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viernes, 5 de febrero de 2021
ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com/ SÁBADO 06/02/2021
ANA MARÍA MATUTE, MIRANDA ES UN PEINE
I
Después
de que regresó de hacer el posgrado de Pediatría en Uruguay, el doctor se
instaló en Ocumare del Tuy con su esposa y sus tres hijos. Un pueblo de calor
sofocante pero necesitado, como decía, de un médico que se ocupara de los
niños
El
vínculo del doctor con el estado Miranda era de toda la vida, pues allí se
estableció con su madre cuando era muy pequeño, en la capital. Y cuando su
esposa se cansó del calor sofocante de Ocumare, le compró una casa en el frío
pueblito de Los Teques.
Así
que ese amor y esa dedicación al pueblo mirandino fue creciendo y ya instalado
su consultorio al lado de la casa, recibía pacientes de muchos otros pueblos
del estado.
En
Miranda también consiguió el doctor su solaz, pues todos los fines de semana
iban a Barlovento, como él lo llamaba. Se lanzaba al mar, nadaba, compraba
lebranche y regresaba al frío de Los Teques.
II
Cuando
estudiaba bachillerato por alguna razón se celebró el nacimiento de Francisco
de Miranda por todo lo alto. Por meses los alumnos de diferentes colegios y
liceos practicamos una especie de desfile militar que estaba previsto pasaría
por delante del pódium en donde estaría el presidente de la república y todos
sus ministros.
Incluso,
nos entregaron botas militares e hicimos formación y todo. Lo cierto es que
recorrimos marchando las principales avenidas de Los Teques. No crean que fue
muy largo el recorrido, porque era y sigue siendo un pueblo pequeño.
En ese
momento no entendía la dimensión de Francisco de Miranda, pero ya que estoy en
estas, debo confesar que siempre lo he preferido sobre la figura de Simón
Bolívar. Y lo digo con conocimiento de causa porque pertenecí a eso que
llamaban la Sociedad Bolivariana de mi colegio. Sí, siempre fui nerd.
III
Ya
establecida suficientemente mi conexión con el estado Miranda, debo decir que
presencié como periodista la creación de los municipios Baruta, Chacao y El
Hatillo. El pionero fue Sucre, con sus extensas barriadas.
He
conocido a varios de los gobernadores mirandinos y he recorrido el estado por
aire, por tierra y por mar. He llegado hasta las entrañas de Birongo y he
presenciado el baile de los Diablos de Yare y la celebración de San Pedro en
Guarenas. Mi hija nació en el municipio Chacao y ha patinado en la plaza de El
Hatillo.
El
estado Miranda es diverso y así es su gente, como toda Venezuela. Pero ahora es
un peine. Hace semanas se lanzó el rumor de que van a incluir al Distrito
Capital los cuatro municipios mirandinos, y los políticos opositores se
volvieron locos. Comenzaron con esta excusa una campaña cuyo punto culminante
seguramente serán las “elecciones” regionales. Nos dirán una vez más que no
podemos “perder los espacios”.
Algunos
ya están visitando pueblos y caseríos para alertar a la gente que lo que
quieren es dividir el estado y dejarlo sin la mayor parte de los ingresos que
generan estos municipios capitalinos. Además de que contados como parte de la
capital, aportarían una inmensa cantidad de votos. Y no dejan de tener razón.
Yo lo
único que digo es que dejen de pisar ese peine. La prueba está en que ni
siquiera el gobernador actual está de acuerdo con semejante desmembramiento, y
es un líder rojito. No se pongan a comer cuentos con la excusa de que lo que
quieren es un puestico de alcalde o de concejal. La oposición debería entender
de una vez por todas que la culebra se mata por la cabeza, no desenterrando los
huevitos que va dejando por todos los estados.
Alguno
me dirá que es muy temprano estar alertando esto, pero como comencé la semana
pasada, insistiré en que la oposición debe dejar de desviarse del camino y
última meta. Sacar a los rojitos, no recuperar parcelitas de poder, que si bien
puede ser una vía para conseguirlo, es demasiado lenta y los venezolanos ya no
aguantamos más.
amatute@el-nacional.com
@anammatute
@ElNacionalWeb
Venezuela
JOSÉ RAFAEL HERRERA, DEL ALMA JUSTA
La función principal de quienes ejercen la
responsabilidad de gobernar consiste, según Platón, en la purificación del alma
de los ciudadanos, lo cual redunda tanto en su enriquecimiento espiritual como
material. En efecto, para el filósofo griego, purificar el alma de la
ciudadanía quiere decir hacer que la población se forme cada vez más, que sea
instruida y educada convenientemente. O en otros términos, que sea una auténtica
ciudadanía, a fin de superar sus naturales inclinaciones bestiales, decadentes
y patéticas y, con ello, su consecuente pobreza espiritual. Una efectiva
política de Estado debe sostenerse sobre la convicción de que solo las metas a
largo plazo, sostenidas en el tiempo y ajenas a los concursos de popularidad
–tan afines a la demagogia y al populismo–, son propicias para el desarrollo
integral de la sociedad en su conjunto. No es con consignas vaciadas de
contenido, gratas a los oídos de la mediocridad, que se construyen los grandes
proyectos políticos. Las democracias afectadas por la corrupción y en estado de
descomposición son caldos de cultivo propicios para el advenimiento de las
tiranías. Estas, a su vez, ofrecen dar rápida y eficaz realización a las
promesas incumplidas por gobernantes que decidieron convertir su pomposa
palabrería –siempre aderezada de lugares comunes– en la única realidad
existente. Pero una vez en el poder, los tiranos comienzan a demostrar su
incapacidad absoluta para gobernar. Y cuando tienen inicio las primeras
protestas por exigencia de justicia, no dudan en utilizar las armas que ya
habían usado contra los demagogos, pero esta vez para apuntar a la población
defraudada y, ahora, aterrorizada. Con el tiempo, la tiranía deviene
oligarquía. Se trata de un reducido grupo de gánsteres, auténticos criminales
que se enriquecen con los dineros provenientes de la corrupción, el
narcotráfico y el más desalmado saqueo de los recursos de la extinta nación.
Son los que mantienen secuestrado al Estado, y los que, día tras día, abren con
mayor profundidad la ya intolerable brecha de las desigualdades sociales.
Para Platón, la demagogia, la tiranía y la oligarquía
son sistemas de gobierno que, en la medida en la cual desprecian el saber, se
hacen cada vez más susceptibles a la corrupción y terminan empobreciendo y
desintegrando a la sociedad. Todo régimen corrupto, por su propia condición,
disocia, disgrega y promueve la injusticia. Por eso mismo, y a medida que va
socavando el Ethos, termina siendo débil e incapaz de satisfacer las mínimas
necesidades materiales y espirituales de los ciudadanos. Cada individuo, según
el filósofo ateniense, está compuesto de cuerpo y alma. El alma, elemento
inmaterial, es el aliento, el respiro, el principio de la existencia de los
seres humanos. Sin el alma el cuerpo es, apenas, un amasijo de instintos, “la
cárcel del alma”. Y mientras que el cuerpo vincula con el mundo sensible, el
alma vincula con el mundo inteligible. Por eso mismo, el alma es enérgeia, la
energía vital de la corporeidad, la acción productiva propiamente dicha, la
fuerza de trabajo que definiera Marx.
Dice Platón que el alma está formada por tres partes:
una parte sensual, que conduce a los vicios de la avaricia, la lujuria y la gula;
una pasional, que conduce al vicio de la ira; una racional, que conduce al
vicio de la pereza y la soberbia. Pero estos vicios del alma pueden ser
reorientados mediante la educación. Es posible formarse para la buena
ciudadanía. Así, la parte sensual del alma puede ser elevada a templanza, esa
benigna cualidad que impone hacer las cosas con moderación. De igual modo, la
parte pasional puede ser educada y convertida en valor, es decir, en arrojo o
esfuerzo. Lo mismo que la parte racional puede llegar a conquistar la
sabiduría. Un alma que ha sido adecuadamente educada y logra conquistar la
templanza, el valor y la sabiduría es llamada por Platón un alma justa. El
imperio de las almas justas forma el espíritu de un pueblo sano, próspero,
culto y libre.
Hubo un tiempo en Venezuela en el que las almas justas
florecieron por doquier, y como nunca antes en su historia. La formidable
migración de profesores universitarios, científicos, artístas y técnicos,
llegados de una Europa depauperada y en crisis orgánica, fue uno de los mayores
aciertos de la dirigencia política de un país pujante y hambriento de saber
que, finalmente, pudo romper la larga y pesada cadena de las dictaduras
militares decimonónicas, y poder entrar así –a pesar del retraso histórico– al
siglo XX pleno de democracia viva, exenta de la muerta baratija demagógica. Fue
a partir de entonces que la educación, comprendida como formación social y
cultural, comenzó a dejar de ser un mero requisito formal para obtener un
título y transformarse en materia, oficio, compromiso con el pujante país que,
en breve lapso, llegó a ser. Se comprende, entonces, la saña del gansterato
contra la educación. Sabe bien que ella contiene el alma justa que posa, ante
su puerta, los pies de los que la van a enterrar.
jrherreraucv2000@gmail.com
@jrherreraucv
Venezuela
VÍCTOR A. BOLÍVAR, DE LAS MAROMAS ELECTORALES AL CONGRESILLO SINE DIE
Cómo
explicar los constantes altibajos del carrusel electoral, decididos por los
egos que sometieron a los venezolanos a una abstención en las parlamentarias
del 2005, a participar en el 2010 y en el 2015, para llamar de nuevo a la
abstención en el 2020 bajo el mismo argumento de la falta de garantía y
condiciones electorales. ¿Y es que acaso las hubo en el 2015 con las 4 rectoras
del chavismo Tibisay Lucena, Socorro Hernández, Sandra Oblitas y Tania
D’Amelio? Entonces se obtuvo una gran
victoria que le dio a la oposición una mayoría calificada que no supo
aprovechar, pese al escenario de desventaja en los que siempre ha estado
jugando.
Para
muestra, recordamos cómo en un detallado trabajo de Phil Gunson, investigador y
analista político para Crisis Group, región de los Andes, titulado “Elecciones
parlamentarias en Venezuela 2015: unos dados cargados”, nos ponía de relieve
toda una carrera de obstáculos en esa campaña electoral que amenazaba con unos
resultados nada auspiciosos para la oposición. En ese rosario de dificultades
señalaba, entre otras, a: la intimidación de lograr la victoria oficialista “como sea” y su declaratoria de
no “entregar la revolución”, los brotes de violencia, la única observación
internacional de los representantes de la Unión de Naciones Suramericanas
(UNASUR); así como la prohibición de participación de algunos dirigentes
opositores, los pequeños partidos intervenidos, el sesgo, las cadenas y el monopolio
mediático, la participación de los miembros de las FANB en actividades de
proselitismo político, la falta de una auditoría independiente del registro
electoral (REP) desde 2005 y la creencia generalizada que el voto no es
secreto.
Sin
embargo, en forma extraordinaria, sus resultados sorprendieron a propios y
extraños. El país le concedió una significativa dosis de legitimidad a esa
dirigencia para conducirlo por un derrotero y lograr como fin propuesto la
instauración de otro sistema de gobierno pese a que no había condiciones que
garantizaran un resultado favorable.
De
allí, que resulte cuando menos extraña esa especie de reedición parcial de la
abstención del 4 de diciembre del 2005, bajo la premisa lastimera de la
carencia de condiciones este 6 de diciembre para participar; pero más extraña
aún es que, en contravía a la posición de Guaidó y de la posición de la
comunidad internacional afecta que exigen elecciones presidenciales, muchos de
aquellos quienes alentaron esa abstención hoy se manifiestan a favor de la
participación electoral para elegir gobernadores y alcaldes. No les importará
en esta oportunidad si hay o no condiciones electorales. A qué juegan esos irresponsables que con su
injustificable actitud desestimaron la oportunidad de evitar por lo menos la
obtención de la mayoría calificada de la AN por el chavismo; más aun después de
haberle vendido al venezolano falsas expectativas con el espejito de la
consulta. Pareciera que toda esa maquinación solo les ha servido para darle
continuidad presupuestaria al G4.
Para
ilustrar las consecuencias de cuanto se ha señalado, referimos parte de un
trabajo de France 24 (con EFE y AFP) del 6 de enero de este año, que al
respecto señala: “Pronto se cumplirán dos años desde ese órdago lanzado por la
oposición, que intentó poner contra las cuerdas al Gobierno de Maduro y que
provocó una oleada de reconocimiento internacional hacia Guaidó. Sin embargo,
el tiempo ha revelado que ese impulso no hizo avanzar a la oposición,
especialmente después de que perdiera el control de la Asamblea. El chavismo
sigue manteniendo su fuerza en Venezuela”.
Ya
Alemania, República Dominicana y la Unión Europea han tomado iniciativas dentro
de ese contexto. Es un hecho que la pirueta de la que surgió la Comisión
Delegada como un espectral
“congresillo” sine die, correrá
la misma suerte de esa maroma de la consulta.
De
tanta inconsistencia se cansa uno, como diría Omar Lárez
vabolivar@gmail.com
@vabolivar
Venezuela
LUIS FUENMAYOR TORO, LAS HOY MAL LLAMADAS MEGA ELECCIONES
El artífice de la proposición de relegitimar a todos
los poderes fue por supuesto el mismo Hugo Chávez, que de esa manera ganaba un
año y medio más en su cargo de Presidente, que era el lapso que ya había
ejercido desde su elección en diciembre de 1998. Ganaba Chávez también un nuevo
Poder legislativo, donde obtuvo más de los 2/3 de los diputados, una
composición más acorde con sus intereses hegemónicos. Ganó todas las
gobernaciones menos siete y la mayoría de las alcaldías. No sabía en ese
momento que recibiría una ayuda inesperada en el año 2002, cuando la
Coordinadora Democrática echó el resto, “pues el país no soportaba más la
tiranía asesina existente”. Tiranía de un Chávez que todavía no controlaba ni
conocía todos los hilos del poder.
Esas fueron unas mega elecciones en las que Chávez
ganó la Presidencia contra su compadre y amigo Francisco Arias Cárdenas, quien
fue postulado nada más y nada menos que por la Causa R. La abstención fue del
43,7 por ciento de los inscritos, lo que significó más de 5,1 millones de
votos, una cifra muy superior a los 3,8 millones obtenidos por Chávez. Si
hubieran votado ganaban con amplia ventaja, sin tener que hacer alianzas con
Arias Cárdenas; hubieran podido elegir a Claudio Fermín, tercer candidato que
sólo obtuvo 171 mil votos. Por eso, cada vez que oigo que quienes votamos por
Chávez somos los culpables del desastre actual, casi me les carcajeo en la
cara.
Las mega elecciones que Maduro y parte de la oposición
democrática están proponiendo no son por lo tanto nada mega, pues les faltarían
las presidenciales, las de AN y las de concejos municipales. Estas elecciones
no tienen el respaldo de ninguna decisión de la fenecida ANC, por lo que no se
deberían hacer si respetamos aquello de que “dentro de la Constitución todo,
fuera de la Constitución nada”. Además, es público y notorio que una parte de
los partidos opositores de las elecciones de diciembre no están de acuerdo con
esta violación tan temprana de la Carta Magna. Tan temprana digo en referencia
a la decisión que debería tomar la AN para que las mismas pudieran ser
convocadas.
No comprendo la prisa opositora, pues vienen de sufrir una derrota grande por el PSUV de la que requiere recuperarse. Con ventajismo y todas las ilegalidades que sabemos, que además estarán presentes en las elecciones que vengan, sean micro o “mega”. Los comicios que tocan según la Constitución son los de gobernadores y consejos legislativos. La oposición necesita 23 candidatos y además debe tratar de acordarse en torno a los mismos. Debe acordarse también en las candidaturas a los consejos legislativos: varios centenares de candidatos. Deben derrotar a la abstención, su reto mayor. Hay que ser un tanto insensato para meterse en una contienda que incluya además a los 335 alcaldes. Creo que el gobierno quiere hacer caída y mesa limpia y no entiendo que se trabaje para permitírselo.
Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
Venezuela
LUIS A. RAPOZO, OTRO 4F, SIN CHÁVEZ, EMPOBRECIDOS Y EN CRISIS.
Son 29
años transcurridos desde aquel 4 de
febrero de 1992, Chávez y su gente se alzaron contra la Constitución para
derrocar al gobierno democrático e incluso dirigieron sus armas sobre la
Casona, en La Carlota. Y allí salió una primera dama con cojones democráticos...
Un magnicidio frustrado con más de 300 muertos entre civiles y militares. Esa
historia, la hemos echado varias veces, en esta, casi treintena de años. Lo que
si observo, es que los alzados mejoran cada año su forma de ver el
acontecimiento. Ya se parece a la gesta de la batalla de Carabobo. Ustedes
saben, que el vencedor cuenta la cosa; la escribe, la canta, la deforma y hasta
los cobardes que se mearon los pantalones en esos actos, terminan como héroes y
haciendo cosas increíbles que jamás hicieron. No me extrañaría, que un alzado
terminaría contando una historia donde él solito hubiera cambiado los
resultados, por un pelito más de heroísmo rojo. Al que le pique, que se rasque.
II
¿Qué
pasó con la revolución? Eso será analizado en el término de la distancia, pero
no precisamente por sus aduladores. No tendría valor alguno. Han pasado 22 años
continuos sentados en Miraflores, o en algún bunker, escondidos, por temor a un atentado descubierto por la
inteligencia cubana. Pero, han estado con el poder en la mano. Han perdido
apoyo popular, han tenido resistencia a su manía de querer meternos a juro,
cucharadas de comunismo mal estudiado.
Han sido corroídos por una gigantesca corrupción. Y quizás, una de las
cosas más grave, han destruido la
industria petrolera, que de ser una de las cinco empresas más importantes, en
su rublo; la han puesto a nivel de indigencia. Y con ella, a todo un país. Han
fracasado. Y siguen con el poder, gracias a una oposición desarticulada,
errática. Pero, su tiempo, ya pasó.
Perdieron
la oportunidad de lograr importantes avances, con la bonanza petrolera. Solo
financiaron los viajes de Chávez por el mundo, en su frenética creencia que
llevaba la espada de Bolívar por el mundo y persiguiendo afanosamente, un
puesto como líder mundial y propiciador de revoluciones, en el tercer mundo.
¿De qué pueden vanagloriarse? ¿Cuáles han sido sus logros? Ellos tienen la
palabra. Hay que preguntarle a la rata peluda de Rafael Ramírez, un choro
inteligente; tipos como Herman El
Troudy, otro ladrón de siete suelas, que robó en las narices de Chávez con su
cara de pendejo, bien administrada; y a todos esos babosos que han estado y
siguen en Miraflores con sus cuentas repletas de dólares. Hoy, pienso que
Chávez murió, hizo lo que le dio la gana. Y dejó a su familia millonaria, en un
país destrozado, aniquilado, paupérrimo.
III
Se
mantienen en el poder con 4 millones de votos, que asistieron a soportar su
Asamblea y ante una ausente oposición, que cantaba con pajaritos preñados, con
pajaritos en el aire, revoloteando alegremente. Sin embargo, mantener la AN con
249 diputados falsos, que no deberían estar allí y con un pueblo que no
respalda esa Asamblea realmente, es un asunto que tiene sus consecuencias. No
reflejan la realidad. En la calle, todo hiede a desgaste. ¿Quién quiere
revolución? Ustedes saben, que la juventud ha cruzado fronteras; que la gente
no está comiendo bien aquí. No digo, que come perra-harina, porque ese alimento
es muy caro. Pero si digo que no come las proteínas necesarias. Entonces, el
nivel de vida de los venezolanos está por debajo al de aquel venezolano de
1989, 1992, 1998. Cuando consiguieron los elementos, que soportaron su
alzamiento. Es decir, estamos peor, en revolución.
Cualquiera
podría imaginarse fácilmente, un gobierno que quiere mantenerse 500 años-como
dicen-, pero secándose, envejeciendo con su caparazón y haciéndose añicos con
el transcurrir del tiempo. Eso es la revolución. Un triste espectáculo, digno
de ser retratado por Steven Spilberg, para que haga una película de cómo se cae
una revolución sola.
Los
revolucionarios, están pegando gritos en la AN, en cualquier parte, pero su
fracaso se lee claramente en el mal estado de los servicios; en la ausencia de
empleos dignos, en empresas famélicas como perro moribundo, en un estado
general de deterioro, que parece un cáncer demoledor. Hoy me atrevo a decir,
que la revolución se tiró tres pedos, falta que expire. Los gritos de Maduro en
Miraflores, frente a una cámara de TV., no despiertan a la gente del 23 de
Enero; no van a parar su caída inexorable, y tampoco podrán justificar su
incapacidad en el bloqueo, por siempre. No.
-¿Qué
opinas de la revolución ,poeta?-me pregunta un vecino en la esquina de
Guanábano, mientras me tomo un cafecito-. Le miro a los ojos y le digo como le
respondería un militar en desgracia: ¡Es una mierda!
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
Venezuela
JOSÉ ÁNGEL BORREGO, EL PAÍS NECESITA LÍDERES
Ahora, como decíamos ayer, no hay líderes. Tan solo
Nicolás Maduro y pecaríamos de mezquinos desconociendo su liderazgo intramuros.
El hombre, percibido de reducido kilataje más por propios que por adversos, se
irguió a ojos vista, aun entre tanta dificultad; y antes que languidecer se ha
robustecido, no por dotes exultantes, sino por competidores inexistentes o
pigmeos. Y no solo en la oposición. Tal vez esta asimetría sea mayor dentro del
oficialismo, porque lo que no logró Chávez (un solo partido de gobierno) lo ha
gestado Maduro quedando apenas un PCV debilitado y en UCI.
Pese al amalgamiento a la brava, en ese coto rojo no
destaca un solo dirigente con característica de líder porque cuando Maduro
percibe “algo extraño” guillotina cuellos. Los más recientes degollados fueron
El Aissami y Diosdado en ese mismo orden. Jura un colega palaciego que
silenciar a El Aissami fue sugerencia de Diosdado.
En la oposición qué te cuento..! Aquél aciago 5 de
enero del 2016 cuando Ramos Allup ofreció la cabeza de Maduro selló su tumba.
Luego Borges, cual Esaú bíblico, aceptó gustoso departir ententes opíparas con
Jorge Rodríguez en Dominicana y Barbados negociando lentejas que no eran suyas.
Todo, sépase, planificado desde Miraflores por consultores de Maduro.
Lo anterior en lo político, pero tampoco existen
líderes empresariales, ni sindicales, ni gremiales, ni estudiantiles, ni
sociales ni de ningún sector respetable. Escapa lo episcopal aunque ahora
prudente y poco urticarioso. Mientras tanto, Maduro se refocila.
Llegamos hoy con apenas vestigios de aquella Venezuela
de liderazgo descollante “auto-suicidado” por minusvalías e inhibiciones
propias. Pero un país necesita líderes y es oportuno el momento para que se
postule gente idónea. No necesariamente aspirantes presidenciales. Requerimos
emprendedores con ideas interesantes; gerentes que revivan a PDVSA, influencers
que descolapsen el marasmo empresarial, profesionales que encumbren luchas
productivas, muchachos que vibren con la universidad. Hacen mucha falta.