viernes, 31 de julio de 2020

ADRIANA MORAN, POLÍTICA ¿HUMANITARIA?

Era ilógico suponer que el gobierno de Maduro que no ha hecho sino acumular fracasos, podría enfrentar con éxito la pandemia. Por eso, cuando las alarmas del mundo empezaron a sonar y supimos que era cuestión de tiempo para que la tragedia nos alcanzara, fuimos muchos los que pedimos a la oposición buscar un entendimiento para limitar el daño inevitable que el fenómeno biológico le haría a este país de gente empobrecida y con un sistema de salud en ruinas.

La pandemia no podía ser usada para profundizar la brecha entre dos grupos antagónicos por la simple razón de que lo que estaba en juego ya no era solamente la lucha por el poder político sino la supervivencia misma de la población. Y buscar un acuerdo humanitario, si somos demócratas, si lo que nos interesa es el bienestar de la gente, y si el poder que se busca es para cambiar este destino trágico de hambre y exclusión, significaba buscarlo por todos los medios posibles aún en contra de la terquedad de los que están en el poder.

Se trataba de insistir y de usar ese apoyo internacional acumulado no ya solo para presionar o acorralar al que gobierna, sino también para ponerlo al servicio de la única causa que puede ser importante cuando la supervivencia peligra.

Hubiera sido además una forma de volver a conectarse con la gente que ya no cree en nadie, que no tiene expectativas más allá de lo que pueda conseguir con las fuerzas que le quedan. Hubiera sido una forma de demostrar que sin renunciar al antagonismo político, este país les duele y que está primero que las ambiciones personales, que aunque legítimas, no podrán estar nunca por encima de la vida de millones.

Acusar todos los días a Maduro por lo mal que lo está haciendo y esperar que las cifras nos horroricen, que el sistema de salud privado y público colapsen, que la falta de ayudas económicas sumadas a la cuarentena maten de hambre a los que logren esquivar al virus y que el tamaño de la crisis sea tan inmanejable que haya que suspender las elecciones de diciembre, o mejor aún, que lo obligue a irse, es más que otra apuesta casi segura al fracaso de todos. Es también una forma muy pobre de presentarse como alternativa de poder.

Adriana Moran
adrianamoran@gmail.com 
@NuevaTec47 
https://laruta2019.blogspot.com/2020/07/adriana-moran-politica-humanitaria.html?spref=tw

MERCEDES MALAVÉ GONZÁLEZ, EL INSULTO


Cada día nos parecemos más a esa película libanesa que refleja el odio arraigado entre hermanos de una misma tierra. Odios que detonan por cualquier cosa y desatan violencia hasta la muerte: en una cola, en un pequeño incidente callejero, por un error involuntario que fue malinterpretado y exagerado por los prejuicios.


En esa espiral de rencores los pueblos pueden pasar décadas y siglos; transmitir el mal espiritual de generación en generación sin posibilidad de cambiar las cosas, simplemente por ignorancia, porque no se sabe vivir ni relacionarse con el distinto de otra manera.

Detrás del odio político, racial o religioso se oculta la personalidad auténtica de cada uno de nosotros: buenas intenciones, corazones maltratados, deseos de vivir mejor y de ser más felices.

Con insultos comenzó la campaña abstencionista propia de quienes no han profundizado suficientemente en nuestra tragedia nacional. Quizás porque no la padecen, permanecen desconectados del calvario venezolano del hambre, de la soledad, de la impotencia, de la pobreza, de la oscuridad.

El odio desatado es la causa de todos nuestros sufrimientos y de que no estemos dispuestos a re-conocernos como compatriotas. La palabra se usa para corromper los ambientes y cuando algún asesor les dice que el ABC de una campaña exitosa consiste en ser positivos, constructivos, atractivos, lucen tan falsos y postizos que nadie les cree.

Podríamos comenzar por contener el insulto. Desmontar los argumentos de odio y buscar lo constructivo, lo posible de ejecutar, lo real. La filosofía clásica define el mal como ausencia de bien, es decir, lo real es lo bueno. El bien es lo que se puede unir; el mal nos lleva al vacío, a perder lo que se tiene, como una tela que se va rasgando, el hueco es cada vez mayor y nadie procura remendar.

Hay personas que pasan a la historia por hacer el mal, y se reconocen por un cúmulo de errores, daños, destrucción. Su reputación no queda ilesa: permanecen señalados como ejemplo de lo que no debe ser imitado. Siguiendo la parábola, son los sembradores de cizaña que amenazan con asfixiar el trigo, y están en todas partes: en el chavismo, en la oposición, entre intelectuales, en las academias, en los condominios, en los consejos comunales, en los partidos políticos, en Venezuela y fuera de ella.

Muchos de ellos están instalados en las redes sociales, ocultos porque no tienen ninguna fuerza ni capacidad de ejecutar nada; con razón les llaman guerreros del teclado.

Se reconocen por su capacidad destructiva, tóxica, cizañera, nociva, resentida. Si son carismáticos atraen a otros y dañan más. Si son eficaces no descansan y minan todo su contexto.

Las personas de bien que elevan nuestra historia tuvieron defectos, sintieron rabia y resentimiento pero supieron contener su propio instinto de vacío y destrucción para llenarse del mucho o poco bien a su alrededor. Y transmitirlo.

¿Qué tal si comenzamos a combatir la nada y el vacío dejando de lado los insultos?

Mercedes Malavé
mmmalave@gmail.com
@mercedesmalaveg
@DiarioTalCual 

ENRIQUE AVOGADRO, ¡QUÉ CANALLAS MÁS INEPTOS!, DESDE ARGENTINA

"¡Qué cosa más maravillosa es el pánico, esa partera de la Historia!",  Antonio Scurati

Cuando pienso en que corruptos condenados como Amado Boudou o Julio de Vido, entre tantos otros, y los muchos delincuentes comunes que, excarcelados por un supuesto miedo al contagio de Covid-19, han vuelto a cometer delitos cada vez más violentos, no puedo menos que recordar qué está sucediendo en los penales donde se encuentran detenidos adultos mayores con edades que van de los 65 a los 93 años, presos políticos a los cuales se les ha negado, desde 2003, todas las garantías constitucionales. 

La situación real fue denunciada nada menos que por Claudio Cirigliano, cómplice de Ricardo Jaime en los robos al Estado que causaron el crimen de Once con sus 51 víctimas. El ex concesionario ferroviario se manifestó aterrado ante el traslado al penal en que se encuentra -Ezeiza- varios militares contagiados por el virus. Ese panorama se replica en la cárcel de Campo de Mayo, donde 34 presos políticos se han contagiado y varios guardiacárceles han sufrido la misma suerte. 

De este patético cuadro son responsables, sin solución de continuidad, esta sociedad que integramos, tan miserable, hipócrita y cobarde, Néstor y Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández y, en mayor grado aún, los asesinos togados que los han condenado, literalmente, a muerte. En el mundo occidental no se registra antecedente alguno al cual esta situación resulte comparable, tanto por el tiempo transcurrido desde los hechos -44 años- cuanto por todas las violaciones de derechos descripta más arriba. Ni los criminales nazis juzgados en Neuremberg después de la II Guerra, que perdieron, sufrieron tanta saña como estos oficiales que vencieron en el terreno militar a las organizaciones terroristas más fuertes de los 70's. 

En el otro extremo del problema se encuentra el confinamiento que se instauró en la Argentina hace ya 128 días. Sin negar la importancia de la mortalidad ni, por supuesto, el dolor de los familiares por cada uno de los fallecimientos, y sabiendo ya que ninguna vacuna estará disponible, como mínimo, hasta el año próximo, no podemos dejar de formularnos algunas preguntas: cuándo, finalmente, se vuelva a la normalidad en el AMBA, ¿el virus habrá dejado de ser peligroso?; si no es así, ¿se contagiarán aquéllos a quienes se ha confinado masivamente?

Pero ha sido útil a un gobierno cuya sede se encuentra, sin duda alguna, en el Instituto Patria, la guarida de Cristina Fernández. Y ello así porque la cuarentena le ha permitido levantar sucesivos velos sobre la realidad y, en especial, sobre sus objetivos.  Está ya claro que estos son dos: la impunidad para sí misma, su familia y sus cómplices (si es que a éstos no los matan antes, como sucedió con Fabián Gutiérrez); y la creciente intervención del Estado, con el objetivo concreto de que todos los ciudadanos terminen dependiendo de la caridad pública, al mejor estilo cubano y venezolano, y convertir a la libertad y al ejercicio de los derechos en una merced oficial. 

A paso redoblado, está avanzando sobre el Poder Judicial, donde pretende remover a diez jueces, modificar el organigrama del fuero federal penal -precisamente el que debe juzgar los innumerables delitos cometidos por la organización gangsteril que encabeza- y remover al Procurador General; si lo logra, con la complicidad del Presidente, todas las vacantes serán llenadas con militantes de Justicia Legítima. Los proyectos serán enviados al H° Aguantadero la semana próxima, pero ya sabemos que el nuevo "comité de expertos" legales que aconsejará a Alberto Fernández estará integrado, entre otros, por Carlos Beraldi, el abogado de Cristina.. 

Y en el segundo aspecto, a la fracasada (pero aún no descartada) expropiación de Vicentín se sumó, esta misma semana, la pretensión de rescindir la concesión a Edesur. Si la concretara, los argentinos volveremos a pagar sumas multimillonarias que se sumarán a las que ya afrontamos por Aguas Argentinas, Aerolíneas Argentinas, YPF, etc. 

A mi edad, me he vuelto escéptico, y por eso confío en podremos evitar tan terrible destino por la total ineptitud que este Gobierno ha mostrado en todos los campos, sea en las áreas de salud, seguridad, educación, defensa, relaciones exteriores,  acción social y hasta de negociación de la deuda, a todo lo cual debemos agregar los conflictos internos que lo afectan. 

Pero ello no obsta a que reclamemos a toda la oposición democrática que, como ya hicieron los empresarios y los gremialistas, se siente a una mesa y acuerde las 10 o 15 políticas de Estado indispensables para salir de la crisis socio-económica cuyo pico se acerca inexorablemente y para torcer el rumbo de decadencia que adoptamos hace ya ocho décadas. Con ese proceder podrá dejar de ser mera relatora de la realidad y reunirse con el Gobierno para intentar que éste comprenda hacia dónde nos está llevando y cambie el derrotero antes de que sea irreparablemente tarde.

El 17 de Agosto volveremos a la calle para exigirlo.

Enrique Guillermo Avogadro
ega1@avogadro.com.ar
ega1avogadro@gmail.com
@egavogadro
Argentina

ALFREDO CEPERO, TODAS LAS VIDAS VALEN, LAS BLANCAS Y LAS NEGRAS, DESDE ESTADOS UNIDOS

Black Lives Matter quiere anarquía para destruir las estructuras de esta sociedad democrática y construir sobre sus escombros una sociedad totalitaria.

Los terroristas del movimiento Black Lives Matter están utilizando el asesinato de George Floyd por un  policía de Minneapolis para promover su agenda de destrucción y muerte. Por su parte, la prensa cómplice de la izquierda ignora en su totalidad el infierno desatado por estos vándalos y los presenta como protestantes pacíficos. Pero nada está más lejano de la realidad que presentar como ciudadanos pacíficos a unos delincuentes que queman, destruyen y matan en el proceso de transformar radicalmente una república constitucional en un estado totalitario. La piedra en su camino es un Presidente Donald Trump con posibilidades de ser reelecto el próximo 3 de noviembre. Por eso han decidido darle un golpe de estado en la forma de reducir sus posibilidades de resultar reelecto. 
Hablando claro y al grano, esta gente no quiere justicia para George Floyd y su familia. Esta gente no está ejerciendo su derecho a la libertad de expresión al amparo de la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Black Lives Matter quiere anarquía para destruir las estructuras de esta sociedad democrática y construir sobre sus escombros una sociedad totalitaria. Cada vez que se les haga una concesión inventarán otro pretexto para seguir destruyendo porque su verdadero objetivo no es la justicia sino el poder absoluto. Por eso, no se han ido a casa y se han pasado más de dos meses amargándole la vida a las personas respetuosas de la ley. De ahí que, para entender mejor este acertijo, es importante que pasemos una breve revista al origen y a la conducta de Black Lives Matter.

Estos facinerosos asomaron por primera vez su cabeza diabólica en diciembre de 2014, en Baton Rouge, Louisiana. Tres días después del asesinato de cinco policías y docenas de heridos en la ciudad de Dallas, los protestantes de Baton Rouge se preguntaban a pulmón abierto: "¿Qué queremos?"  y se contestaban "Policías muertos". Y seguían: "¿Cuando los queremos?"  para contestarse: "Ahora mismo". Por eso demandan que se reduzcan los presupuestos para los departamentos de policías como una forma de debilitarlos primero y eliminarlos después.

Si alguien tiene todavía dudas sobre la maldad de estas sabandijas haría bien en echar una mirada a la página web de Black Lives Matter donde se afirma: "Defendemos la vida de los homosexuales, los transexuales, los discapacitados, los indocumentados, los que tienen antecedentes penales, las mujeres y todas las vidas negras a lo largo del espectro de todos los géneros".  Como diría el personaje de  Chicharito del antiguo teatro cubano: "Allá va eso". De las vidas blancas ni una sola palabra.

En el plano personal, tuve hace varios días un asiento de primera fila en el programa The Story, de la cadena Fox News, que conduce la periodista Martha MacCallum. En el curso de una entrevista a un representante de Black Lives Matter en la ciudad de Nueva York, Martha le preguntó al invitado cuales eran los objetivos de su organización. Con la mirada fija en la periodista el entrevistado amenazó:"Si este país no nos da lo que queremos le daremos fuego al sistema y lo sustituiremos por otro."  Martha quedó petrificada y su expresión de consternación y terror fue representativa de los millones de americanos que se sienten amenazados por la violencia indiscriminada de Black Lives Matter en los últimos meses.

Veamos ahora la otra cara de esta devaluada moneda. Comencemos por entender que aquí no estamos hablando de un movimiento orgánico cuyo objetivo principal es la justicia social; porque  Black Lives Matter es mucho más siniestro. De hecho, este movimiento ha unido estrechamente sus reclamos de justicia para los negros a ideas fundamentales que son la antítesis de cualquier convicción del cristianismo bíblico.

He aquí tres razones por las cuales Black Lives Matter es incompatible con el cristianismo bíblico: Black Lives Matter se propone desmantelar la definición bíblica de la familia. Black Lives Matter está a la vanguardia de la defensa de la homosexualidad. Black Lives Matter define como normal la confusión de género y se propone convertir en héroes a aquellos a aquellos que están confundidos.
Ya que nos hemos adentrado en el plano bíblico, cabe ahora preguntarnos: ¿Está Dios interesado en la justicia? ¡Definitivamente! En Isaías 61:8 Dios ha dicho de sí mismo: "Porque Yo, el Señor, amo la justicia". Y otra  pregunta: ¿Está Dios interesado en la vida? ¡Seguro, porque por encima de todas las cosas creadas solamente los seres humanos fuimos diseñados y moldeados según su imagen y semejanza! En Génesis 1:26 leemos: "Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen (b'tsalmeinu), conforme a nuestra semejanza (kid'muteinu); y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra".

En otro aspecto de este candente tema, los militantes de Black Lives Matter  son una negación de las enseñanzas del Dr. Martin Luces King, Jr., quien siempre predicó a favor de la inclusión de todas las razas en una gran sociedad americana. Black Live Matter trabaja por la exclusión de los blancos de una sociedad ficticia donde los privilegios sean reservados para los negros. Una especie de venganza de lo que Black Lives Matter califica actualmente como los privilegios de los blancos.

Vayamos a King  para encontrar en él la vacuna contra este virus de odio que ha convertido en pesadilla el gran sueño americano. Su voz estentórea suena todavía en mis oídos cuando dijo: "Yo tengo un sueño, que mis cuatro hijos pequeños vivan un día en una nación donde no sean juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter." Y en otra de sus frases inmortales nos dio la fórmula para la convivencia civilizada cuando dijo:"La oscuridad no puede destruir a la oscuridad; solamente la luz puede hacerlo. El odio no puede destruir al odio; solamente el amor puede hacerlo." Amén.

Otro pastor cristiano, el Reverendo Franklin Graham, ha participado en este diálogo nacional. Graham ha dicho:"Las palabras Black Lives Matter son totalmente correctas y tienen un gran significado. Una cosa que los negros, los blancos, los hispanos, los asiáticos y todos los demás tenemos en común es que todos fuimos creados en la imagen de Dios. Jesucristo murió en la cruz por los hombres de todas las razas."

Por lo tanto, definitivamente debemos defender la justicia, predicar la misericordia y profesar la humildad\ ante Dios nuestro Señor. Porque tanto las vidas de los negros como las de los blancos son valiosas. Los cristianos en primera fila. Pero no intentemos hacerlo en nombre de una organización que desprecia los evangelios y contradice al único Dios con la capacidad de traernos una paz perdurable.

La Nueva Nacion 
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Estados Unidos

RICARDO VALENZUELA, ¿QUIÉN ES REALMENTE DONALD TRUMP?, REFLEXIONES LIBERTARIAS, DESDE MÉXICO

Los últimos 4 años mi aventura política ha sido una gran lección que me ha enseñado cómo las pasiones políticas, mal-manejadas, llegan a romper lazos de toda una vida. El apoyar a Donald Trump me ha costado amigos, repudio de los economistas libertarios light, y casi un linchamiento cuando tuve la osadía de ir a un supermercado del barrio chicano de Tucson con mi gorra MAGA. Y yo me pregunto ¿Por qué ese odio? 

Dicen que los verdaderos amigos se hacen en la niñez y, ante los problemas, son los que siempre se forman a tu alrededor. Sin embargo, yo tuve la fortuna de encontrar un amigo especial ya en mi vida adulta. Un tipo muy diferente a las multitudes sin rostro llamado Gary Triano. Alguien que siempre vivió al filo de la navaja y muriera de la misma forma cuando, al montarse en su auto, explotara una potente bomba en un asesinato solicitado por su ex esposa para cobrar su seguro de vida. 

A inicios de los años 90, Gary fungiría como anfitrión en una visita a Tucson del empresario de moda, Donald Trump. Me invitaba a una cena en su casa para tan distinguido visitante y, aclaraba, sería para poca gente. Yo, como todo mundo, tenía información de quien era Trump, un hombre que antes de sus 40 años había construido una impresionante fortuna operando no solo en EU, también en otros 10 países. Un hombre que, además, tenía otras bendiciones como un padre gran emprendedor que lo dirigiera por esa complicada ruta de los grandes negocios, muy buen atleta en su época de estudiante, e inclusive, tuvo una oferta para jugar beisbol profesional. Pero, sobre todo, un hombre a quien Ronald Reagan en una carta lo animaba a participar en política, misma petición que le había hecho John Kennedy Jr.  

La invitación no me entusiasmaba, pues Trump, portaba la reputación de ser arrogante, brusco y de un complejo de superioridad que seguido exhibía. Fue cuando recordé una entrevista que le hicieran a Reggie Jackson y le preguntaban “¿Piensas que José Canseco es un tipo sangrón?” Hace una pausa y responde: “Si tienes 25 años, tienes un físico de actor de Hollywood, tu porcentaje de bateo es superior a 300, pegas más de 40 jonrones, produces más de 100 carreras, robas 40 bases, ganas millones de dólares y a la salida de cada juego tienes 100 jovencitas esperándote, deberías ser sangrón porque con esas estadísticas tienes el deber de serlo”. Fue cuando me invadió la curiosidad y decidí aceptar la invitación.  

En la cena los invitados éramos solo cinco. Al transcurrir la noche se fue develando un hombre totalmente diferente a la reputación con la que la gente lo identifica. Emergía un hombre tranquilo, mesurado, de gran carisma que con genuino interés preguntaba a los asistentes de sus actividades, pedía opiniones sobre diferentes temas mostrando conocimientos profundos y una inteligencia fuera de serie. Los invitados revirábamos preguntando a lo que el respondía con precisa puntería. Me impresionaban sus conocimientos de economía y finanzas antes de saber su alma mater era la escuela de economía y negocios de una universidad elite, la Universidad de Pensilvania. Pero, sobre todo, cuando, al saber yo era mexicano, con gran interés me interrogaba acerca del país. 

Después del evento, de regreso a mi casa repasaba cómo se derrumbaba la imagen que yo tenía de este hombre y, sobre todo, la imagen equivocada que tanta gente tenía de él, y construía una diferente. Definitivamente, el hombre me había impresionado, me había caído muy bien y presentía algo más que luego mi buen amigo Gary me lo develaría. 

Días después veía a Gary y, a boca de jarro, me dice, “Trump te cayó bien ¿no? pero ¿sabes por qué?” no, reviro confundido. “Porque tú y él se parecen”. Con sorpresa le respondo, “ah chingados ¿Cómo qué nos parecemos?” Con una sonrisa procede. “Sí, Trump, como tú, es un salvaje chero gringo. No se calla lo que piensa y lo echa fuera con brusquedad. Si lo insultan, revira esos insultos, si lo atacan, viene luego su contrataque con más fuerza. En su juventud, como tú, fue un peleonero de barrio. Como tú, piensa que los gobiernos son ineptos, corruptos y conducen los países hacia el precipicio. No le importa lo que la gente piense de él y se divierte escuchándolos. Como tú, es orgulloso, soberbio, terco y le cuesta mucho aceptar consejos. Los dos son una especie de kamikazes frente las figuras de autoridad”. 

Yo permanecía con la boca abierta y le digo. “Pinche Gary ¿desde cuándo me has estado psicoanalizando? ¿que eres psiquiatra?” Me responde, “desde que te conocí, chero, y no necesito ser psiquiatra porque tú, como él, no esconden nada ni tratan de actuar algún papel pues son, y no lo cito como virtud, dos libros abiertos en los que todo mundo puede leer, los dos son broncos, bruscos, agresivos, explosivos y es muy fácil hacerlos enojar. Pero, muuyy en el fondo son nobles y muy buenos amigos. Son, como platicabas de tus vaqueros lidiando con los caballos broncos enfermos”, le completo el pensamiento; “no se dejan curar parados”. “Exacto”, responde Gary. “Por eso te cayó tan bien”. 

Para cerrar le digo, “pero también tenemos grandes diferencias” “¿Cuáles?” Pregunta Gary. Le digo,” como unos 100 puntos en el coeficiente de inteligencia, 10 billones de dólares y él es abstemio”. 

Lo vería algunas veces en mis viajes a NY que en esos años eran casi mensuales. En una de esas ocasiones, invitado por él, asistí a una conferencia que impartía en una prestigiada empresa en la cual, entre otras cosas, exhibía gran conocimiento de la teoría Supply-Side que demuestra cómo la reducción de impuestos provoca crecimiento económico al asignar más recursos a las actividades privadas. Y es lo que ya ha activado con la ayuda de Art Laffer, uno de sus creadores y, con la explosión económica que ha provocado, demuestra esa verdad que los demócratas han saboteado. 

Pero, cuando mis actividades ya no lo requerían me ausentaba de NY y se enfriaba la conexión hasta que, días antes de la elección del 2016, me invitaban a una reunión en Phoenix de un grupo pequeño con él. Me saludó con gusto y comentamos la muerte de Gary. En el trascurso de la reunión me pude dar cuenta era el mismo que yo había conocido hacía tantos años, pero, con sus herramientas más desarrolladas, afinadas y, en especial, con pasión exhibiendo su propósito de regresar el país a su grandeza derrumbando el esquema de saqueo operado por Demócratas y Republicanos por igual y, en especial, por los organismos internacionales y otros países. 

Un hombre que, con activos tan difícil de encontrar, es odiado y temido por el EP porque saben que los puede detener y, por eso, durante cuatro años han tratado de destruirlo. Ese es el hombre que yo he conocido durante casi 30 años, no el demonio que describe la media porque así lo ordenan sus amos cuando les entregan sus cheques. No es político y decidía participar en una elección, no en un concurso de simpatía, no necesitaba ser presidente para hacerse millonario, pero, al ver la descomposición política y la forma en que se estaba destruyendo el país, abandonó sus negocios para rescatarlo porque, además, ama su patria, es hombre temerario y decidido.    

Ricardo Valenzuela 
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El mercado libre no ofrece garantías, privilegios especiales, favores, monopolios, oligopolios, subvenciones, ventajas, protecciones, subsidios, apoyos, tratamientos especiales, distinciones, dádivas, cancelación de deudas, en pocas palabras, como lo afirmara Milton Freedman, no hay free lunch. Por eso es tan impopular y por muchos odiado.