lunes, 31 de enero de 2022

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com HOY LUNES 31/01/2022

 

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                 HOY -  OPINIONES INTERNACIONALES Y NACIONALES -                                                                          * 31/01/2022 *

BEATRIZ DE MAJO: AMOR CON AMOR SE PAGA. COLOMBIA EN CAPSULAS. DESDE ESPAÑA


CARLOS ALBERTO MONTANER: BIDEN NO DEBE ASPIRAR EN EL 2024. DESDE ESTADOS UNIDOS


LUIS MARIN: LOS PROCESOS DE LA HABANA. DESDE VENEZUELA

JOISE MORILLO: ¡EL SUICIDIO CHILENO!. DESDE ESTADOS UNIDOS







BEATRIZ DE MAJO: AMOR CON AMOR SE PAGA. COLOMBIA EN CAPSULAS. DESDE ESPAÑA

El ejercicio de la política es ingrato la mayor parte de las veces. Las alianzas son efímeras, las promesas se rompen, las solidaridades entre líderes están plagadas de mentiras y de conveniencias. En Colombia esto no es diferente al resto del mundo, pero las tramposerías, las zancadillas y las traiciones han alcanzado más de una vez a las altas esferas del poder y se han hecho visibles, notorias y protuberantes porque en muchas ocasiones han sido protagonizadas por las figuras más renombradas de los círculos políticos, por presidentes o por candidatos que buscan legitimar su anhelo de prestigio, o su obsesión de poder.

Es que ya lo dijo Maquiavelo: la política es el arte de engañar. Se engañan entre los políticos sin miramientos de ningún género y engañan mucho más y sin tapujos a los millares de pendejos que conforman el desaprensivo gran público elector. No trabajan sino para sus propios fines. Son capaces de bailar pegado cuando les conviene o de propinar una puñalada trapera a quien antes juraban apoyar de manera irrestricta.

Hagamos un poco de memoria. Muy grande fue la sorpresa -la indignación para muchos- que generó en la tierra vecina la intempestiva y dramática desalineación y posterior animosidad de Juan Manuel Santos de quien había sido su protector y guía por años, el Presidente Alvaro Uribe. El mandatario antioqueño se la había jugado en favor de la candidatura presidencial de Santos, lo que no era sino lógico después de que el otro fuera su más estrecho aliado al frente de la cartera de la Defensa. La traición se inauguró con su loca solidaridad con Hugo Chávez. Mi “nuevo mejor amigo”, lo llamó apenas 100 días después de ocupar la Casa de Nariño. Lo demás es Historia reciente.

Pero es preciso reconocer que, de igual manera, la política es capaz de provocar fidelizaciones estrechas, de crear deudas de afectos, de estimular apegos. También la memoria nos hace recordar como Gustavo Petro, siendo Alcalde capitalino, se enfrentó a sus seguidores cuando apoyó de una manera inconsulta pero irrestricta la candidatura de Juan Manuel Santos en el proceso pre electoral que lo reeligió presidente de Colombia en el año 2014. “Si no lo apoyan montaré otro movimiento Progresista” los amenazó cuando sus correligionarios le pidieron cuentas. No le quedó otra a Santos que validar el hecho en su discurso de victoria: “sin los miles de votos que le pusieron los miembros del Movimiento Progresista en Bogotá” no habría sido Presidente. La afinidad ideológica hizo más patente cuando Petro pidió a su partido apoyar el Proceso de Paz que años más tarde le valdría a Santos el controvertido Premio Nobel.

Así las cosas, es posible que esa solidaridad irredenta sea la causante de los apoyos que hoy son buena parte del capital electoral de Gustavo Petro en su carrera hacia la presidencia. Muchos comentan que esta justa electoral es otra nueva medición de Uribe contra una alianza de “Petro más Santos”. Y muchos dicen, por igual, que sin el hombro que le está metiendo Santos al candidato del Foro de Sao Paulo, Petro no conseguirá alcanzar los números a los que aspira. Y ello pudiera ser cierto, aunque no sea ni explicito ni visible. Entre las figuras que acompañan al exguerrillero del M19 en eta etapa preelectoral hay unos cuantos importantes políticos que fueron alfiles de Juan Manuel Santos. Si la mano del Ex mandatario está de por medio para hundir cualquier posibilidad de éxito uribista es algo difícil de discernir.

En todo caso, regresemos a la observación del inicio: la política es capaz de generar círculos virtuosos y círculos viciosos. Ojalá que las alianzas que se están montado para esta justa electoral colombiana estén inspiradas del deseo de hacerle bien a los ciudadanos y no de otro tipo de intereses bellacos o subalternos. Quienes dedican su vida a su ejercicio deberían tener presente la máxima de que “mal paga el diablo a quien bien le sirve”.

Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@BeatrizdeMajo1
Venezuela – España


CARLOS ALBERTO MONTANER: BIDEN NO DEBE ASPIRAR EN EL 2024. DESDE ESTADOS UNIDOS

El presidente Joe Biden le pidió disculpas a un joven periodista a quien había maltratado de palabra públicamente. Lo llamó por teléfono y le explicó que no era una cuestión personal. Eso está muy bien. La humildad de los líderes y la petición de excusas deberían ser obligatorias. A Biden le dejaron un micrófono abierto y se oyó claramente lo que decía. Una de las reglas de los políticos es vigilar los micrófonos. Otra debiera ser no insultar a nadie, y mucho menos a un periodista que le hace una pregunta, aunque sea capciosa.

El 20 de enero se cumplió un año de que Biden empezó a gobernar. NBC publicó una encuesta bipartidista en la que el presidente no sale bien colocado. No es Fox, a la que se le atribuye una actitud trumpista. No se trata de opiniones, sino de datos informativos. Seis de cada diez personas desaprueban la forma en que gobierna. El conjunto de la sociedad estadounidense ni siquiera aprueba el manejo de la pandemia del coronavirus, pese a que era el caballo de batalla de Biden. El 53% lo desaprueba frente a un 44 % que lo respalda.

Se dirá, y es cierto, que es muy difícil gobernar en una democracia que cuenta con 330 millones de personas entre las que prevalece cierto grado de “libertarianismo”, pero eso no explica el descalabro de la encuesta. En 30 años en que se viene midiendo la idoneidad para el cargo a los doce meses de gobierno, sólo un presidente salió peor que él, pese a sus bravuconadas: Donald Trump. En efecto, Biden bajó 10 puntos: de 53 a 43%, pero Trump, al año de estar en el poder, apenas tenía 39% de apoyo popular, y en ese momento ni siquiera estaba acusado de “insurrección”. Eso vino mucho después.

McLaughlin y Asociados, una firma de abogados prestigiosos, con más de cien clientes en el mundo de las grandes corporaciones norteamericanas, a las cuales les procura las mejores estrategias posibles, realizó una encuesta sobre las elecciones del 2024, con una hipotética revancha entre Donald Trump y Joe Biden. Encontró que, pese a que Biden le había ganado a Trump por más de siete millones de votos en el 2020, perdería por un 5% en el 2024.

¿Por qué? Por la inflación, por el precio de la gasolina, por la precipitada salida de Afganistán que tanto recordaba a Vietnam, por el desabastecimiento parcial de los supermercados (como consecuencia de los camioneros y la pandemia). Y porque, hasta cierto punto, pese a no tener ningún asidero en la realidad, ha funcionado la campaña que presenta a Joe Biden como un anciano decrépito que no sabe lo que dice o hace.

No hay en Biden el menor signo demencia senil. No tiene cambios de conducta significativos. No oye voces ni tiene visiones raras. Camina erguido. No olvida nada realmente importante. Olvida, sí, algunos nombres, pero eso le sucede a cualquier persona que se aproxime a los 80. Lo sé porque tengo la edad de Biden. Él nació unos meses antes, en noviembre de 1942. A principios de abril cumpliré 79 años.

La edad es muy importante. En el 2024 Biden tendrá 82 años. No tiene sentido aspirar a otro mandato. Ya le hizo un gran servicio a Estados Unidos quitándole de encima a otro anciano mucho más dañino, a Donald Trump, una persona empeñada en mentir descaradamente sobre el supuesto fraude electoral que llevó a Joe Biden a la Casa Blanca, a sabiendas de que el embuste le quedaría como anillo al dedo a los enemigos de Estados Unidos.

Incluso, el gesto de persona sensata de Joe Biden, separándose de la próxima competencia electoral por su avanzada edad, tendría una consecuencia imprevista: probablemente, jubilaría de paso a Donald Trump, porque los electores sacarían la misma cuenta, haciéndole el mayor y el mejor servicio a su patria. Es inconcebible que en un país de 330 millones de habitantes los electores tengan que elegir entre dos octogenarios.

La apertura de primarias en los dos partidos le traería al país una bocanada de aire fresco. En el Demócrata no necesariamente sería la VP Kamala Harris quien gane la candidatura, aunque aspiraría, y en el Republicano no sería quien designara Donald Trump, especialmente por la tensa situación creada entre el expresidente y Ron DeSantis, un abogado graduado en Harvard, gobernador de Florida, y presuntamente su discípulo. La crisis entre los dos líderes republicanos fue revelada por el periódico The Hill.

Carlos Alberto Montaner
montaner.ca@gmail.com
@CarlosAMontaner
Cuba- Estados Unidos-España

JEAN MANINAT: EL VIRUS DE BORIS. DESDE ESPAÑA

La política en el Reino Unido se distinguió por llevar en alto la flama de la supuesta flema que caracterizaría el temperamento de los británicos natos y bien educados. Un cierto distanciamiento frente a los acontecimientos, una compostura a toda prueba, y la armadura de un humor ácido e ingenioso cuyo mejor ejemplo es el catálogo de frases célebres -por ocurrentes- que se le atribuyen a Sir Winston Leonard Spencer Churchill. Con los años se ha hecho de él una figura caricaturesca con la que se suele adornar los jarros de cerveza que venden las tiendas de souvenir. Y, para colmo, excelentes actores lo han impostado ladrando como un irritable bulldog inglés. Poor dearest Winston!

Todos sabemos que detrás de ese sobrio donaire que ostentan las clases dominantes británicas, conviven toda clase de travesuras y bochinches, mucha frivolidad y una decadencia de museo de Madame Tussauds. Basta con pasearse por algunas de las series televisivas que retratan el infantil día a día de la Corona, o las querellas actuales entre dos mimados hermanos, para entender que su misión es enternecernos divertidamente con su pompa y circunstancia. El precio es alto a pagar para los contribuyentes británicos, pero las mayorías plebeyas lo asumen con leal entusiasmo, sobre todo si hay bodas reales.

Pero el retrato no ha sido siempre rosa. John le Carré -entre otros- dedicó su extensa obra a desmenuzar los precipicios morales de los miembros de los servicios de espionaje británicos, que por años fueron el coto privado de las upper classes. La madeja de traiciones, delaciones, intereses burocráticos, infidelidades, retrata a seres que antes que aristócratas eran humanos como los que toman el metro, conspiran contra el nuevo jefe al llegar a la oficina, se emborrachan en el bar de la esquina, y sueñan con unas vacaciones en el mediterráneo, pero sin cónyuge. En su novela póstuma, Silverview, le Carré nos deja un regusto de esa estirpe de truhanes idealistas, animosos y luego desengañados que fueron la materia de su mundo literario.

Pero si de pícaros se trata, ninguno como Boris el Único. Ha tomado siglos para que el azar y la necesidad produjeran tamaño artificio biológico, capaz de poner en peligro la economía de su país con el Brexit, negar inicialmente la pandemia de Covid-19 y burlarse luego del esfuerzo de reclusión que exigió a sus conciudadanos mientras él y sus íntimos celebraban su cumpleaños con una fiestecita en 10 Downing Street en pleno confinamiento.

Es el modelo europeo del político lenguaraz y mentiroso que, en nombre de su supuesta lucha en contra de “la política tradicional”, quiere detonar la institucionalidad democrática. Es difícil precisar si el virus político populista que representa es el originario, o es de una cepa diferente de la que ya se instaló en Latinoamérica. A diferencia de sus pares más abajo del Río Grande, es un hombre culto, formado en Eton, y estudió Filología Clásica en Balliol College, Oxford. Lo que prueba que la cultura no vacuna en contra de la egocéntrica irresponsabilidad que ataca a los líderes populistas. Por el contrario, puede inflamarla.

Veremos qué sucede finalmente en la Cámara de los Comunes y si la investigación propuesta por la Policía Metropolitana de Londres tiene algún resultado. Al virus de Boris lo detiene el sentido común, pero actualmente es escaso, como su falta de modestia.

Jean Maninat
maninatj@gmail.com
@ElUniversal
@jeanmaninat
Venezuela- España

LUIS MARIN: LOS PROCESOS DE LA HABANA. DESDE VENEZUELA

A partir de la protesta popular masiva del 11 de julio de 2021, que se extendió por todo el territorio de la isla, el régimen castrista ha escenificado una serie igualmente masiva de “juicios” para escarmentar a la población, con sentencias ejemplarizantes, de manera que eventos como aquellos no vuelvan a repetirse, a despecho de la vigilancia revolucionaria que tampoco podrá permitirse ni un instante de reposo.

Los juicios espectaculares han acompañado a la sedicente revolución desde su inicio en enero de 1959, a pocas semanas de su entrada en La Habana, Castro inauguró el nuevo régimen con procesos tumultuarios celebrados en el Palacio de los Deportes, condenando al paredón a sus víctimas en medio de un cúmulo de irregularidades procesales y la algarabía del populacho.

De inmediato produjo conmoción el juicio de los aviadores en Santiago de Cuba entre febrero y marzo, en el que 43 pilotos de la Fuerza Aérea fueron absueltos en un Tribunal Revolucionario por no demostrarse ningún crimen; pero Castro rechazó esa sentencia y ordenó un nuevo juicio en que se les condenó a penas de hasta 30 años sin fundamento alguno y sin ajustarse a lo alegado y probado en primera instancia.

Este juicio estuvo plagado de peripecias que sería muy arduo relatar en detalle, pero baste mencionar que el Tribunal de Revisión fue presidido por el inefable Manuel “Barbarroja” Piñeiro; que el juez de primera instancia, Félix Pena, apareció “suicidado” en su vehículo con un tiro en el pecho y que gracias a la intercesión ante Fidel Castro del arzobispo de Santiago, Enrique Pérez Serantes, se convino excluir las sentencias de muerte.

No fue este el caso de la llamada Causa Número 1 de 1989, por la que se fusiló al héroe de la revolución, general Arnaldo Ochoa, al coronel Tony De La Guardia y otros procesados menos ilustres, después de un largo mes de seguir el proceso por televisión como si fuera una telenovela, que Castro escrutaba por circuito cerrado escudriñando cada detalle con morbosa fruición, desde el 12 de junio hasta su dramático final el 13 de julio, en que lacónicamente masculló respecto a Ochoa: “Murió como un hombre”.

Otro espectáculo judicial fue la Primavera Negra, entre marzo y abril de 2003, en que se procesó sumariamente al Grupo de los 75, intelectuales, periodistas, disidentes en general, bajo el imperio del artículo 91 del Código Penal y la Ley 88, conocida como Ley Mordaza, condenados a penas de hasta 27 años de prisión con el denominador común de no haber cometido delito alguno. Luego de una década de penalidad, la mayoría fue cambiando la prisión por el extrañamiento del territorio nacional, recurso que, por cierto, se prohíbe en el artículo 50 de la Constitución de Venezuela.

Ahora los juicios son a puerta cerrada, sin público ni cámaras de televisión, pero con ciertas peculiaridades inauditas, como la detención, tortura y procesamiento de niños, algunos de ellos con necesidades especiales, que reciben condenas muy superiores a la edad que tienen; arrestos de familias completas, padres e hijos, hermanos, colaterales, incluso los amigos de los procesados son perseguidos, coaccionados y amenazados por la seguridad del Estado, la acción penal irradia a todo el círculo familiar y social de los imputados y ante el desbordamiento de los tribunales se recurre a juicios colectivos.

La actuación del régimen castrista contra la población es un verdadero desafío más que para la comunidad internacional y sus instituciones, para la conciencia misma de la humanidad, en virtud de que viola flagrantemente los principios fundamentales en que se basan los tratados internacionales sobre derechos humanos que son de jurisdicción universal.

Generalmente se acepta que un ordenamiento jurídico sólo puede admitir la coacción como reacción contra un hecho ilícito, de allí la importancia de la concepción misma del delito, como una acción previamente tipificada, antijurídica y culpable. Lo antijurídico comprende un aspecto objetivo y otro subjetivo, acción e intención, hecho dañoso y a propósito.

Todos esos casos que proliferan en Cuba de “peligrosidad predelictiva” son un exabrupto jurídico, porque no se puede condenar sobre suposiciones sino sobre hechos; así como no pueden ser delitos acciones inocuas que no perjudican a nadie en particular ni a la sociedad.

Los comunistas reivindican en todas partes un supuesto derecho a la “protesta social”, salvo en Cuba, donde cualquier manifestación se considera un acto de “sedición”, con el argumento de que “la calle es de los revolucionarios”. O sea, las únicas manifestaciones permitidas son las de apoyo al régimen castrista y ninguna otra, lo que es otra violación al principio universalmente aceptado de igualdad ante la ley.

El delito de sedición consiste en una revuelta concertada, que en muchos ordenamientos jurídicos se confunde con la rebelión, sobre todo cuando involucra personal militar, ambos son delitos contra el orden público constitucional. Sedición presupone conjura, secreta confabulación. Irónicamente la revolución, como el golpe de Estado, son ejemplos típicos ilustrativos de este delito.

Ahora bien, cualquier manifestación pública no constituye un acto de sedición, tanto menos cuando es espontánea, no convocada por nadie, sino consecuencia de una situación general de descontento, por diversas razones que están a la vista, no necesitan demostración porque son conocidas por todos y en ningún caso son producto de una imaginaria conspiración.

Otra violación consiste en el carácter regresivo del sistema penal castrista tendente a empeorar la situación del reo, contrario a la progresividad del sistema penal universal que se rige por el principio “pro reo”, por ejemplo, entre penas posibles debe elegirse siempre la menos gravosa. En Cuba se imponen multas por faltas que no ameritan privación de libertad, pero luego, por “impago de multas”, mandan a la gente a prisión. No es irrelevante el hecho de que este abusivo mecanismo se use exclusivamente contra disidentes políticos.

Aymara Nieto Muñoz es una presa política de larga data a quien le han agravado la pena acusándola de un motín en el que no participó ni podía participar porque se encontraba en otra área del penal, en la lavandería, lejos del lugar de los hechos; por lo que la confinan a Las Tunas, a 600 kilómetros de su domicilio, contrariando todas las reglas Mandela, que Cuba ha suscrito. El problema es su actitud irreductible, por lo que la aíslan meses en celda de castigo. Hasta que sintiéndose amenazada por otras reclusas solicitó que la mandaran allí por razones de seguridad personal, entonces, no la vuelven a poner en celda de castigo.

El caso de Aymara Nieto Muñoz, Dama de Blanco, miembro de UNPACU, basta para un informe de la ONU, si tuvieran algún interés en hacerlo. Su esposo, Ismael Boris Reñí es acosado por la seguridad del Estado, que hasta les roban la ropa que ponen en el tendedero. Tienen tres hijas y dos nietas. Las niñas sufren actos de repudio en la escuela, por ser hijas de contrarrevolucionarios; pero no las pueden retirar, porque eso también es penalizado. De hecho, los pastores evangélicos Ramón Rigal y Ayda Expósito fueron encarcelados por tratar de educar a sus hijos en casa y evitar el adoctrinamiento comunista, otro “delito”.

Cubanos honrados que dicen lo que piensan, van a prisión: Carlos Manuel Pupo Rodríguez, promotor del Proyecto Emilia y dirigente del Partido Unión por Cuba Libre ha pasado por seis prisiones; Silverio Portal Contreras, un negro de ébano que irradia dignidad, es la imagen misma de la inocencia; la familia de Andy García Lorenzo es un modelo de la que cualquiera se sentiría orgulloso; es imposible siquiera mencionar a más de mil casos.

Los castristas ya perdieron la batalla moral con el pueblo cubano, a falta de toda razón, sólo les quedan mentiras y terror.

Como suele ocurrir en la Historia, ellos mismos formaron a quienes van a derrocarlos.

Luis Marin
lumarinre@gmail.com
@lumarinre
Venezuela

JOISE MORILLO: ¡EL SUICIDIO CHILENO!. DESDE ESTADOS UNIDOS

Con el advenimiento del izquierdismo con Boric al poder en Chile hay un postulado que se pretende dar como respuesta probables contestando al economista chileno, Sebastián Edwards que pregunta y afirma a la vez:

¿Cómo fue posible que el país más exitoso de la historia de América Latina decidiera, por una abrumadora mayoría, destruir la institucionalidad que le había permitido convertirse en referente regional?

¡Sencilla y a la vez compleja! La respuesta es esta: La campaña victimizadora denunciada por Carlos Rangel en su obra del buen salvaje al buen revolucionario y por Plinio Apuleyo en Manual del perfecto idiota Latinoamericano, lo explican con lujo de detalles, las campañas adoctrinantes que, desde los años 50 se han desarrollado en Latinoamérica a partir de las ideas Gramncianas de abordar la clase intelectual, los colegios, las universidades, etc., para sembrar el socialismo en nuestras latitudes y las foráneas, ha ido evolucionando con una suerte de lavado de cerebros en las clases menos instruidas de política, esta campaña promocionado el odio en contra de todo lo que no que no huela a comunismo socialismo como lo determina su mentor líder fallecido, el narcisista dañino Fidel Castro.

Para que esto haya sucedido, parte importante de los sectores políticos e intelectuales se ha anclado en una mentalidad tercermundista, nacionalista (emulando al jacobismo octagesimo de la revolucion francesa) de espíritu socialista, que los lleva a un constante victimismo "patriótico" que presenta al mundo occidental y al capitalismo como el principal culpable de los males de los países pobres, y que estos estadistas e intelectuales (los "victimizados e idiotas" según sendos libros) habiendose ubicado en una posición de influencia social y otra tan importante como la educacion han abonado el terreno para el populismo y el estancamiento en el subdesarrollo de los países latinoamericanos.

Aunado a lo anterior, tenemos el mecanismo geopolítico que ha desarrollado la gleba castrista comunista cubana cultivada por Fidel previamente al fracaso o desaparición de la URSS que, previniendo verse abandonado económicamente por Rusia, se las ingenió para conseguir financiamiento de otras fuentes para seguir con su ignominia represora de su pueblo (Cuba) y los pueblos latinoamericanos, por ello promovió y creó con Lula da Silva el Foro diabólico llamado Foro de Sao Paulo (São Paulo Brasil 1990). En este foro se determinó que la campaña pro izquierdismo se debía financiar con los países miembros de mayores recursos, que para ese entonces eran Brasil y Venezuela. Brasil se replegó por factores diversos y Venezuela quedó en veremos. Empero desde el advenimiento del Chavismo al poder en Venezuela de la mano de resentido social, pródigo, megalómano, narcisista Hugo Chávez, el foro decaído resucitó y dio como resultado posterior a varios anexos como Celac, Alba, etc. Tal proyecto fatídico ha sido la herramienta para la campaña de enajenación mental victimizadora explicada anteriormente y, que ha sufrido el populacho ignorante de política y dirigido con sublimidad hacia los colegiales y universitarios románticos engañados. Aparte ha sido la base promotora del terror urbano (brisitas bolivarianas de Diosdado Cabello y Nicolás Maduro) para fundar mediante protestas violentas en las calles, toda clase de saqueos, emitiendo propaganda e incentivos a la violencia para demostrando un descontento global o general que no existe a ciencia cierta. Últimamente se ha anexado a este guiso el Grupo de Puebla patrocinado por el izquierdista también A. MANUEL OBRADOR de México.

En el caso de Chile, el economista reseña -como preconizando- una sarta de mentiras que tomarían como patrón propagandístico. Pues, sucedió, Los izquierdistas, mintiendo a discreción, especularon que el sistema de gobierno derechista había fallado, que no logró satisfacer las demandas de la ciudadanía y formularon, como era de esperar todo tipo de teorías acerca de fuerzas sociales misteriosas que nadie anticipó.

Yo comparto con Edward que la verdad, sin embargo, es que el suicidio de Chile era previsible y que se venía advirtiendo hace más de una década que ocurriría.

Edward afirma lo siguiente:

"es que, hace muchos años que Chile viene cultivando un estado depresivo mediante un discurso público flagelante, que se negó sistemáticamente a reconocer el progreso que habíamos conseguido mientras se encargaba de demonizar al mercado, a los empresarios, al lucro y a todos aquellos principios que nos habían sacado de la mediocridad que históricamente nos había caracterizado (...)Este discurso sumió a los chilenos en una depresión que a su vez los llevó a odiar lo que habían construido. En otras palabras, la raíz del problema chileno fue psicológica. En su bestseller 12 Rules for Life, Jordan Peterson sugiere una regla de salud mental que Chile claramente no aplicó: compárate con el lugar en el que te encontrabas antes y no con el lugar en que están los demás."

Esto que dice el economista es el producto de la campaña terrorista mediática y de facto que ha venido desempeñando la gleba comunista sembrada en Latinoamérica.

Joise Morillo
Kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela - EEUU

ALFREDO M. CEPERO: ORACIÓN POR JOSÉ MARTÍ, DESDE ESTADOS UNIDOS

Nota: Texto del Discurso pronunciado por Alfredo M. Cepero el sábado 27 de enero de 2018 por invitación del Dr. Joaquín Pérez-Febles en la First Presbyterian Church of Arlington, Virginia, ante la colonia cubana del Área Metropolitana de la capital de los Estados Unidos.

Cubanos, cubanas y amigos de la libertad de Cuba:

Para ustedes y para mi esta es una tarde de alta significación patriótica. Para mí, específicamente, es una tarde de profundo contenido emocional. Regreso a una geografía cuyos paisajes, monumentos, calles y edificios me recuerdan los 15 años de mayor trascendencia en mi vida de exiliado. Aquí conocí y me casé en la Iglesia, ahora catedral, de Saint Thomas Moore, con la mujer con quien he compartido alegrías y tristezas, retos y oportunidades durante más de medio siglo. En el Washington Hospital Center nacieron mis cinco hijos. En la American University obtuve una Maestría en Administración de Negocios. Y durante doce años tuve el privilegio de hablarles a mis hermanos cubanos como corresponsal y periodista de la Voz de los Estados Unidos de América.

Pero la obra y las actividades más cercanas a mis sentimientos patrióticos fueron las desarrolladas a través de la Casa Cuba de Washington. Un grupo de patriotas cubanos que, como hacen ustedes esta tarde, nos mantuvimos unidos en la esperanza y fieles al recuerdo de nuestra martirizada Cuba. Ni el tiempo ni la distancia mermaron nuestra fidelidad porque, para quienes amamos y veneramos a una patria en cadenas, no existen barreras de distancia ni de tiempo.

Para mantener viva la Cuba de nuestro orgullo y de nuestras añoranzas, realizamos actividades sociales, artísticas y culturales en lugares tales como el Lisner Auditorium de la George Washington University, el Bishop O'Connell High School en Virginia y el Montgomery Blair High School en Maryland. Pero el mayor de esos actos patrióticos fue el realizado en septiembre de 1976 agradeciendo nuestra acogida en este país, con motivo del bicentenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, en que llenamos las 2,500 butacas del Eisenhower Theater, en el Kennedy Center.

La Casa Cuba también sirvió como centro de operaciones y de apoyo a marchas cívicas encabezadas por personalidades como el ex Presidente de la República Carlos Prío, el Presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana Jorge Más Canosa, el Presidente de la Brigada 2506 Juanito Pérez Franco, el campeón de los derechos humanos Humberto Medrano, el maestro de periodistas Guillermo Martínez Márquez, el Decano del Colegio Médico Cubano Libre Enrique Huertas y mi amiga Juanita Castro, una pobre mujer atormentada por la maldad diabólica de sus forajidos hermanos.

Tiene al mismo tiempo esta tarde un elemento espiritual que supera nuestro mundo material. Sin estar con nosotros esta tarde, yo veo presentes entre ustedes a muchos de aquellos patriotas que trabajaron aquí en Washington por una Cuba Libre y que se nos han adelantado en el camino de la eternidad. Desde el cielo siguen trabajando y nos saludan, nos aplauden y nos estimulan patriotas como Pedro Ortiz, Mario Pujals, Luis Pages, Félix Pages, Claudio Ponce, Tony Montiel, Rafi Madan, Chea Pedroso, Rosa Arrieta, Isabel Pruna, Ana María Perera, Victoria Pujals, Raúl Caballero, Pedro Entenza, Claudio Benedí, Gerardo Mora, Fernando Quintana y tantos otros no menos dignos de ser recordados y homenajeados a pesar de no ser registrados por mi memoria.

El camino trazado por aquellos cubanos excepcionales sigue siendo recorrido hoy por hombres y mujeres que, como ustedes, han recogido su antorcha. Entre ellos se destaca mi buen amigo y mejor amigo de mi mujer desde sus años de juventud, el Dr. Joaquín Pérez Febles. "Tato", para sus amigos íntimos, era el organizador de excursiones juveniles a las Cuevas de Cepero, cercanas al idílico pueblecito de Cantel y a la playa de Varadero, en la provincia de Matanzas. A él le debo el honor de compartir esta tarde con ustedes una añoranza de patria que es al mismo tiempo la determinación de servirla hasta el último soplo de mi vida.

Pero si vamos a hablar de servicio a Cuba, todos los servicios y servidores nos quedamos pequeños ante la hoja de servicios del hombre cuya memoria honramos esta tarde. Nadie como él renunció o ha renunciado a la felicidad personal para promover la felicidad del pueblo de Cuba. Se enfrentó a la ira de Mariano Martí, un padre que no concebía una Cuba que no fuera colonia de España, sintió el trauma de hacer sufrir con su encarcelamiento a Leonor Pérez, la madre de su idolatría, renunció al calor de unas hermanas protectoras del único varón en una familia de mujeres, abandonó la tierra de sus desvelos siendo literalmente un niño, sacrificó la compañía de una esposa amante por la soledad del profeta de una causa considerada imposible, padeció el dolor de no ver crecer al hijo de sus amores, aceptó de buen grado la miseria personal a cambio de enriquecer las arcas paupérrimas de su "guerra necesaria", fue víctima de la envidia de quienes como beneficiarios de su obra debieron haber sido sus mejores amigos, prefirió el exilio a la ignominia de vivir asfixiado por la garra de sus opresores y ofrendó su vida en holocausto supremo de su amor a Cuba. ¿Díganme ustedes si ha habido algún cubano capaz de igualar su dimensión galáctica?

La respuesta es obvia: Ninguno. Haciendo una paráfrasis de Juan el Bautista: "ninguno de nosotros es digno de desatar una correa de las sandalias del Apóstol de nuestras libertades". De Martí, el hombre que uno de sus biógrafos, Luís Rodríguez Embil, llamó: "El santo de América". De todas maneras, esta tarde recordemos su ejemplo y honremos su memoria como muestra de gratitud por sus servicios a la patria. Sin embargo, me parece innecesario hacer una cronología detallada de la vida de Jose Martí. Presumo que la mayoría de ustedes están familiarizados con sus datos biográficos.

Creo, por lo tanto, mucho más indicado y productivo analizar las facetas de su carácter, su prédica patriótica, las decisiones que determinaron el curso de su vida y su inmolación en Dos Ríos. Todo ello, para que imitemos su ejemplo y terminemos su labor inconclusa. La de construir la Cuba libre, democrática y justa por la que ofrendó su vida joven, generosa y fructífera. Porque a Martí se le honra con la conducta más que con las palabras. Las palabras que no conducen a la acción son meros fuegos artificiales. De palabras vanas está llena la enciclopedia de nuestros errores como pueblo y de nuestros fracasos como nación.

Para comprender mejor a Martí, me parece oportuno que nos identifiquemos con él en nuestro carácter de exiliados. Martí sale al exilio con destino a España el 15 de enero de 1871en el vapor Guipúzcoa. En 13 días cumpliría 18 años y escapaba de la traumática experiencia de las Canteras de San Lazaro cuyos grilletes le causaron llagas, enfermedades y dolores que lo atormentaron por el resto de sus días. Entonces escribe a su mentor y maestro Rafael María de Mendive: "Mucho he sufrido, pero tengo la convicción de que he sabido sufrir". Lo que no sabía el joven Martí era que su sufrimiento apenas comenzaba y que su felicidad personal estaría limitada por su servicio a la patria. Por eso en uno de sus versos sencillos más tarde escribiría: "Amo la tierra florida/musulmana o española/donde rompió su corola/la poca flor de mi vida".

De hecho, de los 42 años que tenía al caer abatido por las balas españolas en Dos Ríos, Martí había vivido solamente 18 años y medio en Cuba y 24 años deambulando por un mundo que, como el de nuestros días, era indiferente a nuestra tragedia. En distintos momentos y con varias interrupciones había vivido cuatro años en España y tres años entre México y Guatemala. Desde enero de 1880 hasta principio de 1895 (15 años) residió en Nueva York, desde donde viajó a Cayo Hueso, Tampa, Costa Rica, Jamaica, Panama, Republica Dominicana, Venezuela y Haití organizando una revolución y predicando una guerra totalmente contrarias a su temperamento conciliador pero que sabía inevitable si Cuba quería ser libre del yugo español.

Volviendo a su primer encuentro con un mundo indiferente a su causa, la España en la que desembarcó José Martí el 1 de Febrero de 1871, estaba en plena efervescencia revolucionaria y democrática. Algunos exiliados tratan de buscarse la vida, otros determinan proseguir la lucha, hacer del exilio un foco revolucionario, aprovechar la libertad para preparar la acción. Entre esos últimos formó fila nuestro Apóstol.

Se da entonces a la tarea frenética de dar a conocer la trágica realidad de la Cuba colonial española. Publica sus primeros artículos en La Soberanía Nacional de Cádiz y La Cuestión Cubana de Sevilla, El Jurado Federal de Madrid y La Republica de Nueva York. Pero su escrito más importante en ese momento fue "La República Española ante la Revolución Cubana", publicado en forma de folleto el 15 febrero de 1873. En el mismo denuncia la hipocresía de España de negar a Cuba las condiciones de libertad y democracia que exigía para sí misma.

Con apenas 19 años Martí era ya un magnífico escritor. La prosa de Martí cautivaba, era una prosa combativa y polémica, con tintes bíblicos, homéricos y dantescos, una prosa que, como su autor, podemos calificar de titánica. Una prosa que apelaba al corazón de los lectores con las astucias y la musicalidad de un poeta. Un poeta que, de no haber sido el Apóstol de nuestra libertad, se habría destacado de todas maneras como uno de los precursores del movimiento modernista en la poesía americana. Y eso lo dijo nada menos que Rubén Darío, la cumbre más alta del modernismo en la poesía.

Pero como la perfección es privilegio exclusivo de Dios no hay ser humano perfecto. Como ser humano, Martí no lo era. Algunos de sus detractores y buscadores de notoriedad acusan a Martí de no haber sido un genuino hombre de familia. Y en realidad no lo fue. Nos guste o no, los genios no pueden ser encasillados en moldes caprichosos. Por eso José Martí no puede ser considerado ejemplo de hombre de familia al estilo tradicional.

Su familia no podía ser resumida en su totalidad en un simple árbol genealógico ni podía limitarse a los residentes en un domicilio. En la mente de Martí, su familia comprendía la totalidad del pueblo de Cuba y residía en el territorio que se extiende desde la Punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio. Pero eso no quiere decir que no extrañara a sus seres queridos y que no hiciera un gran esfuerzo para expresarles su afecto.

En ese sentido, el epistolario entre madre e hijo, desde la primera carta de José Julián fechada en el Caimito del Hanábana, octubre 23, 1862--cuando el niño tenía 9 años-- hasta la última enviada días antes de llegar a Playita de Cajobabo en 1895, ya en el umbral de la muerte, muestra una honda ternura y un amor sin límites hacia su progenitora, que fue siempre su mejor aliada frente a la hostilidad de un padre moldeado en la disciplina castrense.

Una muestra de esos sentimientos filiales la encontramos en la dedicatoria de una foto mostrando sus grilletes que le fue tomada durante su encarcelamiento en las Canteras de San Lázaro. En ella, el joven Martí le da ánimo a Leonor haciendo despliegue de su destreza poética y le dice: "Mírame, madre, y por tu amor no llores: si esclavo de mi edad y mis doctrinas, tu mártir corazón llené de espinas, piensa que nacen entre espinas, flores".

La madre, como todas las madres, no cesa de darle consejos, aún a sabiendas de que su hijo no la escucharía. Leonor, por su parte, en una de sus múltiples cartas, le escribe: "Qué sacrificio tan inútil, hijo de mi vida, el que estás haciendo de tu tranquilidad y de la de todos los que te quieren, no hay un solo ser que te lo sepa agradecer, el que más achaca tu sacrificio al ansia de brillar, otros, a la propia conveniencia, y nadie en su verdadero valor".

Por otra parte, su matrimonio con la camagüeyana Carmen Zayas-Bazán también terminó en fracaso. Se casaron en México el 20 de diciembre de 1877 en casa de su amigo Manuel Mercado. Ambos tenían 24 años. Carmen fue con Martí a Guatemala y después a Cuba al año siguiente. En 1879, asfixiado por la intolerancia en la Isla, Martí se fue a Nueva York y ella se quedó en Cuba. Al año siguiente, ella embarcó con el niño y se reunió con él en Nueva York. Se produjeron otros viajes entre Nueva York y Cuba pero, en 1885, el matrimonio concluyó con el regreso de Carmen y el niño a la región natal de la madre.

En realidad, ni Carmen Zayas Bazán era mujer para Martí, ni Martí hombre para ella. Carmen se enamoró del genio, pero el genio de Martí no estaba hecho para lo que ella quería. Martí, por su parte, se enamoró de la gracia de la camagüeyana, pero al patriota dejaron de interesarle esos valores. Lo que rompió la tregua fue el cansancio de Carmen de vivir en el extranjero, y la resistencia de Martí a volver a Cuba mientras no fuera libre donde, según sus propias palabras: "Allí toda bofetada me sonaría en la cara''.

Pero la separación de la esposa no mermó en lo más mínimo la devoción y el amor a su hijo. En un pequeño libro de poemas que dedica a Pepito bajo el título de "Ismaelillo", publicado en 1882, le dice en el prólogo: "Hijo: Espantado de todo me refugio en ti. Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud y en ti". Y a punto de salir hacia Cuba en el que presiente será su último viaje, desde Montecristi le dice: “Hijo, esta noche salgo para Cuba: salgo sin ti, cuando debieras estar a mi lado. Al salir, pienso en ti. Si desaparezco en el camino, recibirás con esta carta la leontina que usó en vida tu padre. Adiós. Sé justo... José Martí”.

Otra de las leyendas negras diseminadas por los detractores de Martí fue la de que había sido un mujeriego. El propio Fermín Valdés Domínguez, su más íntimo amigo, en su trabajo "Ofrenda de Hermano", criticó a Martí por mantener relaciones amorosas con varias mujeres al mismo tiempo. Ya en su juventud en España, Martí había sostenido relaciones con la madrileña Doña Barbarita y en Zaragoza tuvo un romance con una joven modista llamada Blanca de Montalvo. En Guatemala despertó la veneración de la adolescente Maria García Granados, inmortalizada por Martí en su poema "La Niña de Guatemala" en uno de cuyos versos escribió:"Se entró de tarde en el río/la sacó muerta el doctor/dicen que murió de frío/yo sé que murió de amor". Sin embargo, sus biógrafos más serios afirman que fue una relación platónica sin contacto íntimo alguno.

Pero quizás la mujer de mayor importancia en su vida fue Carmen Miyares, quién administraba una casa de huéspedes en Manhattan. Durante su larga y solitaria vida en Nueva York, Martí encontró en esta mujer refugio material y espiritual para sus frustraciones espirituales y sus dolencias físicas. Ella le curaba las llagas y heridas persistentes desde sus años de prisión y llenó el vacío creado por la ausencia de la esposa y del hijo.

Muchas fuentes dignas de crédito atribuyen a Martí la paternidad de María Mantilla, la última hija de Carmen. En una carta dirigida a la niña pocos días antes de caer abatido en Dos Ríos, Martí le dice: "… quiere mucho a tu madre, que no he conocido en este mundo mujer mejor. No puedo, ni podré pensar en ella sin conmoverme y ver más clara y hermosa la vida. Cuida bien ese tesoro". Ahora bien, fuera o no un mujeriego, nadie puede negarle a Martí el crédito de ser el forjador de la nación cubana y el faro que, aún después de muerto, sigue iluminando el camino de nuestra lucha actual por la libertad. Acentuar sus defectos y negar sus méritos es obra de miserables que no merecen ni tener patria ni llamarse cubanos.

Este cubano en superlativo que honramos esta tarde hizo de la rebeldía un factor constante en su vida, desde su encarcelamiento en Las Canteras de San Lázaro a los 17 años de edad hasta su caída en Dos Ríos a los 42. Fue un hombre radical que nunca creyó en soluciones mediatizadas que siempre benefician a los tiranos. Cuando los republicanos españoles, agobiados por el alto costo y la prolongación de la guerra, deciden otorgar a Cuba y Puerto Rico derechos como estados en su Constitución de 1873, Martí se opone rotundamente. El Apóstol se para en firme y les dice: "La sima que dividía a España y Cuba se ha llenado, por voluntad de España, de cadáveres. España ya no tiene derecho ni autoridad moral para negarle a Cuba su independencia".

Cuando en febrero de 1878, después de diez años de guerra, unas tropas mambisas desnudas, desarmadas y hambrientas firman la Paz del Zanjón, son pocos los que comparten la rebeldía de Jose Martí. Una consecuencia directa de aquella paz precaria fue la creación del Partido Autonomista Cubano. En el mismo se integraron antiguos reformistas, liberales y nuevas generaciones de cubanos que desconfiaban de las estrategias radicales y que vislumbraban un horizonte de independencia logrado por métodos pacíficos. Algo muy parecido a la oposición domesticada que hoy propone plebiscitos bajo el control de la tiranía castrista para decidir el futuro político de Cuba.

José Martí se les enfrentó a aquellos apaciguadores como se les enfrentaría a los de este momento. En abril de 1879, el Apóstol se encontraba en Cuba en una estadía que sólo duró nueve meses. Durante esos meses conspiraría con Juan Gualberto Gómez y otros patriotas negados a toda negociación que no condujera a la independencia absoluta. El 21 de abril, Martí fue invitado a un banquete que el Partido Liberal, muchos de cuyos miembros se habían integrado al autonomismo, le ofreció en los altos del Louvre, donde hizo uso de la palabra.

Sus palabras de ese día definieron la que sería su actitud futura con respecto a quienes proponía negociar con España desde una posición de debilidad. Entonces dijo: “…por soberbia, por digna, por enérgica, yo brindo por la política cubana. Pero si, hemos de ser más que voces de la patria disfraces de nosotros mismos; si con ligeras caricias en la melena, como el domador desconfiado, se pretende aquietar y burlar al noble león ansioso, entonces quiebro mi copa: no brindo por la política cubana”. Sin embargo, Martí no cerró nunca las puertas a los autonomistas que quisieron unirse a la Revolución. A su entender, eran hombres que seguían un camino equivocado, pero que había que contar con ellos para construir la República a la que aspiraba al terminar el conflicto bélico.

Esa república de sus sueños sería plasmada sobre los conceptos contenidos en su Partido Revolucionario Cubano. El 3 de enero de 1892, Martí anunció su iniciativa de crear el Partido Revolucionario Cubano (PRC), en una reunión mantenida en el Club San Carlos de Cayo Hueso con José Francisco Lamadrid, José Dolores Poyo y el Coronel Fernando Figueredo Socarrás. El 5 de enero, en una reunión celebrada en Nueva York, se aprobaron las Bases y los Estatutos del PRC, hasta que el 10 de abril de 1892 se proclamó su fundación.

Una Cuba construida sobre las bases de ese partido no podía ser un apéndice de los Estados Unidos. En carta dirigida a Máximo Gómez, fechada 20 de julio de 1882, se expresó en estos términos: ".... En Cuba ha habido siempre un grupo importante de hombres cautelosos, bastante soberbios para abominar la dominación española, pero bastante tímidos para no exponer su bienestar personal en combatirla. Esta clase de hombres, ayudados por los que quisieran gozar de los beneficios de la libertad sin pagarlos en su sangriento precio, favorecen vehementemente la anexión de Cuba a los Estados Unidos...". Fue todavía más categórico cuando dijo a su amigo Fermín Valdés Domínguez: "Cambiar de dueño no es ser libre".

Ahora bien, aunque era un rebelde no fue nunca un intransigente. Esa cualidad le permitió manejar con éxito el arte de la política. Para Martí "el arte político" estaba en "plegar y moldear", pero, como parte de su definición, también advertía que era necesario, "en las ideas esenciales de dignidad y libertad", ser "espinudo, como un erizo, y recto, como un pino". Hay así en él dos prácticas que parecen opuestas, aunque en verdad son complementarias en todo político honrado: por el ejercicio natural de una se llega al acuerdo y al ajuste; en la otra la rigidez impide todo pliegue o desvío.

Esa rigidez se manifestó con frecuencia en su defensa de la identidad de la nación cubana. Por su condición de patriota, que es el que ama su tierra y quiere para ella todo género de bienes, y la protege contra toda posible desgracia, Martí no sólo se opuso al gobierno de España y a los que la ayudaban, sino también a los que, para librarla de su infortunio colonial, proponían soluciones ruines o imprudentes.

Martí no fue el primer nacionalista pero fue quién dio contenido, sentido y brújula al nacionalismo cubano. En la década de 1820, pensadores como Felix Varela, Jose Antonio Saco y Domingo del Monte consideraron que antes de hacer realidad la independencia de España era importante crear un concepto de identidad nacional cubana. Como Varela, Saco se vio también expulsado de Cuba. Como Varela y a diferencia de muchos de sus contemporáneos, Saco nunca claudicó. Fue un desterrado irreductible. En su lecho de muerte, Saco pidió que en su tumba fuera grabada la frase que definió su vida: "Aquí yace José Antonio Saco, que nunca fue anexionista". Martí se nutrió del pensamiento y fue digno heredero de aquellos hombres providenciales.

Pero, en un sentido universal, José Martí no es patrimonio exclusivo de nosotros los cubanos. Ni Washington ni Bolívar pertenecen tampoco exclusivamente a norteamericanos o venezolanos. Los grandes hombres trascienden las fronteras geográficas y contribuyen con su ejemplo al enriquecimiento de valores eternos y al mejoramiento de la humanidad.

El nicaragüense Ruben Darío, maestro de poetas, trato de maestro a Jose Martí. La chilena, Gabriela Mistral, Nobel de poesía, dijo que si hubiera vivido en su tiempo se habría enamorado de José Martí. El político y poeta venezolano Andrés Eloy Blanco dijo ante el congreso de una Venezuela todavía en democracia: "Demos trabajo a Martí! Está vivo. Sentado en la piedra de crear, como él dijera de Bolívar". Y Ronald Reagan, Presidente de Estados Unidos dijo: "José Martí será recordado por los amantes de la libertad como un precursor y líder de todo esfuerzo para lograr la auténtica redención del hombre''.

Sin embargo, para nosotros los cubanos, Cuba y Martí son dos conceptos, dos lealtades y dos sentimientos estrechamente entrelazados. Uno no puede existir ni perpetuarse sin el otro. El cubano que no ame y admire a Martí es un cubano incompleto. Ser martiano es ser un patriota en sentido total. El cubano exiliado mitiga el dolor de la orfandad de patria con el paliativo de la vida heroica de Martí y el mensaje edificante y esperanzador de su pensamiento político.

Tal como hemos sabido desde nuestra escuela primaria, José Martí hizo su entrada en la inmortalidad el 19 de Mayo de 1895 en Dos Ríos, entre los ríos Cauto y Contramaestre. Se le dio sepultura sin féretro, directamente en una fosa de tierra fangosa en el Cementerio de Remanganagua ....y después de levantada el acta correspondiente el 27 de mayo a las nueve de la mañana se efectuó el entierro definitivo quedando los restos del Apóstol en el nicho 134 de la galería Sur del Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba. Desde allí nos conmina a que cumplamos nuestro deber de terminar su labor y restaurar la libertad, la prosperidad y la felicidad de la Cuba por la que entregó su vida generosa y heroica. Amén José de los cubanos. Campeón de la justicia y señor de la esperanza. Amén

Alfredo M. Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
Director de www.lanuevanacion.com
Cuba - Estados Unidos
@AlfredoCepero