sábado, 19 de septiembre de 2020

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, DOMINGO 20/09/2020

 




BEATRIZ DE MAJO, BOGOTÁ: CUANDO LA CONFUSIÓN REINA, COLOMBIA EN CAPSULAS

Que no quede duda alguna. Los destrozos ocasionados en la capital colombiana entre el 8 y el 10 de septiembre tienen nombre y apellido aunque unos cuantos no lo quieran reconocer. 

Una conjunción operativa bien orquestada de las FARC y el ELN unida a una planificación estratégica que se origina en Caracas y que tiene una sucursal eficiente en los despachos de un excandidato a la Presidencia de su país armó todo el tinglado. Puede bien haber sido lo contrario y que la iniciativa partiera de la capital colombiana para encontrar fondos y apoyos en el concubinato venezolano-cubano que actúa a sus anchas desde el Palacio de Miraflores.  

Tampoco es absurdo pensar que los carteles de la droga mexicanos estén implicados hasta el cogote en el sanguinario embrollo. Es más que conocido para esta hora, hasta donde el cuarteto conformado por la Revolución Bolivariana, unida a los insurgentes elenos y farianos y a los ilegales del narcotráfico mexicano, no solo han hecho comandita para capturar para su beneficio todas las formas de poder en Venezuela, sino tienen estructurado un plan que traspasa las fronteras del Arauca y se extiende no solo a Colombia sino a otros países del continente con una finalidad gemela a la venezolana. 

Detalles bien seleccionados de los desórdenes y manifestaciones y masacres han sido ampliamente difundidos por la prensa local y mundial, sin que se pueda, a través de ellos asignarle autoría clara y definitiva a los realmente responsables. Pero es evidente que sectores interesados vinculados con las izquierdas radicales colombianas si han armado un plan comunicacional amarillista para generar confusión sobre los hechos, la manera en que se originaron, quienes fueron los afectados y muy particularmente, para asignarles una responsabilidad directa a los cuerpos de policía y defensa del país.    

El caso es que 148 policías resultaron heridos en las refriegas, doce personas murieron en Bogotá y Soacha tras ser impactadas por balazos y 581 civiles resultaron heridos. Fue constatada en gráficas inequívocas la utilización de bombas molotov por parte de los agresores y se ha comprobado la actuación de bandas equipadas y entrenadas para causar el caos que vivió la ciudad y que hoy atemoriza a sus habitantes.  También la revisión profesional detallada de las redes sociales ha conseguido evidenciar, por su lado, el entramado de acciones vandálicas que fueron guiadas a través de grupos de whatsap durante la jornada fatal, concluyendo que tampoco hay nada de casual en ellas sino que responden a un plan armado con fines bien específicos. El objetivo era el descrédito de la Policía Nacional.  

Lapidarias son las palabras de Carlos Holmes Trujillo quien lo califica de “un ataque coordinado, “porque así lo demuestra la información de inteligencia y las líneas investigativas. Hay organización por parte de estas personas, por parte de estas redes y colectivos para infiltrar la protesta social legítima con el propósito explícito de generar violencia, caos y destrucción”. Para el actual Ministro de la Defensa “el blanco fue la Policía Nacional a través de su infraestructura, los CAI, las Estaciones de Policía, los Comandos. 95 instalaciones policiales fueron atacadas, 69 de ellas en Bogotá.” 

Lo dramático es constatar que hay altos funcionarios que se prestan deliberadamente y en medio de la confusión general, a este perverso propósito. Mientras el Ministro de la Defensa considera que los casos de abuso policial- si los ha habido-deben ser investigados y sancionados, además de investigarse el ataque organizado contra la Policía Nacional, la Ministro del Interior , Alicia Arango, la emprende en contra de las fuerzas policiales y propone, en este critico momento su “ transformación”. 

Alarma la falta de criterio que se consigue entre los altos funcionarios del gobierno en un momento tan crucial para la historia del país como el actual. Lo único a ser compartido por todos de manera solidaria es la necesidad imperativa de esclarecimiento de los hechos y la judicialización y castigo de los culpables.

Beatriz de Majo
beatriz@demajo.net.ve
@beatrizdemajo1

ALFREDO M. CEPERO, UN PLAN SINIESTRO PARA ROBARSE EL PODER, DESDE ESTADOS UNIDOS

Su objetivo es lanzar las elecciones en una Cámara de Representantes presidida por esa serpiente del pantano que es Nancy Pelosi.

La democracia americana confronta en estos momentos su mayor peligro desde la Guerra Civil que ensangrentó al país en el Siglo XIX y cegó la vida de 600,000 americanos. Hoy como entonces se está produciendo un diálogo entre sordos y las balas han empezado a sustituir a las palabras. Quienes lo duden pueden preguntarle a los residentes de Portland, Seattle, Milwaukee o Chicago. Para complicar las cosas, Donald Trump es tan odiado como lo fue en su tiempo Abraham Lincoln y, como Lincoln, confronta enemigos tanto dentro como fuera de su gobierno.

La izquierda vitriólica que no le perdona a Trump su triunfo de 2016 sobre la corrupta Hillary Clinton se ha multiplicado en numerosas organizaciones. Una de ellas, que se identifica con el nombre inofensivo de "Proyecto para la Transición con Integridad", se prepara para continuar hostigándolo más allá de las elecciones del próximo 3 de noviembre. Una ventana hacia el siniestro proyecto me fue ofrecida la semana pasada en el programa The Story, de Fox News, por el destacado periodista Byron York, del rotativo Washington Examiner.

Según York, un grupo bipartidista de políticos, periodistas, ex burócratas y profesores universitarios han lanzado la infamia de que, si llegara a perder, Trump se negaría a abandonar la Casa Blanca. Tal como hizo en 2016, el pasado mes de julio Donald Trump se negó a decir si aceptaría o no el resultado de las próximas elecciones. En uno de los escenarios presentados por el "Proyecto para la Transición con Integridad", al igual que en 2016, Trump perdería el voto popular pero ganaría el Colegio Electoral. Los demócratas se negarían a aceptar el resultado de las elecciones y cundiría el caos en toda la nación.

Por otra parte, la prensa complaciente de la izquierda esta diseminando la diatriba de que Donald Trump no aceptará el resultado de las elecciones. Con ello crean las condiciones que justificarían la destitución del presidente. Los más estridentes son  CNN, The New York times y The Washington Post. Hasta Hillary Clinton se ha sumado a la comparsa aconsejando a Biden que no acepte el resultado de las elecciones, cualquiera que éste sea.

Ante esta situación, es importante señalar que los conspiradores del "Proyecto para la Transición" no poseen suficiente conocimiento para entender la dinámica social y política que está teniendo lugar actualmente en este país. Lo que hace este documento es revelar lo que se proponen hacer y lo que esperan lograr. Esta no es una descripción objetiva de lo que podría pasar; es una descripción subjetiva de lo que quieren que pase. ¿Cómo se desarrollarán sus planes? Esta gente impugnará el resultado de las elecciones porque se proponen estirar el período electoral hasta el mes de diciembre. Para lograr este objetivo instigarán un caos generalizado.

Estos miserables necesitan este período indefinido para contar las boletas por correo. Su objetivo es lograr que el fraude electoral funcione en su beneficio. Tratarán de detener el conteo de las boletas utilizando los tribunales. Instigarán las protestas en todo el país para crear el desorden. Acudirán entonces a los militares para que usen el caos como justificación para hacerse con el poder o por lo menos para que no obedezcan las órdenes de Donald Trump.

Después de 244 años de democracia este escenario bien puede parecer una novela de misterios. Nadie puede negar que los Estados Unidos han sido el faro de libertad del mundo y el refugio de los oprimidos en otros países. Sería inaudito un golpe de estado en esta nación pero eso no quiere decir que sería imposible. Que se lo pregunten a los cubanos y los venezolanos. Hasta el sofisticado y culto pueblo alemán fue hechizado por la demagogia diabólica de Adolfo Hitler.

Por otra parte, Trump tiene enemigos en dos pantanos, el de Washington y el del Pentágono. En ambos las criaturas nauseabundas se aferran con los dientes a sus privilegios. En el de Washington, el Secretario Interino de Justicia, Rod Rosenstein, conspiró con sus colegas de ese departamento para destituir a Trump aplicándole la Vigésimo Quinta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.

En el del Pentágono la cosa es mucho más peligrosa porque esas criaturas están armadas. Hasta generales que ostentaron altos cargos en su gobierno se han declarado enemigos de Trump. Jim Mattis, John Kelly y H.R. McMaster han contemplado la aplicación de la Vigésimo Quinta Enmienda para destituir al presidente. Jim Mattis llegó al extremo de tratar de reclutar para el plan a la embajadora ante la ONU Nikki Haley. La dama lo paró en seco y el proyecto fue desechado. Estos militares sin honor confirman la peligrosidad del Complejo Militar Industrial al que hizo referencia el General y Presidente Dwight D. Eisenhower en su discurso de despedida.

Desde otras fuentes también ha llegado la advertencia de que se avecinan tiempos de tormenta. El ex agente de la CIA, Sam Faddis, con vasta experiencia en el Sudeste de Asia y en el Medio Oriente, en un artículo publicado en la revista Revolver News, caracterizó los recientes disturbios como una insurrección bien organizada y bien financiada. Vaticinó que la violencia hará explosión en toda la nación, tanto si gana Trump como si gana Biden. Según Faddis, los amotinados lo han advertido con una transparencia inusitada cuando han prometido abolir las actuales instituciones de los Estados Unidos y sustituirlas con un estado Marxista el estilo de Rusia y China Comunista.

Pero esta gente, las criaturas del pantano, los amotinados de las calles y sus financistas, cometerían un grave error si subestiman al Presidente. Donald Trump es un hombre que no le teme a los retos, que se crece en la confrontación y que inspira lealtad en sus seguidores. De ahí que hará uso absoluto de las herramientas a su disposición para frustrar cualquier intento de golpe de estado.

La primera es la Ley de Insurrección de 1807, enmendada en 2006 y 2007, que faculta al Presidente para desplegar efectivos del Ejército y federalizar las Guardias Nacionales de los estados dentro del territorio de los Estados Unidos. Cuatro presidentes de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, Abraham Lincoln, John F. Kennedy y George H.W. Bush han hecho uso de esta ley.

La segunda es la Resolución de Poderes para hacer la Guerra. La misma requiere que el Presidente notifique al Congreso dentro de las siguientes 48 horas de haber ordenado a las fuerzas armadas la realización de acciones militares. Al mismo tiempo prohibe que las fuerzas armadas operen más de 60 días sin la autorización del Congreso. La tercera es la declaración de la Ley Marcial a nivel nacional que puede ser declarada tanto por el Presidente como por el Congreso.

El plan de estos miserables es impedir una transmisión pacífica del poder político. Estos traidores al país ponen sus intereses e ideologías personales por encima de los votantes y de las tradiciones constitucionales. Su objetivo es lanzar las elecciones en una Cámara de Representantes presidida por esa serpiente del pantano que es Nancy Pelosi.

¿Padece esta gentuza de delirium tremens? Todo indica que Trump ganará las elecciones por un amplio margen. Pero no caben dudas de que ellos están preparando darle un golpe de estado al presidente y provocar un caos nacional si Trump resulta reelecto. Por eso es esencial que nosotros estemos preparados para defender al presidente. Porque defender a Trump es defender la Constitución, el estado de derecho y la democracia de los Estados Unidos.


Alfredo Cepero

alfredocepero@bellsouth.net

@AlfredoCepero

Director de www.lanuevanacion.com

Estados Unidos


ARIEL PEÑA, EL PROBLEMA ES IDEOLÓGICO, DESDE COLOMBIA

Los sucesos violentos ocurridos en Colombia especialmente en Bogotá, los días 9 y 10 de septiembre, que tuvieron como pretexto la muerte del ciudadano Javier Ordoñez, no responden a la espontaneidad de las masasproducto de la indignación que en algún momento pudo motivar a parte de la población, sino que el vandalismo y el terrorismo son una estrategia política extremista, cuya matriz responde a una ideología totalitaria como es la marxista, en donde cabe resaltar la frase del genocida ruso Lenin, que decía: “La revolución no se hace, sino que se organiza”, por lo que todos los disturbios que se vieron en el país, tienen como sello una organización planificada para la desestabilización de la nación, hacia la toma del poder, por parte de los movimientos comunistas que usan diferentes nombres para ilusionar.

Los comunistas en Colombia, lo han dicho a través de los años en todos los tonos, que el problema es el poder; sin importarles las tragedias que han representado para la humanidad los regímenes marxistas, dado que los seguidores de esa secta de acuerdo a su superstición dogmática, se creen predestinados para someter a la ciudadanía a sus instintos malsanos mediante la implantación de una dictadura; y es por eso precisamente que la democracia tiene que defenderse, primordialmente desde el punto de vista ideológico, ganándose las mentes de la población y demostrándole que únicamente mediante la democracia se logra no solo la libertad,
sino además el desarrollo social y humano de los pueblos; algo que no les importa a las fuerzas totalitarias del marxismo leninismo, en vista de que solo les interesa el “placer de mandar”, parafraseando a Jean-Jacques Rousseau en el Contrato Social.

De acuerdo a lo expresado anteriormente, Hay que recordar que en cierta oportunidad Evo Morales cuando era presidente de Bolivia, escribió en su cuenta de twitter: “La ideología y los principios no están en debate”,  con esa afirmación ratificó el carácter de secta que siempre ha tenido el marxismo leninismo, y además muestra lo irracional y brutal de esos dogmas totalitarios, que buscan mediante el crimen y la mentira tomarse la dirección de los Estados, para conducir a nuestros pueblos al envilecimiento y la enajenación.

Así las cosas para los seguidores del extremismo marxista la discusión ideológica se reduce a cero, pues les parece que en los países de la región sonó “la trompeta final”, para dar por terminado cualquier debate intelectual y empezar una carrera desenfrenada con el pragmatismo hirsuto, propiciado esté, por posiciones cínicas y un desprecio exagerado a todo lo que no es favorable al comunismo totalitario, creyendo por encantamiento los fanáticos del marxismo leninismo que poseen una
“unción divina ” para esclavizar al resto de mortales.

La expresión de Evo Morales acerca de eludir el debate de ideas no es aislada del resto de la cáfila marxista leninista de América Latina, representada en sus diferentes denominaciones, con todas sus disfraces y un cúmulo de trucos para mimetizarse en las naciones, ya que la esencia del comunismo es el engaño, de ahí que el marxista italiano Antonio Gramsci planteaba la necesidad de rechazar la razón y mejor atraer a los sectores más ignorantes y atrasados que son fáciles de tramar; en el mismo sentido el teólogo comunista brasileño Frei Betto hace algún tiempo repitió lo mismo sobre la razón, afirmando que no era necesaria.

Entonces indiscutiblemente los marxistas engañan a los demás al engañar a otros se engañan a ellos mismo y al auto-engañarse van en contra de su conciencia, lo cual los convierte en seres irracionales y luciferinos.

El marxismo leninismo tiene diferentes estrategias para la toma del poder en nuestros países y, precisamente en Colombia se cuadruplicaron los cultivos de coca en los últimos años como producto de las negociaciones con las Farc; por lo que hay que recordar que gracias a los paros cocaleros en Bolivia en el 2003, fue que Evo Morales dos años después llegó al poder mediante elecciones (hay tenemos un espejo para Colombia). Porque el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada tuvo que
renunciar y huir por las protestas cocaleras que dejaron un saldo de cerca de 50 muertos; lo curioso es que Venezuela por las protestas callejeras en el gobierno de Nicolás Maduro el régimen ha asesinado y torturado a miles de personas según el informe de la ONU y el dictador venezolano permanece en el poder, eso demuestra lo inescrupuloso del marxismo que no le importa la vida de los ciudadanos, sino solo el poder.

Dirigentes de lo que llaman izquierda han dicho que para las elecciones de 2022, la estrategia de sus contradictores del Centro Democrático es sembrarle miedo en la ciudadanía, pero una cosa es sembrar miedo y otra advertir a la población de los peligros que encarna el comunismo, que utiliza diferentes atuendos o cambia de nombre para engañar y así poder llevar a la nación a una dictadura, que terminara en una esclavitud de la que difícilmente se sale, como sucede en Cuba, Corea del Norte y Venezuela.

Si en Alemania a principios de la década de los años 30 se hubiera advertido lo que era Hitler y el nazismo, la humanidad no hubiera tenido la Segunda Guerra mundial con 50 millones de muertos, así que en Colombia lo que tienen que hacer los voceros que defienden la democracia es advertir el peligro que encarna el comunismo totalitario con sus múltiples rótulos, en atención a lo cual se debe fortalecer la lucha ideológica en donde ni los comunistas ni sus idiotas útiles tienen como defender al bodrio marxista, el cual se debe denunciar como enemigo de la especie humana, mediante el debate prolífico de las ideas.

Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia

MIBELIS ACEVEDO DONÍS, ADICTOS A LA FICCIÓN

Recientes declaraciones de Elliot Abrams dan al traste con una temporada signada por la descomedida siembra de ficciones. Al calificar como “realismo mágico” a la propuesta de una Operación internacional de Paz y Estabilización que lanzó un sector opositor proclive a las salidas de fuerza, pone inopinado cierre a un capítulo que comenzó a escribirse hace meses. “No creo que eso sea una respuesta sensata”, dice ahora el “halcón” republicano, en implacable ejercicio de realismo político. Por si fuese poco, también descartó la extendida tesis de nuestra excepcionalidad: “muchos países alrededor del mundo han enfrentado una situación similar a la de Venezuela”. (Sí: y esa novela verídica que es la historia, como la describió Paul Veyne, es muy ilustrativa al respecto.)

Sin duda, fue propicia la intervención de ese helado escalpelo, extirpando mitos cuyo auge sólo ha desvirtuado la gesta de los demócratas y reagrupado a los déspotas. Pero también es llamativo que poco o nada se comente acerca de la sobreventa de expectativas que en su momento hicieron de la narrativa opositora un terreno fértil para la más extravagante especulación. Ah, y la más descaminada inacción, dicho sea de paso; deriva que condujo al raquitismo, a la impotencia, al atasco en el que hoy se sumen las fuerzas democráticas.

“Realismo mágico” -por fantasioso- encaja Abrams. El mismo personaje al que militares y funcionarios del régimen venezolano supuestamente implicados en los eventos del 30A, le apagaron sus teléfonos. El mismo que en 2019 predijo que en un año haríamos “la autopsia del régimen de Maduro”. El desahogo deja a muchos desorientados, tanto devotos como escépticos. Porque, precisamente, si algo define con justicia los tiempos de la “amenaza creíble” y las diligencias a favor del “quiebre”, es la tendencia a dar la espalda a la evidencia, a menospreciarla y sustituirla con esa lectura apócrifa de los hechos que nos puso a descontar horas para el desenlace hollywoodense. Lo “real” no parecía entonces potable si no incluía consecuente dosis de adivinación, de mariposas amarillas a destiempo o niños que sólo aparecen con la lluvia. Fue esa suerte de “negación poética” de la realidad –Uslar Pietri dixit- lo que nos puso a vivir entre el deseo y la fe, como si sólo eso hiciese falta para reconquistar la democracia perdida.

A merced de la embestida del miedo-esperanza, incluso la ecuanimidad de los más lúcidos puede sufrir menoscabos. Los sesgos han deconstruido la verdad fáctica, la volvieron un laberinto “invisible, incesante” como el que vislumbró J.L. Borges (“yo sé de un laberinto griego que es una línea única, recta. En esa línea se han perdido tantos filósofos que bien puede perderse un mero detective”). Tras años de muchas pifias y auto-indulgencias pero poca disposición a reconocer el error, las señales precisas del entorno de pronto dejaron de ser suficientes.

“Realismo mágico”, “plan B surrealista”, endilga hoy Abrams, con mucha razón. El 23 de enero de 2019, sin embargo, y ante la pregunta “¿está considerando una intervención militar en Venezuela?”, el propio Trump faroleaba: “all options are on the table”. Algo que, remachado en nítido español y junto con el mantra de los 3 pasos, se hizo leitmotiv de una dirigencia que en Venezuela acabó prohijada por el gobierno norteamericano.

La idea de que la opción de fuerza no estuviese descartada en el caso venezolano, no obstante, nunca lució muy viable ni coherente con el discurso que siempre han esgrimido otros aliados del mundo libre. Buena parte de los países agrupados en la UE o el Grupo de Lima se mostraban más pragmáticos, proclives al “soft power” y abiertamente comprometidos con soluciones políticas. De allí las sospechas de que tal garrote en tiempos poco favorables a “guerras necias” y dispendiosas –como más tarde las calificó el jefe de Estado norteamericano- no pasara de ser un “bluff” del exuberante populista. Eso nos susurraba el sentido común, claro. Pero no el sesgo de confirmación, atajando la desilusión precoz, la angustia casi tribal, dando cuerpo a la ilusión de ser rescatados por lo que parecía un resuelto titán en campaña contra “la troika de mal”. Y aunque en 2020 la opción militar no volvió a figurar en los discursos del candidato a la reelección, acá el wishful thinking siguió haciendo atractivo el relato de una nueva Guerra Fría que todavía se cuece en las dañosas trincheras del radicalismo.

Tras jornada signada por el intermitente ultimátum, por la creencia de que el "cese de la usurpación" era un hecho y que las sanciones pondrían al gobierno contra las cuerdas, acá estamos, recogiendo astillas, sin fuerzas ni influencia hacia lo interno para empujar cambios relevantes. El globo de expectativas que ayudaron a inflar algunos aliados hoy es pinchado por ellos mismos: la realidad no es mágica, sino odiosa. Tampoco el panorama que plantean unas elecciones parlamentarias despeja la interrogante sobre el futuro inmediato, pues toca admitir que esa es una arena donde el descrédito impulsado por los adictos a la ficción ha hecho colosales desguaces. A sabiendas de que el tiempo está cobrando la equivocación, cabe preguntarse: ¿cómo recuperar la confianza y la autonomía perdidas?

Quizás lo primero es fijarse bien en la mesa y aceptar que allí ya no cunden las opciones. Que a contravía de ese “realismo mágico” que secuestra nuestra cognición, lo razonable es buscar formas de reconectar con eso que Maquiavelo llama la verdad efectiva de las cosas; una que permite identificar fortalezas y oportunidades, compensar limitaciones o moverse responsablemente frente a amenazas genuinas. No sucumbir ante la obcecación requiere desaprender para aprender otra verdad, con valentía y serenidad. Y es que está visto que a punta de desesperación acabaremos no sólo desarmados por el falaz “deus ex machina”, sino multiplicando las calles ciegas.

Mibelis Acevedo D.
mibelis@hotmail.com
@Mibelis

RAFAEL GARCÍA MARVEZ, EEUU SANCIONARÁ OPOSITORES QUE APOYEN A NM

Días atrás, escribía por este mismo medio, echando la modestia en las aguas putrefactas del Guaire, el mismo en el cual en una de esas intempestiva subidas de efusión que sufría Hugo Chávez aseguró darse un chapuzón —él nunca aspiró hacerlo en las aguas lustrales para no manchar la Morada del Señor— pues dije en aquel momento que todos aquellos opositores que coincidieran con el régimen iban a hacer sancionados por el gobierno norteamericano. Precisamente, el martes de esta semana, la subsecretaria adjunta para Cuba y Venezuela en la oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, indicó que era importante que se mantuvieran unidos y enfocados en el mismo objetivo final. Hay opositores que buscan “socavar la democracia”, ellos también serán sancionados por el gobierno de Donald Trump. “Quizás haya algunos individuos que tratarán de apoyar al régimen de Maduro, que tratarán verdaderamente de socavar la democracia, para esos individuos que activamente apoyan al régimen vamos a continuar aplicando sanciones y otros esfuerzos. Una cosa es disentir en las tácticas y otros quienes de manera fundamental tienen una estrategia para apoyar a Maduro”, aseguró la alta funcionaria Carrie Filipetti. De aquí concluimos que los Estados Unidos continúa firme apoyando la democracia venezolana y aquellos opositores que piensen hacer comparsa con Nicolás Maduro a través de las parlamentarias sabrán a qué atenerse. En lo particular, no me gustaría estar en el lugar de ellos.

Por otra parte, no quepa dudas de que la acción de las fuerzas opositoras democráticas y su suerte no dependen exclusivamente de lo que se haga dentro de nuestro territorio. Se puede decir que su accionar es extraterritorial, que está ineludiblemente enlazada a lo que estos países estén dispuestos a hacer o no por nosotros. En este sentido, debemos reconocer que el comportamiento estratégico del presidente interino Juan Guaidó ha caminado por una línea recta; sin titubeos, ni cambios tumultuosos. Hay motivos para que prive entre nosotros el optimismo racional, ya que a pesar de todos los inconvenientes, las fuerzas democráticas siguen lidiando en estos nuevos tiempos sin la rigidez de un almanaque en la mano. En esa nueva línea se mueve Guaidó; entre un frío glacial, fuegos abiertos y algunos descontentos de casa. Es esta novedosa conducta la que debe entender la dirigencia política, más no la ligereza algo díscola como con la que ha actuado Henrique Capriles. Es él, uno de los adversarios del régimen con una extensa página de importantes triunfos. Para nombrar solo algunos: presidente de la Cámara de Diputados, alcalde del municipio Baruta, gobernador del Estado Miranda, candidato presidencial en dos oportunidades, que a pesar de no lograr el triunfo en ninguna de ellas, obtuvo frente a Nicolás Maduro el 49.12 % de los votos. De manera, que nada justifica su aptitud evidentemente desconcertante de romper las líneas maestras para coincidir con el gobierno en unas elecciones parlamentarias rechazadas plenamente por los venezolanos, así como por la mayoría de los países democráticos del planeta.

Luego de una angustiante pausa, la oposición se repone, se reorganiza, hace grandes esfuerzos por reagruparse y ponerle fin al depravado apocalipsis tabernario. El Grupo de Lima, el Grupo de Contacto Internacional, la Unión Europea y el gobierno de Estados Unidos se unieron en un comunicado conjunto, una vez más, para ratificar su apoyo por el cambio constitucional de Venezuela. Una nueva demostración de que por muy espinoso que sea el camino, no estamos solos. Contamos, a pesar de que algunos no le dan la importancia que merece, con el apoyo de nuestros compatriotas que crece día a día.

Repito, para terminar, lo de la semana pasada; los partidos políticos, la sociedad civil, el pueblo, es decir, aquellos que ni obedecen disciplinas, ni conocen de estatutos, serán quienes juzgarán esos reacomodos de última hora. Extrafronteras se anularán visas y se cerrarán cuentas bancarias sin importar la proveniencia de esos dineros. Los venezolanos no saldrán a votar, tampoco serán cómplices de esas elecciones parlamentarias inconstitucionales y nauseabundas. Cuando haya garantías de respeto a la voluntad del pueblo, allá estaremos todos frente a los  a los centros de votación.

Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez

JOSÉ LUIS MÉNDEZ LA FUENTE, EL INFORME SOBRE VENEZUELA DE LA MISIÓN INDEPENDIENTE DE LA O.N.U.

Justo al año de su nombramiento por el Consejo de Derechos Humanos de la O.N.U., la Misión Internacional Independiente para la determinación de los hechos en la República Bolivariana de Venezuela relativos a las presuntas violaciones de los derechos humanos cometidos desde el año 2014 por el gobierno de Nicolás Maduro, acaba de rendir su informe y los resultados corroboran lo que ya se sabía: que no eran presuntos y que además son sistemáticos. 

La Misión  Independiente conformada por los abogados  Marta Valiñas de Portugal, quien la preside,  el chileno Francisco Cox Via y el escocés Paul Seils, efectuó una difícil labor para poder rendir su informe, pues no pudo visitar Venezuela debido a que sus autoridades nunca contestaron las varias correspondencias enviadas para tal fin, ni les brindaron cooperación de tipo alguno, debiendo en consecuencia, reducir sus esfuerzos para recolectar la información necesaria a la basta cantidad de datos existente sobre denuncias, casos expedientados en organismos internacionales, asociaciones y ONGs nacionales, videos y otros documentos suministrados por diferentes fuentes, de testimonios directos de personas que huyeron de Venezuela, incluyendo el de exfuncionarios que trabajaron en distintos órganos de seguridad del Estado, el ejército, el poder judicial o el ministerio público, así como, por supuesto, de las propias víctimas que pudieron contarlo, familiares y abogados defensores.  

La metodología seguida, como el propio informe lo indica, fue la usual para estos casos tomando en cuenta que la Misión Independiente no es un tribunal y solo emite recomendaciones, no sentencias punitivas, pero que no le restan ni un ápice de veracidad a los caso estudiados, 223 de tipo individual completos, además de 2891 violaciones de derechos humanos de diverso orden, debido a la razonabilidad de los soportes presentados para fundamentarlos que los hacen mas que razonables para cualquier observador con criterio objetivo y moderado de cara  a la legislación venezolana y al derecho internacional. 

El informe en sí mismo posee, aparte de una introducción, un capítulo para explicar la metodología empleada y otro final de recomendaciones, un tercero y cuarto destinados a señalar, uno las causas o factores estructurales que contribuyeron a las violaciones de los derechos humanos documentadas por la Misión y el otro a las conclusiones propiamente dichas del análisis realizado sobre Venezuela en esa materia. De entre esos factores estructurales cabe destacar “la ruptura gradual de las instituciones democráticas y del estado de derecho en Venezuela desde 2014.”, lo que trajo como consecuencia un debilitamiento de la función contralora y de rendición de cuentas de los diferentes componentes del sistema democrático, que allí se concretizan en un poder judicial disminuido y desacreditado en sus funciones por una dependencia absoluta al régimen el cual quita y pone a los jueces, todos temporales, sin seguir el procedimiento constitucional debido; así como en segundo lugar a un poder legislativo igualmente menoscabado y despreciado desde el 2015 cuando quedó en manos de la oposición, cuyos actos legislativos son anulados por el tribunal supremo de Justicia o simplemente desconocidos por el Poder Ejecutivo. En definitiva, un quebrantamiento total del estado de derecho. 

En el capitulo de las conclusiones, el mas extenso por su naturaleza de todos, se hace una diferenciación entre las violaciones de derechos debidas a “la represión política selectiva”, las de “control social” y aquellas otras realizadas en el “contexto de las protestas”. Entre las primeras se destaca la violencia empleada por el gobierno en casos de amenas o intentos de golpe o desestabilización, bien por civiles o militares, así como el perfil de las víctimas, por lo general, activistas sociales, dirigentes políticos y también militares,  resaltando  el informe,  después de un análisis de 120, entre ellos el del excapitán Rafael Acosta Arévalo, las distintas formas de violencia, y tortura física y psicológica empleada por organismos de seguridad como el  SEBIN, el DGCIM y el propio  sistema de justicia, destacándose  en este último no solo los abusos policiales, sino asimismo el de los propios jueces a la hora de actuar, fijando cargos falsos, manipulando pruebas, dilatando las fechas y actos procesales, impidiendo la debida defensa del procesado o actuando en casos que no podían conocer y menos sentenciar, como es el de los tribunales militares en casos netamente civiles.  

En cuanto a las violaciones por control social del gobierno se hace una importante referencia a las Operaciones de Liberación del Pueblo (OLP) y a las Operaciones de Liberación Humanitaria del Pueblo (OLHP) de entre los años 2015 al 2017 con el objeto de liberar a los barrios de delincuencia, así como de otros operativos policiales y militares como el plan Rondón en Barlovento, la aparición de las FAES en el 2017 y otras ejecuciones extrajudiciales entre el 2014 y 2018. Se examinaron más de 140 casos de OLP y más de 2400 incidencias de ejecuciones extrajudiciales donde fallecieron más de 4000 personas. El número exacto de detenidos y de decesos por las fuerzas policiales en todas esas acciones no se conoce. Una de las conclusiones en este campo es la de que a mayoría de las personas muertas en los operativos no tenían antecedentes penales ni cargo alguno pendiente. 

En el marco de las protestas el informe es también exhaustivo al indicar como una de las causas principales de la violencia empleada, la creciente militarización de la represión contra los manifestantes de la que es un ejemplo la Resolución N.º 8610 de enero de 2015, en la cual el Ministro de Defensa autorizó a las FANB a intervenir en reuniones y manifestaciones públicas o el Plan Zamora, en abril del 2017, que sirvió de matriz a otros planes posteriores como el Guaicaipuro. También decisiones como la del Tribunal Supremo de abril 2014 por la cual sin una autorización de la autoridad competente ninguna manifestación era válida, tuvieron su efecto en el uso desmedido de la fuerza pública. En este ámbito se describe como se repitieron los hechos de violencia física, tortura, y tratos crueles inhumanos o degradantes, contra los detenidos al igual que los abuso en el debido proceso por parte del sistema de administración de justicia. La Misión investigo apenas 36 casos de asesinatos en protestas dentro de otros muchos que se dieron entre el 204 y el 2019, señalando a manera de ejemplo, dentro de este lote, los 165 reconocidos tácitamente por el gobierno, aún bajo investigación de la fiscalía venezolana. 

Dentro de las 65 recomendaciones dadas destaca, una vez que el informe estableció que tiene motivos razonables para que se investigue la responsabilidad individual por acción u omisión de varios actores del gobierno, entre ellos del Presidente y de los Ministros de Relaciones Interiores, así como del de Defensa, que los Estados inicien acciones legales contra los individuos responsables de tales violaciones, dejándose la puerta abierta para acudir a la Corte Penal Internacional. 

Un informe que no va a cambiar la situación política actual de Venezuela, ni el que las ilegales elecciones parlamentarias de diciembre se efectúen, pero que todos los países involucrados internacionalmente deberían leer, sobre todo, los que, como España, juegan en este asunto a dos bandas de manera hipócrita e irresponsable. 

José Méndez
xlmlf1@gmail.com
@xlmlf