domingo, 23 de agosto de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, LUNES 24/08/2020

MIBELIS ACEVEDO DONÍS, POLÍTICA DE LA INDIGNACIÓN

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 7 minutos
“La democracia de Venezuela colapsó hace años”, se lee en un trabajo de Moisés Naim y Francisco Toro (enero, 2020). Y aunque la reflexión invitaba a poner el ojo en el deterioro procedimental que demolió a nuestro antiguo sistema político, en el deslave que algunos asocian al fracaso de una ideología (trampa retórica, declaran los autores) o en el descubrimiento de que “tener dos presidentes puede ser peor que no tener ninguno”, también remite a una desazón, no menos grave. Esa impresión de que el ethos democrático –praxis, conducta enlazada con el decir y el creer- sigue siendo bo... más »

RAUL AMIEL, LA RECETA REPUBLICANA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 24 minutos
Nuestra lucha es la de encontrar el modo correcto de hacer las cosas.- Platón Una verdad de Perogrullo, la izquierda tiene razón en esto: el “modelo” no funciona. En general es cierto lo que dicen los socialistas de las debilidades de la economía, y que la riqueza no se “derrama hacia abajo”. Es verdad. Lo malo del socialismo (y del nacionalismo) es su “remedio”, ¡es peor que la enfermedad! “El sistema” vigente es un estatismo híbrido, de mercantilismo y socialismo, por partes aproximadamente iguales. Está compuesto de: a) Por un lado, leyes mercantilistas aseguran a los ricos y ... más »

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ, LA GRAN ESPERANZA PARDA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
Un parroquialismo extravagante circuló que la reelección de Trump dependería de los venezolanos en Florida, y no de problemas de repercusión global, como el bombástico manejo de la pandemia o la incierta y peligrosa deriva de la relación de Estados Unidos y China. Sharon Stone, con familiares enfermos, lo acusa entre lágrimas de “asesino”, dardo al corazón del electorado blanco. García Márquez describe el mundo de los exiliados, lleno de ilusiones, decepciones y auto alivios. Pero quien estudió la capacidad de distorsión de las endogamias, es Nassim Taleb, en las salas de prensa de... más »

ANTONIO J. MONAGAS, QUÉ FÁCIL SE DICE: “QUÉDATE EN CASA”

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
La narrativa que está empleándose en el contexto de la pandemia del Covid-19, ha resultado infructuosa. Particularmente, la narrativa gubernamental. Múltiples son las razones que pueden explicar tan discordante situación. No sólo es la desinformación o la copiosa información que ha redundado en sentido contrario respecto de la dirección que debió conducir la crisis desde su inicio. También habrá que sumar a este problema, el autoritarismo ejercido. Específicamente, la excedida autoridad de funcionarios del alto gobierno pretendiendo ordenar las realidades. Sus ínfulas autoritaria... más »

LUIS FUENMAYOR TORO, VOTAR NO ES UN PASEO CAMPESTRE

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
Intitulo este artículo con una expresión robada a un gran amigo, Enrique Ochoa Antich, leída en Twitter y que me estimuló a escribir este corto artículo. Sin duda ninguna, el llamado a votar que hacen una serie de organizaciones políticas y personalidades de la oposición democrática significa la exigencia de un gran compromiso del venezolano votante, en relación con el futuro de nuestro país y nuestra nación. El voto, como instrumento de lucha, es asimilable a las otras formas de lucha, aunque algunas de éstas aparezcan como más heróicas y expeditas en sus efectos políticos. El vot... más »

JUAN DE DIOS RIVAS, AÑOS REINANDO LA POBREZA Y CORRUPCIÓN, LÓGICAS Y UTOPÍAS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
Los venezolanos están perdiendo la fe y esperanza en diálogos de “cogollos polarizados con intereses corrompidos” de las “cúpulas PSUV/GPP/G4/G7/Mesita” con unos partidos políticos opositores “más” arrimados en la conchupancia y otros que los eluden para que no se expresen. Estos polarizados gastan dinero en dólares que le hacen falta a miles de venezolanos para comer y comprar medicinas y el resultado sigue siendo catastróficos, espectáculos inmorales, con una inflación dañina y un uso y abuso “pervertido” de cobrar en dólares, sin pensar que la gran mayoría de los venezolanos no ... más »

MIBELIS ACEVEDO DONÍS, POLÍTICA DE LA INDIGNACIÓN


“La democracia de Venezuela colapsó hace años”, se lee en un trabajo de Moisés Naim y Francisco Toro (enero, 2020). Y aunque la reflexión invitaba a poner el ojo en el deterioro procedimental que demolió a nuestro antiguo sistema político, en el deslave que algunos asocian al fracaso de una ideología (trampa retórica, declaran los autores) o en el descubrimiento de que “tener dos presidentes puede ser peor que no tener ninguno”, también remite a una desazón, no menos grave. Esa impresión de que el ethos democrático –praxis, conducta enlazada con el decir y el creer- sigue siendo botín de una suerte de colapso de “segunda generación”: pues la rabia le vuelve a descargar su metralla en la cara.

La indignación en estos tiempos se vuelve ficha regular de intercambio. Cabalga libre y sin miramientos, se suelta la faja de la corrección política, se presenta como ejercicio legítimo de libertad, inmune a frenos. “Con mi rabia no te metas”. La rabia trueca en rasgo de identidad, embiste como la avispa brava de la fábula de Nazoa. La prudencia -que observa, disminuida- no parece conquistar adeptos. El problema, dicen, no es participar, sino escoger no hacerlo desde ese ardor puro y duro que provoca la injusticia.

Y no es que desmerezcamos el potencial del malestar compartido para impulsar movimientos de transformación social. No omitimos cuánta fogosa porfía apuntala la resiliencia de esa sociedad que enfrenta al despotismo, no. El problema es otro. A cuenta de aquella furia que incitó al hermoso Aquiles a barrer con Troya –y que anticipó su propia desgracia, que arrasó también con él- sabemos que ese sentimiento reactivo puede desatar un nocivo, díscolo caudal. La incontinencia, la hýbris es portadora de desgracias, decían los griegos. Peter Sloterdijk, quien habla de los “bancos de ira” de las revoluciones, advierte que esa emoción despojada de su sentido heroico, vital y afirmador da paso al espíritu de venganza y al resentimiento. Esto es, auto-envenenamiento, autodestrucción, la lógica del descuartizamiento mutuamente asegurado.

La era del auge populista, la de autócratas ultranacionalistas y xenófobos que surfean sobre la ola de la desafección democrática, confirma ese anuncio. Valiéndose de la exasperación, el miedo, el asco colectivo, los autoritarismos de nuevo cuño pulverizan a la democracia no sólo desde sus bases asociativas formales, sino desde lo íntimo. La sospecha de que la democracia no es suficiente ha sido sembrada entre individuos, ha agusanado espíritus y convicciones. Las pequeñas prácticas democráticas, esas que protegen de las estocadas del afuera, se disuelven también dentro de instituciones que deberían ser sus primeros custodios. En Venezuela, la crisis de los partidos, la ausencia de un liderazgo cooperativo y ganado para la reflexión, no reactivo; capaz de incorporar la diferencia y promover la deliberación sin exclusión, son espejos del desarreglo.

Ah, pero la frustración que hace estragos en ese micro-cosmos del individuo parece ser la peor amenaza. Los deslices de la dirigencia, el atasco en el que nos han sumido los errores acumulados y sin enmienda, han sido metabolizados de distintos modos (“unos están enojados porque no los dejan soñar y otros… porque ya los despertaron”, como escribía el mexicano José Elías Romero Apis). Las sombras de una Torre de Babel se alzan sobre nosotros. Hablamos, hablamos, pero los sesgos impiden que nos entendamos.

Lidiando con el deseo insatisfecho surge en muchos esa irritación desordenada, pantagruélica, antipolítica, que ante la imposibilidad de gestionarse se vuelca en la búsqueda de chivos expiatorios. Si la opinión del otro no gusta, se aniquila. Así de simple. Los salvavidas del librepensamiento, la praxis que hace viable el ideal democrático aun en un contexto opresivo, acaban una vez más tragados por la desesperación. Se opta por la naturalización del insulto, burdo reemplazo de la beligerancia que signa al debate político.

Cuesta imaginar una sociedad distinta sobre la base de tanto menoscabo, de tanta crispación… ¿cómo promover una transición democrática sin demócratas activos? Aun sabiendo de sectores de la sociedad civil que se resisten a ser canibalizados por las tendencias y los climas de opinión, ¿cómo habilitar clivajes útiles si no hay contraste claro con el autoritarismo que encaja el sistema?

Ese colapso de fondo muerde los tobillos, nos hace sus cómplices o sus víctimas, en especial en foros de intercambio disfuncional como son las redes sociales (fuente de información dominante en Venezuela, anuncia Datincorp, usada por 46,95% de venezolanos). A merced de la ira, “la política aparece como algo equivalente a un crónico y masivo accidente de coches, en cadena, en una autopista envuelta en niebla”, como también decía Sloterdijk. Una imposibilidad anunciada de antemano.

De los bandazos de esa política de la indignación -precursora de políticas identitarias que han propiciado la desintegración- no escapamos, en fin. En su momento, la revolución bolivariana movilizó a sus devotos en torno a la percepción de que la dignidad del pueblo había sido ultrajada por las élites. El viejo resentimiento, engendrador de demandas de reconocimiento basadas en la sensación de humillación, resultó un poderoso aglutinante. Años más tarde, una rabia remozada no encuentra quien la organice y encauce, mucho menos quien lo haga con propósitos constructivos. Así que anda de su cuenta, caotizando los pocos espacios de los que disponemos y robando oportunidades no sólo para juntar fuerzas, sino para percibir las crisis que se están multiplicando en el bloque rival, por ejemplo.

La rabia endémica ofusca y consume. Nos despoja de principio de realidad, nos lleva a ver sin comprender. La rabia sin conducción (o inescrupulosamente explotada) le otorga la batuta a la sinrazón, pone rostro aceptable al suicidio. Lo sensato sería que esa indignación –una consecuencia de lo fallido- sea transformada en el marco de la acción políticamente fecunda. Que dé así al maldiciente demócrata motivos para rehabilitarse, y a todos una razón para no ahogarnos -como la avispa de la fábula- en el vaso de las dificultades auto-procuradas.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis

RAUL AMIEL, LA RECETA REPUBLICANA

Nuestra lucha es la de encontrar el modo correcto de hacer las cosas.-  Platón

Una verdad de Perogrullo, la izquierda tiene razón en esto: el “modelo” no funciona. En general es cierto lo que dicen los socialistas de las debilidades de la economía, y que la riqueza no se “derrama hacia abajo”. Es verdad. Lo malo del socialismo (y del nacionalismo) es su “remedio”, ¡es peor que la enfermedad!

“El sistema” vigente es un estatismo híbrido, de mercantilismo y socialismo, por partes aproximadamente iguales. Está compuesto de:

a) Por un lado, leyes mercantilistas aseguran a los ricos y a las grandes empresas “establecidas” sus ventajosas “protecciones”: nichos monopólicos en los mercados intervenidos. ¡Eso no sirve para crear riqueza en abundancia, suficiente para todos!

b) Ahí están los socialistas con sus leyes, que ofrecen a los pobres unas consolatorias “compensaciones sociales” en educación, atención médica, alimentaría, etc., a cargo del Estado. Estas dádivas nunca llegan completas a los pobres, o lo hacen en forma harto deficiente. Pero en cambio sirven para asegurar a los intermediadores políticos _las izquierdas y los populismos­_ sus no menos ventajosas posiciones en el aparato estatal, o en entidades dependientes del estatismo.

El Poder Legislativo ha sido la madre de este sistema. Por muchos años, hemos elegido dos clases de legisladores: los de ideas mercantilistas, y los de ideas socialistas. Unos y otros han hecho las leyes respectivas, a su modo, y luego han intercambiado los votos. Así de simple.

Pero el enfoque está equivocado, por eso deja a casi todos descontentos. La riqueza no se “extiende” porque la riqueza no se crea de arriba hacia abajo, sino al revés: de abajo hacia arriba. A través del tejido económico particular, formado por millones de relaciones contractuales, establecidas entre agentes privados libres y operando en mercados abiertos y competitivos, por ende altamente eficientes. Estas relaciones se van desarrollando en tanto crecen los actores.

Es una cuestión de filosofía política. La del mercantilismo es: “Los ricos estamos completos con nuestros privilegios”. La de los socialistas: “Con nuestras maravillosas leyes sociales ¿quién quiere ser rico?”  

Y la nuestra es: “Todos podemos ser ricos, sin necesidad de compensaciones engañosas”.

Una propuesta como la que idealizamos requiere de un mensaje impactante, fresco y atractivo, realmente “fuera de serie”. Aquí hay algunas propuestas o sugerencias:

1. El “modelo” no funciona para todos. Sólo para los ricos, las grandes empresas establecidas y los bien “conectados” políticamente. Porque las políticas implementadas en los postulados del plan “socialismo del siglo XXI” han fracasado. Y no se traducen en verdadero bienestar para la gente.

La idea es poner al Estado en su lugar. Y “empoderar” a la gente, traspasando al sector de mercado _empresarios ahora informales, maestros y educadores, médicos y enfermeras, etc._ las competencias y los recursos que hoy se pierden en manos estatales. Con tres series de “vouchers” para atender a los más pobres (en educación, salud, y planes de jubilaciones y pensiones), en la transición a una economía moderna, dinámica y en expansión. Por vía de la privatización de la industria petrolera. Petróleo para el pueblo.

Para ello se requiere derogar un cúmulo de “leyes malas”: contrarias al trabajo y a la inversión, a la productividad, a la justicia y al sentido común.
¿Qué ideas fomentamos los Republicanos?

# Gobierno DeLimitado a sus funciones naturales y específicas en seguridad, 
justicia y obras públicas, y asimismo limitados en atribuciones y recursos.

# Mercados libres de violencia y fraude, y competencia abierta para todos.
# Irrestricto respeto a los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad privada.

En base a lo anteriormente señalado, pueden identificarse 6 promesas básicas creíbles:

a) Seguridad, justicia, y obras públicas eficientes, con impuestos bajos.
b) Nuevas inversiones, empresas y empleos, con salarios e ingresos dignos.
c) Transformación de las actuales PYMEs en GEs: ¡grandes empresas!
d) Moneda sana y estable, y aumentos sustanciales en los ingresos reales _sueldos, salarios y beneficios_ y no meramente nominales.
e) Mejor educación y atención médica para todos.

f) Repatriación de capitales y profesionales venezolanos en el exterior.
Sólo un discurso así de “evolucionado” puede impactar y hacer la diferencia. Puede ser la clave para el “Partido outsider” del 2021. Pero el tiempo es ahora.
La decisión es nuestra. Por lo pronto dediquémonos a impulsar la Consulta Popular, ese Plebiscito Ciudadano. Como contrapartida a las elecciones ilegales del 6 de diciembre.

Finalmente, disfrutemos del aroma y el sabor de lo que ya esta en su punto. Brindemos por la eminente puesta en marcha del Webside de la Organización Social y Política PROYECTO REPUBLICANO. Bajo la Coordinación General Nacional del repúblico Rafael Guillen.

Y recuerda… Ciudadano en acción. ¡Juntos es mejor!

Raúl Amiel
raulamiel@gmail.com 
@raulamiel

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ, LA GRAN ESPERANZA PARDA

Un parroquialismo extravagante circuló que la reelección de Trump dependería de los venezolanos en Florida, y no de problemas de repercusión global, como el bombástico manejo de la pandemia o la incierta y peligrosa deriva de la relación de Estados Unidos y China. Sharon Stone, con familiares enfermos, lo acusa entre lágrimas de “asesino”, dardo al corazón del electorado blanco. García Márquez describe el mundo de los exiliados, lleno de ilusiones, decepciones y auto alivios.

Pero quien estudió la capacidad de distorsión de las endogamias, es Nassim Taleb, en las salas de prensa de los hoteles donde se alojan los periodistas que cubren conflictos. Llama “síndrome del corresponsal extranjero” lo que ocurre cuando comparten información que “viene de buena fuente” y treinta o cuarenta periódicos podrían publicar la misma noticia que inventó un confidente. “Para j… a un tonto -dice Taleb- dale información”.

Las encuestas oscilan, pero en todo caso el planeta Tierra respiraría más tranquilo con Kamala Harris al frente del ala Este de la Casa Blanca, con Biden de la mano, esencialmente porque para que le vaya bien a ese planeta, es necesario que a EEUU le vaya bien. El coronavirus potenció una recesión mundial que venía en marcha desde hace más de dos años y sobre la que alertaban las publicaciones globales. Efecto necesario del plan del aprendiz de brujo contra China.

¿Cómo alguien en ese cargo no calcula que provocar recesión en un gigantesco dragón devorador de insumos y materias primas, hará caer las ventas de sus proveedores, es decir, cinco continentes? No hay manera de entender semejantes actos desde una posición de tanta responsabilidad, que obliga a evaluar las magnitudes geopolíticas y económicas de su posible respuesta. Aparte de crearle problemas económicos a China, al resto del mundo y a EEUU, el delivery trae contorno de provocaciones. 

Humillar una princesa
Dos años atrás arrestaron a directora de Huawei en Canadá, solo para humillarla, “por violar las sanciones a Irán”, como si se tratara de una ley internacional y no la decisión de un país. Hace poco EEUU resolvió obstaculizar el desarrollo del 5G, proyecto también de Huawei, y presiona a sus aliados para que actúen en el mismo sentido, lo que implica un retraso para la humanidad entera, como si alguien hubiera impedido el desarrollo del motor a explosión o internet. 

Al mismo tiempo, se estimula a India a crear problemas fronterizos en el Himalaya, China denuncia que EEUU promovió la oleada de conflictos en Hong Kong y responde con un estatuto para anular la autonomía de esta provincia, que perdió en vez de ganar. Pero la economía norteamericana está penetrada por capitales chinos. En bonos de la Reserva Federal, tienen en su control un millón de millones de dólares y hay quienes piensan que por intermediarios podría ser 50% más.

En su frenesí chavista y si el electorado continúa dándole la espalda, podría “expropiar” esos bonos, cosa que tal vez explique su empeño en llamar al Covid-19 “virus chino”, como argumento para actuar. Pero la acción más peligrosa de esta ruleta rusa ha sido la visita del Secretario de Salud norteamericano a Taipei. La comunidad internacional sabe que Taiwan para China es un punto de no retorno, en el que no admiten cuestionamiento y por el que podrían ir a la guerra. 

La empresa Lockheed Martin, vendió 60 aviones F-16 a Taiwan, a lo que Xi Jimpin respondió inmediatamente. El jefe del Departamento de Estado, Mike Pompeo declaró hace poco, y no al descuido sino en una conferencia, que la concepción de Nixon de la coexistencia con China bajo la doctrina de “un solo país” ya no existía. Biden dijo en tenor contrario que está dispuesto a rebobinar sanciones y aranceles, y devolver las relaciones al período anterior a Trump.

Las gladiadoras no plañen
Fracaso aplastante en política exterior, todos los problemas empeoraron y no logra resolver ninguno. Los errores cometidos fortalecieron al gobierno más repudiado en la historia de Venezuela. Los artífices en WDC han saboteado sistemáticamente una solución de manera asombrosa. Supongo con la idea de que convenía mantener el conflicto en el año electoral. Lo hecho se pueden resumir en el intento, mil veces fracasado en todas partes, de derrocar al gobierno por medio de un bloqueo económico. 

Impedir drásticamente una salida negociada y pacífica de la situación, aliándose con grupos de una amplia carrera de fracasos e intereses turbios. Kamala Harris sería mucho más que Vicepresidenta. En el contexto actual, después de las manifestaciones de violencia callejera en Seattle, Portland, Minessota, represión y guerra cultural, su aparición parece providencial y la decisión política de escogerla, brillante. 

Padre caribeño, madre india, eminentes profesionales todos, protestante, divorciada de un ex alcalde negro de los Angeles, hace binomio perfecto con un blanco católico. Primera mujer que llega a la Fiscalía de California (además mulata) y senadora junior del Estado. Sin extremismos conocidos en su brillante carrera, ni en su pensamiento podría, ser, con Biden, la esperanza de que la razón política regrese a la Casa Blanca y al mundo. Una self made woman que se construyó sin lamentos.

Carlos Raul Hernandez
carlosraulhernandez@gmail.com
@CarlosRaulHer
@ElUniversal

ANTONIO J. MONAGAS, QUÉ FÁCIL SE DICE: “QUÉDATE EN CASA”

La narrativa que está empleándose en el contexto de la pandemia del Covid-19, ha resultado infructuosa. Particularmente, la narrativa gubernamental. Múltiples son las razones que pueden explicar tan discordante situación. No sólo es la desinformación o la copiosa información que ha redundado en sentido contrario respecto de la dirección que debió conducir la crisis desde su inicio.  

También habrá que sumar a este problema, el autoritarismo ejercido. Específicamente, la excedida autoridad de funcionarios del alto gobierno pretendiendo ordenar las realidades. Sus ínfulas autoritarias, se convirtieron en fatuidades que, sin conocimiento de causa, se aventuraron a inferir consideraciones que rayaron en presunciones. Además están equivocadas. 

En consecuencia, acentuaron añosos conflictos cuando decidieron atascar la movilidad de naciones enteras cuyas funcionalidades siempre han descansado sobre la dinámica de la economía y de la sociedad en todas sus manifestaciones de vida. 

Mientras que el virus rebasaba fronteras y arrasaba con muros políticos, el hambre competía con su aterradora capacidad para ocupar casas repletas de personas. A pesar de habérseles ordenado el correspondiente confinamiento con la fatigosa frase “quédate en casa”. Sobre todo, cuando percibida como amañada sentencia de un juicio arbitrario, sin derecho a la defensa, da cuenta de un cúmulo de equivocaciones. Todas, atiborradas de indolencia, represión, intolerancia, irrespeto, desconsideración e incomprensión.  

En principio podría deducirse que quienes ordenaron tan drástica medida, poco o nada entendieron la infinita variedad de causales y efectos, complicaciones asociadas y agregadas que consolidan los problemas derivados de tan cuestionada situación.

En el centro de tan embrollada realidad, se advirtieron complicaciones que no se tomaron en cuenta previo al análisis de otros escenarios. Al menos, escenarios distintos del único que se impuso a instancia de un poder invisible. Un poder ineludible en cuanto a la disposición asumida y obedecida sin posibilidad de protestarla. De modo ipso facto.  

Fue momento para que la desigualdad desnudara sus elementos. Igual sucedió con la equidad. También, con la injusticia. Esto reveló que el país estaba padeciendo estragos que la hacían frágil. Esto evidenció que estaba viviéndose bajo la misma tormenta. Aunque no en el mismo barco. Por consiguiente, los hechos mostraron un grado superlativo de confusión, enredo, desconcierto. Se descubría un insólito desorden. Con la fuerza suficiente para terminar de desarreglar todo lo que, hasta ese momento histórico, logró alcanzarse.  

El régimen no aceptó que el país se había sumido en un estado de Emergencia Humanitaria. Se aferraba a insistir que se trataba de una Emergencia Económica. Tan terrible equivocación, provocó una toma de decisiones cuyos efectos excedieron los límites de la razón, dignidad y de la solidaridad. Ante ello, la situación venezolana vio acentuarse la crisis que ya venía arrastrando por lo que mutó en un caos que se solapó con la pandemia. En consecuencia, se profundizó la incertidumbre hacia donde sigue el país siendo dirigido. “A paso de vencedores”, por la gestión impúdica del régimen oprobioso e indolente. 

A primera vista, pareció que la incidencia del virus “amarillo”, habría logrado la igualdad como condición social. Pero ocurrió todo lo contrario. Se desbocó la desigualdad. Igual, la injusticia con la ayuda cómplice de la represión.  

En fin, la pandemia profundizó problemas de toda naturaleza. Su incursión, agravó la intolerancia, la apatía, el egoísmo, la corrupción. Del mismo modo, la crisis de servicios públicos: electricidad, agua, telefonía, internet, gas doméstico, reventó por todos lados y momentos. Venezuela no pudo escapar de tal estado de incongruencias. Todas, muy alejadas de cuanta oferta electoral puede recodarse. 

La coyuntura del virus le sirvió al régimen de oportuna excusa para encerrar a la población. Así, podría mantenerla fuera de la calle. De esa forma, evitaría que las protestas siguieran siendo recurrentes en la agenda diaria del venezolano. No tendría posibilidad alguna de usufructuar sus derechos y libertades a plenitud.  

En medio de tan traumáticas arremetidas, no ha sido sencillo resistirse a pasar hambre y soportar penurias de toda clase y tamaño. Cabe acá preguntarse, ¿cómo resignarse al confinamiento al margen del derecho a vivir con la calidad merecida. Así ha sido la historia de esta Venezuela en el curso del presente año 2020. Justamente, en las dirección que asomaban algunas turbias predicciones políticas y económicas ante el comienzo de la tercera década del siglo XXI. Sin embargo, qué fácil se dice: “quédate en casa”.

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas

LUIS FUENMAYOR TORO, VOTAR NO ES UN PASEO CAMPESTRE

Intitulo este artículo con una expresión robada a un gran amigo, Enrique Ochoa Antich, leída en Twitter y que me estimuló a escribir este corto artículo. Sin duda ninguna, el llamado a votar que hacen una serie de organizaciones políticas y personalidades de la oposición democrática significa la exigencia de un gran compromiso del venezolano votante, en relación con el futuro de nuestro país y nuestra nación. El voto, como instrumento de lucha, es asimilable a las otras formas de lucha, aunque algunas de éstas aparezcan como más heróicas y expeditas en sus efectos políticos. El voto no puede ser visto simplemente como una caminata para apretar un botón en un local previamente asignado para tal fin. El voto significa mucho más, sobre todo en la Venezuela actual.

Votar, en primer lugar, significa la escogencia de un mecanismo civilizado para dirimir las diferencias en la conducción política de una república. Diferencias en torno al liderazgo encargado de conducir los procesos de gobierno, pero también en relación con los caminos a seguir para cumplir las tareas necesarias, resolver las contradicciones que se presenten y determinar los objetivos a lograr en el transcurso del tiempo. Tiene que ver con el modelo de república que queremos, el tipo de economía a instrumentar, la equidad y la justicia social a construir y las relaciones con otros pueblos del mundo. Votar es todo un compromiso consigo mismo y con los demás.

Votar es un derecho en todas las sociedades democráticas. En nuestro caso, además, establecido en la Constitución, del cual depende el futuro de la sociedad, nosotros incluidos. Su ejercicio, como el de salir a protestar y manifestar, significa un elevado compromiso y es parte fundamental de la lucha diaria que como ciudadanos llevamos adelante. Significa, además, una gran responsabilidad , que debe ser internalizada y comprendida y nunca considerada como algo de carácter accesorio o banal. En este último sentido, es inaudito que se acepte que se pueda ir a una peluquería, pues esta actividad está entre las primeras permitidas por la flexibilización de la cuarentena, pero se afirme que no puede irse a votar en medio de la pandemia por el coronavirus.

En la actualidad, votar significa adicionalmente tener que enfrentar a los energúmenos que nos descalifican por tratar de ejercer un derecho. Enfrentar a quienes actúan como poseedores de una franquicia opositora, que los hace únicos para llevar adelante estas actividades, las cuales le están prohibidas al resto de los venezolanos. En su locura, llaman a la unidad pensando únicamente en ellos: es la unidad del extremismo inmediatista y violento, inconstitucional, antinacional, antidemocrático e irresponsable al máximo. Quienes llamamos a votar tenemos que enfrentar las acciones ilegales del gobierno, pero al mismo tiempo las agresiones muchas veces peores de quienes llaman a la abstención, entre otras cosas porque rechazan que sea el pueblo quien decida qué hacer para abrirle camino a su futuro.

Sí. Votar hoy en Venezuela no es un paseo campestre. Es una convocatoria a luchar y duro y a enfrentar dos posiciones claramente contrarias a los intereses nacionales.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro

JUAN DE DIOS RIVAS, AÑOS REINANDO LA POBREZA Y CORRUPCIÓN, LÓGICAS Y UTOPÍAS

Los venezolanos están perdiendo la fe y esperanza en diálogos de “cogollos polarizados con intereses corrompidos” de las “cúpulas PSUV/GPP/G4/G7/Mesita” con unos partidos políticos opositores “más” arrimados en la conchupancia y otros que los eluden para que no se expresen. Estos polarizados gastan dinero en dólares que le hacen falta a miles de venezolanos para comer y comprar medicinas y el resultado sigue siendo catastróficos, espectáculos inmorales, con una inflación dañina y un uso y abuso “pervertido” de cobrar en dólares, sin pensar que la gran mayoría de los venezolanos no tienen acceso a dólares y no cobran sino en piches Bs. que no les alcanza para nada ¿Hasta cuándo se burlan, mienten y engañan al pueblo?

¿El Libertador Simón Bolívar no es el ejemplo que siguen los socialistas del siglo XXI y G4 y opositores corrompidos?, nuestro libertador dijo: Me vería como un hombre indigno, si fuera capaz de asegurar lo que no estoy cierto de cumplir, 08/10/1812. Hoy es evidente que la bizarrearía, improvisación, mala fe, totalitarismo, presos políticos, torturas, CNE parcializado e ilegitimo, pueblo miserable, mentiras y corrupción son los atributos presentes y de uso común en el entramado pervertido socialista “comunismo” y burocrático de los enchufados

¿Loquera o propósito perverso gubernamental y politiquero?

Ha habido un empeño sistemático en utilizar (mal por interés o mal implementación) los procedimiento modernos de gerencia, administración y operación, su objetivo perverso es seguir esclavizando al pueblo “con misiones, populismo esclavizante, carnet de la patria, cajas CLAP (con alimentos malos, pocos, cuestionadas marcas de productos y evidente corrupción con testaferros y bachaqueros, etc.), dadivas menesterosas, promesas y comportamiento falsos”, los cuales ya no dan esperanzas y menos soluciones de bienestar y seguridad social. El pueblo se los ha calado durante largos años, sacrificados y empobrecedores. 

Los resultados son nefastos y trágicos con demasiadas “muertes, enfermedades, pobreza y carencias”; estamos de primero en miseria y pobreza en América Latina, el pueblo emigra y está desesperado, hambriento, sin alimentos, salud y medicina, por eso escribe en las paredes su protesta “Ni Chávez vive, ni Maduro sirve”, y pronto se las ‘van’ a cobrar en las calles con protestas violentas. Dios salve a Venezuela de derramamiento de sangre entre hermanos y guerras civiles o por invasiones. 

La Paz solo retornara cuando hubiese elecciones libres, transparentes, plurales y democráticas “con la  participación de todos los Partidos Políticos que han existido en las últimas dos (2) décadas” y un CNE con rectores independientes y probos. La burocracia psuvista ha matado el GPP y no tiene directores “Lideres” que jueguen un papel didáctico y pedagógico en una organización estatal responsable, para el éxito del servicio público y buena gerencia administrativa. Un gerente efectivo debe poseer una combinación de habilidades, competencias, valores, principios, preparación interpersonales, técnicas de comunicación, gestión de conflictos y herramientas de liderazgo, no puede y ni debe dedicarse a la corrupción y mentira como propósito de gestión. Son frecuente los cambios de ministerios y se llevan a la rosca a otros cargos y cada día los resultados son peores. Debido a la diversidad de los empleados mal formados y sin carrera administrativa, la calidad de desenvolvimiento y eficiencia son muy malos. Los gerentes también deben tener un conocimiento básico de cómo los individuos prosperan y obtienen reivindicaciones en el desempeño de sus función “sin corrupción” en una organización publica sin carrera administrativa, contratación colectiva y buenos sueldos. La administración pública del socialismo empuja al funcionario a la corrupción y mala prestación de servicio. Resultado no se cuenta con trabajadores honestos, inspirados y motivados. Un gerente ineficaz no tiene la capacidad de extraer lo mejor de los empleados descontentos y enterados de la corrupción de sus jefes, lo que lleva a malos resultados en dar electricidad, agua, buenos servicios público y gerencia buena y honesta para el bien común y rescatar PDVSA.

En Venezuela ya existen las villas miseria o villas de emergencia de la Argentina, expresión equivalente a las favelas de Brasil o a las callampas chilenas, son varios barrios y caseríos que albergan a estas personas sin recursos económicos, que se instalan en las periferias de importantes ciudades, en terrenos desocupados, no propios, donde construyen sus viviendas precarias “ranchos”, sin planificación, seguridad y servicios públicos. Hasta el Gobierno Socialista entrega “malas urbanizaciones” que terminan en un mal vivir y llenas de delincuentes. Los Gobernadores y Alcaldes ya son malos y corruptos. Se habla de miseria para referirse además, a cosas, y no al ser humano. Así decimos por ejemplo, que el salario que recibimos es una miseria, o que el desayuno o almuerzo que nos sirvieron o le ponemos en la lonchera (o una bolsita) hoy a los niños y jóvenes “por su poca cantidad y calidad” resulta miserable. La miseria hoy de los adultos mayores y asalariados en el país de petrodólares es indigna y repudiable. A nuestra Nación sólo la salva un gobierno de Unidad Superior Nacional, una Convergencia hacia “UNA UNIDAD NACIONAL ALTERNATIVA”, donde se conjuguen todas las buenas voluntades políticas, empresariales, sociales y humanas, ahí hay que incluir a gente extraída de esos “polos corrompidos” culpables “sin alegatos” de este desastre, conocidos como “los extremos socialistas/social demócratas MUD/G4/G7/PSUV/GPP/Mesita (hoy todos parecen la misma cosa) y conchupados”; en el medio está la nueva mayoría del 82% de indignados y desposeídos, que somos los venezolanos honestos, de trabajo, clase media, ingeniosos profesionales, técnicos y trabajadores emprendedores, apóstoles del bien común y la justicia social. Venezuela debe recuperará su puesto de respeto, valores, buen vivir y grandeza ya.

Juan de Dios Rivas Velásquez 
rvjuandedios@gmail.com
@rvjuandedios