jueves, 6 de mayo de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ JUEVES 06/05/2021



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LINDA D'AMBROSIO: OTROS "CUENTOS GROTESCOS"

Cuentos Grotescos, publicado originalmente en 1922, es una serie de historias que describen la realidad de una Venezuela signada por la tiranía, el abuso de poder y el resquebrajamiento de valores...

En tono sucinto, la noticia podría ser que ha visto la luz una nueva edición de los Cuentos Grotescos de José Rafael Pocaterra. Es cierto. Pero lo interesante de esta publicación, ya en sí misma valiosa, es que se trata apenas del primer volumen de una serie que sale al paso de la dificultad que experimentamos quienes, en el extranjero, intentamos recuperar nuestra perdida biblioteca de autores clásicos venezolanos. En efecto: pocos son, entre los millones de compatriotas dispersos por el mundo, los que pudieron llevar consigo sus más queridos libros. Acceder a los textos de los clásicos universales es bastante viable, aun en países de habla no hispana. No sucede así con los de nuestros autores nacionales.
 
Habiendo detectado este vacío, un grupo de jóvenes ha desarrollado una colección concebida para ser vendida en Amazon, tanto en formato físico como en formato digital, de manera que sean accesibles en términos económicos y geográficos.
 
Subrayaré aquí que la idea parte de una joven oriunda de Bélgica, en donde está radicada la Editorial Caobo. Vivió varios años en Venezuela y, enamorada de su cultura y de su gente, al regresar a su país, acometió esta tarea.
 
Empezaron por las memorias de José Rafael Pocaterra, en cuatro volúmenes, y la reedición de Cuentos Grotescos. ¿Por qué comenzar por este autor? Supongo que por emblemático, por haber sufrido el exilio, por ser muy cercano al corazón de los venezolanos, en particular a través de la figura de Panchito Mandefuá, quien fue a cenar con el Niño Jesús. Uno de los editores me ilustra: “Con Pocaterra existe una cercanía particular por el cariño a su ciudad natal, que es también la nuestra, y por una visión estratégica: tanto la temática de su obra como los avatares de su vida y su actitud hacia las circunstancias de su tiempo nos hacen sentir que es un buen primer nombre para despertar el interés, tanto del público venezolano, como de aquel que, sin serlo, ha desarrollado curiosidad por el país, su realidad y, desde luego, sus letras. Es también un autor que está justo en la línea entre la oscuridad del olvido y la fama del prócer, y creemos que servirá de buena entrada para un catálogo, que incluirá, eventualmente, nombres más lejanos para el lector moderno”.
 
Pocaterra recorrió más de una vez el camino del exilio en razón de su activismo en contra de los regímenes de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez. Pero, además, estuvo preso. La portada escogida por Caobo para las Memorias de un venezolano de la decadencia incluye dibujos hechos por el propio escritor como parte del testimonio gráfico sobre las condiciones de La Rotunda. Son los planos de las dos plantas de la cárcel gomecista y un dibujo de los grillos con que encadenaban a los presos. “Figuran junto a fotografías tomadas clandestinamente dentro de la prisión por otros compañeros de celda; toda una hazaña riesgosa descrita en el tercer y cuarto volumen del libro. Para las portadas de las obras de ficción, hemos hecho interpretaciones de detalles de obras clásicas de pintura; en el caso de Cuentos Grotescos, un trozo de El Jardín de las Delicias del Bosco”, me explican.
 
Cuentos Grotescos, publicado originalmente en 1922, es una serie de historias que describen la realidad de una Venezuela signada por la tiranía, el abuso de poder y el resquebrajamiento de valores.
 
“Nuestro esfuerzo va dirigido a echar nueva luz sobre este y los próximos autores clásicos, y a poner a disposición de los lectores una colección curada con esmero, que se traduzca en un catálogo lo más extenso posible”.
 
Un esfuerzo sin duda encomiable, que muchos querremos agradecerles.
 
Linda D´ambrosio
linda.dambrosiom@gmail.com
@ldambrosiom
@ElUniversal
Venezuela-España 

ALEJANDRO MENDIBLE: COLOMBIA EN VILO

Colombia un país con gran importancia geoestratégica en América del Sur llama la atención del mundo en estos momentos por cuanto lo que pueda ocurrir allí tendrá consecuencias sobre el resto del continente.  En Colombia el enorme impacto  de la crisis del covid-19 desarregla las cuentas públicas del gobierno de Iván Duque, quien para conseguir más recursos  y poder, que le permita adelantar programas sociales  u obras públicas se ve en la necesidad de solicitar ante el Congreso,  una ley de reforma tributaria. 

Esta situación somete a una dura prueba la estabilidad  y equilibrio del Estado nacional para mantenerse como árbitro institucional de los destinos  de los colombianos,  normados por la constitución debido a que   Colombia  es un país caracterizado por una historia violenta,  ejercida de manera sistemática por una oligarquía  contra los intereses populares. Históricamente  bastante diferente a lo ocurrido en México donde  la gran revolución de 1910 creo un gobierno  impulsor de  la reforma agraria que convierte a los  campesinos en dueños de la tierra,  mientras por el contrario,  en Colombia se mantiene un gobierno contrarrevolucionario al servicio de los intereses latifundistas. 

El gobierno con sede en  Bogotá dominado desde donde “los cachacos”, de las ciudades andinas, se apropian de los benéficos del Estado,   estimulando  la colonización de las diferentes regiones distantes por el desplazamiento de la población campesina pero cuando éstas se tornan productivas  aparecen las bandas de los hacendados a robarles sus propiedades. En estas condiciones el café se convierte en la base de la economía nacional  y el modo de producción latifundista puede sortear los grandes impactos de la crisis del sistema capitalista en 1929. En esa oportunidad aparece  Brasil para aminorar la crisis en Colombia, mientras en éste se operaba la  Revolución en 1930 y el nuevo gobierno presidido por Getulio Vargas emprende la reorganización de la economía nacional empleando los recursos del café para emprender el desarrollo industrial lo cual, le permite a Colombia sólo  establecer cambios supere estructurales con el regreso del partido  liberales al poder, que con habilidad  aprovecha la exportación del café brasileño sin tener que modificar su estructura latifundista. 

En esa oportunidad termina el período de la hegemonía conservadora surgida de la derrota liberal de la devastadora  guerra de los mil días, durante el gobierno del conservador  José Manuel Marroquín  entre 1899 y 1902. El Partido Liberal se encuentra al frente del gobierno hasta las elecciones de 1946 cuando se presenta en esa contienda divido entre las candidatura de Gabriel Turbay y Jorge Eliecer Gaitán lo que permitió el triunfo del conservador  Manuel Ospina Pérez. Entre estos personajes políticos la figura de Gaitán encarna un nuevo cambio que no se concreta por su asesinato. 

En esa oportunidad resurgía un nuevo ciclo de confrontación interpartidista representada entre los conservadores inclinados hacia un estado supeditado  a la iglesia y los liberales a otro laico cuestión que  se va complicando con la aparición de la guerra fría y el despunte de la personalidad carismática de Gaitán quien se consideraba el seguro vencedor de las elecciones a la presidencia de la república de 1950 y quien decía que, “yo no soy un hombre soy un pueblo”. Toda la expectativa de cambio nacional acumulado experimenta un golpe certero el 9 de abril de 1948, cuando Gaitán es asesinado y el pueblo enfurecido decide vengarlo en “el bogotazo”.  El hecho coincide con la Conferencia Panamericana para la creación de la OEA con  la presencia de importantes personalidades como el Secretario de Estado norteamericano George Marshall y el presidente de Brasil, Eurico Gaspar Dutra, quienes entre otros levantaron el fantasma de la agresión del comunismo internacional como el responsable del evento desestabilizador sin mencionar la miseria creada por la explotación. Lo ocurrido en esta oportunidad crea un nuevo rumbo histórico del país signado por una nueva manifestación de violencia representado por los movimiento insurreccionales de la FARC creada por el campesino y guerrillero Manuel Marulanda Vélez (Tiro fijo)  que se va ampliando en la medida que aparecen otros proyectos revolucionarios como el ELN en 1964 de mano de Fabio Vásquez Castaño  y el M-19 después del robo de la espada de Bolívar en 1974   hasta 1980 cuando, los 25 millones de colombianos entran  mediados  por un nuevo contexto creado en las relaciones hemisféricas con los Estados Unidos y sorprendidos  por el fenómeno del narcotráfico y el surgimiento de los paramilitares, entre los cuales, en el primer caso toma gran notoriedad el caso del narcotraficante, terrorista y político Pablo Escobar, máximo líder del cartel de Medellín  dado de baja tras una espectacular persecución nacional,  apoyada por la DEA norteamericana el 2 de diciembre de 1993. 

Previamente en 1991 la cúpula política  atemorizada procede a sancionar una nueva Constitución  para proteger la moralidad de la República, favorecer  la ampliación del pluralismo político y la creación de nuevos movimientos políticos. Sin embargo, los ingresos  de la droga hicieron de Colombia, uno de los pocos países latinoamericanos que pudieron sortear el grave impacto creado por la deuda externa a los estados nacionales de la región. En cuanto a los paramilitares, surgidos del entorno de los hacendados para protegerse de las acciones de las guerrillas, deshumanizó el conflicto bélico entrando en niveles de  crueldad. Ante este espectro que amenazaba la soberanía nacional la clase política termina entrando en connivencia con los Estados Unidos en la formación de una alianza firmada en 1999 como el Plan Colombia durante el gobierno de Andrés Pastrana. 

Durante este estremecedor período que se extiende a lo largo de las últimas décadas de la evolución de Colombia prolongándose a los inicios del nuevo siglo, el bipartidismo dominante cuando toma forma una nueva reformulación del perfil de la formación del país. La aplicación de Plan Colombia estrecha la alianza de las elites colombianas  

Con los Estados Unidos y el país se convierte en un enclave de la implantación de neoliberalismo con el propósito de crear una sociedad capitalista. Consecuentemente, aparecen nuevas instituciones  políticas para  capitalizar el cambio tomando el Pardo Liberal como plataforma y de ellas se destaca el Partido Social de Unidad Nacional, popularizado como el Partido de la U haciendo referencia a  Álvaro Uribe Velez, un personaje que nace en la ciudad de Medellín en 1952, hijo del terrateniente y ganadero Alberto Uribe Sierra,  quien en 1983 fue asesinado por la FARC, un hecho que lo mueve a entrar en la política  por la alcaldía de su ciudad natal y en el curso de su actuación se presentaron hechos graves contra los derechos humanos, en posible connivencia con el cartel de drogas de Medellín, cuestión que  muestra el lado siniestro del personaje y después logra escañar a niveles más elevados de la administración  pública  hasta alcanzar la presidencia de la república en dos oportunidades entre el 2002 y el 2010 cuando aplica una política de Seguridad Nacional. 

Dicha política es encarnada en Uribe en el hombre más fuerte de Colombia que a diferencia de Gaitán que le señalaba al pueblo su dirección futura,  como las banderas que indican la dirección del viento, Uribe es la compuesta que le cierra el progreso al pueblo.  En estas condiciones se aplica la concentración de todo el poder de exterminio del Estado  contra las FARC y en el siguiente gobierno del Centro Democrático, Juan Manuel Santos hace valer su voluntad política y se logra un acuerdo de paz con las FARC,  en La Habana, en el 2016 buscando impedir que haya más víctimas y concentrar los esfuerzos en construir una paz estable y duradera después de medio siglo de conflicto. 

Sin embargo, este paréntesis esperanzador experimenta un retroceso al regresar Uribe al centro de la política y designa como presidente a Iván Duque quien procede a dinamitar los acuerdos para reestablecer el Estado Fuerte proveedor de la  seguridad a cambio de limitaciones de la libertad y en especial desconocer la aplicación de una reforma agraria  para mejorar las condiciones de vida de las clases populares. 

La estabilidad del régimen se encuentra amenazada en la actualidad por un paro nacional que pone al país de 51 millones de habitantes en vilo su  democracia  y crea la expectativa acerca de lo que vendrá después del hundimiento de Uribe con  la violencia popular.     


Alejandro Mendible
alejandromendibleucv1@gmail.com
Caracas – Venezuela
 
Enviado a nuestros correo por
Jesús Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
Venezuela 

RICARDO VALENZUELA: EL LINCHAMIENTO DE LA THATCHER

Creo que todo mundo conoce la fascinante historia del rescate de la Gran Bretaña de las fauces del socialismo, provocado por lo que se llamó la revolución de Margaret Thatcher en los años 80. Pero lo que nadie sabe, fue el papel que jugara alguien llamado Keith Joseph, a quien la misma Thatcher se refería afirmando: “Sin Keith Joseph yo no habría sido primer ministro y lo que llaman mi revolución, deberían llamara la revolución de Joseph, Britania tiene una gran deuda con ese hombre”.
 
David Young era un exitoso empresario que con tristeza veía la forma en que la economía británica estaba postrada a punto de la agonía, y sus negocios se iban al precipicio. Pero, lejos de conformarse, decidía luchar para extinguir el tumor que amenazaba la vida de su país. Había decidido llevar a cabo una lucha ideológica y, lo asombroso era que, siendo un hombre de izquierda, llegaba a entender y aceptar su equivocación e iniciaba su educación acudiendo a todos los escritos de un político muy especial, Keith Joseph, a quien se le conocía como “el monje loco” (algo que algunos de mis enemigos ideológicos también me brindan). Young aprovechaba un evento para presentarse con él y ofrecerle su ayuda como voluntario.
 
Joseph aceptaba la oferta, pero le aclaraba preguntando: ¿Cómo quieres participar en algo que no conoces ni entiendes? El hombre se sorprendía para, a partir de esos momentos, se sumergió en toda clase de lectura acudiendo a Hayek, Mises, Bastiat, Jefferson, que le diera ese conocimiento y así tomaba la bandera de la reconstrucción del pensamiento económico y político de la isla británica provocando una ola.
 
Esta ola se extendería por todo el mundo y, sin lugar a dudas, Keith Joseph sería quien más aportara a este gran esfuerzo para darle una nueva cara al debate, para luego tomar una gran variedad de ideas, acomodarlas, y lanzar una poderosa crítica de la economía mixta y el estatismo. Y, en su momento, darle la forma de un programa político. Una agenda que, a su tiempo, fuera articulada y ejecutada por la más importante de sus discípulos, Margaret Thatcher. Ella logró que esas ideas se operaran, pero fue Keith Joseph quien creara ese potente paquete en la segunda mitad de los 70s, una era en la cual las premisas de economía mixta jamás habían sido cuestionadas a pesar de que el sistema se tornaba disfuncional y el Imperio Británico se hundía.
 
Como el Consenso de Attlee de los años 40 se había convertido en el texto para los gobiernos y políticos durante los siguientes 40 años, lo que se iniciara en los seminarios de institutos de investigación en los años 70 y 80, tomaba forma en el programa de Thatcher como una receta para establecer la agenda global de los años 90. La combinación de inflación desbocada, sin crecimiento, desempleo, conflictos laborales y descontento social, pedía de inmediato alguna forma de cambio. Así, Thatcher afirmaba, “vivimos un tórpido socialismo que se ha convertido en la sabiduría convencional de la gran Bretaña. La interminable crisis—económicas, fiscales e industriales—bajo los laboristas, nos ha provocado el pensar y proponer políticas lejanas a la verdadera sabiduría convencional borrando la línea de compromiso”.
 
Era una representación de la lucha de Joseph hacia la libertad pues se daba cuenta que lo pregonado no era el camino y afirmaba: “El problema no es que el gobierno no lo hacía bien, la realidad era que el gobierno trataba de hacer demasiado. Y, la fuente de este vía crucis es el consenso post guerra del estado interventor. El enemigo es el estatismo. Y lo que se debía cambiar era la cultura política del país y la forma de combatirlo debía ser a través de una guerrilla intelectual”. Sin embargo, el líder de los conservadores y primer Ministro reviraba: “No es que las políticas hayan fallado, eran las correctas, pero no persistimos con ellas el tiempo suficiente”.
 
Margaret Thatcher rediseñaba la relación entre estado y mercado, retiraba al gobierno de los negocios atacando la idea persistente de la sabiduría del gobierno. Modificaba el énfasis de la responsabilidad estatal hacia la responsabilidad individual, siempre dando prioridad a la iniciativa, los incentivos, y la generacion de riqueza en lugar de su redistribución e igualdad. Ella celebraba y admiraba el emprendimiento de negocios. Su bandera fue privatización, pero, bien hecha, y con sus resultados se formaba el anatema por todo el mundo y, hacia los años 90, era claro que había establecido una nueva agenda económica para provocar el gran disgusto del establishment mundial.
 
Keith Joseph afirmaba con gran orgullo: “Los años de Thatcher rescataron al Reino Unido de un manoseado productor a una economía liderada por el consumidor y de nuevo era una economía competitiva. Y fue la convicción la que logró el proceso funcionara. En el pasado, gente ordinaria acudía al laborismo para mejorar sus vidas. Ahora, ellos entienden que la libertad y un sector emprendedor bajo la ley, es mejor que un masivo gobierno en control de la economía y de la gente”. La Thatcher lo afianzaba afirmando, “socialismo era el sabor de esos tiempos. Lo experimentamos y los conservadores no hicieron nada para combatirlo. Pero, para mí fue muy simple. El estado no tiene por qué ordenarnos que hacer. Era muy obvio para la gente que socialismo es aceptar el declive. ¿Alguien lo podría entender? La gente aceptando la mediocridad”.
 
Pasaba luego a definir su opinión en las responsabilidades del gobierno: “Primero, mantener finanzas sanas. Segundo, asegurar una propia fundación de la ley para que industria, comercio, servicios y gobierno florezcan. Tercero, defensa. Educación seria el Cuarto, la ruta hacia las oportunidades. Quinto, una pequeña red social, pero hacernos estas preguntas ¿Cómo proporcionar una red efectiva sin crear o reforzar la cultura de la dependencia? ¿Cómo debemos sostener las virtudes de una sociedad civil?” Cerraba: “Todo esto lo iniciamos Sir Keith y yo y lo hicimos con ideas y creencias. Eso fue todo. Se tiene que empezar con creencias, siempre con creencias y defenderlas hasta la muerte”.
 
Pero, en noviembre de 1990 la dama de hierro era expulsada de la oficina de primer ministro con gran participación de miembros de su partido y de su gabinete, por oponerse a la Unión Europea y, sobre todo, a ceder el manejo monetario del país a la burocracia de Bruselas. Porque, según ellos y por órdenes del EP global, era demasiado nacionalista, demasiado pro Britania. Y, lo más sorprendente, ellos la definían como rígida, demasiado apegada a sus creencias que siempre defendía ante todo y ante todos. Es decir, su fuerza moral y sus convicciones eran las armas para lincharla. Curiosamente eran los mismos calificativos que sus enemigos le aplicaran a Trump para también lincharlo.             
 
Ricardo Valenzuela
chero@reflexioneslibertarias.com
@elchero
México – Estados Unidos
http://refugiolibertariol.blogspot.com

JUAN GUERRERO: CARAS VEMOS, CORAZONES NO SABEMOS

Desde que el conquistador alemán, Nicolás de Federmann conoció, en 1530 la rica zona agrícola en la confluencia del río Yaracuy, el espacio geográfico se fue ampliando hasta los fértiles valles del río Varicequimeto (río Turbio), y los linderos del río Claro, que fueron transitados por los adelantados del conquistador, Juan de Villegas, fundador de la Nueva Segovia de Barquisimeto, en 1552. Los europeos quedan deslumbrados por la belleza de las mujeres caquetías, comunidad indígena que poblaba el inmenso valle. Descendientes de los Arawak se enfrentaron a las étnias de los Gayones, Jiraharas, entre otras, y les obligaron a internarse en las montañas y serranías. Generalmente en estos enfrentamientos, los pueblos sometidos eran esclavizados y sus mujeres, violadas, servían como ‘botín de guerra’ en calidad de serviles. 

  En ese inmenso valle de confluencia de caminos, desde la ciudad madre, Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción de El Tocuyo, sea también hacia el occidente, desde Carora, o al norte y este, desde Borburata y hacia el río Cojedes, ese encuentro de caminos daba sitio al fértil valle donde ‘las mujeres más bellas del Nuevo Mundo’ –al decir del florentino Galeotto Cei-, permanecían en el mismo Paraíso. Fue en ese sitio donde unos conquistadores intimidaron con los indígenas, ofrecieron su vino y su pan, mientras recibían frutos, carnes, pescados y otros alimentos, y mientras los naturales caían en un sopor etílico, los europeos sometieron a los hombres y se dedicaron por varios días a violar a las mujeres.

  Creo, como ha afirmado el historiador y cronista larense, Ramón Querales, que de esas violaciones nació la nueva mezcla de esto que se llama ahora, la sociedad venezolana. Y esa práctica de sometimiento, ultraje y violación se continuó a lo largo de los siglos por quienes ejercían el poder sobre la nueva población. Lo vemos, por ejemplo, en la práctica cotidiana del ‘padre del padre’ de la Patria, (véase mi escrito, Don Juan Vicente Bolívar y Ponte: Amo y desflorador de doncellas, en mi blog http://[http://www.papelesagua.blogspot.com)/]papelesagua.blogspot.com/2009/09/don-juan-vicente-bolivar-y-ponte-amo-y.html?m=0) donde actúa como amo y señor de todo aquello que ha heredado, sean tierras, flora, fauna y hombres.

  Para entender la moderna sociedad venezolana y su actitud y práctica cotidiana de su sexualidad, creo, sin entrar ni a juzgar ni tampoco y menos a moralizar, es imprescindible conocer un poco de nuestro pasado sobre estos temas. Porque el poder en nuestra sociedad siempre ha estado emparentado con estas cosas que ahora llamamos, estupro, pedofilia, incesto, violación o violencia de género. En cualquier caso, y sin entrar a análisis técnico ni opinión profesional, sea psicológica, jurídica, ética, me interesa que pueda verse esto que fuimos, somos y posiblemente seremos, a la luz de estos tiempos terribles de desnudez de nuestra intimidad como sociedad, como pueblo y nación.

  En todas las épocas de nuestra historia, siempre el fantasma de la violencia sexual, desde cualquier ángulo que se la pueda observar, ha estado presente. En momentos como trofeo o botín de guerra –las historias de los conflictos en el siglo XIX y principios del XX, son sencillamente espeluznantes. Ya entrado el siglo de la modernidad la práctica se disfraza y se transforma en hipocresía y consentimiento en una sociedad que va aprendiendo a convivir con semejante ‘cotidianidad de la complicidad’, todo lo contrario a siglos pasados, donde el abuso era tolerado por sobrevivencia.

  La práctica actual de la violencia de género, sea del hombre contra la mujer o de ella hacia él, encuentra una especie de ‘ratonera’ donde ambos se encuentran ‘entrampados’ por modelos de convivencia que se han heredado de siglos pasados. No se crea que la sociedad venezolana sea diferente a otras, sea en nuestro continente o de otros lugares más distantes. Actuamos más o menos con ciertas semejanzas y con las diferencias de los aspectos, obviamente, particulares, pero siempre cercanos a la magia, a la maravilla que significa tener poder y ejercerlo sobre el otro, semejante o diferente a nosotros. 

  Porque el poder ejerce fascinación, sino obsérvese las historias que cuenta José Rafael Pocaterra, o los llamados costumbristas venezolanos cuando nos hablan de la época de los llamados alzamientos, revoluciones o simplemente en medio de las dictaduras. Quizás una de las diferencias con aquellos tiempos recientes era que se guardaban las formalidades, pero, como afirman los estudiosos de estos temas, el acosador/abusador siempre va a ser una persona cercana a la víctima: el padre, madre, hermano, tío o padrino. Y de ‘descendencia de compadres y comadres’ también está compuesta nuestra sociedad. 

  Creo que es sano que las víctimas se manifiesten. Tanto por ellas como por desnudar al agresor y su fechoría. Pero dudo que en los momentos actuales pueda llegarse a una imposición de real y verdadera justicia. Además, la manera como se manifiesta la realidad hace que se asuma la terrible experiencia de estos actos atroces, como ‘escándalo’ y señalamiento que resbala en el peligroso terreno del vacío comunicacional. Allí la denuncia creíble y verdadera se convierte en mero momento para ‘viralizar’ y después terminar en el fango del olvido y la banalidad. 

Juan Guerrero

camilodeasis@hotmail.com    

@camilodeasis  

@camilodeasis1

Venezuela

JESÚS ELORZA: PROLETARIOS FUÑÍOS

Tremenda molestia le causó a los obreros de Sidor, en el estado Bolívar, al escuchar el discurso de Maduro que con motivo del Primero de Mayo, era retransmitido en cadena nacional por todos los medios de comunicación: 
 
“La solidaridad de clase ha sido uno de los elementos característicos en la acción del movimiento obrero internacional, y se ha erigido en base a la hermandad que los pueblos, históricamente, han demostrado en el combate en contra de la opresión social. El internacionalismo proletario, como actitud y principio revolucionario, se configuró a medida que la conciencia de clase del proletariado se desarrolló y le permitió entender el carácter transitorio del capitalismo -históricamente hablando- y el papel histórico que a aquel le corresponde cumplir para poner fin a este sistema capitalista explotador y construir la sociedad del futuro: el socialismo”.
 
Seguro, está leyendo una copia que le prepararon para este día, dijo uno de los obreros. No debe tardar en salirnos con una consigna revolucionaria. 
 
Dicho y hecho, acto seguido, Maduro en su discurso plagiado señaló:  
 
“La consigna, Proletarios del mundo, uníos, resume el carácter internacional de la lucha de la clase obrera para poner fin al capitalismo. La liberación social de los trabajadores no puede alcanzarse de manera definitiva si el régimen de explotación capitalista no es derrotado en su totalidad. Además, todo el poder es para los Consejos Obreros, Consejos Comunales y las Comunas y el garante de la revolución es y será La Dictadura del Proletariado ejercida y dirigida por mí”. 
 
Siiii Luisss, fue la expresión generalizada de los obreros. Ya llevamos 22 años con ese cuento chino bolivariano y los trabajadores no le vemos el queso a la tostada. A esa teoría, supuestamente revolucionaria, se le ven las costuras en su aplicación práctica. Por ejemplo:  
 
– En la cúpula del poder gubernamental no hay un solo obrero, no nos vengas con el cuento que fuiste chofer de autobús en el Metro, cuando todos sabemos que solo fuiste un reposero y por el contrario la mayoría de los allí presentes sean burócratas militares. 
 
– En las empresas expropiadas a la burguesía el control no lo tienen los Consejos Obreros sino militares puestos a dedo o civiles enchufaos y todas han fracasado. 
 
– Las cifras de desempleo siguen creciendo a paso de vencedores. 
 
– Pretenden vendernos como revolucionaria la tesis neoliberal de la Tercerización del Empleo. 
 
– La congelación de los Contratos Colectivos.
 
-Salarios de Hambre que no alcanzan para cubrir la Cesta Básica de Alimentos. 
 
– Los “aumentos salariales” impuestos unilateralmente por el Presidente. 
 
– El Paquetazo Rojito con traducción inmediata en la inflación. 
 
– La política gubernamental de estimular, proteger y legitimar el paralelismo sindical. 
 
– La criminalización de la protesta social de los trabajadores, a través de la iniciación de acciones judiciales contra los defensores de derechos laborales mediante la aplicación de los artículos 357 y  360 del Código Penal los  cuales limitan la manifestación pacífica y el Derecho a la Huelga asociadas a reclamos laborales. 
 
No pasemos por alto, dijo  uno obrero metalmecánico,  que en estos 22 años de ”revolución socialista” uno de los sectores sociales que más viene sufriendo altos grados de represión en Venezuela es la clase trabajadora, la más castigada en todos los sentidos por la catástrofe económica y social que se arrastra el país por años. 
 
Podemos decir, que hasta el momento la violencia contra el pueblo trabajador se ha ejecutado en dos niveles. Una represión que es masiva, y dirigida a los sectores sociales más pobres, en clave de criminalización de la pobreza, sobre todo con la utilización de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y antes vía la “Operación de Liberación del Pueblo” (OLP), sectores que reciben en su vida diaria el peso y las consecuencias nefastas del paquetazo de Maduro y los empresarios; pero golpeando también en las acciones de calle de los trabajadores, impidiéndoles incluso marchar por la vía pública como forma de protesta. Y otra represión más selectiva, que se eleva a niveles escandalosos por los grados de impunidad, implicando brutales ataques a la libertad sindical y a las libertades democráticas contra activistas obreros, dirigentes sindicales, que resisten y se encuentran, sobre todo, en el ámbito de las empresas del Estado. 
 
Uno de los empleados de Sidor, dijo tajantemente que con el paralelismo sindical desarrollado por este régimen, se le dio paso a la creación de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores de la Ciudad, Campo y Pesca (CBSTCCP) para justificar y dar paso a la instauración de los “Cuerpos Combatientes” y las “Cuadrillas de Paz”, que no es otra cosa más que convertir a trabajadores para que actúen en las empresas, casi literalmente, como “policías” del Estado. Se les conforma como destacamentos auxiliares de las FF.AA. dentro de los lugares de trabajo, para “garantizar la operatividad de la empresa ante cualquier circunstancia”, recibiendo entrenamiento de los militares y respondiendo a su estructura de mando. Convirtiendo a tales “milicias” en un componente más de las Fuerzas Armadas.
 
Compañeros, esa teoría revolucionaria del Siglo XXI, es pura paja, dijo con arrechera una de las obreras presentes. Con sus argumentos plagiados o mal copiados pretenden generar una cortina de humo para justificar los actos vandálicos y de corrupción de este régimen. Sobre los hombros de los trabajadores colocan todo el peso de una política de hambre, miseria y represión. Frente a ello, nuestra consigna debe ser “Proletarios de Venezuela fuñíos, la lucha continúa.
 
Jesús Elorza Garrido
jesuselorza@hotmail.com
@jesuselorza
Venezuela

JOISE MORILLO: DISCURSO HIPÓCRITA

Este régimen de sesgo castro comunista que pretende someter al pueblo venezolano con medidas tiránicas de corte estalinista y feudal como lo ha venido haciendo con su pueblo el régimen de los Castro en Cuba; debe haberse dado cuenta que el pueblo ya no es su base de apoyo para mantenerse en el poder. 

Por tal motivo están haciendo barbaridades propias de totalitaristas y antidemocráticas al punto de utilizar la fuerza de la violencia en contra de la institución constituyente de nuestra asamblea nacional, elegida legítimamente y por unanimidad popular. 

El colmo de la barbarie fue plasmado con la incursión de un funcionario público –Jorge Rodríguez- que en vez de estar trabajando para establecer el orden de su instancia regional, es la punta de lanza para que hordas del corte de: “las camisas pardas de Hitler y camisas negras de Mussolini, llamados colectivos y mano derecha para hacer el trabajo sucio represivo” atacaran el domingo 23-10-2016 a los diputados de la asamblea y no permitirles entrar al recinto legislativo a cumplir con su oficio público.  

Por otro lado, el presidente - con suma hipocresía - emite un discurso demagógico y falaz donde exhorta a los sectores de la vida pública y al pueblo –que no le apoya en si-  a mantener el orden y la paz, mientras ellos –los del gobierno-  es lo menos que hacen, en vez, mantienen un proceso de miseria para controlar al pueblo con el hambre y el terror. 

Igualmente exigiendo nuevos aumentos salariales le echa más leña al fuego que le mantiene a la empresa privada y que está siendo el motor de la destrucción del pingue aparato productivo que aún tenemos, con el fin de manejar la producción nacional mediante una centralización de la industria, lo cual, es una sentencia para el pueblo que tendrá que soportar una condena de depender del gobierno, que, solo va a traer: nepotismo,  más corrupción, más atraso económico y tecnológico, por ende, más miseria. 

El discurso del gobierno invitando al diálogo es algo absurdo. Si el gobierno, que con su mecanismo de usurpación de poderes y violaciones a la constitución ha desarrollado tanto caos en función de un socialismo que no existe, ni en sus mentes, porque, no saben de qué se trata y, derivado de su enajenación castrista ahora quiere corregir; lo que debe hacer es declinar a favor de un revocatorio, con ello, salir bien parados. 

Joise Morillo

Kaojoise@gmail.com

@kao_joi_lin

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