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jueves, 22 de julio de 2021
ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com JUEVES 22/07/2021
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ANA MARIA MATUTE: JOSÉ JOAQUÍN CORTÉS DE MADARIAGA
Este ilustre personaje es famoso y es imposible que no reconozcamos su nombre. Para más señas, era cura, y estaba adscrito a la catedral de Caracas desde principios del siglo XIX.
Muchos al escuchar su apellido recordarán las ilustraciones de los libros de historia con los que estudiamos en la escuela, pues lo representaban siempre con una larga sotana negra. Era como una figura fantasmal que levantaba el brazo detrás de un señor con un traje muy vistoso que se asomaba por un balcón.
Abajo estaba el tumulto de gente que, sin pensarlo dos veces, le hizo caso a la seña de Madariaga y gritó: “¡No!”. Y con eso, con ese simple gesto y esa respuesta contundente, comenzó a cambiar la historia de estas tierras.
¿Tengo que recordar la fecha del suceso? Espero que no, porque nos la han enseñado miles de veces y es un cuento que ni los chavistas se han atrevido a cambiar. Entonces, fue un cura, con sotana por demás, el que les sopló a los caraqueños que le dijeran que no a Vicente Ignacio Antonio Ramón de Emparan y Orbe, gobernador y capitán de Venezuela por orden del rey, el 19 de abril de 1810.
II
Cuando estudiaba en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello tuve muchos profesores jesuitas, cada uno con su estilo y en materias diferentes. Pero hay algo que recuerdo siempre y es su interés por el trabajo social.
Más de uno, como el padre Jesús María Aguirre, se adentraba en los barrios de La Vega, los mismos que gobierna el Koki ahora, para ayudar a la gente. O como mi amigo el padre Alejandro Moreno en Petare. El trabajo de estos curas se centraba más en la ayuda y la orientación social que en la labor evangelizadora. Convivir con la gente que tiene menos es ya mucho, pues se sabe de sus penurias sin que tengan que contárselas.
Igual hacen los salesianos, con los que me formé desde mi temprana infancia y que fue también la escuela de mi padre, el doctor José Rafael Matute, uno de los beneficiados de tanta bondad que tienen los curas venezolanos.
III
Ahora viene a decir la vicepresidenta, parte del dúo dinámico rojito, que los curas que quieran hacer política se tienen que quitar la sotana. La doña se confunde y, para variar, comete un grave error. Lo que dice la Iglesia a través de sus clérigos, desde el párroco de la más pequeña comunidad hasta el obispo de una ciudad, nada tiene que ver con política.
Es imposible que no se dé cuenta la señora de que lo primero que critican y denuncian los curas que tanto le molestan son las condiciones en las que el régimen tiene al pueblo. Su falta de empatía, sus errores, la maldad infinita con la que se han dedicado a ponerlos de rodillas a mendingar.
Si eso le suena a política, pues qué pena, pero los curas de este país, sean de donde sean, lo único que hacen es traducir en comunicados lo que la gente grita en las calles, o más bien, lo que la gente pide en sus oraciones cuando va a la iglesia.
¿Sin sotana cambiaría el discurso? Me temo que eso es imposible, pues han tenido la valentía de llamar las cosas por su nombre desde el principio de la era chavista, por algo el comandante muerto les tenía tanta rabia.
No mentir al pueblo, sino escucharlo, pero además reclamar por los más necesitados, ese es su papel y se lo agradecemos con el corazón.
LUIS FUENMAYOR TORO: ELEMENTOS A CONSIDERAR EN LOS ULTIMOS SUCESOS
Las dos décadas de polarización extrema, las contradicciones y divisiones existentes en la sociedad venezolana y la profunda incredulidad que existe sobre las informaciones en general y las gubernamentales en particular, obstaculizan enormemente el examen y comprensión de los hechos recientes. Ante los mismos, se adoptan conductas emocionales y prejuiciadas. La propaganda, los deseos y la desinformación, usualmente se imponen, a la hora de hacerse una composición de lugar sobre lo que ocurre.
La reciente visita a Colombia de los jefes del Comando Sur y de la CIA no puede desligarse de nada de lo ocurrido. Ni de la violencia presente en Apure, protagonizada por grupos armados colombianos, algunos estrechamente vinculados con su gobierno, ni de la reciente arremetida violenta de bandas caraqueñas, que se produce justo cuando una misión de la ONU nos visita en
relación con los comicios venideros. Tampoco es ajena al asesinato del Presidente de Haití, en el que actuaron mercenarios colombianos y gringos asociados a empresas de seguridad de EEUU.
No se puede ignorar la relación entre las bandas caraqueñas y partidos como Voluntad Popular. Y no porque lo diga Jorge Rodríguez en una alocución eminentemente política, sino porque en el pasado hemos sido testigos de sus nexos estrechos y trabajo junto con bandas caraqueñas y con las colombianas de los Rastrojos y los Pelusos. Recordemos la foto, a lo Iris Varela, de Guaidó con el jefe de los Rastrojos y las relaciones establecidas con las bandas de Petare por los alcaldes de la oposición y del gobierno.
Se sabe, además, que grupos armados colombianos actúan en el país desde hace por lo menos dos décadas, tanto paramilitares como guerrilleros colombianos del ELN. No es casual que el colombiano Carlos Luis Revette, alias el Coqui, proveniente de una familia con estrechos nexos con el paramilitarismo, haya sido instalado en la Cota 905 en 2014 y financiado por los mismos entes y personas que dirigen a Los Rastrojos y a Los Pelusos. Todos ligados a Álvaro Uribe Vélez1, muy amigo del extremismo opositor venezolano.
Los gobiernos de Chávez y Maduro permitieron negligentemente la presencia y actividad de todos estos grupos irregulares en el país. Se llegó incluso a pactar con ellos, como fue el caso de la instrumentación de las llamadas “zonas de paz”, que les permitió actuar, organizarse y crecer impunemente en distintas
zonas urbanas. Su presencia es muy evidente en Táchira, Zulia, Apure y en Bolívar y Amazonas, donde se aprecia la acción conjunta de paramilitares y miembros del ELN, enemigos en Colombia, pero socios en Venezuela.
Las zonas caraqueñas dominadas por las bandas con relaciones internacionales incluyen El Valle hasta La Bandera (El Loco Leo), los barrios de El Cementerio entre El Valle y la Cota 905 (El Vampi), la Cota 905 hasta La Vega (El Coqui) y los barrios aledaños de La Vega (El Garbis)1. Desde este corredor criminal se controla Fuerte Tiuna, la Comandancia de la GNB y las sedes del SEBIN y la PNB en el Helicoide. Tienen numerosas vías internas de comunicación, salidas viales hacia toda Caracas y control de la entrada occidental de la capital.
La tolerancia negligente, tenida hacia estas bandas por el gobierno desde hace tiempo, también obedece a la concepción que tienen algunos de sus integrantes, del supuesto carácter revolucionario que podrían desempeñar en situaciones de emergencia. Hemos visto como una lideresa chavecista tiene supuestamente un ejército de presidiarios dispuestos a defender la “revolución”. Imagino que Marx debe estar revolviéndose en su tumba por el papel asignado por el socialismo del siglo XXI al lumpemproletariado.
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
Venezuela
NESTOR ABAD SÁNCHEZ: TOVAR CIUDAD MURAL DE VENEZUELA
CARLOS BLANCO: FIESTA ELCTORAL DE MADURO

JUAN GUERRERO: LA GRAN MENTIRA
TRINO MÁRQUEZ: LAS PROVOCACIONES DEL RÉGIMEN

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@trinomarquezc
Venezuela