domingo, 19 de abril de 2020

ACTUALIZACIÓN, INTERNACIONALES, EL REPUBLICANO LIBERAL II, LUNES 20/04/2020

BEATRIZ DE MAJO, ESCOGER ENTRE LA PAZ Y LA PANDEMIA, COLOMBIA EN CÁPSULAS, DESDE ESPAÑA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 13 minutos
Es imposible no comparar entre el tratamiento que se está haciendo del drama de la pandemia en Venezuela y el que se está instrumentando del otro lado de la línea de frontera que nos separa de los vecinos colombianos. Para los venezolanos y el régimen que administra la dinámica nacional, el tema de la crisis del contagio de Covid-19 es de vida o muerte porque encuentra al país en el peor momento de debilidad en todos los terrenos: el sanitario en primer lugar, pero igualmente el económico, el social, el de aprovisionamiento (gasolina incluida) el de infraestructura. Y, aunque no ... más »

CARLOS ALBERTO MONTANER, CHINA Y LAS CONSPIRACIONES, DESDE ESPAÑA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 30 minutos
No suelo creer en las conspiraciones secretas para apoderarse del planeta, salvo la de los comunistas, que no es secreta desde 1848. De que las hay, las hay, y de que vuelan, vuelan, como en España se dice de las brujas, pero generalmente son trampas para atrapar incautos. La más conocida fue una fabricación de la policía política zarista contenida en un librito apócrifo titulado Los protocolos de los Sabios de Sión. Se reedita constantemente en una de las lenguas que posee gran difusión: inglés, español, francés y árabe. Especialmente el árabe. Era una invención contra los judíos.... más »

JUAN RAMÓN RALLO, ¿POR QUÉ EL GOBIERNO ESTÁ FRACASANDO EN SUMINISTRAR MATERIAL SANITARIO?DESDE ESPAÑA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
La responsabilidad del Gobierno de España en su gestión de la crisis sanitaria del Covid-19 puede dividirse en dos partes. La primera, hasta el 9 de marzo, está vinculada a su pasividad negligente a la hora de tomar medidas de distanciamiento social que dificultaran la propagación del virus. La segunda, a partir del 9 de marzo, está asociada a su incapacidad de acelerar el regreso a una cierta normalidad social y económica mediante la adquisición de aquel material sanitario que permita prevenir la propagación del virus (mascarillas) y detectar precozmente a los contagiados (test). ... más »

ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO, UN MALOLIENTE PANTANO, DESDE ARGENTINA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
"Nada va bien en un sistema político en que las palabras contradicen los echos". Napoleón Bonaparte. Antes de la epidemia, el Ejecutivo había obtenido del H° Aguantadero una delegación de facultades de tal dimensión que, cuando la crisis sanitaria se hizo presente, le permitió gobernar por decreto; a ello se sumó el pánico al contagio que invoca el Legislativo para mantenerse totalmente inactivo pero, eso sí, cobrando íntegramente las dietas de senadores y diputados, centenares de asesores y miles de empleados. Cuando la sociedad, con el ruido de las cacerolas, exigió a la clase... más »

GABRIEL BORAGINA, INTERVENCIONISMO Y CONTROL DE PRECIOS, DESDE ARGENTINA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
Es común -y lo sigue siendo nuestros días- que las masas identifiquen el intervencionismo con el capitalismo creyendo que se tratan de la misma cosa. Es por eso que los insatisfactorios resultados de las políticas económicas que encaran los gobiernos del mundo entorpeciendo la marcha de la economía libre se igualen sin más con el capitalismo. De allí que los ataques desde todos los sectores al capitalismo no dejen de cesar. "Las políticas anticapitalistas sabotean la operatividad del sistema capitalista de la economía de mercado. El fracaso del intervencionismo no demuestra la nece... más »

ARIEL PEÑA, EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS, NO HAY QUE OLVIDAR LA RELACIÓN ENTRE MARXISMO Y NAZISMO, DESDE COLOMBIA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
Hay una característica histórica que une al marxismo y al nazismo, como es la criminalidad, en donde los seres humanos son simples herramientas, para satisfacer los apetitos de la élite de un partido; y en los tiempos actuales lo estamos viendo con la postura del partido comunista chino, que como responsable de la génesis y la trasmisión mundial del Covid-19 con la complicidad de la OMS(Organización mundial de la salud) a puesto a la humanidad en una consternación, que no se ha visto desde la Segunda Guerra Mundial, en donde Hitler propició el conflicto para desconocer el Tr... más »

BEATRIZ DE MAJO, ESCOGER ENTRE LA PAZ Y LA PANDEMIA, COLOMBIA EN CÁPSULAS, DESDE ESPAÑA

Es imposible no comparar entre el tratamiento que se está haciendo del drama de la pandemia en Venezuela y el que se está instrumentando del otro lado de la línea de frontera que nos separa de los vecinos colombianos.  

Para los venezolanos y el régimen que administra la dinámica nacional, el tema de la crisis del contagio de Covid-19 es de vida o muerte porque encuentra al país en el peor momento de debilidad en todos los terrenos: el sanitario en primer lugar, pero igualmente el económico, el social, el de aprovisionamiento (gasolina incluida) el de infraestructura.  Y, aunque no se escriba en ninguna lado porque la atención está puesta en otro derrotero, el de popularidad del gobierno. Si. El madurismo está en su peor hora de apego popular. Así que una salida airosa de este episodio sanitario ayudaría mucho a sus jerarcas a asirse del poder que tanto les importa. Sin embargo no se percibe en el horizonte otras medidas que la del confinamiento y el requerimiento a terceros de efectuar aportes humanitarios para intentar instrumentar algún plan de protección a la ciudadanía    

Hay rasgos comunes en lo que ocurre más allá del Arauca. Porque aunque el país colombiano tiene una economía sólida, viene progresando consistentemente en lo social y su sistema sanitario es sólido y atiende a la inmensa mayoría de los neogranadinos, la hora política es muy compleja también para Iván Duque.   

Le ha tocado a este líder, desde la presidencia, cargar sobre sus hombros con la tarea de darle sustancia e implementar un Acuerdo de Paz que sus electores adversaban con mucha fuerza.  Por un lado esforzarse en materializar el desarme de los subversivos, ahora dedicados con dientes y muelas al crimen organizado, a la vez que intentar sanear los espacios del interior afectados por la violencia guerrillera, y ello al tiempo que se estimula una incorporación del campo a la dinámica económica y social del país.      

Pero aunque la voluntad exista en el gobierno colombiano para acometer una tarea que es preciso cumplir aunque sea a desgano, los recursos lucen ahora mucho más insuficientes para los fines de la paz, si al mismo tiempo se ha tornado imprescindible levantar recursos en cantidades monumentales para destinarlos a la batalla contra la contaminación y a fortalecer a las poblaciones más desvalidas y susceptibles de ser impactadas por la crisis sanitaria. La Fundación Ideas para la Paz lo advierte en un reciente reporte: Las limitaciones presupuestales del país “podrían profundizarse como resultado de la reorientación de recursos para responder a la pandemia”.      

Sin embargo el gobierno de Duque no se cruza de brazos y demuestra allí su compromiso. El último de sus movimientos ha sido obligar a las entidades de préstamo a comprar deuda pública denominada “títulos de solidaridad”, o TDS, a fin de captar fondos para hacer frente al impacto económico de la pandemia. Las entidades de préstamo estarán todas obligadas a comprar una cantidad de deuda equivalente a hasta el 3% de sus depósitos a la vista y el 1% de los depósitos a plazo a fecha de 31 de marzo.  

No hay escogencia posible. Los dos propósitos deben ser emprendidos con la misma férrea voluntad. A fin de cuentas se trata de ser extremadamente proactivo y recursivo y echar mano de cuanto recurso está al alcance para no abandonar las metas del Plan de Paz mientras se le presta atención a los aspectos humanitarios de la crisis sanitaria y no se deja de lado el progreso económico y social de Colombia. Si logra alcanzar victorias visibles en todos los terrenos Iván Duque acudirá a las próximas elecciones con un capital ganado nada deleznable.  

Beatriz de Majo
beatriz@demajo.net.ve
@beatrizdemajo1
Desde España

CARLOS ALBERTO MONTANER, CHINA Y LAS CONSPIRACIONES, DESDE ESPAÑA

No suelo creer en las conspiraciones secretas para apoderarse del planeta, salvo la de los comunistas, que no es secreta desde 1848. De que las hay, las hay, y de que vuelan, vuelan, como en España se dice de las brujas, pero generalmente son trampas para atrapar incautos.

La más conocida fue una fabricación de la policía política zarista contenida en un librito apócrifo titulado Los protocolos de los Sabios de Sión. Se reedita constantemente en una de las lenguas que posee gran difusión: inglés, español, francés y árabe. Especialmente el árabe. Era una invención contra los judíos. (Henry Ford cayó en ella).  Supuestamente, “los judíos” se habían reunido en Suiza a fines del siglo XIX para urdir la artera maniobra de sembrar el caos con el objeto de controlar el mundo.

La última de las “teorías conspirativas” es la de los chinos. Se sabe que el foco primario del Covid-19 está en Wuhan. Como el mercado de animales vivos radica en esa provincia del centro del país, donde venden murciélagos y pangolines, cerca de un “Instituto de virología”, basta con sumar 2 + 2 y se obtiene un culpable clarísimo: China. (El pangolín es un mamífero parecido al oso hormiguero, pero cubierto de escamas. Los chinos pudientes se los comen y utilizan las escamas con fines medicinales).

Incluso, la causa es bastante obvia: la rivalidad entre potencias para alzarse con el liderazgo planetario. De acuerdo con los creyentes en esas teorías, China pretendía hundir a Estados Unidos enviándole miles de personas infectadas. En ese caso, Italia y España serían víctimas del “fuego (no tan) amigo”. Estaban en el camino en el momento equivocado.

Esto deja sin respuesta una pregunta esencial: ¿por qué China estaría interesada en matar su “gallina de los huevos de oro”? No parece una conducta propia de una nación astuta y prudente.

En principio, el negocio, les sirve a las dos puntas de quienes lo realizan. Las empresas de Estados Unidos y el conjunto de la sociedad cuentan con una fábrica enorme y remota que produce a buen precio y con una calidad media aceptable. Eso es absolutamente necesario en un mundo competitivo, mientras los chinos les dan trabajo a su enorme fuerza laboral y acumulan millones de dólares que utilizan, entre otras cosas, en adquirir bonos del tesoro americano.

Si bien es verdad que la balanza comercial favorece a los chinos, tampoco hay la menor duda de que ese fenómeno ayuda a los Estados Unidos a financiar el déficit, recuperando los dólares “invertidos” en la operación de mantener a los americanos razonablemente abastecidos, a precios muy baratos y con impuestos notablemente bajos.

Es cierto que China “conspiró” para evitar que se supiera el estropicio universal causado por la pandemia, y también que utilizó métodos dictatoriales para castigar a quienes se atrevían a contradecir la versión oficial, pero eso es propio de una tiranía de partido único que en el pecado llevará su penitencia. Fue lo que hicieron los rusos en Chernobil. Acallaron las protestas, dando lugar a mil rumores, hasta que Gorbachov, impulsado por la glasnost, reveló la incómoda verdad.

La transparencia es una de las ventajas comparativas de la democracia. Como lo es  la crítica implacable a los gerentes del sistema dentro de los cauces institucionales. Por otra parte, las naciones democráticas, afortunadamente, carecen de destinos previsibles. Van transformándose en la medida en que la inventiva las precipita en una determinada dirección. Hoy puede ser Internet el plato fuerte, pero quién sabe si el próximo es la Inteligencia Artificial que nos ayudará a seleccionar a las mejores.

¿Por qué el indudable progreso de China? Porque se deshicieron del colectivismo marxista-leninista y admitieron que la desigualdad en los resultados es inherente a la libertad para crear riquezas.  "Enriquecerse es maravilloso" dijo uno de los jerarcas del cambio. Los chinos acabarán destruyendo el extraño régimen de capitalismo productivo mezclado con represión oficial, más cerca del fascismo que del comunismo.

La idea de que el régimen de partido único le da fortaleza al sistema es absurda. El partido único debilita el sistema, como sabemos de sobra los cubanos. Cuando existe, es imposible corregir los errores porque quienes los cometen son los mismos que deben enmendarlos. En Taiwán todo mejoró cuando el Kuomintang dejó de ser la única fuerza del país, y volverán a hacerlo en “mainland China”, cuando se presente la oportunidad. Tal vez no tarde demasiado.

Carlos Alberto Montaner
montaner.ca@gmail.com>
@CarlosAMontaner.
Desde España

El último libro de CAM es Sin ir más lejos (Memorias). La obra fue publicada por Debate, un sello de Penguin-Random House. Se puede obtener por medio de Amazon Books. 

JUAN RAMÓN RALLO, ¿POR QUÉ EL GOBIERNO ESTÁ FRACASANDO EN SUMINISTRAR MATERIAL SANITARIO?DESDE ESPAÑA

La responsabilidad del Gobierno de España en su gestión de la crisis sanitaria del Covid-19 puede dividirse en dos partes. La primera, hasta el 9 de marzo, está vinculada a su pasividad negligente a la hora de tomar medidas de distanciamiento social que dificultaran la propagación del virus. La segunda, a partir del 9 de marzo, está asociada a su incapacidad de acelerar el regreso a una cierta normalidad social y económica mediante la adquisición de aquel material sanitario que permita prevenir la propagación del virus (mascarillas) y detectar precozmente a los contagiados (test). Cuanto más tardemos en disponer de un suministro amplio de estos bienes, tanto más tardaremos en poner en marcha la economía y, por consiguiente, tanto más nos empobreceremos.

Pero ¿por qué razón el Ejecutivo está fracasando estrepitosamente a la hora de abastecer el país con los test y las mascarillas que necesitamos? ¿Por qué el Gobierno tiene que aplazar 'sine die' sus cruciales 60.000 análisis aleatorios por “problemas logísticos” y por qué algunas autonomías han llegado a tener que repartir vergonzosas mascarillas de papel? ¿Por qué, en suma, después de un mes de estado de alarma todavía no disponemos de los enseres básicos?

De entrada, es cierto que los mercados globales de este tipo de material sanitario se hallan enormemente tensionados: casi todos los países del mundo han disparado simultáneamente su demanda, mientras que la oferta no es que no haya podido crecer igual de rápido, sino que en muchos casos se ha paralizado, o ralentizado, por el coronavirus. Y cuando la demanda crece muchísimo más que la oferta, los precios tienden a aumentar de manera muy considerable (dejando desabastecidos a aquellos que no pueden o no quieren pagar tales precios). Por consiguiente, es verdad que la coyuntura internacional no contribuye a facilitar un suministro amplio ni de test ni de mascarillas.

Ahora bien, las dificultades globales no explican por entero el fracaso gubernamental, pues otros países sí cuentan con disponibilidades de ambas mercancías; e incluso en España hay empresas, hospitales y laboratorios privados que sí han sido capaces de proveerse con el pertinente material sanitario. ¿Por qué entonces el Gobierno lo está haciendo tan mal a este respecto? Pues, en esencia, por dos motivos.

El primero es la falta de experiencia del Ejecutivo y del conjunto de la Administración para adquirir este tipo de material a muy gran escala: a diferencia de aquella parte del sector privado que ya dispone de sus propias redes comerciales así como de unos departamentos de gestión de compras habituados a negociar con proveedores extranjeros, el sector público carece de esa formación y de esa información, de modo que avanza dando tumbos. La propia ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, llegó a reconocerlo en una entrevista para Radio Euskadi: “No estamos necesariamente muy acostumbrados a comprar en China: es un mercado que nos es un poquito desconocido. Entonces, hay muchos intermediarios que te presentan, que nos ofrecen gangas y luego evidentemente resulta que eso no son gangas”.

Pero existe un segundo problema, acaso más profundo y más preocupante, que son los incentivos perversos de este Gobierno a anteponer su dogmatismo ideológico sobre la realidad del mercado. Tanto los miembros del PSOE como, sobre todo, los de Unidas Podemos están obsesionados con impedir que haya agentes económicos que se lucren vendiendo material sanitario a precios anormalmente altos. De ahí que el encarecimiento mundial de estos bienes —algo del todo razonable, dada la explosión de su demanda frente a una oferta a medio gas — es visto como una inaceptable trampa especulativa con la que el Gobierno no puede colaborar de ningún modo.

Por ejemplo, en su última entrevista en 'eldiario.es', Iglesias describía las actuales condiciones del mercado internacional de material sanitario como “especulación repugnante”; asimismo, Irene Montero, en una conversación con Alfredo Serrano (el asesor económico de Maduro, que sumió a Venezuela en la hiperinflación y miseria actuales), también descalificaba la presente escalada de precios como “mercado salvaje y especulación salvaje”. Pero acaso lo peor no sea que la gente de Podemos muestre una absoluta incomprensión de lo que está sucediendo en el mundo, sino que los miembros del PSOE también lo hacen. Así, en palabras de González Laya en la ya referenciada entrevista: “Especulan los intermediarios y especulan los productores: cuando hay más demanda que oferta, pues evidentemente los precios pueden subir, que es lo que está ocurriendo ahora”.

Para el Gobierno PSOE-Podemos, por consiguiente, cualquier aumento significativo del precio de las mascarillas y de los test por encima de su precio habitual merece ser considerado como “especulación”. Como es lógico, un Gobierno que, emborrachado en sus dogmas ideológicos, rechaza alimentar las “ganancias especulativas” de productores e intermediarios será un Gobierno del todo incapaz de abastecerse en las presentes condiciones internacionales: aquellos agentes económicos —incluyendo gobiernos— que no estén dispuestos a abonar los precios de mercado del escaso material sanitario a la venta se quedarán sin él (porque otros agentes sí los abonarán) y, por consiguiente, a este Ejecutivo solo le quedará buscar tramposas y peligrosas gangas —de las que hablaba González Laya—, que generalmente terminan saliendo fatal.

En definitiva, la mezcla de incompetencia y fanatismo ideológico no puede más que alumbrar una incapacidad radical en lograr por sí mismos un suministro abundante de material sanitario con el que relanzar la sociedad y la economía. Pero es que, además, esa incapacidad radical del Gobierno en abastecerse de material sanitario suficiente lo lleva a querer incautárselo desaforadamente a todas aquellas empresas o autónomos que sí han conseguido adquirirlo (porque saben dónde comprarlo y porque, además, están dispuestos a pagar precios de mercado). Y como cada vez más empresas y autónomos devienen conscientes de que, si osan importar mascarillas o test, el Gobierno puede terminar requisándoselos incluso en la misma aduana, cada vez son más los que rechazan destinar su capital a tan arriesgada operación.

Al final, pues, la incompetencia y el sectarismo del Gobierno no solo lo incapacitan a él mismo para conseguir el material sanitario que necesitamos, sino que también terminan impidiendo que los particulares lo logren por sus propios medios. El dirigismo gubernamental y los controles artificiales de precios siempre acaban provocando el desabastecimiento generalizado que presuntamente pretendían combatir: pero en la actual situación de emergencia sanitaria y económica, semejante desabastecimiento sí es, en palabras de Iglesias y Montero, una repugnante salvajada.

Juan Ramon Rallo
contacto@juanramonrallo.com
info@juandemariana.org
@juanrallo
Instituto Juan de Mariana
Desde España

Este artículo fue publicado originalmente en el blog Laissez Faire de El Confidencial (España) el 15 de abril de 2020.

ENRIQUE GUILLERMO AVOGADRO, UN MALOLIENTE PANTANO, DESDE ARGENTINA

"Nada va bien en un sistema político  en que las palabras contradicen los echos". Napoleón Bonaparte. 

Antes de la epidemia, el Ejecutivo había obtenido del H° Aguantadero una delegación de facultades de tal dimensión que, cuando la crisis sanitaria se hizo presente, le permitió gobernar por decreto; a ello se sumó el pánico al contagio que invoca el Legislativo para mantenerse totalmente inactivo pero, eso sí, cobrando íntegramente las dietas de senadores y diputados, centenares de asesores y miles de empleados. 

Cuando la sociedad, con el ruido de las cacerolas, exigió a la clase política la misma "solidaridad" que Alberto Fernández nos reclama, sólo obtuvo excusas basadas en falaces argumentos; en consecuencia, seguiremos pagando esa inicua fiesta. En la medida en que no concurren al trabajo y los empleados públicos no gastan en transporte ni en viandas, sus sueldos han aumentado sensiblemente, pero nada parece conmoverlos.

Otra razonable pregunta, dada la necesidad de flexibilizar la ya insoportable cuarentena, cruzada por las expectativas de que la pandemia alcance su pico de contagios en la segunda quincena de mayo, es cómo reaccionará entonces el Gobierno cuando llegue ese momento y haya gastado este recurso de protección social.

El Gobierno optó, razonablemente al principio, por un duro confinamiento que, al mantenerse por ahora sine die, se exageró hasta límites que están llevando, ya sin duda alguna, a una catástrofe económica, inédita en su magnitud. Casi ningún país ha cerrado sus bancos, por el inmenso costo que esa medida tiene sobre la actividad de la sociedad. 

El Presidente, como la inmensa mayoría de sus colegas, entre cuidar la salud o la economía ha privilegiado a la primera en desmedro de la otra; pero aquí otros factores impedirán una salida ordenada del confinamiento: la alta inflación, la total carencia de crédito y el riesgo enorme de una corrida bancaria. Esa es la razón por la cual, aunque por la falta de testeo ignoramos en qué situación real nos encontramos ante el Covid-19, seguimos en un virtual corralón financiero, que complicará aún más el futuro del país. 

Mientras tanto, el kirchnerismo duro, con la conformidad expresa de Alberto Fernández, avanza con actitudes de neto corte chavista; sus mayores proyectos, al menos por ahora, son el espionaje ideológico de la sociedad, la "importación" de pseudo médicos cubanos, la intención de estatizar los servicios privados de salud, la intervención a la fábrica de respiradores, los controles municipales de precios y, por supuesto, el proyecto de "Impuesto Patria" -¡qué facilidad para encontrar nombres honorables para los delirios totalitarios!-, presentado por Máximo Kirchner y Carlos Heller y, obviamente, patrocinado por Cristina Fernández que, para eso, sí está dispuesta a permitir que el Senado sesione. 

Resulta notable que, mientas el primero integra la familia que debería encabezar el ranking de argentinos ricos, el segundo presida el banco del Partido Comunista que, por tratarse de una cooperativa (Banco Credicoop), no paga el impuesto a las ganancias. Aunque resulte pesado, reitero que, si los Kirchner devolvieran lo robado durante sus doce años en el poder, la Argentina podría adquirir con tranquilidad todos los insumos médicos necesarios para dar batalla al virus y, por supuesto, no hubiera necesitado caer nuevamente en default. Pero, claro, estoy pidiendo algo que no sucederá, aunque los pocos bienes que conservan en el país (hoteles, departamentos, cocheras, los US$ 5 millones de Florencia, etc.) sean finalmente decomisados por la tan venal y cobarde Justicia federal. 

Un párrafo aparte merece la absurda discriminación que el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, impondrá a partir del lunes a los mayores de 70 años, invocando el mayor riesgo frente al Covid-19, que literalmente los pondrá en detención domiciliaria; no se les ha ordenado la colocación de una tobillera electrónica sólo porque no tiene suficientes. Se trata de una población aún muy activa y consciente de ese riesgo y que, por ello, se cuida mucho, como han demostrado los mayores que se han aislado voluntariamente en las parroquias de las villas porque no les resulta posible hacerlo en su hábitat natural, siempre hacinado. Se trata de una medida ética y constitucionalmente reprochable, que avanza sobre nuestras libertades individuales y que debe ser derogada de inmediato.

Enrique Guillermo Avogadro
E.mail: ega1@avogadro.com.ar
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@egavogadro
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Desde Argentina

GABRIEL BORAGINA, INTERVENCIONISMO Y CONTROL DE PRECIOS, DESDE ARGENTINA

Es común -y lo sigue siendo nuestros días- que las masas identifiquen el intervencionismo con el capitalismo creyendo que se tratan de la misma cosa. Es por eso que los insatisfactorios resultados de las políticas económicas que encaran los gobiernos del mundo entorpeciendo la marcha de la economía libre se igualen sin más con el capitalismo. De allí que los ataques desde todos los sectores al capitalismo no dejen de cesar.

"Las políticas anticapitalistas sabotean la operatividad del sistema capitalista de la economía de mercado. El fracaso del intervencionismo no demuestra la necesidad de adoptar el socialismo. Simplemente expone la futilidad de intervencionismo. Todos estos males que los autodenominados “progresistas” interpretan como evidencia del fracaso del capitalismo son el resultado de su supuesta interferencia benéfica en el mercado. Solo los ignorantes, identificando erróneamente intervencionismo y capitalismo, creen que el socialismo es el remedio para estos males."[1]

Se saca entonces la errónea conclusión que al quedar en la estacada conseguir transformar al capitalismo en un sistema conforme a los dictados de los burócratas no quede entonces más remedio que dejar paso al socialismo. Este "razonamiento" es errado desde cualquier ángulo de análisis. La frustración del intervencionismo no es más que la consecuencia de querer modificar las inmutables leyes de la economía de mercado que no responden a determinadas voluntades de personas encaramadas en posiciones de poder, sino que obedecen a una mecánica que ponen en marcha todos los días quienes forman parte del mercado, esto es: consumidores y productores enlazados por la actividad comercial que también está a cargo de quienes individualmente operan como consumidores y productores, ya que estas no se tratan más que de facetas o roles que todos asumimos en diferentes momentos, no sólo de nuestra vida sino del día a día y el minuto a minuto.

"A muchos defensores del intervencionismo les desconcierta que uno les diga que al recomendar el intervencionismo ellos mismos están alimentando tendencias antidemocráticas y dictatoriales y el establecimiento de un socialismo totalitario. Protestan diciendo que son creyentes sinceros y se oponen a la tiranía y el socialismo. Lo que buscan es solo la mejora de las condiciones de los pobres. Dicen que les mueven consideraciones de justicia social y están a favor de una distribución más justa de la renta precisamente porque tratan de conservar el capitalismo y su corolario político o superestructura, es decir, el gobierno democrático."[2]

Aquí se analiza el supuesto (muy frecuente, por cierto) en boca de la mayoría o de todos de lo que en su momento nosotros hemos designado el intervencionista de buena fe. Se trata de un típico caso de ignorancia económica que es el que -podríamos aventurar- domina a la mayor parte de las personas. No operaria -en principio- en esos ejemplos la típica envidia que hemos analizado previamente, sino que este argumento estaría exhibiendo (de ser sincero como dicen) un hecho de ignorancia lisa y llana de los efectos económicos que las políticas intervencionistas ocasionan en el mercado. No son los autores intelectuales del intervencionismo en sí mismos sino sus seguidores o partidarios. Pero, en rigor, los motivos no interesan demasiado, porque en el terreno de las intenciones estas pueden ser las mejores como ya hemos dicho muchas veces. Lo que importan siempre son las consecuencias prácticas de las teorías, y la tesis que se esconde detrás del intervencionismo evidencia su falsedad al menor examen.

"De lo que no se da cuenta esta gente es de que las diversas medidas que sugieren no son capaces de producir los resultados benéficos pretendidos. Por el contrario, producen un estado de cosas que desde el punto de vista de sus defensores es peor que el estado previo que estaba pensado alterar. Si el gobierno, ante el fracaso de su primera intervención, no está dispuesto a deshacer esta interferencia con el mercado y volver a una economía libre, debe añadir a su primera medida cada vez más regulaciones y restricciones. Procediendo paso a paso en esta vía acaba llegando a un punto en el que ha desaparecido toda libertad económica de los individuos. Entonces aparece el socialismo de patrón alemán, el Zwangswirtschaft."[3]

Presuponiendo buena fe en los patrocinadores del intervencionismo, no obstante, las interferencias en el mercado quiebran él orden espontáneo intrínseco al mismo y van produciendo el efecto inverso al perseguido por los presuntos "benefactores sociales". Los voluntarismos políticos no mejoran la situación económica de las personas, ni tampoco pueden hacerlas más felices. El intervencionismo es un verdadero camino de servidumbre (como titulara F. v. Hayek a uno de sus libros más brillantes). Opera paso a paso en dirección al socialismo sin que sus propulsores (siempre suponiendo buena fe) adviertan de ello, o aun percatándose en la ingenua creencia que, no obstante apuntar en esa dirección, no se llegará a desembocar en un estado socialista. Se equivocan. Van derecho hacia el abismo. En suma, cada intervención en lugar de mejorar la anterior la empeora, agravando el resultado final de todas las intervenciones acumuladas.

"Si el gobierno quiere hacer posible a padres pobres dar más leche a sus hijos, debe comprar leche al precio del mercado y venderla a esos pobres con una pérdida a un precio más barato; la pérdida se puede cubrir con los medios recaudados por impuestos. Pero si el gobierno sencillamente fija el precio de la leche a un nivel inferior al de mercado, los resultados obtenidos serán los contrarios a los objetivos del gobierno. Los productores marginales, para evitar pérdidas, cerrarán sus negocios de producir y vender leche. Habrá menos leche disponible para los consumidores, no más. Este resultado es contrario a las intenciones del gobierno. El gobierno interfirió porque consideraba a la leche como una necesidad vital. No quería restringir su oferta."[4]

Conviene poner de relieve que esos impuestos significarán en última instancia que hay otras personas que están financiando el consumo de leche de terceros, lo que implicará -a su turno- que los que pagaron esos impuestos verán disminuir su lista de bienes y servicios a su disposición, entre los cuales puede ocurrir que deban reducir su consumo de leche que destinen a sus propios hijos. En suma, se produce una transferencia de ingresos de unos hacia otros: de los que pagan impuestos a los que no lo hacen disminuyendo el consumo de los primeros y aumentando el de los últimos, en suma, se les saca a unos lo que les pertenece para darles a otros lo que no les pertenece. El móvil puede parecer loable pero el resultado final es que se termina consumando una injusticia. En la segunda cuestión (la del precio máximo) la situación se agrava respecto del primer punto, por cuanto el consumo se empequeñece para todos excepto para aquellos que estén en condiciones de pagar los precios mayores que se registrarán en el mercado negro o paralelo. Desde un punto de vista o del otro las consecuencias no pueden ser peores.

Gabriel S. Boragina 
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina 
Desde Argentina
http://www.accionhumana.com/2020/03/intervencionismo-y-control-de-precios.html

ARIEL PEÑA, EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS, NO HAY QUE OLVIDAR LA RELACIÓN ENTRE MARXISMO Y NAZISMO, DESDE COLOMBIA

Hay  una característica histórica que une al marxismo y al nazismo, como es la criminalidad, en donde los seres humanos son simples herramientas, para satisfacer los apetitos de la élite  de  un partido; y en los tiempos actuales lo estamos viendo con la postura  del partido comunista chino,  que como responsable de la génesis y la trasmisión mundial del Covid-19 con la complicidad de la OMS(Organización mundial de la salud) a puesto a la humanidad en una consternación, que no se ha visto desde la Segunda Guerra Mundial, en donde Hitler  propició el conflicto para desconocer  el Tratado  de Versalles con el que terminó la Primera Guerra Mundial, resaltando que  contrarió a lo que dicen sectores de la llamada izquierda, el fuhrer si era bastante cercano al marxismo.  

“El movimiento nacional-socialista tiene un solo maestro: el marxismo”, el pronunciamiento fue hecho por el nazista Joseph Goebbels, ministro de propaganda del tercer reich entre 1933 y 1945 (Kampf um  Berlín, p.19), con esto se demuestra la cercanía inocultable entre el marxismo y el nazismo, teniendo este par de perversiones políticas un origen hegeliano, en donde el Estado es un dios.  

En  las elecciones de noviembre de 1932 en Alemania, el partido comunista terminó respaldando a Hitler, quien después lo ilegalizó, pero fue factor para la consolidación del nazismo. Otro elemento de cercanía entre nazismo y marxismo fue el pacto Ribbentrop-Molotov el 23 de agosto de 1939 entre la Unión Soviética y la Alemania  nazi; con este tratado de no agresión  firmado 9 días antes de iniciarse la  Segunda Guerra Mundial,  se repartían entre Stalin y Hitler, a Finlandia, Polonia, Repúblicas  bálticas y parte de Europa  oriental.  

La  Operación Barbarroja que se inicio el 22 de junio de 1941, en donde comenzó  la invasión nazi a la URSS, dejó  por el suelo el pacto Ribbentro-Molotov, demostrándose el carácter traidor de las fuerzas totalitarias, como en  una vendetta entre bandidos; a lo que se debe agregar que León Trotski  responsabilizó  a Joseph Stalin por la derrota de los comunistas en la guerra civil española, siendo asesinado el promotor de la cuarta internacional en México en 1940, por orden del dictador soviético.  

“He aprendido mucho del marxismo”…”No dudo en admitirlo”. La frase es nada más ni nada menos que de Adolfo Hitler, con lo que se demuestra la admiración que los nazis sentían  por el marxismo, así los comunistas no lo quieran reconocer y consideren una herejía la cercanía doctrinaria entre el marxismo y el nazismo, resaltando que el nazismo igual que el comunismo consideraba a la lucha de clases como “el motor de la historia”, así que el nacional-socialismo y  el fascismo tiene su fuente  en el marxismo, en donde la aplicación práctica de cualquiera de los tres lleva a que el Estado asuma todos los poderes sobre los ciudadanos quitándole los derechos individuales.  

La secta comunista del marxismo leninismo, no ha recibido por parte de la civilización un trato de repudio  igual al nazismo y al fascismo, por el triunfo de URSS en la Segunda Guerra Mundial, ya que esto le permitió al comunismo impulsar la guerra fría para proyectarse en diferentes partes del mundo, a pesar de su condición inhumana y perversa.  

La caída del muro de Berlín  en 1989, que hubiera sido la sepultura definitiva para el marxismo-leninismo en el planeta, le sirvió al tirano de Fidel Castro para que en compañía de   Luis Ignacio Lula da Silva de Brasil, montarán el foro de Sao Pablo en 1990, poniéndole un nuevo disfraz al comunismo totalitario, eso sí aprovechándose del atraso ideológico de algunos pueblos latinoamericanos, que todavía no han comprendido el carácter rastrero y pérfido del marxismo. 

A lo anterior se le juntó el maniático de Hugo Chávez en Venezuela, quien como un nostálgico de la guerra fría, no podía admitir la debacle del comunismo en la URSS y Europa oriental, por eso montó  la parodia del socialismo del siglo XXl que es otra mascarada marxista para engañar a nuestros pueblos, llevando  a la patria de Bolívar a una situación desgraciada.  

 Algo que identifica indiscutiblemente al nazismo y al marxismo es el terrorismo, que utiliza métodos violentos indiscriminadamente en contra de la sociedad para amedrentarla, buscando con ello fines políticos  y económicos, especialmente, por ello no se debe  olvidar la frase de Hitler quien decía: “Las masas necesitan de eso, algo que les cause pavor”.  

Así como hay anti-nazismo, también debe existir el anticomunismo, pues ello es propio de la razón, porque  esas doctrinas totalitarias son contrarias al humanismo. Resaltando que en el caso de Latinoamérica el comunismo totalitario es el principal enemigo de la democracia, ya que el nazismo es insignificante por  su escasa presencia, mientras que el marxismo con sus diferentes denominaciones sigue engañando a pueblos,  ocultándose en un discurso miserabilista con su falsa sensibilidad social.  

No queda la menor duda acerca de la relación ideológica  entre el nazismo y el marxismo, ya que como doctrinas totalitarias han buscado avasallar a los pueblos, por ello la democracia es el mejor antídoto para preservar la libertad frente al comunismo totalitario maestro indiscutido del nazismo.  

Todas las calamidades que se están viviendo en la tierra por el Coronavirus, tiene el sello del régimen comunista chino, cuyas intenciones totalitarias   en lo político y económico a nivel mundial son inocultables, por eso el repudio al absolutismo y a  la globalización, es la senda que deben emprender las naciones latinoamericanas, buscando su propia identidad, en donde ni comunismo ni ningún otro totalitarismo pueden tener cabida. 

Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
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Desde Colombia