sábado, 25 de septiembre de 2021

VEA Y ESCUCHE ESTA GAITA ¡ESTA MUY BUENA!

 


Gaita de Rincón Morales: SE BUSCAN PERSONAS QUE VUELVAN A UNIR A VENEZUELA: 

Producción musical cortesía del gaitero mayor Rincón Morales alimentada con imágenes emotivas de marchas y expresiones del deseo de los venezolanos: La Reconstrucción y Reconciliacion del país.

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com SÁBADO 25/09/2021

 





AQUÍ TITULARES DE HOY SÁBADO 25/09/2021, PULSA SOBRE EL TÍTULO PARA LEER

 

TITULARES DE HOY - NACIONALES- 24/09/2021

GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS: TEATRO EN EL VALLE DE SARTENEJAS


TRINO MÁRQUEZ: MADURO, ORTEGA Y DÍAZ-CANEL: LOS VILLANOS


ANTONIO JOSÉ MONAGAS: LA POLÍTICA VENEZOLANA SEGÚN LA “LEY DE MURPHY”


CARLOTA SALAZAR CALDERÓN: REDEMOCRATIZAR PASA POR GENERAR CAPITAL SOCIAL


JUAN GUERRERO: LEOPOLDO VILLALOBOS


LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: ¿QUÉ VA OCURRIR EL 21N?


ESPECIAL DEL DOMINGO: CARLOS RANGEL


GIOCONDA CUNTO DE SAN BLAS: TEATRO EN EL VALLE DE SARTENEJAS

In memoriam, Enrique Planchart (1937-2021)

Punto único a tratar: Universidad Nacional Experimental Simón Bolívar.

Con esa escueta línea, el Ministro para la Educación Universitaria, por voz de la Secretaría Permanente del Consejo Nacional de Universidades (CNU), convocaba a una sesión extraordinaria virtual, a llevarse a cabo el jueves 16/09/2021. En pocas palabras, el CNU desconocía el estatus de Universidad Autónoma, otorgado a la Universidad Simón Bolívar (USB) en decreto presidencial 755 del 18/07/1995. Una omisión nada inocente que apuntaba al blanco: ante el fallecimiento del Rector Enrique Planchart, nombramiento de nuevas autoridades de la USB por acto unilateral del CNU, a cuenta de universidad experimental, y no por vía electoral en el Claustro Universitario, como lo exige la ley para la universidad autónoma.

No es mi intención discurrir sobre los aspectos legales de esta movida, de los cuales poco sé. Mejor remitirse a los jurisconsultos en esa búsqueda. Más bien escribir sobre lo que la USB y la Universidad (así, con mayúsculas, la de Planchart) representan para la sociedad venezolana, escribir sobre la Universidad como un sentimiento, como esa casa amorosa en donde aprendimos sobre libertad y democracia, valores fundamentales de una sociedad que aspira al progreso.

Se atribuye al Libertador, en oportunidad de aprobar los Estatutos Universitarios de 1827 con el apoyo del Claustro de la Universidad de Caracas, el haber dicho que “el más preciado instrumento para la conservación y defensa de la libertad es una universidad capaz de formar hombres libres para dirigir la vida colectiva en búsqueda del beneficio común", bajo el precepto autonómico universitario.

Desde ese año, cuando la colonial Universidad de Caracas fue convertida en la republicana Universidad Central de Venezuela, la autonomía universitaria en nuestro país ha sido manjar apetitoso no solo en las fauces de gobiernos dictatoriales o autoritarios sino también en gobiernos electos democráticamente que se han visto impulsados a morderla. De manera que no es de extrañar ahora el acoso implacable del régimen en los últimos 20 años para quebrar su espíritu autonómico y obstaculizar la libre difusión y discusión de las ideas.

Tal vez porque resiente la distancia intelectual que lo separa de ellas, el régimen las ha condenado a presupuestos congelados en el tiempo, al margen de la brutal inflación que nos aplasta; sueldos ruinosos para los profesores universitarios; laboratorios carentes de recursos para investigación; bibliotecas desactualizadas; servicios al mínimo. Todos ellos como parte del acoso administrativo, que no ha hecho sino agravarse en estos tiempos pandémicos.

El ataque a las universidades y sus autonomías llega ahora a su zenit con el disfraz de argumentos paralegales a efectos de hacerse con el control institucional, al aniquilar de facto el Claustro Universitario y nombrar autoridades a través del CNU, en abierto desafío a las normas.

Es una política sistemática de violencia destinada a sojuzgar la Universidad, ejemplo más reciente la USB, estimulada tristemente por personajes egresados de esas mismas aulas, algunos de ellos incorporados a su cuerpo profesoral o ya en posición cuestionable de directivos impuestos por el CNU, como es el caso de los tres profesores nombrados el pasado 16/09/2021 en los cargos rectoral y vice rectorales de la USB. Juramentos tomados minutos más tarde a los designados que ¡casualidades de la vida! se encontraban por allí, en la sede del CNU, en conocimiento anticipado del resultado, listos para la pantomima de juramentación presencial en ceremonia express, tipo in articulo mortis.

Como golosina para ingenuos, si los hubiere, el día siguiente a estos nombramientos trajo para el trío una promesa del ministerio de ciencia y tecnología de crear un «Polo Científico-Tecnológico como instancia de articulación con el sector universitario para la creación y la invención en las líneas de investigación con las que el ministerio trabaja». Promesa que probablemente acabará como las anteriores, en migajas para comprar voluntades de ocasión.

¿Qué hacer frente a la imposición del régimen? Callar no es una respuesta. Como universitarios tenemos la obligación de construir una expresión que agite la dignidad académica en estos convulsionados tiempos, e invoque esa «nueva humanidad […], de conciencia y verdad», plasmada en el himno de la USB. No vaya a ser que quedemos ante la historia como los universitarios italianos que en masse, más por cobardía que por convencimiento, juraron lealtad y devoción a la Italia fascista y a Mussolini ante la presión del ministro Giovanni Gentile. Solo 12 dignos profesores en toda Italia se negaron. Que ellos sean nuestro ejemplo a seguir.

Gioconda San-Blas
sanblas@gmail.com
http://giocondasanblas.blogspot.com
Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales,
Individuo de Número, Sillón XX
Caracas, Venezuela acfiman.org

“El castigo por rehusarte a participar en política es ser gobernado por personas inferiores a ti”. Platón
"Aunque no te interese la política, la política se interesará en ti". Pericles

TRINO MÁRQUEZ: MADURO, ORTEGA Y DÍAZ-CANEL: LOS VILLANOS

La reunión de los presidentes de las naciones que integran la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac), en Ciudad de México, y la Cumbre de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, han representado dos nuevos golpes a las pretensiones de Nicolás Maduro de caerles simpático a los países democráticos del continente y del planeta.

En México, los mandatarios de Paraguay, Mario Ado Benítez, y Uruguay, Luis Lacalle Pou, le dijeron a Maduro en su cara que se olvidara de que la presencia de ellos en ese foro significaba algún tipo de reconocimiento a su gobierno, que seguía siendo tan ilegítimo y estando tan desprestigiado como desde las espurias elecciones de 2018. Ambos gobernantes colocaron en el mismo pelotón a Maduro, Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel, tres personajes de los cuales la izquierda civilizada se distanció desde hace años. Lula da Silva comparó hace pocas semanas a Jair Bolsonaro con Maduro, al criticar la mediocre gestión del gamonal ultraderechista brasileño. Así será la imagen que se ha formado el líder de la izquierda democrática latinoamericana, del hombre que se encuentra en Miraflores. En Nueva York, el presidente Joe Biden, quien ha retomado el multilateralismo abandonado por Donald Trump, armó un combo con los gobiernos de Bielorrusia, Cuba y Venezuela, a los que señaló de formar parte de los modelos autoritarios que se esparcen por la Tierra. Países donde la democracia “vive en quienes luchan por la libertad”.

Las reacciones en la Celac de los presidentes de Paraguay y Uruguay resultan especialmente significativas. Esa ‘comunidad’ de naciones fue fundada en 2010 –cuando Venezuela navegaba en petrodólares- por Fidel Castro y Hugo Chávez con el expreso propósito de debilitar la Organización de Estados Americanos (OEA), enfrentar como bloque a Estados Unidos y abrirle un espacio a Cuba para que pudiese incorporarse a un organismo continental. Once años después, ninguno de esos objetivos se ha logrado. La OEA sigue con la vigencia de siempre. Estados Unidos conserva la hegemonía en la región, acrecentada por el continuo flujo migratorio que se desplaza hacia su territorio, y Cuba se mantiene tan oprimida, miserable y aislada como ha estado desde 1959. La Celac ha sido un fracaso, a pesar del plañidero discurso pronunciado en el evento por Andrés Manuel López Obrador. No podía ser de otro modo: ¿cuál destino le esperaba a una asociación de países constituida con la finalidad de enfrentar a la nación en la cual la inmensa mayoría de los latinoamericanos desea establecerse, y en la que los ricos y las clases medias depositan sus ahorros? Solo la ceguera fanática puede concebir semejante desatino.

Venezuela, desde 1999, aparece vinculada al régimen cubano. Cuarenta años antes había surgido en todo el continente como el modelo alternativo a la revolución cubana. Venezuela fue ejemplo de crecimiento económico con equidad social y democracia política. Se respetaban la propiedad privada, la iniciativa particular y los derechos humanos. Bajo la conducción de la dirigencia democrática, se impulsó la formación de un orden constitucional, con una carta magna que consagraba el Estado de Derecho, abogaba por gobiernos alternativos, expresión de la voluntad popular puesta de manifiesto en elecciones libres y competitivas. Con congresos representativos de los diversos partidos y doctrinas políticas.

Cuba se situaba en las antípodas. El crecimiento económico con equidad social se detuvo, luego de ser la isla más próspera de las Antillas. La democracia fue llevada al paredón. Desaparecieron los partidos. La propiedad privada y la iniciativa particular fueron devoradas por la insaciable e inepta burocracia comunista. Los derechos humanos quedaron sepultados por santones como Ernesto Che Guevara. Fidel Castro y el resto de los dirigentes comunistas levantaron un Estado totalitario, subordinado a la Unión Soviética, cuya única finalidad era eternizarse en el poder. Las elecciones libres y competitivas desaparecieron del horizonte. El simulacro de congreso –la Asamblea Nacional- solo representaba las tímidas tendencias permitidas por el ego inconmensurable de Castro.

Venezuela y Cuba fueron dos modelos antagónicos. Rómulo Betancourt, primero, y luego Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez y los mandatarios que continuaron, pudieron demostrarle a un continente que se dejaba seducir con facilidad por el verbo manipulador de Fidel Castro, que la democracia, la libre empresa y la equidad podían coexistir en armonía. 

Este esquema de gobernabilidad fue desmantelado por Chávez. La labor de demolición la continuó Maduro. Ahora Venezuela aparece, junto a la miserable Cuba y a la sometida Nicaragua, en el trío de naciones que representan una vergüenza en el continente, incluso para quienes se afilian a posturas de izquierda, como los peronistas. Estos acaban de perder las elecciones primarias por paliza frente a los liberales. Cristina Kirchner, vicepresidenta, criticó al presidente Alberto Fernández por su errática conducción de la política económica. Este encajó el golpe de su compañera e introdujo cambios en el gabinete. Ninguno de los dos arremetió contra la oposición, ni denunció fantasiosos ataques terroristas o supuestas guerras económicas.

Para que Maduro salga del club de los indeseables, debe retornar a la democracia, tal como ha hecho la gran mayoría de la izquierda continental. México le brinda una buena oportunidad.

Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: LA POLÍTICA VENEZOLANA SEGÚN LA “LEY DE MURPHY”

Nada es como parece ser. Es el dilema sobre el cual gira el mundo. Y con él, la vida misma. Sobre todo, la vida trajinada por la política mientras envuelve a todo en su atrevido zarandeo.

Las realidades siempre buscan ajustarse a una motivación. Y es la que más cerca se halla de toda situación regida por una suerte de ley azarosa que puede regir los hechos que la desesperación, la inmediatez y la resignación provocan como condiciones de vida. Es un tanto lo que quiso demostrar el ingeniero aeroespacial Edward Murphy, mientras trabajaba para la Fuerza Aérea de su país, EE.UU, en 1949. Su trabajo era en un laboratorio donde experimentaba con fuerzas gravitatorias. Observó que a pesar del esfuerzo que se le imprime a toda tarea, casi siempre el fracaso se hacía presente. Casi a manera de ley natural

Este principio es lo que anima a revisar la movilidad a la que se somete el devenir de la política, desde la óptica de Murphy. Desde luego, toda vez que el ejercicio de la política lleva a atender mayormente lo que resulta mal, antes que lo que sale bien. Tanto así que muchas veces se tiene la sensación de que siempre todo sale mal. Por esta razón, bien vale acudir a Murphy para indagar la causa que conduce al fracaso a muchas consideraciones políticas. Y hasta de importancia.

Aunque suele ser un rasgo de la cultura que ha sumergido a Venezuela a vivir la racha de verse atrapada en un laberinto. En un enredo. En una complicación que pensada cual embrollo, siempre tiende a verse como un recurso del pesimismo. O como excusa para evadir la responsabilidad. O la forma de acusar a otro sin causa válida. Y menos, justa. O a modo de justificar cualquier actuación o disposición desde la arbitrariedad.

Generalmente, en el ejercicio de la política, se vivencian momentos protagonizados por acusaciones. Inculpaciones que van y vienen. Es lo que hace traer a colación la Ley de Murphy toda vez que “si algo puede ocurrir, ocurrirá”. Es la oportunidad de la cual se vale todo rufián a quien se le hace fácil esconderse en los intríngulis de la política. O porque intenta preparar su huida “por la tangente”.

Al igual que el espíritu de la Ley de Murphy, el ejercicio de la política que tanto ha maltratado a Venezuela, en todas sus manifestaciones, se basa en la táctica defensiva que procura realizar cualquier persona. Y que en el ámbito de la política, escarba el dirigente político u operador político, revestido como funcionario o activista de algún partido político que actúa como decisor en cualquier línea de batalla, para salirse con la suya. De esa forma, le resulta sencillo culpar del error o del problema en cuestión a otro. Para entonces, ya habrá considerado los más sagaces escenarios posibles para emprender su escape.

Es lo que aducen los argumentos que han inspirado las narrativas que desarrollan libros como ¿De quién es la culpa?; La culpa es de la vaca; ¿Quién se ha llevado mi queso?; Un pavo real en el reino de los pingüinos, entre otros.

Lo paradójico del asunto

Aún cuando la Ley de Murphy no responde a una comprobación científica, en el sentido estricto, se tiene como un concepto profundamente popular toda vez que se reconoce que su origen es claramente coloquial. De todos modos, se ha intentado condensar su principio a fin de convertirla en una ley plenamente universal.

Sin embargo, las realidades políticas pueden dejar ver la analogía que resume lo que el ejercicio de la política demuestra en su esencia respecto de la “Ley de Murphy”. Al menos es lo que puede advertirse en cualquier momento en torno a lo que la política venezolana revela.

Al cotejar la realidad política venezolana con algunas frases que den cuenta del espíritu que confiesa la Ley de Murphy, es fácil demostrar la similitud que lleva a inferir la naturaleza enmarañada y contradictoria de la política venezolana.

Basta referir algunos aforismos que retratan a Murphy. Y que en el contexto político venezolano, le viene exacto. Por ejemplo: “nada es nunca tan malo que no puede empeorar”, “algo que puede ir mal, irá mal en el peor momento posible”, “la pura y sencilla verdad, rara vez es pura y nunca sencilla”, “el trabajo en equipo es esencial, pues permite culpar a otro” o “cuando las cosas hayan empeorado tanto que ya no es posible que salgan peor, se repetirá el ciclo”.

Pareciera innegable entonces que la política venezolana se rija por la Ley de Murphy. O por sus corolarios, aforismos y máximas. En cualquier caso, las circunstancias dejan ver cómo las realidades políticas venezolanas, circunscritas al régimen tanto como a la oposición, incluso a lo que llaman la “tercera vía”, casi siempre plasman en sus comportamientos esa marcada inclinación a la negatividad que se recoge en Murphy.

De ahí que la política venezolana, por razones que ahora no vienen al caso esbozar, se comporta absurdamente contradictoria. A decir por lo que su narrativa explaya, puede notarse que su praxis anima a apuntalar toda consideración más en lo negativo, que en lo positivo o neutro. Casi todo, tiende a verse marcado por un sesgo que dirige la atención política a priorizar referentes basados en simples y burdas creencias.

Por eso la política venezolana funciona bajo los efectos de un asincronismo patético, insólito. Dicho de otra forma, “camina cojeando”. Es así como arrastra el pesimismo por cuya significación pareciera que sus esfuerzos está fuera del menor cálculo. Pues según Murphy “si algo no puede salir mal, saldrá mal a pesar de todo”. Y así, tal cual, y hasta paradójicamente, es como funciona la política venezolana según la “Ley de Murphy”.

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela 

CARLOTA SALAZAR CALDERÓN: REDEMOCRATIZAR PASA POR GENERAR CAPITAL SOCIAL

Me comprometí, conmigo misma, que en otro artículo desarrollaría ¿cómo visualizo la redemocratización en Latinoamérica? Sobre todo porque se habla mucho de la necesidad imperiosa e impostergable de hacerlo, pero veo que las propuestas son meramente institucionales, desde arriba, creando leyes, cambiándole el nombre, reagrupando o unificando entes públicos, sin atender las necesidades sentidas de la sociedad.

Latinoamérica es el continente más desigual en cuanto a estratos sociales y niveles económicos. Una pequeña minoría multimillonaria frente a grandes mayorías empobrecidas, brecha que crece cada año. Así lo devela el subsecretario general adjunto de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Luis Felipe López-Calva, en un informe presentado este año. Países que se debaten entre olas de gobiernos, derecha e izquierda, que al final son lo mismo: caudillismo, personalismo, cogollos y corrupción, han dejado a la sociedad apartada, refugiada en el individualismo como mecanismo de protección de sus familias. Los cambios que se han generado en estos países promocionados desde los gobiernos, han sido cosméticos y de suyo: intrascendentes. Sin sentimiento y menos base social. Esta cruda realidad descrita inmoviliza a la sociedad, con un efecto pernicioso: no se involucran en la política, ni en nada que tenga que ver con política, pasando a ser indiferente, según las últimas mediciones de Latinobarómetro.

En efecto, cuando los ciudadanos abandonan: la política, la ciudad, el colectivo, lo que es común, su capacidad de interacción social, de atender a sus tradiciones, costumbres y expresiones culturales; para entrar en el submundo de la pelea estéril por posiciones de poder o egos, están condenados al individualismo.

Las sociedades individualistas, como las nuestras, se resisten a la vida colectiva, al trabajo en equipo desprendido, a reivindicar sus creencias y costumbres, por una marcada cultura de viveza utilitarista, que la dirigencia política refuerza al comprar, sobornar, chantajear con dadivas o limosnas… porque de esa forma los usa para sus intereses mezquinos. Creando una atmosfera de que eso es así, nunca va a cambiar.

Por ello, quiero establecer que re democratizar pasa por generar Capital Social, en lo que se refiere a la capacidad del individuo para actuar en colectivo, en el logro de objetivos comunes. Que guarda relación con la confianza interpersonal y las redes de solidaridad entre ciudadanos. En la medida en que se fortalece la capacidad de interacción ciudadana, se fortalece la democracia. Más ciudadanía organizada, más redes, más logros sociales, más democracia.

Despues de los 80 es cuando se consolida el concepto de Capital Social gracias a los estudios de intelectuales como Bourdieu y Coleman, que lo han planteado como el sustento y la base real de desarrollo y progreso de un país. La organización ciudadana en redes de solidaridad y atención mutua, que atiendan a las necesidades colectivas, al bien común.

Pero, siempre tiene que haber un pero, y fíjense por donde vamos, para que exista Capital Social debe existir confianza ¿Cómo se genera confianza en nuestras sociedades? Queda pendiente para la próxima entrega.

Carlota Salazar Calderon
Carlotasc@gmail.com 
@carlotasalazar
Venezuela 

JUAN GUERRERO: LEOPOLDO

Viví por 30 años en la Guayana venezolana, un espacio cultural que en los tiempos de la colonia pertenecía al virreinato de la Nueva Granada. Por esta razón y quizás por otras, los guayaneses siempre se han sentido pertenecientes a algo más importante que una capitanía, audiencia o república. Sus actividades cotidianas por siglos estuvieron marcadas por las referencias político-administrativas, financieras y comerciales directas con la capital imperialmadrileña o con Santa Fe de Bogotá, en la tierra de los muiscas. Los hijos de la élite angostureña salían por vapor directo a las islas inglesas del Caribe o de habla francófona, para dirigirse a París, Londres o Madrid. Eras súbditos de la corona española y así lo fueron por siglos.

Fue en el siglo XX cuando el Benemérito Juan Vicente Gómez impuso su paz del silencio y unificó al país incorporando esa extensa región a lo que se conoció como Estados Unidos de Venezuela. Pero la Ciudad Bolívar de la era republicana siguió conservando su estirpe y prosapia virreinal en su hacer cultural ancestral y de glorioso pasado. Así también el resto de los antiguos pueblos, como Nuestra Señora del Rosario de Guasipati, capital de la tierra del oro,y tierra de los indígenas kamaracotos, los grandes cazadores de zorros guaches. En esa población nació, el 15 de noviembre de 1928, Leopoldo Villalobos Boada, el cronista emérito de Ciudad Guayana.

Lo conocí a propósito de una confrontación sobre el nombre a unas páginas culturales, ‘Puerto de Tablas’, que coordinaba en el extinto diario El Pueblo, de San Félix, a mediados de 1984. Después se hizo común encontrarnos para conversar sobre la historia de este vasto y telúrico territorio de aguas dulces y cielos cristalinos.

De Leopoldo me sigue sorprendiendo su constancia para coleccionar todas las publicaciones regionales y muchas nacionales. Su casa de dos plantas, era un verdadero museo hemerográfico. Tenía en su haber todas las publicaciones, diarias, de los periódicos de Guayana: El Expreso, El Progreso, Correo del Caroní, El Pueblo, El Bolivarense, El Diario de Guayana, El Luchador, Diario Primicia, La Esfera, El Guayanés, Nueva Prensa, entre otros. De todas esas y otras publicaciones la que más atesoraba era la revista El Minero, de la cual fue redactor y posteriormente su editor.Sigue así, Leopoldo Villalobos, la tradición de Guayana como la cuna del periodismo republicano y donde, hasta mediados de los años 80-90, era la región que poseía la mayor cantidad de publicaciones diarias y donde más periódicos se leían.

Cierto día entré a su morada, mientras me mostraba su casao bservaba habitaciones enteras llenas con cerros de diarios que iban del suelo al techo. La sala completa atestada de periódicos, revistas, libros, manuscritos, fotografías, sin lugar apenas para pasar entre inmensos montículos de papel. Carpetas y demás publicaciones en el más completo desorden, ya comenzando a deteriorarse. Era, ciertamente, una inmensa memoria que yacía esperando ser atendida.

-Esto es para ti, Juan. En mis manos depositó un libro de su coterránea, la poeta Jean Aristeguieta, ‘Ebriedad del delirio’, con una dedicatoria. En su interior colocó un ejemplar de las plaquettes que esta destacada escritora continuaba promoviendo a sus más de 90 años.

Leopoldo Villalobos publicó varios libros, así como innumerables artículos y ensayos sobre la historia de Guayana y sus misterios. De su pueblo, Guasipati, que está en el sendero de la inmensa selva de la Guayana venezolana, Leopoldo la describe, ‘Guasipati: memoria de un pueblo’,con acuciosa mirada para dar una versión más objetiva de la historia de esta tierra dorada y de inmensas y profundas aguas. Fundada, como el resto de pueblos y cantones, por los conquistadores y misioneros en el siglo XVIII. De tanto adentrarse los españoles en la selva buscando el mítico Dorado, fueron quedando misiones, como El Callao, Tumeremo, El Palmar, El Dorado.

La escritura laboriosa y reposada de Leopoldo Villalobos se aprecia, tanto en sus artículos publicados como en las crónicas, cuentos y poemas sobre la historia de los pueblos de la Guayana. –Es que en Guayana los poetas crecen como la verdolaga, mi querido amigo. Me confesaba, sarcásticamente, cierta vez a propósito de los encuentros y recitales poéticos a los que asistía.

Su prosa poética, presente en su ‘Mega canto a Guayana’, describe un territorio donde la memoria está íntimamente adherida a lo cotidiano, a los espacios de los pueblos que vio nacer y crecer, a las ciudades que se construyeron, como Ciudad Guayana, a los sitios ancestrales, como el Puerto de Tablitas donde se originó el pueblo de San Félix y del que tanto discutimos.

Hoy Leopoldo no está. El integrante de la primera promoción (1960) de licenciados en comunicación social de la Universidad Central de Venezuela, fundadores del periodismo académico en Venezuela, partió un 31 de octubre de 2018. La Guayana de la inmensa memoria cultural, con sus ancestrales y misionales pueblos, sabrá recordar y apreciar su aporte a la cultura y las letras.

Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com
@camilodeasis
@camilodeasis1
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: ¿QUÉ VA OCURRIR EL 21N?

Juan Guaidó ha señalado recientemente que no hay condiciones para participar el 21N, sin embargo, sus aliados, el G4, ha decidido desde hace semanas hacerlo ¿Cómo asimilar semejante contradicción? En realidad, ello es apenas un reflejo de lo distorsionada que se encuentra la política venezolana.

Por otro lado, el régimen trata, por todos los medios a su alcance, de convencer a participar tanto votantes como candidatos, desde luego, bajo sus reglas, bajo su control absolutista sobre las instituciones públicas. Sería lógico pensar pusiera todo tipo de trabas a la “verdadera oposición”, sin embargo, a una parte de ella le otorgó directamente sin primarias la directiva de los principales partidos y limpia el camino a estos candidatos. A la otra parte sencillamente la convenció, así de simple, no hay mayores explicaciones al respecto. Ahora bien, tanto es su férreo control sobre el escenario “electoral” que hasta sus aliados del Polo Patriótico, como Eduardo Samán en Caracas, lo han inhabilitado sin señalar los motivos, probablemente porque representa “un peligro” para los intereses electorales del Psuv en la capital ¡Que desastre!

Por otro lado, los venezolanos, empujados a una sola realidad, la que golpea sus ojos, su entorno más inmediato como el personal, el familiar. En nada llama la atención otro presunto proceso electoral organizado por y para el chavismo, enteramente bajo su conducción, en resguardo de sus intereses… la preservación del poder.

¿Qué va ocurrir el 21N? Qué puede ocurrir cuando las condiciones electorales empeoran en cada elección. Cuando los candidatos no representan el sentir de los electores, mismos que están divorciados de estos escenarios, ocupados en cómo sobrevivir, cansados se burlen de su voto. Qué puede ocurrir sí lo que arruina al país no se cambia con elecciones de este tipo, más bien lo arrecia. Qué puede pasar cuando lo que acontece dentro del país da la espalda a quienes tienden una mano desde afuera… la respuesta es sencilla; No va pasar nada, todo seguirá igual, por el mismo camino del empeoramiento progresivo de nuestra indigna sobrevivencia.

Además, el principal líder opositor reconocido, Juan Guaidó, ha sido abandonado por una oposición mitad infiltrada y mitad entreguista, cuando internamente, a diferencia de los aliados del régimen, los aliados internacionales de la oposición también mantienen posturas muy distintas acerca de la realidad de Venezuela, la mayoría absurdamente diplomáticos, otros aplicando sanciones que han permitido mineralizar durante décadas otras dictaduras, cuando éstos se aferran a los métodos y el chavismo privilegia los resultados.

En líneas generales, el chavismo fuera de nuestras fronteras atraviesa su peor momento histórico, escenario complicado por lo acontecido con “El Pollo” Carvajal y Alex Saab. Pero como ha sido la tradición, siempre encuentra la manera de aliviar sus amargos ratos a través de diálogos y subsiguientes procesos electorales que le han permitido aferrarse al poder en Venezuela.

El 21N el escenario será muy similar a 2017, el régimen entregará alrededor de 4 gobernaciones, un número muy discreto de alcaldías, se escudará en la abstención, mismo discurso hará la oposición electorera (entreguista), atribuyendo su fracaso a los abstencionistas, no a las verdaderas causas: la inapetencia a votar del venezolano mientras las instituciones del Estado se encuentren Psuvizadas, mientras no se haya rescatado el hilo constitucional y democrático de la nación. El 21N ni ninguna elección genera cambio mientras existan estas condiciones absurdas.

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela