miércoles, 24 de abril de 2019

ACTUALIZACIÓN, "EL REPUBLICANO LIBERAL II”, JUEVES 25-04-2019,


CLAUDIO FERMÍN, LA VIOLENCIA ALEJA EL CAMBIO

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 6 minutos
Consideramos impostergable el cambio político y la adopción de otras políticas económicas. Pero no todos creemos que ese objetivo se logra de la misma manera. En 1998 activistas políticos, dueños de medios de comunicación social, empresarios, periodistas y dirigentes deportivos, dirigentes comunitarios y estudiantiles, plantearon que el cambio se lograría llevando a Hugo Chávez al poder. Su violento intento de golpe de Estado del 4 de febrero los había seducido. Ese asomo arbitrario, resuelto, enviaba un mensaje de determinación. La desesperación llevó a la gente por los cami... más »

ORLANDO AVENDAÑO, LA PELIGROSA FANTASÍA DEL QUIEBRE MILITAR EN VENEZUELA Y SUS PROMOTORES

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 14 minutos
Es improbable que se produzca un alzamiento militar que deponga a Nicolás Maduro. El 23 de febrero de este año estuve en el Puente Internacional Las Tienditas, cerca de Cúcuta. Unos días antes me había llegado la información, de fuente confiable, sobre supuestos acercamientos que había tenido el comandante general del Ejército, Jesús Suárez Chourio, con Gobiernos del extranjero. La información era confidencial, partía de un informe y la fuente era muy buena; no parecía pertinente publicarla. Pero ese día, en Tienditas, se la comenté, quizá siendo ingenuo, a un diputado de la Mesa ... más »

BEATRIZ DE MAJO, GUAIDÓ ENVIÓ MENSAJE A PEKÍN

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 32 minutos
El mensaje de Juan Guaidó a China llegó en el momento oportuno y su contenido fue directo, sincero y amigable. El mismo fue publicado en el sitio web de Bloomberg, una empresa global que tiene como vocación la de generar información financiera confiable y noticias de índole económica y analizarlas para beneficio de sus clientes. En este artículo publicado la semana pasada con el título “ Por qué China debería cambiar su posición en Venezuela “ Guaidó tiende su mano amiga a un país que se ha vinculado de manera estrecha con los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro y le propone... más »

RUBÉN CONTRERAS, GOBERNADOR Y GRAN PECULADOR

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 41 minutos
La historia del peculado es tan vieja como la humanidad misma y bien lo explica Guillermo Morón en su obra, Escrito en La Pared, cuando nos narra la conversación entre Jenofonte y Quirísoro, cuando hablan de los hurtos de los bienes de la república, después de ganar las batallas contra Ciro. P. 25 Aquí en Venezuela nos explica el mismo autor que el Obispo de Coro y Maracaibo, Rodrigo de Bastidas, durante los años de 1532 y 1542, fue el primer peculador en Venezuela, al quitarle a los vecinos las monedas corrientes, casabe, verduras, maíz, gallinas y tal vez, algunas pepitas de or... más »

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ, GUAIDÓ, ANC Y MÁS

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 49 minutos
Internamente en Venezuela la política parece estar estancada, como autodestructivo habito, los venezolanos parecen estar acostumbrándose a vivir con las fallas eléctricas que, según numerosos especialistas, lejos de estar solucionándose empeorarán rumbo a una catástrofe mucho mayor, a una penumbra larga en el tiempo, a honrosa similitud a lo que el chavismo ha significado al país. Guaidó se ha limitado convocar marchas y concentraciones cada 15 días, lo cual parece no surtir ningún efecto a un régimen caraetabla que irrespeta toda voluntad/opinión ciudadana, aunque el rechazo al ... más »

ALFREDO M. CEPERO, SIN GUERRA SE PIERDE VENEZUELA

EL REPUBLICANO LIBERAL en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
"Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para la paz y un tiempo para la guerra". Eclesiastés 3 Nueva Versión Internacional (NVI). Esta cita del Eclesiastés resume en gran medida la experiencia del pueblo venezolano en los últimos 20 años. El 6 de diciembre de 1998, un carismático Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales con el 56,20 por ciento de los votos, superando ampliamente a su contrincante más cercano: Henrique Salas Römer... más »


CLAUDIO FERMÍN, LA VIOLENCIA ALEJA EL CAMBIO


Consideramos impostergable el cambio político y la adopción de otras políticas económicas. 

Pero no todos creemos que ese objetivo se logra de la misma manera. En 1998 activistas políticos, dueños de medios de comunicación social, empresarios, periodistas y dirigentes deportivos, dirigentes comunitarios y estudiantiles, plantearon que el cambio se lograría llevando a Hugo Chávez al poder. Su violento intento de golpe de Estado del 4 de febrero los había seducido. 

Ese asomo arbitrario, resuelto, enviaba un mensaje de determinación. La desesperación llevó a la gente por los caminos de la inmediatez y allí estaban Chávez y los golpistas, ofreciéndolo todo y ofreciéndolo ya. 

Construyeron una matriz de opinión según la cual aquellos cuarenta años de democracia eran una vergüenza. Lograron importantes apoyos financieros y editoriales. Presentaron a partidos políticos, sindicatos y gremios empresariales, como guaridas detrás de las cuales operaban oscuros intereses. Ofrecieron una cura total que excluiría para siempre a aquellos que habían, según ellos, hundido a Venezuela en el fracaso.

Más que futuro ofrecían exclusión. Garantizaban una lucha sin tregua contra todos los factores que habían estado involucrados en los cuarenta años de gobiernos civiles. Desde el primer día de gobierno no desmayaron en ese propósito. Partidos políticos, sindicatos, asociaciones de productores e industriales, gremios empresariales y profesionales, agricultores, iglesias y medios de comunicación, todos, han sido el centro de los ataques del gobierno. Llevamos veinte años en eso, en el guión de la venganza.

Los resultados de esa larga confrontación están a la vista. La economía desmantelada; millones que huyen en estampida hacia otras latitudes; instituciones destruidas; personalismo reinante; pobreza creciente; frustración y desesperanza. Así está Venezuela. Así vivimos aquí.

Y ahora, veinte años después, hasta en los más apartados rincones se ha tomado conciencia de la amarga experiencia. Se vive una inmensa decepción con quienes han tenido todo el poder, todo el dinero, todo el tiempo y por años casi todo el apoyo popular.

El año 2015 los venezolanos salimos a votar masivamente para ganar para el cambio el Poder Legislativo. Lo logramos. Pero poco duró el apego al voto, la única herramienta real de la que los ciudadanos disponemos para hacer valer nuestros criterios. La inmediatez se apoderó de una élite política que ofrecía salir del gobierno en meses, que despreciaba y satanizaba el voto que la había encumbrado. Y así, por los atajos de la improvisación y la mala conducción, plantearon la violencia como única salida.

Se ha ilusionado a la gente con golpes de estado, con intervenciones militares extranjeras, con bloqueos económicos que hundan al gobierno. Como si esas fueran buenas noticias. Se apuesta al poder por el poder. Dirigentes políticos que viven en el exterior y otros que han tenido que huir del país reclaman desde Europa y Estados Unidos intervención militar. Ven su futuro colgando de portaviones y bombarderos extranjeros. Les parece natural el saldo de miles de muertos, mutilados, impedidos y familias de luto producto de una guerra. Los odios que por generaciones quedarían poco importan.

Han apostado a agravar la crisis, no a resolverla. Buscan que el gobierno pierda capacidad de respuesta, para que así carezca de soporte y, en consecuencia, se hunda y quede desplazado. Reclaman sanciones económicas contra el país. Promueven la expulsión de Venezuela de los mercados financieros. Reclaman al mundo que nadie compre petróleo u otros bienes venezolanos. El aislamiento es su meta inmediata para acabar con el gobierno de Maduro. Creen que ese es el camino y están logrando lo contrario de lo que sus financistas auspician: están tirando a Venezuela en los brazos de China, Rusia, Irán y Turquía. No la están aislando, la están comprometiendo.

Plantean el “no diálogo” como si la intransigencia fuera algo novedoso. Olvidan que esa conducta ha redundado en una política de exclusión estos últimos veinte años. Se dicen demócratas, pero les avergüenza el diálogo, el voto, la tolerancia y la amplitud. Critican el militarismo, pero apelan a sus métodos. Señalan con espanto al terrorismo, pero lo practican a diario chantajeando, calumniando e injuriando a todos quienes no piensen como ellos.

No tienen la fuerza, pero quieren resolver el cambio político a la brava, por la violencia. Tendrían todos los votos, pero son prisioneros de un discurso abstencionista que no tienen valor ni humildad para dejar atrás. Superar esas taras abrirá el camino al cambio en Venezuela.

Pongamos los pies sobre la tierra. Juntemos el descontento para negociar con fuerza cambios económicos y una pronta salida democrática. Así el cambio será real y pronto. Vamos a hacerlo. No más venganza. No más violencia.

Cladio Fermín
claudioefm@gmail.com
@claudioefermin

ORLANDO AVENDAÑO, LA PELIGROSA FANTASÍA DEL QUIEBRE MILITAR EN VENEZUELA Y SUS PROMOTORES

Es improbable que se produzca un alzamiento militar que deponga a Nicolás Maduro.

El 23 de febrero de este año estuve en el Puente Internacional Las Tienditas, cerca de Cúcuta. Unos días antes me había llegado la información, de fuente confiable, sobre supuestos acercamientos que había tenido el comandante general del Ejército, Jesús Suárez Chourio, con Gobiernos del extranjero. La información era confidencial, partía de un informe y la fuente era muy buena; no parecía pertinente publicarla. Pero ese día, en Tienditas, se la comenté, quizá siendo ingenuo, a un diputado de la Mesa de la Unidad Democrática. Él, con un dejo de soberbia, me apartó, bajó la voz y me dijo: “No sé si con Gobiernos en el exterior; pero te puedo asegurar algo: con nosotros sí está hablando Suárez Chourio. Estamos en contacto y te digo otra cosa: esto es cuestión de horas. Esto está listo. Viene el quiebre”. Todos sabemos qué fue lo que ocurrió.

Recuerdo, en la mañana de ese 23 de febrero, haber visto al mayor general retirado del Ejército, antiguo miembro del régimen chavista, Clíver Alcalá Cordones. Yo lo conocí, en la investigación para Días de sumisión, hace varios meses. No me generó confianza, aunque ahora posa de disidente. Pero allí estaba, en Cúcuta, guiando a varios militares que acababan de desertar en la frontera. Clíver, de alguna forma, los comandaba. Junto a él estaba el mayor Parra, un oficial que acababa de huir de Venezuela. A las horas, Parra se reunió con el presidente Juan Guaidó y otros militares en un edificio en Tienditas.

Dos días antes, el 21 de febrero, yo estaba hablando con David Smolansky justo cuando nos enteramos: Hugo Carvajal, ese temible y peligroso militar chavista, director por muchos años del aparato de inteligencia del régimen, reconocía a Juan Guaidó como su presidente. Parecía el preludio de lo inminente, ese quimérico quiebre militar que se vende como la salvación. Le dije a David: “Esto es buenísimo, Hugo tiene mucho peso en el chavismo”. Ambos lo vimos como un guiño a lo que viene.

Desde entonces, Hugo Carvajal se ha mantenido, claro que en el exilio, muy activo en las redes sociales. De acérrimo chavista, también narcotraficante, al mayor disidente. Cada mensaje en su cuenta de Twitter parecía una estocada al régimen de Maduro. “Aquí está un soldado más por las causas de la libertad y la democracia, para ser útil en la consecución del objetivo de restablecer el orden constitucional”, dijo en un video publicado el 21 de febrero.

“Este momento histórico requiere del verdadero patriotismo de nuestros soldados. De que hagan lo que tengan que hacer por defender a nuestro pueblo”, escribió el 23 de febrero en Twitter. Luego, en un hilo en su cuenta, cargó contra la posibilidad de una intervención militar foránea y blandió la premisa de que los militares venezolanos están a poco de apartarse del régimen y que, además, ellos tienen la capacidad de pacificar el país en una eventual transición.

“Es cierto que alrededor del 90% de la FAN quiere cumplir con sus deberes constitucionales (…) El Ejército, la Armada y la Aviación no se han visto envueltos en crímenes de manera generalizada (…) Para controlar grupos paramilitares no se requiere de asistencia militar de Estados Unidos. Este aspecto es mucho más fácil de lo que imaginan (…) La Fuerza Armada Nacional sana (mayoría del Ejército, Armada y Aviación) puede y estaría dispuesto a limpiar nuestro territorio de las FARC, ELN, narcotráfico y demás grupos irregulares”, aseveró.

Hugo Carvajal aseguró, también en su cuenta de Twitter, que le estaría compartiendo información a Juan Guaidó sobre la estrategia para lograr que se produzca, finalmente, el quiebre militar; para evitar, además, la posibilidad de llegar a una intervención militar.

Un paso, a vuelo rasante, por su cuenta de Twitter, da muestra de un intento insistente por parte de Hugo Carvajal para impulsar varias ideas: la Fuerza Armada respalda a Guaidó, pero es prisionera de los cubanos; una intervención militar extranjera solo generaría un mayor desastre; el apoyo de Rusia a Nicolás maduro no existe y la Fuerza Armada tiene el potencial y los recursos para enfrentar a grupos irregulares.

Finalmente, el 9 de abril, pocos días antes de su captura en Madrid, Carvajal escribió en Twitter: “No tengo la menor duda. Maduro saldrá por decisión de la Fuerza Armada Nacional”.

Curiosamente, Clíver Alcalá Cordones, quien desde que se apartó del chavismo ha sido bastante discreto, anda de gárrulo por los medios. No utilizaba su cuenta de Twitter desde el 29 de julio del 2017, pero el cuatro de marzo la retomó con un tuit: “La democracia cada vez más cerca. Pronto tendremos justicia en Venezuela”.

Tres días después escribió: “La rebelión popular y militar incontenible es la salida más patriótica”. “La juventud militar, aquella que ha estado al margen de los ilícitos cometidos por la cúpula militar, debe convencerse del rol histórico que cumple en este momento. El futuro de los venezolanos depende del cese de la usurpación”, agregó.

Clíver no tantea alternativas en sus declaraciones. A la periodista Vanessa Davies, en el medio Punto de Corte, le ratificó: “La juventud militar es nuestra reserva moral para deponer a la tiranía”.

Por último, en una entrevista al medio EVTV, Alcalá dijo: “No hace falta una coalición internacional. La propia Fuerza Armada puede sacar a Maduro. Esa puede ser una salida importante en Venezuela. Y no solo la Fuerza Armada a lo interno sino la Fuerza Armada desplegada por todo el mundo”.

La piedra angular de la estrategia del presidente Juan Guaidó para lograr el cese de la usurpación fue, por varias semanas, el proyecto de Ley de Amnistía. Enfocada en los militares activos, buscaba captar su apoyo para deponer a Nicolás Maduro. Muchos esfuerzos se hicieron en ese sentido y ninguno derivó en algo determinante. Pocas deserciones, muy pocas de trascendencia.

Múltiples mensajes se difundieron por las redes sociales. Guaidó encabezó una campaña para solicitarle apoyo a cada uno de los funcionarios. Se pidió a los ciudadanos imprimir y difundir, en cuarteles militares, cada copia de la Ley de Amnistía. Ante ello, los militares respondieron con apatía y hostilidad. Algunos quemaron, en las caras de los ciudadanos, la Ley.

El 20 de febrero, poco antes de que Clíver Alcalá pisara Cúcuta, y un día antes del anuncio de Carvajal, la fiscal general de Venezuela en el exilio, Luisa Ortega Díaz, quien por mucho fue una de las cabecillas del proyecto de Hugo Chávez, envió un mensaje a la familia militar: “A ustedes, hombres y mujeres de armas, es una decisión patriótica facilitar el ingreso de la ayuda humanitaria. Salven el honor militar que está siendo ultrajado y mancillado”.

Unas semanas después, el 14 de marzo, entrevisté a Luisa Ortega Díaz en Bogotá. Con respecto al tema de solicitar una posible intervención militar en Venezuela, la fiscal me dijo: “¿Realmente eso va a solucionar el problema de Venezuela? ¿Realmente eso es lo que quiere la población? Yo creo que cualquier situación que lleve a más tragedia a los venezolanos sería bien doloroso para la población ya sufrida”. Asimismo, al margen, Ortega Díaz me insistió en la necesidad de integrar a toda la población, unificarla, para lograr la salida de Maduro.

Y, al preguntarle sobre Suárez Chourio y el rumor de que tanteaba la posibilidad de apartarse de Nicolás Maduro —al margen de la entrevista que se publicó—, Luisa Ortega Díaz me confirmó que está en contacto constante con el comandante del Ejército.

Rafael Ramírez, el director de PDVSA de Hugo Chávez, hoy también camina campante con el parche de disidente. Dicen que parte de su fortuna está regada entre bolsillos de chavistas-no-maduristas, que por cierto viven en el exilio también, y de presuntos opositores. Puras especulaciones, aunque bastante racionales. Pero la verdad es que Ramírez pontifica desde el exilio e impulsa su tesis, la que, para él, es la única que podrá sacar a Nicolás Maduro: “Estoy convencido de que solo la unión cívico-militar ha demostrado ser efectiva para desbloquear situaciones políticas de conflicto y permitir que sus pueblos decidan su propio destino”.

En un artículo publicado este 13 de abril y titulado Argelia, Sudán y el 13 de abril, Ramírez empieza escribiendo que “sin lugar a dudas, tres eventos o conmociones políticas de características distintas, diferente signo ideológico, espacio geográfico, historia y tiempo, pero un elemento en común: la Fuerza Armada junto al Pueblo”.

Ramírez, el chavista disidente con más poder y recursos fuera de Venezuela, es uno de los principales promotores de esa fantasía del inminente quiebre militar. También, de los que desestima la posibilidad de una intervención foránea, entendiendo el supuesto potencial doméstico que reside en el mundo castrense.

“En mi mensaje a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, no tenemos otra opción que optar por una alternativa patriota al lado del pueblo (…) Solo la actuación decidida de ustedes, a favor de la Constitución (…) permitirá sacar al país de este caos, evitar una guerra o una intervención extranjera”, escribió Ramírez en su artículo.

La retórica, hasta hace poco compartida por el Gobierno de Juan Guaidó, esbozada en torno a la posibilidad de un quiebre militar —y a la necesidad de ello— no es nueva. No es la primera vez que se ensaya ni es la primera vez que trazan estrategias políticas en torno a ella. Al blandirla, se olvida, primero, que a la Fuerza Armada, toda, plena, fue la primera institución desmontada y pervertida por el chavismo; que el aparato de espionaje cubano es altamente eficiente y que las oportunidades anteriores —como la crisis política del año 2013 con el fraude a Capriles; la crisis política del año 2014 con decenas de muertes; la crisis política del año 2016 con el referendo revocatorio; la crisis del año 2017 con más muertos; y la reciente crisis, con un intento de ingresar ayuda humanitaria— solo han ratificado la inviabilidad de la estrategia del quiebre militar.

Desde el 2002 solo ha habido expresiones aisladas en el mundo castrense. El reciente goteo de deserciones, que ya cuentan más de mil unidades, ratifica lo improbable de un movimiento interno, articulado en Venezuela, para deponer a Nicolás Maduro.

“La estructura piramidal de las Fuerzas Armadas está fracturada. La organización orientada a la defensa de la patria y de sus instituciones fue rota a través de varios mecanismos: primero, el Plan Bolívar 2000, donde se desnaturalizó la Fuerza Armada; segundo, y lo relata muy bien Emili Blasco, empieza a penetrar en varios sectores de la Fuerza Armada el narcotráfico. Esa institución fracasó”, dijo al PanAm Post el estratega político, consultor y conferencista venezolano Pedro Luis Pedrosa.

Una fuente interna en la oposición venezolana confirmó al PanAm Post lo que había llegado como rumor de pasillos —y lo que había sugerido el mismo general arrestado hace días en Madrid—: Clíver Alcalá y Hugo Carvajal han asesorado, en cuanto al tema militar, al Frente Amplio Venezuela Libre —o la antigua Mesa de la Unidad Democrática, a la que pertenecen la mayoría de los que rodean al presidente Juan Guaidó—. Con respecto a esto, Pedrosa comentó al PanAm Post: “Parece que entre los que asesoran a Juan Guaidó están los que llaman «Los militares 4F» (por el golpe fallido de Hugo Chávez el 4 de febrero)”.

El Grupo de Lima y, particularmente, Estados Unidos, se enmarcaron dentro de una estrategia bosquejada por quién sabe quién —dada la participación de varios actores—. Las ninguneadas de John Bolton y el senador Marco Rubio se transformaron en ofertas y propuestas. El mismo Rubio, en un mensaje de Twitter, sin que antes haya sido soleado por algún otro funcionario estadounidense de alto perfil, escribió el cinco de febrero: “Líderes militares como Vladimir Padrino López pueden jugar un rol importante en restaurar la democracia en Venezuela. Y si lo hacen, Estados Unidos y la comunidad internacional deberán honrar la amnistía ofrecida por el Gobierno legítimo [de Juan Guaidó]”.

A las horas, Rubio volvió a subrayarlo, diciendo que “el tiempo se acaba para que los líderes militares defiendan la Constitución, reconozcan a Juan Guaidó y apoyen la salida de Maduro”. Más de un mes después, el 19 de marzo, todavía el reloj seguía corriendo: “Aún hay tiempo para que los líderes militares en Venezuela: mantengan su rango; se favorezcan de la amnistía; les remuevan las sanciones; participen en un Gobierno de transición”.

Las ofertas se ensancharon a medida en que la estrategia de un quiebre militar fracasaba. Aquello jamás llegó a ser blandido por la Casa Blanca, pero el Departamento de Estado la mantuvo como su ruta para rescatar a Venezuela. Quizá por información que desconocemos, o por la insistencia de factores venezolanos en esa posibilidad —entre los que están militares del alto mando y funcionarios del Gobierno de Juan Guaidó, como publicamos el 26 de marzo de este año—.

(Hay que recordar, también, como reveló en New York Times en septiembre de 2018, que funcionarios militares se le han aproximado al Gobierno de Trump proponiéndoles la posibilidad de ejecutar un coup d’Etat en Venezuela. La Casa Blanca no continuó por falta de confianza).

El 23 de febrero fue el gran día de las líneas rojas y los ensayos. Ese día se creía que pasaría A y ocurrió, en cambio, Z. Lo opuesto. La sensación ese día, se percibía a kilómetros, era de espontaneidad. Improvisaban. A los líderes mundiales, como Piñera y Duque, que estaban reunidos ese sábado en una especie de situation room con Juan Guaidó, los habían convencido de que la ayuda humanitaria pasaría a Venezuela gracias a un quiebre militar. Aquello no ocurrió, surgió la tensión entre los mandatarios, y quedó desaprobada una idea: los militares venezolanos son confiables.

“Los eventos del 23 de febrero fueron un desastre”, comentó al PanAm Post un experto en seguridad cercano a Washington que prefirió mantenerse bajo el anonimato. “Toda la coordinación entre Estados Unidos y la oposición venezolana fueron un desastre”.

Y los resultados están a la vista. El experto no es el primero que lo comenta. Ese mismo día, entre quienes estaban allí y vieron en primera persona las discusiones en la situation room, se hablaba a cada rato sobre el gran error cometido y la candidez de Estados Unidos.

“Yo creo que Estados Unidos se está metiendo en la cama con sus peores enemigos en América Latina. Algunos voceros de la oposición en Estados Unidos han engañado a la Casa Blanca descaradamente. Son los operadores del Gobierno de Juan Guaidó hoy en Washington. Engañaron a Estados Unidos y a sus aliados”, dijo al PanAm Post el estratega Pedrosa.

Quizá lo más mezquino es el verdadero propósito de la corriente que insiste en mantener la quimera del quiebre militar y la mercadean como la panacea. La intención, revelada sin timidez por todos aquellos que insisten en hablar a los militares, es sacar del debate la posibilidad de una incursión militar extranjera, escudada en, por ejemplo, el Principio de Responsabilidad de Proteger, para deponer a Nicolás Maduro. Muchos, de hecho, lo han puesto como punto inamovible en sus discusiones con altos funcionarios del mundo: no es necesaria una intervención, porque tenemos la certeza de que los venezolanos con armas lo resolverán.

Estados Unidos, de amenazar directamente a Nicolás Maduro en la víspera de la juramentación de Juan Guaidó con acciones “que no está preparado para encarar”, pasó a hacer ofertas odiosas que jamás trascendieron. Incluir a militares violadores de derechos humanos en una eventual transición se empezó a tantear como una posibilidad sensata y manejable.

Dijo Pedrosa al PanAm Post que el Gobierno de Donald Trump está al tanto de su error con los factores venezolanos internos. Como ciertos gestos han demostrado en los últimos meses, la postura de la Casa Blanca choca con la del Departamento de Estado y el Pentágono. Suplantar moderados por halcones, habla de cuán en serio se toma Trump el caso venezolano. Luego de las inoportunas declaraciones del envoy  Elliot Abrams sobre la posibilidad de que los venezolanos soliciten intervención militar, ha sido la misma Casa Blanca, en voz de Mike Pence, John Bolton y el almirante Craig Faller, comandante del Comando Sur, los que han dado el giro al timón en la retórica americana ante Maduro.

En Washington saben bien quiénes son los vendedores de humo. Esa corriente, póngale usted el nombre, que vende a todos la solución que no llegará para que todos olviden la solución que sí puede llegar —la única, más bien—.

Orlando Avendaño
@OrlvndoA
PanAm Post

BEATRIZ DE MAJO, GUAIDÓ ENVIÓ MENSAJE A PEKÍN

El mensaje de Juan Guaidó a China llegó en el momento oportuno y su contenido fue directo, sincero y amigable. El mismo fue publicado en el sitio web de Bloomberg, una empresa global que tiene como vocación la de generar información financiera confiable y noticias de índole económica y analizarlas para beneficio de sus clientes. 

En este artículo publicado la semana pasada con el título “ Por qué China debería cambiar su posición en Venezuela “ Guaidó tiende su mano amiga a un país que se ha vinculado de manera estrecha con los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro y le propone mantener hacia el futuro una relación próspera para las dos partes. El Presidente interino describe la dramática situación en la que se encuentra la economía venezolana y le hace notar que “está en su interés contribuir a un clima de paz, estabilidad y bienestar al que aspiramos en esta parte del mundo”.    

Como es sabido, el gigante asiático no ha sido de los países que reconocen como legítimo al gobierno del Presidente Guaidó , y por ello  ha escogido la vía de mantener una relación inalterada con el régimen de Nicolás Maduro. Las razones para esto pueden ser variadas, pero es lógico pensar que las que pueden estar privando son las de naturaleza económica. China ha mantenido en las dos últimas décadas una relación preferida con Venezuela en el terreno de lo financiero – ha aportado montos significativos en calidad de préstamo a proyectos del gobierno revolucionario-, ha participado como promotor y accionista de empresas del Estado venezolano, ha facilitado el comercio de importación de China y ha promovido una estrecha cooperación cultural y de otra índole con nuestro país. No es un secreto que buena parte de los créditos otorgados al gobierno han sido respaldados con la factura petrolera y que una porción significativa ha sido cancelada con suministro de petróleo a precios preferenciales para la nación asiática. 

Pero si bien es cierto que China ha materializado su interés en Venezuela de diversas maneras, lo que no se reconoce en voz alta es la manera en que los incumplimientos del gobierno de Nicolás Maduro han estado afectando los proyectos y los compromisos financieros acordados con China, la ineficiencia que ha provocado la paralización de las inversiones conjuntas y la corrupción que ha contaminado tales emprendimientos. El descalabro de la actividad petrolera en Venezuela ha sido más visible y más perjudicial para China que para cualquier otro de nuestros relacionados en la escena internacional. 

Sin duda que es en interés de la China progresista de Xi Jinping reorientar la interacción con el país venezolano de manera de generar un beneficio para los dos lados de la ecuación y detener el deterioro palmario que esta relación experimenta hoy. Frente a esta necesidad, Juan Guaidó propone un esquema de desarrollo que se convierta en “una fuente de prosperidad que garantice seguridad a sus inversionistas y que cumpla con sus compromisos. Visualizamos un país donde se honran y protegen -según nuestro marco jurídico- las inversiones extranjeras legítimas y también los acuerdos internacionales con los que nos hemos comprometido”. 

Juan Guaidó no dejó mucho para la interpretación. Su propuesta a China no pudo ser más directa de cara a un actor que conoce de cerca la barrena económica provocada por los gobiernos anteriores. Sin dejar de mencionar lo imperativo de la búsqueda de una inmediata y urgente solución a la espantosa crisis humanitaria provocada, Guaidó insiste en que es indispensable para Venezuela contar con el concurso de terceros para la reconstrucción del aparato productivo del país. 

No hay mucho más que decir. A buen entendedor.

Beatriz de Majo
@beatrizdemajo1.. 

RUBÉN CONTRERAS, GOBERNADOR Y GRAN PECULADOR

La historia del peculado es tan vieja como la humanidad misma y bien lo explica Guillermo Morón en su obra, Escrito en La Pared, cuando nos narra la conversación entre Jenofonte y Quirísoro, cuando hablan de los hurtos de los bienes de la república, después de ganar las batallas contra Ciro. P. 25 

Aquí en Venezuela nos explica el mismo autor que el Obispo de Coro y Maracaibo, Rodrigo de Bastidas, durante los años de 1532 y 1542, fue el primer peculador en Venezuela, al quitarle a los vecinos las monedas corrientes, casabe, verduras, maíz, gallinas y tal vez, algunas pepitas de oro, entre otras cosas. P. 26  

Hace algunos años, en una entrevista a Pompeyo Márquez le preguntaron como podía diferenciar las acciones llevadas a cabo por el chavismo y compararlas con las ejecutadas por los personeros de la 4ta república y Pompeyo expresó, que los adecos y copeyanos eran unos roba gallinas en comparación con Chávez y sus seguidores. 

Y eso es lo que hemos apreciado al ver y observer la acción irracional de desgobierno que realiza quien ocupa el solio gubernativo de la casa Guipuzcoana en Vargas, así como también, después de leer obras como los Papeles de Panamá de Armando Info, Poder y Delirio de Enrique Krauze, La Trama Esteril del Petroleo de Malavé Mata, Revés de un Sueño Prota-Agónico de Orlando Zamora, Del Pacto de Puno Fijo al Pacto de La Habana de José Curiel y de Eduardo Páez Pumar. Claro hay más obras que nos reflejan el robo a mansalva ejecutado por Chávez y sus seguidores, de los cuales hablaremos en otra oportunidad, porque ahora nos queremos referir a algunas acciones y decisiones llevadas a cabo por el negociante que tenemos en la gobernación de Vargas.  

Desde que el trisoleado gobernador de Vargas colocó la valla en el Pavero anunciando la construcción del estadio que pensaba inaugurar el 2013, no hemos visto que las obras construidas en Vargas tengan la respectiva valla anunciando el monto de la obra, fecha de culminación, así como los ingenieros responsables de la supervisión y control de la misma, motivo por el cual se han demolido puentes como el de Macuto, en la bajada de Galipán frente a la playa y aledaño al Pavero, o las columnas caídas en la suntuosa obra de La Cinta Costera, en la cual se ha hecho un movimiento de tierra billonario y de la que nadie en el litoral sabe cuánto cuesta esa obra para satisfacer el ego del citado gobernador. Pero si recordamos que el gobernador logró que la Asamblea Nacional durante el periodo 2010-2015, le aprobase cuantiosos recursos para dichas obras, así como los diversos Consejos Federales realizados en Miraflores, que no sabemos cuál fue su destino final, porque tanto el estadio como el terminal y los tres gimnasios verticales de La Guayra, Mare Abajo y Mamo, entre otras obras, todavía están inconclusos. 

De igual manera, no sabemos los varguenses cuanto nos costó los dos terminales de transporte construidos, así como tampoco sabemos el costo de las plazas Bolívar, también construidas al igual que los terminales en Catia La Mar y La Guayra. 

La cuestión es que el citado funcionario no ha tenido escrúpulos para hacer sus negocios como los realizados con las jardineras ornamentales, las cuales todos los días tienes que recubiertas con piedras por el mal cemento que le ponen así como la reposición permanente de plantas y palmeras y también tenemos la que divide la isla de la vía de La Guayra a Macuto, convertida en una mina, la cambió Rodríguez San Juan y ahora el Carneiro sin ningún tipo de planificación, construyó primero unas de piedras y como desentonan con la cinta costera, ahora colocan otras de cemento pre construidas. Estas han resultado uno de los mejores negocios de la familia de dicho gobernador.  

Como este pésimo, ineficiente e incapaz funcionario, no ha podido incrementar el flujo de agua para los varguenses y que no reclamó cuando el gobierno nacional, nos quitó a los varguenses los cuatrocientos litros de agua que nos llegaban del sistema Tuy III y se los dió a Ciudad Caribia, así como tampoco ha reclamado por las restauraciones de los hospitales del seguro social, el cual lleva 19 años de reparación o del periférico de Pariata, que tiene varios pisos inoperativos, o tampoco ha hecho méritos para reparar los cientos de autobuses Yutong, así como los comprados por él, los cuales tienes el rotulo de Ayúdame a Gobernar y Pa Lante Comandante, las ambulancias y camiones para la recolección de desechos, depositados en el estacionamiento de Camurí Chico, y que cortó la tubería de la red de aguas servidas construidas por Corpovargas, que debían llegar a la planta de tratamiento de Punta Gorda, al sacar la que pasa por el Pavero, al construir el estadio así como en Guanape al construir también la cortina de agua, así como tampoco ha podido demostrar para dónde van los recursos generados por la explotación de las canteras de la gobernación, ahora nos señala otro trapo rojo, con la decisión de quererle cambiar el nombre al estado Vargas.  

Es sorprendente como este funcionario, excelente esquilmador de los recursos del estado, no utiliza esa sagacidad como comerciante para utilizar su poder e influencia como jefe del ala militar de este narco hampo ducto que destruye el país, para tratar de solucionar algunos de los problemas planteados y propone destruir la memoria histórica de nuestro estado.  

Este pésimo funcionario no va trascender por el cambio de nombre del estado, ya él está en la historia como el gran depredador de los recursos del estado, todavía se recuerdan las fiestas privadas en el Ferry con el logo de la gobernación de Vargas, que estuvo durante años en el puerto de La Guayra y en el que ningún varguense viajó a Margarita, porque se han hecho virales el despilfarro o la gran vida que se da su familia en Dubái y en otros lugares del globo terráqueo, porque, que funcionario público con esta hiper inflación y sueldo de hambre puede salir a vacacionar en Venezuela. Pero ellos si pueden, a costa de esos grandes negocios. 

Pero el citado funcionario, que no respeta la constitución nacional ni la del estado, y que como militar pretoriano y primitivo quiere imponer sus acciones y decisiones sin autorización legal ni constitucional, le ha colocado algunos rótulos a los autobuses del estado anunciando el estado La Guayra y ha ordenado a su amanuense jurídico mal denominado procurador colocar en la indumentaria oficial el mismo rotulo, lo que significa un gran abuso y uso del peculado reiterativo en él y al cual nos hace referencia Morón y con el cual iniciamos este escrito.   

Este infausto y desalmado funcionario pudiese trascender a la historia con decisiones administrativas amparadas en la constitución, tal como se lo expresamos en la única conversación que tuvimos el 12 de marzo de 2012, cuando fuimos invitados a una reunión para hablar del cambio de nombre del estado y le propusimos que él podía incluir en la Curricula de la Pemsa de Estudios de la Escuela Básica, la Cátedra de Historia Regional y así los jóvenes podrían conocerla así como las fechas, efemerides y próceres del estado.  

Igualmente le propusimos en dicha reunión que, ante la pasión desbordada por la historia patria, que ellos demagógicamente expresan en sus alocuciones, que el consejo legislativo podría aprobar una ley regional, así como una ordenanza municipal, declarando fecha histórica regional el 20 de abril de 1810, ya que ese día los varguenses acudieron al llamado de Juan de Escalona, quien había sido designado el 19 de abril de 1810, como capitán político y militar de la plaza de La Guayra y que la Sociedad Bolivariana de La Guayra, había consignado por secretaria ante la gobernación del estado, del consejo legislativo, del alcalde y del concejo municipal, un Dossier con copias de la las obras de Caracciolo Parra Pérez, Feliciano Montenegro Colón, Francisco Rivodó, Los Textos de la Primera República y Las Actas del Cabildo de 1810, para que las revisasen, estudiasen y tomasen una decisión de esa propuesta, con relación a esa fecha  

A la gobernación le fueron consignados esos Dossier en septiembre de 2009, Febrero de 2010 y marzo de 2012 y hasta ahora, ese gobernador peculador, ineficiente e incapaz no ha tenido posibilidad de dar respuesta a ese planteamiento, y para ver su amor con que actúa por la historia de Vargas, podemos observar el estado de deterioro progresivo que tiene la Casa Guipuzcoana, actual sede del Gobernación, así como los otros 16 monumentos históricos nacionales que tiene La Guara y el propio casco histórico de La Guayra, que en otro país, a lo mejor, sería motivo de  atención y orgullo para sus habitantes y para quienes ejercen el gobierno. Claro su interés son los negocios y las comisiones que le dejan los mismos, mientras tanto continua sin pudor ni rubor, su obra peculadora. 

Ruben Contreras 
@RubenContreras‏ 

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ, GUAIDÓ, ANC Y MÁS

Internamente en Venezuela la política parece estar estancada, como autodestructivo habito, los venezolanos parecen estar acostumbrándose a vivir con las fallas eléctricas que, según numerosos especialistas, lejos de estar solucionándose empeorarán rumbo a una catástrofe mucho mayor, a una penumbra larga en el tiempo, a honrosa similitud a lo que el chavismo ha significado al país.  

Guaidó se ha limitado convocar marchas y concentraciones cada 15 días, lo cual parece no surtir ningún efecto a un régimen caraetabla que irrespeta toda voluntad/opinión ciudadana, aunque el rechazo al chavismo día a día es más fuerte, la asistencia a estas convocatorias merma, cada quien debe ocuparse de su situación personal y familiar, los ciudadanos sienten que con estas convocatorias en intervalos de tiempo tan largos no se está llegando a ningún lado, en todo caso, ya demostraron lo que tenían qué demostrar… reclaman otro tipo de acciones más contundentes. 

En 3 meses (Julio) la ANC caducará, institución que, a parte de lidiar con su ilegalidad, ilegitimidad y rechazo internacional, debe afrontar su absoluto fracaso, no ha resuelto absolutamente nada, es más, desde su instalación todos los problemas de la nación empeoraron exponencialmente, se convirtió en un problema más.  

Opinamos, el régimen no tendrá más remedio que “alargar la vida de la ANC”, su otra opción sería convocar un referéndum aprobatorio el cual le brindaría otro funesto triunfo, al igual que todos los procesos electorales desde 2017. Este “triunfo” también estaría caracterizado por otra abstención histórica, lo que conllevaría a una carta magna anegada en ilegalidad, ilegitimidad e incrementaría el repudio internacional, pero lo más grave es para el pueblo, “constitucionalizaría” el castrismo en Venezuela, es decir, todo lo que padecemos como racionamientos, controles, enajenaciones de libertades, derechos, la hegemonía de un partido único de élites, colectivos, el hampa y la corrupción impune serán desde ese momento “constitucionales” porque quedarían atornillados en el poder los responsables de la desvenezolanización y su proyecto atroz ¡Trágico!  

Sin embargo, a nivel internacional nada se ha estancado, Estados Unidos, la Unión Europea, países de América, organizaciones, entre otros, continúan su apremio contra el chavismo, a través de sanciones a sus personalidades, a través de su sistemático aislamiento económico, financiero y comercial, pero insistimos, este aislamiento tiene dos vertientes muy negativas; la primera es que inercialmente afecta al pueblo. La segunda, éstas por sí solas han demostrado ser ineficientes, en las casi 50 dictaduras que infectan al planeta, están atiborradas en sanciones y tienen décadas en el poder.  

El régimen juega con el tiempo, sin embargo, a diferencia de otros escenarios, esta vez el tiempo es su peor enemigo. El que las multitudinarias convocatorias quincenales a marchas y concentraciones vayan perdiendo masa, no quiere decir que los venezolanos no deseen cambio, en primera instancia, crece a niveles de cataclismo el rechazo/repudio contra el chavismo, al mismo tenor las problemáticas del país se agravan, ello es una bomba de tiempo indetenible y peligrosa, insistimos, la coyuntura actual no tiene nada que ver con los episodios anteriores… es inédita. 

Lo determinante es la presión social, más allá de la tutelada por los políticos y sus organizaciones, es la presión social espontánea contra el castrismo venezolano, esa que crece en las barriadas, en las comunidades, en los cerros y urbanizaciones de todo tipo, son las que está dando pie a nuestra segunda independencia. 

Leandro Rodríguez Linárez 
leandrotango@gmail.com
@leandrotango  

ALFREDO M. CEPERO, SIN GUERRA SE PIERDE VENEZUELA

"Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para callar y un tiempo para hablar; un tiempo para la paz y un tiempo para la guerra". Eclesiastés 3 Nueva Versión Internacional (NVI).

Esta cita del Eclesiastés resume en gran medida la experiencia del pueblo venezolano en los últimos 20 años. El 6 de diciembre de 1998, un carismático Hugo Chávez ganó las elecciones presidenciales con el 56,20 por ciento de los votos, superando ampliamente a su contrincante más cercano: Henrique Salas Römer con 39,97 por ciento. Nacía una esperanza de justicia y de libertad para las grandes mayorías de un pueblo cansado del engaño y la corrupción de los partidos tradicionales.

Pero el nuevo Mesías ganó la partida con cartas marcadas que le fueron proporcionadas por una tiranía foránea. La corrupción del chavismo fue una copia al carbón de la corrupción del castrismo. Y cuando el pueblo trató de hablar en subsiguientes elecciones fue no sólo burlado en las urnas sino reprimido con la violencia brutal de los totalitarismos. Muy pronto, la represión del chavismo aplicaba la misma fórmula de la represión del castrismo donde el pueblo tenía la razón pero el gobierno tenía las armas y las utilizaba en forma indiscriminada. En muy poco tiempo, había nacido y muerto una esperanza que los hechos han demostrado que sólo podrá ser resucitada con las balas.

De ahí que, en estos momentos, la oposición venezolana confronte una disyuntiva ineludible entre la esclavitud y la libertad. La esclavitud de la intervención militar castrista y la libertad a través de una intervención armada internacional. En ambas están presentes las armas y las balas. El tiempo apremia porque las esperas benefician a los dictadores. Tampoco es la hora de falsos resabios de soberanía. La soberanía venezolana ya está comprometida y tiene que ser arrancada por la fuerza de las garras de sus usurpadores castristas. Eso es lo que haría una fuerza militar interamericana. Aquellos que, como Capriles, insisten en fracasados diálogos electorales son unos traidores a Venezuela y unos apóstatas de la libertad de América.

Al mismo tiempo, quienes trabajamos por esa libertad sabemos que, en estos instantes, ella pasa por Venezuela. Lo que ocurra en Caracas será determinante en Managua y en La Habana. Por eso no podemos andarnos con rodeos, con hipocresías, ni con falsos escrúpulos. La llave para esa puerta hacia la libertad en América se encuentra en Washington y la tiene en su mano Donald Trump. Este es un hombre que piensa siempre en grande y se propone nada menos que hacer realidad un continente donde, por primera vez desde su independencia, sea erradicada en su totalidad la mala hierba de las tiranías.

Por otra parte, las condiciones están dadas para la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia de Recíproca (TIAR) firmado el 2 de septiembre de 1947 en Río de Janeiro. Según el artículo 3.1 en caso de (...) "un ataque armado por cualquier Estado contra un País Americano, será considerado como un ataque contra todos los Países Americanos, y en consecuencia, cada una de las Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas". La presencia de tropas rusas, efectivos militares iraníes y terroristas de Hezbollah activos actualmente en territorio venezolano constituye una invasión armada contra esa nación por potencias extra continentales y justifica la aplicación del TIAR.

Existe asimismo otro acuerdo interamericano que condena al ostracismo a la tiranía venezolana. Se trata de la Carta Democrática Interamericana, aprobada el 11 de septiembre de 2001, en sesión especial de la Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Lima, Perú. La misma proclama que la ruptura del orden democrático o su alteración, que afecte gravemente el orden democrático en un país miembro, constituye "un obstáculo insuperable" para la participación de su gobierno en las diversas instancias de la OEA. Dicha carta ha sido invocada en dos ocasiones (junio de 2016 con respecto a Venezuela y enero de 2019 con respecto a Nicaragua) por el actual Secretario General de la OEA, Luís Almagro.

Ahora bien, los argumentos que acabo de presentar a favor de una solución internacional al conflicto venezolano son rechazados por quienes ven detrás de ella la mano del "Imperialismo Yanqui", una diatriba propagada por tiranías resentidas y fracasadas como la de La Habana y sus apandillados en el mundo. La realidad es que los Estados Unidos liberaron a Europa y a Asia del fascismo y del nazismo sin apoderarse de un metro de terreno. De hecho, reconstruyeron las economías de sus antiguos enemigos.

Al final de la Segunda Guerra mundial, en 1945, Japón fue ocupado por las fuerzas aliadas, lideradas por el general norteamericano Douglas McArthur. Seis años más tarde, el 8 de septiembre de 1951, finalizó la ocupación aliada, con lo que Japón se convirtió nuevamente en un estado independiente, competidor comercial de los Estados Unidos y poseedor de la tercera economía mundial.

Lo mismo hicieron los Estados Unidos en Europa por medio del Plan Marshall. Los norteamericanos dedicaron 13 mil millones de dólares para la reconstrucción de los países que quedaron devastados por la pesadilla desatada por Adolfo Hitler. Como contraste, las naciones que quedaron bajo el control de la Unión Soviética sufrieron opresión política y permanecieron en la más abyecta miseria. Moraleja, mientras el "imperialismo comunista" destruye y explota naciones prósperas, el "imperialismo yanqui" reconstruye naciones destruidas. Quienes nieguen esta realidad o crean la patraña diseminada por los comunistas son unos ignorantes o unos fanáticos.

Afortunadamente, el alineamiento de los astros en el firmamento político nos da motivos para el optimismo. Por primera vez en más de medio siglo hay un presidente en Washington dispuesto a pasar de la retórica a la acción en defensa de la libertad en el continente. Los tratados y acuerdos interamericanos tienen ahora dientes de inminentes acciones militares y los tiranos tiemblan en Caracas, en Managua y en La Habana. Vaticino que el desenlace no se hará esperar.

Por su parte, si los venezolanos quieren recuperar la paz de que nos habla el Eclesiastés y la libertad ganada por Bolívar a plomo y sable les llegó el momento de la guerra venga de donde venga. No hay otra vuelta. Porque, sin guerra, se pierde Venezuela.

Alfredo M. Cepero
Director de www.lanuevanacion.com
@AlfredoCepero