jueves, 27 de mayo de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ JUEVES 27/05/2021

 




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TITULARES

OFELIA AVELLA: EL “MÉTODO” DEL DIÁLOGO

Gabriel Marcel descubrió que el mejor “método” para comprender la realidad era intimar con ella: dejarse tocar; dejarse implicar. Caminamos “entre” personas y cosas, como diría Xavier Zubiri, y así como él exhortaría a “habérnosla con la realidad”, de igual modo Marcel describiría el hecho de “atender una llamada” como el mejor método para acceder al otro. Su experiencia como voluntario en el Departamento de desaparecidos durante la Primera Guerra Mundial le ayudó a descubrir lo valiosa que era toda persona humana para una familia. Diría que mientras pensaba en el “yo trascendental” de Fichte, la crudeza de la realidad le enfrentó con los hombres concretos. Responder, día a día, a las llamadas de esposas, padres, madres o hijos que preguntaban por sus seres queridos, albergando siempre la esperanza de que estuviesen vivos, le abrió al mundo de la intimidad de los demás.
 
Algo similar pasaría a otros filósofos que vivían inmersos en circunstancias parecidas, pues ver morir a hombres jóvenes en un hospital, cuando apenas empezaban la vida, como experimentó Edith Stein, mueve inevitablemente el piso a toda persona sensible que no renuncie a buscar algún tipo de sentido a tanto dolor.
 
De tan patente, lo real puede pasar inadvertido. Sin darnos mucho cuenta, las personas pueden hacérsenos también distantes. Y sin diálogo, nosotros mismos podemos terminar siendo extraños para nosotros mismos. No tendríamos por qué descubrir la cercanía del otro a través de experiencias tan traumáticas como la guerra, pero es cierto que las crisis nos sacuden y recuerdan el valor de la vida. El amor puede -y debe- abrirse paso en la intimidad de todos a la luz de la mirada de un ser querido. También sucede, sin embargo, que estos momentos no perduran como querríamos. La muerte irrumpe en las historias familiares sin previo aviso, como experimentó Marcel cuando perdió a su madre estando muy pequeño; por eso su búsqueda del sentido de la vida enlazaría en él con el valor del ser humano concreto y con la apertura a la trascendencia, pues su mamá, como pensó, debía estar viva en alguna parte.
 
Asombra cómo algo tan sencillo como responder una llamada, escuchar una voz desconocida que pregunta por un hijo y según sea la respuesta, acoger el llanto o el dejo de esperanza que le sigue, genera un vínculo entre desconocidos que se hacen pronto cercanos por la comunicación. La apertura a la escucha, la respuesta que pueda darse y la conversación que pueda surgir, deriva en una comunión de subjetividades que enriquece a las partes. Cuando un alma se abre al diálogo está de algún modo compartiendo su vida, su intimidad, su modo de ver las cosas. La voz, los gestos, las expresiones, la mirada, no son simples accidentes que adornan los pensamientos; son, por el contrario, instrumentos de un todo complejo que habla y se constituye en palabra viva.
 
La experiencia de acercarse al otro para entrar en su mundo y compartir con él el propio, amplía la mente y ensancha el corazón. Un hombre crece cuando se aproxima a un semejante sin pre-juicios: sin pretender saber algo de una intimidad que no le ha sido confiada todavía por su dueño. En este sentido, la vida íntima es “suelo sagrado”, como leí alguna vez en un artículo anónimo. Esta sacralidad de la conciencia (asociada a esa intimidad) debería imponer silencio a nuestros presupuestos. Ante el otro vale quitarse las sandalias como lo hizo Moisés en el suelo santo, pues la mejor interpretación es la que se inclina a reconocer que uno sabe siempre poco de una vida que desconoce.
 
La experiencia del trato con los hombres concretos fue contrastada por Marcel con las “abstracciones” con que generalizamos. Lo más propio de cada uno; esa especificidad de nuestro obrar; nuestras razones, motivaciones, conflictos no concientizados o irresueltos, son todos aspectos de esa compleja trama en que consiste la lucha íntima de todo hombre que busque la verdad (sobre él mismo y sobre todo aquello que le inquieta).
 
Escuchar lo que otro lleva por dentro; atender a su mirada y gestos; a un lenguaje corporal que dice todo de él mismo, abre al don de entrar en un ámbito vital diverso al nuestro para acoger lo que el otro quiera dar a conocer. A veces, sin embargo, lo no-dicho es legible a esos que logran interpretar, en el silencio, lo que resulta indiscernible a los propios interesados.
 
Ante el temor de la impersonalidad y la disgregación del “yo” con que amenaza la excesiva exteriorización, Karol Wotyla y Edith Stein hacen ver que lejos de perdernos en la muchedumbre al compartir el propio mundo interior, la comunión con el prójimo enraíza a cada quien en su “yo” más íntimo: le fortalece en sus particularidades si, tras la salida hacia fuera, se ha sabido volver hacia dentro para reflexionar. Las relaciones intersubjetivas abren a un conocimiento más profundo de uno mismo en virtud del contraste que ha hecho relucir lo propio de lo distinto (susceptible de ser o no integrado). Comulgar con los hombres no tiene por qué implicar dejar a un lado la propia identidad. Significa, por el contrario, ensanchar el espectro de la mirada al verse uno precisado a abrirse a una novedad: a un modo distinto de ver el mundo. El contraste puede ayudar a advertir lo que precisa de algún cambio en uno, pero también a que lo más íntimo arraigue con mayor fuerza. Lo fundamental de la propia experiencia puede muy bien reafirmarse en el contraste con lo distinto y siempre, sin duda, salir enriquecido.
 
Todos somos únicos. Las diferencias no son solo culturales. Dicen también relación a las inquietudes, la educación, la sensibilidad, las creencias, los influjos de toda índole y al modo en como cada quien ha podido asimilar una experiencia compartida. Si bien es cierto que toda conversación debería, en principio, nutrirnos, no es menos cierto que hay un aspecto crucial para que todo diálogo rinda su fruto; para que el encuentro con otro derive, efectivamente, en una comunión de subjetividades y no en un encapsulamiento en uno mismo (en dos o más “sí” mismos).
 
Este aspecto a que me refiero es la sinceridad: la verdad que debe fundar un encuentro real tanto con el otro como con uno mismo. La relación yo-tú es la básica, pero esta depende de una más íntima: la del yo consigo mismo. Ambas, sin embargo, son interdependientes, pues la verdadera interioridad impulsa a la donación de uno mismo al otro. Lo contrario sería un intimismo que derivaría en el extrañamiento de uno mismo. En el silencio del desierto el eremita habla con Dios: no está solo, pues intima con El, al tiempo que ora por los hombres. El vacío de sí mismo, logrado tal vez (si se ha logrado) en el apartamiento del mundo, se troca en la llenura del amor de Dios. Si esto no fuese así, la soledad acabaría en un vacío equivalente a la nada y donde no hay logos tampoco hay palabra; y en esa nada que es vacío no puede haber amor: el verdadero fruto del encuentro real.
 
El intercambio de intimidades es comunión: es una mutua donación. Constituye una relación de amor de la que brota toda comunidad. La incomunicación, en este sentido, deriva en el aniquilamiento del propio “yo” (en el sentido de anulación; no de desposesión de la soberbia) y de toda comunidad. No es gratuito que quien busque dominar pretenda, para ello, desunir a los hombres: aislar y callar.
 
Las relaciones humanas, para ser profundas, deben estar fundadas en la verdad de quienes se muestran como son. Es cierto, sin embargo, que mucho de lo que somos no ha llegado tal vez al nivel de la conciencia. Por eso importa saber que muchas veces no estamos propiamente ocultando algo en particular. En otras oportunidades sí se miente, bien sea por inconsistencia o por malicia: un punto de partida endeble que resulta siempre en obstáculo para una relación de amor profunda, pues sin transparencia no hay una completa donación.
 
El diálogo no agota nunca un proceso que es continuo por estar nosotros sujetos al tiempo. Por más honestidad y amor involucrados, en lo más íntimo somos, además, para nosotros mismos, un misterio, como dice Wojtyla. El alma tiene un fondo en el que puede reconocer que está Dios: ese ser que le ha creado y le habla; ese ser al que se le entiende amándolo y le llama desde la profundidad de sus cavernas (las potencias del alma para san Juan de la Cruz). Pero así como no puede tener acceso directo a otra persona1 ni a mucho de eso que somos en lo más íntimo (por insondable), así tampoco podemos tener un acceso directo a Dios en este mundo.
 
El diálogo comienza con los otros más cercanos, continúa con nosotros mismos en la reflexión, y enlaza con Dios, en virtud de esa vocación a la trascendencia que explica nuestra naturaleza relacional.
 
Ofelia Avella
ofeliavella@gmail.com
@ofeliavella
UNIMET-UCAB
Venezuela

VÍCTOR A. BOLÍVAR: ¿ACASO 22 AÑOS DE DESGOBIERNO NO BASTAN?

Entre las distintas formas mediante las cuales se manifiesta la pretensión hegemónica y el talante antidemocrático del régimen está la de acumular la mayor concentración posible de poder, que sea suficiente y eficaz para neutralizar cualquier reacción a sus propósitos. Incluso, lo ha hecho en términos desproporcionados para asegurarse con el escarmiento que cualquier iniciativa que amenace esa hegemonía correría igual o peor suerte.
 
La administración de justicia llevó lo suyo. Dos casos emblemáticos bastan para demostrarlo. El desempeño institucional del TSJ y el resto de nuestros jueces, quedó seriamente castrado desde la inaceptable y procaz descalificación e intromisión de Chávez en las constitucionales funciones del TSJ por decidir un vacío de poder en los sucesos de abril del 2002.
 
Más brutal fue el singular precedente de la jueza María Lourdes Afiuni Mora; desde entonces la recta administración justicia es una rara avis en nuestro país. Esa concentración de poder consiguió terreno abonado en la tristemente célebre Luisa Estela Morales, expresidenta del TSJ, quien le dio una patada a los principios democráticos de la separación y equilibrio de poderes teorizados por el barón de Montesquieu, vigentes por más de 260 años.
 
El “Informe sobre el estado de la independencia del poder judicial en Venezuela”, elaborado por Human Rigths Foundation, publicado el 26 de septiembre de 2012, trata el asunto y refería la opinión de la expresidenta del TSJ cuando expresó: “no podemos seguir pensando en una división de poderes, porque eso es un principio que debilita al Estado”. Agrega el informe: “Las declaraciones vertidas en 2007 y 2009 por el entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez, así como aquellas vertidas por la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia Luisa Estella Morales en 2009 y por el magistrado Fernando Ramón Vegas Torrealba en 2011, constituyen un reconocimiento expreso de que para estas autoridades, todas las acciones y decisiones del poder judicial venezolano deben estar y están deliberadamente alineadas y sometidas a las políticas del poder ejecutivo bajo la dirección del presidente Hugo Chávez, haciendo de esta manera patente la sumisión del poder judicial venezolano al poder ejecutivo”.
 
Esa desproporción, como eficaz herramienta de escarmiento, se nos presenta en términos más trágicos. Ninguna duda cabe que la atroz ejecución de Óscar Pérez y su grupo, ya rendidos y vencidos por las asimétricas condiciones de combate, llevaba implícito un bestial mensaje de amedrentamiento a quienes tuviesen la osadía de tomar, como en efecto la han tomado otros, la vía de las armas para enfrentar al régimen. Por cierto, nada que ver con el trato dispensado a Chávez tras su rendición en 1992. O el caso de la muerte inducida del modesto y valiente productor agropecuario Franklin Brito vs. el aparato del Estado Chavista. O el de la brutal represión de Goliat contra la protesta del inerme David que tiñó con su sangre los pavimentos del país.
 
Es el resultado de la macabra maquinación que supedita el poder judicial al ejecutivo, que se explica en las palabras expresadas en el año 2011, por el entonces magistrado del TSJ, Fernando Vegas Torrealba, quien afirmó que “este Tribunal Supremo de Justicia y el resto de los tribunales de la República, deben aplicar severamente las leyes para sancionar conductas o reconducir causas que vayan en desmedro de la construcción del socialismo bolivariano y democrático”. La línea editorial de El Nacional, contestataria y opuesta a un régimen totalitario que ve en la libertad de expresión y de comunicación un desafío de un referente mediático, fue respondida por un despojo que encaja en esa perversa urdimbre.
 
No es poca cosa lo que aún queda por enfrentar. Lejos está que pueda equilibrarse una lucha que hoy es completamente desigual con unas Fuerzas Armadas intervenidas e ideologizadas y puestas al servicio no solo de una parcialidad política sino también de intereses extranjeros. 

Una claque que a sabiendas de la devastación del país se rasga las vestiduras por la implementación de un sistema político totalitario y antidemocrático que por supuesto no está contemplado en nuestra Constitución que por el contrario establece a la democracia y al pluralismo político como valores superiores del ordenamiento jurídico. 

En Venezuela se está perpetuando el totalitarismo como sistema político; que hoy es una forma de gobierno que está siendo erradicada expresamente en países que ya han transitado el terrible camino de la hegemonía y la desgracia antidemocrática. ¿Acaso 22 años de desgobierno no bastan?

Víctor Antonio Bolívar Castillo
vabolivar@gmail.com
@vabolivar
Venezuela

CARLOS E. AGUILERA A.: VENEZUELA EN UN LABERINTO

La angustia, miedo y decepción son tres elementos que configuran el estado de ánimo de hombres, mujeres, ancianos y niños, en nuestro país. Y ello se observa en el día a día que enfrentamos cotidianamente en lugares públicos, en los que por una u otra razón acudimos. Un rictus angustiante se ve reflejado en los rostros de mucha gente, que mirando al cielo invocan al Señor pidiendo clemencia ante la dura realidad que vive con sus seres queridos, por la falta de dinero, alimentos y ausencia de sus primigenias necesidades. Difícil transitar por un duro e inexplicable laberinto, que agobia a millones de personas que imploran por el encuentro de una pronta y oportuna salida, que pareciera nunca llegar, pero tampoco imposible de alcanzar. Solo la fe y optimismo alimenta el cuerpo, espíritu y alma de millones de venezolanos, víctimas desde hace 22 años de un régimen denominado socialista, marxista y mal llamado bolivariano.
 
Tras leer el conmovedor artículo de Leonardo Padrón, poeta, guionista de cine y televisión, cronista, editor, escritor, locutor y periodista, autor de innumerables y exitosas novelas que dieron la vuelta al mundo, y observar la dramática y dolorosa manera como enfoca la tragedia venezolana víctima de una herida que lastima desde hace más de 20 años al pueblo venezolano, decidí escribir el presente artículo, no solo por solidaridad con el afamado compatriota hoy en el exilio, sino más que todo por el dolor que comparto con todos quienes de una u otra manera tenemos a nuestros seres queridos, allende las fronteras: Padres, tíos, sobrinos, hijos, hermanos y familiares de nuestro entorno. Una tragedia y dolor que penetra en nuestras almas, corazón y propia vida, para las que pareciera no haber remedio que ponga fin, salvo que salgamos de esta horrible y criminal pesadilla, que no es otra cosa que un sueño perturbador, relacionado con sentimientos negativos, mezclado con ansiedad o miedo.
 
Los médicos se refieren al trastorno de pesadillas como “parasomnia”, un tipo de trastorno del sueño que implica experiencias indeseables, que ocurren al dormir durante el sueño o al despertar. No deseamos ni esperamos que la pesadilla desencadene en estrés o ansiedad, traumatismo, privación del sueño, medicamentos, abuso de sustancias u otros trastornos, porque primeramente somos católicos cristianos y creemos y confiamos en Dios, y luego porque tenemos la más firme esperanza de que más pronto que tarde salgamos de este aquelarre infernal generado por unos oportunistas dizque revolucionarios, que no tienen piedad, sensibilidad y muchos menos dolor por sus congéneres, que hoy por hoy deambulan por calles y avenidas de las ciudades del país, con la mirada oteando un horizonte y clamando piedad para poder cubrir sus ingentes necesidades y la de sus seres queridos.
 
Ser testigo en carne propia de recientes acontecimientos, nos obliga a pensar que estamos en presencia sin duda alguna, de un pérfido régimen en manos de seres indolentes que maltratan a una nación cuna de ilustres Próceres, a cuya cabeza se encuentra el Libertador Simón Bolívar. Personas que populista y demagógicamente utilizan su nombre, para llevar a cabo sus oscuros intereses políticos socialistas comunistas y marxistas, contrarios a todo cuanto predicó y puso en práctica el Padre de la Patria. Nada que ver con la llamada sociedad civil, la libre empresa, seguridad, libertades y derechos que contempla la Constitución Nacional, mal llamada despectivamente por el hijo de….Sabaneta: “La Bicha” .
 
Venezuela a mala hora cayó en manos de unos pícaros de oficio, que desde hace muchos años, es decir, desde los inicios de la IV República, venían disfrutando de la democracia, esa misma que tras haber conspirado furtivamente los indultó, y a la postre les otorgó una patente de corzo que les permitió nuevamente pretender derrocar a un régimen democrático legalmente constituido, con las armas de un grupete de militares, que gracias a las bondades de una auténtica democracia fueron indultados y hoy día disfrutan de las mieles del poder con el llamado Socialismo del siglo XXI, cuyo contexto fue presentado en el V Foro Social Mundial celebrado en Porto Alegre, Brasil, por el extinto Chávez, con el pretexto de “profundizar el proceso democrático” que debía acometer en su segundo mandato presidencial (2007-2013).Son muchas las interrogantes que plantean intelectuales, activistas, representantes de los partidos políticos, comunidades organizadas, movimientos sociales y populares y universidades, entre otros, acerca del contenido utópico de esta denominación, que lo que ha hecho es transmutar un país inmensamente rico y próspero, en uno de los más pobres y lleno de las mil y una calamidades, que van desde el desempleo, hambre, miseria, inseguridad, falta de servicios públicos, y para colmo, penetrado por las guerrillas y narcotraficantes.
 
Si a todo ello, sumamos la ausencia de políticas públicas, detención arbitraria de miembros de la oposición por el solo hecho de disentir, presos políticos civiles y militares, hasta hace poco recluidos en el recinto carcelario de Ramo Verde y trasladados a centros penitenciarios comunes en donde deben compartir celda con delincuentes comunes, observamos el carácter eminentemente dictatorial de Nicolás Maduro, devenido de humilde chofer de autobús, en nada más y nada menos que en Presidente de la República, con el agravante de que hasta la presente fecha, no se conoce su partida de nacimiento y por tanto se pone en duda el carácter de su nacionalidad venezolana. Hasta eso hemos llegado, por lo que el día que salga a la luz pública este detalle, Venezuela quedará expuesta antes los ojos del mundo, como un país que tuvo por Jefe de estado a un impostor.
 
El líder político colombiano Eliecer Gaitán, cruelmente asesinado en la ciudad de Bogotá hace más de medio siglo, expresó en cierta ocasión: “ Malaventurados aquellos que ocultan sus malas intenciones bajo la zalamería de sus palabras, pues ellos serán señalados con el dedo de la ignominia a la luz de la historia”.
 
¡ Amanecerá y veremos !
 
Carlos E. Aguilera A
careduagui@gmail.com
@ToquedeDiana
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
Venezuela

JUAN VILLA ROMERO: METRO DE CARACAS A PUNTO DEL COLAPSO

La crisis política y social que atraviesa nuestra Venezuela acarrea graves consecuencias en la vida diaria de nuestro pueblo.
 
A la deficiencia de productos básicos, combustible, medicamentos, agua, electricidad, gas y aseo urbano, se une la degradación imparable del transporte público. Un gran ejemplo de ello es el sistema Metro de Caracas, que está sufriendo las consecuencias de la desidia, abandono y la impericia técnica, situación que se refleja en su pésimo funcionamiento.
 
El suburbano se remonta a 1983 y era uno de los más avanzados de Latinoamérica, motivo de orgullo de la ciudadanía que hoy observa con preocupación la funesta transición que ha experimentado este servicio.
 
Simplemente el hecho de bajar las escaleras de las estaciones, intentar acceder a los andenes y abordar los trenes ya muestra que la situación es decadente y dista de ser ideal.
 
Se incumplen las medidas básicas de higiene y, más aun, de bioseguridad para evitar la propagación de la pandemia por el Covid-19. Hay taquillas de atención al público y ventas de boletos abandonadas por el personal, máquinas expendedoras fuera de servicio y en la mayoría de las estaciones no se da cumplimiento al cobro del servicio. Sin contar que el precio del pasaje es casi simbólico, unos 50.000 bolívares, que a la fecha, solo representa 1,60% del precio de un dólar.
 
La gran mayoría de las escaleras mecánicas están desmanteladas, se evidencian fallas de iluminación, cámaras de seguridad averiadas, rieles oxidados y superficies con filtraciones, como es el caso del techo de la salida al Centro Comercial Chacaito que está severamente roto.
 
Una situación que redunda en el interior de las estaciones y trenes, es que están sin aire acondicionado, muy sucios, dejando muy atrás esos tiempos cuando las instalaciones del sistema estaban relucientes, en óptimas condiciones y presumían tanto de la puntualidad de los trenes, el aseo y las bellas obras de arte que adornaban sus paredes.
 
Las averías y accidentes en los trenes son cada vez más frecuentes, porque los mismos no reciben la atención preventiva y correctiva necesaria. Cuando se producen problemas técnicos en el sistema Metro, los usuarios se ven obligados a llegar fuera de tiempo a sus trabajos o salir en búsqueda de transporte superficial.
 
La escasa oferta de trenes provoca que en cada vagón se acumulen muchas personas que tienen un espacio mínimo y donde los carteristas, aprovechando las montoneras, intentan sacar provecho. Y es que, además de ser víctimas de la delincuencia, los usuarios también son víctimas de la contaminación por Covid-19 que genera viajar en espacios aglomerados.
 
Una situación que ha ido empeorando con el tiempo y que muestra con toda su crudeza cómo se ha erosionado la vida de los caraqueños en los últimos años.
 
Debo recordarle a las autoridades competentes que el Metro es un sistema de transporte esencial, más en estos tiempos de crisis; por ende, es urgente reimpulsarlo y preservarlo sin dilaciones, porque perderlo hoy sería sumamente caótico, no solo por la falta de combustible -que golpea de un tiempo para acá el desempeño del transporte superficial- sino que no se da abasto para atender la múltiple demanda que requerimos los caraqueños para movilizarnos. Basta ver cuando se paraliza el transporte superficial, así sea por horas, para darse cuenta del caos.
 
Para finalizar, desde Unidad Visión Venezuela, queremos hacerle un llamado directamente al presidente Nicolás Maduro para que tome cartas en el asunto. Nosotros hace tres meses consignamos una misiva con propuestas puntuales tanto al ministro del Transporte como al presidente del Metro de Caracas y, hasta ahora no hemos recibido respuesta ni hemos observado mejoras en el funcionamiento del subterráneo.
 
Juan D. Villa Romero
juandiegovillaromero27@gmail.com
http://visionvenezuela.blogspot.com
@jdiegovillave
@visionvenezuela
Venezuela

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ: OPOSICIÓN… ¡QUE GRAN DILEMA!

Hablar de oposición en Venezuela es un tema complejo, la ausencia de resultados provenientes de este sector que impacten positivamente a los venezolanos lo ha hecho merecedor de desconfianza y escepticismo. Podríamos aseverar que parte de esos estigmas son merecidos, otros no, después de todo, el chavismo ha hecho que ejercer la oposición en Venezuela sea una labor difícil y peligrosa, no solo para los políticos sino para cualquier ciudadano común.
 
Ante todo, lo más importante: En nuestro sistema político vigente existen dos actores fundamentales: El chavismo, liderado por Nicolás Maduro, y la oposición liderada por Juan Guaidó, darle protagonismo vertebral a otros factores es forzar una realidad inexistente, por eso los procesos electorales desde 2017 han sido castigados (como lo será el 21N) por abstenciones históricas.
 
Por tal motivo, basado en el control hegemónico de las comunicaciones e informaciones en el país, el régimen ha intentado imponer una oposición ficticia, que apenas se representa ella misma. Aunque parezca difícil de creer, la oposición “legítima” en Venezuela no está dividida, gira en torno a Juan Guaidó, más bien, lo que ha sucedido es su depuración, deslastrarse de elementos que han cedido ante otros intereses, han sido cómplices genuflexos del chavismo.
 
¡Ojo! Lo descrito aquí es la realidad política, quien escribe no se encuentra a favor ni en contra de Guaidó, simplemente, narra el hecho que Guaidó por ser el último presidente de la última instancia electa con reconocimiento democrático, legal y legítimo, circunstancialmente recae sobre él ese reconocimiento. Para que ello cambie, debe existir otro evento que pueda traspasar a otra figura dicha legitimidad.
 
Ejercer oposición no es tarea fácil, como es sabido, a cada instancia que los venezolanos restan al chavismo, éste la anula restándole competencias, facultades e impone poderes paralelos. Lo perpetrado contra la AN 2015 superó todas las expectaciones negativas, sí fue capaz de actuar de esa forma contra el poder más importante en una democracia, dicho sea de paso, el poder público más votado en nuestra historia ¡qué podemos esperar para alcaldías y gobernaciones en ruinas, desplazadas, moribundas ante el fatídico Estado Comunal!
 
Sea como sea, a pesar de las faraónicas dificultades que representa ser oposición, no existen excusas para el fracaso, al igual que ninguna excusa es valedera para los fracasos de los gobiernos. Los venezolanos debemos comprender la política se mide por resultados, no hay espacios para los pretextos, es decir, la política debe ser para los más capaces.
 
De este modo, la oposición venezolana atraviesa el reto más difícil en toda su historia, a pesar que como nunca antes representa la inmensa mayoría de los venezolanos y la totalidad del mundo democrático. Asimismo, es bueno recalcar que ante un régimen extremadamente radical la oposición debe ser del mismo tenor, sino, tal como se ha demostrado siendo dócil a los escenarios impuestos por el régimen, es inútil. Ese radicalismo no debe ser pasional, debe estar acompañado de estrategias, apoyos y planes milimétricamente ensamblados… por los más capaces.  
 
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
Venezuela
 

JESÚS ELORZA: EL NUEVO NACIONAL

Un miliciano, al ver con cara de preocupación a sus compañeros de destacamento, les preguntó ¿Qué les pasa? y la respuesta no se hizo esperar: 

- Hemos pasado de la euforia a la frustración, dijo uno de ellos.  

¿Cómo así camarada? explíquese mejor.  

- Bueno, todos nosotros, en nuestra unidad de combate miliciano, fuimos sujetos de una alegría sin límites al conocer que el camarada Diosdado había ganado la demanda contra el pasquín oligarca imperialista “El Nacional”. Nuestra euforia, alcanzó niveles orgásmicos al producirse el allanamiento del edificio de ese diario. Todos en el destacamento, pusimos rodilla en tierra y gritamos “Se hizo justicia”. Derrotamos la intransigencia contrarrevolucionaria de la oposición y ahora, nos toca a través de ese medio comunicacional, que presentaremos como “El Nuevo Nacional” que al estilo de “Granma” en Cuba o “Pravda” en la antigua Unión Soviética, nos servirá para  llevar la verdad revolucionaria a nuestro pueblo.  

En su momento, nos hacíamos la ilusión de ver en el nuevo equipo de dirección a los consecuentes camaradas Earle Herrera, Ernesto Villegas, Luis Hugas, Pedro Carvajalino, Juan Barreto, Maripily Hernández y Desirée Santos Amaral. Pero, la realidad fue otra….  

-¿Por qué dice eso camarada?  

Diariamente, durante quince días, progresivamente la frustración se fue adueñando de mi conciencia y activismo revolucionario. Día a día, preguntaba en el kiosco de la esquina por “El Nuevo Nacional” y siempre me daban la misma respuesta “no ha llegado”. Pensaba que a lo mejor era un problema logístico de distribución, pero, con el correr del tiempo y no ver hecho realidad la circulación de nuestro medio comunicacional, opté por preguntarles a los comandantes de mi unidad, recibiendo como respuesta “No tenemos información sobre ese tema” métete en la red a ver que consigues.  

Asumiendo el papel de “Web-on”, me metí en Google y conseguí <elnacional.com> 

Pero, mi frustración y arrechera fue mayor, al ver que el pasquín seguía en manos de la oligarquía contrarrevolucionaria imperialista. Entonces me pregunto ¿Para qué carajo allanamos ese periódico?   

Ahora, me consigo como respuesta “que el camarada Diosdado cederá la sede para que allí funcione la Universidad de la Comunicación recién creada por el camarada Maduro”. Pensar, que una universidad es solo un edificio es una gran equivocación, es no ver el error de las “Aldeas Universitarias” o el de la “Universidad Bolivariana”  

No nos equivoquemos, el allanamiento a ese diario es para instaurar “La Libertad de Expresión Revolucionaria” y no para estar pensando, en pajaritos preñaos, de crear universidades. Pasemos de Web-ones a Web Patria o Muerte.  

En revolución todo fuera de ella nada.  

Jesús Elorza Garrido

jesuselorza@hotmail.com

@jesuselorza

Venezuela