lunes, 16 de noviembre de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, DIARIO DE OPINIÓN, LUNES 16/11/2020

 



MERCEDES MALAVÉ GONZÁLEZ, CUENTA REGRESIVA
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 22 hours ago
Aunque lo primero que habría que preguntarse es qué porcentaje de venezolanos están pendientes de las próximas elecciones en los Estados Unidos, lo cierto es que la opinión publicada -sea de política, farándula, deporte, gastronomía, tecnología, etc.- gira obstinadamente alrededor de los asuntos internos de los norteamericanos. Ambos grupos están completamente convencidos de que su candidato va a ganar. Esperan con ansias el resultado para salir a espetar insultos a quienes aseguraban el triunfo del adversario. Sólo por esto ya podemos decir que Trump ganó; logró imponer su estrat...
COMITÉ ORGANIZADOR DE LA CONSULTA POPULAR, SEGUNDO BOLETÍN, AJUSTES
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 22 hours ago
El Comité Organizador de la Consulta Popular, considerando aspectos técnicos, logísticos y operativos informa al país que ha sido necesario ajustar el cronograma para la Consulta Popular y se ha establecido lo siguiente: Primero: El Comité Organizador estará respaldando la Fase Inicial denominada “Operativo Contra el Fraude” que se realizará el 05 y 06 de diciembre. Diputados, partidos, organizaciones de la sociedad civil y el Observatorio Contra el Fraude designado por la Asamblea Nacional, activan el Operativo Contra el Fraude, con un despliegue de observadores en los centros d...
JOSE LOMBARDI, EL SUEÑO AMERICANO
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 22 hours ago
El Famoso sueño americano idealizado por los Estados Unidos es la posibilidad de surgir frente a la adversidad y es una de las características predominantes de esa nación, es un sueño que abraza el progreso y un futuro mejor, convertir los anhelos en realidad a través del trabajo, es la cultura del esfuerzo y la constancia recompensada que se transmite de generación en generación, Estados Unidos es un país que se ha construido sobre la base de estos sueños, en especial la de sus inmigrantes y han hecho posible una nación abundante de riquezas y diversidad cultural pero respetuosa ...
LUIS MARIN, AMERICAN FRAUD
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 22 hours ago
Sostenemos como evidentes estas verdades: Joe Biden no es Presidente de los EEUU, ni siquiera “electo” como lo llaman ciertos medios de comunicación con extraña insistencia, porque la elección del presidente no es por sufragio directo sino que en primera instancia se nombran unos electores presidenciales que se reunirán en sus respectivos estados “el lunes siguiente al segundo miércoles de diciembre”, para manifestar sus preferencias, en la que son autónomos, no están subordinados a nadie. Hay precedentes de electores que votan a favor de un candidato distinto al de la lista en qu...
JOSÉ LUIS ZAMBRANO PADAUY, LA ELECCIÓN MÁS ALOCADA DEL MUNDO
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 22 hours ago
No hay certidumbre sobre los comicios norteamericanos. Fueron días enteros y confusos en una espera interminable sobre los resultados. El mapa colorido tuvo cansadas las pupilas de un mundo expectante. Un debate casi agónico sobre quién tenía la razón. Eso demolió mis ímpetus para opinar y sería una gran irresponsabilidad no hacerlo, cuando los más expertos en el área comunicacional se la han jugado con uno u otro bando. Es difícil estar en medio de la controversia, sin tomar parte emocional. Sin afrontar los meandros del debate. Joe Biden ha tenido la venia por parte de las caden...
ANDRÉS HOYOS, EL LIBERALISMO EN CRISIS, DESDE COLOMBIA
Unknown, EL REPUBLICANO LIBERAL II - 22 hours ago
Donald Trump es el síntoma, no la enfermedad. Su muy alta votación, así haya perdido por un margen de 200.000 votos en cuatro estados que ganó en 2016, ratifica la crisis del liberalismo filosófico en el mundo y muy en particular en Estados Unidos. Mucha gente no le camina a sus premisas. Un hecho es contundente: más de 71 millones de personas, sobre todo hombres blancos mayores de 50 años, votaron por Trump, ocho millones más que en 2016. No me propongo parcelar esta inmensa cantidad de gente en porciones exactas, pero quitando los conservadores a ultranza, los miembros disciplin...

MERCEDES MALAVÉ GONZÁLEZ, CUENTA REGRESIVA

Aunque lo primero que habría que preguntarse es qué porcentaje de venezolanos están pendientes de las próximas elecciones en los Estados Unidos, lo cierto es que la opinión publicada -sea de política, farándula, deporte, gastronomía, tecnología, etc.- gira obstinadamente alrededor de los asuntos internos de los norteamericanos.

Ambos grupos están completamente convencidos de que su candidato va a ganar. Esperan con ansias el resultado para salir a espetar insultos a quienes aseguraban el triunfo del adversario. Sólo por esto ya podemos decir que Trump ganó; logró imponer su estrategia de polarización “ad hominen”, que lleva a posiciones cuasi existenciales y moralistas frente a ambos candidatos.

Respecto al caso de Venezuela, cabe recordar que demócratas y republicanos han decidido enfrentar al régimen de Maduro con sanciones y bloqueos. No reconocerán elecciones sin una lista de condiciones que el régimen se niega a conceder porque significarán su derrota. Además, todo parece indicar que el conglomerado cívico-militar que preside Maduro, no piensa entregarse ni por escrutinio, ni por presiones, ni por negociaciones, mucho menos por invasiones. Su agenda es la resistencia civil y armada: atravesar este período especial mediante maniobras de supervivencia, aunque en el camino padezcan muchos venezolanos; arreciar el control social con intimidación, persecución, detenciones arbitrarias y promoción de la abstención. El modelo cubano se impuso en el chavismo, aunque muchos internamente no lo compartan. El deterioro físico y moral de nuestro país refleja el tránsito hacia un autoritarismo hegemónico con rasgos totalitarios.

La comunidad internacional, que promueve la abstención y las sanciones, insiste en la necesidad de generar presión interna. Es como pedirle a un asfixiado que corra. Ante semejante contrasentido, urge un movimiento de unión nacional que enfrente tanto el modelo cubano como el sistema de sanciones, bloqueos y abstenciones que sólo favorece a un grupo opositor cada día más reducido, desacreditado y orientado hacia el exilio. Es Venezuela y los venezolanos quienes tenemos que generar un cambio a partir de un gran movimiento de unión nacional. Somos responsables de nuestro destino y debemos buscar una solución interna a la crisis política, económica y social, ideológica y moral, que vivimos.

Si estamos frente a un régimen que no ofrece alternativas de negociación, ni de escrutinio, ni de concesiones mediante presiones y amenazas, lo lógico es enfrentarlo con las armas que ofrece la ciudadanía organizada: esa grande y abrumadora mayoría que quiere cambio pero se siente desesperanzada frente a la ausencia de alternativas a este desastre. En otras ocasiones lo hemos experimentado: frente a la trampa, el ventajismo y el secuestro institucional, una oferta electoral unitaria, organizada y dispuesta a participar masivamente en elecciones, renueva e impulsa la lucha democrática de los venezolanos. Ése es el camino de la presión interna y, hoy lo podemos decir con plena certeza, es el único camino que ha dado resultados favorables.

Parece también fundamental que un grupo de chavistas se desprendan del proyecto hegemónico de Miraflores, y rechacen, como lo vienen haciendo, la supremacista ley anti-bloqueo. El camino de la satanización política instaurada por Hugo Chávez ya no es opción para quienes pretenden preservar el llamado “legado” de su líder.

Nada de esto lo va a resolver el triunfo de uno u otro candidato norteamericano. Ojalá que después de la cuenta regresiva volvamos a ocuparnos de lo que nos tenemos que ocupar.

Mercedes Malavé
mmmalave@gmail.com
@mercedesmalaveg
Directiva de Unión y Progreso

COMITÉ ORGANIZADOR DE LA CONSULTA POPULAR, SEGUNDO BOLETÍN, AJUSTES

El Comité Organizador de la Consulta Popular, considerando aspectos técnicos, logísticos y operativos informa al país que ha sido necesario ajustar el cronograma para la Consulta Popular y se ha establecido lo siguiente:

Primero: El Comité Organizador estará respaldando la Fase Inicial denominada “Operativo Contra el Fraude” que se realizará el 05 y 06 de diciembre.

Diputados, partidos, organizaciones de la sociedad civil y el Observatorio Contra el Fraude designado por la Asamblea Nacional, activan el Operativo Contra el Fraude, con un despliegue de observadores en los centros del régimen para registrar la realidad de la participación, las irregularidades y presentarlas al país y al mundo. El llamado a los venezolanos es a dejar los centros vacíos, en rechazo a la farsa que pretende usurpar el Parlamento Nacional.

Segundo: La Fase de Participación Digital se realizará del 07 al 12 de diciembre de 2020.

Todo venezolano mayor de 18 años con su cédula de identidad o pasaporte, vencidos o vigentes, podrá participar a través de las plataformas digitales.

Tercero: La Fase de Manifestación Presencial se realizará el 12 de diciembre.

Dentro y fuera del país funcionarán los “Centros Para la Consulta” con el fin de depositar la ratificación de voluntad. Quienes no puedan participar de forma digital, ese día podrán hacerlo manualmente en las mesas distribuidas a nivel nacional y en las principales ciudades del mundo.

Cuarto: insistimos que en la Consulta se garantizan las siguientes condiciones:

– El secreto de la manifestación de voluntad.

– Una persona, una manifestación de voluntad.

– Se establecen mecanismos de control para identificar anomalías en caso de ocurrir.

– El sistema es auditable y confiable.

– La data está protegida en servidores del exterior.

Quinto: Hemos solicitado la creación de las redes sociales oficiales de la Consulta Popular. Anunciamos que son Twitter: @ConsultaPorVzla, Instagram: @consultaporvzla, Facebook: ConsultaPorVzla. Adicionalmente en las del Gobierno Interino y de la Asamblea Nacional se ofrecerán detalles sobre el proceso de participación en la Consulta Nacional.

Reiteramos la invitamos a participar en la Consulta Popular, una iniciativa apoyada por organizaciones de ciudadanos venezolanos en el país y en situación de migrantes en el mundo, donde todos los venezolanos podrán expresar su voluntad como el mejor camino para hacer de Venezuela un país libre y democrático.

En Caracas a los 13 días del mes de noviembre de 2020.

por @Presidencia_VE
 
Centro de Comunicación Nacional 13 de noviembre de 2020
@Presidencia_VE
https://presidenciave.com/presidencia/segundo-boletin-comite-organizador-de-la-consulta-popular/

JOSE LOMBARDI, EL SUEÑO AMERICANO

El Famoso sueño americano idealizado por los Estados Unidos es la posibilidad de surgir frente a la adversidad y es una de las características predominantes de esa nación, es un sueño que abraza el progreso y un futuro mejor, convertir los anhelos en realidad a través del trabajo, es la cultura del esfuerzo y la constancia recompensada que se transmite de generación en generación, Estados Unidos es un país que se ha construido sobre la base de estos sueños, en especial la de sus inmigrantes y han hecho posible una nación abundante de riquezas y diversidad cultural pero respetuosa y subordinada al sagrado imperio de la ley.

Con profundas raíces democráticas y una clara inclinación al capitalismo como sistemas político y económico, en los últimos cien años Estados Unidos ha sabido crecer y mantenerse como la nación más importante y poderosa del planeta, sin embargo nadie escapa del destino y todo lo que comienza debe terminar, de allí la famosa expresión de que “tarde o temprano los imperios caen” seguramente Estados Unidos no se escapara de este destino, lo que nunca sabremos es cuando ocurrirá pero tengan la certeza a menos que se interponga el apocalipsis que vendrá un nuevo imperio.

China alguna vez fue imperial y sabe el placer que produce tener ese poder, no hay dudas que el avance de China persigue  un solo objetivo y harán lo necesario para volver a obtenerlo, cuando Donal Trump ganó las elecciones en el año 2016 supuse que Estados Unidos por decisión propia iniciaba un proceso de auto revisión sobre su institucionalidad y valores democráticos que terminó de consumarse con el intento de reelección de Trump que más allá de una reelección significó un referéndum sobre el futuro de la nación, por un lado Bidden representando la institucionalidad establecida a través de su mensaje unitario “el alma de la nación” y Trump con un mensaje incendiario, supremacista y divisionista de “América grande otra vez”.

Al día de hoy ya sabemos que por fin Trump ha reconocido su derrota, lamentablemente lo ha hecho con poca elegancia y carente de reglas democráticas, sin embargo, eso no desestima que la voz del pueblo norteamericano se haya expresado con fuerza en una elección con cifras récord de participación, el mensaje encarnado por la dupla Bidden-Harris lo apoyó la esencia del sueño americano, los testigos vivos de las reivindicaciones políticas y sociales, los excluidos y los soñadores que dan fe con sus almas de que el sueño americano es real y que este debe continuar, son nada más y nada menos que las mujeres, las minorías raciales y los jóvenes.

 Un mensaje para el mundo libre y democrático que nos llena de Esperanza frente a la incertidumbre y oscuridad que hoy prevalece, con respecto al caso venezolano es contradictorio que la oposición encargada de restituir la Democracia en Venezuela y derrocar un gobierno autoritario, populista y antidemocrático haya elegido la opción más parecida al adversario que aspira derrotar, esto me lleva a concluir que siguen desorientados y alejados del sentimiento popular, siguen privando los interés particulares que no terminan de darle paso a una estrategia seria, responsable, desprendida, trascendente, patriótica, honesta y venezolana.

Aspiramos que lo sucedido en Estados Unidos sirva como faro guía a todas las naciones que aspiran disfrutar de los beneficios de la Democracia e irradié con fuerza por todos los rincones del mundo para que ayude a erradicar los gobiernos autoritarios, populistas y antidemocráticos que hoy secuestran a muchos pueblos, sólo la Democracia puede garantizar los Derechos Humanos y la libertad.

Jose Lombardi
jjlombardiboscan@gmail.com
@lombardijose

LUIS MARIN, AMERICAN FRAUD

Sostenemos como evidentes estas verdades: Joe Biden no es Presidente de los EEUU, ni siquiera “electo” como lo llaman ciertos medios de comunicación con extraña insistencia, porque la elección del presidente no es por sufragio directo sino que en primera instancia se nombran unos electores presidenciales que se reunirán en sus respectivos estados “el lunes siguiente al segundo miércoles de diciembre”, para manifestar sus preferencias, en la que son autónomos, no están subordinados a nadie. Hay precedentes de electores que votan a favor de un candidato distinto al de la lista en que fueron nombrados.

Las boletas de los electores presidenciales serán remitidas a la presidencia del senado y contadas por las dos cámaras federales, reunidas en congreso, el 6 de enero a las 13 horas. Sólo después de esta ceremonia el Presidente de los EEUU se declara oficialmente electo.

Esta elección indirecta tiene el propósito manifiesto de evitar “la tiranía de la mayoría”, de la que querían precaverse los Padres Fundadores de la República, de hecho, fue el punto más debatido por los constituyentes originarios, que concluyeron en esta fórmula para evitar que los estados más poblados prevalezcan siempre sobre los menos, los centros urbanos sobre los rurales, etcétera, equilibrando intereses aparentemente inconciliables.

Algunos medios de comunicación y ciertos círculos interesados han querido imponer un sistema de elección directa que no existe en la Constitución ni en las Leyes de la República; pero lo más grave es que lo dan por consumado, actúan en consecuencia usurpando funciones, tratando de imponer todo esto como un hecho cumplido.

Aunque parezca una osadía decirlo: Donald Trump es el Presidente de los EEUU, electo y en ejercicio del cargo, cuyo período en curso concluye al mediodía del 20 de enero de 2021 aunque los poderes fácticos insistan en tratarlo como si estuviera fuera del cargo, depuesto mediante un golpe de estado mediático.

Tiene perfecto derecho a impugnar los procesos electorales en curso en los estados en que se han observado manipulaciones indicativas de un gigantesco fraude electoral, como es perfectamente conocido en Venezuela, donde se ha denunciado por décadas sin que nos hayan prestado la menor atención, hasta que aparece reproducido en otros países con casi idénticas características.

El expresidente demócrata James Carter participó de manera personal y a través de su organización, el Centro Carter, en la imposición del sistema electoral fraudulento de Venezuela, por lo menos desde el llamado referéndum revocatorio de agosto de 2004, pero sus vínculos con el régimen son muy anteriores y continuaron después, encubriendo con artificios técnicos y avalando con su supuesto prestigio el fraude sistémico implantado. Concluyó declararando que “el proceso electoral de Venezuela es el mejor del mundo”.

Por cierto que le habían dado el Premio Nobel de la Paz en 2002, durante su gobierno restableció las relaciones diplomáticas con China comunista en 1979, aunque más se recuerda por la humillación ante Irán durante la crisis de la embajada que duró más de un año, desde diciembre de 1979 a enero de 1981 en que asumió Ronald Reagan.

En 2009 dirigió la comisión bipartidista Carter-Baker que concluyó en que el voto por correo se presta a “fraude y cohecho”, por lo que se descartó su uso, restringiéndolo a casos excepcionales bajo estrictos controles. Luego el partido demócrata, en una operación deliberada y consciente, impulsó el voto por correo, manipulando las regulaciones para relajar sus condiciones, eliminar restricciones y hacerlo masivo hasta superar al voto presencial. Esto facilita el voto de indiferentes, abstencionistas, incapacitados y electores ficticios, al romper el vínculo entre la boleta electoral y una persona bien identificada.

Otro punto denunciado es la adulteración del registro electoral, por supuesto, si se abulta el número de potenciales electores se abre espacio para añadir los votos que sean necesarios para asegurar la supuesta elección del candidato favorecido; no obstante, no son raros los casos en que aparecen más votos emitidos que votantes inscritos.

Algunos estados se han resistido a depurar sus registros electorales de personas fallecidas y cambios de residencia, contra todo requerimiento y demanda, al punto de que en ellos no se habría muerto ni mudado nadie en lo que va de siglo. El registro no hace sino crecer y como las competencias electorales son privativas de cada estado, éstos las manejan a discreción y es bien poco lo que se puede hacer para obligarlos.

Al principio, el “organizador social” Obama hizo campañas para que la gente se registrara para votar, sobre todo en los estratos más bajos de los suburvios, donde nunca hubo el menor interés en elecciones. Luego, para que consintieran en que otros lo hicieran por ellos. De allí a pagarles no hay sino un paso y hoy el mecanismo ha evolucionado al punto en que surgieron “cosechadores” (ballot harvesting) que buscan las boletas de puerta en puerta, a veces con un cupo de 10, 20, o sin límites y terminan acopiando los pagos de amplias zonas. En unas, pagar el voto es delito equivalente a soborno, en otras, miran a los lados.

Sería agotador además de incorrecto distraerse en triquiñuelas menudas, por ejemplo, la verificabilidad de las boletas mediante marcas de agua u otros procedimientos de seguridad, que son importantes pero no es donde está la trampa, mientras por otro lado se introduce el voto electrónico mediante máquinas de votación y toda la parafernalia tecnológica que las acompaña, que vuelve al sistema inescrutable incluso para técnicos muy especializados.

En estos casos, la disparidad entre el voto emitido y el registro efectuado, el traspaso de votos de un candidato a otro, etcétera, surgen como “errores”  excusables que se pueden detectar, rastrear y corregir; pero en verdad se trata de todo un sistema de colusión que atrapa las hormigas y deja pasar los elefantes.

El punto nodal es que un puñado de operadores está en capacidad de distribuir los votos mediante algoritmos, según les resulte conveniente, en interés de quien pague el servicio, sin que ni siquiera pueda hablarse de “fraude”, porque son programas que se ejecutan automáticamente; exactamente como las llamadas encuestadoras hacen “predicciones” para darles credibilidad a unos resultados que fueron concebidos de antemano.

Así las elecciones dejan de tener sentido y ni siquiera merecen ese nombre porque todo queda en manos de la élite ilustrada y todopoderosa que administra el sistema, los mismos que saben qué es realmente lo que le conviene a cada quien, al medio ambiente, al mundo y llaman a cualquier denuncia “teoría de conspiración”.

Para los comunistas esto no es ningún problema porque siempre han predicado que “las elecciones son una farsa de los ricos para engañar a los pobres”, por lo que donde quiera que toman el poder, efectivamente, convierten a las elecciones en una charada en que se vota pero no se elige, como en Cuba, donde Castro, después del triunfo de la revolución hecha con la promesa de realizarlas, luego vociferaba: “¡Elecciones, ¿para qué?!”

Nikita Kruschef predijo que el socialismo no tiene futuro si no es capaz de resolver el problema de la sucesión, pues no podía ser que cada vez que se presenta esta circunstancia los lleva al borde de la guerra civil. Agregaba, no sin cierta envidia, que occidente había encontrado esa solución en las elecciones que, burguesas y todo, funcionaban.

La historia ha superado los gobiernos absolutos de sucesión dinástica, ojalá también los golpes de estado por los que tanto se critica a Iberoamérica, algunos todavía acarician las virtudes de la negociación entre élites para pactar sucesiones incruentas, la mayoría cifraba la legitimación de su voluntad en las elecciones.

El fraude electoral sistémico es una suerte de pérdida de la inocencia; pero la interrogante que plantea es peor: ¿Qué pasa si las elecciones dejan de ser el mecanismo idóneo para contestar la pregunta fundamental de quién debe tener la dirección política del Estado?

Ojalá los norteamericanos encuentren alguna solución institucional, para copiárselas.

Luis Marin
lumarinre@gmail.com
@lumarinre
Miranda-Venezue

JOSÉ LUIS ZAMBRANO PADAUY, LA ELECCIÓN MÁS ALOCADA DEL MUNDO

No hay certidumbre sobre los comicios norteamericanos. Fueron días enteros y confusos en una espera interminable sobre los resultados. El mapa colorido tuvo cansadas las pupilas de un mundo expectante. Un debate casi agónico sobre quién tenía la razón. Eso demolió mis ímpetus para opinar y sería una gran irresponsabilidad no hacerlo, cuando los más expertos en el área comunicacional se la han jugado con uno u otro bando.

Es difícil estar en medio de la controversia, sin tomar parte emocional. Sin afrontar los meandros del debate. Joe Biden ha tenido la venia por parte de las cadenas televisivas y los demás medios formales de comunicación. Donald Trump, en cambio, ha sido un caramelo ácido, un insoportable sin remedio, con una confrontación visceral y un orgullo manifiesto frente a los periodistas.

Se inició la campaña con unas encuestas siempre a favor y con amplio margen por parte del candidato demócrata. Los debates acalorados, la campaña pintoresca y hasta un baile popularizado en las redes generó que Trump remontara a su adversario en las últimas semanas, desestimando lo agrio de su temperamento y su populismo dislocado.

Así llegó el día del sufragio. Masivamente los electores supieron hacer valer el derecho a elegir a su gobernante. Pero había un giro paulatino y total en torno a las probabilidades. Existía una paridad que hacía presagiar resoluciones alargadas. El mismo Trump ya cantaba el fraude semanas antes, con un tono que sonaba a no aceptar la derrota o a olfatear algo no ajustado a la norma.

Esa primera noche fue un drama. La siguiente tampoco se tuvo una respuesta. El mapa estaba allí, moviéndose en sus dos pintas, pero apostando progresivamente hacia el candidato azul. Entonces Donald declaró sin tapujos. Anunció que el proceso estaba atiborrado de irregularidades. Que el voto adelantado no era valedero y solo debían contabilizarse aquellos realizados ese día. Denunció que seguían llegando votos a los centros y que no reconocería el resultado viciado.

No había mucha sorpresa. Como esas películas melancólicas en las que ya se presiente el final. Sabíamos que cantaría fraude. Que rechazaría de plano el resultado cuando se viese amenazada su proyección. Pero no creo que sea el ímpetu de un bufón desproporcionado ni las rabietas ingenuas de un mal perdedor. Sería un error capital tomarse tamaña denuncia a la ligera, siendo el mandatario del país más poderoso del mundo.

Las mismas cadenas televisivas sacaron del aire la transmisión de la rueda de prensa. Las razones pueden ser diversas: evitar que se generara violencia en las calles, impedir el propagar lo que ellas consideraron una mentira, que no presentara pruebas -como así se justificó- o simplemente no soportan al personaje y lo ven en el final de su permanencia en la Casa Blanca.

Entonces el sábado fue el día decisivo. Entre vítores y un jolgorio intenso, los canales de televisión norteamericanos dieron por ganador a Biden. Ya no alargarían más el proceso. Demasiados desvelos para la contienda. El demócrata es quien debería trabajar desde el despacho oval, como lo hicieron valer los más poderosos y los desmesurados por las resoluciones.

Trump prefirió jugar golf en Virginia, con una tranquilidad pasmosa. Él siempre se ha saltado a la torera todo lo establecido. No le ha temblado el pulso para decir lo que se le antoja. Pese a ello, podría tener algo en su poder que cambiaría la historia de los Estados Unidos. Si realmente cuenta con las evidencias incuestionables de una trampa demócrata, el panorama político podría cambiar drásticamente ante un engaño masivo que el pueblo norteamericano no perdonaría.

En Michigan un representante del partido Republicano denunció que varios condados utilizaron un software que provocó el desvío de seis mil votos de Trump hacia Biden. También se habla de manipulaciones en Pensilvania con el voto por correo. Una fundación denunció que en ese estado estaban todavía 21 mil personas fallecidas en la lista de votantes. No pueden desestimarse estas pruebas. Las irregularidades están y a los ojos de todos. Nos tocará palpar los pasos próximos de los abogados del catire y sus agudezas para convencer a 330 millones de habitantes.

Volvería los días de reconteos, aunque ya se tenga a un vencedor anunciado en los medios. Los mismos republicanos están aturdidos ante las denuncias, en las que Trump asegura que “los procedimientos legales apenas comienzan”. No será una tarea sencilla cambiar un resultado evidente. El presidente norteamericano cuenta con los arrestos suficientes para afrontar esta dificultad -si es que también cuenta con argumentos irrevocables-, pero no sabemos si su entorno quiera asumir ese riesgo.

Las mofas hacia Trump han sido continuas. Si no muestra pronto alguna evidencia concluyente y decisiva, que nos haga saltar de nuestros asientos, se convertiría en el hazmerreír de la historia. Lo castigan por tratar de socavar la democracia al negarse a aceptar la derrota, propinando acusaciones infundadas. Por ahora cuesta llevar cualquier consideración sin tomar partido. Solo resta esperar para ver si evitar el reconocer la victoria de su adversario ha sido el espectáculo de un magnate delirante o tenemos ante nuestros ojos una farsa que puede cambiar el rumbo político norteamericano de los próximos años.  

José Luis Zambrano Padauy
zambranopadauy@hotmail.com
@Joseluis5571
Ex director de la Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani”

ANDRÉS HOYOS, EL LIBERALISMO EN CRISIS, DESDE COLOMBIA

Donald Trump es el síntoma, no la enfermedad. Su muy alta votación, así haya perdido por un margen de 200.000 votos en cuatro estados que ganó en 2016, ratifica la crisis del liberalismo filosófico en el mundo y muy en particular en Estados Unidos. Mucha gente no le camina a sus premisas.

Un hecho es contundente: más de 71 millones de personas, sobre todo hombres blancos mayores de 50 años, votaron por Trump, ocho millones más que en 2016. No me propongo parcelar esta inmensa cantidad de gente en porciones exactas, pero quitando los conservadores a ultranza, los miembros disciplinados de partido y los atraídos en forma temporal, hay al menos 50 millones con una visión muy problemática del mundo: son racistas —así no lo asuman explícitamente—, sexistas y xenófobos o les da igual votar por un candidato con estas características. Son una minoría, aunque una minoría muy grande. Si semejante avalancha y los cuatro años que duró Trump en el poder no asustan a los liberales, uno no sabe qué lo hará.

La mayoría que favoreció a Biden, en cambio, resultó demasiado pequeña, así esté conformada por 76 millones de votantes. No alcanzó ni siquiera para sacar una ventaja clara en el Senado —allí las cuentas podrían terminar 50/50—, además de que perdieron puestos en la Cámara de Representantes. ¿Qué sucede? Sucede que en algunas materias el Partido Demócrata es demasiado radical, por ejemplo, en su corrección política, mientras que en otras es de una timidez paralizante, digamos en reconocer y atacar la regresiva distribución del ingreso o en proponer e implantar un sistema universal de salud.

Los resultados de las últimas décadas, al menos desde la era de Reagan, no admiten mucha duda: hay menos pobres en Estados Unidos, pero los ricos se han hecho inmensamente más ricos al tiempo que las clases medias progresan a paso de tortuga y a veces hasta pierden terreno. Hace décadas que el liberalismo filosófico no propone programas realmente atractivos para su antigua base, la clase obrera, o para la gente del común. Un detalle nada más: se baten como leones por los derechos de minorías muy pequeñas, mientras más o menos ignoran a las mayorías, que así quedan expuestas a que venga un evangélico o un demagogo y arrase.

Yo no creo que el problema sea de medios, es decir de los vehículos para comunicar las ideas, sino de las ideas en sí. Repito un tema contencioso en materia ideológica: una cosa es proponer derechos muy amplios y variados, y otra, centrarse en los de las pequeñas minorías, desdeñando a las mayorías. Por una vez hay que querellarse con la intelligentsia vinculada al liberalismo, sobre todo la académica. Son ellos quienes tienen las prioridades patas arriba. Una de las cosas que caracterizan al populismo de derecha es la desconfianza en los expertos. Por algo será.

No dudo que mucha gente no se fíe del Estado, entre otras porque no tiene tradición de recibir verdaderos beneficios de su parte. Veo ahí una obviedad a futuro: que el Estado provea una cantidad limitada pero sólida de servicios y, por ejemplo, que reduzca la desigualdad dando dinero a la gente por la vía de una renta básica universal. En fin, que no se meta en todo pero que donde sí se meta sea audaz y eficaz. Estos caminos están marcados hace tiempo por algunos países europeos y no tienen por qué asimilarse al socialismo, que tanta desconfianza genera entre los republicanos gringos.

Andrés Hoyos 
andreshoyos@elmalpensante.com
@andrewholes 
Desde Colombia