lunes, 1 de noviembre de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com LUNES 01/11/2021

 

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TITULARES DE HOY - NACIONALES - 01/11/2021



ANTONIO JOSÉ MONAGAS: CUANDO LA POLÍTICA NEGOCIA LA MISERIA


ANTONIO JOSÉ MONAGAS: CUANDO LA POLÍTICA NEGOCIA LA MISERIA


DOMINGO ALBERTO RANGEL: LOCURAS AL INICIO DE UNA CAMPAÑA


ESPECIAL DEL DOMINGO: LUIS MANUEL AGUANA. DESPUÉS DEL 21N, UN CAMINO DE PERFECCIÓN


PAULINA GAMUS: CHATARRA

Marcos Pérez Jiménez fue un dictador abominable, pero nunca visitó la Ciudad Universitaria ni de día ni de noche. Jamás les negó el presupuesto a las autoridades, monto que él mismo aprobada, de manera que todo ese conjunto era ejemplar en su mantenimiento y aspecto. “Es triste tener que admitir que hay dos tipos de dictaduras, unas que construyen al mismo tiempo que reprimen y otras que reprimen pero destruyen”. ¿Llamar chatarra a la UCV? No porque no sea cierto que a fuerza de negarle los recursos que le corresponden su deterioro es lamentable, sino porque todo el país, toda Venezuela hoy es una chatarra.

Sorprenderse por algo en la Venezuela bajo la bota más militar que cívica del madurismo, es cada vez más difícil. No habíamos terminado de digerir la visita nocturna de Delcy Rodríguez al Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, con abuso de autoridad y violencia incluidas, cuando esta funcionaria regresó a la Ciudad Universitaria y nuevamente de noche, pero esta vez acompañando a Nicolás Maduro, a Cilia Flores y a otros de inferior jerarquía en todos los sentidos.

La primera y obligante pregunta es por qué de noche. No parece tan difícil responderla: A esas horas el lugar visitado está desierto, así los indeseables visitantes se evitan abucheos y otras incomodidades. Pueden andar a sus anchas lo que les resulta imposible hacer en ningún otro espacio del país que no sean los bunkers donde se protegen.

La segunda es de respuesta algo más complicada: aquel que funge como Presidente declaró que la UCV era una chatarra, que su deterioro la asemejaba al Retén de Catia. ¿Cómo pudo apreciar tantos detalles en medio de la oscuridad nocturna?, ¿cuántas horas estuvo recorriendo las distintas escuelas, facultades y demás instalaciones?, ¿se llegó acaso hasta el Hospital Universitario donde las carencias de medicinas y equipos son el lamento diario de médicos, personal sanitario y enfermos? Allí sí es verdad que el calificativo “chatarra” vendría como anillo al dedo.

Ver a Nicolás Maduro sentado en un pupitre, con las abogadas Cilia y Delcy a uno y otro lado, para desde allí calificar de chatarra a la Universidad Central de Venezuela en su conjunto, resulta ofensivo para quienes nos sentamos en esos pupitres para aprender y obtener un título. Hablo en primera persona para recordar que ingresé al primer año de Derecho de la UCV en octubre de 1954. Era el segundo de la reapertura de la Universidad clausurada por la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y del estreno de la Ciudad Universitaria. Imposible describir la emoción de quien era una adolescente de 17 años por vivir esa experiencia.

En aquella época y desde nuestro quinto año de bachillerato en el Liceo Andrés Bello, una de las costumbres más arraigadas era descubrir quién era el espía del salón. Más de una vez hubo inocentes que cargaron con ese sambenito. Pero en el primer año de Derecho de la UCV, sección A, año lectivo 1954-1955, resultó tan fácil como en el chiste margariteño de Salazar el Espía. Había un hombre de unos treinta y tantos años que llegaba a clases con sombrero y una gabardina en el brazo, se sentaba en la última fila, su nombre no aparecía en la lista y su comunicación con nosotros se limitaba a una leve sonrisa. ¿Había miedo? Claro que sí, sabíamos de presos y torturados, incluso algunos muertos, aunque nunca en el número que ha provocado la segunda dictadura que nos ha tocado padecer después de40 años de democracia.

Cuando se reabrió la UCV en febrero de 1958, en mí ya cuarto año de la carrera, se incorporaron compañeros que habían estado presos o exiliados. Fue una explosión de alegría. Creímos entonces que nunca jamás.

Pérez Jiménez fue un dictador abominable como lo son todos. Pero nunca visitó la Ciudad Universitaria ni de día ni de noche. Jamás le negó el presupuesto a las autoridades, que él mismo había aprobado, de manera que todo ese conjunto era ejemplar en su mantenimiento y aspecto. Y jamás se habría atrevido a compararlo con una chatarra porque su ego se alimentaba con las obras públicas que había realizado y mostraba como “únicas en el mundo”.

Es triste tener que admitir que hay dos tipos de dictaduras, unas que construyen al mismo tiempo que reprimen y otras que reprimen pero destruyen. Llamar chatarra a la UCV es más que cinismo una desfachatez. No porque no sea cierto que a fuerza de negarle recursos y de atropellarla su deterioro es lamentable, sino porque todo el país, toda Venezuela es una chatarra por efecto del saqueo cometido por los voraces socialistas, sumado a la incapacidad de los funcionarios nombrados por amiguismo y no por experticia.

Dos servicios básicos, agua y electricidad, son el Vía Crucis de la mayor parte del país. Las autopistas y carreteras son en su mayoría intransitables. El país petrolero por excelencia, cuya PDVSA era una empresa estrella en el mundo, hoy sufre escasez de gasolina y gas doméstico. Y para coronar el grado de chatarrismo a que nos ha llevado el chavomadurismo, 6 millones de venezolanos han huido de este desastre que ha traído hambre, desempleo, inseguridad personal y miseria absoluta.

Su gobierno es una chatarra Nicolás Maduro, y lo son todos y cada uno de los funcionarios civiles y militares que usted ha designado para terminar de chatarrizar a Venezuela.

Paulina Gamus
gamus.paulina@gmail.com
@paugamus
Venezuela
https://www.costadelsolfm.org/2021/10/30/paulina-gamus-chatarra/
Fran Tovar30-10-2021 El pizarrón de Fran opinión, Lo que hay que leer
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CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ: ESCARAMUZA, PEÑALOCA Y VIDRIERA

Versiones recientes de populismo, ahora de derecha, se presentan en Ecuador y El Salvador. En el primero, el presidente trata de huir de los Papeles de Pandora con controles de la economía que no se le ocurrieron a Rafael Correa, ni a Lenin Moreno. Busca simpatía por un tiempito, pero luego vendrá lo que se conoce sobradamente. En Latinoamérica de los setenta campeaba la hiperinflación, el estancamiento, el desempleo masivo, la emigración (hacia Venezuela, recordemos) pero Ecuador derrotó esos males. Apertura económica, inversiones extranjeras, dolarización, fueron las palancas para recuperarse, y son ahora los venezolanos quienes emigran para allá. Lasso puede retroceder dramáticamente al estancamiento y la miseria. A Nayib Bukele, un antipolítico semi-formado en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), como de costumbre le molesta la oposición “que no lo deja gobernar”, asesorado por varios venezolanos insurrectos de 2019, acusados aquí de turbios manejos financieros.

En Chile hace estragos el populismo anal, cuya forma de protesta es introducirse objetos, con muchos simpatizantes en Venezuela, contra “la opresión sexual del capitalismo” en una nación que ya alcanza parámetros de país desarrollado. La política degenerada no es la búsqueda del poder por medios pacíficos y civilizados, sino la matchpolitik, el enfrentamiento. Lo terrible es que el modelo se filtra hasta los tuétanos de las fuerzas supuestamente democráticas, que dejaron a un lado su noumeno propio para ser clones revolucionarios. ¿Es la oposición que asesora a Bukele, populismo de derecha? Se denunció que 1200 “becarios” viven gracias a la ruina de Monómeros, Citgo y Pdvsa. Unos en el exterior, otros agradablemente en Venezuela. Pervirtieron un grupo indeterminado de hoy palangristas (¡de algo hay que vivir, si no consigo trabajo!) Así como el Licenciado Vidriera de Cervantes decía que un artista sublimaba la realidad pero un patán la vomitaba, pondremos a dos arquetipos de la estirpe, sin mencionar a nadie.

Son el “Licenciado Peñaloca”, “Pegalosa”, “Pegaloca” o “Pegajosa”, quien asume su condición de sicario moral de personas a las que no tiene jerarquía para morderle la suela de los zapatos. La “dignidad”, “la verdadera oposición”, un arsenal de bombas de aire, generalidades, invocaciones a principios, boberías ahogadas en la corrupción y el fracaso de los suyos, que ilustran falta de escrúpulos y de capacidad de construir siquiera un rancho, pero son pez en el agua de la calumnia y el vandalismo emocional contra quienes han pretendido razonar. Su aptitud consiste en manejar las bajas pasiones, la división y el aborrecimiento. Otro ejemplar es el “Economista Escaramusa”, que no da Guerra, cuyos méritos y títulos académicos desconozco, salvo que es licenciado, como los otros. Ese par de vagos son “dirigentes” de la oposición rabiosa, un peligro por su incapacidad para razonar, convivir con quien siquiera oiga otra música, y menos de enmendar, y de irles bien, habrían sobrevivido unos pocos meses en el poder (el 11 de abril unos parecidos aguantaron 72 horas apenas). Son buenos, como el chavismo, para manipular y despedazar pero no saben ni poner un bombillo.

Un libro importante sobre la política, al estilo de El Príncipe de Maquiavelo es la extraña y olvidada obra De los vínculos en general, de Giordano Bruno, escrito contra la Iglesia Católica y su poder espiritual sobre el mundo, antes y en época del Renacimiento. Todos pensamos que a Bruno, de los esenciales defensores del heliocentrismo, lo quemaron en la hoguera por negar que la tierra fuera el centro del universo, pero tuvo que ver su condición de mago, ocultista y detractor de la Iglesia. Esta obra describe perfectamente la manipulación a partir de sentimientos y valores colectivos. Para Bruno una de las propiedades del Mago, manipulador, es apuntar al eros, sustrato vulnerable y fundamental para manejar, mentir, a los humanos. La envidia es amor al revés. “La envidia es la expresión del amor a uno mismo, no soporta que otros sean iguales o superiores y se torna odio. La indignación (moral) es amor por la virtud… el pudor es amor a la honestidad… y la ira (frente a esos elementos) es una forma negativa de amor… por eso los platónicos llaman al amor el gran demonio”.

El dilema debe ser planteado “en términos de tragedia”, los revolucionarios se dividen en amigos y enemigos del pueblo, y el populismo de Escaramuza y Peñaloca, en “verdaderos opositores y traidores de la oposición”. El “cazador de almas” de Bruno puede introducir sus trampas y “vínculos” a través de la “emoción y la fantasía”. No puede sentir piedad o pudor: “No hay nada que partiendo de los sentidos pueda llegar a la razón sin pasar por la fantasía… Procura no transformarte de operador en instrumento de los fantasmas”. 

El cazador debe ser frío, implacable, carecer de escrúpulos, mentir, calumniar sin el menor remordimiento. No existe la verdad “debes ser capaz de ordenar, corregir y disponer la fantasía, componerla según tu voluntad” (calumniar sin misericordia hasta a Teresa de Calcuta). “El operador creará todos los vínculos que quiera, la esperanza, la compasión, el miedo, el odio, la indignación, la paciencia, el desprecio por la vida, por la muerte, por la fortuna”.

Carlos Raul Hernández
carlosraulhernandez@gmail.com
@CarlosRaulHer
@ElUniversal

ROMÁN IBARRA: CAMPAÑA ELECTORAL

Acaba de comenzar la campaña electoral para la escogencia de Gobernadores, Alcaldes; Diputados a los Concejos Legislativos Regionales, y Concejales Municipales, y el panorama no puede ser más deplorable.

Por una parte, se agrede la descentralización del país metiendo en un mismo saco la selección de los gobernantes de las regiones y los municipios, violentando la naturaleza de cada proceso, y forzando la partidización, en lugar de la personalización y la identificación directa de la ciudadanía con cada candidato, en cuyo caso los protagonistas son los partidos, y no el ciudadano.

Por otra parte, desde el oficialismo se exhibe sin pudor el poder abusivo y el uso indiscriminado de recursos del Estado en beneficio de sus candidatos, sin que haya frenos institucionales; porque el gobierno de Maduro controla todo gracias a que la abstención recurrente de la oposición le ha venido regalando la presidencia de la república, la AN, y también gobernaciones y alcaldías en cada proceso. Aquí se demuestra la estupidez sistemática de los ¨genios¨ que prefirieron insistir en esa política errada y –repito- estúpida!

En cuanto a la oposición, u oposiciones, también se ofrece un cuadro lamentable, pues los que volvieron a la lucha electoral, luego de su largo tránsito abstencionista, es decir, los minipartidos del G4, llegan sin verdaderas ganas de participar; como obligados por órdenes superiores, en actitud discriminatoria y en constante ataque contra quienes antes fueron sus aliados.

Siguen enviando mensajes confusos desde el exterior, y a través de sus voceros internos para descalificar el proceso electoral, pero llevan candidatos contrarios a la lógica, destruyendo intencionalmente las posibilidades de la unidad solicitada por el sentido común.

Por si fuera poco, todo esto ocurre en medio de acusaciones mutuas entre la dirigencia de los dueños de las franquicias del G4, por la destrucción y la presunta corrupción en el manejo de los activos de la República que les fueron confiados, como las empresas Monómeros, y Citgo, pero todos quieren hacerse los locos, a pesar de que ambos casos son –de alguna manera- del conocimiento público.

Los partidos y candidatos que siempre estuvieron en el ámbito electoral, están siendo atacados desde el oficialismo, pero especialmente desde la vocería del G4 en franco afán divisionista con la imposición de candidaturas sin alma y sin votos, es decir, directa e indirectamente a favor de Maduro y sus pésimos candidatos.

Como se ve, el ambiente electoral para las oposiciones conocidas, no puede ser menos auspicioso, y autodestructivo, con lo cual, el oficialismo casi con toda seguridad saldrá triunfador con una mayoría aplastante en el control de gobernaciones y alcaldías.

No obstante, luego del fracaso del mantra de Guaidó y el G4, y la estafa del interinato, ya hay quienes comienzan a promover otra locura (espejismo) como el referéndum revocatorio para el 2022, al cual llegaremos sin fuerzas reales, divididos, llenos de odio y acusaciones mutuas para volver a servirle la mesa a Maduro, y lograr otra frustración y suicidio político opositor. Es obvio que no quieren aprender, y mucho menos corregir.

Visto el escenario actual lleno de insensateces por parte de los sectores de la oposición, y la falta de escrúpulos del oficialismo, solo queda rogarle a la providencia por un poco de sabiduría de los ciudadanos para que escojan a sus gobernantes regionales y municipales, de acuerdo al interés general en beneficio de la mayoría, e intentar resolver problemas reales dentro de sus respectivas competencias, lejos de ofertas engañosas y oportunistas.

Es una pena que no haya posibilidades de construir una fuerza opositora vigorosa para darle una paliza al gobierno en esta contienda, y alcanzar una fuerza real que le ponga freno a sus intenciones autoritarias.

Según lo visto hasta ahora, otra inmensa frustración se aproxima. Qué vergüenza!

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela

LUIS FUENMAYOR TORO: LA INCOHERENCIA Y LAS FANTASÍAS EN LA POLÍTICA

Las últimas semanas han sido increíbles en lo que respecta a la coherencia debida de los discursos políticos, por parte del liderazgo de un sector de la oposición venezolana. Los políticos en general, y entre ellos los venezolanos, no se caracterizan precisamente por ser coherentes en sus discursos, acciones, ni simples opiniones. Empero, lo que hemos visto recientemente no deja de asombrar a quienes tienen todavía una pisca de sensatez.

Usualmente la aparición de diferencias marcadas entre lo que se dice y lo que se hace requieren de cierto tiempo, pues ambas acciones no son en general inmediatas. Por lo tanto, percatarse de la existencia de esas contradicciones no es siempre fácil, pues dependen de la labilidad de nuestras memorias. En general, nos damos cuenta de la ocurrencia de esa situación cuando las incoherencias se hacen muy frecuente o cuando el hecho es muy resaltante por su tipo o por la proximidad de las acciones.

La presencia de la incoherencia ha sido norma en el discurso gubernamental y político venezolano desde hace mucho tiempo, aunque a veces es confundida con la demagogia, las falsas promesas, las apreciaciones equivocadas y la insensatez, máxime cuando todas ellas forman parte del escenario cotidiano en que nos desenvolvemos en nuestro país. Pero el grado de incoherencia en las últimas semanas no tiene comparación con nada visto hasta ahora.

El gran protagonista en la materia que analizamos, tanto que nos hace dudar de su estabilidad mental, ha sido nada menos que Leopoldo López, máximo dirigente del partido Voluntad Popular y artífice intelectual de casi todos los desatinos de la oposición venezolana desde 2019 en adelante, cuando se adueñó del extremismo opositor, y anuló totalmente la voluntad del resto de los partidos y grupos protagonistas del momento y de sus liderazgos.

Oírlo decir que en Venezuela no hay condiciones para votar y que si el estuviera en el país no votaría es más que sorprendente por la facilidad y tranquilidad con que lo dice, en un escenario donde todo el mundo sabe y es testigo que sus seguidores partidistas y políticos están embarcados a fondo en el proceso electoral actual en todo el país.

No se trata de quien se equivocó ayer y cometió deslices, actuó como golpista, terrorista, organizador de incursiones mercenarias armadas y rogó por la invasión de su propia patria, pero hoy rectifica y tiene un discurso contrario al anterior. No es el caso de quien fue beneficiario del manejo partidista delictivo de los activos venezolanos en el exterior, de los fondos de la ayuda humanitaria y de los montos de cuentas congeladas e intervenidas en el extranjero y hoy decide actuar en la política sin el aventurerismo que lo caracteriza.

Es el caso de quien vive aparentemente dos realidades distintas y opuestas al mismo tiempo y estimula por tanto la adopción de conductas contradictorias en la gente que todavía le sigue. Hay que votar por estos candidatos, pero no hay que votar pues no existen condiciones para ello. Hay que votar, pero yo no votaría si estuviera en Venezuela. No sé a qué se les parece esta extraña conducta, que claramente crea una confusión enorme en sus votantes, pero a mí se me parece a la esquizofrenia.

Otro que le sigue de cerca es Juan Guaidó, quien parece una copia mal hecha, pero copia al fin, de su jefe Leopoldo. En su característico lenguaje balbuceante dice lo mismo, aunque no exactamente porque no puede por sus limitaciones. Es el “sí pero no” que hemos descrito en Venezuela pero que seguramente también está presente en otras partes del mundo. Bueno… ¿Qué se puede esperar de alguien que dice que es presidente interino eterno?

Este discurso no es el de Chávez invitando a Ortega a bañarse en el Guaire en 2006, seducido por la sonrisa derretida de Jaqueline Farías, protectora fracasada del emblemático rio caraqueño devenida hoy, por obra y gracia de Maduro, en protectora de la UCV, intervenida desde afuera y desde adentro. No. Aquel discurso era fantasioso, producto de otros problemas también mentales, pero no como el discurso incoherente actual de Leopoldo López.

¡Triste! Nuestra política como expresión de las fantasías y de las incoherencias de sus dirigentes.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: CUANDO LA POLÍTICA NEGOCIA LA MISERIA

En la pobreza, el hombre puede salvaguardar la magnificencia de sus sentimientos. En la indigencia, puede conservar la vergüenza a pesar de las atribulaciones que lo envuelven. Pero en la miseria, nada puede hacer pues todo cambia tan rápido, como rápido sucede el destello de un relámpago en medio de un vendaval.

La miseria es un vicio del cual se aprovechan estafadores, embaucadores y apostadores para beneficiarse de la desdichada condición de quienes caídos en desgracia, impensadamente, buscan desesperadamente aferrarse a alguna brida para intentar su inmediata salvación. Además, difícil de lograr.

El problema emerge cuando la miseria se topa con la política. Ahí la política busca paliar dicho problema. Pero creando otros. Ahí, indolentes y frígidos politiqueros, advierten en tan “primorosas” ocasiones, pingües oportunidades de negocio. Oportunidades éstas, generalmente contentivas de los recursos y causas necesarias para convertirlas en impúdicos motivos para negociar lo posible. Incluso, en contra de principios, razones de moralidad y de referentes éticos.

Además, acuden a estrategias que luego de asomar presumidas hipótesis salen con un “chorro de babas”. Así se permitan concluir con respuestas vacías. Pero que en aras del provecho rebuscado entre los intríngulis de algún negocio “en puerta”, exprimen al máximo la situación en beneficio propio.

Plena razón tuvo Nikita Kruschev, dirigente de la fenecida URSS, para decir que “los políticos son iguales en todas partes. Prometen construir un puente, incluso donde no hay río”.

El subdesarrollo es escenario vivo de este tipo de situaciones. Siempre presididas por individuos revestidos de poder político. Caracterizados por ser politiqueros carentes de vergüenza. Y que lejos de evitar o reducir problemas, los incitan o encubren.

Venezuela, no ha escapado de caer en tan maloliente fosa. De hecho, cada negociación o mal llamado diálogo que ha venido realizándose en lo que va de siglo XXI, convocados por el actual régimen, ha sido razón para disfrazar de interés nacional lo que concierne a problemas relacionados con su despótico ejercicio de gobierno. Siempre anunciados dichos eventos con la intención de solventar los conflictos inducidos por las crisis políticas, económicas y sociales.

Estos encuentros entre factores de la oposición democrática y del régimen, literalmente hablando, no han constituido diálogo alguno. La acepción de diálogo, implica la comunicación de una verdad tomada de una situación protagonizada por quienes son capaces de enlazarse a través de una palabra debidamente expuesta.

Mientras que una negociación es un proceso donde el escepticismo marca la pauta del encuentro. El mismo implica que las partes a negociar se encuentren dispuestas a renunciar a algo. Ello, a fin de ganar lo que mejor favorezca los intereses en juego. Y en política, esas partes están revestidas de la mayor desconfianza que amenaza con trabar cualquier posible arreglo.

La negociación que esta vez escogió a Ciudad de México como escenario que brinda ciertas garantías, no ha sido fructífero en lo que respecta a reducir la brecha que acentúa las diferencias entre propuestas de libertad y manifiestos de crasa terquedad.

Negociaciones que conducen al limbo

En el fragor de las realidades que pesan sobre Venezuela, estos procesos de negociación, ahora impúdicamente suspendidos, fundamentan sus intereses en un cuadro donde la relación “ganar-ganar”, es difícil de entenderse como estrategia política. Sobre todo, cuando las partes negociadoras saben que negociar no es vender. Tampoco, convencer.

En política, negociar es no verse aplastado por la furia del adversario. Y tal consideración, hace que los propósitos en juego tiendan a confundir toda la argumentación en ciernes.

En lo que corresponde a la negociación que está apuntándose en México entre representantes del régimen y de la facción representativa de la aludida Plataforma Democrática Unitaria, se volvió una entelequia. En un cuento de camino. Y frente al cual, se imponen los intereses de quien detenta el mayor poder político.

Por eso, la filósofa alemana, Hannah Arendt, refería que “las cuestiones políticas son demasiado serias para dejarlas en manos de los políticos” Cuestiones tan serias como la reinstitucionalización del país y el regreso a la democracia.

A decir del dicho popular que reza, “una mala transacción es mejor que una buena batalla”, en México poco o nada se alcanzó. Ni siquiera por haber sido todo una mala transacción. El problema de lo que ha sido la negociación que tiene a México como grama de teatro, es que las expectativas no se corresponden con la situación de crisis y de emergencia humanitaria que vive Venezuela.

Sólo dos acuerdos de sobrante razón, tocan el propagado problema de la soberanía de Venezuela sobre la Guyana Esequiba. Y no formaban parte de la negociación en curso. Más bien, sonaron a fáciles comodines que buscaron darle un giro de fácil entendimiento a las diferencias en juego. O que fueron parte del pertrecho diplomático del cual el régimen quiso aprovecharse para luego argumentar que su labor habría alcanzado algún resultado.

Es lo que el actor norteamericano Marx Groucho hablaba del concepto de política. Decía que “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar luego los remedios errados”

Los inventivos y las sanciones que buscaban imponerse o evadir, hicieron que todo terminara reduciéndose a una pérdida de objetivos claros. Y que lejos de lo que pudo hacerse, todo pareció replicar el problema de cuando la política se sirve de las personas para hacerles creer que se les sirve a ellos. Y ocurre cuando la política negocia la miseria.

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

DOMINGO ALBERTO RANGEL: LOCURAS AL INICIO DE UNA CAMPAÑA

La campaña para elegir autoridades locales y regionales comienza y es de lamentar que viejos siquiatras desaparecidos no estén presentes para diagnosticar tanta locura en un solo país.

Al gobierno se le acusa por designar embajador a un empresario que intenta pasar al mismo tiempo por servidor público y contratista del estado que le dotó con pasaporte diplomático. Eso es locura.

Pero la oposición cretina no cae en cuenta que Alex Saab, por quien el gobierno siempre leal quiebra lanzas, no debe ser tan imprescindible cuando tras más de un año encanado en Cabo Verde… las cajas CLAPS –así como las pocas medicinas que llegan a los hospitales y CDIs- estarán canijas por las sanciones… pero nunca han desaparecido.

Y es locura protestar las sanciones que son a todas luces ilegales… en México… y apoyarlas en Venezuela como hacen las oposiciones.

Pero si de locura por desapego a la realidad y sus normas se trata, hay un grupo dentro de la oposición que hasta ahora viene evitando que los mencionen directamente por los robos de Citgo y Monomeros pero igual siempre aparecen cuando de cortar el bacalao se trata: son las dos facciones de AD… aparentemente divididas pero unidas por el factor común que se llama Luís Aquiles Moreno que al igual que los frasquitos que tenían los luchadores en sus esquinas… hace milagros.

Aparentemente AD está dividida… la realidad dice otra cosa.

El viejo partido se repartió las candidaturas a gobernador… donde les tocó: una para Bernabé… otra para Henry.

Y como los bomberos ni Henry ni Bernabé inscribieron o apoyaron candidatos distintos… salvo en casos extremos que los hay.

Porque en el fondo lo que se juega no son gobernaciones sino el 2024 cuando Bernabé presente su pupilo… y Henry salte a la palestra o empuje uno de su equipo.

Por eso y porque en el Imperio también andan locos… aquí y allá abundan personajes que dicen una cosa y hacen otra… incluso si de violar leyes se trata.

Por ejemplo: es sabido que AD es el único partido que puede ganar alguna gobernación y en este cálculo saco a Rosales porque después de los robos en Monomeros ese candidato no pasa del Zulia.

De manera que AD puede alinearse con Capriles para sacar a Guaidò y exigir ser la conductora del 2024.

El problema estriba en que hay dos Acciones Democráticas que votan unidas… si tienen el mismo candidato.

Y así los adecos que ganen gobernaciones tendrán más peso que nadie en la hora de las definiciones… si una de las ADs no se interpone.

Por ende Henry apoya en Monagas a su “Jefe de Fracción” quien a pesar de todas las críticas al gobierno interino… integra la “Comisión Delegada” de la anterior Asamblea Nacional… o de Narmia… ex diputado Piero Maroun quien desde ya tiene apoyo de Henry y también de Bernabé… y de quien será el candidato interno contra Ramos Allup en el 2024… si gana Aragua… el Burro Martínez a quien Bernabé empuja como “presidenciable”.

Todo esto es locura nacional pero hay otro ingrediente para ser considerado sobre todo por quienes piensan que Biden y Trump difieren en su política sobre nuestro país.

Pero no: la administración yanqui recomenzó a pagar los 600 dólares mensuales que Trump les cancelaba a los diputados opositores de la camada Guaidò… si el autojuramentado daba el visto bueno.

Eso desde luego es locura yanqui… pero más locura es que Guaidò… quien se saltó sin garrocha todo lo concerniente al cambio de Presidente según la CRBV… ahora pretenda ser más papista que monseñor Porras… y les pida la renuncia a los ex parlamentarios adecos y a otros que se han candidateado de gobernadores pero aún fungen como parlamentarios en el circo del interinato.

AD afirmó que Guaidò actúa de esa manera cuando exige que se cumplan los artículos 128 y 129 de la Ley de Procesos Electorales… “por venganza contra el partido que se opuso a que el interino reestructurara a su leal saber y entender –¿?- Monomeros”.

Eso sería locura de no ser que Maroum no puede renunciar y no es por necesidad de los 600 dólares que Biden saca de Citgo y les mete a estos ex parlamentarios en el bolsillo… sino porque es la ficha de Henry Ramos… por si acaso en Aragua gana el Burro Martínez que es la carta de Bernabé porque Laidy no cuenta.

En la locura de creer que son parlamentarios quienes no se postularon al jugar a la abstención… de robarse activos de Venezuela para pagarle dietas a estos mamertos… o de hacerse el legalista respecto a la mencionada Ley de Proceso Electorales… también cae el inefable Luís Florido pero ese no tiene chance matemático en Lara aunque juega a obstaculizar a Falcón.

Pero y como escribí de introducción… se necesitan siquiatras excelsos… y ni siquiera soy médico… solo digo que ante tanta porquería es muy difícil votar.

Domingo Alberto Rangel
doalra@yahoo.com
@DomingoAlbertoR
Venezuela