jueves, 5 de agosto de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com JUEVES 05/08/2021









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TITULARES DE HOY
05/08/2021

SOLEDAD MORILLO BELLOSO: LOS DEMÓCRATAS NO NOS QUEDAMOS QUIETOS

Alumbrarse con velas. Ir con cántaros a buscar agua a los ríos o a manantiales o chorros. Bañarse con la lluvia o sacando agua de un cántaro para echarse agua con totuma. Cocer los alimentos con leña. Escribir una carta sobre papel y mandarla en un sobre con estampillas. Caminar al poblado vecino. O ir en quitrín a visitar a un familiar. Lavar la ropa en el río y ponerla a secar al viento. Parir en casa con comadrona. Quitarse un pasmo con agüita de babandí. Quemar la basura en el patio y con el humo espantar la plaga. Morir por una epidemia.

Todas esas cosas suenan de novela romántica. ¡Pero son del siglo pasado o del XIX! Estamos en 2021. ¿Se enteran?

Estoy absolutamente segura que Venezuela tiene los peores servicios públicos del continente y más allá. Y eso no tiene ni una pizca de romanticismo. Pero que ni una ñinguita.

4 de agosto de 2021. Escribo en la penumbra. Son pasadas las 8 de la noche. Y ya me trepo por las paredes. Esta mañana Corpoelec cortó el suministro eléctrico desde las 7am hasta la 1pm. Seis horas. Y a las 6pm volvió a cortar, no tenemos ni idea de por cuántas horas. El "community manager de redes" de Corpoelec creo que tiene el reloj dañado, o puesto en horario de Reikiavik o Dakar, porque todos los anuncios tienen una diferencia de cuatro horas, que coincide con los husos horarios de esas ciudades.

Y ayer fue igual. Tuve que cancelar una entrevista periodística. Cuando el corte de electricidad se prolonga, la conexión del celular se cae. En la zona, la gente deambula por la calle. Tienen oficio pero no lo pueden hacer porque muchos de esos trabajos de albañilería, comercio, preparación, requieren electricidad. Y no, la mayor parte de los ciudadanos y los comerciantes normales y corrientes no tenemos el billete para hacernos de una planta eléctrica.

Venezuela, potencia petrolera, pero conseguir surtirse de gasolina es una proeza, un sufrir en colas. Gas, de eso tampoco hay. Agua, bueno, si hay suerte surten una vez por semana. La gente pasa por la indignidad de no poder asearse, lavar su ropa y oler a limpio.

Es decir, los venezolanos básicamente vivimos en la Venezuela del siglo XIX, obligados a ser la Venezuela heroica.

Y todo porque rompieron, escupieron, ultrajaron, descosieron, estafaron, trajinaron, robaron, despilfarraron, botaron, despedazaron, aniquilaron, persiguieron, apresaron, desterraron. Es como en una película bizarra en la que según el guionista Boves hubiera ganado, pues.

Esta es la Venezuela roja, no del color de la pasión, roja color sangre. Y alguien cree que hay que quedarse quietos. Dejar tiempo al tiempo, esperando la llegada de algún día. Viendo llover.

Basta de frases cursis. La tarea no nos la va a hacer nadie. Hay que militar en la democracia. Y los demócratas no nos quedamos quietos. No miramos el incendio desde la lejanía.

Señores políticos de oposición de Nva. Esparta: hagan el favor de ponerse de acuerdo y tener candidaturas únicas. Hay que evitar que Dante Rivas y su corte de incompetentes ganen. Si no sirve como protector, es imposible que sirva como gobernador. Y lo mismo creo que aplica en todos los estados.

Fin del comunicado.


Soledad Morillo Belloso
@solmorillob
Venezuela

TRINO MÁRQUEZ: UNIDAD PARA NEGOCIAR

En los más recientes estudios de opinión que conozco, entre ellos los de Consultores 21, se ve clarísima la postura de los venezolanos, oficialistas y opositores, en relación con dos temas.

El primero se refiere a los deseos de unidad que siente la población opositora. La gente espera que los principales líderes -que forman un pelotón bastante compacto, con Juan Guaidó encabezando el lote- se pongan de acuerdo con relación a una estrategia común, que incluya la convocatoria a elecciones nacionales, y la solución de los principales déficits que afectan a la nación, en primer lugar, la inflación, considerado el peor azote del país en su conjunto y por cada venezolano en particular, seguido de la búsqueda de respuestas al drama de los servicios públicos, la vacunación masiva y ordenada, y la escasez de agua, gas, gasolina y gasoil.

La conveniencia de que gobierno y oposición se reúnan a negociar es el otro asunto en el cual existe un amplio acuerdo. Esta aspiración la comparten maduristas y opositores en rangos similares. Los ciudadanos no quieren una salida violenta a la crisis. Ni que se produzca una invasión extranjera. La mayoría se pronuncia contra las sanciones internacionales, aunque admite que sin esa presión resulta imposible que el régimen acepte sentarse en torno a una mesa para discutir y pactar. La mayoría también desea que las conversaciones giren en torno de materias concretas y no a generalidades o principios abstractos que no aterricen en respuestas especias al infierno que viven los venezolanos día a día.

El gobierno sabe que una oposición dividida es una oposición debilitada. Por ese motivo estimula la fragmentación. Esta política comenzó a aplicarla desde hace años. Durante la fase más reciente, estimuló la formación de la Mesa Nacional de Diálogo, la ‘mesita de noche’, y financió a los ‘alacranes’, a quienes les entregó la presidencia de la Asamblea Nacional electa en 2015, luego del golpe que le dieron a Juan Guaidó. Ambos grupos carecen de representación y reconocimiento internacional. El régimen trató de fortalecer esas facciones, pero fracasó. En las elecciones parlamentarias de diciembre del año pasado, solo lograron movilizar un escaso número de electores, lo que les permitió lograr unos pocos diputados en la Asamblea.

A pesar del fiasco que representan la ‘mesita’ y los ‘alacranes’, el gobierno insiste en calificarlos de oposición, referirse de vez en cuando a ellos e incluirlos en las negociaciones. Quiere tenerlos en México, o donde sea que la ronda se efectúe, para que suavicen las peticiones del bando opositor, concilien las posiciones encontradas y perfumen las demandas del gobierno. No serán un factor decisivo, pero le servirán como quinta columna a Maduro cuando quiera acusar de ‘intransigente’ a la oposición legítima, si esta no acepta bajar la cerviz ante la soberbia del mandatario.

La oposición representada por Gerardo Blyde tendrá que lidiar en dos frentes: con el gobierno de Maduro y con sus amanuenses, que se moverán con sigilo para no quedar al descubierto en los primeros intercambios.

La fuerza con la que llegue la oposición al nuevo ciclo de negociaciones dependerá del apoyo internacional que reciba y de la fuerza que obtenga en las próximas elecciones regionales. En relación con este último aspecto, la ambivalencia de la dirigencia opositora está jugando a favor del gobierno. Estamos en agosto y todavía no ha habido un pronunciamiento categórico acerca de si el G-4 participará o no en esos comicios. Esta ambigüedad propicia la confusión. Se habla de exigir condiciones. El nuevo CNE señala continuos logros que corrigen los entuertos de los rectores anteriores. Sin embargo, esos avances no complacen a quienes se resisten a concurrir a la cita electoral. El gobierno aprovecha el enredo para apresar a Freddy Guevara, mantener detenido a Roland Carreño, ordenar la captura de Emilio Graterón, postergar la devolución de la tarjeta de Acción Democrática a sus legítimos dirigentes. Maduro y los suyos realizan un trabajo de zapa. Talan y erosionan la capacidad de las organizaciones democráticas.

Mientras el caos impera en el mundo opositor, en el oficialismo, a pesar de las diferencias existentes entre el ala que apoya a Nicolás Maduro y la que respalda a Diosdado Cabello, el proceso avanza. Sus primarias copan la escena política. En el PSUV bloquean las aspiraciones de Arias Cárdenas en Zulia y de Elías Jagua en Miranda, dos dirigentes que en el pasado fueron relevantes. Les impiden a setenta por ciento de los alcaldes oficialistas concurrir a la consulta electoral organizada por el partido y, en consecuencia, reelegirse. A golpe y porrazo promueven la emergencia de un nuevo liderazgo regional y local.

Si la oposición no quiere que las nuevas negociaciones vuelvan a naufragar sin que el gobierno pague los costos, debe comenzar por ponerse de acuerdo consigo misma. Debe unirse alrededor de una estrategia y, hasta donde sea posible y conveniente, informarla para que el país la respalde.

Trino Márquez
trino.marquez@gmail.com
@trinomarquezc
Venezuela

VÍCTOR A. BOLÍVAR: LESA HUMANIDAD, CADENA DE MANDO Y RESPONSABILIDAD DEL SUPERIOR

La violación generalizada y sistemática de los derechos humanos en Venezuela, iniciada a la par de la instauración del proceso chavista, se ha perpetrado mediante métodos que requieren de una premeditada planificación y del concurso de todo un aparataje represivo que actúa sin límite alguno. La impunidad de quienes deberían responder por esa atrocidad ha estado blindada por los operadores de un sistema judicial complaciente y afecto a un régimen que se caracteriza por su desprecio e irrespeto al orden constitucional y a la institucionalidad.

El Titulo III de nuestra cacareada constitución, en su articulado, impone el obligatorio respeto y garantía de los derechos humanos que deben guardar los órganos del Poder Público conforme a la propia Constitución y al ordenamiento internacional que regula la materia. A los fines de estas líneas, lo más importante a destacar es el rango constitucional que tienen en este aspecto todos aquellos tratados, pactos y convenciones internacionales ratificados por Venezuela, que son de aplicación inmediata y directa por los tribunales nacionales y demás órganos del Poder Público.

Cuando esos derechos humanos son violados, el Estado tiene la obligación de investigar y sancionar los delitos que hayan cometido las autoridades. Incluso, expresamente señala el texto constitucional que además de ser imprescriptibles las acciones para sancionar la violación de los derechos humanos y de lesa humanidad, los mismos serán investigados y juzgados por los tribunales nacionales.

En el país, la “verdad verdadera” se ha impuesto al deber ser. Es un hecho incuestionable que durante estos veintidós años el régimen se ha caracterizado por no honrar el gran logro de haber dotado a los derechos humanos de una normativa constitucional de indiscutible valor, pero que lamentablemente la han convertido en una inocuidad con rango constitucional.

La negativa de Chávez a recibir la ayuda calificada de los Estados Unidos en el deslave de Vargas, en un acto de irresponsabilidad e insensibilidad, realizado en desmedro del derecho de los damnificados de ser asistidos en la tragedia, marcó el inicio de toda una serie de hechos que parecieran formar parte de una política de Estado destinada a doblegar voluntades y sembrar la desesperanza mediante la amenaza y la represión para perpetuarse en el poder. Así ha ocurrido con el impedimento de la entrada a la ayuda humanitaria desde Colombia; como también con el arbitrario despido masivo de empleados y trabajadores petroleros; con la situación espantosa de haber tenido 15 mil presos políticos desde el 2014, como lo ha manifestado el director del Foro Penal, Alfredo Romero, y con muchos más a quienes les ha hecho dura y penosa la situación por mantener una posición política distinta a la del régimen y han quedado segregados mediante unas aberrantes listas que fueron más allá del sectarismo y se convirtieron en instrumentos para la persecución y la exclusión social.

Igualmente, ha sido sistemática la represión contra las manifestaciones opositoras. Las protestas fueron sofocadas a sangre y fuego, y el asesinato a escala vista ha sido una constante desde los hechos de Puente Llaguno. La criminalización de las opiniones y el cierre generalizado de la mayoría de los medios de comunicación, además de la tortura y la desaparición forzada -definitiva o temporal- de personas, caracterizan un ambiente político y social plagado de graves violaciones de los derechos humanos del venezolano que se ha intensificado conforme transcurre el tiempo. La prueba más reciente es la reseñada por Provea cuando contabiliza 800 ejecuciones extrajudiciales en Venezuela durante el primer semestre de 2021.

En este aterrador marco, generador incluso de la diáspora, los responsables de tamañas violaciones no han sido procesados ni sancionados; antes por el contrario, en casos emblemáticos han sido distinguidos con reconocimientos, ascensos y condecoraciones. La administración de justicia en manos de operadores políticos que garantizan la hegemonía del régimen, no permite justiciables pertenecientes al represivo y letal aparato civil y militar del Estado. Es nugatorio cualquier intento de hacer valer nuestros derechos en las instancias nacionales.

Dado que el Estado venezolano ha incumplido el mandato constitucional de investigar y sancionar a las autoridades por los delitos contra los derechos humanos, priva en el caso el Estatuto de Roma. Su rango constitucional en lo interno impone no solo la aplicación de esa normativa internacional sino también al órgano jurisdiccional que es la Corte Penal Internacional para investigar y sancionar el delito de violación de los derechos humanos, cuyas decisiones son de aplicación inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público, como la pauta nuestra carta magna. Todo esto ya está en curso.

En este contexto, queremos poner énfasis en algunos aspectos que consideramos de gran interés por el impacto y las consecuencias jurídicas, políticas y sociales que traería consigo una decisión sancionatoria de la CPI contra los superiores y demás funcionarios en la cadena de mando; así como el relativo a la justicia transicional. Lo trataremos en el próximo artículo.

Víctor Antonio Bolívar Castillo
vabolivar@gmail.com
@vabolivar
Venezuela

BEATRIZ DE MAJO: EL “ENEMIGO IMAGINARIO”. CHINA HOY

Las opiniones de los analistas políticos sobre el tema de la rivalidad entre Estados Unidos y China no solo son variados sino poco coincidentes. El tema en la realidad es opaco y las declaraciones de lado y lado no parecen reflejar posiciones diáfanas o, al menos, están diseñadas justamente para generar inquietud o zozobra. Todo ello es válido en política, pero no es útil para la toma de decisiones de los terceros que, siendo afectados por este fenómeno, se encuentran paralizados en la espera de encontrar una luz al final del túnel.

Tanto Washington como Pekín saben bien hacia donde dirigen sus derroteros pero la manera de explicitarlo pretende confundir al otro o mantenerlo es ascuas. Los aliados de cada lado, quienes son igualmente víctimas de esa falta de transparencia deliberada que explicitan los dos gigantes, también contribuyen a que las tensiones, en lugar de disiparse, se hagan más pronunciadas.

Pekín urgió hace una semana a Wendy Sherman, la enviada de más alto nivel del gobierno de Joe Biden que visitaba oficialmente al país asiático, a pedir a Estados Unidos que deje de satanizar a China frente a terceros. El comunicado del despacho de Relaciones Exteriores fue aún más contundente: "Estados Unidos culpa a China por sus propios problemas estructurales” y señaló que Washington considera a China un “enemigo imaginario”

Lo cierto es que los dirigentes de ambos países se encuentran en las antípodas en lo que se refiere a una visión del rumbo que debe estar tomando este mundo en el cual actuamos todos pero en el que son ellos son quienes llevan las riendas. Y eso sin duda lo convierte en antagonistas en cuanto a tesis de carácter universal. No existe tal cosa pues como un “enemigo imaginario” en cuanto a un rival de tanto peso como China. Temas como los derechos humanos y cíber-seguridad, democracia y totalitarismo, apertura y control y la misma orientación de la cooperación internacional alimentan el las fricciones y el estancamiento de unas relaciones que deberían funcionar como un reloj suizo.

En apenas dos meses está programada una reunión de los dos Jefes de Gobierno durante la reunión del G20 en Roma. Esta pudiera ser una ocasión única no para comprometerse en temas vitales sobre los que existen discrepancias insalvables, pero sí para exponer, de lado y lado, las argumentaciones que sustentan sus diferencias y conseguir una fórmula de convivencia responsable. Si tal encuentro en la Cumbre evidenciara una incapacidad de trabajar en el sentido de alcanzar un modus operandi bilateral cercano podría provocarse lo que a raíz del último encuentro telefónico entre Xi y Biden en febrero de este año. Scott Kennedy llamó una “rivalidad labrada en concreto¨. Kennedy es una de las cabezas pensantes más calificadas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.

En los medios oficiales de las dos capitales, lo que se percibe en esta hora es la inevitabilidad de que tal situación se produzca por la distancia insalvable que hay en temas cruciales como, por ejemplo, la soberanía china sobre Hong Kong. Asuntos como éste y lo que tiene relación con la violación de derechos humanos nunca serán pasados por alto por Washington y será imposible para su presidente transigir en ellos. Y como el mencionado, muchos otros temas que tienen que ver con el cumplimiento de las obligaciones de China de cara a la comunidad internacional.

Lo anterior hace temer que el encuentro Biden–Xi no tendrá lugar. Tenemos por delante, pues, un largo camino de desentendimientos dentro de los cuales los otros grandes países del planeta estarán vigilantes, evitarán tomar partido, pero permanecerán inmovilizados en sus decisiones futuras.

Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@BeatrizdeMajo1
Venezuela – España

RICARDO VALENZUELA: LA ALDEA GLOBAL FANTASMA. REFLEXIONES LIBERTARIAS

A principios de los años 90, llegaba a un elegante restaurant en la ciudad de México para encontrarme con el propietario de un exitoso grupo empresarial que, en esos momentos, requerían de servicios financieros que en México todavía no estaban disponibles. Me habían contactado para analizar la posibilidad de asistirlos a través de la operación con una firma Investing Banking que había iniciado en 1989 con mi amigo Bob Malone, ex presidente de la división internacional de Bank Of América, y socios de Nueva York. Al inicio, Bob, después que le presentara el proyecto me afirmara, “interesante, pero estás como cien años adelantado a la cultura financiera de México, pero vamos haciéndolo”.

En el lugar me esperaba el segundo del grupo y me informaba disculpándose su jefe llegaría un poco tarde. Durante la espera, este hombre, ya con un par de martinis en su contabilidad, se dedicó a recitarme una interminable lista de las grandes habilidades empresariales de su jefe a quien, era obvio, admiraba intensamente. La culminación llegaría cuando casi en éxtasis me afirmaba: “Es que no te imaginas las habilidades del Ingeniero”, sin precisar cuáles eran y, al repetir la trillada frase “unas habilidades”, sufriendo de curiosidad pensaba; debe ser un gran visionario, alguien que adivina el comportamiento de los mercados, hasta que desesperado lo interrumpo para decirle; ¿habilidades como cuáles?

Cuando me preparaba para recibir una catedra estilo Harvard Business School, el hombre conectaba su trillada “habilidades” con el inventario de ese fenómeno de los negocios que me describía y completa la frase: “Una habilidad para colarse en la alta burocracia, para conseguir los contratos del gobierno y se le asignen sin competencia. Para seducir a esa burocracia con sus regalitos y no le dilaten los pagos, habilidad para evitar que nos hagan inspecciones. Gran habilidad para hacerse cuate de los secretarios”. Y me daba un ejemplo. “En el plan de desmontes de ejidos que tiene el gobierno, consigue contratos de miles de hectáreas y, lo más interesante, de la superficie asignada, no desmontamos ni la mitad y siempre nos pagan por toda”.

Me explicaba el mismo esquema operaba en proyectos de construcción de casas de interés social, para suministros de todas las necesidades del gobierno, contratos con Pemex, la CFE, con el Seguro Social, desde medicinas, equipo para hospitales. Construcción de carreteras, aeropuertos. Y, con cada Martini que este hombre consumía, más se abría con la información de esos pecados empresariales que, lejos de ser un mea culpa para su absolución, era presumir de ser los ladrones más avanzados de ese saqueo que ha sufrido el país, similar al de Roma por los bárbaros. Lo que describiría Buchanan con su teoría del Public Choice.

El empresario estrella aparecía solo para confirmar la información recibida y, lo más triste, afirmando era la única forma de hacer negocios en México. Esa noche, ya en mi hotel repasaba toda la película que había vivido durante esa comida y me decía a mí mismo. ¿Cómo es posible que esta sea la realidad de mi país? Algo que yo conocía pero que nunca alguien me hubiera descrito la magnitud de ese cáncer que lo consume. Pensaba luego en mis clases de ética profesional en el Tec de Monterrey y el profesor que nos decía; “no sé para qué enseñamos ética en un país en el que nunca ha existido”. Recordaba las palabras de mi padre; “en este país el hombre decente es pendejo y a los bandidos les construyen estatuas y les brindan calles”.

Pero, más doloroso ha sido el que, en estos momentos, en el país que me acogió tenga que reprocharme lo mismo ¿Cómo tardé tanto tiempo en darme cuenta de la realidad de los EU que tanto había admirado? No darme cuenta de que llegamos a un punto en lo que nada es lo que parece, ni lo que hemos creído, ni lo que nos dicen. Que vivimos en un mundo falso, con una economía falsa, con una media especialmente falsa. Un mundo de fortunas artificiales que surgen de asientos contables o de fórmulas mentirosas, la especialidad de Wall Street. Un mundo en el cual no quieren que los hombres sean hombres y las mujeres sean mujeres, en donde se quiere que todos seamos solo entes que nos han estado preparando para aceptar el destino que otros decidirán por nosotros. Un mundo en donde nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira. Pero un cristal que nos entregan porque no tenemos la libertad de elegir, pues es un monopolio sin competencia.

Un mundo en el que ya nada es bueno o malo, todo es relativo y de esa forma ha emergido la impunidad y la corrupción del sistema judicial. Un mundo en el cual, si se declarara su realidad, una bancarrota global. Un designado liquidador se enfrentaría a un gran problema. Los activos mundiales jamás serían suficientes para el pago de los pasivos globales. O, si realmente el sistema monetario mundial se ajustara a la realidad, todo el dinero emitido en todas las monedas y, que, de una forma u otra, rondan en la economía mundial. Nos daríamos cuenta de que, por la avaricia de los pocos, una monstruosa inflación escondida, como las fieras al acecho, nos espera entre los intrincados montes para atacarnos y devorarnos. Y, ante esa realidad, para mitigar sus destrozos tendríamos que regresar a la economía del trueque.

Un mundo en el que un prestigiado diario lista las industrias más redituables y la forman todo lo que es pecaminoso y prohibido; las drogas, tráfico internacional de armas, tráfico humano, la prostitución global, juegos de azar, extorción. Pero, la única que no se cita siendo totalmente legal, es el saqueo financiero de los países. Y en 1910, en aquella isla de la costa de Georgia se crearía la maquinaria legal para ese robo y así tomar el control de las otras. Con la ilegal aprobación del congreso en 1913, se transfirió el control del abastecimiento de dinero del mundo a una elite privada (FED). Se firmaba la sentencia de muerte de las sociedades libres y pasábamos a ser vasallos.

Pero, como siempre sucede en este tipo de monopolios, los pretorianos han abusado del poder que se les otorgara para saquear el mundo. Y aquel arriesgado emprendedor buscando oportunidades en el mercado libre y competido, arriesgando su capital sin garantías, sin esperar nada del gobierno, mutó para convertirse a imagen de aquel empresario que conociera en los 90s en la ciudad de México. Pero, los que además tuvieran la visión global, serían quienes construyeran esa negra sociedad que ahora amenaza al mundo. Pero, bien amaestrados besamos las cadenas de los verdugos y odiamos a quien ha tratado de rescatarnos. Y, como los esclavos del siglo 19, cuando casi un millón de americanos entregaran sus vidas para darles libertad, al entregársela, ellos suplicaban a sus antiguos amos que de nuevo los aceparan en esclavitud. ¡Amén!


http://refugiolibertariol.blogspot.com
chero@refugioliberal.net
chero.itesm@live.com
chero@refle
ioneslibertarias.com
@elchero
México - Estados Unidos 


Mi vida es siempre alegre cabalgata
Soy hijo de los atajos y las veredas
El monte es mi guia en mi caminata
Y me gusta respirar las polvaderas

ALEJANDRO MENDIBLE: PERÚ, PEDRO CASTILLO EL PRESIDENTE DEL BICENTENARIO

En momentos cuando el cuadro de inestabilidad sudamericano alcanza un nivel dilemático asistimos al reconocimiento de Pedro Castillo como presidente electo del Perú, un país clave para la conformación geoestratégica del continente en la actualidad. El hecho somete a prueba la capacidad de resistencia de la democracia liberal en este país garantizada por la constitución vigente de 1993, que fue sancionada durante el gobierno de Alberto Fujimori cuando la sociedad peruana se protegía de la amenaza terrorista de Sendero Luminoso, una situación que se replantea tres décadas después bajo otros términos pero en esencia relacionada al valor de la libertad.

Una situación que nos mueve a pensar sobre lo que puede ocurrir en el próximo lustro tomando como referencia la desestabilización populista alcanzada por el chavismo en Venezuela desde 1999 y lo que podría acarrear el “Castillismo” con su movimiento o por el contrario considerando la concientización regional ver como la voluntad y firmeza de la sociedad y las instituciones peruanas puedan crear un muro de contención democrático, de defensa de la propiedad privada y de su constitución, cuyos efectos redundarán sobre el orden del continente.


La llegada al poder de Castillo se monta sobre la plataforma histórica creada por la celebración del Bicentenario de la independencia que nos permite repensar la evolución de la república. En este largo tiempo histórico el poder presidencial se ha legitimado bajo los preceptos liberales y aceptando el sistema capitalista desde sus inicios en el 28 de julio de 1821 cuando el general argentino José de San Martin declara la independencia en la Plaza Mayor de Lima y es confirmada el 9 de diciembre de 1824 cuando el ejército de la Gran Colombia bajo el comando del general Simón Bolívar nombra al general Antonio José de Sucre para dirigir la Batalla de Ayacucho que pone fin al colonialismo español en el continente sudamericano.


La liberación de Perú guarda diferencias con las del resto de países sudamericanos por cuanto fue más “concedida” por los héroes extranjeros que ganada por sus propio nacionales y permite el ascenso de la sociedad criolla en reemplazo de la española colonial que fundamentaba su poder de dominación desde la sede virreinal localizada en la ciudad de Lima, para subyugar a la sociedad india confinada mayormente en las reducciones de la región de la sierra donde su poder menguado continúo siendo asociado a la ciudad del Cusco la antigua capital del imperio inca. El pasado del “buen gobierno” del imperio inca como lo escribe el Inca Garcilaso de la Vega en “Los Comentarios Reales” pasa a convertirse en mito esperanzador de la nueva mentalidad de los indios oprimidos quienes esperaban superar su penoso presente una situación que continua en la republicana frente al racismo y el centralismo limeño. El nuevo Estado concentra su atención en la capital, no reconoce su carácter plurinacional y continua inserto en el sistema mundo capitalista occidental asumiendo un nuevo estatus de país con una independencia política relativa pero subordinado en lo económico a centros metropolitanos extranjeros.


En 1921, al arribar a su primer centenario el Estado peruano se había formado desde unos inicios inciertos y azarosos hasta la llegada a la presidencia de Ramón Castilla en 1855 cuando el gobernante contando con el boom del guano consigue las bases económicas que le permiten construir el primer ferrocarril del continente, consolidar la deuda interna y externa, abrir las primeras fabricas del país, elaborar el primer presupuesto nacional y crear una burocracia gubernamental que impulsa las actividades


del país mucho más allá de sus dos periodos que se extienden hasta 1879 cuando Perú entra en una etapa de reformas institucionales tras la aparición de un nuevo recurso el salitre cuya explotación conduce al país a la infausta guerra con Chile debido a cuya derrota pierde parte del territorio y aparece una enorme frustración nacional que todavía gravita en el subconsciente nacional.


No obstante, éste periodo termina en 1899 cuando aparece la republica aristocrática oligárquica que se extiende hasta las grandes huelgas por las jornadas de ocho horas en 1919 que abren la búsqueda nacional de la modernidad. De esa coyuntura política sale el presidente Augusto B. Leguía quien durante su Oncenio aprovecha la ocasión de la efemérides del Centenario de la proclamación de la independencia (1921) como un acto laudatorio de su proyecto político de una “Patria Nueva” cuya finalidad representaba su ruptura personal con la oligarquía civilista y el intento de crear una nueva sociedad peruana aceptando de manera demagógica al indio, la modernización de la ciudad de Lima convalidando el centralismo político y la creación de nuevos nexos de dependencia con el capital norteamericano. Este periodo termina truncado con un golpe de estado en 1930, el cual además de derrumbar a Leguía refleja los graves efectos de la crisis del sistema capitalista internacional que determina mediante la confrontación de los sectores peruanos involucrados el surgimiento de una respuesta de contención al cambio social?? creada por el ejército apoyado de la oligarquía para vetar cualquier posibilidad de modernización y democratización propuesta por Haya de la Torre como máximo líder del APRA el primer gran partido de masas del Perú.


Esta situación se prolonga por tres décadas cuando mediado por las condiciones creadas por la guerra fría se instaura un “Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas” que asume un “Plan Inca” de transformación nacional siguiendo una tercera vía “ni capitalista ni comunista” y en medio de este contexto el presidente general Juan Velasco Alvarado en 1971, la principal figura del régimen, capitaliza los festejos del Sesquicentenario de la independencia para rescatar la figura histórica de Túpac Amaru II como el símbolo de la reforma agraria y del cambio social que aunado al fortalecimiento del estatismo tiene por finalidad romper con el imperialismo. Al sucumbir el experimento transformador, nuevamente el Perú entra en una larga búsqueda por medio siglo, de opciones que la estabilizaran políticamente.


Es un proceso zigzagueante que pasan por frustrados ensayos democráticos a decepcionantes y corruptos intentos dictatoriales siendo el último el Alberto Fujimorí que termina con su vacancia por incapacidad moral en el 2000. En lo que va de siglo la democracia ha funcionado como el sistema que ha garantizado la alternabilidad en el Perú a pesar de las dificultades presentadas hasta la actualidad cuando el presidente electo, Castillo, manifiesta su aspiración de una salida socialista que puede significar el fin del pluralismo político.


La idea del socialismo es introducida por José Carlos Mariátegui en los años de 1920 cuando a través de su original interpretación del problema del indio elabora un aporte al pensamiento marxista, sin embargo la evolución e interpretación de su pensamiento ha experimentado un gran avatar hasta la actualidad en que el partido de gobierno “Perú Libre”, afiliado al Foro de Sao Paulo, lo recoge como su antecedente más dicha afiliación levanta suspicacias al declarar Castillo que no imitará ningún modelo extranjero cuando es notorio la existencia de una coordinación regional entre sus afiliados, los presidentes de los gobiernos de Fernández de Argentina, López Obrador de México y Arce de Bolivia (donde el expresidente Evo Morales acusa a los expresidentes Macri y Bolsonaro de haberlo derrocado en el 2019), con la finalidad de


convalidar la falta de legitimidad en sus respectivos países e imponer una elite ideológica regional.


En Perú como en el resto de países sudamericanos se presenta un intenso debate sobre las opciones enfrentadas de dictadura y democracia acentuada por la deriva autoritaria visible en el pensamiento socialista que pretende retrotraer las enormes posibilidades del continente al pasado de la guerra fría cuando un la pequeña isla caribeña de Cuba logro sobrevivir instaurando un régimen totalitario comunista autista de los derechos humanos. Frente a esa anacrónica posibilidad surge en la isla en la isla un canto de libertad de “patria y vida” que es acompañado por los pueblos de la región de seguir controlando de manera democrática su marcha hacia el futuro


Alejandro Mendible
mendiblealejandro@gmail.com
Caracas – Venezuela


Enviado a nuestro correos por
Jesús Enrique Matheus Linares
jmateusli@gmail.com
@UranioMomoy
Caracas - Venezuela