martes, 18 de febrero de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, MIÉRCOLES 19/02/2020,

BEATRIZ DE MAJO: EL TENOR DEL DAÑO.CHINA HOY

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 6 minutos
Desde el pasado fin de semana se han sumado 26 millones de personas a las medidas de alerta emanadas desde Pekín en su empeño por detener la propagación del Coronavirus. Más allá del número de bajas lamentables que ha provocado esta crisis de salud el gigante pagará un precio por la desaceleración económica que también ha contaminado su geografía desde el Año Nuevo lunar a esta parte. Un detallado conjunto de medidas restrictivas fueron puestas en marcha para tratar impedir la expansión anárquica del virus desde su estallido en Wuhan. Las medidas tuvieron que ser ampliamente difun... más »

CARLOS ALBERTO MONTANER: EL GOBERNANTE UNGIDO POR LA GRACIA DE DIOS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 17 minutos
Nayib Bukele era, hasta hace una semana, el gobernante con mayor respaldo popular del planeta. El domingo pasado intentó tomar el Parlamento. Ahora hay que esperar las encuestas para situarlo y saber si sigue siendo “el presidente más guapo y cool del mundo mundial”, como se autocalificó por twitter tras un incontrolable espasmo de narcisismo. Por lo pronto, los estudiantes universitarios protestaron por la intentona golpista. Se trata del presidente de El Salvador. Tiene 38 años. Comenzó a gobernar en junio del 2019. Ganó las elecciones a sombrerazos. Utilizó las redes sociales c... más »

SIMÓN GARCÍA: EL ESCENARIO CANGREJO

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 23 minutos
Es frecuente que cada quien tiña sus percepciones con el color de sus deseos. Se valora el presente por las aspiraciones de futuro. Así se moralizan seguidores. Pero también se corre el riesgo de perder el pié a tierra y reducir la lucha por la democracia a minorías emocionalmente aferradas a una versión cerrada de su verdad. ¿Está ocurriendo esta distorsión en las distintas parcelas de la oposición? Al menos existen señales de una incapacidad de realización de objetivos en las distintas expresiones opositoras. Se va apoderando de todas una falta de acciones eficaces para alter... más »

LUIS FUENMAYOR TORO: EL GOBIERNO DEBERÍA…

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 28 minutos
Escribo esta nota no para señalarle al gobierno lo que debería hacer para convertirse en un buen gobierno, para gobernar en función de las necesidades del país y de su población, para establecer políticas, programas y acciones dirigidas a nuestro despegue del subdesarrollo y del atraso en que nos encontramos, lo cual sí nos conduciría a ser una Venezuela realmente independiente y soberana. Objetivos presentes en el discurso gubernamental pero totalmente ausentes en sus intenciones y muy escasas realizaciones. No. No es eso, lo que quiero pues sería como pedirle “peras al horno”, ... más »

EGILDO LUJAN: SI EL JUEGO ESTÁ TRANCADO, HAY QUE CONSULTAR AL PUEBLO. FORMATO DEL FUTURO…

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 36 minutos
Sin excepción alguna, ciertos políticos y burócratas de distintos gobiernos, en sus pronunciamientos o discursos públicos, muy especialmente los que son “verbocotorreros”, presumen de su supuesta vocación representativa de los pueblos, o voceros de los mismos. Pero, además, adicionalmente también afirman ser representantes sordos de los mismos, que terminan siendo mudos: nunca son escuchados y, además, mucho menos representados. Es una relación, además, en la que no es extraño que se ofrezca mucho y a la que rara vez les cumplan lo prometido. Lamentablemente, en Venezuela se v... más »

REINALDO J. AGUILERA R.: VENEZUELA Y LA RUTA ELECTORAL

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
En días recientes, el Observatorio Electoral Venezolano (OEV), señaló muy acertadamente respecto a la necesidad de realizar elecciones en nuestro país, tesis que se impone entre la mayoría de los venezolanos como una vía necesaria, aunque no suficiente, para salir de la prolongada crisis política que sufren millones de compatriotas. Se trata de la obligatoriedad de llevar a cabo unos comicios transparentes y confiables para lo cual resulta imprescindible designar un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) que reemplace al que durante varios procesos electorales, en particular los qu... más »


BEATRIZ DE MAJO: EL TENOR DEL DAÑO.CHINA HOY

Desde el pasado fin de semana se han sumado 26 millones de personas a las medidas de alerta emanadas desde Pekín en su empeño por detener la propagación del Coronavirus. Más allá del número de bajas lamentables que ha provocado esta crisis de salud el gigante pagará un precio por la desaceleración económica que también ha contaminado su geografía desde el Año Nuevo lunar a esta parte. 

Un detallado conjunto de medidas restrictivas fueron puestas en marcha para tratar impedir la expansión anárquica del virus desde su estallido en Wuhan. Las medidas tuvieron que ser ampliamente difundidas por las autoridades, a pesar de estar conscientes de que podría provocarse por doquier una significativa inhibición del consumo. Pero estaban conscientes de que en ocasiones, los remedios pueden ser armas de doble filo. 

El comercio fue el primero en resentirse. Las restricciones a la movilidad y los esfuerzos por impedir peligrosas concentraciones de gentes fueron interpretados adecuadamente y respetados al dedillo por la población atemorizada, la que, desde los primeros días, se inhibió de aparecer  a restaurantes, acudir a cines y supermercados, canceló viajes y reservaciones hoteleras, se transportó en medios públicos solo lo indispensable. Todo el sector de servicios acusó un golpe de envergadura en el país, incluyendo el movimiento de mercancías y el transporte de trabajadores. Las pérdidas comerciales comenzaron a manifestarse  en los pequeños y medianos negocios y el flujo de dinero de la economía regional y nacional también se vio afectado.   

Por fuera de las fronteras del coloso de Asia, sus dificultades fabriles también han estado presentando una repercusión de envergadura. La BBC informó en su momento como un número de negocios de espectro internacional se vieron obligados a detener momentáneamente sus operaciones en China, citando como ejemplos a cadenas como Ikea y Starbucks y poniendo de relieve la notoria suspensión de vuelos a localidades chinas. Para nadie es un secreto que  Hunday en Corea del Sur debió detener la producción de vehículos por falta de suministro de piezas y partes fabricadas en China. Y aunque aún no es posible señalar cifras, la industria automotriz global y los sectores electrónico, informático  y de telefonía han sido afectados por fallas en el suministro de componentes y partes.     

Allí no se detiene el daño. Es imposible no asignarle un rol determinante a la crisis del coronavirus en la caída global de los precios petroleros, lo que no es sino un reflejo de la demanda restringida de crudos del gigante asiático puesta en ejecución por Sinopec. Otro tanto está comenzando a ocurrir con el precio del cobre, importante componente de la industria de la construcción que también ha reducido la marcha. Y lo mismo tenderá a ocurrir con los precios de materias primas que China consume a granel. 

 Pensar que este efecto es indetenible es un error pero la recuperación de los sectores  afectados, dentro y fuera del país,  tendrá un ritmo similar a la dinamización de la economía china, lo que, a su vez, es una variable de la rapidez con  que logren detener la expansión del mal. 

Una cosa es ya cierta, las cifras de desempeño de la economía china y de la economía mundial para el primer trimestre reflejarán la desaceleración. Los conocedores consideran que China no  conseguirá alcanzar el 4% de crecimiento a que aspiraban en el primer trimestre de 2020. Lo demás es imposible medirlo, por ahora. 

Beatriz de Majo
beatriz@demajo.net.ve
@beatrizdemajo1

CARLOS ALBERTO MONTANER: EL GOBERNANTE UNGIDO POR LA GRACIA DE DIOS

Nayib Bukele era, hasta hace una semana, el gobernante con mayor respaldo popular del planeta. El domingo pasado intentó tomar el Parlamento. Ahora hay que esperar las encuestas para situarlo y saber si sigue siendo “el presidente más guapo y cool del mundo mundial”, como se autocalificó por twitter tras un incontrolable espasmo de narcisismo. Por lo pronto, los estudiantes universitarios protestaron por la intentona golpista. 

Se trata del presidente de El Salvador. Tiene 38 años. Comenzó a gobernar en junio del 2019. Ganó las elecciones a sombrerazos. Utilizó las redes sociales como nadie. Sabía que la sociedad salvadoreña estaba cansada de los partidos tradicionales. ARENA –Alianza Republicana Nacionalista-, de centro derecha, había gobernado cuatro veces. Le siguió el FMLN –Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional-, de carácter comunista por dos periodos. (Aunque contenido por la vigilancia del ejército y la dolarización generada durante el gobierno de Paco Flores).  

En total: 30 años, en los cuales fue surgiendo el desprecio por los valores republicanos en las jóvenes generaciones, fenómeno del que se percató Bukele, acaso por su manejo de la propaganda y la publicidad, o tal vez por su propia experiencia de “millennial” que no vivió conscientemente la guerra civil que le costó al país unas 75,000 vidas, y carece de respeto por los pactos que organizaron el fin de la guerra. 

Existe una injusta fatiga generalizada contra quienes lograron cambios significativos. En España muchos jóvenes hoy se quejan de la “transición” y votan por “Podemos”, pese a la pasión leninista-chavista de Pablo Iglesias, flamante vicepresidente de Gobierno nombrado por Pedro Sánchez. En Venezuela, echaron por la borda los mejores 40 años de la historia del país, no obstante los errores  y la larga corrupción rampante, apoyaron a Hugo Chávez, un discípulo de Fidel Castro que sentó las bases de la destrucción de su país, luego minuciosa y cruelmente completada por Nicolás Maduro. En Polonia y en Hungría se olvidan de lo difícil que fue lograr revertir las décadas de totalitarismo comunista.  

¿Para qué seguir dando ejemplos? El paso del tiempo desdibuja la tarea de las generaciones que hicieron historia. Bukele pertenece a ese mundillo nuevo incapaz de entender que ha llegado al poder gracias a quienes crearon el Estado de Derecho conforme a los valores republicanos: separación de poderes, libertades civiles, derechos humanos, constitucionalismo y el principio fundamental del sistema: todos los ciudadanos son iguales ante las leyes y están obligados a cumplirlas. 

Leo en Diario de Hoy que “Bukele anunció en 2018 su idea de militarizar la Asamblea Legislativa”. Su proyecto era llegar a la presidencia de la república para remodelarla y dirigirla a su antojo. Era el Mesías. El elegido por Alá o por el Dios de los cristianos –no está claro a cuál le reza-, pero sí es transparente que se cree ungido por la Divinidad para dirigir a los salvadoreños. Incluso, la razón que dio para explicar el fin de la ocupación de la Asamblea estuvo teñida de trascendentalismo: Dios se lo pidió. 

No es la primera vez que los salvadoreños tienen a un sujeto que se comunica con Dios al frente del país. En la primera mitad del siglo XX, el “hombre fuerte” de El Salvador fue un militar llamado Maximiliano Hernández Martínez que creía en la reencarnación, hablaba con los muertos y combatía las epidemias cubriendo las luces con trapos de colores. En 1932, ante una huelga, tuvo la inspiración de asesinar comunistas, confirmada en el cementerio por un muerto muy querido por el militar, y se llevó por delante entre 10,000 y 40,000 campesinos en un episodio llamado, obviamente, “La matanza”.  

Es una lástima que muchos jóvenes salvadoreños, un pueblo industrioso como pocos, no entiendan que el desarrollo económico está vinculado a la institucionalidad republicana y Dios no tiene vela en esta ceremonia. Es cuestión de paciencia y de respetar las leyes. Lo demás viene por añadidura. 

Carlos Alberto Montaner 
montaner.ca@gmail.com
@CarlosAMontaner. 

El último libro de CAM es Sin ir más lejos (Memorias). La obra fue publicada por Debate, un sello de Penguin-Random House. Se puede obtener por medio de Amazon Books.  

SIMÓN GARCÍA: EL ESCENARIO CANGREJO

Es frecuente que cada  quien tiña sus percepciones con el color de sus deseos. Se valora el presente por las aspiraciones de futuro. Así se moralizan  seguidores. Pero también se corre el riesgo de perder el pié a tierra y reducir la lucha  por la democracia a minorías emocionalmente aferradas a una versión cerrada de su verdad.

¿Está ocurriendo esta  distorsión en las distintas parcelas de la oposición? Al menos existen señales de una incapacidad de realización de objetivos en las distintas expresiones opositoras. Se va apoderando de todas una falta de acciones eficaces para alterar la relación de fuerzas impuesta por el régimen.

Otro signo del escenario predominante es el contraste entre fortaleza exterior y debilidades internas. Fue un acierto que el presidente (E) Juan Guaidó consolidara estas fortalezas externas, pero el gozo puede esfumarse si la reiteración del mantra, con otro estribillo, no revierte el crecimiento de la indiferencia respecto a los partidos y muestra el debilitamiento de músculo en la movilización cívica.

La extensión y profundización de la crisis refuerza las calamidades sociales. A la vez, emerge la expectativa de una recuperación económica distorsionada y  selectiva, junto con avances del plan político del bloque dominante.

En este lado del tablero, no existen indicaciones suficientes de alguna búsqueda de  aproximaciones entre las fracciones opositoras ni de un cambio efectivo de estrategia en el G4, más allá del parto retórico de opciones debajo de la mesa.

Deficiencias preocupantes porque no todas las opciones pueden estar en el abanico de posibilidades. No deberíamos alimentar esperanzas con salidas que dependen de factores externos y que  resultan indeseables para la sostenibilidad de un cambio democrático, pacífico y constitucional. .

Los dilemas para la oposición están desde hace tiempo a la vista: desenlace pacífico o violento; solución electoral o resolución militar; negociación o intentos de exterminio del otro. Dilemas que deben superarse generando respaldos claros y mayoritarios.

La unidad pasa a ser condición y objetivo de victorias. Las fuerzas de cambio deben definir un mínimo de metas compartidas y  reglas para normar relaciones y competencias entre ellas. Deben detener drásticamente la descalificación mutua de sus líderes y de sus proyectos.

Es posible unir a la oposición en torno a un  liderazgo plural y una estrategia compartida.  Su eje existe: un líder bien posicionado, Guaidó y una coalición de los partidos con mayor representación parlamentaria. Pero no habrá auténtica unidad con la prolongación de vetos contra AP, el MAS, Copei, Cambiemos, Soluciones y otras agrupaciones partidistas y sociales. Consensos parciales basadas en el libre consentimiento son una vía para la unidad; pero la imposición autoritaria es una incongruencia que la dinamita.

El centro de la estrategia debe y puede ser esclarecer la participación electoral como medio para activar las condiciones que reduzcan el apoyo social del régimen  y aumenten los incentivos de un retorno a la democracia bajo un gran acuerdo nacional. ¿Por qué insistir sólo en opciones para derrocar al gobierno y descartar su derrota política y electoral?

Si las concepciones conservadoras  continúan favoreciendo los desplantes extremistas y una polarización a ciegas, el empate catastrófico va convertirse en crónico y el régimen podría salir ganador..

Para avanzar es urgente que los líderes principales de la oposición partidista y social abran un diálogo con el país y que en particular, dirigentes como Guaidó, Henry Ramos, Henrique Capriles, Falcón o Mujica puedan animarlo. Si esto  no es posible, ¿vamos a dejarnos sepultar por el escenario  cangrejo inducido por la dictadura de los extremismos?.

Simon Garcia
simongar48@gmail.com
@garciasim
@DiarioTalCual  

LUIS FUENMAYOR TORO: EL GOBIERNO DEBERÍA…

Escribo esta nota no para señalarle al gobierno lo que debería hacer para convertirse en un buen gobierno, para gobernar en función de las necesidades del país y de su población, para establecer políticas, programas y acciones dirigidas a nuestro despegue del subdesarrollo y del atraso en que nos encontramos, lo cual sí nos conduciría a ser una Venezuela realmente independiente y soberana. Objetivos presentes en el discurso gubernamental pero totalmente ausentes en sus intenciones y muy escasas realizaciones. 

No. No es eso, lo que quiero pues sería como pedirle “peras al horno”, expresión de un “filósofo” zuliano, quien fue candidato presidencial y sigue campante en el escenario y los negocios políticos.  

Lamentablemente, como todo el mundo sabe, quienes nos gobiernan no están interesados en hacer un buen gobierno. Nunca lo estuvieron, ni antes con Chávez ni ahora con Maduro. Sólo les interesa mantenerse en el poder a como dé lugar y para ello utilizan todas las armas posibles: desde las pacíficas, como la propagandística, la demagogia, la mentira y la calumnia, el soborno y la corrupción, hasta las violentas, como las que se expresan en la utilización de los tribunales, las cárceles y las acciones delictivas de los llamados cuerpos de seguridad del Estado, de los tristemente famosos colectivos supuestamente revolucionarios y populares y los grupos armados provenientes del narco Estado colombiano. 

Escribo para decirle al gobierno lo que pienso debe hacer o por lo menos tomar en cuenta para salir lo mejor parado de la situación actual, pero sobre todo para que el pueblo venezolano, el pobre pueblo venezolano, vislumbre una salida, que le permita dejar de sufrir tan intensamente el desgobierno existente y las consecuencias de los enfrentamientos con una oposición que iguala o supera al régimen en sectarismo, violencia e indolencia. Escribo para tratar que se entienda que estamos transitando el camino de la disolución de la república, de nuestra desaparición como nación. Sólo quedarán escombros como premio al ganador de la confrontación, si es que hay realmente un ganador y no somos todos simplemente perdedores.  

La oposición guaidoista no tiene fuerza interna suficiente para derrotar al gobierno de Maduro. Sus posibilidades electorales derivan del amplio rechazo de la población al régimen, que la llevaría a votar por alguno de sus partidos o por una coalición de éstos, si considera que tienen posibilidades de triunfar electoralmente. La fuerza fundamental de Guaidó radica en el apoyo estadounidense, en el respaldo del gobierno de Trump, que arrastra el de otros 58 países. En la aplicación de las sanciones contra el país, en el estrangulamiento económico y diplomático de Venezuela, lo cual no es poca cosa y no puede ser derrotada sólo con el apoyo de Rusia y China. El soporte gringo a Guaidó no es nada despreciable y no se debe subestimar. 

La forma de enfrentar esta política es la realización de elecciones legislativas con un CNE que tenga el respaldo de la mayoría de las fuerzas políticas existentes, lo que debería incluir a AD, UNT y la fracción de Capriles de Primero Justicia. El intento de designar el CNE en la Asamblea Nacional era políticamente correcto. De haberse hecho se habría desmontado toda la conspiración internacional contra el gobierno y el país estaría en la vía de su institucionalización. No se pudo o no se hizo el suficiente esfuerzo en ese sentido. No lo quería Guaidó, pues sellaba su derrota y la de Trump, no lo quiso tampoco el gobierno  producto de sus miedos a un descalabro en unas elecciones con mayor participación. 

O el gobierno asume una posición sincera y valiente en función de unas elecciones legislativas equitativas y transparentes, con un CNE difícil de ser objetado, con la más amplia participación de partidos y otras organizaciones, con una distribución de los curules legislativos apegada estrictamente a la proporcionalidad electoral establecida en la Constitución, sin el ventajismo descarado usual y sin el uso de los recursos del Estado por parte del PSUV, o se profundizará y eternizará la pesadilla de la situación actual.   

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@yahoo.com
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro

EGILDO LUJAN: SI EL JUEGO ESTÁ TRANCADO, HAY QUE CONSULTAR AL PUEBLO. FORMATO DEL FUTURO…

Sin excepción alguna, ciertos políticos y burócratas de distintos gobiernos, en sus pronunciamientos o discursos públicos, muy especialmente los que son “verbocotorreros”, presumen de su supuesta vocación representativa de los pueblos,  o voceros de los  mismos. Pero, además, adicionalmente también afirman ser representantes sordos de los mismos, que terminan siendo  mudos: nunca son escuchados y, además,  mucho menos representados. Es una relación, además, en la que no es extraño que se ofrezca mucho y a la que rara vez les cumplan lo prometido.

Lamentablemente, en Venezuela  se vive en la actualidad una situación política sumamente compleja. Y todo sucede mientras  el Soberano o Pueblo está dividido o polarizado. Por un lado, se tiene a un Gobierno de izquierda o de un comunismo muy particular y violento, apoyado  por una minoría "escuálida" del Soberano.  Adicionalmente, dispone y controla el aparato Legislativo, el Ejecutivo, el Poder Judicial, además de  todos los cuerpos represivos, Fuerzas Armadas, Milicias, policías y otros.

Por el lado contrario, está la representación política de los que  se autodenominan "opositores", que cuentan con el respaldo de una evidente mayoría de ese Soberano o Pueblo (80% versus 20%, según encuestas), además del respaldo de 59 de los gobiernos de los países democráticos del mundo Occidental. Se trata de las representaciones que, en su mayoría, son catalogadas como grandes potencias, y que, a su vez, desconocen al Señor Nicolás Maduro como Presidente de la Nación, a la vez que, en su lugar, reconocen al Ingeniero Juan Guaidó como Presidente interino de Venezuela. Es un innegable acontecimiento político en el que, de igual manera, se proyecta a dicha figura política aclamándosele, en el medio de un respaldo mayoritario a cargo del Soberano, conformado en un gran bloque de opositores.

En términos políticos de razón y democracia, estas grandes  diferencias entre ambos bandos ha ocasionado la ruina del país, múltiples enfrentamientos y protestas ciudadanas con lamentables pérdidas materiales, vidas de ciudadanos y, a su vez, la justificación de la diáspora históricamente más grande del continente americano.

Los voceros y líderes políticos de ambos bandos alegan defender y trabajar para el pueblo, sin que, hasta el presente, el Gobierno haya podido lograr consolidar  una propuesta seria y honesta que se haya traducido en un acuerdo entre las partes para lograr efectivamente un cambio gubernamental estructural.  Ninguno de los dos bandos ha promovido o propiciado un posible Acuerdo que permita resolver la crisis, aun a sabiendas de que  no podrá haber ningún Acuerdo,  si no se sale  del criterio del " Todo o nada ". Todo Acuerdo implica coincidir en algo.

¿Qué hacer, entonces?. Lo lógico sería ir a unas elecciones generales, regidas por  un Consejo Nacional Electoral (CNE) imparcial, que garantice y permita que sea ese Pueblo o Soberano el que decida. No entre “un todo o nada”, sino que, a partir del hecho competitivo del proceso comicial, sencilla y simplemente, se  imponga la voluntad de la mayoría, como único y verdadero dueño soberano del país.

Ciertamente, esa es la solución que el Gobierno no rechaza, pero que se lo plantea como propósito con un organismo electoral totalmente controlado por miembros de su organización partidista, y ex funcionarios de la misma estructura. Adicionalmente, como si fuera poco, su pretensión de dominio es alcanzar a supervisar y controlar el evento electoral, a partir de la supervisión de las parcializadas Fuerzas Armadas, como de unas denominadas Milicias Nacionales, sin olvidar que,  además, se plantea la utilización del mismo patrón y registro electoral conocido por su alta composición de dudas y vicios, como por su capciosa legitimidad.

Como si fuera poco, y para dividir aún más el escenario político, el Gobierno ha propiciado la conformación de un grupo de "Partidos políticos minoritarios" y que ha denominado " La Mesita". Es una figura de reconocidas organizaciones partidistas que, en esta oportunidad, se le trata de atribuir la paternidad participativa para propiciar un supuesto diálogo, proponiendo ir a unas elecciones Parlamentarias este año.   Sólo que se darían con el mismo CNE vetado por la oposición, aunque  modificando su Directorio o Rectores, y repartiendo los cinco puestos rectores entre dos propuestos por La Mesita (?), dos por el Gobierno y un imparcial (?). En otras palabras, un juego político que, evidentemente, sigue dándole el control al Gobierno, a la vez de la conservación de  todo el cuerpo de ese CNE, distinguido por lo intacto de los mismos registros y de la estructura viciada. Imposible, desde luego, que nadie ajeno a quien plantea dicha jugada electorera, pueda creer en que un evento electoral en tales condiciones, pueda  ofrecer ninguna garantía o credibilidad.

Recientemente, luego de una gira política y diplomática internacional, regresó al país el Presidente Interino Ing. Juan Guaido. Se trató de un recorrido que, obviamente, no fue  reconocido por el Gobierno. Se trató de un recorrido por países de  Europa y Norte América. Allí fue  recibido por presidentes de las naciones visitadas y aclamado por la diáspora venezolana en cada uno de ellas.  Desde luego, se trató de un hecho que el Gobierno venezolano no puede ignorar. Además de que  el respaldo ofrecido al visitante por las grandes potencias de Europa y Norte América obligan a reflexionar, de igual manera,  es imposible dejar de mencionar el bochornoso recibimiento que ofrecieron al viajero turbas oficialistas exaltadas, y que se ocuparon de golpear y de  maltratar a los recién llegados, como a periodistas y acompañantes.

Lo que allí se planteó, y que fue como lo trató en sus análisis la prensa internacional, es que el asunto de fondo  no es un problema de guapetones o de  tercos, sino de que  Venezuela está quedando internacionalmente aislada. También que esa especie de manifestación de tutor protector, como es el caso de Rusia, considerado  único apoyo importante que tiene el Gobierno, no puede, económica o militarmente, mantener ese apoyo de manera indefinida.

En cualquier momento, inevitablemente,  tendrá que negociar ese padrinazgo por su propio bienestar político y económico, como ya lo ha hecho en oportunidades similares en otras partes del mundo. Es una situación posible  en la que está sobrentendido que su posición no es por amor al pueblo venezolano, con el que  no se identifica ni comparte ninguna relación cultural, sino por razones de interés geopolítico y económico.

El panorama cada día se complica más. El único recurso de ingresos económicos que le queda a Venezuela, es su industria petrolera, que está prácticamente colapsada. El país está sancionado por los organismos financieros internacionales. No hay dinero y la maquinita de multiplicar dinero inorgánico ya no sirve. El Bolívar fue desplazado por el Dólar y no hay posibilidades de préstamos o subsidios. Internamente, el hambre y la miseria siguen agravándose. El espejismo de presunta bonanza que proyectan los denominados "Bodegones", son sólo recursos para una gran minoría. Caracas, en detrimento del país,  aún conserva parcialmente electricidad, agua y gasolina. Esto es una bomba de tiempo.  que explotará sin beneficiar a nadie. El país conoce a los responsables de lo que ha sucedido hasta hoy. Dios les permita reflexionar a tiempo.

Egildo Lujan
Mariela Silva
asispresidencia@gmail.com 
egildolujan@gmail.com
@egildolujan

REINALDO J. AGUILERA R.: VENEZUELA Y LA RUTA ELECTORAL

En días recientes, el Observatorio Electoral Venezolano (OEV), señaló muy acertadamente respecto a la necesidad de realizar elecciones en nuestro país, tesis que se impone entre la mayoría de los venezolanos como una vía necesaria, aunque no suficiente, para salir de la prolongada crisis política que sufren millones de compatriotas.

Se trata de la obligatoriedad de llevar a cabo unos comicios transparentes y confiables para lo cual resulta imprescindible designar un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) que reemplace al que durante varios procesos electorales, en particular los que tuvieron lugar después del nombramiento de la Asamblea Nacional (año 2015), actuó de manera parcializada y favorable a los intereses del régimen, generando resultados que fueron cuestionados severamente tanto en el ámbito nacional como internacional.

Pero no solo es realizar dichos comisos, es efectuarlos con las garantías necesarias y los estándares que permitan que sea un proceso exitoso y mundialmente reconocidos en cuanto a resultados se refiere.

En tal sentido y como lo he sostenido en otras oportunidades, siempre es sumamente importante indicar que la Organización Internacional de Normalización (ISO, por su nombre original en inglés, International Organization for Standardization) es una organización para la creación de los denominados estándares internacionales, con la salvedad de que la ISO es una organización independiente y no-gubernamental formada por las organizaciones de estandarización de sus 164 países miembros, entre los cuales está Venezuela. 

La ISO es el mayor desarrollador mundial de estándares internacionales voluntarios que facilita el comercio mundial al proporcionar pautas comunes entre países, para la fecha dicha organización ha establecido cerca de veinte mil (20.000) estándares, cubriendo desde productos manufacturados y tecnología a seguridad alimenticia, agricultura, sanidad y aunque no lo crean, lo importante y muy poco conocido, es el aspecto de que también ha desarrollado una norma  que abarca el aspecto ELECTORAL a nivel internacional.

La norma de la cual hago mención, es la  ISO/TS 17582:2014, un documento técnico que tiene que ver con los sistemas de gestión de la calidad y los requisitos particulares para la aplicación de la norma ISO 9001:2008 para las organizaciones electorales en todos los niveles de gobierno, lo interesante es que no está referida a lo que conocemos como partidos políticos solamente, incluye lo que constituiría el deber ser de los organismos que coordinan los procesos electorales en distintos países, incluido el de nosotros con el Consejo Nacional Electoral (CNE). 

Es así como vemos que el “Poder Electoral” constitucionalmente hablando, manifestado en la práctica a través del Consejo Nacional Electoral (CNE), debería tener un enfoque verdaderamente coherente a la luz de dicha norma ISO en referencia, sobre lo que es y lo que significa una real gestión de calidad en materia de planificación y ejecución de los procesos electorales, cosa que NO sucede actualmente, pues la desconfianza es lo único que inspira el actual ente electoral y genera en consecuencia el surgimiento de los distintos escenarios como el de la intervención extranjera como única salida al problema que enfrenta Venezuela.

La citada normativa internacional indica que: “Los órganos electorales de los países miembros, son instituciones que tienen la responsabilidad de la administración del proceso electoral en su totalidad, incluyendo la preparación, organización, administración, monitoreo y promoción de la elección o elecciones en caso de ser múltiples, al igual que el escrutinio de los votos y los resultados finales”, igualmente debe el ente rector de dichos procesos, resolver eficazmente las disputas electorales a que haya lugar y la declaración oficial de los resultados electorales si fuera el caso. 

Mucho de eso ocurre en Venezuela y definitivamente cualquier respuesta siempre será negativa mientras el CNE no sea electo y funcione como debe ser, pues no es para nada normal, que siendo “el mejor sistema electoral del mundo” según sus actuales autoridades, se tenga que esperar hasta altísimas horas de la noche para saber los resultados de un proceso electoral o algo peor, se cambien resultados como ocurrió en el estado Bolívar en el proceso de gobernadores que se realizaron el 15 de octubre de 2017.

Todo el desarrollo de una elección tiene como componentes una serie de procesos interrelacionados, que involucra a los propios organismos electorales subalternos (Juntas Regionales, Municipales, Parroquiales y Mesas Electorales), a las organizaciones con fines políticos y por supuesto a la ciudadanía; ahora bien, un sistema electoral verdaderamente eficiente, que tiene su propio conjunto de normas, leyes y reglamentos, tiene obligatoriamente que ofrecer respuestas oportunas a los administrados, es decir al cuerpo electoral o más claramente, a los electores.

Tristemente es público y notorio que el Gobierno utilizando de manera abusiva la mayoría dentro del Consejo Nacional Electoral actual, ha manipulado el calendario incumpliendo con las exigencias de la Ley.

Algo que es sumamente grave por ejemplo es que desde el año 2007 no existe observación internacional integral de las elecciones en Venezuela, solo han ocurrido misiones de acompañamiento que tienen lugar la misma semana de las elecciones, bajo estricta supervisión del CNE sin ninguna independencia y fuera de los estándares mundiales.

Para este momento es muy preocupante que con los conflictos partidistas (fraccionamiento de los grupos políticos) e institucionales (la existencia de dos directivas en la Asamblea Nacional) se está dificultando, retardando y obstaculizando la renovación del CNE, ni siquiera se ha podido adelantar con éxito, el proceso de designación del Comité de Postulaciones Electorales, paso inicial según la normativa vigente, surgiendo así la posibilidad de que se repita la historia y, sin mediar ningún acuerdo político, sea en definitiva el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), cuyo respaldo a los intereses al Gobierno ha sido evidente, el organismo que finalmente escoja los rectores y volvamos a tener un árbitro percibido como parcializado.

Por todo lo anterior, vemos que indudablemente bajo la perspectiva que venimos analizando, se hace absolutamente necesario el rediseño y la implementación de un claro sistema de gestión de la calidad en el máximo organismo electoral, el cual incluso debería estar enmarcado por sus obligaciones bajo el marco legal aplicable del derecho internacional en tanto y en cuanto sea aplicable y por supuesto a  la constitución nacional Venezolana al igual que las demás normas que rijan la materia, así y solo así se podrá recobrar la confianza a futuro tanto en el organismo comicial como en los resultados de cualquier elección, de no ser así, lejos de contribuir a resolver los problemas de la sociedad venezolana, el actuar de otra manera hará que los agrave. 

Finalmente, podemos afirmar que, si se establecen verdaderas directrices enfocadas en satisfacer las necesidades y expectativas del electorado venezolano y éstas son implementadas y comunicadas correctamente, se podrá lograr obtener un verdadero sistema electoral bajo los esquemas de calidad requeridos, necesarios para una sociedad moderna, de tal modo que la ruta electoral sea realmente efectiva, así de simple y sencillo.

Reinaldo J. Aguilera R.
reinaldoaguilera1968@gmail.com
@raguilera68