jueves, 4 de julio de 2019

ACTUALIZACIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, VIERNES 05-07-2019

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: LA CONSPIRACIÓN DE LOS SENSATOS

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 8 minutos
Tras cada nueva comprobación del horror que nos acogota, la pregunta cae puntual, infaltable, filosa: “¿y ustedes todavía creen en la salida política?”. Desde las trincheras de la sensatez y contra el abrasivo envión de la indignación, la respuesta tiende a ser una constante: sí, no hay opción más inteligente que la de seguir apelando a la política para desactivar la aberración, la anomalía que los mandamases normalizan. La de los sensatos es porfía cruzada por el convencimiento de que no se puede atajar la crisis con más crisis, que es inhumano pretender conjurar el naufragio con ... más »

ELIDES J. ROJAS L.: ENTRE DECIR Y HACER…

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 18 minutos
Para el chavismo es fundamental la perorata. Hablar mucha paja, por largas horas y diariamente fue el estilo impuesto por el comandante muerto, copiado sin mayor éxito desde el punto de vista de popularidad por Maduro, aunque sí se debe admitir que es un ganador en fastidio, aburrimiento y repetición. Es la cháchara uno de los secretos del eje propagandístico del régimen durante los 20 años que llevan montados en la silla de Miraflores o en la cueva de Fuerte Tiuna. Pero, es necesario aclarar, que mientras aumenta la guerra de papilas locas, más se abre la brecha entre lo dicho y l... más »

CARLOS BLANCO: NICOLÁS, LA MUERTE ES TU ÚNICA Y ÚLTIMA ALIADA

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 26 minutos
Escribo estas líneas en homenaje a un militar patriota, asesinado mediante torturas atroces por la pandilla criminal en el poder, el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo. ¿Por qué un proyecto político como el de Chávez y Maduro derivó hacia el crimen como forma de sostenerse? Pero, sobre todo, ¿por qué una vez perdido el apoyo social, en vez de dar un paso al costado para rehacerse, se empeñó en seguir? ¿Por qué esos personajes del poder devinieron en desenvueltos criminales? Hay explicaciones variadas sobre cómo unos supuestos “luchadores sociales” se transforman en desnudos ... más »

JOSÉ ANTONIO GIL YEPES: ANARQUÍA Y GOBIERNO

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 42 minutos
Una situación anárquica no sólo se trata de falta de gobierno sino también de otras instituciones o normativas y de quien las respete. La anarquización de Venezuela ha tenido como simientes la mezcla inclusa de razas y la disparidad entre los fines propuestos por las dirigencias y la insuficiencia de medios para alcanzarlos. De allí los desempleados, empleos informales, sueldos que no alcanzan, abstención electoral y la búsqueda de mesías que nos salven de la incoherencia entre un país rico y ser pobre. El último mesías fue Chávez: la gente estaba harta, pero no sabía que el remedio ... más »

CLAUDIO FERMÍN: ¿SUPERARÁ EL DIÁLOGO LA INDIGNACIÓN NACIONAL?

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
Indignación y dolor en todo el país por la espantosa muerte del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo. Detenido desde el 21 de junio y presentado ante un tribunal siete días después en estado de postración, impedido, fallece a las pocas horas el 29 de junio. Todo apunta a un asesinato, una muerte consecuencia de torturas en su reclusión de esa trágica semana. El gobierno ha solicitado investigar este hecho. No sabemos si la Fiscalía tendrá acceso a esa caja negra en que se han convertido los asuntos de los presos políticos, pero independientemente de los resultados de esa inv... más »

TRINO MÁRQUEZ: ESTADO DE TERROR

Unknown en EL REPUBLICANO LIBERAL II - Hace 1 hora
El régimen aspira a reducir el asesinato del capitán Rafael Acosta Arévalo y la amputación de los ojos del joven Rufo Chácon, a censurables excesos de unos funcionarios de la Dgcim y de unos policías de PoliTáchira. Pretende hacer creer que detrás de esos abominables hechos no hubo una orden superior, una cadena de mando y una política global dirigida a aniquilar a oficiales acusados de sedición e inocular miedo en todos sus compañeros de armas. O que, en el caso de Rufo, no hubo el mandato de reprimir sin contemplaciones a manifestantes de zonas populares que protesten por las se... más »

MIBELIS ACEVEDO DONÍS: LA CONSPIRACIÓN DE LOS SENSATOS

Tras cada nueva comprobación del horror que nos acogota, la pregunta cae puntual, infaltable, filosa: “¿y ustedes todavía creen en la salida política?”. Desde las trincheras de la sensatez y contra el abrasivo envión de la indignación, la respuesta tiende a ser una constante: sí, no hay opción más inteligente que la de seguir apelando a la política para desactivar la aberración, la anomalía que los mandamases normalizan. La de los sensatos es porfía cruzada por el convencimiento de que no se puede atajar la crisis con más crisis, que es inhumano pretender conjurar el naufragio con más naufragio. Que dar la espalda a lo que nos define para hundirnos en el marasmo identitario del Gran Otro, la lógica amigo-enemigo, sólo propone involución. 

Pero es época de mezquindad tribal, de nervio expuesto y afición por la mordedura; es obvio que la cautela no tiene el sex-appeal que adorna a la exaltación. La plusvalía política de la ira es algo que hoy manosean los extremos con la misma pericia con la que los verdugos del Terror revolucionario, Robespierre, Marat, Couthon o Saint-Just antes lo hicieran. Una guillotina aceitada por el aggiornamento y tan feroz como sus primeros operarios termina interponiéndose entre el problema y su masticado remedio, como si plantarse ante lo inaceptable implicase necesariamente prescindir de la razón. La promesa del desenlace rápido es añagaza tentadora para una sociedad agusanada por la polarización, sí, desvalijada por la frustración. Pese a ello, sobran ejemplos de que tales trampas no son ineludibles. 

Frente al desafuero, templanza… pero, ¿cómo hacerlo? El debate a santo de la visita del premio Nobel de la Paz 2015, Hassine Abassi, brinda luces al respecto. El caso de Túnez, lugar donde despunta la Primavera Árabe, ilustra el complejo proceso que inauguró la caída en 2011 del dictador Zine El-Abidine Ben Ali. Un tránsito hacia una democracia condenada a priori por el colapso sistémico y la tarasca de la guerra civil, auguraba todo menos estabilidad. Pero en contraste con la sinrazón que cundió en países de una región entrampada por la anarquía, los apetitos desordenados, las tirrias ancestrales, el caso tunecino brilla por su excepcionalidad. Una sociedad civil comprometida con la consolidación de transformaciones desde la base y resistente a la seducción de los atajos, demostraba así que “la mejor y más duradera solución es un diálogo político entre factores en conflicto”. 

Para los promotores del gran acuerdo nacional no fue fácil, cuenta Abassi; “no faltó quien me recriminara que jugara ese papel, tuve que armarme de paciencia y perseverancia”. Lo cierto es que la desconfianza termina diluyéndose frente al aplomado tesón del Cuarteto para articular intereses de los diversos sectores del país, todos pinchados por la aspiración de decidir los giros del propio destino. Tomar consciencia de la proximidad y hondura de la fosa cavada por la entropía fue crucial, claro. “Túnez está en peligro”, la solución está en manos de sus hijos e hijas: allí un mensaje capaz de remover las trabas impuestas por la polarización, por la tiranía del determinismo. “O nos callamos y aceptamos la circunstancia, o asumimos nuestra responsabilidad como ciudadanos”. 

El moderado, escribió una vez Norberto Bobbio, “atraviesa el fuego sin quemarse, las tormentas de los sentimientos sin alterarse, conservando la propia medida, la propia compostura, la propia disponibilidad”. A esas mismas candelas nos remite el testimonio del Secretario General de la Unión General Tunecina del Trabajo, las de una serenidad que sin embargo no prescinde del vigor característico de quien se ha propuesto aplicar cincha de sentido común al desafuero. 

¿Qué lección podemos extraer los venezolanos de la experiencia ajena? La más importante, que urgido por la perspectiva de ese atasco producto de la estéril, aparentemente irresoluble confrontación entre sectores ensimismados y ganados por la idea de la aniquilación del otro, al centro político incumbe hablar en voz alta, sumar, presionar, exigir, organizarse para promover cambios en paz. 

Víctor Álvarez nos premia con una certeza: necesitamos una “conspiración de los sensatos”. Tras el desbarro de la estrategia insurreccional, la profundización de amenazas en el segundo semestre de 2019 -en lo económico, el vencimiento de las licencias de operación en Venezuela de empresas como Chevron, así como el segundo pago del bono Pdvsa 2020; en lo político, el eventual reto que para una AN apalancada en el liderazgo de Guaidó significará la elección de directiva en último año de ejercicio- nos pide actuar conforme a la evidencia, hacer cálculo responsable de haberes y costos, separar el exuberante deseo de la siempre restrictiva realidad. 

La sensatez, envés de la locura, indica que sin acuerdos mínimos, un futuro que ya es bastante incierto podría complicarse aún más. Lo otro es aferrarse al controvertible hábito de suicidarse una y otra vez, sin que haya ninguna garantía de resucitar en el próximo tramo. 

Mibelis Acevedo D.
@Mibelis

ELIDES J. ROJAS L.: ENTRE DECIR Y HACER…

Para el chavismo es fundamental la perorata. Hablar mucha paja, por largas horas y diariamente fue el estilo impuesto por el comandante muerto, copiado sin mayor éxito desde el punto de vista de popularidad por Maduro, aunque sí se debe admitir que es un ganador en fastidio, aburrimiento y repetición. Es la cháchara uno de los secretos del eje propagandístico del régimen durante los 20 años que llevan montados en la silla de Miraflores o en la cueva de Fuerte Tiuna.

Pero, es necesario aclarar, que mientras aumenta la guerra de papilas locas, más se abre la brecha entre lo dicho y lo hecho, entre la pajística y la realidad. Es otra característica del chavismo esa manía de rodear de parafernalia mediática cualquier habladera de tonterías. En ese aspecto el recurso clave es la cadena nacional. Arranca con musiquita, sigue con el caballito revoltoso, imágenes del comandante etéreo y así, para comenzar la faena con Maduro siempre sentado, puede estar rodeado o no de chavistas, prometiendo, prometiendo y prometiendo, denunciando a la oposición, atacando al imperio, insultado a diestra y siniestra hasta la segunda o tercera hora cuando dará por terminada la jornada de trabajo. Es una rutina diaria. A eso de las seis de la tarde comenzará el fastidio, dejando liquidados todos los programas de televisión y radio de esa hora. Hasta que quiebren también, como ha ocurrido con casi 150 medios de comunicación en todo el país. Es que es difícil sobrevivir en medio de este machorreo cubano. Nadie produce, nadie anuncia. Esa es la clave de la muerte de los medios venezolanos. Ni siquiera las diferencias y choques con el poder. Es economía africana matando todo pura y simplemente. 

Y es en esta merengada de palabrerías, consignas pavosas y llamados a morir rodilla en tierra, donde se genera la diferencia terrible entre la lengua desatada y los hechos concretos. Veamos alguito. 

“Vamos a convertir a Venezuela en una potencia económica. Venezuela potencia”. La verdad: un país paupérrimo, pobrísimo, oscuro, hambreado. Un país donde la gente prefiere no estar, de donde la gente huye. 

“Venezuela será autosuficiente en materia de alimentos. Produciremos hasta para exportar”. La verdad: Venezuela ahora mismo es conocida en el mundo por su hambre, por sus carencias, por su escasez. El comunismo a la cubana ha sido la clave de la destrucción. 

“Yo mismo me encargaré personalmente de la economía, dijo Maduro”. La verdad: no puede estar más destruida. En Venezuela casi ya no hay industria ni comercio, casi ni quedan emprendedores. Y la banca al borde de la cuarta crisis financiera de este régimen. 

“Le torceremos el cuello al dólar, a los especuladores del mercado negro”. La verdad: Han pasado por el bolívar de siempre, el bolívar fuerte y el bolívar soberano. Un rotundo fracaso supera al anterior. Un régimen de fracasados en gestión. Solo han sabido hacerse ricos. Y la gente, lo que ellos llaman pueblo mientras se babean, muriendo de hambre y pasando roncha de la buena. 

“Ahora Pdvsa es de todos. Se acabó la caja negra”. La verdad: El chavismo quebró a Pdvsa. Lo que parecía imposible lo hicieron en menos de 20 años. De ser una de las empresas más importantes del mundo y sustento del país, pasó a ser una teta para los cubanos y sustento de mafias y corruptos. Ya no produce ni gasolina y petróleo ahí ahí, a empujones. 

“Tendremos a red hospitalaria más importantes del mundo, con la ayuda de los cubanos” La verdad: Ir a un hospital venezolano, salvo los privilegiados centros de salud de los militares, es comprarse casi el boleto entero para pasar el páramo en escarpines. No hay edad para ser víctima en esta área. Y al chavismo le sabe a monte lo que pase con la gente. Para eso hay cadenas y tiempo para hablar a gañote limpio y sin vergüenza. 

“Con la asistencia de Cuba, levantaremos el sistema educativo más avanzado del mundo”. La verdad: Mediocres y más mediocres es el promedio de producción de la educación nacional. Ya ni exámenes hay, ya ni siquiera hay repitientes. Ya ni siquiera hay profesores. Lo que sí hay es docentes muriendo de hambre, sobreviviendo con el equivalente a 10 dólares al mes. 

Para no perder detalles no se pierda esta misma semana, las cadenas de Maduro, Con El Mazo Dando, de Cabello. O los programitas de anclas piratas de VTV. 

Paja, paja de verdad. 
Elides Rojas
elidesr@gmail.com 
Twitter: @ejrl

CARLOS BLANCO: NICOLÁS, LA MUERTE ES TU ÚNICA Y ÚLTIMA ALIADA

Escribo estas líneas en homenaje a un militar patriota, asesinado mediante torturas atroces por la pandilla criminal en el poder, el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo.

¿Por qué un proyecto político como el de Chávez y Maduro derivó hacia el crimen como forma de sostenerse? Pero, sobre todo, ¿por qué una vez perdido el apoyo social, en vez de dar un paso al costado para rehacerse, se empeñó en seguir? ¿Por qué esos personajes del poder devinieron en desenvueltos criminales?

Hay explicaciones variadas sobre cómo unos supuestos “luchadores sociales” se transforman en desnudos criminales: unas ligadas a la “banalidad del mal”; otras, a las ansias de poder; algunas, a la ceguera de los poderosos. Sin embargo, hay una explicación más política y –creo– más horrible.
En Venezuela hay una confederación criminal que asumió el poder. Chávez y Maduro sumaron al bichaje de las FARC, ELN, cubanos, Hezbolá, rusos, narcotraficantes y tratantes mineros, representantes del bandidaje nacional e internacional. Comparten territorio, recursos, protección militar y narrativa “patriótica", con los restos exangües del Estado como vaca lechera y tapadera de las mafias.

Una vez perdido el apoyo popular y el apoyo internacional más relevante, a Maduro no le quedaban sino dos opciones: rehacer su movimiento mediante redefiniciones y depuraciones, lo cual implicaba el riesgo de perder el poder, o concentrarse en mantenerlo a toda costa. Adoptó este último camino, entre otras razones, porque los socios de su corporación criminal no están dispuestos a la derrota bajo ningún concepto. Los implicados en narcotráfico, terrorismo, corrupción y violaciones sistemáticas de los derechos humanos saben que no tienen salvación en este mundo globalizado. El perdón de los poderes internacionales puede ocurrir; pero el de los venezolanos… muy difícil.

Sin apoyo populary sin recursos, con las FAN descompuestas y muchos militares jóvenes en abierta rebelión, lo único que le ha quedado a Maduro, con su corte criminal, es la represión, la tortura, la ilegalidad, las ejecuciones extrajudiciales; en fin, la muerte.

Maduro no va a negociar nada porque ni quiere ni puede. No quiere porque es el legado ideológico y político de Chávez; no puede porque la corporación criminal no perdona un momento de locura. Así se entiende mejor la payasada de Oslo que emplea como tenteallá cuando tiene el agua al cuello y después desecha con la apariencia de seguir interesado.

Torturar, matar y perseguir sustituyeron cualquier idea de política pública. El tinglado de Padrino, Hernández Dala, el Maikel, es para encubrir el crimen. Esta operación del crimen globalizado no saldrá sino por una acción de las fuerzas democráticas también globalizadas.

Carlos Blanco
@carlosblancog

JOSÉ ANTONIO GIL YEPES: ANARQUÍA Y GOBIERNO

Una situación anárquica no sólo se trata de falta de gobierno sino también de otras instituciones o normativas y de quien las respete.
La anarquización de Venezuela ha tenido como simientes la mezcla inclusa de razas y la disparidad entre los fines propuestos por las dirigencias y la insuficiencia de medios para alcanzarlos. De allí los desempleados, empleos informales, sueldos que no alcanzan, abstención electoral y la búsqueda de mesías que nos salven de la incoherencia entre un país rico y ser pobre.
El último mesías fue Chávez: la gente estaba harta, pero no sabía que el remedio sería peor que la enfermedad. Chávez agravó la anarquía mediante la polarización y el odio de clases, bajo un manto de seda: el reparto de la riqueza evitando reducir la pobreza. Desaparecido el autócrata, aparece Maduro, sustituto preferido por intereses extranjeros por encima del sucesor natural, Cabello, y mediante dos elecciones cuestionadas por sus contendores, Capriles y Falcón. El amortiguador del caos, se acabó por la destrucción de la producción privada, la caída de los precios petroleros, la aceleración de la corrupción y la tozudez del gobierno en no cambiar sus políticas. Los resultados son tan catastróficos que un 80,2% de los venezolanos aspira a que este año cambie el gobierno. Pululan las protestas y 54 países reconocen a Juan Guaidó como Presidente Interino, teniendo el país tres poderes públicos duplicados. 
Pero la anarquía alcanza también a la oposición ya que su enfoque por llegar al poder, en vez de acompañar a la gente, y sus divisiones internas no le han permitido aprovechar las debilidades del gobierno para cambiarlo; pastoreando nubes de Ayuda Humanitaria y eventos como el 30/04/19 se perdió la oportunidad de concentrarse en las elecciones (sin negociaciones) exigidas por el Comité Internacional de Apoyo en 90 días, para terminar ahora embaucados en una supuesta negociación promovida por los mismos noruegos que promovieron la de las FARC con el gobierno colombiano, ¡a pesar de que este último ya había ganado la guerra! Y el gobierno de Maduro feliz, comprando tiempo. ¡Pobre pueblo!
José Antonio Gil Yepes 
@joseagilyepes 
Directivo Datanalisis
Contacto: 0424.9909099

CLAUDIO FERMÍN: ¿SUPERARÁ EL DIÁLOGO LA INDIGNACIÓN NACIONAL?

Indignación y dolor en todo el país por la espantosa muerte del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo. 

Detenido desde el 21 de junio y presentado ante un tribunal siete días después en estado de postración, impedido, fallece a las pocas horas el 29 de junio. Todo apunta a un asesinato, una muerte consecuencia de torturas en su reclusión de esa trágica semana. 

El gobierno ha solicitado investigar este hecho. No sabemos si la Fiscalía tendrá acceso a esa caja negra en que se han convertido los asuntos de los presos políticos, pero independientemente de los resultados de esa investigación hay un hecho contundente: la opinión pública ya sentenció.

El estigma del gobierno como cómplice, por acción u omisión de altos personeros y de jefes militares, de asesinatos políticos, se usará para el resurgimiento de las voces violentas. Ese esquema insurreccional había sido vencido en el ánimo popular y ahora intentarán reactivarlo amparado por la tesis según la cual por las buenas no se puede. 

Reflotarán el argumento de la imposibilidad de negociar. Escucharemos y leeremos que nada hay que hablar con quienes torturan y matan presos políticos. Al justo reclamo de severos castigos a los asesinos del capitán Acosta Arévalo se le colocará a la vez como demostración de que al gobierno hay que sacarlo de la misma manera, a la fuerza, con un golpe de Estado o con intervención militar extranjera. 

Oxigenarán campañas de descalificación, que tienen años en marcha, en contra de quienes planteen el diálogo, elecciones o referendos, negociaciones y entendimientos para resolver pacíficamente la deteriorada situación del país. 

Para enfrentar esa tupida circunstancia urge la conformación de una Comisión de la Verdad que investigue y aclare los casos de desaparecidos y muertos bajo reclusión en los últimos años. Que resuelva y oriente sanciones contra los responsables de la muerte de Acosta Arévalo y de muchos otros en cárceles y manifestaciones públicas. Que inicie un proceso de saneamiento de la administración de justicia. 

La distensión, signada por la convivencia, por la cohabitación de todas las tendencias políticas, se convertirá en un imposible si no se aplica justicia. Sin eso, la confianza será siempre un extraño y la conflictividad política, con la violencia que convoca, serán protagonistas por mucho tiempo. 

El diálogo es para enfrentar la crisis y resolverla. No para taparla ni para echar bajo la alfombra el basurero que a la carrera no se pudo limpiar o desaparecer. La negociación política es un canal de cambio, una salida. No una puerta cerrada. 

Ahora es cuando el diálogo tiene que ser más exigente consigo mismo para poder recomponer el sistema político. 

Tenemos que apartar a Venezuela de la violencia. El país no quiere más muertes políticas. Los venezolanos repudiamos estos asesinatos y sabemos que la solución no es la venganza. Reclamamos justicia, que no haya impunidad. Pero no queremos retaliación ni siembra de odios.

Por encima de estos dolorosos momentos Venezuela necesita una vida, abrirse caminos en la oscuridad y en la confusión. 

Necesitamos vida constitucional. ¿Pero con la Constitución de 1999 hoy apartada? ¿Con la Constitución que la Asamblea Nacional Constituyente no termina de presentarnos? No puede ignorarse ese irregular vacío que aúpa la discrecionalidad administrativa, la arbitrariedad y el autoritarismo. Eso tiene que resolverse. Para eso es el diálogo. 

Necesitamos recuperar la producción nacional. Pero eso será imposible dentro del marco de sanciones internacionales que atentan contra cada venezolano necesitado de medicinas; de repuestos automotores; de financiamiento para sus empresas; de boletos aéreos para sus diligencias familiares o estudiantiles; de insumos para sus fábricas o para sus fincas; de mejores servicios hospitalarios y de electricidad, los cuales no podrán activarse si se nos impide vender el petróleo. Venezuela toda debe reclamar el cese de esas criminales sanciones. Para eso es el diálogo.

Necesitamos negociación política transparente para que todos sepan cómo se toman las decisiones y se llega a acuerdos por el bien del país. Para eso reclamamos un nuevo diálogo, transparente y en el país, entre venezolanos, no a lo lejos y a escondidas. 

Necesitamos que funcionen las instituciones. Es absurdo que cada grupo político se sienta a gusto porque tiene “su Fiscalía”, “su Asamblea”, “su Tribunal Supremo”. Y hasta algunos creen que tienen un Presidente sin que nadie lo haya electo, simplemente porque se autoproclamó y porque tiene poderosos amigos extranjeros. Eso tiene que cesar por el bien de Venezuela. Para eso es el diálogo. 

El diálogo es la paz. El diálogo es la puerta abierta a la rectificación de unos y de otros. Pero esas buenas intenciones y ese camino cierto se convertirán en distante y escabroso sin el esclarecimiento del asesinato del capitán Acosta Arévalo. 

Claudio Fermín
claudioefm@gmail.com
@claudioefermin

TRINO MÁRQUEZ: ESTADO DE TERROR

El régimen aspira a reducir  el asesinato del capitán Rafael Acosta Arévalo y la amputación de los ojos del joven Rufo Chácon, a censurables excesos de unos funcionarios de la Dgcim y de unos policías de PoliTáchira. Pretende hacer creer que detrás de esos abominables hechos no hubo una orden superior, una cadena de mando y una política global dirigida a aniquilar a oficiales acusados de sedición e inocular miedo en todos sus compañeros de armas. O que, en el caso de Rufo, no hubo el mandato de reprimir sin contemplaciones a manifestantes de zonas populares que protesten por las seculares fallas en la distribución de gas doméstico. Nicolás Maduro busca desligarse de esos hechos que, de nuevo, lo colocan en la picota, lo desprestigian y aíslan cada vez más. Para esta maniobra cuenta con la colaboración del fiscal Tarek William S. No hay que dejarlo que huya por la tangente. La violencia y la represión despiadadas forman parte intrínseca del modelo de dominación sobre el que se levanta su régimen.

Desde el 10 de enero pasado, cuando se cumplió el período constitucional iniciado el 10 de enero de 2013, Maduro sabe que solo puede mantenerse en Miraflores a partir de la coerción. Ya no le resulta posible gobernar construyendo consensos. Su ruptura con la inmensa mayoría del país es total. Venezuela y Maduro son irreconciliables. Los problemas que afronta la nación no serán resueltos por el gobernante. Con él, solo podrán agravarse. Carece de la imaginación, claridad y apoyo financiero indispensables para resolver los cuellos de botella que se han formado en todos los sectores. Es incapaz de solucionar el problema de la inflación, la electricidad, el transporte colectivo, la educación, la salud, los servicios públicos. Es incapaz de detener el éxodo de venezolanos que huye hacia el exterior. Está consciente de que él constituye el epicentro de la crisis económica, política e institucional. Sabe que su salida y la formación de un nuevo gobierno, electo en comicios transparentes, permitirán despejar el camino para que Venezuela regrese progresivamente a la normalidad. Está consciente de todas estas verdades inocultables, pero se niega a admitirlas. Para él, no son negociables la validez de las elecciones de mayo del año pasado, la legitimidad de su presidencia y su permanencia en el poder hasta el 10 de enero de 2025, cuando finaliza el actual período constitucional. Aquí es donde se tranca el serrucho y aparece el lado más oscuro del mandamás.

Maduro solo llegará a 2025 si en la vía van quedando decenas de miles de víctimas. Unos heridos o torturados, otros asesinados, encarcelados o deportados. Los de más allá, expulsados porque no soportan seguir viviendo en la miseria. La represión, rasgo dominante durante los casi siete años de su gobierno, tenderá a acentuarse. Cada vez lo veremos más plegado al Alto Mando, más rodeado de cubanos, guardias nacionales, colectivos y milicianos, más afincado en cuerpos paralegales como la Faes y la Dgcim. Con ellos encarará las presiones nacionales internacionales para que acepte iniciar el proceso que conduzca a unas elecciones libres, supervisadas por organismos internacionales.

Esta naturaleza intrínsecamente violenta y coercitiva del régimen de Maduro, se desborda a cada instante. El mismo día que Michelle Bachelet se despedía de Venezuela, se produjo la captura de los militares entre quienes se encontraba el capitán Acosta Arévalo. El mismo que Diosdado Cabello señaló que estaba “a buen resguardo”. En medio del escándalo e indignación que el asesinato provocó, un par de policías sádicos del Táchira dejaron ciego a Rufo Chacón. El juez que sigue el caso de Juan Requesen admitió las imputaciones del fiscal. Al joven diputado se le pretende juzgar por el delito de “homicidio calificado en grado de frustración”, cuya pena podría ser  mayor a veinte años de cárcel; en tanto que a los funcionarios capturados por su participación en el crimen del capitán, se les quiere juzgar por un asesinato culposo, es decir, por una acción en la que no hubo la intención de provocarle la muerte; esto, después de haberlo golpeado hasta el cansancio. El disfrute enfermizo del régimen cuando martiriza, llega al punto de que sus secuaces  expresaron un deleite obsceno destruyendo las coronas de flores que algunos ciudadanos colocaron en las rejas de la Comandancia General de la Marina, en San Bernardino.

El terrorismo lo aplica el régimen de Maduro de forma masiva o selectiva, según los objetivos que busque. Lo singular de esta forma de terrorismo es que la ejerce un Estado absolutamente incompetente para resolver las necesidades más comunes de la vida cotidiana. Un Estado que no sirve ni para otorgar pasaportes. Que ha renunciado a estar presente en amplias barrios y zonas del territorio nacional, entregadas a la delincuencia, la guerrilla, el narcotráfico y la minería ilegal. Estamos en presencia de una especie muy particular de violencia: terrorismo sin Estado; o, mejor aún, de un Estado que solo sirve para aterrorizar.

Trino Márquez
@trinomarquezc