domingo, 1 de mayo de 2022

ESPECIAL DEL DOMINGO 01/05/2022: NÉSTOR SUÁREZ LA HOJA DE RUTA PARA LA TRANSICIÓN POLÍTICA EN VENEZUELA.

 

ESPECIAL DEL DOMINGO 01/05/2022: 

ESPECIAL DEL DOMINGO 01/05/2022: 

LA HOJA DE RUTA   

PARA LA TRANSICIÓN POLÍTICA EN VENEZUELA.


Hay momentos históricos que requieren definiciones, coraje y determinación para enfrentar los desafíos que se imponen en la realidad. Esa determinación sólo se puede plantear con un diagnóstico claro del entorno y sobre la base de principios y valores concretos, que sirvan de pilares fundamentales para las ideas que alimenten las decisiones que se deben adoptar.


La situación de la dirigencia política venezolana actual:


Venezuela se mantiene estancada en una realidad en que la gran mayoría de los venezolanos vive y padece diariamente, hasta el punto de: sobrevivir. El régimen socialista que detenta el poder ha generado una descomposición social sin precedentes, que ha violado sistemáticamente los derechos humanos y, además, ha llevado a que las instituciones del Estado, en todos sus niveles, respondan a intereses particulares ajenos a los fines que exigen la democracia y la libertad.

Después de 21 años estamos muy lejos de alcanzar los objetivos que la gran mayoría de los venezolanos requiere. En ello, tiene una enorme responsabilidad la dirigencia política que ha asumido la conducción de la oposición en Venezuela durante todo este tiempo, dejando a salvo, algunas escasas excepciones que, con los hechos, han trabajado y siguen trabajando por la libertad en forma autentica.

El status quo de los partidos políticos que controlan la mayoría opositora, diseña estrategias basadas en intereses político-partidistas y personales, teniendo y manteniendo como base una clara la “cohabitación”, de facto, con el oficialismo, todo lo cual ha permitido que éste se mantenga en el poder, en perjuicio de Venezuela, por más de dos décadas.

Esa dirigencia política está éticamente muy lejos de los principios y valores requeridos para generar una transición política en Venezuela y por ello, reiteradamente en el tiempo, ha establecido estrategias políticas “autoreferenciadas”, en sus intereses, espacios y parcelas de influencia, obrando para sus necesidades, no para las necesidades y requerimientos del pueblo, de la ciudadanía.

Lo que hemos dicho nos llevó a escribir un artículo sobre las bases ideológicas para la construcción de una nueva oposición en Venezuela, en el cual ya hemos explicado suficientemente, las ideas que aportamos para que esa nueva oposición, esa nueva dirigencia política, se establezca como una nueva y verdadera alternativa para los venezolanos y la libertad de nuestra nación.

La hoja de ruta de la dirigencia política actual: llegar hasta enero de 2025 sin cambio de gobierno

Con la dirigencia política actual no tenemos una hoja de ruta real y efectiva para la transición política en Venezuela. Antes, por el contrario, tenemos garantizada la permanencia en el poder, del oficialismo y su régimen. Baste indicar que ya se están presentando señuelos y opciones de entretenimiento “político” y ciudadano que nos están vendiendo abiertamente un referendo revocatorio en el 2022, el cual sabemos no lo van a ejecutar.

Igualmente nos presentan una candidatura concreta para unas elecciones presidenciales para finales del 2024. Con ello, solo tendríamos un nuevo “Presidente de Venezuela” en enero de 2025, oficialista o, la continuidad del Presidente ilegítimo actual que despacha desde el Palacio de Miraflores.

Para el 10 de enero de 2025, hasta ahora, solo tenemos algo garantizado: la presencia oficialista en la Presidencia de la Republica hasta ahora detentada por Nicolás Maduro, a menos que se sustituya a la actual dirigencia opositora, por una nueva, que realmente promueva, con hechos y desafíos concretos, un cambio de estrategia en la hoja de ruta para lograr una transición política en Venezuela.

Ya no estamos para retórica, lugares comunes, campañas y discursos carentes de contenido y resultados, incapaces de construir un verdadero cambio político en Venezuela.

El autor francés Jean Baudrillard, en su libro “Las estrategias fatales”, apuntó una gran verdad, perfectamente aplicable a la dirigencia política actual: “inventamos todas las estrategias con la esperanza de verlas resolverse en un acontecimiento inesperado. Inventamos todo lo real con la esperanza de verlo resolverse en un artificio prodigioso”. Ese pareciera ser el verdadero mantra de la dirigencia opositora.

Se inventan estrategias para entretener a los ciudadanos mientras ellos, alimentan sus intereses político-partidistas y esperan que algún “acontecimiento” ofrezca un giro a la realidad. Por ello es tan venezolana esa frase: “amanecerá y veremos”. Esperamos, ya resignados, que algo inesperado pase y genere la transición política en Venezuela.

En otras palabras: no hay plan, no hay una verdadera hoja de ruta para la transición política en Venezuela, solo hay la improvisación y cohabitación como una estrategia política fatal para los venezolanos.

La verdadera hoja de ruta para la transición política en Venezuela

Luego de explicar la terrible situación político institucional de nuestra oposición, una verdadera hoja de ruta para la transición política en Venezuela debe cumplir, por lo menos, los siguientes pasos:

Dejar a un lado las estrategias políticas fatales que promueven una “cohabitación” con el régimen para que se mantenga en el poder hasta enero de 2025, por lo menos, dejando abierta muchas posibilidades para que se mantenga en el poder durante muchos más años.

Reconocer que la estrategia del “Gobierno Interino” como alternativa frente al régimen, no funcionó y está muy lejos de funcionar para conducir a la libertad de los venezolanos y el rescate de la democracia.

Reconocer que la dirigencia opositora que hasta ahora ha conducido la oposición debe ser sustituida, en partidos, cuadros y líderes al servicio de los ciudadanos, de la libertad y la democracia, teniendo como base ideológica fundamental y premisa principal: la libertad y sus implicaciones para todos los ámbitos de la sociedad, no sólo el político, sino también el económico y ciudadano.

Promover un debate abierto, sin dudas, ni grietas, sobre los pasos y metodología que se debe seguir para que los venezolanos elijan un nuevo liderazgo opositor que sea capaz de desafiar política e ideológicamente al régimen. Se requiere insistir en la capacidad de los ciudadanos para organizarse y encontrar formas de expresión de su voluntad y determinación, a través de mecanismos previstos en la Constitución, tales como la consulta popular, las Asambleas de Ciudadanos y demás herramientas de participación política.

Poner las organizaciones, movimientos y cuadros de los partidos políticos que prediquen la libertad y ética política, como Vente Venezuela, entre otros, al servicio de la construcción de nuevos liderazgos, con base en lo que elijan los ciudadanos mediante los mecanismos de participación política a los que hemos hecho referencia, para identificar los lideres que con autentica convicción sean capaces de generar un cambio real y efectivo en el poder mediante una transición política.

Los venezolanos no podemos seguir improvisando y esperando más destrucción y humillación. Podrán pasar siglos y pasar gobiernos, lo que no pasará nunca será la forma o receta de crear prosperidad y crear riqueza. La verdadera esperanza de los pobres es el capitalismo de libre mercado. En Venezuela, hay que erradicar el estatismo, y ahora socialismo y comunismo.

Por eso, las Bases ideológicas para que una nueva oposición pueda construir nuestro “Rumbo Propio” a la prosperidad y pasar al primer mundo, es el capitalismo de libre mercado o liberal. Solo de esta forma se puede garantizar la libertad y la convivencia democrática. Este es el gran reto y desafío de la nueva oposición como punto de llegada en la verdadera hoja de ruta para la transición política en Venezuela.

Por eso quizás sea muy oportuno y pertinente en un momento como éste, recordar a Friedrich Von Hayek, cuando los liberales clásicos se esforzaban por hallar un programa y una coherencia intelectual frente al socialismo o destrucciónismo, les dijo: «Los intelectuales y políticos Liberales deben ser agitadores, para invertir las corrientes de opinión hostiles a la economía capitalista. Si el capitalismo se hunde, el tercer mundo se morirá de hambre». Eso es lo que está pasando en buena parte de la sociedad venezolana, y por eso la gente sigue emigrando.

Por eso también al final de su vida, Hayek se dedicó a hablar más de política que de economía, quizás porque sus propuestas o tesis económicas fueron bien conocidas, e influyeron en todos los gobiernos, comenzando por el de Gran Bretaña. Hayek, apreció mucho entre los jefes de Estado, solo a Margaret Thatcher, para él la única liberal coherente, en su opinión. Por eso en su libro escrito a los ochenta años, titulado “El orden político de un pueblo libre”, sin sutilezas dijo hay que ir a lo esencial. Les reclama a los liberales y los increpa a ser más coherentes ante la estatizacion, al decirles que es a causa del mal funcionamiento de la democracia es que los Estados modernos invaden la libertad individual.

El malestar de las sociedades democráticas viene de que las palabras han perdido su sentido. Originalmente, en la democracia, los poderes estaban limitados por la Constitución y la costumbre. Pero nos hemos ido deslizando cada vez más hacia una democracia ilimitada: un gobierno puede hoy hacerlo todo so pretexto de que es mayoritario.

La ley en si misma ha perdido su sentido, hoy ya no es más que una regla cambiante destinada a servir a intereses particulares en nombre de la justicia social. Pues bien, la justicia social, según Hayek, es una ficción, una varita mágica. Nadie sabe en qué consiste. Gracias a ese término vago, cada grupo se cree en el derecho de exigir al gobierno ventajas particulares. En este sistema que se insiste en llamar «democracia», el fenómeno político que ya no es el representante del interés general. Se ha convertido según Hayek, en el administrador de un fondo comercial. Necesitamos una utopía de recambio para recuperar el ideal democrático. Por eso también los Liberales deben ser agitadores. Sobre todo, en un momento como el que vivimos en Venezuela.

Las transiciones políticas no se improvisan, no se construyen bajo recetas, tácticas y estrategias que han demostrado sobradamente su fracaso en el pasado. Las transiciones políticas sólo se pueden construir y concretar con valentía, coraje, determinación y estrategias que realmente desafíen al status quo que ha secuestrado a Venezuela en una cohabitación, en donde los venezolanos han sido los más afectados. Llegó el momento de hacer política para ofrecerle realmente a los venezolanos, una ruta hacia la libertad y democracia, única vía en la que podríamos reconstruir nuestra sociedad para volverla prospera y con un futuro mejor para las nuevas generaciones.

Nestor Suarez
nsuarez07@hotmail.com
@NestorSuarezRB
Venezuela

AQUÍ TITULARES DE HOY DOMINGO 01/05/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR EN ROJO

 

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES - * 01/05/2022 *


MIBELIS ACEVEDO DONÍS: TRAS LA AUCTORITAS PERDIDA . DESDE VENEZUELA

Aun tras el golpe que asestó la renovación (¿?) del TSJ, con 11 de los 20 magistrados principales repitiendo en el cargo, conviene no ser arrollados por la frustración, ni desprender la vista del “qué hacer”. Operar en medio del zigzagueo, la situación signada por la puja de los bloques de poder dentro del chavismo (y la posible tensión entre alas duras y blandas, las mudanzas discretas que, no obstante, no dejan de ser llamativas) como por la debilidad del campo democrático, es agobio que marca la carrera hacia 2024. Recuperar bríos y legitimidad, “salir del pozo”, como dos años antes del plebiscito recomendase Felipe González a los chilenos de la Concertación, se vuelve una prioridad.

Un cambio de pensamiento que aliente la acción opositora, debería dar cuenta de los saltos que se gestan incluso en el seno del propio gobierno. Saltos, reacomodos, arreglos que, evidentemente, no dejan de responder a la meta de mantenerse al mando, de asegurar el monopolio de la Potestas, desafiando el costo que ello entraña para quienes son señalados por su proceder no-democrático. Guste o no, acá se plantea un problema de orden práctico: “quien hace política aspira al poder”, avisa Weber, “al poder como medio para la consecución de otros fines (idealistas o egoístas) o al poder “por el poder”, para gozar del sentimiento de prestigio que confiere”. Si no hay contrapesos efectivos que obliguen a ceder o compartir ese poder, pues, el plan de retenerlo seguirá casi sin sobresaltos.

En aras de la reinstitucionalización democrática, para una oposición prácticamente fuera de juego -y ello ha respondido, no lo olvidemos, tanto al avieso tejemaneje de la autocracia electoral como a las múltiples pifias que habilitaron el suicidio- el margen de maniobra sigue siendo restringido. Pero eso, lejos de cancelar la tarea, hoy obliga a afinar vista y oídos, a adoptar innovaciones largamente postergadas. Hay que seguir denunciando el abuso, la ineptitud, cada transgresión, sin duda; pero la dirigencia política no puede quedar relegada a esa cuneta sin tributar jamás a la acción eficaz, eso que la dota de credibilidad. La percepción de élites “desvencijadas y faltas de criterio”, como asesta Teódulo López Meléndez, se agudiza a santo de la impotencia, de la crisis de representación. Si un dirigente no tiene nada qué dirigir, nadie a quién representar, deviene en decorado irrelevante, en morisqueta.

En medio del erial que no da tregua, el diálogo social -como el que impulsa la OIT- y la negociación siguen asomándose no sólo como vías idóneas para suscitar transformaciones, sino también las más realistas. Pero abrazar ese realismo, prescindir de lo que fue ficción autodestructiva, es aceptar que una fuerza insuficiente para lograr y hacer cumplir acuerdos mutuamente aceptables, haría de la transacción un escenario elusivo. Recordemos que las negociaciones políticas prosperan entre quienes exhiben fortalezas claras (esto es, cada uno posee objetos de cambio atractivos para el otro); bandos que representan intereses de forma efectiva y, por tanto, ostentan algún tipo de legitimidad. Si no se trabaja para garantizar tal posición, el dueño de la posibilidad de sustituir la voluntad ajena por la propia, mediante la aplicación de medios coactivos o recursos inhibitorios de la resistencia (García Pelayo dixit), seguirá imponiéndose.

Caminar hacia la recuperación de la Auctoritas (Interna) y de la Influencia (privada), renunciando para ello a la tentación del locus de control externo, es entonces vital. Contar con una facultad no vinculante pero socialmente reconocida, así como capacidad para inducir conductas o la realización de determinados actos, deviene en equilibrio frente al dominio que se ejerce sin sutilezas ni contenciones de facto, dentro de una relación que niega la libertad del objeto pasivo del poder.

Haber sacrificado alternativas y con ello el influjo que alguna vez se tuvo, hace más largo el camino de la redención, pues supone rehacerse desde los cimientos. Ofrecer cambios de fondo y no sólo de forma pide también asumirlos aguas adentro, redimensionando así la intermediación sociedad-Estado que atañe a los partidos, por ejemplo, en tanto integradores de múltiples intereses. Visto lo visto, regenerar la confianza y garantizar adhesiones que, no domesticadas por el clientelismo, den soporte potencial a ese cambio (esto es, que puedan traducirse en voto masivo) sería la meta. Crear irresistibles motivos de seguimiento atados a la eficacia de los actos, a la “responsiveness”, ayudaría a atajar no sólo la desafección; también el sentimiento de sumisión pasiva ante el poder, el mero deslumbramiento por quien lo detenta.

¿Cómo llevar eso al terreno de la Res Gestae, cómo lograr adecuación entre la cualidad captada de forma subjetiva y la realidad? Esa es la cuestión. De momento, la palabra “renovación” -que además pica y se extiende dentro de un chavismo en plena crisis de identidad, sacudido por la forzosa refutación del relato socialista; que se sabe con Poder, pero falto de Auctoritas- marca una ruta. Esto exige partidos consecuentes con un ejercicio democrático que más allá de la reformulación normativa o el reciclaje de jefes políticos, comience por habilitar el ascenso dentro de las jerarquías, la incorporación de generaciones de relevo e ideas acordes con la compleja circunstancia, la penetración y movilización en micro-territorios. Ese aggiornamento que, siguiendo a Bunge, permitiría reinterpretar los viejos símbolos de nuestro vocabulario político, quizás merece la mayor de las atenciones. Lejos de avistar periodos de animación suspendida, la clave del “qué hacer” opositor pudiera estar en el abordaje de esas tareas importantes, siempre diferidas por la urgencia.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela

RAÚL AMIEL: ¿QUÉ CLASE DE ECONOMÍA PROMUEVE MEJOR EL CRECIMIENTO HUMANO? . DESDE VENEZUELA

La efemérides de hoy nos trae la celebración del Día Internacional del Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz. Esta fecha fue definida por Naciones Unidas para fomentar y apoyar los pilares fundamentales de la organización: el desarrollo sostenible, la paz, la seguridad y los derechos humanos. El futuro de la búsqueda de consenso no puede ser sólo multilateral: también debe ser multipartito. Debe involucrar a las instituciones locales y a los actores no gubernamentales, a los actores del desarrollo, a la sociedad civil, al sector privado y a otros. Los habitantes del mundo dependen de una diplomacia multilateral y multipartita que funcione para la paz y el bienestar.

La inspiración de hoy me lleva a este otro rincón digital en esta ocasión. Mis convicciones y prácticas republicanas. Las ciencias políticas. “La teoría y práctica de la política, los sistemas y los comportamientos políticos en la sociedad. Su objetivo es establecer, a partir de la observación de hechos de la realidad política, explicaciones lo más certeras posibles acerca de su funcionamiento. Interactúa con otras ciencias sociales: estas son, entre otras, el derecho, la economía y la sociología. Emplea una multiplicidad de herramientas metodológicas propias de las ciencias sociales. Entre los diferentes acercamientos posibles a la disciplina están el institucionalismo y la teoría de la elección racional. Históricamente, ha tenido su origen en la filosofía política, pero es imprescindible distinguirla de ella”. [cita requerida].

Esta categorización propone que la ciencia política se ocupa de las cuestiones políticas desde el punto de vista de su validez fáctica. Éste sería su objeto formal. Mientras que la filosofía política se ocupa de los asuntos políticos pero desde perspectiva de la validez normativa.

Pensábamos que éramos parte de los afortunados beneficiarios de una transformación social. ¡Qué ingenuos! Llevamos más de 22 años viviendo en una enorme mentira. Sin embargo, hoy por hoy, permanecemos callados y sin hacer nada esperando a que nuestro destino mejore como en los cuentos de hadas y que alguien venido de no sé dónde cambie el rumbo de la tragedia en la que está sumida la Nación Venezolana. ¡Nuestra Patria Querida!...

Hemos traicionado a las generaciones venideras. Ni las élites políticas actuales ni nosotros mismos como individuos educados en la sumisión y carentes de los valores por los que lucharon nuestros libertadores representamos el futuro que deberíamos tener. Todos hemos sido incapaces de desarrollar una visión práctica que transformara al Estado Nacional en una creación cada vez mejor. Quienes dirigen esta democracia gastada han desarrollado una extraordinaria capacidad para abstraerse de lo que sienten quienes los han elegido.

Somos un estado marginal en la economía internacional y lo mejor a que podemos aspirar es a corregir gradualmente unas circunstancias insatisfactorias e injustas. No podemos seguir votando a los mismos partidos de siempre, a los mismos políticos de siempre, ni a los mismos discursos de siempre.

Otros se encargarán en los años venideros de construir de otra manera lo que entre todos hemos derribado. Por ahora, solo podemos reconstruir sobre lo que tenemos y hacerlo YA. Debemos a nuestros hijos y nietos un mundo mejor que el que heredamos.

¿Qué tipo de sociedad queremos y qué clase de acuerdos entre partidos políticos y la ciudadanía toda estamos dispuestos a conciliar para instaurarla?

Tenemos que entrenarnos y practicar el arte de no permanecer callados. Es la única vía para recuperar la democracia y el futuro porque hace tiempo que entre todos robamos el presente.

“La doctrina que identifica como motor de la sociedad a los legisladores y gobiernos, termina imponiendo abrumadoras responsabilidades en asuntos sobre los que no debieran tener ninguna. Si hay sufrimiento, la culpa es del gobierno; si hay pobreza, la culpa es del gobierno. ¿No es el motor único y general de la sociedad?... Pues si el motor no es bueno, debe de ser descartado y sustituido por otro…”.- Frédéric Bastiat


A través de sus escritos, Bastiat trató una cuestión simple: ¿Qué clase de economía promueve mejor el crecimiento humano? Su respuesta se construye sobre dos hechos acerca del mundo que nos rodea: necesidades ilimitadas y recursos escasos. Tomadas juntas, estas condiciones implican que una sociedad libre, una en que la gente pueda usar su propiedad como lo considere conveniente, es la mejor sociedad. Solo tal sociedad permite a la gente reconciliar sus intereses y metas diversas a través del comercio; y este comercio a su vez supone la división del trabajo, que permite a cada uno prosperar en un grado más allá de lo que podría realizar solo.

Para mantener esta prosperidad, Bastiat enfatiza que la intervención del gobierno con el sistema de libre intercambio, no importa qué tan bien intencionada, tiene efectos perversos. Para entender esto completamente, debemos ver más allá de los efectos inmediatos a las consecuencias secundarias, "invisibles". Solo si lo hacemos así, podemos estar seguros de que la política del gobierno no es un "saqueo legal", que beneficia a pocos a expensas de los muchos.

Bastiat no fue ni el primer ni el último economista político en recomendar una sociedad libre. Otros, desde Adam Smith hasta F. A. Hayek, han hecho eso. Ni fue el más influyente: aunque influyó sobre importantes economistas estadounidenses e ingleses en el siglo XIX, incluyendo a Amasa Walker y William Stanley Jevons, ha sido ampliamente ignorado desde entonces. Sin embargo, tiene pocos iguales cuando viene a presentar el caso de la libertad con claridad y agudeza.

Frédéric Bastiat (1801-1850) merece un lugar venerable en los anales de la economía política. Miembro de la escuela de economistas liberal francesa, o laissez faire, que incluía al gran J. B. Say, Bastiat orientó su lógica, claridad y agudeza exuberante a la causa de entender la sociedad, prosperidad y libertad. En una serie de ensayos y panfletos breves y en un tratado sobre la economía política, Bastiat enseñó, contra Rousseau, que hay un orden armonioso natural en el mundo social, un orden que emana del libre intercambio entre seres humanos conducidos a satisfacer sus ilimitados deseos con recursos limitados. El resultado es un progreso seguro al bienestar material de todos. La interferencia con esa libertad y con sus corolarios, propiedad y competencia, escribió, deja a la gente más pobre y más oprimida. Esto es así porque la intervención impide a los individuos la acción creadora en que de otro modo se podrían haber comprometido. El fruto de la creatividad así olvidado es "lo que no se ve" en ningún acto de intervención. Bastiat coloca la fuente de la ley en la naturaleza humana: para vivir, los seres humanos necesitan libertad y propiedad para transformar el potencial de la naturaleza en cosas utilizables. Así la ley que pugna con la libertad y propiedad no es propiamente ley, sino saqueo legalizado, una tentación constante, ya que los hombres desean alcanzar sus objetivos sin el más mínimo esfuerzo. El resultado es el caos moral, la opresión y la privación material. Bastiat concluye con una llamada a la libertad y con un rechazo de todas las propuestas para imponer acuerdos sociales antinaturales a la gente.

Nosotros los republicanos entendemos que la tarea de la economía es explicar ese orden producido por el "mecanismo prodigiosamente ingenuo" <el libre mercado> que armoniza los intereses de la multitud, habilitando a cada persona para disfrutar de una serie de bienes de consumo ninguno de los cuales podría producir en mil años.

Esta es una cita con la libertad, un compromiso con la Democracia. Un Proyecto Ciudadano en el marco de nuestra Constitución a lo largo y ancho del país. Una reflexión cívica sobre el estado de la Nación y de como restituir a Venezuela, la democracia y libertad perdidas. Esta iniciativa no colide con ninguna otra acción tendiente a la recuperación de la democracia. Refuerza cualquier otro intento de hacerlo y promueve la unificación de esfuerzos, al incorporar al proceso sectores importantes de la sociedad venezolana que se encuentran hoy relativamente aislados. Somos la verdadera alternativa. Estamos en la acera de enfrente ante tanto despropósito, que unos y otros, gobierno y oposición han llevado el devenir de la República.

Estamos creando conciencia libertaria en Venezuela. Una opción política que nunca hemos tenido en nuestro País. Con Libertad, Propiedad y Vida en Abundancia.

Somos el Nuevo Ideal Nacional. Constructores de la Nueva República en la Venezuela Posible. ¡Lo lograremos!... ¡Ya basta! ¡Sobran razones!

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!

Raúl Amiel
raulamiel@gmail.com
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Coordinación Ejecutiva Republicana Nacional.
¡Un estado DE, POR y PARA ciudadanos!
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VICENTE BRITO: OIT. ¿DEBATE Y DIÁLOGO? . DESDE VENEZUELA

Acaba de concluir la visita de la OIT a Venezuela fue una semana donde los actores sociales (empresarios y trabajadores), expresaron sus quejas y reclamos ante el Gobierno teniendo a la OIT como el interlocutor que determina si las múltiples solicitudes, que le han sido realizadas por las organizaciones empresariales y de trabajadores tuvieron las soluciones esperadas.

Se logró una importante participación de dirigentes patronales, laborales y del sector oficial, bajo la coordinación de la OIT, para darle respuesta a las distintas quejas expresadas por los actores sociales las cuales fueron canalizadas ante la OIT. Lo cual permitió luego de múltiples solicitudes por parte de la organización internacional del trabajo que el sector oficial aprobara la visita de la misión de encuesta la cual se realizó esta semana del 25 al 28 de abril, logrando con la realización de las mesas técnicas propuestas que pueden permitir lograr soluciones y respuestas a los planteamientos emitidos por las organizaciones empresariales y de trabajadores.

La OIT tiene la responsabilidad de lograr acuerdos entre los tres integrantes del diálogo tripartito que facilite resolver los reclamos interpuestos por los actores sociales, que dieron como resultado la aprobación de la misión de encuesta por parte de la organización internacional, que agrupa a los gobiernos del mundo y a las organizaciones representativas de empresarios y trabajadores.

Los resultados obtenidos nos darán un diagnóstico de estas reuniones efectuadas durante esta semana, las cuales crearon una gran expectativa en la comunidad internacional, ya que Venezuela se ha convertido en el único país miembro de la OIT, dónde actualmente se ha acordado esta misión de encuesta para resolver las diferencias existentes entre los actores sociales y el gobierno.

Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución Vicente Brito
Caracas-Venezuela

MERCEDES MALAVÉ : CARTA DEL GRAN CIUDADANO. DESDE VENEZUELA

Líder de los federalistas, cuñado de Ezequiel Zamora, militar, político y presidente de la República, Juan Crisóstomo Falcón, recordado por su carácter enérgico y sereno, triunfador en tantas batallas que no lo hicieron aferrarse al poder en tiempos sumamente agitados y convulsos; dejó una carta adecuada a esta y otras posteridades, precisamente cuando se acercaba el momento de una nueva elección presidencial. Lastimosamente, las conspiraciones, “salidas ya” y llamados a la violencia se impusieron una vez más, lo que le hace abandonar abruptamente la presidencia en medio de una situación caótica… evitable.

Estimados amigos:

Está para principiar 1868, año de elección presidencial.

En semejante época, aún durante tiempos bonancibles, hemos visto agitarse y hasta conmoverse la sociedad más ó menos peligrosamente; fenómeno muy natural en países de no arraigados hábitos y prácticas republicanas, con especialidad en el nuestro (...), por las circunstancias en extremo delicadas que lo acompañan (...)

Soy demócrata por convicción: sin excusar esfuerzos ni peligros, he dado veintiséis años, los mejores de mi vida, al establecimiento del Gobierno popular. Ahora que me ha elevado la fortuna, si no el merecimiento, por mis buenos aunque débiles servicios, mal podría yo venir a practicar lo mismo que antes hubiera en otros combatido.

Es más noble mi ambición. Yo no aspiro a gobernar.

Busco la honra y el respeto de mi nombre, el aprecio y la consideración de mis conciudadanos. Al aceptar primero el poder omnímodo durante la Revolución como su Caudillo, y luego la Presidencia constitucional en 1865, al ejercer la autoridad en todo ese tiempo, me he movido por el deseo de complacer el voto del pueblo, contando con decidido apoyo (...)

Haré lo que me cumple hacer: lo que el deber me manda, lo que mi propia honra me inspira y aconseja. Dejaré a los pueblos en plena libertad de decidirse por el candidato o los candidatos de su predilección. Este es su derecho, que nadie habría de ser osado a disputarles, y mientras esté al frente de la administración protegeré su amplio ejercicio: su ingenua voluntad será mi norte, mi suprema ley. No permitiré que funcionario de ningún ramo dependiente del Ejecutivo Nacional tome en las elecciones más parte de la que le pertenece en calidad de mero ciudadano, la de consignar su sufragio en la urna electoral. Venezuela entera será testigo de la fiel ejecución del compromiso que contraigo y proclamo a la faz de ella.

Protesto solemnemente que no tengo ni tendré candidato. Deseo que cuantos aspiren al mando supremo se exhiban con franqueza y se recomienden a la opinión pública por las ideas y propósitos que ofrezcan llevar al Poder. Logre el triunfo en discusión abierta y por el libre sufragio el más patriota, el más apto, el más idóneo. El elegido libremente por la Nación, ese y no otro será candidato. ¿A quién podría recomendar cuando nadie más que yo ha experimentado que la presidencia no es sino un terrible martirio?

Tampoco me interesa influir en la elección. Sea cual fuere aquél en quien recaiga, nada tengo que temer. ¿Recelaría del país? Creo que he servido a la causa de su gloria y de su libertad. ¿Recelaría de mis tenientes? Más que Jefe, he sido para todos ellos un padre.

He aquí trazado a grandes rasgos el camino que estoy resuelto a seguir. Nada ni nadie será poderoso a desviarme de él. Antes que abandonarlo me expondría a la expatriación voluntaria. Que los pueblos de Venezuela decidan su suerte futura con cabal conciencia y en completa libertad, ¡Ojalá que estas seguridades de mi genial franqueza disipen dudas, alejen desconfianzas y confundan calumnias!

El título de Gran Ciudadano es mi más preciado timbre de gloria (...) ¿iría yo a deslustrar aquel exquisito don de la munificencia nacional? Desde esa altura a que la voluntad de Dios y la benevolencia de mis conciudadanos me han elevado, no descenderé, yo lo juro, a trillar la senda escabrosa de la violencia y de la usurpación, confundiéndome con los ambiciosos vulgares que empiezan por el disfrute fugaz de precarios goces y acaban por el desprecio y la ignominia.

Su amigo, J.C. Falcón.

La carta fue aplaudida por la opinión pública, incluso por adversarios al gobierno; pero prevaleció la tara subversiva y revolucionaria: el empeño de restarurar nada más que escombros. Si quienes se encontraban comprometidos en revueltas e insurrecciones hubiesen actuado con inteligencia y patriotismo, las armas no se hubieran empuñado nuevamente contra la propia nación; muy por el contrario, el llamado hubiese sido al entusiasmo y a la participación popular en contienda cívica.

¡Cuánto nos cuesta aprender lecciones de patriotismo!

Mercedes Malavé
mmmalave@gmail.com
@mercedesmalave
@ElUniversal

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: VERDUGOS DE OFICIO. DESDE VENEZUELA

A decir por lo que las realidades describen, la situación del país es traumática y vergonzosa. Dejó de ser crisis, para convertirse en “emergencia humanitaria”. Pero en el fondo es una crasa pesadilla. Pareciera que Venezuela fuera un laboratorio de ciencias fácticas cuyo mayor experimento en desarrollo, no corrió con la suerte que sus cuentistas le auguraron hace más de dos décadas.

El llamado Socialismo del Siglo XXI, resultó ser la estafa política, social y económica de mayor investidura delincuencial registrada por la historia política contemporánea venezolana. Y es que, a pesar de lo establecido por la Constitución de la República en su artículo 6º, el gobierno nacional “es y será siempre democrático (…)”. Asimismo, las entidades políticas que lo acompañan, El juego revolucionario terminó demoliendo buena parte de la estructura institucional sobre la cual esa misma Carta Magna planteó la construcción de “una sociedad democrática, participativa, y protagónica (…)”

Ahora el país se halla sumergido en medio de un lodazal de cuyo fondo costará salir puesto que el autismo del régimen atoró la funcionalidad de la administración pública hasta llevarla a un infeliz estado de postración.

Las pocas veces que el Ejecutivo Nacional ha podido evitar tal grado de extenuación, es porque ha reaccionado espasmódica y tardíamente ante problemas de efecto neurálgico. Cualquier otro tipo de dificultades, las ha encarado tan fríamente, que, lejos de superar el incidente en cuestión, sus decisiones han acentuado el matiz de las inconveniencias devenidas en consecuencias. Así, la profunda crisis que sumió a Venezuela en la peor de las tragedias registradas económica, social y políticamente.

Sin embargo la intransigencia e intolerancia del gobernante y sus colaboradores, fungieron como el factor que mayormente ha servido para situar al país en un grave estado de desconcierto y desesperación por cuyos efectos mediatizaron compromisos y menguaron esfuerzos. En medio de este caos inducido por la sordidez de la dirigencia política, en todas sus manifestaciones, se desarreglaron las directrices que, alguna vez, fijaron un proyecto (histórico) de país. Éste, dirigido a articular la esencia de la nacionalidad con las capacidades y potencialidades de venezolanos resteados con las esperanzas capaces de impulsar el futuro que bien merece el país.

Fue así que a instancia de los intereses de quienes asumieron el papel de gobernantes a partir de 1999, se dedicaron sólo a atender pretensiones político-ideológicas. La opinión de algunos personajes del oficialismo, confundieron las realidades. Las vieron como la ruta que llevaría al codiciado botín pensado. Así, confiaron en el populismo como modelo político que apelaba al pueblo para erigir el poder suficiente y necesario a los fines de justificar toda medida o política pública a tomar. Estos gobernantes, se disfrazaron de “redentores de los humildes”. Se valieron de tan manida presunción para infundir en la población una imagen de que ellos serían los “salvadores de la patria”.

Por tanto, elaboraron discursos que animaran voluntades a actuar como factores de apoyo y resguardo al proyecto político que había venido maquinándose. Tanto así, que llegaron a hacer creer que ellos no actuarían como gobierno, sino como expresión de un proyecto político.

De ese modo, se exacerbó la crisis político-social y político-económica que enzarzó al país en medio de la más cruda maraña. Todo este tiempo esos personajes que se habían arrogado ínfulas de “salvadores y redentores” demostraron incoherencia e ignorancia en medio de las medidas sancionadas desde el poder. Hicieron ver al venezolano que el Poder Legislativo no es un Poder Público tan autónomo como los demás.

Una lectura política transcurridas más de dos décadas, contadas desde 1999, llevan a inferir que el derrumbamiento provocado por los desafueros de la gestión pública pretendida, fue resultado de ser, “(…) cualquier cosa menos un gobierno”. Así lo manifestó, el periodista César Miguel Rondón.

Cabe concluir que el actual régimen político, ha servido para afianzar distorsiones que además de debilitar posibilidades de desarrollo nacional, ha fraguado una crisis de identidad que trastocó valores trascendentales que pervirtieron la moral pública y la ética social. Por eso, dicho régimen buscó apoyarse en el quehacer de quienes en política actúan y viven como verdugos de oficio.

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ LINARES: TIPS PARA CAMBIAR A VENEZUELA. DESDE VENEZUELA

Lo primero a asimilar es que jamás deben ser aceptadas las excusas de los gobernantes, así sean ciertas, porque su labor, desde que asume el poder, es enfrentar las vicisitudes y resolverlas ¿De qué sirve un gobernante que solo sepa endilgar culpas a terceros, al pasado, a sus enemigos? Desde que asume todos los problemas existentes (y los que se generan) son suyos, su única misión es solucionarlos, es la esencia de gobernar.

Lo segundo, una verdadera oposición no es aquella que se opone a todo lo que su rival plantea, sino a lo que realmente está mal o posee mejores alternativas de abordaje en términos de costo, tiempo y resultados. Tampoco es una oposición aquella que secunda todos los escenarios que propone su rival, más aún cuando su contendor no es democrático.

Lo tercero, hay que conocer diferencias entre poder y autoridad. El poder se ejerce a través de la fuerza y la autoridad a través de la ética/la moral, o sea, vía cumplimiento de la ley y preceptos democráticos… la institucionalidad. Se puede contar con mucho poder y carecer totalmente de autoridad, es justamente lo que ocurre en Venezuela desde hace tiempo.

En cuarto lugar, es menester saber diferenciar entre un político común y un hombre de Estado. El primero puede valerse solo de la empatía, de su capacidad de transmitir lo cual es importante pero no determinante, incluso, puede saber extraer oportunidades cuando se le presenta. Sin embargo, un hombre de Estado es un personaje integral, con preparación experiencia y visión, pero no cualquier visión, sino conocer con exactitud las fortalezas y desventajas del ámbito geográfico/demográfico que administra, saber cómo abordarlas.

Una característica primordial de un hombre de Estado es que se sabe parte de un equipo y de su condición de prescindible. Un político común buscará ser idolatrado, perpetuarse en el poder… nuestra nación ha sufrido océanos con estos infames personeros.

En quinto lugar, jamás de los jamáses debemos creer en las coincidencias políticas, ellos (los políticos) saben perfectamente lo que hacen, por ejemplo, prestarse para procesos electorales inconstitucionales y antidemocráticos supone claramente alguna malsana retribución, nadie integro se prestaría para un escenario delictivo como ese. Tan es así, desde 2017 los venezolanos en su basta mayoría decidieron no participar a través del voto, comprendieron que sin instituciones imparciales el voto daña, se presta para intereses fuleros… ¿Usted cree que quienes aceptan ser candidatos en esas condiciones no lo saben? Por supuesto que sí.

En sexto lugar, la política no es encapsulada, atañe a los vecinos, bien sea dentro del mismo país (entre municipios, estados) o entre países vecinos o cercanos, lo que ocurre en Venezuela, por ejemplo, afecta a Brasil, Colombia, Panamá por mencionar solo los cercanos. En consecuencia, más aún con la globalización (o globalismo) cada país busca intervenir, en alguna escala, en lo que pasa en los demás, a veces positivamente, a veces negativamente.

En séptimo lugar, en política pululan las hipótesis, las teorías, las suposiciones, pero son los hechos los que permiten descifrar la real realidad. La realidad es una y puede ser interpretada de mil maneras, allí la importancia de la objetividad. Las ideologías son un veneno social que solo buscan beneficiar a sus predicadores, tergiversan la realidad a su entera conveniencia ¡ojo!

Finalmente, todo lo anteriormente señalado solo busca un objetivo: Entender por qué nuestra otrora bella nación atraviesa su oscurantismo, sencillamente, porque todo está invertido, políticamente el país se ha convertido en un feudo para pocos, han retrocedido intencionalmente nuestra cultura política a niveles infantiles, tergiversando incluso nuestra esencia, nuestra venezolanidad ¡Requerimos despertar!

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela