lunes, 21 de febrero de 2022

ACTUALIZACIÓN EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, LUNES 21/02/2022,

 

AQUÍ TITULARES DE HOY LUNES 21/02/2022, DIARIO DE OPINIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, PARA LEER PULSA SOBRE EL TITULAR

 

MARYCLEN STELLING: INCREDULIDAD

Últimamente se percibe en la ciudadanía un clima de incredulidad y desconfianza política, que se expresa por diferentes medios y de manera rotunda en las redes sociales.

En algunos casos se presenta como falta de fe ante la dificultad de creer en la política y políticos y, en situaciones extremas, bajo la forma de repugnancia. Suerte de desprestigio relacionado con el desgaste de la polarización, las dificultades para consolidar el dialogo, más la rutinización del enfrentamiento y los deseos de anular o eliminar al otro por diversos medios. Sin obviar las derivas que, en algunos casos, ha tomado el poder concebido como un logro o posición personal susceptible de ser transferido a familiares, quienes supuestamente estarían “capacitados” para continuar la línea de poder. El poder entendido y ejercido en calidad de legado.

Los intereses de partidos y políticos parecerían estar entonces por encima de los de la ciudadanía. Confrontamos la “profesionalización” de la política, en tanto forma de vida que además resuelve el problema económico. Fenómeno que causa tres anomalías”: menor representatividad; mayor oportunismo y mayor dependencia, conduciendo a la consolidación de las relaciones de subordinación. Y, tal como está sucediendo, genera una profunda desconexión entre los políticos, preocupaciones e intereses con la ciudadanía a la cual supuestamente representan. Oportuno preguntarnos ¿Se está fortaleciendo la polarización? ¿Los intereses de los dos frentes políticos están por encima de los de la ciudadanía? ¿Se consolida la política como una forma de vida? ¿Se estará profesionalizando? Camino de dudas que engendra en la ciudadanía otras angustiosas interrogantes. ¿En quién creer? ¿A quién respetar? ¿Vivimos en un entorno de incredulidad y desconfianza?

Llegamos a un punto donde impera una gran distancia entre políticos y ciudadanía, prevalece la incomunicación y una pobre interinfluencia. Suerte de quiebre político-comunicacional que favorece a unos y castiga a otros. Difícil etapa en la que se fortalecen y posicionan la incertidumbre, la desconfianza y la incredulidad, suerte de repugnancia o dificultad en creer y que ha sido calificada de “peste política”.

Aun cuando se nos han roto vivencias y realidades, creer es necesario.

Maryclen Stelling
maryclenstelling@gmail.com
@maryclens
@UNoticias
Venezuela

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ: LATINOAMÉRICA SANGRANTE

En el barrio Barra Funda de la atronadora Sao Paulo, se encuentra el Memorial de América Latina un gran auditorium para varias decenas de miles de personas, diseñado por el genial arquitecto Oscar Niemeyer. Al frente del Metro, la escultura de una mano gigante, cuya palma tenía una mancha de sangre con la forma del mapa de Latinoamérica. Las venas abiertas de América latina (1971) de Eduardo Galeano, seductoramente escrita, inspira esta sublime interpretación de la historia. Su autor la forjó de metales comunes: equivocaciones, mitos, fanatismo, resentimientos históricos y distorsiones de la realidad, una guía para la acción que lleva medio siglo de sembrar indigencia intelectual y de la otra. Aunque al final de su vida, Galeano la repudió, para nadie es negocio darse por enterado. Es la versión masiva de la teoría de la dependencia que en los setenta replantea los problemas de América Latina en términos de comunismo duro, para descubrir que la felicidad vendría luego de la “ruptura de la relación neocolonial” con el “capitalismo” a la manera de Fidel Castro.

Su hermana mayor era “la teoría del desarrollo” de Cepal, con varios puntos en común: repudio “administrado” a los capitales nacionales y extranjeros, que aceptaba con asco, mientras “la dependencia” los execraba. Ambas concebían que “el desarrollo” debía ser con capitales del Estado, empresas “estratégicas” bajo control nacional. Cepal recomendaba controles de cambio, precios y comercio exterior para subordinar las inversiones privadas, a regusto del populismo y el progresismo; y la segunda, manejo total de la economía por gobiernos revolucionarios. La sustitución de importaciones cepaliana pretendía superar la exportación de productos primarios, que había hecho de Latinoamérica una sociedad pujante, para crear industrias “nacionales dirigidas al mercado interno”, principalmente cerradas a la competencia extranjera. Nacieron industrias no competitivas, ineficientes, sustentadas por subsidios del gobierno, que no producían ingresos en divisas, sino al contrario monstruosos endeudamientos nacionales para sostenerlas.

A la entrada de los 80, los países llegaron a niveles extremos de empréstitos para mantener semejantes parásitos, con hiperinflaciones, hiperdevaluaciones, pobreza, desempleo, estancamiento. En 1982, México y luego Argentina y Brasil declaran default, vulgar bancarrota, y estalló un volcán que puso en peligro a Latinoamérica y el sistema financiero mundial. Debían 330 mil millones de dólares, tres veces el valor de las exportaciones. Los irresponsables causantes del desastre, cuyos colosales errores crearon una crisis mundial, ahora se frotaban las manos por “el fin del capitalismo”. Y se defienden atacando, atribuyen los daños, no a Cepal… ¡sino a los bomberos del FMI! que apagan el incendio. La izquierda crea su Golem, el “neoliberalismo”. El sabio Pablo Iglesias dijo que Galeano “le había dado voz a Latinoamérica”. Ciertamente, dejaron una huella profunda Darcy Ribeiro, Theotonio Dos Santos, Enzo Faletto, Ruy Mauro Marini, Octavio Ianni, Tomás Vasconi, André Gunder-Frank, Carlos Lesa, Aníbal Quijano, Vania Vambirra, Martha Harnecker, junto a Prebisch, Helio Jaguaribe, Oswaldo Sunkel, Celso Furtado y Alonso Aguilar.

Tan profunda que las venas abiertas no terminan de cerrar y todavía muchos profesores, estudiantes, sindicalistas, políticos, empresarios e intelectuales, inconscientemente, como el personaje de Moliere que hablaba en prosa y no lo sabía, se refieren al “neoliberalismo” y las “expropiaciones” como si las experiencias de Latinoamérica de los 80, Cuba y Norcorea, por un lado, y su antítesis China, Vietnam, Indonesia, Laos, Brunei, Malasia, Singapur, Japón, Australia y Surcorea de hoy, por el otro, no existieran. Latinoamérica en los 80 sale de la crisis gracias al FMI, en lucha agónica contra la izquierda más estúpida del planeta que quiso sabotearlos para liquidar el sistema capitalista (a la chilena ya la vimos en acción en 1973 y la seguimos observando). Luego, el cadáver insepulto del cepalismo regresa en la hermética cabeza de Caldera y más tarde el criptofidelismo económico de Giordani y Ramírez.

Los estragos de las “sanciones económicas” globales, permitiría entender que lo que “subdesarrolla”, es si y solo si, la ausencia de inversiones internacionales. Según el pensamiento anacrónico que revelan los debates en la “constituyente” chilena, hubiera ido mejor si nadie nos conociera nunca, como algunas tribus del Amazonas que viven en la Edad de Piedra. La lucha es contra la sociedad abierta, los factores modernos y productivos, para cerrarla al estilo soviético o africano, expropiaciones o nacionalizaciones, sin registrar lo ocurrido con el comunismo de Galeano. Lejos de ser una lucha contra el atraso latinoamericano es contra su avance y algunos tontos todavía cuestionan abiertamente la modernidad. La “dependencia” ni el cepalismo nunca pudieron responder por qué EEUU y Canadá, tan dependientes como Cuba o Nicaragua en su momento, son hoy grandes potencias mundiales. Tampoco por qué Venezuela se hundió en medio de los mayores precios históricos del petróleo y, la una vez desarrollada Argentina, hoy es pasto de la improductividad, corrupción, pobreza, y clama por el FMI.

Carlos Raul Hernández
carlosraulhernandez@gmail.com
@CarlosRaulHer
@ElUniversal
Venezuela

SIGFRIDO LANZ DELGADO: CONSPIRADORES Y CONSPIRACIONES, INFORTUNIO VENEZOLANO. CAP.II. LOS CONSPIRADORES CIERRAN FILAS ANTE EL DERROCAMIENTO DEL DICTADOR

Cap.II. Los conspiradores cierran filas ante el derrocamiento del dictador

Y así, en medio de este caos, arribamos al 23 de enero, el día cuando el dictador se vio obligado a renunciar, producto de las presiones y circunstancias adversas que ese día se desataron. En el seno de la corporación militar se mantuvieron alerta los diferentes grupos aspirantes a mantener en sus manos el control de la situación. Los militares leales al dictador fueron los primeros que salieron a dar la cara en defensa de su jefe y su gobierno. Un grupo de estos se presentó en el palacio de gobierno donde se refugiaba el presidente y le solicitaron su autorización para actuar y “aplastar a sangre y fuego la rebelión. Sólo le pedimos un plazo de dos horas (expresó el vocero del grupo). A las cuatro de la madrugada estaremos aquí para informarle que la misión ha sido cumplida”. La solicitud fue denegada por Pérez Jiménez. El asistente del general, teniente coronel, Carlos Pulido Guerra, fungió de intermediario entre el presidente y el grupo de militares leales allí presentes. Entra y sale varias veces del despacho presidencial. Hasta que finalmente informa al insistente grupo militar: “El general les manda otra vez las gracias, que nunca los olvidará que la orden que les da es que cada uno de ustedes se reintegre a sus unidades y espere los acontecimientos”. Pocos minutos después de las tres de la madrugada del día 24 de enero sale del país el general Pérez Jiménez acompañado por su esposa e hijas, y de un pequeño grupo de allegados. El avión en el que escapa se dirige a República Dominicana donde el dictador Rafael Leónidas Trujillo lo espera para darle refugio.

Para la corporación militar, la caída de Pérez Jiménez no significaba que sus efectivos renunciaran al control de la dirección política del país. El derrocamiento de su colega era una circunstancia especial, un hecho previsible y probable. Lo que no era previsible ni probable ni mucho menos aceptable era que ellos perdieran la conducción de los destinos del país. Demasiado tiempo tenían haciendo esto para que lo entregaran sin rechistar. Además, en los hechos del 23 de enero los militares jugaron un rol sobresaliente. Tales hechos fueron en verdad “la suma de varias

conspiraciones, que sólo al final pudieron coordinar sus acciones, y como no encontraron oposición fue creciendo y casi sumó a toda la institución armada, incluidas sus más altas jerarquías (…) Los oficiales superiores de las cuatro fuerzas apoyan la integración de la Junta, donde se han conservado los principios de jerarquía y antigüedad” (Eleazar Díaz Rangel1998. 231).

Por ese papel preponderante de los uniformados en los acontecimientos fue que la conformación de la primera Junta de Gobierno, constituida a las cuatro de la madrugada del día 24 de enero, una hora después de la huida de Pérez Jiménez, la integraron militares exclusivamente. La poderosa influencia de la corporación armada se hizo sentir en esa hora crucial de la historia venezolana. Sus pretensiones de permanecer hegemonizando el poder político del país se pusieron en evidencia sin ambages en ese momento. Allí estaban para demostrarlo los cinco miembros de las fuerzas armadas venezolanas seleccionados para gobernar el país: por la Marina, su Comandante en Jefe Contralmirante Wolfgang Larrazábal; por las Fuerzas Armadas de Cooperación, su comandante el coronel Carlos Luis Araque; por la Escuela Superior de Guerra, el coronel Pedro José Quevedo; además de los coroneles Roberto Casanova por el Ejército y Abel Romero Villate por la Aviación, estos dos últimos connotados pérezjimenistas.

Nadie más fue considerado. Nadie más fue tomado en cuenta. La corporación militar asumió los hechos que condujeron al derrocamiento de Pérez Jiménez como un golpe de estado militar y sus efectivos actuaron en consecuencia. Sustituyeron al militar derrocado, por otro gobierno integrado por cinco hombres suyos. Así, con ese criterio exclusivista lo hicieron a pesar de la relevante participación que en las acciones conducentes al derrocamiento de Pérez Jiménez tuvieron otros sectores sociales, como fueron los estudiantes, el liderazgo de los muy golpeados partidos políticos, la iglesia católica, los empresarios, los sindicatos y gremios. Pero ninguno de estos fue invitado al negocio. Los eternos mandantes del país no tenían en sus planes compartir con ningún civil del país la conducción del gobierno nacional.

Esa madrugada del 24 las reuniones se multiplicaron en Caracas. En Miraflores se reunió un grupo militar; en la Planicie, sede del Estado Mayor, otro grupo de estos;

en la Escuela Militar otros uniformados; en el Paraíso, sede de la Comandancia de las FAC, otro grupo de oficiales; y en la sede de Radio Caracas Televisión se reunió un grupo conformado por líderes políticos, encabezado por el Presidente de la Junta Patriótica, Fabricio Ojeda. La composición del nuevo gobierno era el tema central que se abordaba en todos los casos, pero los grupos militares aventajaban a cualquier otro para decidir efectivamente al respecto. En primer lugar, como gobernantes del país gozaban de una situación privilegiada en el manejo de información y en el monitoreo de los acontecimientos que se desarrollaron ese día; tenían vasta experiencia en golpes de estado y sabían cómo manejarlos; no tenían escrúpulos para actuar y tomar decisiones contrarias al deseo e interés mayoritario de la población. Y con todos estos elementos a su favor actuaron primero que cualquier otro sector y se instalaron en Miraflores.

Pero, esa composición del nuevo gobierno, con presencia incluso de consabidos pérezjimenistas, generó descontento e inconformidad tanto en el seno de las fuerzas armadas, como en el amplio sector democrático ligado a los partidos políticos, integrados en la junta Patriótica. Estos temían con razón que ese gobierno juntista, salido de un conciliábulo exclusivamente militar, remozado con nuevas caras, fuera continuidad del viejo régimen dictatorial. Por tanto, la protesta de este sector no se hizo esperar. Redactan entonces un manifiesto que su Presidente hace público el mismo día 24 de enero. La parte sustantiva de este documento decía lo siguiente: “Para que se consolide la confianza y se consolide el júbilo de los primeros momentos de este memorable 23 de enero, es indispensable que el gobierno provisional esté constituido por verdaderos exponentes de las nuevas corrientes civiles y militares, sin figuración alguna de quienes predican tener responsabilidad como lugartenientes del pérezjimenismo fenecido” (Historia Gráfica de Venezuela. Caracas, Tomo IV, 1963. P 27).

La presión pública surte efecto y a media mañana del día 24, luego de reuniones, negociaciones, amenazas, presiones, manifestaciones populares, son expulsados de la Junta los militares Romero y Villate, quienes saldrán del país en las horas siguientes, pertrechados cada uno con la suma de cien mil dólares entregados por

el gobierno entrante, justificados en ese momento, por los servicios prestados a la nación por ambos militares. Para llenar el vacío dejado por ambos uniformados fueron designados Eugenio Mendoza y el ingeniero Blas Lamberti, dos hombres ligados al mundo empresarial venezolano. Con esta nueva composición interna la Junta consigue el respaldo militar y civil mínimo necesario para iniciar su gestión de gobierno, que no estará exento de amenazas de golpe, de sobresaltos, de incertidumbre. En esa Venezuela personalista, caudillesca, militarizada, carente de instituciones democráticas, era previsible que también esta Junta sufriera las embestidas de los abundantes conspiradores que pululaban en el seno de la corporación militar.

Sigfrido Lanz Delgado
siglanz53@yahoo.es
sigfridolanz1953@mail.com
@Sigfrid65073577
Venezuela

VICENTE BRITO: LA ESTRATEGIA GEOPOLÍTICAMENTE ALTERNATIVA A LAS SANCIONES

Lo observado en los distintos pronunciamientos oficiales realizados en los últimos días, nos indica que se impone una nueva estrategia geopolítica como alternativa a las sanciones.

La de mayor impacto fue el pronunciamiento de apoyo a Rusia en su confrontación con Ucrania y la OTAN. Lo cual es una demostración evidente al asumir esta posición de crear una nueva alianza geopolítica que compromete a nuestro País, en esta compleja confrontación existente en la Europa Oriental.

Con esta estrategia se busca deslindarse de cualquiera de los países que han venido siendo críticos de las políticas públicas o han aplicado sanciones; a las cuales la vocería oficial denuncia como los responsables de las limitaciones e inconvenientes que afecta a la nación Venezolana. Como ejemplo están los apoyos recibidos de Irán para sostener la producción de petróleo, de China con la compra de petróleo y los programas de financiamiento aprobados de Rusia, aparte de financiamiento para la adquisición de equipamiento necesario en la industria petrolera y las Fuerzas Armadas, etc.

Algunos analistas del área económica y política, consideran que las sanciones solo han beneficiado la estrategia oficial. Que muchas de las inconveniencias que nos afectan son causadas por la aplicación de estas y lo más importante que la deuda externa se paralizó y con ello las negociaciones de pago, lo cual, le ha permitido al sector oficial disponer de recursos para cubrir con mejor holgura las necesidades del día a día.

No hay duda que está nueva fase de la estrategia geopolítica implementada, nos compromete al apoyar a Rusia en sus diferencias con Ucrania y la OTAN. Para el sector oficial está alianza fortalece a nuestro País al asumir este compromiso, dejando a un lado nuestras alianzas tradicionales con Europa, Estados Unidos de América y los otros países del continente con los cuales asumimos posiciones comunes en los últimos 113 años, desde que el petróleo se convirtió en la principal fuente de ingresos para los venezolanos.

Hoy el País observa y se pregunta, adonde nos conduce esta estrategia geopolítica como alternativa a las sanciones impuestas. Cuales deben ser evaluadas y rectificadas según las observaciones realizadas por voceros de los sectores económicos y políticos; para de esa forma evitar una mayor radicalización de las distintas posiciones asumidas por las partes. Y en definitiva, en las que los ciudadanos sientan soluciones inmediatas a la complejidad en la cual nos encontramos sometidos.

Vicente Brito
vicent.brito@gmail.com
@vicentejbrito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución
Venezuela

ENRIQUE PRIETO SILVA: ¡LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS MILITARES!ORGÁNICOS

Presenciamos el conversatorio en Analítica intitulado “Los DDHH de los militares presos”. Sumamente interesante dada la calidad de los exponentes, a quienes debemos reconocer su valiosa y desinteresada dedicación a la defensa de estos ciudadanos venezolanos, obviamente con mucho interés, ya que constituye uno de los graves problemas surgidos a partir del chavismo, que creó incertidumbre en todas las instituciones de Venezuela.

¡Loas al tratamiento de los derechos humanos de todos los ciudadanos!, y en este caso, como es el fondo del conversatorio, quisiéramos abordar y discutir algunos conceptos emitidos en él, que entran en el presente a disquisición, toda vez que han sido puntos controversiales en el tratamiento de la juridicidad que se deriva de querer diferenciar o discriminar los derechos humanos atendiendo, como en este caso al sujeto militar. En este sentido, hemos sido críticos de esta discriminación, por cuanto hoy día hay una confusión razonable sobre estos y otros derechos, dada la constitucionalización de la justicia militar. Para muchos, una novedad incomprensible, para otros un equívoco, pero para el interprete del derecho, una realidad ineludible.

Ejemplarizando, comentamos que en fecha reciente apareció la información del reclamo de la defensa en juicio de varios ciudadanos, por la “aplicación de la justicia militar a civiles”. Este ha sido un acto repetitivo, que requiere insistir para aclarar la situación jurídica involucrada en el asunto, y que pareciera no ser entendida por muchos abogados, quienes sin malicia tratan de imponer su criterio errado ante tribunales de alzada, toda vez que en tribunales de su causa revierten sus aspiraciones defensivas.

Para muchos, causó extrañeza, la “Sentencia de la Sala Constitucional que establece, con carácter vinculante, que la condición civil ostentada por un ciudadano detenido obliga a los Tribunales en Funciones de Control Penal Militar a motivar su competencia, sin que se requiera solicitud de parte interesada”. Es una decisión extraña para algunos, sin embargo, lo consideramos un acto conveniente en la situación planteada, ya que el hecho en sí, aparte de ser de necesidad procesal, intuye la precisión de conocer la novedosa materia militar surgida con la aparición del artículo 261 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; materia desconocida por muchos y por otros mal interpretada, lo que ha dado origen al asombro tanto en procesados como en sus defensores; y, pareciera ser un tema difícil de engullir por versados juristas.

En el caso que comentamos y que da origen a este escrito, la defensa de varios ciudadanos expone: “(…) a mis defendido (sic) se les imputa la comisión de delitos militares sin ser militares,…”. Aquí, cabe comentar el equívoco de creer que solo el sujeto militar (ciudadano perteneciente a la FAN) puede cometer un delito militar,

confundiéndolo con una infracción del derecho disciplinario militar, que si es una normativa exclusiva para militares en servicio activo y personal de reserva activada.

Igualmente, en el Código de Justicia Militar, hoy en discusión por su vetustez y retardo en su reforma, en el artículo 123 se calificaban como delitos militares, los delitos comunes cometidos por militares, en instalaciones militares, o con motivo de comisiones del servicio militar; es decir, se institucionalizaba con fuerza el fuero militar en decadencia; de aquí la práctica de enjuiciar siempre a un militar por los tribunales militares; situación que cambió radicalmente con el referido artículo 261, toda vez que éste establece que la jurisdicción penal militar es exclusiva para enjuiciar los delitos de naturaleza militar, y que, los delitos comunes, las violaciones de los derecho humanos y los crímenes de lesa humanidad serán enjuiciados por los tribunales ordinarios; pero a pesar de la claridad de este artículo, han surgido dudas y equívocos, como el querer entender, que esta justicia es solo para militares, y en contrario, los tribunales militares han creído que pueden juzgar a cualquier persona por la comisión de delitos supuestamente militares, que figuran en el código de justicia militar, pero que, a tenor del contenido del artículo 261 y la doctrina, no se corresponden a la naturaleza militar. Es este el principal motivo de la confusión en materia de justicia militar.

Nosotros, desde hace tiempo venimos ilustrando sobre el tema, tanto a nivel de cátedra, como en el ejercicio y en la publicación mediática; y en este sentido, hemos dicho, que el delito militar es la infracción contra los principios, valores y normas morales surgidas del nacionalismo de un Estado, lo que es fácil de comprender, si entendemos que lo militar es el fundamento de la guerra y la guerra la normaliza cada Estado para su conveniencia, que obviamente es contraria a la norma de otros Estados, que pudieran ser contendores. No obstante, no debemos confundirnos con el llamado Derecho de Guerra o Leyes de la Guerra, que son normas que regularizan los procedimientos y las armas a usarse en una conflagración, para evitar la barbarie, surgiendo así el Derecho Humanitario de Guerra.

De esta circunstancia nacionalista del derecho militar, surge el tratamiento interno del derecho penal militar venezolano o justicia militar, que si bien ha adolecido de muchas interpretaciones y usos inconstitucionales no apegados al derecho, desde 1999 con su inclusión en el artículo 261 de la Constitución, que no ha sido claramente interpretado por muchos, se definen y estatuyen normas que antes estaban dispersas o con concepciones sesgadas en el hoy vetusto código de justicia militar.

En el caso que comentamos, la argumentación de la defensa entra en desacuerdo con la doctrina cuando expone: “…muy respetuosamente solicité al Tribunal declararse incompetente por la materia, so pena de incurrir en violación al derecho de mis defendidos de ser juzgados por su juez natural y al debido proceso conforme a lo establecido en el artículo 49.4 y 49.1 de la Carta Magna, es decir, que si no declinaba

estaba juzgando unos ciudadanos sin ser su juez que natural;…”. Yerra la defensa, por cuanto confunde la doctrina del juez natural, que conforme al texto constitucional es el juez competente en la jurisdicción ordinaria o especial según el delito (Art. 49.4 y 49.1 CRBV)

En este caso, tratándose de un delito militar el juez especial competente es el juez militar. Aquí es oportuno referir, que tiende a confundirse la jurisdicción especial penal militar, con la jurisdicción disciplinaria militar, hoy contenida en la Ley de Disciplina Militar. Un delito militar puede ser cometido por cualquier ciudadano, y no debe confundirse con la infracción disciplinaria militar que solo puede cometerla un militar en servicio activo.

Al Derecho militar y al ejercicio de la Justicia Militar no se les ha dado la importancia que requieren. Desde 1999, se produjo un complejo anárquico jurídico, al cual no se le ha prestado el interés que requieren dentro de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN), por ignorancia y equivocación científica, y duele decirlo, la generalidad militar conviene en entender el derecho militar a su manera, acumulando notas y repeticiones doctrinarias que se propugnan en los centros de estudio militares, generalmente desfasadas de la realidad, promovidas por mandos incipientes que comulgan con la tradición y la costumbre.

Si entendemos el contenido del referido artículo 261 de la Constitución al referirse al denominado Poder Judicial y del Sistema de Justicia señala que, “La jurisdicción penal militar es parte integrante del Poder Judicial,.. La comisión de delitos comunes, violación de derechos humanos y crímenes de lesa humanidad, será juzgada por los tribunales ordinarios. La competencia de los tribunales militares se limita a delitos de naturaleza militar.”

No hay dudas de la constitucionalidad de la Justicia Militar como parte del Poder Judicial y del ámbito de su competencia, limitada a “delitos de naturaleza militar”, pero se presenta la duda, cuando tenemos que entender lo que es la “naturaleza militar del delito”, siendo aquí donde surge el mayor problema, ya que a la fecha, no se ha precisado este concepto, por lo que se asumen interpretaciones caprichosas y especulativas, de donde se origina el problema en discusión.

Enrique Prieto Silva 
enriqueprietosilva@yahoo.com
@Enriqueprietos
Venezuela

RAUL AMIEL: PERSPECTIVAS DEL LIBERALISMO EN LA VENEZUELA REPUBLICANA

220F Un domingo cargado de efemérides muy sentidas. 20 de febrero de 1859: Día de la Federación. Estalla La Guerra Federal. 20 de febrero 1917: Natalicio de Juan Vicente Torrealba. 20 de febrero 1938: Inauguración de la sede del Museo de Bellas Artes, en Caracas. 20 de febrero: Día Mundial de la Justicia Social. 20 de febrero de 2017: muere Sofía Imber.

Valga el celebrativo del Día de la Federación para esta nota de hoy. Que mas que una crónica es una proclama.


La frase Dios y Federación es considerada como el tradicional lema de Estado de Venezuela. Fue la divisa de los rebeldes federalistas durante la Guerra Federal, y fue incluida en el Escudo Nacional al término de dicho conflicto. Los liberales eran conocidos con el nombre de federalistas ya que el federalismo y la autonomía de las provincias eran sus reivindicaciones principales. La Toma de Coro el 20 de febrero de 1859 fue el hecho que dio inicio a la Guerra Federal. El comandante Tirso Salaverría ocuparía el cuartel de Coro, apoderándose de unos 900 fusiles Minié. Al día siguiente lanzaría el Grito de la Federación. Luego en marzo desembarcaría en Coro Ezequiel Zamora junto a los demás líderes federales. Cuatro años más tarde se da la firma del Tratado de Coche en abril de 1863 significó el triunfo del bando liberal y su acceso al poder.




El republicanismo es una ideología y una teoría política. Como ideología, pretende gobernar una nación con una república, es decir, como una "cosa pública" o un asunto que compete a toda la ciudadanía y no solo a una determinada clase social o a unas élites. Busca también un sistema político que protege la libertad y especialmente se fundamente en el derecho, en la ley como expresión de la voluntad soberana de los ciudadanos en la que no puede sustraerse nunca un gobierno legítimo.

El liberalismo es también una doctrina política y además, económica y social que defiende la libertad individual, la igualdad ante la ley y una reducción del poder del Estado.

Ambas definiciones aceptadas universalmente.

Yuxtapuestas y caracterizadas en un movimiento de participación política. Representan la concepción histórica de la libertad republicana para enmendar la situación actual en nuestra Nación con una propuesta inédita e inmediata.

Lo que en particular queremos expresar es la relación entre ambos contextos, tanto en su dimensión conceptual-normativa, como en su aplicación político-positiva.

La innovación política y el cambio en el significado de las palabras en política van de la mano. Las palabras que se unen al circuito del lenguaje político cambian a lo largo de la historia, adquieren nuevos significados y pierden otros. A veces, después de largos períodos de letargo, son recuperados con significados que difieren del original. Y entonces toman nuevos significados y están sujetos a reorientaciones teóricas y doctrinarias. Las palabras en el lenguaje político cambia su significado y, como tal, gana nuevos usos que terminan teniendo implicaciones radicales en la historia de las ideas, el pensamiento y la acción política. Como regla, tales cambios son lentos y graduales. Sin embargo, a veces, en momentos de gran densidad política vinculada a eventos evolutivos de gran alcance o relevancia extrema que cambian el debate político y le hace más intenso; tales cambios conceptuales surgen más rápidamente y están manifiestamente más visibles.
Por ello, decimos que a los liberales nos llegó la hora de tomar la palabra.

La propiedad del lenguaje es una parte importante de ganar batallas políticas. En ello, los liberales debemos prestar mucha más atención a las palabras y al encuadre, esos esquemas de interpretación en los que se basan los individuos para entender y responder a los eventos cívicos sociales, los cuales, tienen una valía imprescindible para la gente en una sociedad democrática; si es que queremos avanzar en las preferencias ciudadanas.

Entendemos que las responsabilidades se destacan como un ideal de libertad. Un ciudadano en una república actúa y participa en la comunidad para poder verse a sí mismo como autor y receptor de la ley y el orden. La república debe ser una realidad cívica.

El estado liberal se originó en una búsqueda de modus vivendi, al expresar la creencia de que hay muchas formas de vida en las que los humanos pueden prosperar. Entre estos hay algunos cuyo valor no se puede comparar. Donde tales formas de vida son rivales, ninguno de ellos es el mejor. Las personas que pertenecen a diferentes formas de vida no necesitan estar en desacuerdo. Pueden ser simplemente diferentes. El liberalismo se caracteriza por maximizar la libertad y minimizar el poder del Estado. Fomentando el empoderamiento ciudadano. Transformación con la cual se delega a los individuos, comunidades o grupos sociales un conjunto de instrumentos institucionales para aumentar su fortaleza, mejorar sus capacidades, acrecentando su potencial para la Vida, la Libertad y la Propiedad.

A este tenor de la proclama, en que confiamos nuestras creencias los republicanos liberales y cuales son nuestras perspectivas. Sería la pregunta a formular. Invitándolos a su consolidación y a trabajar por el bien inestimable de la unión nacional y la felicidad de la patria.
Seamos los Emprendedores del Porvenir que postulamos la idea, principios y valores de estas afirmaciones.

● Creemos en la libertad y la responsabilidad individuales como valores supremos de la comunidad.

● Creemos en la importancia de la tolerancia y en la aceptación de las diferencias y la pluralidad como virtudes esenciales para preservar la convivencia pacífica.

● Creemos en la existencia de la propiedad privada, y en una legislación que la ampare, para que ambas _ libertad y responsabilidad _ puedan ser realmente ejercidas.

● Creemos en la convivencia dentro de un Estado de Derecho regido por una Constitución que salvaguarde los derechos inalienables de la persona y en la que las leyes sean neutrales y universales para fomentar la meritocracia y que nadie tenga privilegios.

● Creemos en que el mercado _un mercado abierto sin controles de precios y en sana competencia, regidos por la oferta y la demanda con ciudadanos consumidores exigentes de la calidad y su mejor justiprecio_ es la forma más eficaz de realizar las transacciones económicas y de asignar recursos. Al menos, mucho más eficaz y moralmente justa que la arbitraria designación de ganadores y perdedores que se da en las sociedades colectivistas diseñadas por supuestos “gurús sociales” y dirigidas por capataces.

● Creemos en la supremacía de una sociedad civil formada por ciudadanos, no por súbditos, que voluntaria y libremente segrega cierto tipo de Estado para su disfrute y beneficio y no al revés.

● Creemos en la democracia deliberativa como método para la toma de decisiones colectivas, con garantías de que los derechos de las minorías no puedan ser atropellados.

● Creemos en que el gobierno _mientras menos, mejor_, siempre compuesto por servidores públicos, totalmente obediente a las leyes, donde deben rendir cuentas con arreglo a la ley y estar sujetos a la inspección constante de los ciudadanos.
Estamos construyendo una nueva dimensión de la acción política para solventar un conflicto, de por si, ya en un nivel colindante en lo paupérrimo, en lo económico, moral y social. Del oprobio e inopia donde se encuentra sumergida nuestra patria. Saldremos. Tenemos con que y vamos con todo. Un Nuevo Ideal Nacional para la Nueva República en la Venezuela Posible con Bienestar en Libertad.

Desear, soñar y pensar en grande es sin duda una de las herramientas que podemos usar para crear nuevas realidades. El cambio empieza por ti.

Recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!

Raúl Amiel
raulamiel@gmail.com
@raulamiel
Coordinación Ejecutiva Republicana Nacional.
¡Un estado DE, POR y PARA ciudadanos!
@raulamiel
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