sábado, 13 de marzo de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ SÁBADO 13/03/2021


CAROLINA ESPADA, PRÊT-À-PORTER

Al padre Fernando Arellano, s.j.

In memoriam 

“¡Ese Fidias es un ladrón! ¡Ese corrupto se cogió ese oro y cuidado si tiene un chanchullo montando con Pericles!”. 

Al noroeste de la Acrópolis, pasando el bosquecillo de olivos y luego a la derecha, estaba el ágora, y el escándalo que estaba formando Cleón -el vendedor de aceitunas negras- era de dimensiones ciclópeas.

Atenas era la cuna de la democracia y, por lo tanto, también arrullaba a la oposición, pues no puede existir una sin la otra. 

Y allí estaba Cleón, ejerciendo su derecho democrático a disentir, pero batido de pitillo y espumita contra el escultor de, nada más y nada menos, una de las siete maravillas del mundo: la estatua de Zeus en el templo de Olimpia. Mas aquí la furia de Cleón no era contra ese glorioso monumento, sino contra otro: la colosal efigie de Palas Atenea allá arriba en el Partenón. 

Tanto alboroto estaba armando Cleón, que la gente que hacía el mercadito se arremolinó a su alrededor. Los demás mercaderes: Lámaco, el del queso feta; Trásilo, el de las vasijas; Mnesicles, el del aceite; Escopas, el del vino; Calícrates con sus cabras; Nicia con sus higuitos y Pausanias, el aguador (no confundir con el que era historiador, viajero y geógrafo, pues el Pausanias del mercado era mejor conocido como “El Desmemoriado”), todos dejaron sus puestos y se acercaron a escuchar con sumo interés las denuncias. Recordemos que el ágora no era precisamente Quinta Crespo, originariamente fue el lugar de la asamblea popular y luego, rodeada por edificios administrativos y la famosa sala hipóstila, se convirtió en el centro de la vida política, comercial, religiosa y social de Atenas. Ese era el corazón de la localidad. 

“¡Para nadie es secreto que Pericles, nuestro tan admirado gobernante, es amigo personal del tal Fidias! Todos sabemos que al artista este le dieron algo así como el monte Olimpo en oro para que esculpiera a la diosa de la sabiduría y protectora de nuestra ciudad. ¿Y qué fue lo que hizo el que les conté? ¡Sí, usó parte del oro, pero se robó más de la mitad! ¡Y eso, cambiado a talentos áticos, es una de las mayores fortunas de esta talasocracia!”. 

Del ágora, la acusación pasó a mayores y Fidias fue enjuciado. Nadie entendió la extrema serenidad del escultor, los ojitos brillantes y esa sonrisita de triunfo mal contenida cuando cruzó el pórtico de los Propileos, pasó junto al Erecteion (y las cariátides lo vieron petrificadas) y entró al templo. Allí lo esperaban: Pericles, los jueces y el pueblo ateniense con cara de “¡Aaay, Fiiidias!…”. Todos estaban a los pies de la gigantesca Atenea Parthenos (“la Virgen”) que, al igual que la estatua de Zeus Olímpico, era criselefantina: de oro y marfil. Veintiséis codos (unos 12 metros) de oro y marfil. 

Para asombro de la concurrencia, Fidias y sus ayudantes -Alcámenes, Colotes y Agorácrito- comenzaron a desvestir a la diosa. Ella estaba hecha de madera con revestimiento de marfil, pero su casco, su quitón, sus sandalias y su escudo eran de oro. Era un vestuario de “quita y pon”. Atenea quedó expuesta, blanca y desnuda… y su tocado, traje y accesorios fueron pesados. Allí estaba toda la cantidad de oro -exacta, ni un gramo más  ni un gramo menos- que Fidias había recibido de Pericles. Cuarenta y cuatro talentos -unos 1140 kilos- del más dúctil de los metales preciosos. Fidias miró a su difamador con cara de: “¡Recoge tu gallo muerto!” y, de inmediato, le levantaron el cargo de malversación. 

¿Y Cleón?… Pensó “¡Trágame, Hades!” y tuvo que tragarse sus palabras y sus aceitunas, porque, después de semejante gaffe, la ciudadanía completa le hizo el fo por camorrero.

Hay gente que elige darle un fin amargo a la historia y hablan de un Fidias muriendo en prisión o en el exilio unos cuantos años después, pues como decía mi mamá: “La vida es como una cachapa, que en cualquier momento se voltea”. Hoy prefiero detener la narración en el día en que el gobernante y el pueblo ateniense celebraron la genialidad y la honradez del escultor. Lo que sí no le perdonaron a Fidias fue lo que hizo en el escudo de la diosa. Atenea, como hija favorita de Zeus y “nacida” ya adulta de la frente del máximo de los dioses, recibió de su padre un gran regalo. Él le confió su escudo adornado con la cabeza de la gorgona Medusa (su égida) y el rayo (su arma principal). Fidias esculpió todo esto, pero tuvo la osadía de agregar, allí mismo, como quien no quiere la cosa, su retrato y el de Pericles. Ese intento por congraciarse aún más con su amigo y, de paso,  inmortalizarse, sí es verdad que no se lo perdonaron nunca. Él sería muy talentoso y honesto, pero no llegaba a ser ni un semidiós. ¿¡Qué se había creído!? Jamás olvidemos que es muy peligroso ser mortal, parejero e igualado… los dioses montan en cólera rapidito y son implacables castigando al insolente. 

¿Y qué podemos aprender de este maravilloso relato?  ¿Cuál es la moraleja? ¡Tan bueno que sería que personas acusadas de corrupción pudieran rendir tan buenas cuentas como lo hizo el honesto Fidias cuatrocientos cuarenta años a.C.!

Carolina Espada  
@carolinaespada
@ElNacionalWeb
Venezuela

RAFAEL GARCÍA MARVEZ, 7+7= PROTESTAS, GASOIL, AEROPUERTO

Probablemente algunos desprevenidos no llegaron a enterarse del cambio que estaba produciéndose dentro de la oposición. De qué manera comenzaban a producirse reacciones de calle más allá de las protestas y fallas de los principales servicios públicos. Me refiero a manera de ejemplo a tres o cuatros sucesos que habían desaparecido entre nosotros desde varios meses atrás. Uno de ellos, las protestas de calle que se produjeron con numerosa participación de ciudadanos en la mayoría de los estados ubicados en la zona del oriente del país. Además del cierre de la autopista en el sentido Valencia-Caracas por falta de gasoil para la movilización del transporte público y de carga. La negativa de los pasajeros, un hecho de insurrección civil, que aquí arribaron al aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía y se resistieron le fueran practicado el examen del Covid-19 con la paga de sesenta dólares por persona, un rentable negocio para algunos avivados. Por último, el viernes de la semana pasada el vicepresidente de la legítima Asamblea Nacional, Juan Pablo Guanipa y otros parlamentarios, lograron evadir en tres oportunidades el cerco en las alcabalas enfrentándose a soldados y oficiales que pretendieron infructuosamente impedirles llegar hasta el estado Anzoátegui, su destino final. Las candelitas comenzaban a prenderse por aquí por allá cuando el Covid madurista arrecia de nuevo como consecuencia de la irresponsabilidad del régimen que incitó a los venezolanos a lanzarse a las calles a celebrar los días de carnestolendas. Pero había, de alguna manera, que detener el avance de la expresión de malestar encabezada por el presidente encargado Juan Guaidó a pesar de que las cifras suministradas por el régimen sobre las personas contaminadas y fallecidas se mantenían estables. 

Sabemos, tanto como el resto de nuestros compatriotas, que la desgracia, las penurias, el hambre, a las que están sometidos algo más de 85 % de los venezolanos produce sus efectos como el: desaliento, desmoralización, impotencia, angustia, que son aprovechados por el gobierno fraudulento de Nicolas Maduro para mantener a raya a sus adversarios. Este escabroso escenario se combate con la unidad, con un accionar en conjunto de los diferentes dirigentes que conforman el universo de las fuerzas opositoras. Muy diferente sería la situación hoy día si apareciera Guaidó rodeado de dirigentes de la estatura política de María Corina Machado, Henrique Capriles, Henri Ramos. Vegetar, vivir sin ninguna movilidad es un grave diagnóstico para cualquier político que aspire no mantenerse anquilosado en el pasado, condenado a un ostracismo irreversible. La oportunidad de estos políticos de seguir avanzado estará estrechamente ligado al éxito que a la vez pueda tener la democracia liderada por el actual presidente de la legítima Asamblea Nacional. 

Los brutales golpes que ha recibido ese espacioso grupo que conforma la oposición venezolana no solo provienen del gobierno ilegítimo de Nicolas Maduro; también se han lanzado “torpedos” que provienen de allá dentro, me refiero de la misma oposición. Los llamados alacranes, pienso que estos deben ser execrados para siempre, no así los conversos del chavismo a quienes hay que abrirles las puertas e integrarlos a la lucha por el rescate de la democracia. Cuesta comprender cómo los compañeros piden elecciones regionales, pero por ninguna parte aparece la solicitud de paridad y respeto a la voluntad de los electores; esto para ellos no tiene ningún valor, cuestión que no deja de ser sospechosa. Por ejemplo, la rectora de la Universidad de Carabobo, Jessy Divo, es un acto infeliz. Asistir a un evento político en el capitolio valenciano donde además del gobernador Lacava estuvieron Jorge Rodríguez y el hijo de Nicolás Maduro, luego que de pronunciar un discurso que fue repudiado por el pueblo carabobeño. Termino con unas palabras que copié del intelectual y político brasilero Rui Barbosa que tienen un sentido que calza muy bien en estos momentos: “De tanto ver triunfar las nulidades, de tanto ver prosperar el deshonor, de tanto ver crecer las injusticias, de tanto ver agigantarse el poder en malas manos, el hombre llega a desanimarse de la virtud, a reírse de la honra y a tener vergüenza de ser honesto.” 

Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RgarciaMarvez
Venezuela

JOSÉ RAFAEL HERRERA, LA OTRA MITAD: DEL CONTRACTUALISMO Y LA LUCHA POR EL RECONOCIMIENTO DE LA MUJER Y DEL HOMBRE

Hobbes, Locke y Rousseau

A mi pequeña “Coco” 

Del mismo modo como la mujer y el hombre son términos opuestos correlativos complementarios, el contractualismo es, desde la perspectiva de la estructura lógica de la oposición correlativa, una doctrina incompatible con el concepto de amor. Y su presencia activa en la historia moderna y contemporánea es la confirmación y realización efectiva de la negación abstracta del sentimiento de amar. Después de Descartes y de su elevación de la existencia como principio supremo del “yo pienso”, las cartas que se jugó la humanidad fueron arrojadas sobre la mesa de apuestas del más despiadado y frío interés. Y apenas era el comienzo. Sobre su in nuce, el concepto contractualista del ser social no sólo fue confeccionando su incompatibilidad con toda relación mediada por el amor intellectualis dei, sino que pronto mostró el hecho de que sólo puede existir sobre la base de dicha incompatibilidad. El universo de Shakespeare no es el reino del individuo de Hobbes ni de Locke. Ni la historia invertida de la inocencia salvaje de Rousseau puede dar cuenta de ello, más allá de sus tropiezos y confusiones en tropel. 

El contractualismo, en efecto, no solo invirtió la historia de la humanidad sino que tuvo el atrevimiento de convertir una ficción -devenida precepto matemático- en el origen de la sociedad. Fue el Estado romano -SPQR- el gran promotor de los derechos civiles e individuales, y no los derechos civiles e individuales los promotores del Estado. La lógica del contractualismo es la del entendimiento abstracto, reflexivo, a la que Hegel tuvo el privilegio de sorprender y denunciar en su inevitable e insalvable condición de infelicidad, de “mala infinitud”. En todo caso, se trata de la teología devenida lógica de la momificación de todo y de todos, la misma que, hasta la fecha, ha insistido en “instruir” al mundo en nombre de la libertad y de la razón, vístase de barras rojas y azules, de rojo sanguinolento, de estrellas amarillas circulares, de despotismos ancestrales o de novísimos gansteratos perrunos. “¡Pero funciona!”, se dirá, haciendo con ello irresponsable abstracción de las ruinas -las muertes- que ha ido dejando a su paso por la historia de la cultura moderna y contemporánea. Bajo el concepto de contrato se establece el grueso de las relaciones sociales actuales, lo cual incluye a las relaciones familiares, matrimoniales y, por supuesto, las relaciones entre el hombre y la mujer. La vida misma resulta ser, en consecuencia, un gran contrato. De “depravado” acusa Hegel a Kant por esta “torpe ocurrencia”. 

Es “el reino animal del Espíritu”. El reino de lo puramente extrínseco, mediado por el interés y el cálculo entre las voluntades bajo la figura de la prestación. Eso es -y eso genera- el modelo contractual una vez que, por extensión mecánica, ha sido aplicado como modelo universal, más allá de las relaciones estrictamente comerciales, a la vida social y política, trasmutando -torciendo- con ello las relaciones humanas en relaciones mercantiles y a los Estados en corporciones utilitarias. Y fue justamente a este tipo de representación de la sociedad, devenida hegemonía cultural y leitmotiv de las relaciones sociales, a lo que Spinoza -el más digno entre todos los filósofos- designó como la doctrina del finalismo: “todas las causas finales son, sencillamente ficciones humanas. Esta doctrina acerca del fin transtorna por completo la naturaleza, pues considera como efecto lo que en realidad es causa y convierte en posterior lo que en realidad es anterior. Trueca en imperfectísimo lo que es supremo y perfectísimo”, además de que de dicha doctrina surgen “los prejuicios acerca del bien y el mal, el mérito y el pecado, la alabanza y el vituperio, el orden y la confusión, la belleza y la fealdad”, géneros a los que bien podrían agregarse las segregaciones raciales, la depredación de la naturaleza o la supremacía, según el punto de vista contractual, del hombre sobre la mujer o de la mujer sobre el hombre, más allá de los extremismos que las hipócritas manipulaciones orquestadas por los regímenes totalitarios habitúan hacer de estos temas y problemas del presente. 

La verdadera unificación que supera y conserva a un tiempo las miserias de la hostil relación establecida como criterio de demarcación entre la mujer y el hombre está situada muy por encima del actual tejido contractual de las relaciones humanas. La recuperación de la Sittlichkeit  –o de la civilidad, como bien la supieron traducir en su momento García Bacca y José Gaos– es, tal vez, la tarea más importante -y, sin duda, la más ardua- del presente. El pleno reconocimiento del indiscutible valor femenino está muy por encima de sus incuestionables sacrificios históricos, de sus conquistas -no pocas veces a codazos- o de sus capacidades profesionales o técnicas. No se trata de competir ni de demostrar, a la manera de Darwin, quién es o no más apto. Todas estas son representaciones  marcadamente contractuales, calculadas e instrumentalizadas. Lo importante está en comprender que, ontológicamente hablando, resulta imposible pensar siquiera en la posibilidad de la existencia de hombres sin la necesaria existencia de las mujeres, o a la inversa. Que se trata de polos opuestos recíprocos en el que cada uno no sólo es correlato para el otro sino que, por esa misma razón, son interdependientes. Cada uno es, al decir de Platón, la otra mitad: el otro del otro, el “sí mismo”. Amor no es contrato ni se sustenta en el interés o en la finalidad. Sólo se puede cambiar amor por amor y confianza por confianza. El amor –y el Ethos es una determinación del amor– supera las oposiciones, porque no es entendimiento abstracto, cuyas relaciones fijan y establecen que la individualidad siga siendo mera individualidad –”lo mío” y “lo tuyo”– y cuyas unificaciones son de naturaleza contractual. “Cuanto más te doy más tengo”, afirmaba Shakespeare. Esta debería ser la consigna para el porvenir de una humanidad justa y efectivamente equitativa.

José Rafael Herrera,
jrherreraucv2000@gmail.com
@jrherreraucv
Venezuela

EDUARDO MARTÍNEZ, MIÉRCOLES HORRIBLE PARA NICOLÁS MADURO

El escenario internacional resultó este miércoles no menos que “horrible” para el régimen de Nicolás Maduro. Mientras Maduro hablaba desde el Panteón Nacional, arremetiendo en contra de España,  tres sucesos inesperados en Europa le movieron feamente el piso.
 
En Ginebra, la presidenta de la Misión Internacional Independiente de la ONU, Marta Valiñas, presentó una declaración oral ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, donde reiteró sustentadamente la conclusión de que en Venezuela se cometen “crímenes de lesa humanidad”.
 
En Roma, la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento de Italia, votó por unanimidad una resolución en la cual considera a Juan Guaidó como interlocutor, y calificaron a Nicolás Maduro como “dictador”.
 
En Madrid, estalló un escándalo luego que el Consejo de Ministros aprobara una ayuda de 53 millones de euros para la aerolínea Plus Ultra, que vuela a Venezuela.
 
Investigaciones del medio Vospouli encontraron que tres venezolanos poseen el 47% accionario de la empresa. Y el director de Vospopuli reveló que también serían socios dos damas del entorno político de Maduro.
 
Ante la Comisión Europea, ya cursa una denuncia que cuestiona la ayuda recibida por Plus Ultra.
 
Es así como los tres sucesos de este miércoles, han empujado cursos acción que indudablemente están “en pleno desarrollo”. Por lo que llegar a Rusia a través de Unión Europea, se hará más lejos para el régimen.

Eduardo Martínez 
ermartinezd@gmail.com
eduardo rafael martinez
@ermartinezd
Editor
www.eastwebside.com – www.economiavenezolana.com

ANTONIO JOSÉ MONAGAS, LA INFINITUD DE LA UNIVERSIDAD

El que Friedrich Nietzche hubiese blasfemado el nombre de Dios cuando se atrevió a plasmar que “Dios ha muerto, sigue muerto y nosotros lo hemos matado”, es tan absurdo y criticable como quienes hoy quieren emular al reconocido filósofo. Pero cambiando el sujeto. Suplantando a Dios por la Universidad. 

Y aunque en principio, no hay forma posible de una comparación que se justiprecie de su alcance, es insensato pretender tanto lo primero como lo segundo. Ni Dios está muerto por cuanto es infinito, ni tampoco la Universidad. Esta gran institución es imperecedera por tantas razones que comprenden su magnanimidad, perseverancia, estoicismo, continuidad y longanimidad. Es más perenne que el oro. 

Sin embargo, buena parte de la justificación que esgrimen quienes han supuesto que “la Universidad está muerta”, se apoyan en la animadversión que sienten contra la institución. Independientemente de si hablan en nombre del resentimiento o repulsión a la inteligencia, dado lo crítica, democrática y plural, como tal cual la desnudan sus acciones, procesos y momentos propios de la vida académica que la Universidad tiene. 

Desde que la Universidad abrió sus puertas para formar hombres y mujeres alrededor del conocimiento de las ciencias, las humanidades, las tecnologías y las artes, ahí mismo nació para la infinitud, para la inmortalidad. Dispuesta a trascender por encima de cuanto obstáculo se le atravesara. Podría verse afectada por las circunstancias, como en efecto ha sido a lo largo de más de 8 siglos. Pero nunca, para dejar vencerse por los avatares. 

Cada crisis por la que ha transitado la Universidad, la ha fortalecido. En los problemas vivenciados, ha hallado una oportunidad para resarcirse. Para consolidarse de cara a lo que exalta su compromiso pedagógico-institucional-académico. 

Sus periplos, equivalen a procesos graduales de aprendizaje-enseñanza que convocan las potencialidades que en su esencia radican. Así ha sido su recorrido. Entre tiempos y espacios. Y es, lo que le ha permitido salvar brechas, diatribas y empellones demostrativos de su fuerza para imponerse a las incertidumbres. Tan igual, como para fulgurar entre las penumbras que intentan oscurecer su brillo. 

Estas realidades son las que han motivado, en la historia de los pueblos, a encumbrar la razón de ser de la Universidad. Indistintamente del lugar en el cual esté enclavada su institucionalidad. Un ejemplo de lo que concierne a estas verdades, es el caso de los académicos Luis Pastori y Tomás Alfaro Calatrava, cuando escribieron: “Esta casa que vence las sombras, con su lumbre de fiel claridad (…)” para destacar la condición de “Alma Mater” de la universidad venezolana ante su razón académica. (Del himno de la Universidad Central de Venezuela, UCV) 

La Universidad no ha muerto 

En los último tiempos, algunos agoreros vienen diciendo que “la Universidad ha muerto”. ¡Crasa equivocación! No hay referencia que admita un caso de expiración de alguna universidad. Aunque no es de negar que ha habido tiempos en que la universidad se vio constreñida a cerrar sus puertas, aulas y laboratorios por causas de nimia temporalidad. Incluso, por intereses que sólo explica un obtuso, abusivo y aprovechado poder político. Pero siempre, el atasco en su condición de problema, ha sido coyuntural. 

Venezuela no ha sido la excepción. Muy a pesar de los cambios que ha adolecido el país. Particularmente, desde que fue instituida la primera Universidad, la UCV. (Fundada el 22 Diciembre de 1721, con antecedentes en el Colegio-Seminario de Santa Rosa de Lima, desde 1673). 

Siempre, las universidades venezolanas han sabido sortear los embates que en algún momento las ha afectado. La historia política contemporánea, es fiel testigo de múltiples impases en esa línea de confrontación. 

Sin embargo, la puja por creaciones de educación universitaria de toda especie, rango y dimensión, o por eliminaciones y reemplazos de cualquier género y clase por otras de igual o peor configuración organizacional, no ha sido ni será causa de supresión, exterminio y desarraigo de universidad alguna. Ni siquiera, porque algunas han sido de factura gubernamental. 

Además, resultaría imposible dejar de reconocer que, en lo que va de vida republicana venezolana, no ha habido ninguna actividad o creación de bien colectivo que no haya tenido su raíz o motivación al margen del esfuerzo universitario. O de las capacidades creativas que en ellas residen. 

Así que no tiene cabida de ningún tipo, sintonizarse con tan desacreditada expresión. Con la apesadumbrada frase que declara la muerte de la Universidad. Tan imperturbable y permanente es la Universidad, desde todo punto de vista, que ni siquiera los allanamientos o las reducciones presupuestarias de las cuales han sido víctimas las universidades autónomas (venezolanas), han podido derrumbarlas. Y si alguna vez el gobierno, por miedo a sus críticas, llegó a desmantelarlas, como sí en efecto ha sucedido, su capacidad de recuperación no ha hecho esperar. 

Y todo así ha sucedido, porque la Universidad, ha continuado fortaleciéndose. Más, por cuanto es un acto de fe académica consolidarse institucionalmente como artífice del progreso en tiempo presente y de cara al porvenir. O como lo expresara el rector Dr. Renato Esteva Ríos, con motivo del aniversario de la fundación de la Universidad de Los Andes, el 29 de Marzo de 1952, la Universidad (…) ha de imponerse como un poder espiritual frente a todo, representando la serenidad frente al frenesí, la seria agudeza frente a la frivolidad. Entonces así, la Universidad volverá a ser lo que fue en su hora mejor: un principio promotor de la historia. 

En contra de la perturbadora frase que afirma que “la Universidad está muerta”, vale replicar que la Universidad se renueva día a día. Su florido y hermoso prado, es un cultivo de inteligencia, y que convertido en realidades, seguirá abonando y honrando el desarrollo nacional. Es así, porque la Universidad siempre ha vibrado con el sentimiento que embarga toda situación social, política o económica. O que incluso, vaya más allá de sus fronteras. Pues la Universidad, en un sentido estricto, la hacen sus hombres y mujeres. Sus obras y vidas. 

Por eso, que quienes insisten en asesinar  la Universidad, o declararla sucumbida, deben saber que esa intención jamás podría patentizarse. Porque la Universidad es eco defensivo y resonante de toda crisis que amenace el devenir del país, con hambre de ideas, de trabajo y de conciliación. Eximia razón para haber definido a la Universidad como “una sociedad de intereses espirituales” cuya “(…) tarea es buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre” ( Del artículo 1 de la Ley de Universidades. Caracas, 1970) 

Por consiguiente, sobran razones para asentir su perennidad. Por tanto su permanencia. Eso explica otras razones más para aducir por qué y para qué haber disertado sobre la infinitud de la Universidad.

Antonio José Monagas 
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

LUIS FUENMAYOR TORO, ENTRE ILEGITIMIDADES Y USURPADORES TE VEAS

Los venezolanos vivimos entre legitimidades e ilegitimidades y también entre usurpadores. Funcionan a su manera dos ilegítimas asambleas nacionales. Una electa recientemente en comicios de carácter universal, directo y secreto, que se reúne en el Palacio Federal, que tiene presencia opositora, extremadamente minoritaria, pero la tiene, y que legislará ilegítimamente para el país pues las elecciones donde fue electa fueron convocadas por un ilegítimo CNE designado por un TSJ también ilegítimo. La otra AN ilegítima es la que realmente dejó de existir al finalizar su período constitucional en enero de este año. Que no sabemos dónde se reúne, que no tiene ni siquiera el número de diputados necesario para sesionar, que no goza del reconocimiento de los países que en un momento reconocieron a Guaidó como su Presidente y Presidente encargado de Venezuela, cargos que una misma persona no puede desempeñar en un sistema republicano de división de poderes.

Se trata de un club de amigos que se reúne, que hace oposición política al gobierno ilegítimo y para muchos de ellos inexistente de Maduro. Este ilegítimo cuerpo dispone de grandes recursos financieros, dinero ilegítimamente obtenido de fondos bancarios del pueblo venezolano, que han sido secuestrados por gobiernos pillos, valiéndose de que gozan en esta acción delictiva del apoyo del Departamento de Estado, cuyas actividades delictivas en el ámbito internacional son conocidas por el mundo entero. Se le suma además el dinero robado de empresas venezolanas en el exterior, que manejan ilegítimamente, sin control ninguno, sin supervisión, con total discrecionalidad y sin obligaciones ningunas para con los venezolanos, ni los que están en el país ni los que emigraron buscando mejores condiciones de vida. 

Y si vamos a los usurpadores, pues también tenemos dos: Maduro, quien fue electo en comicios ilegítimos en mayo de 2018, comicios donde votó casi el 50 por ciento de los electores registrados por el CNE legítimo de aquel momento, y comicios hechos de acuerdo a lo estipulado por la Constitución legítima vigente. Pero desde enero de 2019 tenemos a otro usurpador: Juan Guaidó, a quien designaron Presidente por 30 días, según lo que dice la Constitución, y ya lleva más de dos años ejerciendo la figura, ilegal e ilegítima, de Presidente interino o encargado, la cual pretende seguir asumiendo hasta que muera biológicamente, algo que no le deseo, por supuesto. Según estos actores, el pueblo venezolano está condenado a vivir entre usurpadores de algún tipo. Ya no se habla de legalidad, eso dejó de ser importante hace bastante tiempo, para dar paso a una situación de ambigüedades increíbles. 

El ilegítimo, y además usurpador de una diputación y de la Presidencia de la República, Juan Guaidó, llama a no participar en las ilegítimas elecciones establecidas por la Constitución Nacional legítima, aunque una buena parte de sus supuestos seguidores ya han hecho alianzas y están en campaña electoral ilegítima, por lo que puede asegurarse que las elecciones mencionadas se realizarán a finales de este año y contarán con mayor participación que las de diciembre pasado. El usurpador ilegítimo, denominación pleonástica, pues en principio todos los usurpadores son ilegítimos, tiene además los riñones de decir que su inexistente AN es la que debe designar al nuevo CNE, algo que no hizo cuando pudo, pese a que los diputados del PSUV, algunos ilegítimos, se reincorporaron a la AN legítima, para hacer posible la conformación del quorum necesario para la designación de un CNE legítimo. 

Dicho en otra forma, los dirigentes del G4 y sus bozaleados seguidores de otros partidos trabajaron ilegítimamente, para que no pudiera designarse un nuevo CNE legítimo, pues de esa manera continuarían con su ilegítima política de desconocer toda elección que se realizare sin estar bajo su total control. Ellos no aceptan ningún proceso electoral con el ilegítimo Maduro en la Presidencia. Pero incluso si Maduro se fuere, no aceptarían un CNE que ellos no hayan designado, pues al igual que el gobierno ilegítimo lo que desean es ganar las elecciones a todo trance, sin importar que no tengan votos suficientes para hacerlo. Los hoy usurpadores de cargos legislativos, que no tienen porque no existen, pretenden que los venezolanos, que sí existimos, los declaremos nuestros amos o nuestros jefes. Ellos son los llamados a decidir nuestro destino por obra y gracia del gobierno gringo, porque no creo que el Espíritu Santo los acompañe en esas tropelías. 

Y en los partidos las cosas también se debaten de esa manera. La ilegítima AD de Ramos Allup, nacida hace 20 años de una decisión del TSJ y no del voto de sus bases partidistas, que además tienen ese mismo tiempo sin poder expresarse, está enfrentada a la ilegítima AD de Bernabé Gutiérrez, nacida de otra decisión del TSJ, esta vez además ilegítimo porque incorporó a unos magistrados llamados “exprés”, seleccionados por una AN legítima que no respetó el debido proceso. Pero es la ilegítima AD de Bernabé la que tiene el uso legal de la tarjeta del partido, por lo que la ilegítima AD de Ramos Allup no podrá postular candidatos a las ilegítimas mega elecciones de gobernadores, alcaldes y cuerpos representativos, que está organizando la ilegítima AN. 

Para Maduro, la legitimidad la da precisamente su presencia en la Presidencia de la República y del PSUV como mayoría en el resto de los poderes. Para Guaidó y el extremismo injerencista violento, la legitimidad la daría la presencia hegemónica de su política. Con ellos mandando, la legitimidad habrá regresado. No hay otra forma de que regrese. Ni siquiera si votaran todos los electores del registro electoral y quienes ganaran lo hicieran con el cien por ciento de los votos emitidos. Si el CNE no lo designan ellos, si Maduro continúa en la Presidencia, esas elecciones serán ilegítimas y el usurpador ilegítimo de Guaidó seguirá llamándose Presidente de la República, aunque ya no sea reconocido internacionalmente.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela