lunes, 26 de agosto de 2019

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, LUNES 26-08-2019

ISABEL PEREIRA PIZANI: ¿QUIÉN ES RESPONSABLE DE LA EDUCACIÓN?

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 9 minutos
Ser ciudadano es resultante del ejercicio de responsabilidades. En la educación hay evidencias de que en las dos últimas décadas esta tarea ha sido controlada, monopolizada y concentrada, a nivel estratégico, dirección y visión por el Estado. Sobra decir que la educación ha sido para el socialismo del siglo XXI un tema de proselitismo, falsas y mentirosas promesas. El balance de hoy coloca nuestro sistema educativo en las últimas filas del mundo, azotado por el socialismo: escuelas abandonadas, liceos, profesores y maestros sin recursos, salarios miserables menores a 3 dólares por ... más »

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ: UNA OPORTUNIDAD, NO UNA GARANTÍA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 18 minutos
En la formación de la voluntad del electorado influyen diversos factores políticos, emocionales, comunicacionales, económicos y culturales, en una síntesis que al final, se vota por candidatos o partidos cuya imagen logre asociarse a una vida mejor, y ese suele ser el hilo rojo de las campañas electorales exitosas, el Dr. Jekyll. Una oferta de futuro y por otro lado se complementa al identificar al competidor con un infierno real o potencial. Entra en juego el Mr. Hyde llamado “campaña negra”. Los dos pensadores británicos del siglo XIX que terminaron de diseñar la democracia repr... más »

CARLOS ALBERTO MONTANER: CUBA Y VENEZUELA, LOS NUEVOS HALLAZGOS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 27 minutos
Todo sucedió el jueves pasado. Es sólo cuestión de unir los datos y extraer las conclusiones. Los gringos, en su envidiable lenguaje de síntesis, le llaman “connect the dots”. The Wall Street Journal publicó en su primera página que el gobierno de USA hablaba con las facciones antimaduristas del régimen venezolano. Se refería, en primer término, a Diosdado Cabello. El principal autor de la información fue Jose de Córdoba, un notable periodista que no empeñaría su nombre en una patraña sensacionalista. Cabello es un consumado negociante dispuesto a venderle el cadáver de su abue... más »

RICARDO VALENZUELA: ¿QUIÉNES CONTROLAN LOS GOBIERNOS? (I)

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 39 minutos
Las democracias le entregan al estado más recursos que los ineptos sistemas socialistas. Democracia siempre ha sido un espectáculo de turbulencia. Es enemiga de la libertad, de la propiedad, de la seguridad personal, siempre ha tenido corta vida y ha muerto violentamente”. John Adams Durante tiempos inmemoriales la palabra democracia ha residido en boca de cuanto demagogo aparece en escena para describirla como el elixir milagroso que cura todos los males, da de comer al hambriento, da de beber al sediento, viste al desnudo y, sobre todo, hace ricos a los políticos y sus camarillas... más »

JHONASKI RIVERA RONDÓN: EL MITO DEL SALVADOR” NACIONAL

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 49 minutos
Desde la Grecia Antigua ha existido un dilema político al que se han enfrentado en algún momento todas las democracias modernas, que a pesar de la distancia en el tiempo aun persiste con nosotros, y ese problema es el personalismo político. Tal diatriba la retrató en su momento Heródoto de la siguiente manera: “… cuando es el pueblo quien gobierna, no hay medio de evitar que brote el libertinaje; pues bien, cuando en el Estado brota el libertinaje, entre los malvados no surgen odios, sino profundas amistades, pues los que lesionan los intereses del Estado actúan en mutuo contubern... más »

JESÚS ELORZA G.: DIÁSPORA EN LOS DEPORTES

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
La diáspora es la dispersión por el mundo de grupos humanos que se han visto obligados, por distintas causas, a abandonar su lugar de origen. La palabra, como tal, proviene del griego διασπορά (diasporá), que significa “dispersión”. La diáspora, en este sentido, implica el desplazamiento masivo de grupos de personas de su lugar de origen hacia otros destinos que les ofrezcan las condiciones materiales o institucionales para hacer sus vidas y desarrollarse como individuos. La diáspora venezolana viene ocasionada por el tridente violencia, escasez y hambre, un común denominador inco... más »

ISABEL PEREIRA PIZANI: ¿QUIÉN ES RESPONSABLE DE LA EDUCACIÓN?

Ser ciudadano es resultante del ejercicio de responsabilidades. En la educación hay evidencias de que en las dos últimas décadas esta tarea ha sido controlada, monopolizada y concentrada, a nivel estratégico, dirección y visión por el Estado. Sobra decir que la educación ha sido para el socialismo del siglo XXI un tema de proselitismo, falsas y mentirosas promesas.

El balance de hoy coloca nuestro sistema educativo en las últimas filas del mundo, azotado por el socialismo: escuelas abandonadas, liceos, profesores y maestros sin recursos, salarios miserables menores a 3 dólares por mes, edificaciones y servicios en deplorable estado. Las 50 universidades autónomas en desgracia, éxodo de docentes por la pobreza, presupuestos recortados mezquinamente, al igual que el mantenimiento de las instalaciones, laboratorios cerrados por carencias de todo tipo. La formación para el trabajo, lo más requerido por las clases populares, completamente inexistente, sin recursos y sin perspectivas. La única acción heroica es Fe y Alegría y algunas organizaciones privadas. El INCE creado por Luis Beltrán Prieto Figueroa degradado, una logia de adoctrinamiento socialista improductivo y corrupto.

Frente a esta debacle, el régimen ha erigido un monstruoso esperpento mal nombrado educación bolivariana. Otorga diplomas y títulos sin ninguna constancia de calidad académica, desconectado del desarrollo tecnológico, económico y humanístico que priva hoy en el mundo. La educación bolivariana ha sido la obra de un régimen militarizado ignorante de que los seres humanos se mueven por sus capacidades, sus conciencias y no por la estricta obediencia que reina en sus cuarteles. En el gasto público, el Ministerio de la Defensa recibe créditos por 36.131.051.079.471,30 bolívares, 35% más que los asignados al Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, 26.670.124.603.782 bolívares y 17 veces más recursos que la agricultura, que solo percibe 2.101.194.320.783 bolívares.

Hoy, las perspectivas de cambio político abren nuevas oportunidades. Plenamente conscientes de la necesidad de reconstruir el país y comprometernos con la educación, única vía para garantizar que la igualdad de oportunidades se convierta en una realidad para los sectores de menores recursos. En una etapa inicial habrá que velar acuciosamente por la salud y alimentación de infancia y adolescentes, huestes que han sufrido los embates del hambre en los últimos 18  años. Hay que internalizar la situación de las universidades e instituciones de educación superior. En 2001 los recursos aprobados para la UCV, por ejemplo, representaban 1,37% del presupuesto de la nación, cifra que se redujo a 0,35% en 2017. Este año es de 0,1%. La formación docente necesita un lugar privilegiado, tienen que ser los trabajadores mejores pagados de nuestro presupuesto, junto con el personal de salud. La formación para el trabajo demanda un esfuerzo ingente, valoremos la experiencia de 60 años de Fe y Alegría, tal como señalaba el padre Vélaz, su fundador: Fe y Alegría comienza donde termina el asfalto, nuestras escuelas están insertas en esas comunidades, dan herramientas a nuestros estudiantes, es un punto de luz y esperanza para esta Venezuela necesitada de técnicos.

No se puede aplazar la responsabilidad de crear un sistema de formación para el trabajo acorde con los más altos requerimientos técnicos, que integre al trabajo y a la ciudadanía a los millones de jóvenes venezolanos que hoy subsisten en la miseria, tentados por las drogas y la delincuencia. Según Paul Johnson, “la principal ventaja económica de Japón   para alcanzar su prodigiosa industrialización es un gran acervo de tecnología intermedia muy desarrollada, con centenares de miles de artesanos hábiles y una tradición de disciplina de taller que se remontaba a muchos siglos” producto, como señala, de la claridad de las élites y de un consenso nacional sobre la dotación de capacidades como clave para el crecimiento.

En la educación tiene que ocurrir una cambio de narrativa, imposible abandonar la responsabilidad en el Estado, en las burocracias y los regímenes de turno, si queremos un país distinto,  próspero y con libertad, los ciudadanos tienen que reinventar el sistema educativo, integrar educación pública y privada, sinergia para alcanzar los objetivos más preciados. Fin de la pretensión monopólica del Estado en la educación, obligada participación de  intelectuales, empresarios, industriales, comerciantes, agricultores, ganaderos, pescadores, mineros, gremios profesionales, sindicatos y organizaciones informales, en la construcción de un sistema educativo que muestre la dignidad de ser venezolano.

Convertir la educación en la clave del progreso técnico y humanístico es una responsabilidad indelegable de cada uno de nosotros y de las instituciones legítimas, sin excusas.

Isabel Pereira
@isapereirap

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ: UNA OPORTUNIDAD, NO UNA GARANTÍA

En la formación de la voluntad del electorado influyen diversos factores políticos, emocionales, comunicacionales, económicos y culturales, en una síntesis que al final, se vota por candidatos o partidos cuya imagen logre asociarse a una vida mejor, y ese suele ser el hilo rojo de las campañas electorales exitosas, el Dr. Jekyll. Una oferta de futuro y por otro lado se complementa al identificar al competidor con un infierno real o potencial. Entra en juego el Mr. Hyde llamado “campaña negra”. 

Los dos pensadores británicos del siglo XIX que terminaron de diseñar la democracia representativa tal como la conocemos, Jeremías Bentham y John Stuart Mill, plantean que los seres humanos buscan con sus actos, placer, beneficio personal y familiar, y a esto se llamó utilitarismo. Bentham escribe que “la libertad… tiene valor solo en cuanto constituye medio para conseguir la felicidad”. El aparataje de una campaña electoral bien concebida debe inducir en la mente de los electores a Mr. Hyde y el Dr. Jekyll. 

 Marx, cuyo esquema político es primitivo comparado con contemporáneos mucho menos celebrados, quedó estupefacto en 1848 cuando presenció la primera votación directa, universal y secreta conocida, que eligió a Luis Napoleón en Francia. Para él todo régimen burgués era una dictadura, y su brújula enloqueció cuando la clase obrera, “la mayoría social explotada”, votó en masa por éste, mientras los comunistas quedaron reducidos a una demacrada minoría. A Marx le pareció casi un acontecimiento mágico. 

Para su despecho una mayoría social “proletaria, explotada, miserable”, que solo podía perder las cadenas, se ponía al servicio de sus enemigos y no era capaz de hacerse mayoría política a través del proceso electoral que convierte sufragios en curules, es decir, en poder. Contentarse porque los estudios de opinión arrojen que 80 ó 90% desea salir del actual gobierno, debería ser estímulo suficiente para concurrir a una elección porque son muy altas las posibilidades de ganarla, si se tiene la capacidad suficiente. 

Mayorías social y política

Y si no es por el voto y las curules que tornan mayoría social en mayoría política, aquella es una ficción que sirve de poco. Las mayorías políticas hay que construirlas, no están dadas por simpatías estadísticas, sino son un proceso productivo que requiere recursos económicos y humanos, partidos, una campaña electoral sólida, habilidad política, estudios técnicos de opinión, una maquinaria de testigos en las mesas que recabe las actas. Y la moralización de los electores para que concurran en situaciones adversas y ganen. 

En veinte años la sociedad ha fracasado varias veces en estos principios básicos, pero también fue exitosa cuando lo hizo bien, como en 2015. La experiencia real acumulada es que ninguna (enfatizo: ninguna) de las denuncias de fraude ha podido respaldarse con el elemento esencial, los recibos, que son las actas. Y la misma experiencia señala que cuando se tienen la victoria se logra no importa el ventajismo de gobierno. Eso lo vimos el año pasado en Zulia, Táchira, Mérida, Anzoátegui y Nueva Esparta. 

En mayo de 2018 tuvimos la demostración más palmaria e insólita, digna de estudio por tratarse de un hecho incomparable, de como la incompetencia estratégica puede impedir que una amplia mayoría social se convierta en mayoría política, sugiere Adriana Morán. Este caso es tan increíble que merecerá estudios por ser modelo de suicidio de un liderazgo y se han dado argumentos tan pueriles como que a los decisores no les gustaba el candidato. 

En otras palabras, que era preferible el triunfo de Maduro. Demostramos incapacidad para dar una exitosa batalla electoral, como si ha ocurrido en otros países de la región, pese a la proclama de ser mayoría. Y tampoco hemos sido suficientemente hábiles para negociar con el gobierno y hasta eso han tenido que asumirlo los norteamericanos, tal como se supo recientemente. 

Rendirse mata

Las primarias argentinas del domingo ilustran lo que hemos dicho. Macri triunfa sobre el peronismo en 2015 porque representó una esperanza de cambio para mejorar la vida de la gente. Pero desde hace por lo menos dos años se observa que su deriva podía conducirlo a la derrota, porque no enfrentó los desarreglos estructurales que envilecen la sociedad, empezando por la inflación, lo que se suma a su inexperiencia política. 

Las mayorías no son estables sino efímeras y la capacidad de los líderes se prueba precisamente al mantenerlas. El haber rechazado el financiamiento del FMI que le hubiera permitido suavizar los efectos del ajuste para emprender la reforma estructural de la economía, siempre lució como una excentricidad que salió muy cara, particularmente para alguien que se enfrenta a un monstruo con el arraigo popular del peronismo. 

La eventual pérdida de la mayoría política en las elecciones de octubre debería ser una lección. Mantener el poder o cualquier parcela de felicidad, como diría, Bentham, obliga a tejer acuerdos, arreglar disputas, conciliar diferencias, pero no para medrar sino para realizar eficientemente los objetivos de la acción, la conquista de mayor bien. Pero la libertad es una oportunidad, no una garantía. Y todo se puede perder. 

Carlos R. Hernández
@CarlosRaulHer

CARLOS ALBERTO MONTANER: CUBA Y VENEZUELA, LOS NUEVOS HALLAZGOS

Todo sucedió el jueves pasado. Es sólo cuestión de unir los datos y extraer las conclusiones. Los gringos, en su envidiable lenguaje de síntesis, le llaman “connect the dots”. 

The Wall Street Journal publicó en su primera página que el gobierno de USA hablaba con las facciones antimaduristas del régimen venezolano. Se refería, en primer término, a Diosdado Cabello. El principal autor de la información fue Jose de Córdoba, un notable periodista que no empeñaría su nombre en una patraña sensacionalista.  

Cabello es un consumado negociante dispuesto a venderle el cadáver de su abuela a la McDonald´s. Eso lo saben perfectamente los estrategas de Washington, especialmente Mauricio Claver-Carone, el principal asesor de la Casa Blanca para América Latina, o “Comeniños”, como lo designan los maduristas en su paranoica jerga clandestina.

Simultáneamente, la agencia Reuters publicó un extenso análisis de las relaciones militares entre Cuba y Venezuela. Los papeles estaban basados en dos documentos firmados entre Caracas y La Habana que demuestran algo que la académica María Werlau ha dicho, explicado y sostenido mil veces: la Venezuela de Nicolás Maduro sólo se sostiene gracias a la siniestra ayuda de la inteligencia y contrainteligencia de la metrópolis cubana. 

Esa noche del jueves 22 de agosto se presentó en Miami, en la sede del Interamerican Institute for Democracy, un libro escrito por su Director Ejecutivo, Carlos Sánchez Berzaín, titulado Castrochavismo, cuyo subtítulo revela y resume el contenido de la obra: “Crimen organizado en las Américas”. Lo que, al mismo tiempo, sugiere la forma de enfrentarse a ese fenómeno delictivo: recurrir a la Convención de Palermo para combatir las mafias.  

CSB sostiene que la cuestión ideológica ha pasado a un segundo plano y los países del “Socialismo del siglo XXI” –Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, puesto que Ecuador se dio de baja del cártel tras la elección de Lenin Moreno- se dedican al narcotráfico, la extorsión, el asesinato, la tortura y el apresamiento o exilio de opositores. Esas actividades, que incluye, si es necesario, la creación de “oposiciones funcionales”, las ocultan tras un falso manto democrático creando las primeras “dictaduras electorales con lenguaje de izquierda” que recuerda la historia del continente. 

Bruno Rodríguez, el canciller cubano, niega (inútilmente) que Cuba se haya fagocitado a Venezuela. ¿Cómo Cuba puede ser la cabeza de ese tinglado si se trata de una nación muy pobre, totalmente improductiva, ocho veces más pequeña, de la que huyen todos los que pueden, que ha vivido adosada a la URSS, a Venezuela, y que sobrevive alquilando profesionales en el extranjero o de las migajas de las remesas de sus cientos de miles de emigrantes? 

Muy sencillo. Cuba aprendió de la URSS cómo sujetar a un país por medio de sus servicios militares. Entre 1960 y 1963 unos cuarenta mil interventores soviéticos montaron en Cuba el satélite de Moscú. Cuba, además, cuando desapareció el subsidio soviético, a partir de 1991, desarrolló un sistema de gobierno que principalmente beneficia a los mandos uniformados: el “Capitalismo Militar de Estado”.  

Cuba lo tenía todo: el salivero ideológico, el sistema económico y los operadores satisfechos (los mandos militares), que garantizaban que el poder seguiría siendo detentado por la cúpula dirigente permanentemente. No sólo vendían la dictadura llave en mano: agregaban la asesoría militar para impedir que el gobierno se escapara de las manos.

Naturalmente, “el modelo cubano” significaba el empobrecimiento progresivo del país y la “tugurización” o “haitianización” de la base de sustentación material, pero esas circunstancias carecían de importancia para los que mandaban. Ellos podían vivir en una burbuja artificial de comodidades y recursos. 

Pero lo más grave de esa pesadilla de pobreza y brutalidad es que el “modelo cubano”, tiene que crecer a expensas de otras sociedades. Cuba necesita exportar su revolución para poder sobrevivir. Ese era el objetivo cubano del Foro de Sao Paulo. La mercancía que ofrece a cambio es su propio ejemplo: sesenta años de férreo control de una pobre gente que ha perdido cualquier vestigio de libertad. 

Ojalá América Latina reaccione y sea capaz de “connect the dots”. En ello les va la vida.

Carlos Alberto Montaner 
@CarlosAMontaner 

RICARDO VALENZUELA: ¿QUIÉNES CONTROLAN LOS GOBIERNOS? (I)

Las democracias le entregan al estado más recursos que los ineptos sistemas socialistas. Democracia siempre ha sido un espectáculo de turbulencia. Es enemiga de la libertad, de la propiedad, de la seguridad personal, siempre ha tenido corta vida y ha muerto violentamente”. John Adams

Durante tiempos inmemoriales la palabra democracia ha residido en boca de cuanto demagogo aparece en escena para describirla como el elixir milagroso que cura todos los males, da de comer al hambriento, da de beber al sediento, viste al desnudo y, sobre todo, hace ricos a los políticos y sus camarillas. En México, todas nuestras esperanzas estuvieron depositadas en esa diosa milagrosa a la que habíamos rezado con gran devoción apostando nuestro futuro. Pero ¿Qué es lo que nos ha surtido? Al Peje con este nuevo castillo de los monstruos desde la Gordillo hasta Noroña.    

James Dale Davidson en su libro, “El Individuo Soberano”, hizo grandes enemigos afirmando que la democracia es gemela del comunismo y, sobre todo, es más peligrosa porque en este esquema se permite al individuo la creación de riqueza que luego el estado confisca para acrecentar su poder. Por eso, la democracia es el camino más corto hacia el socialismo. 

En los sistemas socialistas se puede hacer y deshacer dentro de sus fronteras sin que nadie pueda protestar. En el caso de las democracias es menos obvio porque nos sembraron la idea que era la gran enemiga del comunismo, pero, profundizando un poco, nos daremos cuenta que tienen mucho en común. Ambos facilitan y promueven el control de recursos para el gobierno. La diferencia es que las democracias le entregan al estado más recursos que los ineptos sistemas socialistas. Las democracias permiten a individuos crear riqueza y, cuando ha sido concebida, el estado, a través de criminales impuestos, toma la mayor parte y cada día se fortalece.

Comparada con el comunismo la democracia ha sido un esquema eficiente. Pero cotejada con otros medios en capacidad para creación de riqueza como el genuino laissez-faire incrustado en Hong Kong o Singapur, la democracia dirigida por la plebe y con sus impuestos pretorianos muestra su ineficiencia. Entonces, lejos de poder afirmar el estado democrático fue el triunfador de la guerra fría, es más preciso proclamar que hemos visto su fraternal gemelo, el comunismo, morir de vejez. Pero ¿realmente ha muerto? ¡tal vez no! Pero la misma revolución mega política que finalmente matará al comunismo, es seguro que también destruya el estado democrático del bienestar como lo hemos conocido.  

Para llegar a una conclusión razonada en este tema, debemos entender dónde se ubica el control de los gobiernos. Siempre escuchamos diferentes opiniones definiendo la infinidad de actores a quienes se les adjudica tal control. Sin embargo, es muy raro escuchar acerca de gobiernos controlados por sus clientes. Observando el gobierno como una entidad económica que se dedica a vender protección, nos lleva a analizarlo en términos económicos en lugar de análisis políticos. Utilizando este enfoque hay tres alternativas básicas para establecer ese control, cada una con diferentes formas de incentivos: propietarios, empleados y clientes.

Hay casos raros de gobiernos controlados por sus “dueños” que usualmente han sido heredados a líderes que, para todos propósitos, son dueños de sus países. El sultán de Brunéi es el ejemplo clásico. Los líderes de estos gobiernos tienen el incentivo de reducir el costo de proporcionar protección y del monopolio de la violencia en una determinada área. Pero mientras su control esté seguro, no tienen incentivo para reducir precios (impuestos) abajo del nivel que optimiza sus ingresos.

En el caso de control de los empleados es fácil detectar sus incentivos. Cuando son controlados por burócratas tienden a incrementar ridículamente el empleo y se oponen a medidas que lo puedan reducir, no importa que los flujos no lo sostengan. No tienen incentivo para reducir las cantidades extraídas para protección ni para reducir ese costo representado por el precio del trabajo (sus salarios y negocios). Pero, cuando las condiciones imponen, hay también gran resistencia al aumento de precios (impuestos) y permiten que los ingresos declinen por debajo de los sus incontrolables gastos. Es decir, sus incentivos son causa de la producción de déficits crónicos—que a una empresa privada la llevarían a la quiebra mientras que, en el gobierno de propietarios, similar a las empresas, tratan de minimizarlos a base de eficiencia.

¿Ha habido gobiernos controlados por sus clientes? Por supuesto, y el mejor ejemplo fueron las repúblicas comerciales de la edad media como Venecia en donde un grupo de comerciantes que requerían protección controlaron el gobierno durante siglos. Eran clientes genuinos que pagaban por su protección cuando todavía era la única actividad del gobierno. Ellos no buscaban obtener ganancias mediante su control, solo que protegieran las condiciones de su comercio y sus negocios. En otros ejemplos tenemos las repúblicas con poderes limitados como fue la de EU al inicio de su historia. En aquella época en los EU solo aquellos que pagaban para mantener al gobierno, el 10% de la población, se les permitía votar.

Los gobiernos controlados por sus clientes tienen incentivos para reducir sus costos de operación. A diferencia de los controlados por empleados o propietarios, establecen como política el reducir los precios de su producto. Cuando eso sucede, son delgados, eficientes, mantienen bajos costos de operación, manejan sus asuntos con productividad, tienen pocos empleados, impuestos bajos y buen servicio. Ellos establecen niveles de impuestos no para optimizar los ingresos del gobierno, sino por el número de clientes que pretenden atraer y retener. Como cualquier empresa en los mercados, son presionados mediante competencia para reducir los precios que cargan y operar con gran eficiencia ofreciendo mejores productos.

En los gobiernos democráticos el control por sus clientes es ya historia, porque nuestra cultura política considera un ultraje que decisiones en ciertos temas se tomen de acuerdo solo con quienes pagan las cuentas. Imaginemos la furia de la gente si un presidente propusiera que aquellos que pagan la mayor parte de impuestos, decidieran cuales programas pueden continuar o cual grupo de empleados se debería despedir. Esta sería una gran ofensa a las “expectativas democráticas” de permitir a los empleados decidir las políticas nacionales en esas cavernas en donde habitan las burocracias.

Imaginemos que alguien va a comprar un auto. Al llegar a un acuerdo, el vendedor toma el dinero para luego ignorarlo y consultar cómo se debe gastar. Pasa luego a informarle que él no merece el auto y será entregado a quien realmente lo necesita. Porque esto es lo que sucede en tratos con gobiernos y nos demuestra que los que los mantienen, no tienen absolutamente nada de control. La desgracia de nuestro tiempo es que los gobiernos democráticos son controlados por sus empleados en sociedades con sindicatos y otras organizaciones que giran alrededor del astro rey, provocando todos los problemas listados en la teoría del Public Choice, costos incontrolables, corrupción, déficits, endeudamiento, impresión de moneda, inflación, pobreza, porque sus políticas fiscales son decididas por los empleados que, en conjunto, son realmente sus dueños. Y esto nos está llevando por esa ruta directa hacia la servidumbre.

Ricardo Valenzuela 
chero@refugiolibertario.tv
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@elchero