domingo, 7 de noviembre de 2021

ESPECIAL DEL DOMINGO: RAUL AMIEL. NO TENEMOS REPÚBLICA

Domingo cargado de efemérides interesantes. Se realiza el primer censo en Venezuela, el cual determina que hay un total de 1.784.194 venezolanos viviendo en el territorio nacional (1873). Se inaugura en la Plaza Bolívar de Caracas, la Estatua Ecuestre del Libertador Simón Bolívar (1874). Curiosidades de la Estatua Ecuestre de Simón Bolívar en Caracas. Se inaugura la Plaza Caracas (1983). Los restos mortales de Teresa de la Parra son ingresados al Panteón Nacional (1989).

De hoy en 14 días celebraremos el 21N. Poner esto que escribo en contexto me ha llevado muchas horas de insomnio. Pero he arribado a una resolución en mi conflicto existencial sobre el tema. En esta coyuntura es requisito fundamental para alcanzar el equilibrio, el ser capaz de distinguir entre lo que hace más ruido y lo verdaderamente importante. Hoy no tenemos República. Nos proponemos rescatarla.



No basta que la gran mayoría lo desee, hace falta que se haga lo que corresponde. En todo proceso político hay actores que juegan, de modo que el régimen buscará los medios para que su derrota no sea tan escabrosa.

Nuestro reto como ciudadanos avocados a la reconquista de nuestras libertades es mejorar los índices de participación en estas elecciones regionales. Darle una formidable paliza a este régimen de oprobio. Dejar al descubierto a estos delincuentes, ineficientes y corruptos. En todos los Estados y Municipios.

Que el desgobierno es tramposo. ¡Si, si lo es! Ya se encargaran los candidatos y sus activistas de minimizar su efecto. Cuidando los votos a riesgo de su propia integridad física. No hay otra.




Tenemos muchas decepciones de los políticos de la alternativa democrática de nuestro país. ¡Eso es cierto! Han cometido muchas pifias, la manera de ejecutar algunas acciones y algunas traiciones.

Es justo que la gente desconfíe pero en el momento actual todos tenemos que contribuir con nuestra parte para que sea una efectiva y contundente derrota al statu quo. Si después no los reconocen, los inhabilitan; igual seguiremos en la ruta con otras expresiones de lucha. Por ello, es lo que haremos en esta ocasión. Protestar con el sufragio. Con nuestro voto libertario. Votando por el MR. Por la calle del medio.


Es con nuestra propuesta, Bienestar en Libertad, que queremos validar nuestro compromiso. Es allí donde ahora debemos trabajar más que nunca, a pesar de que los sacrificios y las consecuencias sean múltiples. Es ahora cuando todos podemos contribuir a llegar a esa felicidad cuanto antes.

Las elecciones se encuentran en perfecta continuidad con las protestas ciudadanas que hemos acompañado en nuestra acción y permiten abrir un nuevo espacio de confrontación política para el Ideario Republicano de la Venezuela Posible.

Las elecciones no legitiman al régimen pues el régimen es anti-electoral. Las elecciones solo legitiman a las elecciones. Las elecciones tampoco legitiman al CNE. Mesa vigilada es mesa ganada. La participación electoral bajo dictaduras está avalada por la experiencia de una gran cantidad de movimientos democráticos que han usado todos los espacios para acelerar la caída de los tiranos. Si hay que ir a la calle iré, si hay que votar, votaré. Lo que no haré es quedarme de brazos cruzados y ver como se adueñan del país. Si aspiramos al restablecimiento de la democracia y del derecho a votar, lo coherente es votar para resellar la importancia del sufragio. Ese es el centro de mi reflexión. Algunos no estarán de acuerdo. Es su libre albedrío.


Por último hay una razón de peso. Y es la razón ciudadana. El voto es la dignidad del Ciudadano. La conquista de la Venezuela Posible para el establecimiento de una Nueva República. Un Estado DE, POR y PARA Ciudadanos con Bienestar en Libertad.

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es Mejor!

Raúl Amiel
raulamiel@gmail.com
@raulamiel
Coordinador Ejecutivo Nacional
Movimiento Republicano MR
Venezuela


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La actitud mental es lo único en tu vida sobre lo cual puedes mantener control absoluto. Si tienes una actitud positiva hallarás la verdadera riqueza de la vida

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com DOMINGO 07/11/2021

 


AQUÍ TITULARES DE HOY DOMINGO 07/11/2021, PULSAR SOBRE EL TÍTULO PARA LEER

      

TITULARES DE HOY - NACIONALES - 07/11/2021



ROMÁN IBARRA:DECISIONES


ANTONIO JOSÉ MONAGAS: BANALIZACIÓN DEL ASOMBRO


JUAN GUERRERO: LA BICICLETA DE CORÍN TELLADO. LECTURAS DE PAPEL


ESPECIAL DEL DOMINGO: RAUL AMIEL. NO TENEMOS REPÚBLICA


MIBELIS ACEVEDO DONÍS: LA HORA DE LA SOCIEDAD CIVIL

Corren tiempos interesantes. Tiempos en los que la sociedad civil asume papel clave ante lo que deberá rearmarse -razón práctica mediante- tras el 21N. Con todo y sacudidas, las elecciones inaugurarían un chance de cerrar un largo ciclo de malas decisiones de la dirigencia, y otorgar al ciudadano el lugar que le atañe en el proceso de cambio político. Todo indica, pues, que continuará el vaivén, que los dogmas y posiciones mineralizadas seguirán siendo desafiados por enfoques más pragmáticos. El reto entonces es tomar el control del caballo salvaje para reconducirlo hacia el predio que nunca debió descuidarse.

Históricamente, el de la sociedad civil venezolana parece despuntar como un bello proyecto, siempre proclive a ser completado. Un proyecto que se asoma con verdes bríos en el s.XX, tras la muerte de Gómez (cuando el candil ilumina a ese venezolano que, según Manuel Caballero, decide bajar del caballo, tomar la calle, ser hombre y mujer “de a pie”); emprende vuelo en alas del octubrismo, y adquiere perfil más preciso con la irrupción de la democracia.

Gracias al afán de partidos comprometidos con prácticas y credos del régimen de libertades que operó a partir del 58, la idea de la democracia prosperó dentro de organizaciones que admitían una nueva forma de interlocución frente al Estado; y con el Ejecutivo, básicamente. Una interlocución que debía atender, además, a intereses públicos, sociales, generales, colectivos y difusos. "No es exagerado afirmar que en el caso venezolano, la sociedad civil fue, inicialmente, una creatura de los partidos políticos", dice Roberto Casanova. La diligencia de esa perspectiva de integración y acompasamiento político de una comunidad, dejó acá impronta distintiva (aunque, en cierto punto, no menos riesgosa. Sindicatos, colegios, gremios, la vida asociativa en general fue penetrada por partidos que vivieron y contagiaron también sus propias crisis).

Aun así, la noción del ciudadano virtuoso, que mira a la comunidad, como lo concibe Aristóteles; que se reconoce no sólo en la exigencia de derechos -opinar y asociarse libremente, entre ellos- sino en la observancia de deberes, gana fibra durante esa desigual etapa. La llamada “Revolución del voto” en 1946, por cierto, ofreció buen sostén a esa noción, introdujo un cambio sustancial en las reglas del juego. La votación universal que permitió a venezolanos mayores de 18 años elegir de forma directa a sus representantes, puso literalmente en manos de la gente común la agencia de su propio destino. Una consciencia distinta tenía que surgir de todo esto, a pesar de los azarosos reflujos. Votar así inauguraba otra forma de existir como sujetos políticos, en fin. Contra aquellas premisas heteronómicas propias del “Cesarismo democrático”, esa sociedad subestimada demostró estar lista para estrujar la ocasión, hacer uso de su potestad para manifestar apoyos o rechazos y cumplir con su obligación política.

Antes y durante los primeros años de la democracia hubo conducción relevante, eso sí. Asistiendo, dando fuelle a ese frágil ciclo de ajuste, amamantando a esa criatura que se sabía indispensable para consolidar la mudanza política, el liderazgo procuró no dejar espacios vacíos. Eso hizo una diferencia. Habilitó mecanismos que articularan eficazmente el polo colectivo (espacio del ciudadano común y sus relaciones de convivencia), el polo asociativo (el de las relaciones de afiliación voluntaria, con fines específicos) y el polo Estatal (allí donde se legitiman acciones colectivas y de asociación). A ordenar las relaciones entre los intereses plurales de esa sociedad y el Estado, se apuntó con relativo éxito. Eso hasta que nuestra imperfecta democracia terminó engullida por sus perfectos enemigos íntimos.

Todo aquel periplo sirve para detectar algunas cosas. La primera, que hoy no existe liderazgo capaz de representar e integrar visiones en torno a un proyecto colectivo. Mientras sea así, el fortalecimiento de esa sociedad civil difícilmente figurará como prioridad para partidos que lidian con sus gravísimas anemias. Pero lo que puede sonar a orfandad ya no supone el fin del bello proyecto, al contrario. Paso a paso, con limitaciones pero no sin aciertos, trajinando con la rotura del tejido social pero activada ante la falta de respuestas de las instituciones públicas, buena parte de la sociedad civil se abre paso. Cuidándose de no revivir las taras de la antipolítica y enfocadas en la necesidad de conquistar espacios de autonomía, a muchas de sus organizaciones les ha tocado avizorar oportunidades y allanar caminos para que, eventualmente, la política ocupe el lugar que le corresponde.

Cabe recordar que en países como la España post-Franco o la Alemania de la RDA, sociedades civiles en botón jugaron rol crucial en los procesos de democratización. En vez del maximalismo, se optó por la vía del reformismo, la gradualidad. He allí una clave. Incorporarla al plan, como ya lo hacen sectores sociales en Venezuela, es necesidad que quizás se hará más patente tras el cruce del Rubicón, este 21N.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis
@ElUniversal
Venezuela

JEAN MANINAT: HÁBITOS DEMOCRÁTICOS

El hábito no hace al monje: (Proverbial lugar común castellano)

Como es harto conocido, el proverbio untado en moralina insinúa que no basta esconderse bajo vestimentas “identitarias” para ser veraz con lo que se quiere aparentar. Hay varias versiones, como aquella -hoy carne de cancelación para quien la largue- según la cual, “La esposa de César no solo debe ser honesta, sino parecerlo”. Mas luego la exhortación se fue degradando a versiones frívolas de pasarela como la de, “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”, que tan poca gracia le haría en su día a Chita, la mona de Tarzán, con sus aires de modelo alternativa.

Pero, en fin, y apuntando hacia otros ámbitos, la creencia de que basta con cambiar de vestimenta política a toda carrera -como Clark Kent para convertirse en Superman en una incómoda caseta telefónica- sigue siendo un aguijón para quienes creen que en política todo se vale mientras se venda. 

Hace siglos se llamaba travestismo político, hoy… ni idea.

Así que se muda de hábito (vestimenta) y se mantiene el mismo hábito (político) de cambiar de rumbo sin explicar el giro y menos aún rendir cuentas. La buena intención y amor por el país lo justificaría todo para quienes están au-dessus de la mêlée, más allá de la fastidiosa obligación de estar rindiendo cuentas, como si fueran vulgares administradores de un McDonald´s de esquina. ¡Faltaba más!

La política es también un ejercicio de instrucción ciudadana, de legado de valores, de prácticas y virtudes democráticas, eso que solemnemente se denominaba un magisterio. Cualquier manual de Política para gafos así lo indicará desde su primer capítulo. Pero, es cierto, en tiempos de bucaneros y bufones a la búsqueda de hacer rehenes a sus países de cuanto delirio los consuma, suena a comeflor y encima adicto a la naftalina. Pregúntele a los asesores venezolanos del joker Bukele.

Lo que viene después del 21 de noviembre no será la inauguración de una Era de Acuario, un gran renacimiento democrático, por el contrario habrán suficientes decepciones, pues estaremos cosechando el repele de las tempestades que los vientos abstencionistas incubaron y la nomenclatura gobernante habrá hecho de las suyas. Se requerirá de una dirigencia política capaz de entender y explicar la situación y persistir en la ruta democrática y electoral. 

Para decirlo con palabras de Mibelis Acevedo (sin su permiso), “La ruta electoral pide visión de largo plazo, consistencia, tenacidad. No el frenesí propio de las modas”. Hay que tener la testarudez de un “ fundamentalista del voto”, la certeza de que hay que votar en toda circunstancia que se medio abra, ahora y mañana, no cuando nos da nota, nos atreveríamos a añadir.

En Nicaragua, la dupla Murillo-Ortega encarceló a los opositores que eran candidatos y a los que convocaban a votar, no a quienes llamaban a la abstención, si es que los hubo en aquel momento cuando se presentaron las candidaturas. El hábito de pelear votando, sí hace a la ciudadanía democrática. El hábito de entregar el voto con aires de indignación es una sumisión de diletante político.

Hay hábitos democráticos que vale la pena vestir y practicar. Los otros…

Jean Maninat
maninatj@gmail.com
@jeanmaninat
Venezuela

SADIO GARAVINI DI TURNO: POLÍTICA Y ANTIPOLÍTICA

Para que América Latina escape definitivamente del perverso ciclo entre el despotismo abierto o disfrazado y la anarquía, hay que rescatar el oficio de la política. Hay que desenmascarar la “antipolítica”, que no es otra cosa que una posición política no democrática. Hoy abundan los que hacen política afirmando, sin ruborizarse, que no son políticos. Fernando Savater decía: «La decepción de la política trae la búsqueda de figuras que, partiendo de ella, le prometen a la gente que la van a salvar de la política, en lugar de tratar de hacer una mejor política. Yo desconfío profundamente de esos personajes, que siempre dejan a la ciudadanía en una condición de tutela y vasallaje».

Francisco Franco dijo una vez: “Haga como yo, no se meta en política” y Hitler: ¿Política? Yo ya no hago política. Me repugna”. Fidel Castro: «No somos políticos, hicimos la revolución para echar a los políticos». En efecto, como nos dice el politólogo británico Bernard Crick, “los regímenes totalitarios son explícitamente antipolíticos”.

Aristóteles llamó a la política “ciencia de las ciencias”. Aristóteles se refería a que, sin la política (pluralista), todas las demás “ciencias” o intereses se encontrarían con que o bien faltaría un principio ordenador que estableciera las prioridades en cada momento y circunstancia entre reivindicaciones rivales sobre recursos siempre limitados (lo que equivaldría a la anarquía), o bien una de las ciencias o intereses se impondrían a los demás (lo que equivaldría a la tiranía). Efectivamente la política, en una democracia pluralista, puede definirse, dice Crick, como “la actividad mediante la cual se concilian los intereses divergentes dentro de un territorio”. Por eso, agrega que “la política es creadora de civilización”. En cambio, con el caudillo autoritario, “se crea la necesidad de fabricar la popularidad, de mantener el entusiasmo de las masas, de mecanizar el consentimiento, de destruir toda forma de oposición. El pueblo es inmovilizado por las noticias constantes (solo en parte reales o totalmente inventadas) sobre conspiraciones contra la nación y el partido, y luego movilizado por la esperanza de ver cumplidas las grandiosas promesas de enormes beneficios futuros (siempre futuros)”.

En la América Latina del siglo XXI, es necesario relegitimar la política y los partidos políticos democráticos. Fernando Savater, nos dice que “no hay comunidades libres sin ejercicio permanente, consecuente y públicamente asumido de la política». Y agrega: «Intento mejorar la democracia realmente existente pero desde dentro, porque no conozco ni creo en otro proyecto político mejor. Tampoco lo echo de menos: si la utopía ha muerto, ni siquiera pienso enviarle flores».

Sadio Garavini Di Turno
sadiogta@gmail.com
@sadiocaracas
@PolitikaUCAB
Venezuela
https://politikaucab.net/2021/11/03/politica-y-antipolitica/

ROMÁN IBARRA:DECISIONES

A escasos días para que se cierre el lapso para modificar, o cambiar candidatos (11 de Nov), y también para la celebración de las elecciones (21 de Nov), no se vislumbra ninguna posibilidad (hasta ahora), de que haya unidad para enfrentar a los candidatos del gobierno.
La ciudadanía es testigo de un campaña sui generis, por decir lo menos, de una actividad en la que los ataques y confrontaciones entre factores de lo que se llama oposición, se hacen cada día más destructivos, y disparatados; hasta el punto de que son directamente proporcionales a la falta de propuestas en materia de políticas públicas que resuelvan los problemas reales de la gente en sus municipios y/o regiones.

Los que antes fueron furibundos defensores de la abstención (G4), y en vista de que esa conducta los ponía al borde de la desaparición eterna, fueron convencidos por sus mecenas de la necesidad de participar, y han regresado a la lucha electoral, pero sin convicción, ni deseos unitarios sinceros para combatir al oficialismo, sino para destruir a quienes siempre estuvieron en el camino electoral, es decir, en el camino correcto, y no en el de los atajos y los golpes de estado de factura mediocre.

Hemos visto con estupefacción la conducta desesperada de un candidato en Miranda, llamando a uno de sus contendores a declinar porque si a su candidatura, utilizando toda clase de descalificaciones, sin tomar en cuenta que fracasó en su gestión como alcalde de Petare; luego trabajó para destruir el voto llamando a la abstención, y ahora viene a la campaña amenazando a otros aspirantes si no lo apoyan, y ofreciendo un ultimátum a su competidor, a pesar de haber incumplido con todos los acuerdos previos, y de haber sido derrotado en las encuestas, amén de ser financiado aparentemente con dinero proveniente de la corrupción de su partido en el manejo de Monómeros, Citgo, y la ayuda internacional.

Por su parte, el contendor es acusado de ser financiado con dinero de la corrupción (presunta), producto de su alianza con empresas privadas del sector de la recolección de basura.

En medio de este lamentable escenario, el pésimo candidato a la reelección por parte del gobierno, no ha movido un dedo en su campaña, porque no tiene necesidad, en vista de que sus competidores en medio de sus disputas, le garantizan el triunfo sin esfuerzos.

Hemos traído a colación el mal ejemplo de Miranda para hablar de uno solo, pero es exactamente igual a lo que ocurre en el resto de las regiones y municipios, es decir, la multiplicidad de candidaturas, no para ganar sino para destruirse unos a otros en el seno de la (s) oposición (es), con lo cual, el gobierno y sus candidatos tienen el mandado hecho.

Como se ve, el peor gobierno de la historia republicana y sus candidatos tienen el camino despejado para alcanzar la mayoría de las gobernaciones, y alcaldías, gracias a su astucia para dividir, y gracias también a los odios desatados entre opositores. Todo ello a pesar, de que el gobierno de Maduro es el responsable, junto con Chávez de la más pavorosa corrupción, y destrucción programada del país, y responsable también de la violación más protuberante de derechos humanos fundamentales.

Ello demuestra la infinita estupidez y megalomanía de la oposición. Solo un arrebato de sensatez por parte de la ciudadanía pudiera revertir ese proceso de autodestrucción, y estimular algunos triunfos que ayuden luego a la reconstrucción, a partir del 22 de noviembre con nuevos liderazgos. Será posible?

Por ahora, solo nos queda recordar y cantar el estribillo de la canción Decisiones de Rubén Blades: ¨Decisiones, Ave María/ cada día; salgan y hagan sus apuestas, ciudadanía¨!

Seguimos recogiendo los vidrios

Roman Ibarra
romanibarra@gmail.com
@romanibarra
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS: BANALIZACIÓN DEL ASOMBRO

Hablar de la banalización del asombro, es aludir al problema que ha significado la desmoralización del ejercicio de la política. Cabe acá explicar, cómo un sistema de poder político logra hacer que un suceso de impresionantes proporciones y deliberado comportamiento, sea otro. Otro de incidencia irrelevante, superflua, fútil o trivial. O sea, lo reduce a tal tamaño, que deja de ser advertido como en principio llegó a serlo. Y así sucede, toda vez que se atasca en procedimientos burocráticos que, en todo momento, persiguen minimizar su magnitud de manera que luego se muestre casi imperceptible.

Es así como funciona un sistema político atrapado entre las fauces de la corrupción. Y que basa sus acciones en el engaño, las falsedades, el resentimiento y el odio. Condiciones éstas que vulneran virtudes y escamotean valores. Pero que se prestan para jugar la partida que ordena el ejercicio de la política. Cabe reconocer tristemente, que según el Índice de Percepción de la Corrupción 2021, IPC, Venezuela se ubica entre los tres países más corruptos del mundo. Además, registra la peor disposición para combatir el flagelo.

Es el problema que padece Venezuela. Y que ha provocado un superlativo grado de indolencia, apatía e indiferencia. Así se explica cómo dicha situación ha incitado la anomia que hoy tiene al país soportando un obeso estado de desorganización social totalmente insuficiente para contener cualquier resistencia que, en algo, pueda impedir o reducir las fatales consecuencias que derivan de la banalización del asombro en cada venezolano.

Hasta allá llegó Venezuela. El crudo nivel de barbaridades que consiente el régimen opresor a fin de obtener el apoyo de un minúsculo sector de la población totalmente desacreditada por causa de violaciones y fechorías cometidas, explica todo lo que acontece. Peor aún, ante los ojos complacientes del repelido régimen. Y que en medio de tan retrógrado ejemplo, al venezolano común no le ha sido difícil verse insumido por actitudes favorecidas por todo lo que es caer atrapado por la banalización del asombro.

Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

JUAN GUERRERO: LA BICICLETA DE CORÍN TELLADO. LECTURAS DE PAPEL

Hace ya unos cuantos años le escuché comentar a un médico psiquiatra que la alegría, la felicidad y la comodidad no prosperan demasiado ni dan frutos, en la poesía y menos, en la creación.

Por estos días leo que ciertos empresarios de multinacionales indican que los ciclistas y sus bicicletas no representan mayor aporte al PIB de sus países. Esto, porque además de no pagar impuestos por el vehículo al fisco, tampoco lo hacen por mantenimiento, servicio y estacionamiento de sus vehículos. Los ciclistas, como también los afiebrados practicantes de la vida ecológica, no se enferman demasiado, viven más, no gastan en medicinas y se alimentan como los pajaritos. Los ciclistas, así parecen, andan felices como las lombrices.

En fin, que un poco de sufrimiento y de vida al borde del abismo parece que dispara ciertas enzimas en las neuronas que nos ponen a pensar, y, obviamente, a desarrollar la creatividad. Por eso el dicho popular, ‘amar duele’ que algunos rocoleros tienen entre ceja y ceja. En esto nuestra eterna, Corín Tellado tenía razón y por eso se dispuso a presentar en sus cuatro mil novelas que escribió, historias de amor con una atmósfera truculenta, de sufrimiento y despecho, pero siempre con un final feliz. Curiosa la obra de esta talentosa escritora que ha vendido más de 400 millones de ejemplares y es, después de Cervantes, la novelista más leída en lengua española.

La felicidad parece cosa cercana a la banalidad, a la trivialidad de la vida. Por eso creo que la complejidad de la existencia, y con ello involucro su lenguaje, es cosa rara y escasa, como la genialidad y la locura. Esto es cierto, por eso nos pasamos la vida en la simplicidad de las cosas vanas, triviales, intrascendentes de la cotidianidad. Eso lo indican los neurólogos quienes afirman que usamos un 10% del tiempo y lenguaje para acentuar la complejidad de nuestro entorno, usando palabras, digamos, ‘académicas’ para reflexionar, pensar y sentenciar. El resto, 90% de nuestro tiempo y lenguaje, lo dedicamos a la más absoluta banalidad de nuestra existencia, de lo contrario, enloqueceríamos de tanta amargura y tristeza.

A los ciclistas se les ve alegres, como esos perros que sacan la cabeza por la ventana de los automóviles, felices mientras el viento les acaricia el rostro. Así también los finales felices en las novelas de Tellado. Es que ese 10% de los seres humanos buscamos el rincón de la felicidad, de la alegría de vivir en los hechos complejos de la amargura, de los autos de fe de la emoción religiosa, de la creencia ideológica, de la ortodoxia partidista y en el amor truculento que nos lleve al sufrimiento para sentir en el cuerpo, el desenfreno enloquecedor de sentirnos poseídos por la mirada de una divinidad que nos haga eternos.

Nada de eso. Mientras vamos por la vida ‘bicicleteando’ nuestro entorno, maravillándonos del más puro sentimiento de amor filial, de amistad o erotizándonos con la pareja, de vez en cuando nuestra mente y nuestras neuronas se ‘sinapsian’ y tenemos ese instante, que es apenas infinitésimo momento de contemplación, donde adviene la lucidez que nos conmueve, nos poetiza y nos suspende de lo cotidiano. Somos protagonistas, nos enseriamos, nostransformamos, sea en religiosos de la fe, sea en seguidores a pie juntillas de una ideología o cretinos de una parcela política. Nos enamoramos locamente, nos disfrazamos en nuestra esquizofrenia y por ese instante, toda nuestra simple historia cambia.

Algunos jamás regresan a su cotidianidad, es que su locura les llevó a los extremos, su frenesí terminó en los bordes de la vida. Por eso la creación, la poesía y el arte en general, son pasiones extremas. Vivir poéticamente siempre será riesgoso, tal vez hasta tenebroso, porque siempre se está al borde, en la incertidumbre, en la hondura del dolor, aunque esa lucidez sea esplendorosa y de plenitud amorosa. Tal vez sea mejor vivir bicicleteando la vida y olvidado, como las novelas de Corín Tellado.

Juan Guerrero
camilodeasis@hotmail.com
@camilodeasis
@camilodeasis1
Venezuela