sábado, 26 de febrero de 2022

ACTUALIZACIÓN EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, SABADO 26/02/2022,



AQUÍ TITULARES DE HOY SABADO 26/02/2022, DIARIO DE OPINIÓN, EL REPUBLICANO LIBERAL II, PARA LEER PULSA SOBRE EL TITULAR

CAROLINA JAIMES BRANGER: ¿QUÉ TE LLEVAS DE VENEZUELA?

Hace poco conversaba con una alumna que también se va de Venezuela. “Estoy decidiendo qué me voy a llevar”, me dijo. “Tantas cosas no me caben en dos maletas”, añadió. Las “cosas” a las que se refería no eran lo que usualmente uno esperaría que se llevara alguien que se va del país. Ella tenía desplegado encima de su cama, además de su ropa, un oso de peluche que le había regalado su abuelo el día que nació. Una almohadita llamada “la bobita” con la que dormía desde que tenía uso de razón. Dos enormes corchos y como quince álbumes llenos de fotos de sus momentos más felices. Franelas firmadas por sus compañeros del colegio y la universidad. Una colección de caramelos de cristal y una muñeca tan vieja que ya se parece a la novia de Chucky, el perverso muñeco de las películas de terror, pero que a ella le parece tan bella como el día que se la regalaron.

Es verdad, pensé. Lo que se llevan de aquí quienes se van no cabe ni en una, ni en dos, ni en cien, ni en mil maletas. Ya sabemos que quienes se marchan lo hacen por lo malo que está esto. Dejan lo malo, pero lo que se llevan es lo bueno. Lo que no se olvida. Lo que hace que siempre estemos conectados. Lo que logra que sintamos nostalgia cada vez que algo detona un recuerdo.

De aquí se llevan el azul del cielo. No hay cielo más azul, ni luz más blanca que la de Venezuela. De aquí se llevan también los colores de las flores, la infinita gama de verdes de nuestra vegetación, el terracota intenso de la época de sequía y el blanco de las nieves perpetuas. Se llevan los aguaceros torrenciales seguidos de un sol radiante, lo salado de nuestros mares, el verdeazul y las arenas blancas de las playas del Caribe, el marrón café con leche del Orinoco y el tono ferroso del Caroní. Se llevan los altos tepuyes, las imponentes montañas de los Andes, la intrincadísima selva amazónica, los médanos de Coro y el relámpago del Catatumbo, aunque nunca hayan visto uno en vivo.

Se llevan los escándalos matutinos de las guacharacas, el vuelo de las guacamayas surcando nuestras ciudades, el canto de los pajaritos y los garridos de los loros. La música a todo volumen de los guateques y los bailes en ollas con los panas, aunque los acabes de conocer. De aquí se llevan la simpatía, la cordialidad, la informalidad de la gente.

De Venezuela se llevan los olores de los fogones de las casas de las abuelas. Del onoto de las hallacas cuando hierven en Navidad. Del café recién colado, porque no hay café que huela mejor que el café venezolano acabado de colar. De la tierra mojada por la lluvia, de los brotes encapullados, del aire del amanecer.

De aquí se llevan las caricias de las madres, los abrazos de los padres, el amor de los abuelos. Las carcajadas con los amigos, que siempre son nuevas aunque sean tan viejas. Las veladas y las desveladas, las fiestas, porque no hay fiestas mejores en el mundo que las fiestas que hacemos aquí. Se van también los esfuerzos, los trabajos, las recompensas, las expectativas.

Se van los recuerdos, las ganas de volver, las ansias de reconstruir. Y todas esas cosas caben sólo en el corazón de un venezolano, de ése que no quiso irse y que no sabe cuándo, ni si va a regresar. De Venezuela se fue la nostalgia. Está regada por el mundo y cuando la despiertan los recuerdos –como cuando se escucha el hablado venezolano o el Alma Llanera como música de fondo en un restaurante- es cuando entiendes que tu cuerpo está allá, pero tu corazón quedó aquí, esperando que regreses.

Carolina Jaimes Branger
carolinajaimesbranger@gmail.com
@elsoldmargarita
@cjaimesb
Venezuela
Fuente: 

OSCAR ARNAL: ¿Y SI LA GUERRA LLEGA A VENEZUELA?

Se sabe cuando comienza una guerra, pero nunca cuándo, ni cómo termina. Una sola chispa puede incendiar la pradera. Putin está demostrando que es capaz de todo y que no perderá esta oportunidad sino para ganar terreno. De perder la guerra se arriesga a salir de su propio gobierno. Por lo demás, arriesga su vida, un cohete teledirigido podría hacer lo mismo que con Soleimani.

Su intención es clara, si nada cambia el destino que lleva su invasión a Ucrania, en breve habrá derrocado al presidente Zelenski e impuesto un gobierno títere. No le importa violar la Carta de la ONU, las negociaciones anteriores, ni los tratados de derechos humanos. Sin duda recuerda a Hitler en la Convención de Múnich, un año antes de la Segunda Guerra Mundial. Hitler a pesar de haber firmado la paz, tal y como lo hizo Putin con “los acuerdos de Minsk”, un año después invadió Polonia, estallando la conflagración total.

Aprovechando la coyuntura, China podría hacer lo que viene planeando hace años e invadir a su vez Taiwán. Los EE.UU podrían entonces asegurar su zona natural de influencia, y tomar Cuba, Venezuela y Nicaragua. Hay un refrán que señala “que cuando los grandes pelean, los pequeños que se meten salen estropeados”. En ese sentido, las declaraciones de Maduro sumándose de forma incondicional a Rusia, ponen a Venezuela en el ojo del huracán continental. De manera torpe, se rompe con la tradición histórica nacional de no involucrarnos en conflictos ajenos. Durante la Primera Guerra Mundial el presidente Juan Vicente Gómez, sentía una empatía sin igual por los alemanes. Sin embargo, se mantuvo en silencio. Durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que el petróleo venezolano resultó vital para el ejército aliado, Venezuela se mantuvo neutral, aún cuando países afines como Argentina se sumaban a la guerra.

Los acontecimientos están en pleno desarrollo, las consecuencias económicas ya son devastadoras para la recuperación económica mundial. Rusia no tiene la capacidad para aguantar demasiado tiempo. Su talón de Aquiles está marcado por una moneda que se viene a pique y un mercado bursátil que está perdiendo lo inimaginable. El gas y petróleo que Rusia vende a Europa está en juego. Rusia hoy es un gigante con pies de barro. Su economía es una décima parte de la de China. A partir de la caída de la Unión Soviética catorce países nuevos han ingresado a la OTAN.

En esta guerra de nuevo están enfrentadas las tiranías contra los gobiernos libres. Los valores de la libertad, los derechos humanos y la legalidad contra el absolutismo y el personalismo. Ojalá y esto no vaya a más. Aunque los próximos días serán muy duros. Aquí la sensatez debe privar en función de que no haya más muertos, ni heridos, y que pueda salir adelante la economía mundial, luego del fin de la pandemia.

Oscar Arnal
@OscarArnal
Venezuela

ANTONIO JOSÉ MONAGAS : TIEMPOS DESESPERADOS

Cuando la palabra no es capaz de explicar lo que la mente asoma, es porque no existe la razón, el interés, ni la necesidad que hace brotar lo que guarda el pensamiento. O es porque la impaciencia, confabulada con la desesperanza, induce el conflicto necesario para que asome la desconfianza y la duda. En consecuencia, se traba la palabra y se turban las ideas.

Es exactamente el problema que confunde al hombre cuando se abandona a la suerte de las circunstancias. Es ahí cuando se reduce la posibilidad de entrar “al mañana”. Pero por la puerta grande.

La paciencia y el tiempo, saben actuar en conjunto para así restarle oportunidades a la indecisión toda vez que se viste de angustia. Aunque la dificultad de resistir los ataques que acaecen, de ver lo que el dorso reviste, se convierten en importantes ocasiones para aprender por encima de lo que la fuerza o la pasión son capaces de enseñar.

El terreno en el que estos avatares son vistos, encajan perfectamente con los contravalores (irrespeto, deshonestidad, injusticia, intolerancia, egoísmo, intransigencia, arrogancia, irresponsabilidad, entre otros) que históricamente han estado del lado de la inmediatez mal concebida. Ello constituye la ruta que lleva a vivir la desesperación la cual siempre ha servido al poder para enrolar cualquier antivalor al ámbito de las realidades.

Experimentar cualquier conflicto deparado desde los canales de la desesperación, y ayudado por la confusión que dicho problema causa, es desterrar los valores éticos y morales cuya presencia no debe faltar en ningún ámbito de la vida humana. Especialmente, cuando esta se practica en convivencia.

En el plano de tan graves dificultades, se ve afectada la sociedad de manera inconmensurable. Al mismo tiempo, se ven involucrados los gobiernos que las rigen toda pues a sus interioridades se incuban gruesas prácticas de corrupción. Éstas, al diseminarse, irradian problemas que brindan el espacio político suficiente para que la soberbia y la insolencia, asumidos como recursos del poder, provoquen cuantos inconvenientes o contrariedades le resulten útil a los intereses políticos administrados con perversidad e impudor.

Esta situación pareciera haber trascendido del apéndice de los libros que hablan de los contravalores que asedian al hombre, a la actitud humana. Incluso, contagiando la aptitud sobre la cual se asientan las ideas que, supuestamente, conciben el desarrollo de los pueblos. Aquí es posible dar con el problema sobre el cual se suspenden y propenden las crisis que agobian importantes naciones.

Ante las consecuencias de la desesperación

No hay duda de que los tiempos que hoy se viven son tiempos desesperados. Sobre todo cuando, quienes desde el poder administran el discurrir de todo un conglomerado, resbalan en las debilidades que arrastra la desesperación.

Es cuando, la rutina esclaviza el tiempo de trabajo. Es cuando la actitud confisca la aptitud convirtiendo al hombre en triste veleta movida por los aires de las intemperancias. Las mismas intemperancias generadas por el clamor disonante de una muchedumbre que sin conocimiento pertinente de las crisis, o extraviada ante el ruido producido por disímiles llamados, amodorran las emociones hasta aplastarlas o neutralizarlas. Justo ahí, las oportunidades se desperdician o se desgastan entre divagaciones de cualquier color.

En la mitad de tan azarosas condiciones, quienes tienen la difícil misión de actuar en consonancia con las exigencias del destino, caen cual tristes víctimas de las coyunturas. Es así como el desconcierto los apresa al extremo que, la misma desazón, hace que actúen tan confundidos como perdidos entre los escombros que sus decisiones han ocasionado.

La dificultad más severa que padecen estos personajes, casi todos embelesados por el poder, es aquella que lo hace creer que liberarse del cautiverio que los tiene atrapados, soluciona el problema que los hace andar de trompicón en tropezón. Ahí es cuando ya resulta imposible zafarse de las ataduras que los ha mantenido impávidos e incapaces de actuar a conciencia del problema en su real configuración.

Las desviaciones que han establecido sus equivocados recorridos o trayectos, les impide tener pleno conocimiento de saber que fueron sus errores lo que los sacó de la ruta correcta. Y todo así sucede, porque han estado viviendo y dejándose someter por los actuales y peligrosos tiempos desesperados.

Antonio José Monagas 
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela

RAFAEL GARCÍA MARVEZ: LA OPOSICIÓN DEBE, PRIMERO, PONER SU CASA EN ORDEN

Para ir poco a poco entrelazando con el titular del artículo de hoy, eché mano a un símil con la mudanza de una casa y el orden que debe existir entre los partidos democráticos venezolanos. Es de tanta importancia su proyección que, según un estudio de la Universidad DePaul de Chicago, un hogar organizado está íntimamente relacionado con el grado de satisfacción que tenemos en nuestras vidas. Esta es la promesa que sostiene el boom de la conocida gurú del orden, autora del libro La magia del orden y protagonista del reality de Netflix. Ella recomienda pegarse jornadas maratonianas para dejar la casa impecable, lo cual puede ser una auténtica odisea si no tienes apenas tiempo (ni ganas) para hacerlo. Por eso, el primer paso para recuperar el control de nuestra vida mediante el orden pasa por una buena organización, cuestión que hasta la fecha a los efectos de la oposición es un caos: rumas de ollas apilonadas en la cocina, almohadas regadas por todas partes, tan solo se limpia lo que queda a la vista, la basura se disimula debajo de los muebles; en pocas palabras, un perfecto y organizado caos. Una casa de locos belicosos donde todos están peleados con todos. La sociedad civil que debería actuar como un juez equilibrado, sensato, comprensible y sobre todo justo, se ha transformado en un remedo de Robespierre, decapitando sin miramientos a cuantas probables María Antonieta asomen la cabeza por la ventana.

Pero por encima de cualquier diatriba, la sociedad civil debe ser la primera invitada; la invitada de honor ante el acuerdo negociado que por fuerza natural tiene que darse de manera imperativa entre los componentes de oposición al régimen. La unidad política no es un amor a lo Romeo y Julieta, no es un amor idílico, de embeleso. No, es más bien un amor tormentoso, de infidelidades, de promiscuidades, de amor al estilo de Frida Kahlo y Diego Rivera, a veces infecto, un accidente de la vida, digámoslo así. La unidad debe ser un acuerdo de conveniencias, pero de conveniencias para rescatar la libertad, la democracia, para el bienestar de la sociedad. Por encima de cualquier virtud divina debe privar el ansia y la necesidad de triunfar, de obtener la victoria, batallando en una lucha dispar, seguramente en el terreno del enemigo. Esto es lo primario, de ser a la inversa seguiremos siendo baratos perdedores. Esa es la esencia pragmática de la unidad; lo demás son melindres, amores cursis: “seré tu cielo si quieres volar”, cosas así. En conclusión, no se trata de querer a nadie en particular, se trata de algo más elevado, más sublime aún, se trata solo de querer salir de esta sinvergüenzura y rescatar a nuestros compatriotas sumidos en la pudrición, de la hambruna que se ha engullido cientos, a lo mejor miles de coterráneos

Lo decía la semana pasada y hoy lo repito: Estoy convencido de que es fundamental escoger cuanto antes el candidato presidencial para las eleccionesprevistas para el año 2024 en elecciones primarias abiertas”. Abiertas quiere decir que puedan participar todos los venezolanos sin militancia partidista que así lo deseen. Del mismo modo que puede aspirar cualquier compatriota que cumpla los requisitos que se establecerán en su momento.

Rafael García Marvez
garciamarvez@gmail.com
@RGarciaMarvez
Venezuela

LUIS FUENMAYOR TORO : TEMAS ESPINOSOS DE ABORDAJE OBLIGATORIO

Señalaré algunas situaciones que he observado, que requieren del estudio de los especialistas, para explicarlas más allá de la repetición de los lugares comunes acostumbrados. No pretendo llegar a conclusiones sobre los distintos casos, pero sí establecer algunas ideas de su influencia en el futuro de la situación del país. Sé que algunos, no sé cuántos, no lo entenderán y ejercerán su “derecho” a descalificar, ofender y amenazar, lo cual les digo desde ya me tiene sin cuidado. Revísense, pues son ustedes quienes tienen serios problemas en sus circuitos neuronales.

Independientemente que los problemas de abastecimiento de todo lo necesario están lejos de ser resueltos, no tengo dudas que ya no vivimos la tremenda escasez de hace unos años atrás, cuando no había forma de encontrar una serie de productos imprescindibles, como alimentos, numerosos medicamentos básicos y repuestos de todo tipo. Esa escasez pasó, independientemente que mucho de lo que hoy hay no pueda ser adquirido por todos. Aunque no haya sido obra de Maduro, a él, como Presidente, se le achacará ese logro. Esto juega a favor de los autodenominados bolivarianos en las elecciones de 2024.

La hiperinflación parece haber desaparecido. Los precios continúan elevándose, pero lo hacen en mucho menor grado. Además, varios expertos han señalado que ya no se está en hiperinflación. Si se debe a que se está generando menos dinero inorgánico, a la circulación de facto del dólar estadounidense, al pago de salarios y pensiones de hambre o porque se ha elevado la producción nacional de mercancías, no lo sé. Pero al común de la gente no le importa no saber por qué ocurre éste u otro evento aparentemente positivo. Les interesa sí, el beneficio individual y familiar que experimentan por el fenómeno. Maduro es culpable del desastre, pero también será visto como quien terminó controlándolo.

Otro caso, en el que el gobierno parece saldrá airoso, pese a los lamentables vaticinios efectuados incluso por expertos, es el relativo al manejo de la pandemia por CoVid-19 y las vacunaciones. Consciente de los errores del gobierno, el sectarismo y la politización en el manejo de la pandemia, las locuras declaradas por el Jefe de Estado y la opacidad de la información estadística, el país está saliendo de la pandemia con menor costo humano que todos los países vecinos. La mortandad pronosticada y las campañas contra determinadas vacunas quedaron como politiquerías ridículas, aun si no lo eran. Éste es otro claro elemento favorecedor de las acciones del gobierno. 

Un último elemento es la disponibilidad actual de combustible. Luego de la brutal escasez inicial, el gobierno ha venido lentamente sobreponiéndose y mejorando el suministro. Ha enfrentado, aunque sea muy parcialmente, su tráfico por el personal militar y policial encargado de su control, asociados con alcaldes y legisladores de su propio partido. No ha resuelto el déficit; decirle eso a un zuliano o a un merideño es como mentarles la madre. Pero, en las últimas semanas, sobre todo en Caracas, Miranda, Aragua, Carabobo y Yaracuy, y en parte de las carreteras y autopistas nacionales, la situación es mejor. ¿Qué se extenderá al resto del país? No lo sé. ¿Qué se mejoró la producción interna? Tampoco lo sé ¿Qué se mantendrá? Menos. Pero el hecho existe y cerrar los ojos no ayuda a su comprensión.

Habría que preguntar: ¿Significan estos elementos que se está saliendo, por la razón que sea, de la crisis aguda de todo tipo que hemos venido transitando? No estoy hablando de un cambio que nos traerá la generación nacional de grandes riquezas, fuentes de trabajo complejo, estable y bien remunerado, ni pensiones dignas o cosas por el estilo. Ni tampoco de si vamos hacia un neoliberalismo salvaje. Simplemente que discutamos si se está saliendo de la crisis y que eso se corresponde con los cambios políticos positivos que vienen ocurriendo desde 2019, y sobre los cuales ya he escrito.

Luis Fuenmayor Toro
lft3003@gmail.com
@LFuenmayorToro
Venezuela

ORLANDO VIERA-BLANCO: LECCIONES NO APRENDIDAS DEL 4F

El 4F no ha cicatrizado. La herida sigue abierta y la deuda histórica sin pagar. No por el golpe, sino por nuestra renuencia

El 4F debe ser recordado como la fecha más oscura de la historia republicana de Venezuela. En leva de armas un grupo de militares intentan un golpe de estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez [CAP], que no resultó ser un complot contra un hombre sino contra la democracia y la libertad. Y perdimos la república. No por unos pelotones que asaltaron la constitución violando el juramento de defenderla sino por una conjura de notables, ansiolíticos y soberbios que hicieron de ese evento su plataforma de poder.

“El segundo gobierno de CAP será recordado como el gobierno más honesto y eficiente de la historia de Venezuela”. Así nos lo comentó el exministro Jefe de Gabinete Económico de CAP, Dr. Miguel Rodríguez. En el periodo 1989-1993 Venezuela pasó de 75% de índice de miseria a 30%, registró el más alto crecimiento del PIB del mundo [más que China], el índice promedio de inflación más bajo del continente; niveló su balance de pagos [CAP recibió el país en 1988, con 300 MM$ en reservas para enfrentar 25 Billones$ en endeudamiento, o unos 100 billones$ al valor de hoy]; acabó con Recadi [versión rocambolesca anterior de Cadivi]; desmontó las tasas arancelarias y el proteccionismo cepalista de las notas de importación; liberó los tipos de interés y el congelamiento de precios; renegoció la deuda externa y apuntaló la producción petrolera. Venezuela iba camino a convertirse en el “tigre latinoamericano” al ritmo expansivo de Singapur, Taiwán o Corea del Sur…

CAP fue la estrella de la Conferencia de Davos en 1992, por exhibir el más potente “come back” [recuperación], que haya tenido economía alguna. El ex secretario de Estado Henry Kissinger comentó a su presidente y compañeros de gabinete: “Este país llamado Venezuela es donde debemos estar e invertir. ¡No lo para nadie!”. Y amaneció de golpe…

Comenzaba la muerte anunciada de un proyecto histórico de desarrollo sostenible, prosperidad, remozamiento democrático [descentralización del Estado] e integración sólida de Venezuela en el mundo. ¿Por qué muerte anunciada? Porque el 4F no fue el inicio sino el final, la cúspide visible de una soterrada conjura de muchos más…

La salida de CAP

El “por ahora” del comandante Chávez Frías era la punta del iceberg. El juramento del Samán de Güere, más mito que realidad. La verdad histórica del MBR-200 es que además de ese movimiento, existía un ardid más complejo. Y no por complotados estaban unidos, disciplinados y organizados. Como predijo el escritor de Peonía, Manuel Vicente Romero García, «Venezuela es el país de las nulidades engreídas y las reputaciones consagradas» [1.896/El Cojo Ilustrado].

Ese moje, que ha sido nuestro continuo histórico, no toleraba jefaturas. El 4F no fue un evento sincronizado. Fue un fracaso en un país portátil-diría Adriano González León-donde la teoría del caos funciona. Vino la Sesión Extraordinaria del Congreso del 4F de 1992. Caldera con su discurso de mar de fondo, sentenció: “no creo que los sublevados querían matar al PDR […] No encuentro en el sentimiento popular la misma reacción entusiasta, decidida y fervorosa por la defensa de la democracia que caracterizó la conducta del pueblo en todos los dolorosos incidentes que hubo que atravesar después del 23 de enero de 1958 […] Cuando ocurrieron los hechos del 27 y 28 de febrero del año de 1989, desde esta tribuna yo observé que lo que iba a ocurrir podría ser muy grave. No pretendí hacer afirmaciones proféticas, pero estaba visto que las consecuencias de aquel paquete de medidas que produjo el primer estallido de aquellos terribles acontecimientos, no se iban a quedar allí, sino que iban a seguir horadando profundamente en la conciencia y en el porvenir de nuestro pueblo.” Este discurso fue el prefacio de la salida de Pérez el 23/05/93, sin derecho a la defensa, en un antejuicio de mérito express, y el epílogo de la democracia, que el propio Caldera profetizó con el sobreseimiento a Hugo Chávez Frías.

Hoy nos preguntamos, ¿Quién defiende el 4F? ¿Qué es lo que ha “horadado” la conciencia, el porvenir y el sentimiento popular? ¿Qué no aprendimos del 4F? 
o nos arañemos más…

Aristóteles definió la demagogia como la corrupción de la democracia. La responsabilidad de la clase política es mantener la altura para anteponer la promoción de la convivencia pacífica, la educación, la justicia social, la cultura de la paz. Nada de lo que antecedió al 4F podía evitarlo. Sí tuvo razón Caldera cuando proclamó: “la situación hace más de treinta años no es la misma de hoy […] la inteligencia de la dirigencia política ha olvidado esa preocupación fundamental de servir antes que todo al fortalecimiento de las instituciones”. 30 años después de ese discurso de alegorías y reproches a otros, perdimos todas las instituciones. Al decir de CAP, hubiésemos preferido otra muerte…

“Ojalá que nos sirva la lección de esta crisis. Que se inicie una rectificación nacional de las conductas que nos precipitan a impredecibles situaciones de consecuencias dramáticas para la economía del país y para la propia vigencia de la democracia que tanto sacrificio ha costado a nuestro pueblo” [CAP]. Pero huelgan las lecciones no aprendidas…Eduardo Fernández fue defenestrado de COPEI por apoyar a CAP que era apoyar la institución democrática. A los demócratas los convirtieron en apóstatas. La unidad para rescatar la democracia sigue siendo ilusoria. y la rectificación, una deuda contumaz. El entusiasmo popular es irse de la polis…

El 4F no ha cicatrizado. La herida sigue abierta y la deuda histórica sin pagar. No por el golpe, sino por nuestra renuencia…Decía García Lorca "El que quiere arañar la luna, se arañará el corazón" No nos arañemos más"

Orlando Viera-Blanco
ovierablanco@vierablanco.com
@ovierablanco
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