domingo, 3 de julio de 2022

ALBERTO MANSUETI: ESPECIAL DEL DOMINGO . LAS CINCO REFORMAS LIBERALES

ESPECIAL DEL DOMINGO

LAS CINCO REFORMAS LIBERALES 


ALBERTO MANSUETI


Este documento es para vos, que aún estás dudando sobre capitalismo y socialismo, o sigues creyendo en el socialismo. Es posible que al leer las primeras frases ya estés tan en desacuerdo, que incluso sientas vómitos o mareos. No obstante es aconsejable que sigas la lectura, y te formes juicio al final, pues de otro modo no va a ser un juicio, sino sólo un pre-juicio. Y de prejuicios estamos llenos en este país.

Las fronteras nacionales están desguarnecidas: no hay suficientes soldados. Nuestras calles y avenidas son inseguras: no hay presupuesto suficiente para la policía. En los tribunales de justicia no hay justicia, pero hay abundancia de burocracia, corrupción, desidia e ineptitud; y tampoco hay presupuesto para corregir esos males. Y las pocas obras físicas de infraestructura existentes en el país, como caminos, puentes, embalses y túneles, son muy viejas, y su mantenimiento es escaso y deficiente.

Seguridad, justicia, obras públicas




¿De qué hablamos? Hablamos de: 1) defensa y seguridad; 2) servicio judicial; 3) obras públicas. Las tres funciones propias del Estado, que es el monopolio legal de la fuerza. Tal es su naturaleza, y esas tres funciones son las suyas porque requieren el uso de la fuerza para cumplirse. ¿Y qué pasa hoy en día con ellas? Están muy descuidadas y desatendidas, porque el Estado ha tomado para sí, y pretendido cumplir, muchas otras funciones que no le corresponden, puesto que por su naturaleza no está dotado para concretarlas.

Así es: el Estado no sirve para todas aquellas tareas que no requieren fuerza para cumplirse, sino acuerdos privados, como por ej.: hacer negocios o administrar empresas, educar niños y jóvenes, curar o atender enfermos, ancianos, viudas y huérfanos. Pero sin embargo el Estado, y los Gobiernos que lo personifican, se han atribuido el manejo de toda la economía del país, por encima de los empresarios, trabajadores y consumidores; y además se han arrogado la facultad de prestar servicios en todos los niveles la enseñanza, en las diversas especialidades de la atención médica, y en las cajas de jubilaciones y pensiones, y asimismo dan órdenes y directivas obligatorias a quienes prestan servicios en estos tres sectores de forma privada.

La economía, y la educación, medicina y previsión




Vale preguntar, ¿atiende bien el Estado estas otras funciones en economía, educación, medicina y previsión social, ajenas a su naturaleza, pero que pretende cumplir además y junto con las suyas?

Mira un poco: la economía anda mal, a juzgar por los insuficientes ingresos y el pobre nivel de vida de la mayoría de la gente; tanto es así que el Estado se justifica en esta inmensa pobreza para tomar a su cargo funciones en la enseñanza, en la atención médica, y en cajas de previsión, alegando que debe atender a una inmensa mayoría de necesitados.

¿Y qué pasa con “los más necesitados”? 1) En educación el Estado no es muy exitoso; y la peor educación es para los pobres. 2) Con la atención médica pasa igual: los hospitales estatales no son los mejores, y la peor atención es para los pobres. Y 3) lo mismo con las jubilaciones y pensiones: las más miserables son para los pobres.

La situación actual

Lo que pasa es que el Estado no está en su lugar: desatiende lo que es suyo, y lo que no es suyo atiende muy mal, y encima estorba a los privados y les impide hacerlo mejor. Por eso el país está al revés: cabeza abajo, pies para arriba.

Por eso la economía no anda bien, a pesar de estar planificada, dirigida y controlada por el Estado; hay demasiada gente pobre, y no pocos ¡demasiado pobres! Y en los tres sectores llamados “sociales” de la enseñanza, medicina y previsión, se ve que hay una aguda separación entre los pobres, por abajo en la escala social, que reciben una pésima o mala atención por parte del Estado, porque no pueden escoger la otra; y los ricos, por el lado de arriba, que pueden pagar por los mejores servicios, los privados. Es como un “apartheid” o segregación, no de tipo racial sino socioeconómico. Segregación es segregación; mejor llamemos al pan, pan, y al vino, vino, y a las cosas por su nombre.

¿Esto es socialismo? ¿Es capitalismo? ¿Qué es?

Mercantilismo es capitalismo para unos pocos privilegiados


¿Qué es mercantilismo? Lo que siempre hemos tenido en Latinoamérica: un tipo de capitalismo político, estatista, mentiroso y tramposo, que no es para todos sino para un pequeño círculo de empresarios amigos de los gobiernos de turnos, a quienes se brinda injustos privilegios que les permiten gozar de las ventajas y beneficios del capitalismo a ellos solos, con exclusión del resto de la población.

¿Y qué es socialismo?

Algo todavía peor. Es una retórica encendida en favor de la igualdad, pero en la práctica se registra bajo el socialismo una desigualdad enorme, abismal, entre dos clases económicas y sociales: por un lado todos nosotros, tanto los empresarios, formales e informales, como los trabajadores, pagando enormes sumas en impuestos, año tras año, y luchando por sobrevivir; y por otro lado los que mandan, disfrutando regio tren de vida, de lujos y viajes, regalado, con los impuestos que pagamos todos nosotros. Ellos viven a costillas nuestras. Que no te engañen: no es una “deformación” del socialismo: ¡eso es el socialismo!

Lo actual es un poquito de capitalismo, para unos pocos, mezclado con socialismo. Es lo que llaman modelo mixto: poquito de capitalismo, para los ricos; y de resto socialismo, para los pobres.

Para poner al Estado en su lugar y al país de pie, se requieren Cinco Reformas, inspiradas en el Liberalismo Clásico, una doctrina que no debe confundirse con el mal llamado “Neo” liberalismo, que de liberalismo tiene poco o nada, y mucho de mercantilismo actualizado (“Consenso de Washington”), mezclado con socialismo.

Liberalismo: capitalismo para todos


El capitalismo para todos se llama capitalismo liberal, y sus pilares son tres: Gobierno limitado; mercado libre; propiedad privada.

1) Gobierno limitado, tanto en funciones como en poderes y recursos. Cumpliendo las funciones del Estado, que son tres: defensa y seguridad, justicia, obras de infraestructura física. Si se sale de estos límites, todo Gobierno comienza a fallar y a ser inefectivo. Sus poderes deben limitarse a los necesarios estrictamente para cumplir sus tres funciones, pues de otra manera usurpa libertades que corresponden a los ciudadanos. Y sus recursos también deben limitarse a los necesarios para cumplir sus tres funciones, pues de otra manera usurpa ingentes sumas de dineros que no son suyos sino de los ciudadanos, que de esta manera se empobrecen.

2) Mercado libre, significa que los mercados deben estar libres de violencia y fraude, y esta es la tarea de la policía y de los tribunales. Y libres de monopolios; para ello basta con que el Estado no los conceda: “monopolio” no es una empresa de gran tamaño, sino una empresa a la cual un gobierno le da un privilegio. Y ese tal privilegio es un subsidio o alguna otra indebida ventaja frente a sus competidores, o bien una restricción de mercado impuesta a sus competidores actuales o potenciales, que le dispensa de su obligación de soportar la competencia libre y abierta.

3) Propiedad privada extendida: que no se restringe a unos pocos, sino que se va ampliando, hasta tener un país de propietarios, no de proletarios.

Los Tres Pilares o Principios se traducen en cinco reformas concretas y específicas. El Primer Principio da base a la Reforma No. 1, en la política; y el Segundo a la Reforma No. 2, en la economía. El Tercer Principio da base a las Reformas Nos. 3, 4 y 5, en lo social: educación, salud y previsión.

Las Cinco Reformas

1) El Primer Principio es “Gobierno limitado”, tanto limitados en funciones, como asimismo limitados en poderes y facultades, y también en recursos y dinero. Para lograrlo se requiere la Primera Reforma, que es la más importante de todas, y se dirige a:

– Poner al Gobierno en su lugar, o sea, a cargo de sus tres funciones específicas propias, que son: proveer defensa (exterior) y seguridad (interior); administrar justicia; contratar la construcción y mantenimiento de obras de infraestructura física.

– Recortar los poderes y facultades omnímodas y excesivas de que hoy goza el Estado, oprimiendo por esa vía a la gente. Esta Reforma No. 1 va a descargar a los Gobiernos del cúmulo de funciones impropias que ha asumido indebidamente, y que hoy no puede cumplir a cabalidad, y a dotarles de los poderes y facultades para el cumplimiento de sus tres funciones genuinas. Así se deja más libertad y poder en manos de la gente.

– Recortar también los excesivos recursos y el dinero que hoy se gasta el Estado. Análogamente al caso de los poderes y facultades, se trata de dotarle de lo estrictamente necesario para el cumplimiento de sus tres funciones genuinas, y nada más. Así se deja mucho dinero disponible en los bolsillos de la gente.

Esta Reforma No. 1 se complementa liberando a los partidos políticos de su actual dominación por parte de los Gobiernos, y poniendo su manejo y control en manos de la gente.

2) El Segundo Principio es “mercados libres”, y va a derogar todas las leyes malas que de una manera u otra conceden posiciones de monopolio u oligopolio a los negocios y a las empresas favorecidas, impidiendo funcionar a las leyes de la oferta y la demanda, entrabando de este modo el desempeño de la economía y su productividad.

Estas dos primeras reformas, la política y la económica, son complementarias. Van a permitir al país una explosión inaudita de prosperidad, crecimiento, desarrollo y empleo, que va a beneficiar en primer lugar a los más pobres y desfavorecidos, así como ocurrió en Europa del Norte y en EEUU hace unos 300 o 200 años, antes de tomar el rumbo socialista para retornar finalmente al mercantilismo.

3) El Tercer Principio, “propiedad privada”, se concreta en las Reformas Nos. 3, 4 y 5 o “reformas sociales”, respectivamente en la educación, la salud y la previsión social. Por el lado de la oferta estas reformas van a empoderar a los productores: maestros y educadores (3); personal médico y de salud (4); y proveedores de planes de retiro y seguridad social (5). ¿Cómo? Con la entrega en propiedad de las entidades educativas, médicas y previsionales que hoy son del Estado, con sus instalaciones y equipos.

Por el lado de la demanda estas reformas van a empoderar a los consumidores y usuarios que hoy carecen de los recursos para pagar por los servicios, a saber: estudiantes y alumnos (3); enfermos, incapacitados y accidentados (4); jubilados y pensionados o trabajadores en edad de retiro o próximos a cumplirla (5). ¿Cómo? Con la entrega de bonos o cupones para pagar en los institutos de su elección, reembolsables en dinero a las entidades que hayan escogido.

Las Reformas No. 3, 4 y 5 son complementarias de las Reformas No. 1 y 2. En las tres reformas sociales, los bonos son para la transición hacia el capitalismo liberal maduro, y van a ayudar a equilibrarse a los que hoy son más pobres por culpa del sistema actual.

Una por una ahora, con sus objetivos específicos.

1. Reforma Política: seguridad, justicia, infraestructura

Poner al Estado en su lugar, a cargo de las funciones de seguridad y defensa, administración de justicia, y obras de infraestructura; y en consecuencia limitar sus poderes y su presupuesto a las atribuciones y recursos estrictamente necesarios al cumplimiento de tales funciones. En otras palabras, poner en sus funciones públicas a los agentes estatales: militares (y diplomáticos) y policías; jueces y oficiales de justicia; contratantes de la construcción de puentes, caminos, diques y embalses, etc.; y colectores de los pocos tributos o contribuciones “impuestas” indispensables para estos fines, impuestos directos y no indirectos, bajos y planos, e iguales para todos.

Esto implica poner a los militares y policías a combatir la inseguridad, la violencia, el terrorismo y el crimen, como primera prioridad en la agenda estatal; y a los diplomáticos y cónsules a atender a los nacionales en el exterior antes que a los políticos locales. Y poner jueces y cortes en tribunales ordinarios comunes (no agencias dependientes del Ejecutivo, como es ahora) a cargo de la intervención del Estado en la economía, la banca, la educación y todas las esferas de la vida social y cultural; pero sólo si ocurre una violación cierta y comprobable de los derechos a la vida, propiedad y libertades, definida y tipificada en los códigos ordinarios o comunes del Derecho civil, mercantil o penal.

A estos fines, de defensa (y diplomacia), seguridad y justicia, y a la realización y mantenimiento obras públicas de infraestructura que incrementen la productividad y rendimiento de las actividades privadas, ha de limitarse la política pública. Y los poderes públicos y los recursos públicos.

Pertenecen al campo privado o de los particulares las relaciones sexuales, matrimoniales, familiares, laborales, comerciales, educativas, cívicas, culturales, artísticas, religiosas, médicas, informativas y de entretenimiento, científicas y técnicas, previsionales y de beneficencia, etc., y tienen que desenvolverse conforme la voluntad de los participantes e involucrados expresada en contratos; no de normativas tipo reglamentos dictados por el Congreso bajo forma de leyes especiales, ni por el Ejecutivo bajo forma de decretos, ni por la ONU, la OEA u otros organismos interestatales bajo forma de tratados o “convenios internacionales”.

Esto implica quitar al Congreso de la tarea reglamentaria y de comisariado respecto de actividades que son privadas por naturaleza, y ponerle en su lugar y en su función más importante: a vigilar que no salga el Ejecutivo de sus límites, vigilancia que se ejerce sobre todo mediante el control de su Presupuesto Fiscal, alimentado sólo de los impuestos y no de empréstitos. Implica además poner a los partidos políticos en su lugar: como entes privados, sin relación de dependencia alguna con el Estado, a fin de que puedan ser instrumentos en manos de la ciudadanía.

No habrá monopolios o privilegios legales. Implica esto que no habrá p. ej. empresas “concesionarias” o contratistas del Estado en materia de energía ni en comunicaciones o transportes; ni “curso legal” de la moneda, y las monedas circularán libremente, cada quien escogiendo la de su preferencia. Esta reforma va a poner a los bancos en su lugar, eliminando el privilegio de “encaje legal” que exige la reserva de sólo una fracción de los depósitos. Por consiguiente no habrá multiplicación artificial del dinero, ni del crédito o los medios de pago. Pero este tema toca la siguiente reforma.

2. Reforma Económica: ganar más y vivir mejor

Poner a cargo de las actividades económicas a los agentes económicos, que no son los políticos, funcionarios y burócratas, sino los trabajadores, los empresarios y gerentes, y los capitalistas: ahorristas e inversionistas.

En otras palabras: poner a los agentes económicos privados a cargo y al mando en la agricultura y la minería, la industria y los servicios, el transporte, la banca y las finanzas, seguros, etc. Para ello han de ser privatizadas y desreglamentadas estas actividades, para que sean sensibles a las necesidades, deseos, exigencias y preferencias de los consumidores, del lado de la demanda, y de los productores, del lado de la oferta, y así crear y distribuir la riqueza por sus canales naturales: los mercados.

De esta manera vamos a empoderar a los actuales agentes de la economía “informal” para que puedan competir en igualdad de derechos con las empresas hoy formalizadas. De esta manera se va a lograr un sector bursátil independiente de la banca, no como es ahora.

La única forma de contar con una moneda dura y solvente, a prueba de inflaciones e hiperinflaciones, es dotarle por ley de un Patrón Oro. Es el sistema monetario en el que el valor de la moneda es convertible en oro de una calidad determinada a un tipo de cambio fijado previamente por ley. El Banco Central está obligado a entregar oro a cambio de moneda, y viceversa, al precio fijado oficialmente y en el momento que se le demande. La cantidad de oro determina el montante de dinero en circulación, y la impresión de billetes más allá de este límite es ilegal.

Muy probablemente, la ejecución de esta Reforma y las siguientes implican para el país tener que salirse de ciertos Convenios y Organismos internacionales, comenzando por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (que no son paradigmas de liberalismo), y siguiendo por la FAO, la UNESCO, la OMS y otras. Tendremos que prescindir de sus consejos y “misiones técnicas”; lo cual será una gran bendición.

A continuación las Tres Reformas Sociales, que van a eliminar en actual régimen de “apartheid” o segregación, no de tipo racial sino socioeconómico, en enseñanza, salud y previsión.

3. Reforma de la Educación: enseñanza de primera calidad para todos

Del lado de la demanda, es poner la educación en manos de los educadores y no del Estado, para que los educandos de todas las especialidades y niveles, y los padres en la enseñanza elemental, puedan escoger con entera libertad el centro docente de su preferencia, con el tipo de educación, y el contenido, los planes, los programas y el sistema o método que prefieran. Con bonos para quienes no puedan pagar. Y del lado de la oferta, que todos los maestros, profesores, docentes y capacitadores puedan competir, tanto en calidad, como en variedad y precios. Y sí, claro, esto es, en otras palabras: privatizar y desreglamentar la educación. No hay que tener miedo a las palabras, ni a llamar a las cosas por su nombre, a condición de que sea bien definido y descrito.

¿Y los pobres? En el camino de la transición al capitalismo maduro y a la riqueza, los educandos pobres han de ser asistidos por el Estado con vouchers o cupones, para pagar por sus matrículas y gastos en las agencias y centros docentes de su elección, los cuales serán reembolsables en dinero por el Estado, a todos aquellos institutos que los usuarios hayan escogido para su educación. Vamos a poner aquí a los trabajadores o visitadores sociales a cumplir su trabajo: asistencia social en servicios y no en dinero, focalizada y no indiscriminada.

4. Reforma de la Atención Médica: eficiencia y excelencia en el cuidado de la salud

De modo análogo al caso de la educación, se trata de poner la medicina en manos de los médicos y doctores, no del Estado, para que los enfermos, discapacitados y accidentados puedan escoger libremente el centro médico, hospital o clínica de su preferencia, con la atención de su elección, del lado de la demanda de servicios médicos. Y para que los médicos, enfermeras, bioanalistas, odontólogos y gentes de la profesión médica en general puedan competir, tanto en calidad y variedad como en precio, del lado de la oferta de medicina. En otras palabras: privatizar y desreglamentar la medicina.

En transición, y análogamente a la educación, en este caso los enfermos, discapacitados y accidentados pobres han de ser asistidos por el Estado con cupones, para pagar por sus gastos en los centros médicos de su elección, los cuales serán reembolsables por el Estado, a los institutos de salud que los usuarios pobres hayan escogido para sus tratamientos.

5. Reforma de las Jubilaciones y Pensiones: prestaciones dignas y suficientes

En base al mismo esquema de la educación y la salud, es poner las Cajas de Jubilaciones y las Pólizas en manos de los administradores de fondos y no del Estado, para que jubilados y pensionados puedan escoger con entera libertad la Caja o Fondo Previsional de su preferencia, con el tipo de Plan, Póliza o contrato de su elección, del lado de la demanda. Y del lado de la oferta, para que las compañías administradoras puedan competir, en calidad, variedad y precios. En otras palabras: privatizar y desreglamentar los sistemas de jubilaciones y pensiones.

En la transición, los trabajadores, retirados y pensionados pobres, también han de ser asistidos por el Estado, con cupones, para pagar por las Pólizas planes de su elección, en las Cajas o Fondos Previsionales de su elección. De igual manera que en la educación y la salud (Reformas No. 3 y 4), los cupones han de ser reembolsados por el Estado, a aquellos institutos privados o privatizados que los usuarios hayan escogido para servirse.

El Impuesto de las tres “U”

– A nivel nacional, hoy en día hay más de una decena de impuestos y aranceles, que se llevan más de un tercio de la riqueza producida por los bolivianos. Con las Reformas No. 1 y No. 2, todos esos gravámenes van a ser sustituidos por el impuesto plano “de las tres U”, que va a ser Único (ese solo); Universal (sin excepciones); y Uniforme (igual para todos), de un 5 % a los ingresos de las personas físicas.

Los ingresos recaudados serán para sostener las tres funciones estatales propias de Defensa/Seguridad, de Administración de Justicia, y de obras públicas de infraestructura física a nivel nacional. Y también para financiar el “gasto social”: las tres series de bonos o cupones para la educación, la atención médica, y las jubilaciones de los más pobres, con las Reformas Nos. 3, 4 y 5.

– “Efecto Laffer”. ¿Y alcanzará la plata? ¡Claro que sí! Mira: además de muchos y altos impuestos, hoy tenemos una gran cantidad de leyes malas que imponen innumerables trabas estatistas a la economía, decretando privilegios injustos que generan nichos monopólicos y estorban la libre competencia. Y como si fuera poco, tenemos además una banca de reserva parcial, basada en una moneda puramente fiduciaria, sin respaldo metálico alguno, que puede emitirse indiscriminada y masivamente. Todo lo cual impide la creación de riqueza en gran escala.

Pero con las primeras dos reformas, vamos a pasar a una economía libre (de violencia y fraude), sin trabas estatistas, y con banca de reserva total, basada en una moneda dura con patrón oro. Significa esto que la producción va a verse multiplicada por 4 o 5 veces en el primer año nada más. Se llama “Efecto Laffer”, por Arthur Laffer, el economista que lo descubrió y explicó. Por tanto lo monto recaudado por el impuesto nacional único del 5 % va a ser varias veces mayor que el actual recaudado de todos los impuestos juntos.

– Federalismo Fiscal. A niveles regional y municipal, cada departamento y cada municipio del país podrá decretar todos los impuestos que sus residentes aprueben, para los fines que sus residentes aprueben.

El principio es que todo departamento o municipio que quiera más gasto público, para los fines que sea, lo pague con su propio dinero de su bolsillo.

¿Te parecen “raras” estas Reformas?

Pueden parecerte raras porque no contienen la consabida retórica de alusiones directas a los detalles de la problemática del desempleo, la pobreza, la mujer trabajadora, los niños abandonados o desnutridos, los ancianos enfermos, el maltrato familiar, la inmigración, el racismo, la polución ambiental etc., y por eso las reformas liberales no parecen dirigidas a tratar con ellos. Mucho menos con los seudoproblemas como la “homofobia”.

Pero es que esos problemas, los reales, algunos muy graves, no los inventados, son nada más que eslabones en la cadena de consecuencias y repercusiones (o síntomas) del estatismo, cadena que se ha hecho muy larga, incluyendo sus efectos más indirectas y remotos. La gente se enfoca y se enfrasca en discutir detalles y pormenores de los eslabones de la cadena. Así se olvida la causa de los problemas y el mal de fondo: el estatismo; ¡lo cual es muy bueno para el estatismo! Los árboles no permiten ver el bosque; así es como las crisis provocadas por el estatismo, desfachatadamente pretenden resolverse con “soluciones” aún más estatistas, que no solucionan esas dificultades sino que las agravan y multiplican.

Sentido común: cuatro refranes populares

¿Te parecen “simplistas” estas Reformas? Son simples quizá; mas no “simplistas”. Bien miradas, las soluciones liberales no son sino de puro sentido común. Aplican en la práctica cuatro refranes populares de gran sabiduría:

1) “Quien mucho abarca poco aprieta” es lo que ocurre con el Estado bajo el estatismo. ¿Cómo un solo instituto social, el Gobierno, puede brindarnos seguridad y defensa, justicia y obras públicas, si además aspira a cubrir también todas nuestras necesidades en muchas otras materias tan diversas como los alimentos básicos, vivienda, empleo, transporte, y otros relacionados con economía y finanzas; y además en educación y cultura, orientación y guía moral para la familia, atención médica, cuidados en la vejez, etc. “de la cuna a la tumba” como declaraba el principio socialista democrático? Este Estado multipropósito, que quiere hacer mil cosas y no hace nada, mal llamado “de Bienestar”, termina siendo un monstruo burocrático incontrolable, inmanejable e inauditable, pasto de toda clase de abusos y corrupciones.

2) “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”. Las “soluciones” estatistas siempre buscan planes perfectos para que aplique el Estado; las liberales posiblemente no son perfectas pero son buenas; y para aplicar entre todos, el Gobierno (limitado) y los privados, respondiendo al principio “Cada quien a lo suyo”.

3) “Zapatero a tus zapatos”, es otra formulación de “Cada quien a lo suyo”, y significa que cada institución de la sociedad, las estatales y las privadas, tiene sus fines propios, y para ellos resultan idóneas, siendo absolutamente ineptas para cumplir otros fines o funciones distintas.

4) “Mucho ayuda quien no estorba” alude a las instituciones privadas: familias, escuelas, Iglesias, clínicas, instituciones privadas sindicales, religiosas o filantrópicas para la ayuda social, cajas previsionales etc. El Estado no puede reemplazarlas; pero en sus desesperados intentos por sustituirlas, les impide o estorba y dificulta (o encarece) en el camino al logro de sus fines propios, para los cuales están muy bien dotadas por su constitución y estructura.

“¿En qué país hay un sistema así?”

Y para terminar, la eterna pregunta: “¿En qué país hay un sistema así, o al menos parecido?” Respuesta: antes lo hubo, en las “naciones ricas” del Norte de Europa y EEUU; practicando el capitalismo liberal fue que se hicieron ricas. Y de momento lo hay en China, desde los ‘80, siguiendo el modelo de Hong Kong, mas no en todo el país, sino solamente en las Zonas Económicas Especiales y en las Regiones Autónomas. El paradigma del capitalismo ahora no es EEUU ni mucho menos Europa; es China: la nueva tierra de la producción, el progreso y el bienestar.

Esperamos que lo hayas entendido bien. Y si te gusta; ayúdanos a difundir este Programa!

Alberto Mansueti
https://www.albertomansueti.org
http://albertomansueti.com/
@mansuetialberto
Argentina - Mexico

AQUÍ TITULARES DE HOY DOMINGO 03/07/2022, DESDE VENEZUELA PARA EL MUNDO, PARA LEER PULSAR SOBRE EL TITULAR ESPECÍFICO

 

  HOY - OPINIONES TEMAS INTERNACIONALES Y NACIONALES -  

BEATRIZ DE MAJO: ¿SERÁ VERDAD TANTA BELLEZA? . COLOMBIA EN CÁPSULAS DESDE VENEZUELA - ESPAÑA




BEATRIZ DE MAJO: ¿SERÁ VERDAD TANTA BELLEZA? . COLOMBIA EN CÁPSULAS DESDE VENEZUELA - ESPAÑA

No ha tardado mucho Gustavo Petro en darle la vuelta a la política colombiana. Todos apostaban y apuestan muchos aun, dentro y fuera del país, a una fractura polarizante que haría ingobernable a la segunda patria de Bolívar durante el cuatrienio de este exguerrillero presidente. Pues hay que decir que, a estas horas, las cosas van por otro camino aunque las cosas haya que tomárselas “con un granito de sal”.

El presidente electo se las ha arreglado en dos semanas apenas para recabar los apoyos partidistas necesarios para poder legislar, asunto indispensable en un país donde no existe la cultura del gobierno por Decreto y donde las instituciones están obligadas por férreas regulaciones. A pesar de que el Pacto Histórico que Petro encabeza se convirtió en la primera fuerza parlamentaria con 20 senadores y 27 representantes a la Cámara y aun sumando los congresistas de la Alianza Verde, le seguían faltando unos cuantos para la mayoría. Pero ya ha conseguido alcanzarlo a través de los contactos fraguados en esta etapa previa a la asunción del poder.

¿Qué es lo que está jugando a favor de un individuo tan cuestionado por todos y calificado de un peligro para el país por su ideario de izquierda radical y por ser el mejor exponente del Grupo de Puebla y del Foro de Sao Paulo?.

Un elemento lo configura el rasgo de moderación que exhibe en el discurso asumido desde que es presidente electo. Su desenfadado estilo es muy diferente al de los mandatarios que lo han precedido en el poder, pero sin duda ha dado un paso adelante al querer promover “un gran acuerdo nacional” sin el cual es evidente que no será posible sacar al buey de la barranca. Colombia se encuentra en una aciaga hora en que todo se confabula en contra de sus planes para lograr el despegue económico del país, lo que resulta ser indispensable para disponer de los recursos para poner en marcha los planes de rescate social que Petro le ha prometido a los colombianos.

Otro elemento para fraguar la concordia es que los restantes partidos políticos están viendo llegar la hora de su redefinición o de su desaparición dentro de un país en el que quienes eligieron al Presidente fueron los ciudadanos de la Colombia profunda y los jóvenes que no son afectos al “establishment” político tradicional.

También debe haber intereses burocráticos en la disposición al diálogo y a la cooperación del Partido Liberal, quien se sumó a la coalición de gobierno y del Partido de la U quien aseguró que no le hará oposición a sus propuestas. Otros menos entusiastas- o mas prudentes- como el líder de los independientes Rodolfo Hernández y German Vargas Lleras de Cambio Radical han verbalizado también algún genero de sintonía.

Muy diciente es el paso dado por Alvaro Uribe, la figura política más relevante del país. El ex presidente fue mas zamarro que todos y apenas se comprometió a su partido para apoyar “los proyectos del Ejecutivo de Petro que crean que son buenos para el país”. Y hacer una “una oposición razonable a lo que considere problemático”. No ha claudicado, el líder paisa, pero ha dejado la puerta abierta al entendimiento.

¿Puede ser verdad tanta belleza? ¿Realmente la “intelligentzia” política colombiana está depositando sin cortapisas su confianza en este hombre y representa ello una nueva era para el país más prometedor del continente? Cuesta creerlo. No solo hace la falta buena fe y capacidad negociadora del lado de los radicales. Es preciso demostrar que la ruta crítica que se trazará el nuevo gobierno en estos primeros tiempos de dificultades estimulará la confianza del empresariado de dentro y de fuera del país para sumarse a la gesta renovadora y sostener con su aporte económico el rediseño social. Sin esta pieza clave no existe refundación que cambie el rumbo del deterioro que lleva el país.

Y falta aún un elemento decidor en el rompecabezas del futuro neogranadino que es el alto mando militar. Poco antes de las elecciones el hoy mandatario acusó a miembros de la cúpula militar de estar aliados con el Clan del Golfo, la mayor banda de narcotraficantes del país. ¿Será que pueden los uniformados jurar lealtad y solidaridad sin pestañear a un exmiembro de la criminal insurgencia armada? Estos aun no pueden pronunciase por el mandato constitucional que impide el posicionamiento de los militares en asuntos políticos y Petro, por su lado, guarda silencio y cuida su lenguaje mientras busca a la mujer experta en derechos humanos que estará al frente de la cartera de la Defensa.

En síntesis, queda mucho por ver y mucho mas por ser debatido y digerido por la colectividad neogranadina antes del día de la toma de posesión.

Beatriz De Majo
@BeatrizdeMajo1
Venezuela – España

CARLOS ALBERTO MONTANER: ¿TRUMP A LA CÁRCEL?. DESDE USA

La pregunta que todos se hacen es si Donald Trump será enjuiciado o no. Los partidarios del expresidente creen que “los demócratas son tan viles y desalmados que están dispuestos a meter en la cárcel a un expresidente republicano tras inventarle algún delito”. Los adversarios suponen que, después del testimonio de Cassidy Hutchinson, no les queda otro remedio que actuar de oficio.

Cassidy Hutchinson era una destacada empleada de Mark Meadows. Estaba en medio del trasiego humano del 6 de enero de 2021 cuando se produjo el asalto al Capitolio. Meadows era el último jefe del gabinete de Donald Trump y, a juzgar por el criterio de uno de los expertos convocados por NPR (The Gateekepers: How the White House Chiefs of Staff Define Every Presidency), ha sido el peor de todos. Era un yes man cuando se necesitaba alguien con entereza suficiente para decirle al presidente que estaba equivocado. (Cualquiera le dice “no” al presidente Trump, afirman los que lo conocen de primera mano).

Además de contar que estuvo despegando la comida de las paredes, porque el Presidente tuvo una rabieta y arrojó los restos del almuerzo contra las paredes del Salón Oval, como suele hacer cuando se enoja, las revelaciones de Cassidy Hutchinson son tremendas: Trump, personalmente, no sólo sabía la peligrosidad del grupo, porque él era quien lo había convocado, sino ordenó quitar las medidas de seguridad para que los manifestantes estuvieran a sus anchas.

Trump negó todas las denuncias de la señorita Hutchinson, pero lo hizo de una manera personal. Utilizó argumentos ad hominem, muy poco convincentes. Se burló de la anécdota de la comida lanzada contra la pared del Salón Oval. (De paso, se burló de su propio abogado Rudy Giuliani). En lugar de rebatir lo que ella decía, afirmó que Hutchinson se trataba de una persona insignificante, incapaz de tener una opinión razonable.

La tarea de tener una “opinión razonable” la dejó en manos de Anthony ‘Tony’Ornato, un miembro del servicio secreto, quien desmintió el testimonio de Hutchinson: no era cierto. Ornato no le dijo nada sobre Bobby Engel, la persona del Servicio Secreto que se negó a llevar a Trump al capitolio. Sin embargo, la señorita Hutchinson ratificó bajo juramento lo que, supuestamente, había escuchado.

Las vistas y los testimonios sobre los sucesos del 6 de enero son devastadores … para el que los crea (como es mi caso). Pero el 70% de los republicanos piensan que han sido víctimas de un fraude. Sospecho que, en un principio, Donald Trump suponía que había ganado y le habían hecho trampas, pero el testimonio de la persona que había puesto al frente del Departamento de Justicia, William Barr (Bill, para sus amigos), terminó por convencerlo de la victoria de Joe Biden, aunque no está dispuesto a reconocerlo de ningún modo por la cuenta que le tiene.

¿Por qué se confundió tan intensamente? Porque el haber sacado 74 millones de votos le sirvió de acicate, y porque no creyó que Joe Biden, “ese mequetrefe reblandecido”, había sacado 81 millones y le había ganado en media docena de los estados-bisagra que le había arrebatado a Hillary Clinton en las elecciones del 2016, triunfando en el Colegio Electoral, aunque perdiera en la votación popular por casi tres millones de votos.

Me es muy fácil pensar que me han hecho trampa. Basta con suponer que el conjunto de la sociedad se comporta como lo que yo observo. A fines de 1959 creía que “toda Cuba” estaba contra le revolución. Mi error estaba en suponer que “toda Cuba” estaba contra los fusilamientos, contra las intervenciones en las empresas y contra la creciente dictadura que se estaba forjando. Era un error de percepción.

Yo formaba parte de las clases medias. Mi madre era profesora de una “Escuela del Hogar”. Era Doctora en Pedagogía. Ganaba unos doscientos dólares mensuales. Yo estudiaba en un instituto público por las noches y tenía 16 años. Como era muy precoz, me casé con Linda en diciembre de 1959, casi al año de haberse iniciado la revolución. Seguimos juntos, contra viento y marea. De alguna manera era parte del 30 o 40% de las clases medias urbanas vinculadas a La Habana. Eso distaba mucho de ser “toda Cuba”.

Cuando el “trumpismo” se reúne piensa que todos ellos son “blancos, de origen norte-europeo, anti-obamistas, y que pelearon junto al sur en la Guerra Civil”. Es esa la imagen que les devuelve el espejo social. Es ésa la imagen que prevalece entre los republicanos. Pero no es verdad. La realidad es mucho más compleja. La mayoría del país es mestiza, es blanca, es negra, es mulata, es asiática, es hispana. La mayoría cree en los derechos de las minorías a casarse con quien desee y a buscar la felicidad de cualquier modo. La mayoría cree y piensa que el derecho al aborto radica en las mujeres que tienen que pechar con el fruto que tienen en sus entrañas. Por eso Biden le ganó a Trump. Sólo por eso.

Carlos Alberto Montaner
montaner.ca@gmail.com
@CarlosAMontaner
Cuba- Estados Unidos-España

WARREN ORBAUGH: ¿CONFUNDE USTED EL CAPITALISMO CON EL MERCANTILISMO?. DESDE GUATEMALA

En la realidad de toda esfera política económica apreciamos tan sólo una aproximación más o menos amplia al Capitalismo. Los países que más se acercan y aplican con más consistencia dicho sistema son los que crean más riqueza y gozan de un nivel más alto de vida, los que no, no.

A menudo me encuentro con personas que critican alguna política mercantilista tachándola de Capitalismo y proponiendo como solución otra política mercantilista. Confunden el Capitalismo con el mercantilismo, y si no se puede diferenciar el uno del otro, no es posible salir del nefasto eterno retorno en que nos encontramos sumidos.

El mercantilismo existe desde el siglo XVI y es un sistema de ideas políticas y económicas que se caracteriza por una fuerte intervención del Estado en la economía y el control de la moneda. El Estado pretende controlar los recursos naturales y mercados exteriores e interiores, protegiendo la producción local de la competencia extranjera, subsidiando empresas privadas y creando monopolios privilegiados mediante la imposición de aranceles a los productos extranjeros buscando la balanza comercial. También controla el incremento de la oferta monetaria, mediante la prohibición de exportar metales preciosos, y mediante la acuñación inflacionaria, siempre con vistas a la multiplicación de los ingresos fiscales.
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El mercantilismo es un sistema socio-político-económico que no protege los derechos de los individuos. Al privilegiar a algunos, perjudica a otros. Los burócratas del sistema pueden regular y controlar las reiteradas transacciones entre los individuos en el mercado, por lo que pueden conceder ventajas y desventajas a quienes arbitrariamente escojan.

El sistema mercantilista promueve la existencia de grupos de presión poderosos – gremios, sindicatos, agrupaciones, comités – que bregan buscando privilegios para sí a costa de otros grupos o personas más débiles. La competencia en el mercado ya no es por quien sirve mejor al consumidor – esto queda en segundo plano – sino que por quien obtiene el mejor favor político, pues el sistema está estructurado para funcionar de esa manera.

Cualquier excusa sirve como pretexto para motivar la intervención de los funcionarios del Estado distorsionando el libre funcionamiento del mercado en nombre del interés del público: que si no se ponen aranceles la industria nacional de «llantas, o de cerveza, o de bebidas espirituosas, o de cigarrillos, o de calzado, o de lo que usted quiera,» quebrará y se perderán cientos de empleos; que si se ponen aranceles, los productos serán más caros para el consumidor, impidiendo así la utilización de recursos que de otra manera se ahorrarían, en la creación de nuevos empleos y más riqueza; que si no se devalúa la moneda, la industria nacional perderá competitividad en el mercado internacional; que si se devalúa la moneda, las importaciones de materias para la producción serán más caras y la industria nacional perderá competitividad en el mercado internacional; que si no se mantiene la estabilidad de precios los consumidores se verán perjudicados; que si se mantiene la estabilidad de precios se provocará escases de aquellos productos cuyos costes superen las rentas y los consumidores se verán perjudicados; que si no se establece un salario mínimo, los obreros vivirán en condiciones infrahumanas; que si se establece un salario mínimo, los obreros marginales quedarán desempleados y condenados a vivir en condiciones infrahumanas; etc. etc. etc. Por eso, en este sistema, no es de extrañar que los empresarios intenten protegerse contra los abusos administrativos comprando a los funcionarios.

Adam Smith, el filósofo escoses de la Ilustración, pionero de la economía política, fue un crítico del mercantilismo. Su libro “La Riqueza de las Naciones” trata de eso precisamente. Es una crítica severa al sistema mercantilista y propone como mejor medio para enriquecer a las naciones, el libre mercado, o sea, la no intervención del estado en la economía. Cito a continuación:

“Nada, sin embargo, puede ser más absurdo que esta doctrina de balanza comercial, sobre la que se fundamenta, no sólo estas restricciones, sino casi todas las otras regulaciones al comercio. Cuando dos lugares comercian uno con otro, esta doctrina supone que, si la balanza es equilibrada, ninguno de los dos pierde o gana; pero si se inclina en cualquier grado hacia un lado, que uno de ellos pierde, y el otro gana en proporción a su declinación del equilibrio exacto. Ambas suposiciones son falsas. Un comercio que ha sido forzado por medio de premios y monopolios, puede ser, y comúnmente es, desventajoso para el país que se quiere favorecer mediante su implementación, como me empeñaré en mostrar a continuación. Pero aquel comercio que, sin forzarlo o constreñirlo, se da natural y regularmente entre dos lugares, es siempre ventajoso a ambos.” [Smith, Adam. La Riqueza de las Naciones. Libro IV. Cap. iii.]

Lo que Smith recomendó – el mercado libre, no forzado ni constreñido, protegido por las leyes de un sistema socio-político – es lo que denominamos Liberalismo o Capitalismo. Fue elaborado por los filósofos, sociólogos y economistas del siglo XVIII y principios del siglo XIX –John Locke; David Hume; Adam Smith; David Ricardo; Jeremy Bentham; Wilhelm von Humboldt; John Adams; Thomas Jefferson; Benjamín Franklin; Alexander Hamilton. Es producto de la aplicación de las teorías científicas a la vida social de los hombres.

Se basa en considerar exclusivamente el comportamiento de los individuos en este mundo, interesándose primordialmente por aumentar el bienestar de los hombres. Reconoce que el instrumento de supervivencia del hombre es su mente – que es la forma de consciencia propia del ser humano, una consciencia capaz de conceptualizar a partir de la evidencia de la realidad proporcionada por su orden sensorial que interactúa con el mundo. Sin embargo, la función biológica de la mente no se reduce sólo a la cognición, sino que incluye la evaluación y la regulación de la acción. Como el hombre debe actuar, su supervivencia depende de que identifique los hechos de la realidad para poder regular su acción de acuerdo a lo identificado. Lo que conecta su cognición con la regulación de su acción es la evaluación.

La evaluación es el proceso de identificar la relación benéfica o dañina de algún aspecto de la realidad consigo mismo. Las evaluaciones generan deseos, emociones y metas. Si los valores y metas del hombre están en conflicto con los hechos de la realidad y con sus propias necesidades como organismo vivo, necesariamente y sin quererlo se encamina a la autodestrucción. Por eso es que la supervivencia del hombre requiere que la función evaluativa de su consciencia se fundamente en una función cognitiva correcta, es decir, que sus valores y metas sean elegidos en el contexto de su conocimiento y entendimiento racional, y sobre todo, que pueda actuar de acuerdo a esta evaluación. Si el individuo no puede actuar de acuerdo a su mejor juicio, si no es libre, ve limitada sus posibilidades de supervivencia.

El Liberalismo o Capitalismo libera al individuo dedicado escrupulosamente al uso de su mente, para que actúe, para que emprenda de acuerdo a su mejor juicio, pues es un sistema socio-político basado en el reconocimiento de los derechos individuales – derecho a la vida, derecho a la libertad, derecho a la propiedad – en el que toda propiedad es privada. De esta manera desaparecen las antiguas barreras que separaban a amos y siervos. Elimina todo privilegio – ley privada – y ya sólo existen ciudadanos con derechos iguales. A nadie se le puede perseguir o rechazar por su pertenencia étnica, por su raza, por su género, por sus convicciones o por su fe.

El Liberalismo o Capitalismo identifica que la mejor manera de sobrevivir, muy superior a la acción aislada del individuo, es por medio de la cooperación social basada en la división del trabajo y del intercambio comercial, que no se puede dar sin la institución de la propiedad privada. Es la división del trabajo y el intercambio comercial lo que hace del hombre, débil y físicamente inferior a la mayoría de los animales, el dominador de la tierra y el creador de las maravillas de la técnica.

El Liberalismo o Capitalismo libera al empresario productor para que emprenda de acuerdo a su mejor juicio y produzca lo que advierte o supone será demandado por el consumidor. Y también libera al consumidor para evaluar de acuerdo a su mejor juicio la utilidad que una nueva creación tenga para él. Puede así, elegir entre varias ofertas o por ninguna. Y su elección determina los precios –que no son lo que pide el oferente por su producto, sino el resultado de las valoraciones del comprador marginal y del oferente marginal que se abstiene de vender, y las valoraciones del vendedor marginal y las del potencial comprador que se abstiene de comprar, fijados y expresados en cantidades dinerarias – que informan al empresario productor de las mutaciones del mercado y de en donde debe acomodar los recursos, es decir, en que actividad productiva debe invertir para obtener ganancias.

El Liberalismo o Capitalismo hace posible la previa planificación de la acción mediante el cálculo monetario de los costes y beneficios esperados. El cálculo monetario – imposible en el socialismo pues depende de la propiedad privada y limitada en el mercantilismo por la distorsión de la información del mercado mediante la estabilización de precios – es la brújula que guía al hombre cuando se lanza a producir. Sólo es practicable en el marco institucional de la división del trabajo y de la propiedad privada de los medios de producción, o sea, dentro de un orden donde los bienes y servicios se compran y venden libremente contra un medio de intercambio comúnmente aceptado: el dinero.

El cálculo monetario alcanza su máxima perfección en la contabilidad de capital que indica al emprendedor el importe monetario de los medios de producción de que dispone, permitiéndole confrontar dicha cifra con los resultados de su acción en el mercado. Dichos resultados son los que le informan de las mutaciones que han registrado los negocios para apreciar los éxitos y los fracasos, las ganancias y las pérdidas. De esta noción del importante papel que juega el capital en el sistema de libre empresa es que éste deriva su nombre de Capitalismo, como lo observa Ludwig von Mises:

“Con el único fin de denigrar y desprestigiar el sistema de libre empresa, se le califica de régimen capitalista, de capitalismo. Sin embargo, se trata de un término que le cuadra perfectamente, ya que destaca el rasgo más característico del sistema, su principal excelencia, es decir, el papel que en él desempeña la noción de capital.” [Von Mises, Ludwig. La Acción Humana (Unión Editorial, Madrid, 2007) 278]

Sin embargo, no debemos olvidar de que lo que aquí discutimos es de teorías socio-políticas, es decir, de teorías normativas, que indican como deben interrelacionarse los individuos en una sociedad. En la realidad de toda esfera política económica apreciamos tan sólo una aproximación más o menos amplia al Capitalismo. Los países que más se acercan y aplican con más consistencia dicho sistema son los que crean más riqueza y gozan de un nivel más alto de vida, los que no, no.

El mercantilismo pues, es un sistema socio-político-económico de fuerte intervención Estatal en la economía, violando los derechos de algunos, privilegiando a otros, restringiendo la libertad de todos a emprender según su mejor juicio, y bastante ineficiente en la creación de riqueza para todos.

El Capitalismo, por el contrario, es un sistema socio-político-económico de abstención Estatal en la economía, permitiendo que el mercado funcione eficientemente comunicando por el sistema de precios las valoraciones de quienes en él participan, protegiendo los derechos individuales de todos, haciendo imposible todo privilegio, liberando a todos para emprender según su mejor juicio, y el más eficiente para la creación de riqueza para todos.

No debemos confundir pues, el mercantilismo con el Capitalismo.

Warren Orbaugh
@WOrbaugh
Guatemala

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: VIEJOS, NUEVOS CICLOS. . DESDE VENEZUELA

A propósito del tenaz extravío de Cuba, Nicaragua y Venezuela, y de los eventos electorales que agitan las aguas en la región, el desafío que plantea la defensa de la democracia luce más vivo que nunca. “Hasta ahora ningún salvador de la patria (…) ha resuelto la difícil ecuación de mantener las libertades individuales y mejorar el estado general de la población. De ahí que ante la imperfección de las democracias lo mejor sea luchar por su fortalecimiento”. Eso pide “reforzar a los partidos y reclamar mayor responsabilidad de las élites”, escribía Carlos Malamud en 2001, movido por una churchilliana fe en “el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás”. El optimismo no basta, sin embargo, y este disparejo siglo ha dado sobradas razones para despabilarse.

Es cierto que ese desencanto con la política que se hizo signo de los tiempos y la consecuente desmovilización del electorado, responden a múltiples causas. Pero en gruesa medida aparecen ligados al pobre desempeño económico de gobiernos surgidos y legitimados por el voto popular. Según CIDOB (abril 2022), América Latina es hoy la región más endeudada del mundo en desarrollo, con el mayor peso de la deuda externa en el PIB (77,6%). No extraña que muchos gobernantes democráticos acaben acá tragados por sus promesas y buenas intenciones, sorprendidos por la exigua eficacia de los mecanismos políticos para garantizar gestiones económicas exitosas.

Justamente: en ese ajetreo anodino, en la quiebra de las expectativas de bienestar, en la impericia para desmantelar las brechas sociales y la discriminación, la antipolítica divisa una grieta por la cual colarse, favoreciendo a populistas y radicales. El nuevo siglo destapó el trastorno, el regreso de taras que creímos extinguidas y cuya ofensiva se gestó al calor de los años del consenso de Washington. En el marco de la confrontación no-política, la trampa del remozado apego a antiguallas ideológicas que resultaron inmunes a la caída del muro de Berlín -el Socialismo del s.XXI, verbigracia- inhibió en muchos casos la posibilidad de acceder a una zona de síntesis izquierda-derecha. Sin ese centro político capaz de conjurar desequilibrios, (como el que en su mejor momento habilitó la socialdemocracia en Venezuela) el espíritu antidemocrático también se abrió paso sin mucho esfuerzo.

Pero con todo y sus ineludibles crisis, su desarrollo no-lineal, la desafección cívica y los asaltos del neopopulismo, la democracia parece resistir en la mayoría de países de Latinoamérica: voto, participación y alternancia mediante. Un singular péndulo que no deja ver distinciones programáticas claras entre izquierdas (ideológicas) y derechas (económicas), ha seguido oscilando en estos predios. De modo que de esa “marea rosa” que recorrió la región tras el triunfo de Chávez en 1998 y que cobró cuerpo con las victorias de Lula, Néstor Kirchner, Evo Morales, Tabaré Vázquez, Correa y Fernando Lugo, pasamos a una fase de gobiernos de signo opuesto en países como Argentina, Uruguay, Chile, Brasil. El “coco” de la izquierda retrógrada, autoritaria y militarista que se atornilló en Venezuela bajo la seña del chavismo, dejaba un amargo sabor. Estos gobernantes que se declararon enemigos del populismo, no obstante, no se anotaron mayores triunfos a la hora de resolver los consabidos bretes de desigualdad e inclusión que desbancaron electoralmente a sus antecesores; no consolidaron proyectos políticos sostenibles y fueron más bien sobrepasados por la impotencia reformista. Inequidad, protestas, estallidos sociales, irresolución, polarización, pandemia: todo ello ha ido sumando a un cuadro que desnuda la fragilidad de los Estados y la inelasticidad de las demandas. En respuesta, los nuevos procesos electorales (Perú, Chile y, en especial, el triunfo de Petro, un ex militante del M-19, en Colombia), los que ya se han celebrado (Argentina, México) y los que vendrán (Brasil) anuncian otra ola de gobiernos progresistas. ¿Qué esperar de ellos, esta vez?

Para la región “la década de 2010-2020 fue de deconstrucción, a diferencia del decenio de 2000 al 2010, que fue de construcción”, apunta el más reciente informe de Latinobarómetro. ¿Qué trae esa izquierda que superó el tifón? Es temprano para pronosticarlo, un examen que además se complica cuando el bagaje propio amenaza con sus sesgos. Pero hay que decir que tal retorno ya trajina con pesos distintos a los de los años 2000. El periodo inicial “de construcción” se ató a la azarosa bonanza que vino con el aumento del precio de los commodities, marcando los pulsos de gestiones sometidas al reto de armar una representación sustantiva, que trascendiese la coyuntura. En ese sentido, unos fracasaron magníficamente; otros, lograron sobrevivir. La vuelta al poder, precedida por reveses y aprendizajes, hoy reta a un progresismo con recursos finitos y paradigmas agotados, inmerso en la incertidumbre global que desata la guerra en Ucrania y la ambigua rivalidad EEUU-China. Enfrentado además a una aguda crisis de la política y al descreimiento de sociedades al límite, poco dispuestas a dar cheques en blanco. Forzado, por ende, a la moderación, al diálogo democrático y la cooperación. El pragmatismo se impone, no los vapores ideológicos; y es probable que estos nuevos-viejos actores así lo entiendan.

En medio de ese periplo, ¿qué espera a Venezuela? 2024 sigue cebando los apetitos de cambio real. Allí donde los idearios se han vuelto tan difusos, construir un espacio político para gestionar los antagonismos asoma una vía. Las certezas no cunden, eso sí. Apenas sospechamos que la supervivencia y calidad de la democracia no sólo dependerán de gobiernos casados con sus principios y procedimientos. También de oposiciones leales a ese sistema imperfecto pero mejorable: oposiciones beligerantes, no complacientes y sí sensatas, dispuestas a ocupar un terreno de lucha que no pretende la destrucción del Estado, sino su evolución dentro de las inequívocas reglas del juego democrático.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela

VICENTE BRITO: EL PETRÓLEO ADQUIERE SU VERDADERA IMPORTANCIA GEOPOLÍTICA. DESDE VENEZUELA

Las grandes reservas de petróleo en nuestro subsuelo adquieren importancia geopolítica, impulsada por la escasez de combustible fósil causada por las sanciones impuestas a Rusia al invadir militarmente a Ucrania.

La ubicación geográfica de nuestro país, así como las grandes reservas de hidrocarburos que tenemos, han vuelto a colocarnos en un destino conveniente para atraer inversionistas para la producción de petróleo que se ha convertido en un gran negocio; las empresas que se dedican a esta actividad han vuelto a adquirir una alta rentabilidad y a la vez son una fuente generadora de ingresos fiscales para los países productores.

Los combustibles fósiles adquieren importancia geopolítica y económica, ya que constituyen la principal fuente de energía en el mundo, es la que produce más electricidad, así como la producción de fertilizantes para lograr mayor cantidad de alimentos cuya demanda es creciente. Todos los transportes: aéreo, marítimo, terrestre utilizan la energía proveniente del petróleo. Las industrias químicas tienen un crecimiento sostenido en el desarrollo de productos y componentes que están presentes en cada una de las necesidades de las industrias y comercios del mundo. El desarrollo de nuevas tecnologías para reducir las emisiones de contaminantes, producidas por el consumo de petróleo y sus derivados, avanza a pasos acelerados. Lo cual va a garantizar su permanencia en el tiempo.

Se observa una nueva estrategia de parte de países como Estados Unidos y Europa, que ven a Venezuela como un país necesario para garantizar las necesidades de petróleo para su consumo y a la vez ha permitido gestionar un nuevo esquema de diálogo y entendimiento político entre los distintos actores que faciliten soluciones a las propuestas de los voceros políticos, sociales y económicos. Que nos permita avanzar en fortalecer el desarrollo político y democrático al lograr los acuerdos que están planteados.

Es el deseo y aspiración de los ciudadanos en un marco de amplitud y tolerancia. 

Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución
Venezuela