domingo, 20 de febrero de 2022

ESPECIAL DEL DOMINGO: CONVERSACIONES CON FRANCÀS: NÉSTOR SUÁREZ: ‘EL SOCIALISMO ES MALO EN CUALQUIER SIGLO’

CONVERSACIONES CON FRANCÀS

ESPECIAL DEL DOMINGO
20/02/2022.



JOSEP M. FRANCÁS * NÉSTOR SUAREZ
@jmfrancas @NestorSuarezRB
NÉSTOR SUÁREZ:"EL SOCIALISMO ES MALO EN CUALQUIER SIGLO"
por J.Mª Francàs


Nestor Suárez: ‘El Socialismo es malo en cualquier siglo’

Josep María Francàs | Entrevista a Nestor Suárez (@NestorSuarezRB). Fue diputado al Congreso de la República a los 21 años. Fue Decano de la Facultad de Ciencias Políticas, Administrativas y Sociales de la Universidad Rafael Urdaneta (URU) y Profesor de economía política y Macroeconomía en la Universidad del Zulia (LUZ). Fundador de la cátedra de Supply Side Economic (Economía de la Oferta). Fue Profesor Visitante en la Universidad de Connecticut en USA.  


JMF: ¿Ves salida a la actual situación de Venezuela?

NS: La salida en Venezuela, no es por el aeropuerto, sino quedándose en el país y luchar por la construcción de una Sociedad libre y de primer mundo. Hay que derogar todas las leyes “malas”, y hacer leyes que favorezcan la construcción de una economía de libre mercado y la propiedad privada. Cuando hagamos esto se producirá un shock de oferta con deflación que contribuirá a bajar los precios…..Y eso, se traducirá en prosperidad para el país. El socialismo, confisca y empobrece, y, el capitalismo crea riqueza, de eso se dieron los cuenta los chinos y también de que la propiedad privada, es sagrada. En Venezuela, necesitamos un Programa o Proyecto económico práctico, liberal, racionalmente distinto y un mensajero entrenado en ese relato… con coraje y visión moderna de la prosperidad y del primer mundo, y, un partido o Instrumento partidario diferente a los que existen y sin complejos, 100% descontaminado de socialismo y decididamente pro libre mercado… un partido y un mensajero que le digan la verdad a Venezuela. No hay riqueza sin libre mercado, y resalto que el Socialismo es malo en cualquier siglo, porque siempre genera lo mismo: pobreza, atraso, corrupción y sometimiento al poder.

JMF: Un famoso venezolano me dijo que la perdición de Venezuela había sido tanta riqueza que os posibilitó vivir siempre del ‘papa estado’…

Venezuela, jamás conoció el sistema de libre mercado, llamado “capitalista” por sus detractores. Lo más cerca fue con las garantías económicas con la Constitución de 1961, de inmediato suspendidas indefinidamente. Venezuela vivió siempre en un sistema estatista e intervencionista, y cada vez más socialista desde 1958, y sobretodo desde 1998. Todos los partidos políticos venezolanos han sido y son estatistas, populistas y socialistas, de izquierda o centroizquierda… ¡por eso el país está cómo está! La democracia no es lo más importante, aunque sí es el menos malo de los sistemas políticos. Más importante es la libertad. Y que no hay democracia sin partidos, pero que los partidos deben ser completos: con principios y doctrinas, con ideas y programas.


El problema de fondo ha sido la pobreza del discurso, la cual ha puesto de manifiesto la dramática ausencia de alternativas políticas para salir de la crisis. Por eso te repito, la salida es cambiar el sistema socialista y pasar al sistema de libre mercado.

JMF: Siempre ha habido socialismo de una u otra forma ¿no?

Los últimos 50 años han sido de ilusión política. Una errónea creencia de que el Estado puede y debe resolver todos los problemas de las personas. En Venezuela, como en la mayoría de los países de América Latina, los Gobiernos aspiraron a controlar los mercados, cerrando el camino a la competencia. Al Estado hay que ponerlo en su lugar, limitándolo a cumplir solo con sus funciones específicas de defensa, seguridad y administración de justicia, recortando los excesivos poderes y facultades impropias, que hoy ejerce, otorgando más libertad y poder al ciudadano. El Estado no solamente no tiene soluciones, sino que es el problema mismo, como por ejemplo la inflación creada por los gobiernos al abusar de su monopolio de emisión monetaria, e inundar el torrente de circulante de dinero inorgánico, a la vez una de las causas de otros problemas derivados, como el de la pobreza. O el problema de la descapitalización creado por el Estado al confiscar innumerables activos, e imponer impuestos excesivos, para obtener muchos recursos para resolver problemas que no puede solucionar. La descapitalización también trae otro problema, que es la imposibilidad de ahorrar, y por ende de invertir, y crear empleo productivo, y así generar riqueza. Todo esto crea una “ilusión política” por supuesto errada en cuanto a que ese Estado redistribuidor y benefactor tiene la solución a todos los males. Está ilusión ha generado el Estado gigante, gastador, endeudado, inflacionario, confiscador y empobrecedor. Y que se la pasa dictando reglamentos todo el tiempo, y produciendo leyes alocadamente, en la creencia que así todo lo soluciona, cuando lo que estás regulaciones absurdas y caprichosas lo que logran es entrabar y obstaculizar las actividades económicas. Y entorpecer las acciones y esfuerzos que las personas por si mismas hacen para resolver sus problemas, en el indeclinable ejercicio de la responsabilidad individual.


JMF:¿Qué modelo de Estado contemplas?

El Estado es un ente represivo, que lo único que puede hacer es prevenir el delito, y hacer que los delincuentes cumplan sus penas. Además, puede patrullar las fronteras, enviar embajadores y cónsules al exterior, y contratar la construcción de carreteras, autopistas y puentes, y la recolección de residuos. La función de producir no es de los gobiernos ni de los partidos políticos, es de los individuos y de la empresa privada en un sistema de mercados libres y abiertos a la competencia.

JMF: ¿En Venezuela, y cada día en más países, habéis vivido engañados confiando en ese papa Estado que todo lo puede?

Definitivamente sí, y en muchos países, sobre todo en América Latina el continente más inestable del planeta y el más confundido y acomplejado. Engañados respecto a lo poco que puede hacer el Estado, a lo mucho que no puede, a cuáles son sus funciones propias que marcan sus límites, y a las calamidades que se desatan sobre la sociedad cuando esos límites son desbordados. Hay un libro, de un pastor estadounidense llamado John Hagee, se titula “La Era del Engaño”. Dice que desde Franklin Roosevelt en adelante, todos los presidentes estadounidenses excepto Ronald Reagan han mantenido al público engañados sobre está cuestión, alimentando la ingenua creencia de que la enorme maquinaria estatal, con todas sus agencias reguladoras y de bienestar, es capaz de resolver todos los problemas de la sociedad como el crimen, niñez, ancianos, droga, contaminación, vivienda, pobreza, etc. Y que para ello basta con dos cosas: 1 – Entregarle al monstruo estatal más y más recursos económicos, que son sustraídos de las personas, y que quedan con ello empobrecidas… y 2.- Entregarle a los engranajes gubernamentales más poderes, competencias y facultades, es decir, imponerles más restricciones, prohibiciones y limitaciones a las personas, familias, empresas, etc. Es un proceso con dos avenidas…. y paralelas. Permanentemente se trasladan dos cosas de la sociedad al Estado: recursos económicos, y poderes y facultades. Pero, ¿qué se ha resuelto con ello? Nada. Las cosas han empeorado en Venezuela y en América Latina. Hay que desestatizar y devolver tanto los recursos como las libertades que se le ha arrebatado a la gente.

JMF:¿Y qué perspectivas vislumbras para Venezuela?

Venezuela tiene que cambiar el sistema. Pero para un sistema mejor, no peor. El Primer Mundo no va a quedarse esperándonos a los venezolanos. Si entramos a él, o permaneceremos en las filas de los países más pobres, más enfermos de epidemias, desordenados, caóticos y violentos. Para hallar la salida, hay que pensar de otro modo. Cambiar de mentalidad. Salir del pensamiento marxista y socialista que predomina en los conceptos, explicaciones, diagnósticos y análisis, y en las propuestas.

JMF:¿Venezuela al primer Mundo? ¿Cómo?

Con un Programa de Gobierno Liberal con los siguientes objetivos:


1.-Poner al Estado en su lugar

2.-Desregular masivamente
3.-Desestatizar la sociedad
4.-Privatizaciones populares en la producción y la economía, y así mismo en educación, medicina y previsión, con los cupones de promoción social.
5.-Autonomía regional y liberal para las regiones.


JMF: ¿Por dónde empiezas?

1.-Se tiene que saber y ser capaz de formular de manera comprensible adonde ir con el plan o proyecto. La visión de la sociedad que se desea construir debe ser clara y no difusa, explícita y no implícita, dura y no suave, intransigente, no una que satisfaga a todos, no hay luna de miel para la reconstrucción.
2.-Se debe saber cómo llegar. Una parte importante es tener la capacidad y el valor de decirle a la gente la verdad sobre los costos inevitables de la transformación. No hay reformas ni transformaciones gratis.
3.- Se debe poder convencer a la gente. La salida pasa por un cambio de sistema.

La salida es cambiar el sistema y pasar a al sistema de libre mercado. Un Proyecto Liberal. También llamado capitalismo de libre mercado o liberal. Caracterizado por estos tres rasgos: Gobiernos limitados, mercados libres, e instituciones privadas separadas del Estado. Para producir riqueza en abundancia y bien repartida.

JMF: ¿Este Proyecto Liberal que propones que pasos debería seguir?

En primer lugar, desestatizar y construir una economía de libre mercado, con un elevado grado de eficiencia para adaptación a circunstancias cambiantes, y capaz de producir un crecimiento económico sostenido a largo plazo. Con instituciones políticas y económicas favorables, de tal manera que los venezolanos cuenten con suficiente capacidad de resistencia a los problemas que ocurren en todas las sociedades, y con los ajustes enfrentando nuevas necesidades y problemas con creatividad. El segundo objetivo debe ser algo que nunca se ha hecho como debe ser: el crecimiento debe llegar a todos los participantes en la sociedad. Implica desarrollar un nuevo marco institucional, con una reestructuración en los nexos entre el sistema político, el sistema judicial y la economía. Si el Gobierno no es creíble, si las instituciones no son confiables, si nadie sabe a qué atenerse o qué esperar en lo adelante, la incertidumbre e inseguridad serán cada vez mayores. Hay que generar confianza. En la economía, se requiere desarrollar un espíritu empresarial, creando un ambiente constructivo y a la vez eficiente y competitivo. Lo primero que hay que hacer es “poner la casa en orden”, ya que hay demasiadas cosas fuera de orden. Por ejemplo, una moneda enferma, desprestigiada y sin valor, endeudamiento ilimitado, déficit fiscal, inseguridad personal y jurídica, de cosas, personas y contratos, incertidumbre en la propiedad privada que es la esperanza de los pobres, etc. Hay que reestructurar el Estado, el gobierno debe ser transparente, y ser capaz de cumplir con sus funciones y compromisos.

JMF: ¿Es posible esto en la Venezuela de hoy?

Las instituciones en Venezuela están muy débiles y poco creíbles. La democracia cuando es ilimitada como lo es actualmente en Venezuela se convierte en enemiga de la desestatización y la construcción de una economía Libre y conduce justamente al socialismo y estatización y termina acabando con la democracia misma. Una cosa es creación de riqueza y prosperidad, y otra democracia. En Singapur, por ejemplo que es un caso de éxito ejemplar, al principio para poner orden en la casa, no hubo democracia. Para crear riqueza y prosperidad, lo que se requiere son leyes y tribunales sabios y justos, además de carreteras, puentes, infraestructura de obras públicas de primer mundo, y pocos impuestos y cargas públicas. Se lo simplifico de esta manera: La salida al socialismo y al estatismo colectivista es el capitalismo de libre mercado o liberal. La salida a la centralización del poder con las autonomías regionales y liberal. La salida al pensamiento marxista predominante es el liberalismo clásico. La salida a la confusión de las emociones y sentimientos es la razón.

JMF: ¿Eres optimista respecto a Venezuela?

Hay muchas razones para ser optimistas. Tenemos todo para ser uno de los países más ricos y prósperos del mundo.
Así como Singapur y China son líderes de la prosperidad en Asia, Venezuela puede ser el Líder de América Latina y ¿por qué no?.. !del mundo…!


Enviado a nuestros correo por:
Nestor Suarez 
nsuarez07@hotmail.com
@NestorSuarezRB
Venezuela

Diseño: http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com

ACTUALIZACIÓN EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, DOMINGO 20/02/2022,

 

AQUÍ TITULARES DE HOY DOMINGO 20/02/2022, DIARIO DE OPINIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, PARA LEER PULSA EL TITULAR

 

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: LA PERSISTENCIA DEL VACÍO

Para Aristóteles, la aspiración de hacer del vacío un lugar planteaba una imposibilidad esencial. “¿Cómo puede una cosa estar en un vacío?”, se pregunta en el libro IV de su Física. Según el estagirita, separar materia y espacio era impensable, pues toda materia se da en un espacio. En oposición a los antiguos atomistas, la nada no entra en sus cálculos, no existe; una visión que dominó el pensamiento hasta bien entrado el siglo XVII. Descartes, de hecho, hizo de ella la base de su Mecánica. Eso, hasta que científicos como Torricelli, Pascal o Von Geuricke (y Newton, más tarde) se atreven a cuestionarla.

A tono con Aristóteles, Spinoza afirma en su Ética que "no existe el vacío en la Naturaleza" (1677). Natura abhorret vácuum, la naturaleza siente aversión por el vacío: esta es la seña. En 1532, invitando a mantener la copa llena de buen vino, Rabelais bendecía la idea en el libro I de su serie Gargantúa y Pantagruel, gigantes cuya estirpe todo lo desborda. La literatura y el arte en general han dado fe de eso que Mario Praz, a fin de ilustrar el agobio del diseño victoriano, bautizó como “Horror Vacui”. El arte bizantino, la profusa estética del Barroco, el Rococó francés; la perfecta maquinaria poética de Góngora y su rival, Quevedo (“frisón archinariz, caratulera/ Sabañón garrafal morado y frito”); o el magnífico sueño de opio que invocan las obras de Gaudí. Todas manifestaciones del temor a dejar espacios sin uso, sin adornos ni color, sonidos ni dudas.

Hay belleza en esa exuberancia, como la hay en la abigarrada selva tropical, en la complejidad y dinamismo que soportan el laberinto sensorial, en los detalles minuciosos que copan la obra artística. Pero el exceso sin sustancia ni piedad, también trueca en azote. La cara insufrible del horror vacui es el ruido. Ese ruido caótico que la posmodernidad hizo omnipresente, que todo lo penetra y ciñe. Ruido que contribuye a la pérdida del autoconocimiento y que, lejos de comunicar más y mejor, incomunica. Son los saldos de la infoxicación. La verdad factual compitiendo sin mucha ventaja con la opinión anárquica, con una “verdad de razón” que nunca se cruza; eso que Arendt llama monólogos pautados.

La política -allí donde el empeño en “hacer del vacío un lugar” tampoco tiene cabida- no se libra del daño del Horror vacui. Recordemos que la lógica del entretenimiento induciendo a una espectacularización de la política, demanda de sus actores una exposición constante, dotada de “punch” y emocionalidad; lo cual augura adhesiones, si el desempeño satisface expectativas. A merced de la angurria de las redes, alejarse del espacio público hoy luce casi imposible para el político, en tanto entraña una feroz sentencia de olvido e irrelevancia. El silencio, la ocasional pausa, no parecen muy cónsonos con el oficio. No obstante, la acuciante exigencia de figuración podría conducir a la banalización. He allí una paradoja: en el afán de conjurar el vacío a como dé lugar, el discurso político acabaría apurando su propio vaciamiento.

Reparemos, por ejemplo, en el desgaste de la retórica revolucionaria, el hueco que invocan palabras como “pueblo”, “país potencia”, “democracia”, “diálogo”, “justicia social”, del todo disociadas de su praxis. El copioso chorro que inundó los medios, aun cuando en algún momento atornilló un relato más o menos efectivo, sólo volvió más inciertos los significados.

En ese sentido, el peligro no es menor para la oposición venezolana. Hacer política en circunstancias signadas por la necesidad de organización interna y de ajuste a los menoscabos, pide una prudente administración comunicacional. Hacerse de un buen discurso no debería volver a confundirse, por ejemplo, con la nominalización compulsiva. Si de aportar virtud se trata, recordemos a Rancière cuando advierte que la política sobreviene “cuando aquellos que “no tienen” tiempo se toman ese tiempo necesario para erigirse en habitantes de un espacio común, para demostrar que su boca emite perfectamente un lenguaje que habla de cosas comunes, no solamente un grito que denota sufrimiento (…) La política consiste en reconfigurar la división de lo sensible, en introducir sujetos y objetos nuevos, en hacer visible aquello que no lo era, en escuchar como a seres dotados de palabra a aquellos que no eran considerados más que como animales ruidosos”.

Quizás en esa percepción de la “falta de tiempo” vs “el lujo” de la espera, hay puro horror vacui. El miedo a la nada mediática, al “no ser”, amenazaría a quien ose recurrir a la introspección para calcular próximos pasos. La obsesión de algunos por no desvanecerse, por copar la atención de cualquier modo, es zanjada con efectismo, marketing y slogans, no con ideas que superen la colosal liquidez de la época (Bauman). Gracias al endémico deadline, un mantra muta en otro; “salvar a Venezuela”, misma porfía con muchos nombres. Penosamente, poco ha quedado de ese derroche. Los vicios de fondo, los monólogos pautados, el ruido, siguen conspirando contra la posibilidad de transformar el conflicto.

Con 2024 en mente, pensemos en la innovación que preconiza Rancière, y que va más allá de lo evidente. Enfrentar los vacíos, llenarlos eventualmente con contenido sustancioso para que la dinámica no trague a quien busca sortearlos; encontrar la palabra apta para enunciar lo justo, es parte del desafío. Nada de eso surgirá si la irreflexión persiste.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela

JOISE MORILLO: CARTA A NÉSTOR SUAREZ

Respecto a esto a continuación postulado por Néstor Suarez en un medio digital el 02-19-2022,
cito:

"Hace falta una nueva Dirección Política en la oposición venezolana (...) todos son socialistas"

Yo le respondo:

Néstor, buenos dias, absolutamente de acuerdo con vuestra vision del problema, el regimen socialista -que de paso, es tirano por naturaleza- es improductivo por excelencia, su mecanismo es imponer su poder mediante la fuerza de otros, y el apoyo de las masas anárquicas alienadas a su favor, son esclavistas de foros, de escritorios. Su idea del comercio es gastar lo que pertenece a la nación en mantener su hegemonía fascista elitista, su capitalismo -que si lo utilizan- es para someter y comprar consciencias, sobre todo de los que conforman el poderío militar, conciencias mercenarias, ignorantes como ellos, de todo espíritu pilitico. Por ende, anti filantropía, en vez son misántropos, narcisistas dañinos y sociópatas. Mi apreciación no son insultos gratuitos sino el resultado de un análisis de lo que los socialistas representan.

Y para esa masa anárquica y los esclavistas de foros y escritorios les informo (planteo) esto que sigue:

Un verdadero líder nace y se reconoce

En primer lugar debo aclarar que mi intención no es alabanza, pues, creo que ¡ La peor mezquindad es no reconocer mérito a quien lo tiene!

El verdadero lider politico tiene en su haber la práctica dialéctica de observar las necesidades del pueblo (los problemas), analizarlos y promover una solución probable, viable (conclusión o tesis) incluso, con carácter de contingencia, propone planes secundarios (B, o antítesis)

El pueblo al ver sus problemas resueltos dice: “A ese lo pusimos nosotros ahí” (Lao Tse).

Así, con ese espíritu se postula el economista Néstor Suarez (Msc. y Phd en Economía, Luz Venezuela, Universidad de Londres-Inglaterra), quien observa la posibilidad de reinventar un sector que antes era fructífero a la economía del país, el turismo y que con el chavismo se ha venido cuesta abajo. Refiriéndose a uno de nuestros paisajes más hermosos, las costas orientales del país, dice:
“Si cambiamos de Gobierno y luego de Sistema , construiremos una economía de libre mercado, vendrán inversiones y podemos desarrollar uno de los más hermosos y grandes complejos hoteleros y turísticos del Caribe en este sitio venezolano. Otra razón para ser optimistas.

Observa con ojo analitico avisor el deterioro comunicacional y las limitaciones para ejercer la soberanía del pueblo

(...) Cómo es que el Estado dice: "Que se garantiza la libertad de reunión, si luego todos los locales, incluidas las iglesias, ¿pertenecen al Estado? La gran verdad es que la economía De Libre Mercado y el Estado de Derecho viven y mueren juntos. El verdadero Liberal sabe que solo la economía libre genera -para el más del común- el bienestar (...) ¿Sirve escribir en un trozo de papel que existe libertad de prensa, cuando todas las fábricas de papel y todas las imprentas pertenecen al Estado, es decir, a la pandilla -Corporación Marrero- que está en el poder ?

¿No es acaso un engaño, como lo ha sido, establecer en una constitución?

Luego propone fórmulas que han dado los mejores resultados en países que en otrora sufrían de fórmulas de mercados y economías enfermas y con soluciones viable se recuperaron en corto y mediano plazo, Así:

El Liberalismo Clásico y los liberales son los que le dan mayor importancia a la construcción de una economía de libre mercado, dónde el empresario es el verdadero constructor del bienestar público. Por eso , para evitar malentendidos hay que aclarar, sobre todo en Venezuela

Para plantear la importancia de la libre actuación para fortalecer al país que es como una gran familia donde cada hijo tiene la capacidad de ejercer una labor sin restricciones y cuya diferencia con una república es el número de integrantes y cada quien ejerce su labor según su oficio, trayendo a Hyek dice:

“Como escribió Hayek : "quien posee todos los medios establece todos los fines". Y un Estado en el que no existe la Propiedad Privada es un Estado en el que están automáticamente canceladas todas las libertades fundamentales.”

Esta concepción propia del maestro Néstor nos lleva obligatoriamente a relacionarla con la idea de uno de los más grandes filósofos de la política de la historia a Platón quien afirma mediante la palabra de su gran maestro Sócrates en diálogo con sus amigos filósofos esto: “no creo que la injusticia sea más provechosa que la justicia”

Pues bien, el gobierno actual venezolano en función de mantener una hegemonía geopolítica y para ello mantenerse en el poder, ha generado contra esa gran familia que es la venezolana una suerte de miseria, por lo tanto -descartando la alegoría del calimero y sus lamentaciones- es una injusticia enorme que hace más de 2300 años ya platón despreciaba, su postulado a continuación así lo determina, cito: “hacer lo que es propio de uno, sin dispersarse en muchas tareas”

Platón describe que la justicia en la polis (ciudad o nación) perfecta “no responde a la experiencia real de la vida del estado, sino que es una imagen que refleja el espíritu ciudadano y la ciudad -alma de la polis- la cual se proyecta en grande en su concepción del estado”

Con esta acepción determina una polis ideal, cuya buena marcha queda posibilitada por el 
buen funcionamiento de los ciudadanos individuales, debido a que “en cada uno de nosotros habitan los mismos géneros y comportamientos que en el Estado”

En La República, la polis surge como una manera de satisfacer necesidades materiales como alimento, habitación, vestido, etc. Puesto que los ciudadanos nacen con diferencias innatas que los hacen aptos para diferentes tipos de ocupaciones, cada quien ayudará a su manera en el abastecimiento de las necesidades materiales, limitándose cada ciudadano a condición que garantizará la armonía y por ende la justicia en la polis.

Al cumplir con su función propia se ejerce justicia, cada clase social exhibe una virtud cívica que le es propia y que corresponde a las partes del alma individual. (La república o el Estado, libro IV, 146)

Para esto, Fichte, en filosofía del derecho contempla que a cada ciudadano corresponde las facilidades que su ocupación en derivación de sus habilidades naturales le exige, su iusnaturalismo se sesga al iuspositivismo basándose en la idea de que a cada parte individual de una comunidad le corresponde la propiedad de una casa para esta y los integrantes familiares, enseres para su trabajo y concesiones legales para ejercer su función: ejemplo al pescador su casa, su asentamiento, sus redes, anzuelos botes etc. Esta idea no manifiesta que el estado le debe proporcionar como dádiva el objeto, sino crear las facilidades necesarias, respecto a las leyes, para que la labor del ciudadano sea lo más viable posible y pueda ejercer su ocupación en bien propio y de la comunidad. El estado no debe imponer restricciones y abanderarse en el manejo de las actividades de la economía de una nación su injerencia en ello es o debe ser supervisión.

Joise Morillo
@kao_joi_lin
Venezuela - EEUU