jueves, 15 de abril de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ JUEVES 15/04/2021

 





LINDA D'AMBROSIO: APRENDIENDO LA LENGUA DE LOS PÁJAROS

Las aves compendian, en su frágil anatomía, dos atributos que siempre han ejercido fascinación sobre el hombre: su capacidad de volar, ingrávidas, mediadoras entre suelo y cielo, y su canto, que ha hecho más bello el mundo, ese sonido que, a más de desempeñar una función, resulta distintivo de cada especie, inasible y poderoso en su capacidad de conmover. 

También María Antonia Ricas-Peces, la poetisa española, sucumbió al mágico influjo de los pájaros: Cada mañana, muy temprano, el sonido invisible en la ramas de los cinamomos. Cada mañana su perfume adquiriendo un don de lenguas, comienza su más reciente publicación, que convierte en reflexiones y emoción un tiempo que no prometía mayores logros: el de la pandemia. 

“Esta publicación está compuesta por prosas poéticas, y nació durante los meses del confinamiento”, explica la autora. “Como no podía salir a andar por las mañanas, subía diariamente a la azotea para dar vueltas. Oía las campanas de los conventos cercanos (ya sabéis que vivo en el casco histórico de Toledo) y los ruidos cotidianos de esas horas (personas que suben, que bajan, los coches…) dieron paso a otro sonido, que fue el canto de las aves, al que normalmente no prestamos atención. Fue realmente una experiencia maravillosa, de la que nació el libro, Aprendiendo la lengua de los pájaros. 

Ricas-Peces explica que, como telón de fondo, muy al fondo, está la tristeza, el agobio por tanta muerte y, más que la desesperanza, la falta de perspectivas y de salidas. Nada más terrible que habituarse al número de los que no respiran, al arqueo de los marchados, a la crónica de algo terrorífico que bulle en otro planeta, que ocurre lejos, en otra calle, puede leerse en la página 52. Y en otro punto: dormir podrá ser un acto de cobardes, pero también un acto de supervivencia. 

Pero no es esa la atmósfera dominante: como es característico de su pluma, prima la delicadeza, la belleza que vierte en sus palabras o la que contempla: “creo que, a la larga, es un libro esperanzado y un libro casi, casi alegre”. 

La obra se divide en tres secciones. En la primera de ellas, Las aves primordiales, la autora evoca los personajes alados que pueblan las leyendas, la mitología y el folklore universales. Transitan así por sus páginas, entre otros, los sirins rusos y los naví eslavos, el hada Morgana y el mochuelo de Atenea, así como el Simurg, protagonista del Mantiq al Tayr, texto iniciático de Farid al Din Attar, poeta persa del siglo XII, también citado en la contraportada. 

Una breve explicación de la naturaleza del ser al que se alude cierra cada uno de los textos, en los que la autora enlaza el cariz tradicional de la criatura con algún aspecto de su realidad inmediata. 

La segunda sección, Vuelo suave, divino, ensimismado, retrotrae textos de la literatura universal, en ocasiones vinculados a lo religioso, que encienden su inspiración y siempre giran en torno a seres con alas. 

Finalmente, en Plumosa materia creadora, escribe a partir de distintas obras inspiradas por pájaros, particularmente en el ámbito musical. 

La portada de la bellísima edición de Celya nos presenta a un gorrión, obra de José Antonio García-Villarrubia, superpuesto sobre un fondo que no es otra cosa que el manuscrito de los textos. 

Llenos de referencias que dan cuenta de su erudición y remiten a sus lecturas pasadas, los textos de Ricas Peces van y vienen de lo próximo a lo lejano, de lo inmediato a lo atemporal, signados doblemente por la presencia del ave y por la universalidad de lo esencialmente humano, en cualquier parte y en cualquier tiempo, otro o este de pandemia, que ella ha sabido convertir en poesía 

Linda D´ambrosio

linda.dambrosiom@gmail.com

@ldambrosiom

@ElUniversal

Venezuela-España 

CARLOS BLANCO: PANDEMIA AL CUADRADO

1.- Hay países que han manejado más o menos bien la pandemia. Hay países que han manejado mal la pandemia. Hay países que no la han manejado de ninguna manera como es el caso de Venezuela. La ciudadanía ha sido dejada al garete por un régimen al cual el covid-19 lo rebasó. Maduro creyó que con cuatro chistes malos, alguna brutalidad arrogante, entre babalaos e ignorancia, con opiniones generalmente desinformadas y provocadoras, podía torear la tragedia. Pues no. No se podía y no pudo. Hoy se le ha salido de las manos.

2.- Pienso que es muy importante entender que la pandemia en Venezuela no es lo mismo, ni representa lo mismo que en la mayoría de los países. En estos, cayó como una terrible e inesperada enfermedad; era una pandemia y se le entendió como tal, y se la combate como tal. En Venezuela es más que eso: el covid-19 se articuló al caos de base de la sociedad y se convirtió en parte constitutiva de ese caos. Dicho de otro modo: no hay modo de atacar el problema de salud representado por el virus sin atacar los problemas de hambre, miseria, desamparo de la sociedad. Claro que pueden traerse vacunas (y debería ocurrir a la mayor velocidad), pero ya no se trajeron a tiempo, no se distribuyen adecuadamente, y su proceso no escapa a la dinámica de corrupción e inseguridad dentro de las cuales se sumerge todo lo que ocurre en el país.

3.- Se podría pensar que es una exageración; algo así como decir que mientras Maduro esté allí no hay solución para la enfermedad. Hay que ver con detalle el asunto. ¿Con la gente que está en la primera línea de combate –médicos, enfermeros, paramédicos en general, personal de servicio de hospitales y clínicas– totalmente desamparados, sin protección y sin equipos, puede enfrentarse realmente esta crisis? ¿Con ciudadanos lanzados a la calle por la necesidad de comida, de transporte público masivo para ir a trabajar o a comprar, para llevar y traer enfermos, pueden demandarse medidas reales de protección y distanciamiento social? La verdad es que la pandemia que ya es una tragedia, se integró a la tragedia preexistente y se potenció.

4.- Una prueba es que el suministro posible de vacunas por vía del mecanismo Covax de la OMS se ha vuelto parte de la guerra que se libra en el país, de la que la narrativa es elemento esencial. Maduro dice que rescató un dinero que le había sido sustraído al país por las garras imperiales; Estados Unidos dice que permitió el uso de esos fondos porque se llegó a un acuerdo y por eso accedió a liberar los fondos; Guaidó se asume como el autor del acuerdo y Estados Unidos dice que por eso aceptó. Todas esas versiones son parte de la guerra híbrida en la cual el relato es esencial y lo más cierto es que Washington libera esos fondos porque tiene noticia exacta de la catástrofe venezolana y de lo que puede venir, que es peor. Discusión que no le importa para nada al ciudadano desamparado.

5.- Esta situación plantea tres salidas: la primera es dejar que la crisis global, con la pandemia incluida, siga devastando a la sociedad y que sea el ciudadano, a la intemperie, el que se cuide dentro de lo posible con sus redes familiares y amistosas, y con el extraordinario recurso de la recolección de fondos e intercambio de medicinas y equipos a través de las redes sociales; la segunda es que se logre una tregua en la guerra y haya un convenio para afrontar de manera integral la crisis humanitaria, con apoyo internacional; la tercera salida es la de imponerle al régimen de Maduro, con la apelación a la Responsabilidad de Proteger –R2P–, una intervención humanitaria internacional sea por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la OEA o una coalición democrática.

6.- La tregua humanitaria o la intervención humanitaria son las opciones en la mesa. No se trata de politiquear con esto para ganarse un título de gran componedor, sino de atender a una situación desbordada. En la medida en que aumente la pandemia en el marco de la crisis que hay en Venezuela, la situación se hará cada vez más difícil de manejar, la migración aumentará, la solución será cada vez más costosa y la intervención tardía será más penosa que lo que sería hoy.

 

Carlos Blanco

carlos.blanco@comcast.net

@carlosblancog

Venezuela – Estados Unidos

JUAN GUERRERO: YO YA ME VACUNÉ

En mi niñez muchas veces escuché que en las tragedias marítimas siempre el capitán del barco era la última persona en abandonar la nave. Algo similar ocurrió con el tristemente célebre Titanic. Con los años el concepto fue adecuándose y los especialistas lo han cambiado por la evacuación de grupos familiares. Pero siempre el capitán, cabeza de familia o líder de la manada es quien se sacrifica por el bien común. Por alguna razón ostenta el calificativo de líder o dirigente de algo. 

En Nueva Zelanda, por ejemplo, la primer ministro de ese país ha sido enfática al declarar que será la última persona en vacunarse contra el virus chino. Esto, para dar ejemplo como cabeza de Estado en beneficio de sus ciudadanos. Este gesto ennoblece a la persona y prestigia el cargo que ostenta. Algo similar han manifestado otros mandatarios en países donde los efectos de la pandemia han causado estragos. 

Pero en Venezuela, el país más pobre y con mayor porcentaje de desnutrición infantil y de ancianos de América, según anuncian las agencias especializadas en el tema, el presidente anuncia que él ya está vacunado mientras por las redes sociales el clamor de la población es un ruego que llega al cielo, pidiendo que se permita la entrada de las vacunas. 

  Los políticos se rasgan las vestiduras anunciando, unos, que han autorizado dichas vacunas, otros que lo niegan, y otros más, que existen impedimentos para su entrada. Mientras las escasas cantidades que han sido autorizadas, sirvieron para vacunar a la llamada ‘nomenklatura’ del Estado, con el presidente a la cabeza, militares de alto rango, políticos y personas cercanas al poder. El resto, la población más expuesta y de mayor riesgo, ancianos y personal sanitario de primera línea, tienen que lidiar en los hospitales, mal dotados y con una infraestructura en malas condiciones, con el doloroso saldo de poco más de 400 médicos fallecidos y otros cientos más, del área sanitaria en general, que han muerto por la precariedad de equipos de bioseguridad y falta de vacunas para su inmunización. 

Esta dantesca realidad que exponemos es consecuencia de la intromisión de políticos, sea del bando que sea, militares que actúan fuera de su ámbito y hasta empresarios que sugieren soluciones, mientras las opiniones de profesionales y especialistas en el tema de la pandemia y cómo tratarla, se los deja a un lado actuando bajo orientaciones del poder político, militar y económico. Pareciera que el personal sanitario solo debe actuar únicamente dando diagnóstico y atendiendo al enfermo. De resto, las directrices fundamentales de orientaciones científicas y técnicas, que son la base para enfrentar la pandemia, se dejan en manos de improvisados políticos, militares y empresarios, quienes de manera marginal y con mentes obtusas, con el autoritarismo y la arbitrariedad que les caracteriza, toman decisión tras decisión desacertada, con el saldo diario de infectados y fallecidos. 

  Desde hace meses la Federación Médica Venezolana, la misma Academia de Ciencias y la organización de Médicos sin Fronteras Venezuela, han indicado, razonadamente, lo que debe y lo que no se debe hacer en Venezuela en materia de pandemia, contagio y tratamiento del virus chino y sus diferentes variantes. 

  La experiencia de las instituciones venezolanas en materia epidemiológica y sanitaria ha sido ofrecida de manera pública, incluso, especialistas de reconocida trayectoria internacional han manifestado lo que debe hacerse para enfrentar esta grave enfermedad y sus complicaciones. La población venezolana ha sido estudiada desde hace décadas y se llevan registros del comportamiento biopsicosocial por estrato poblacional. Hay especialistas que incluso estudian estas y otras enfermedades y su vinculación con las áreas de mayor riesgo, relacionadas también con la ingesta alimentaria. En fin, de lo que se trata es dejar que los especialistas en el tema tengan libertad, tanto para dedicarse con los implementos especiales que el caso amerita, como también se les permita asumir técnicamente las decisiones profesionales, que obedezcan estrictamente a razones humanitarias y de solidaridad con toda la población venezolana. 

  Sobre ello es imprescindible acotar que el único documento, si es que el caso lo amerita, para ser vacunado es la tradicional ‘cédula de identidad’, vigente o vencida. Salvo esto, cualquier otra identificación resultaría, evidentemente, una violación del derecho humano a la vida, por discriminación y exclusión. 

  Mientras siguen los enfrentamientos y las discusiones entre el liderazgo del poder en Venezuela, con la realidad de una población desguarnecida y con los centros de salud saturados, todos los días continúa el aumento de los contagios y el terrible número de fallecidos por una pandemia que técnicamente puede ser controlada por verdaderos profesionales y no por improvisados políticos, militares y empresarios jugando a ser médicos. 

Juan Guerrero

camilodeasis@hotmail.com

@camilodeasis1

Venezuela

VÍCTOR A. BOLÍVAR: EL CONTROL Y ADMINISTRACIÓN DE LAS VACUNAS COMO INSTRUMENTO DE DOMINACIÓN SOCIAL

A propósito de las declaraciones de su eminencia Cardenal Porras, quien alertó que en el país se está desarrollando un mercado negro de vacunas, escudriñamos en la red para obtener una mayor información y precisión del alcance de esa impactante afirmación. que pone a prueba lo que aún nos queda de capacidad para escandalizarnos. 
 
 
Nos encontramos unas interesantes líneas que pueden dibujar el caso venezolano. En ellas se indica que es habitual que en las economías dirigidas surjan "mercados negros" como respuesta del mercado frente a la intromisión estatal, que son usualmente tolerados por las propias autoridades encargadas de controlarlo. Esto es, que usualmente el mercado negro no es causante de ninguna crisis, sino la consecuencia de una crisis creada por la política inflacionaria sumada a la intromisión estatal tendiente a ocultar las consecuencias. Es una mácula que debe superarse. 
 
Queremos vivir en un país en el que no sea una ingenuidad pretender que la salud de los venezolanos se priorice como una política de Estado, que como tal esté por encima de intereses subalternos. Es la expectativa que tenemos en el que el venezolano de a pie sea el privilegiado pese a la confrontación y a la diatriba política. De allí que nuestro Cardenal Porras haya expresado con tino que quienes deben estar en el plan nacional de vacunación deben ser los más vulnerables y débiles. Hasta ahora, estos hechos, y la incertidumbre de contar con esa vacunación en tipo, costo, tiempo, modo y lugar, nos indican que estamos adentrándonos al mundo de las segundas intenciones. 
 
El zigzagueo en las propuestas y el bagaje de frases y términos que se han hecho del conocimiento público (OPS, Covax, AstraZeneca, Sinopharm, Sputnik V, Soberana 02 y Abdala), en el que participaron como actores el gobierno, la oposición y sectores privados, contribuye a una incertidumbre y desesperación tal que ha abonado el terreno para que los inescrupulosos pesquen en el río revuelto del mercado negro de la venta clandestina e ilegal de las vacunas.  
 
Según información tomada del portal de noticias Venepress, el modus operandi se estaría ejecutando mediante “Las presuntas ofertas engañosas en redes sociales los costos por la medicina oscilan entre $200 y $700 por dosis”; que supuestamente alertó el doctor Jaime Lorenzo, coordinador nacional de Médicos Unidos por Venezuela. Refiere también el portal, que “El periodista, Federico Black denunció que a través de WhatsApp están ofreciendo las vacunas Vero Cell, fabricadas en China, por un precio de 285 dólares”. Es una práctica que, aun a esa escala, debe ser erradicada por inhumana, sobre todo en este país que ya de por sí está sufriendo la peor de las crisis que haya vivido en toda su historia.  
 
Los venezolanos condenamos esa práctica, pero es a este gobierno a quien le compete ponerle punto final. Es el gobierno el que ha administrado hasta ahora las 750.000 dosis (500.000 de la china de Sinopharm y 250.000 de la rusa Sputnik V), para apenas el 1,3% de la población. Esas vacunas se han aplicado discrecionalmente a una pequeña parte de los trabajadores del sector sanitario, diputados, gobernadores, y al tren ejecutivo encabezado por Nicolás Maduro y su familia. Entonces, es al gobierno al que le corresponde detectar por dónde están drenándose las vacunas que han ido a parar al mercado negro. 
 
Sin embargo, la mayor preocupación es que pueda producirse en términos perentorios un verdadero y eficaz plan de vacunación para toda la población. Se sostiene que para aplicar una dosis al 70% de los venezolanos se necesitan 20 millones de vacunas; igualmente se señala que el país está muy lejos de ese objetivo, menos aun cuando el régimen -con su discrecionalidad- no cederá su protagonismo en el control y administración de las vacunas. Para ellos, es un instrumento más de dominación social. 
 
Nunca dejarán que se les vaya de las manos ese poder. El caso de Fedecámaras confirma esa tesis. Ese organismo, que hace poco tiempo fue uno de los sectores invitados al ya frustrado “Gran Diálogo Nacional”, y que en esa onda presentó un plan para la vacunación y aportar fondos para comprar cinco millones de dosis para inmunizar a trabajadores del sector privado, hoy ha sido satanizado y en consecuencia descalificado para llevar adelante ese objetivo. La forma excluyente de condicionar la aplicación de la vacuna con la plataforma Patria, también confirma ese control unívoco. 
 
Los venezolanos no podemos permitir retrasos por intencionalidad económica o política alguna. Antes, por el contrario, debemos sumar esfuerzos incondicionales en esta titánica tarea. La vacunación para enfrentar lo peor de esta pandemia -que se antoja de más largo plazo- debe formar parte fundamental de la política de Estado para la salud integral de los venezolanos a la que tenemos derecho y así lo debemos exigir con una generalizada determinación. ¡Vacunación para todos ya! 
 
 
Víctor Antonio Bolívar Castillo
vabolivar@gmail.com
@vabolivar
Venezuela

EDUARDO FERNÁNDEZ: LA RESURRECCIÓN

La resurrección de Venezuela tiene que ser para disfrutar de una sociedad en la que prevalezca la justicia, la paz, la unión y el progreso en todos los órdenes de la vida social. 
De no haber ocurrido la Resurrección del Señor, vana sería nuestra fe y vana sería nuestra esperanza. Así lo expresó con razón San Pablo. La fecha más gloriosa, en toda la liturgia de la Iglesia, es justamente la fiesta de la Resurrección. El domingo pasado, el mundo cristiano celebró el día en el que Cristo derrotó a la muerte.
 
La Resurrección del Señor es una fecha propicia para meditar en la belleza de nuestra fe. Ocasión para reflexionar sobre la vida eterna y sobre la necesidad que tenemos, cada uno de nosotros, de resucitar en el Señor a una vida nueva, a una vida más justa, más digna y más comprometida con el amor a Dios y con el amor al prójimo.
 
Salvando las distancias, se me ocurre hacer un símil con la realidad que sufre Venezuela en los tiempos actuales. También Venezuela atraviesa el dolor de la pasión. Una pandemia devastadora y una crisis económica, política, social y moral que produce un gran sufrimiento a toda la población. También para Venezuela, después de la pasión, vendrá la fiesta de la resurrección.
 
Debemos prepararnos para contribuir a que esa resurrección de Venezuela nos permita construir un país justo, amable, democrático, con calidad de vida para cada una de las familias venezolanas, con progreso económico, que nos suministre todos los bienes y servicios que requerimos, con empleos decentes para todos los trabajadores, con buenos salarios, sin inflación, sin recesión, con un servicio de salud pública adecuado a las nuevas exigencias y con un sistema de seguridad social que proteja a todos nuestros ciudadanos.
 
La resurrección de Venezuela tiene que venir acompañada por una resurrección de nuestra educación. Más y mejor educación, desde el pre-escolar hasta la educación superior, que produzca ciudadanos integrales, capaces de formar ciudadanos que elijan con buenos criterios y contribuyan al mejor desarrollo del país para beneficio de todos.
 
Más y mejores escuelas. Más y mejores salarios para nuestros maestros y para todos los trabajadores de la salud y de la educación.
 
La resurrección de Venezuela tiene que ser para disfrutar de una sociedad en la que prevalezca la justicia, la paz, la unión y el progreso en todos los órdenes de la vida social.
 
Saludamos la resurrección del Señor. A él le pedimos que ilumine a todos nuestros líderes para que puedan contribuir a la resurrección de Venezuela en un ambiente de paz, de justicia y de solidaridad.
 
Seguiremos conversando. 

Eduardo Fernández

efernandez@ifedec.com

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RAFAEL RODRÍGUEZ MUDARRA: LA CRISIS

La crisis reclama: con toda seriedad una dirección que tenga sentido de conducción: 

No se puede cultivar la ilusión de enfrentar a un régimen de comprobada practica totalitaria, dejando que el campo de la acción opositora escoja el camino de las decisiones de grupos; a l vez, resuelva mediante imposición de los 4G: asuntos que dado su complicada solución requieren de una táctica que analizada la situación vivida, nos haga posible la estrategia de dar al traste con el estado de autoritarismo que ha hecho del gobierno de facto un oficio de perpetuación. 

De lo vivido durante más de veinte años, nos fuerza a la conclusión: Que una oposición real al gobierno de fuerza militar, que simula civilidad; que manteniendo a un civil, tenido como ilegítimo al frente del Poder Ejecutivo Nacional, nos hace derivar la conclusión: De que la oposición constitucional necesita del respaldo de una fuerza de integración nacional como única base que apegada a la realidad: Sea capaz de abatir a un régimen que ha hecho del Estado la mejor fuente para el disfrute sensual entre sus allegados. 

Existe en la sociedad venezolana, una crisis: una crisis que tiene su origen en los factores que constituyen el componente social de esta nación; y en contrastes no justificados ni entendidos, si se toma en consideración el avance tenido en el sostenimiento de la civilidad; y en el haber logrado que la FA armada hubiera entendido que es una institución profesional al servicio patria sin influencias de Césares. 

Existe una crisis que insostenible debido a diferentes contrastes: Una crisis que la dictadura militar con simulación civil: ha acelerado, profundizado con conversos de nuevo cuño (marranos) con intención de volverla insuperable. 

.La existencia de un Estado arruinado, sometido a entelequia: que no puede continuar, imposible de sostenerse por razón elemental: No tiene la adhesión de las grandes masas: como tampoco una dirección capaz de hacer política para ganarse a un pueblo que le es adverso; eso por una parte: Por la una masa de centenares de trabajadores miserables, de trabajadores de la salud, del campo y de la ciudad, de educadores de jóvenes estudiantes de todos los extractos de nuestra ciudadanía, que progresivamente ha venido despertándose a la vida política, los cuales exigen parte activa en ella: Los cuales luchan por convertirse: lo vemos a diario en la base de un Estado en que se encarne la voluntad del pueblo. 

Esta masa, cual no es otro que el pueblo se enfrenta un sistema económico que no logra ya satisfacer las necesidades elementales de la inmensa mayoría de la población, porque ha sido construido para satisfacer los intereses particulares y exclusivos de las restringidas categorías privilegiadas con ambición de poder, 

Todo lo referido se debe; A que un grupo exclusivo de los que tienen la política a manera de diversión: por otra parte, se da en no entender que la situación de Venezuela requiere hoy más que nunca de una conducta unitaria: no de grupos. ¿Por qué no entenderlo? 

Rafael Rodríguez Mudarra
1rodriguezmudarra@gmail.com
@Ramudarra
Presidente de Unión Republicana Democrática
Venezuela