oficialismo.

Es una tarea importante para los factores de oposición desmontar el mito de la invencibilidad del chavismo. Unidad, voto masivo, y defensa de cada mesa electoral. Si se puede!

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela

JOSÉ ANTONIO GIL YEPES: CONSECUENCIAS INSTITUCIONALES DE LAS ELECCIONES

La primera consecuencia institucional de los resultados de las elecciones es que el voto reapareció como la vía de competencia política, desplazando al conflicto. El que la oposición haya ganado 117 alcaldías, de 26 que tenía, demostró que sí vale la pena votar porque se le puede ganar a un régimen que pretende ser hegemónico.

La segunda consecuencia se refiere a un cambio emergente en la forma de hacer política. Quienes ganaron esas 117 alcaldías ahora opositoras, a pesar de grandes desventajas, son en su mayoría personas que se dedican al trabajo social, a acompañar a la gente en la solución de sus problemas, en vez de esa fea costumbre politiquera de aparecer en momentos electorales para usufructuar del poder. Por lo que he observado, nuevos gobernadores y alcaldes oficialistas también han caído en cuenta de que no pueden seguir gobernando a espaldas de la gente.

La tercera consecuencia institucional es extensión de la anterior: contamos con 37 partidos nacionales y 35 regionales. En esa anarquía, la mayor minoría es el PSUV, con 10% de identificación partidista; ninguno de los demás partidos supera el 3% y la gran mayoría no alcanza el 1%. Los nuevos elegidos que han entendido que necesitan hacer política acompañando a la gente van a hacer crecer sus partidos y a absorber a los que no lo entiendan. De allí surgirán menos partidos más grandes, lo cual facilitará la toma de decisiones y la recuperación de la credibilidad en “la política”.

La cuarta consecuencia institucional sería que gobernadores y alcaldes respectivos resuciten los Consejos Regionales de Gobierno: instancia constitucional de coordinación entre ellos; y que los gobernadores oficialistas resuciten la Asociación de Gobernadores de Venezuela, incluyendo a los tres opositores. Es probable que estas dos instancias traten de rescatar las figuras del Situado Constitucional para que la asignación de recursos fiscales sea más ordenada y previsible, la descentralización y el Consejo Federal de Gobierno. La inmensa presión sobre la pésima calidad de los servicios públicos refuerza el interés por reanimar la transferencia de competencias y presupuestos.

La quinta consecuencia institucional es que no creo que NM se atreva a nombrar protectores para opacar a los mandatarios descentralizados. Sin embargo, si la Alianza Cívico-Militar se atrevió a desconocer la elección del Freddy Superlano en Barinas, aquí todavía puede pasar cualquier cosa.

La sexta consecuencia se ubica en el reconocimiento internacional del gobierno venezolano y la intensidad de las sanciones. Si bien los observadores electorales de la Unión Europea en su informe final no se refirieron a nuestras elecciones como “libres y justas” por las anomalías que reportaron (y las que no reportaron), reconocieron sus resultados; no así la administración de EEUU, quien, por ahora, mantendrá dichas sanciones. Pero esto deja al gobierno sin razón para negociar en México ya que su principal objetivo allí era la flexibilización de dichas sanciones y por ello mejoró las condiciones electorales. Sin embargo, al oficialismo ahora le puede interesar reactivar estas negociaciones si incluye entre los negociadores a las otras oposiciones – distintas a la MUD– que ganaron cargos de elección. Esto le permitiría proyectarse al mundo como un gobierno que es reconocido y se entiende con opositores, generando así una matriz de opinión de que los gobiernos que no lo reconozcan y sancionen serían extremistas.

Queda por verse si el acercamiento Biden-EEUU con la UE sobre cómo tratar el caso Venezuela se sigue resquebrajando, mientras algunos países europeos se acercan para recupera terrenos geopolítico-económicos en Venezuela y rompen la unidad de la política de la UE sobre nuestro caso. Un indicador clave es si se mantiene el reconocimiento de estos países a Juan Guaidó como Presidente Interino. Por ahora, Guaidó está invitado a una reunión de la Casa Blanca el 10-12-2021; mientras que el nuevo gobernador del Zulia, Manuel Rosales, opositor, ya visitó a Nicolás Maduro en Miraflores.

Todo esto converge hacia el fin de la era de la polarización definida como una hegemonía oficialista versus una oposición enfocada en cambiar al gobernante. Ahora el gobierno tienen diversos interlocutores y cada uno de ellos tiene un enfoque, muchos de los cuales buscan ocupar espacios vacíos y ser útiles para construir una vía socioeconómica-electoral hacia el poder. Si el Alto Gobierno se da cuenta de este nuevo juego, acelerará la recuperación económica y la descentralización para recuperar su conexión con la población.

José Antonio Gil Yepes
prensayradio9@gmail.com
@joseagilyepes
Director de Datanalisis
Contacto: 0424.9909099

JUAN D. VILLA ROMERO: VOTO OBLIGATORIO

En artículos anteriores he comentado acerca de la importancia de la participación electoral, pero hoy creo que hay razones sustantivas para hacer obligatorio el voto y atacar de raíz a la indiferencia que nos mantiene estancados como Nación.

Entendiendo que el voto fue obligatorio en Venezuela y sin embargo, la abstención fue creciendo y el Estado fue incapaz de hacer cumplir esa obligación.

Propongo poner sobre la mesa una reforma estructural hacia nuestra legislación que nos direccione a la adopción del voto obligatorio para hacer frente al abstencionismo, la irresponsabilidad y la demagogia de ciertos sectores, pensando en los incentivos y las penalidades para manejar esa materia de forma más convincente.

Me refiero a hacer un ordenamiento legal que garantice la participación obligatoria de la gente en la renovación de cada uno de los cargos deliberantes: al hecho que el ciudadano comprenda que el voto es un deber cívico y se presente en el centro electoral, marque en la máquina la opción de su preferencia, deposite el comprobante en la caja de resguardo y dejé constancia de su participación firmando el cuaderno de votación.

El primer motivo por el que adoptar el voto obligatorio es de carácter práctico: cuando se implementa correctamente y se hace cumplir, se consigue una participación casi absoluta, como el sistema australiano, brasileño y argentino ponen de manifiesto.

El segundo motivo por el que es deseable es porque es una gran fuente de información. Cuando todos los ciudadanos participan, los conceptos “mayoría silenciosa o solos no podemos” quedan desactivados. No es un asunto menor. Cuando hay voto obligatorio, no hay preferencias que no se atribuyan. Unos votan al partido A, otros al B e incluso es válido el voto nulo militante es más efectivo que la abstención -como reclamo legítimo-. Independientemente con lo que suceda en los resultados, lo que es claro es que con una participación absoluta de la sociedad en los asuntos políticos, los perdedores de las elecciones tienen muy difícil argumentar que hablan en nombre de la “mayoría silenciosa”, de la “gente corriente” o de la “Venezuela que madruga”, ya que no sería coincidencia.

El tercer motivo por el que cabe introducir en nuestra legislación el voto obligatorio es que conlleva un mayor contrapeso sobre los abusos o arbitrariedades cometidas por determinados sectores de la vida pública nacional. Cuando la participación es casi universal, las elecciones mandan una señal muy clara a los políticos recordándoles que no hay lugar para implementar estrategias abstencionistas, así como también, haciéndoles saber que los cargos de elección popular penden del esfuerzo cívico de todos los ciudadanos, y no únicamente de los más movilizados.

Y el cuarto motivo es que la mayoría es real.

Tan solo pensemos con cabeza fría en los últimos procesos electorales que ha afrontado mal nuestro país: procesos como las elecciones presidenciales de 2018 (46% de participación), las parlamentarias 2020 (30% de participación); y las recientes elecciones de gobernadores, legisladores regionales, alcaldes y concejales cuya participación fue de (42%). ¿Qué resultados trajo consigo esto? Oportunidades perdidas que pudieron abonar a detener el sufrimiento y el conflicto que hoy mantiene en involución a nuestro país.

Si, en cambio, el voto fuera un deber cívico de carácter obligatorio, el resultado de los últimos procesos eleccionarios ciertamente representaría a la mayoría de quienes legítimamente queremos un futuro digno para nuestro país.

Pero de entre todas las ventajas del voto obligatorio hay una que encuentro indiscutible: la pedagogía moral de demostrarnos a nosotros mismos que defender a la democracia de la autocracia no es gratis.

Votar funciona, además que otorga a los ciudadanos grandes ventajas: es justo que tenga su coste, que ni siquiera es un valor en dinero, sino en obligatoriedad.

Veo preciso dejar esta reflexión: “Sí pagamos impuestos, por qué no defender a la democracia del radicalismo y que la democracia se pague con los votos de todos”.

Para finalizar, en Unidad Visión Venezuela estamos claros que esta propuesta no tendrá acogida en los grupos de poder, porque ambos medran por la abstención.

Juan D. Villa Romero
juandiegovillaromero27@gmail.com
http://visionvenezuela.blogspot.com
@jdiegovillave
@visionvenezuela
Venezuela