viernes, 26 de noviembre de 2021

ACTUALIZACIÓN DE EL REPUBLICANO LIBERAL II: DIARIO DE OPINIÓN, http://elrepublicanoliberalii.blogspot.com VIERNES 26/11/2021

 


AQUÍ TITULARES DE HOY VIERNES 26/11/2021, PULSAR SOBRE EL TÍTULO PARA LEER

 

TITULARES DE HOY - INTERNACIONALES Y NACIONALES - 26/11/2021



AURORA LACUEVA: INICIAR UNA NUEVA ETAPA. DESDE VENEZUELA


JULIO CÉSAR PINEDA: DEL ESTADO NACIONAL AL ESTADO REGIONAL. DESDE VENEZUELA


JOSÉ RAFAEL HERRERA: UNA ÉTICA. HEGEL, HÖLDERLIN, SCHELLING. DESDE VENEZUELA


BEATRIZ DE MAJO: LA PANTOMIMA DEL BOICOT OLÍMPICO.CHINA HOY. DESDE ESPAÑA

En la agenda chino-americana hay un hito que pudiera de nuevo agregar amargor a las relaciones bilaterales. Se trata de un eventual apoyo norteamericano al boicot que se viene proponiendo por parte de terceros a los Juegos Olímpicos de Invierno que tendrán lugar bajo la batuta del Jefe del Estado chino. Este se ha pronunciado ya en repetidas ocasiones en torno a la inconveniencia de tal sabotaje.

Mezclar este evento deportivo con temas relacionados con los derechos humanos no ha sido una iniciativa estadounidense, pero apenas se inauguró la presidencia del mandatario demócrata, sus asesores hicieron saber que era preciso considerar esta opción. Desde hace pocas semanas el boicot se ha convertido en el caballo de batalla de la coalición de uigures, tibetanos y residentes de Hong Kong, tiñendo con colores políticos un tema que el mundo deportivo desearía mantener ajeno a estos avatares.

Lo que primero deberían plantearse los adalides de los Derechos Humanos en el mundo es si realmente esta asociación del deporte con la observación de los derechos humanos tiene razón de ser y si no es más que un subterfugio nuevo para atacar esta vez a China como fue atacado Hitler en la ocasión de lo que se llamaron las “Olimpiadas Nazis” en 1936, que tampoco lograron nada de significación. Tal como señala un estudio analítico de Open Global Rights la penalización mundial de prácticas reiteradas de violaciones de los derechos humanos de algunos gobiernos a través de la obstrucción de grandes competencias deportivas es una historia de traspiés y de fracasos. Una cantidad de intentos puestos en marcha a lo largo de la Historia nunca se han coronado con éxito.

Se trata de dos cosas sin relación entre ellas, pero una vez que el tema ya se politizó, como es el caso, no puede ser visto sino bajo ese ángulo y huelga cualquier otra consideración. Es preciso, sin embargo, llamar la atención sobre el hecho de que ante la necesidad de mantener vientos positivos entre las dos grandes potencias, los mismos norteamericanos a esta hora ya están mirando el asunto con una óptica diferente. En aras de no inflamar más la relación bilateral entre Washington y Pekin el gobierno americano le está quitando decibeles al poderoso impasse. En sus inicios, quienes apoyaban el boicot total quebraban lanzas porque el mismo fuera realmente erosivo del prestigio que asociaría a Xi Jinping los juegos. A raíz del reciente encuentro de los dos jefes de gobiernos donde ambos blandieron la bandera blanca de la paz, el tenor de las sanciones ha evolucionado y, para este instante, lo que el equipo de Biden posiblemente apruebe sea una suerte de boicot limitado – “boicot diplomático” lo llaman-que se diferencia notablemente del que fue propuesto por los apasionados.

Mientras la propuesta original propugnaba una competencia deportiva “sin atletas norteamericanos, sin personalidades ni funcionarios gubernamentales, sin patrocinantes oficiales, sin público norteamericano y sin transmisión televisiva o digital de los juegos, ha aterrizado, en los días pasados, en una posición mucho más contemporizadora. Hoy por hoy lo que aprobarían las autoridades estadounidenses- tanto del lado demócrata como del republicano-, es una especie de “boicot light”.

Ya no se trata de impedir o invalidar la contienda prohibiendo a los atletas norteamericanos de participar. Solo los representantes de la administración norteamericana estarían ausentes por decisión de Washington, pero todo lo demás no estaría impedido de asociarse con la magna cita del deporte. Claro que el boicot se declararía con pompa y solemnidad de manera de intentar rescatar para los Estados Unidos la autoridad moral que consideran tener en materia de Democracia y de Derechos Humanos.

Beatriz De Majo
bdemajo@gmail.com
@BeatrizdeMajo1
Venezuela – España

GABRIEL BORAGINA: INDIVIDUALISMO, EGOÍSMO, COLECTIVISMO Y ALTRUISMO (3º PARTE). DESDE ARGENTINA

El desprestigio que ha logrado la palabra egoísmo ha sido tan grande que no existe prácticamente casi nadie que quiera aceptarla y que no la condene. Inclusive muchos autores que simpatizan con el ideario liberal tratan de librarse rápidamente del término diferenciándolo del individualismo. Como ya hemos visto, K. R. Popper es uno de ellos. Por ejemplo, cuando dice:

‘’Quizá algunos se pregunten cómo puede un individualista exigir devoción a causa alguna, especialmente a una causa tan abstracta como la investigación científica. Pero una pregunta semejante no haría sino revelar el viejo error (analizado en el capítulo anterior) de identificar el individualismo con el egoísmo’’[1]

El problema -a nuestro modo de ver y como ya hemos esbozado- consiste en creer que existe una sola interpretación para la palabra egoísmo o, dicho de otra manera, que hay una sola forma de ser egoísta. Si, en cambio, como pensamos, equiparamos al egoísmo con el interés propio, descubriremos que bajo esta última denominación se esconden actitudes personales en favor de los demás, y que en dicha dirección hasta incluso se puede admitir la posibilidad de lo que hemos llamado un egoísmo altruista, acepción que una inmensa mayoría de personas rechazaría de plano, incluyendo a la gran defensora del egoísmo, Ayn Rand.

Como dice L. v. Mises –parafraseándolo- el egoísmo engloba desde las acciones más nobles hasta las mas ruines

‘’Un individualista puede ser generoso, dedicándose no solamente a ayudar a los demás individuos, sino también a desarrollar los medios institucionales destinados a favorecer a otra gente. (Fuera de esto, no creo que la devoción deba ser exigida, sino tan sólo estimulada) ’’[2]
El punto es que, nosotros expresaríamos que un egoísta también puede serlo y -en tal sentido- emprender las que se dan en llamar acciones solidarias.

Ese interés propio que hemos caracterizado como formando parte del egoísmo, o fusionándose con él, puede incluir perfectamente conductas que se dirijan no sólo a beneficiar a otras personas sino también al diseño de instituciones (decir ‘’sociales’’ sería una redundancia, ya que toda institución es -por su propia naturaleza- social) que por definición necesariamente incluyen la acción de otras personas distintas al del sujeto egoísta (individualista nos diría Popper según su clasificación).

Popper se refiere -en concreto- a las instituciones democráticas, que no son las únicas sino que hay muchas otras de carácter no político que benefician a la gente de muchas maneras disímiles, y la enorme mayoría de ellas son de condición privada.

La devoción de la que nos habla el profesor austriaco es, sospechamos por el contexto, la devoción a alguna causa, es decir, implícitamente a una causa ajena (en principio) al individualista, y a la que adhiere después. Y esa exigencia no queda clara si se trata de una exigencia en abstracto o en concreto hacia alguna o algunas otras personas. Afortunadamente, en el párrafo analizado ahora, nos aclara que ‘’no creo que la devoción deba ser exigida, sino tan sólo estimulada’’.

Y decimos afortunadamente porque una devoción exigida nos estaría revelando una personalidad autoritaria que, claramente tiene poco que ver con lo que el liberalismo individualista predica.
‘’Yo creo que la devoción por ciertas instituciones, por ejemplo, las de un Estado democrático, y aun ciertas tradiciones, puede caer dentro de la esfera del individualismo siempre que no se pierdan de vista los objetivos humanitarios de dichas instituciones’’[3]

Sin duda que este es un párrafo que podemos compartir en alto grado. El individualista es un ser social que puede (como ya dijimos) ser sumamente solidario con otros e incluso con la causa de otros. Nos parece intensamente valiosa la aclaración popperiana en cuanto a la salvedad ‘’siempre que no se pierdan de vista los objetivos humanitarios de dichas instituciones’’.

Y es que –acertadamente- las instituciones de un ‘’estado’’ democrático no necesariamente pueden tener ‘’objetivos humanitarios’’, ya sea por un defecto de diseño o por una interpretación distinta de la palabra ‘’democracia’’, lo que se compadece con las diferentes acepciones que recibe el término democracia en la teoría política, tema sobre el cual nos hemos explayado en varias de nuestras obras por lo que no volveremos a repetir aquí lo que ya dijimos en ellas.
Creo que Argentina es un claro ejemplo donde -bajo la fachada de una ‘’democracia’’ formal- se esconde una modalidad sutil de totalitarismo, de la mano de partidos que hacen del populismo lo que ya puede considerarse una característica de vida.

Por eso, siempre hemos insistido que nuestra defensa es la de una democracia liberal y no de cualquier otro tipo de ‘’democracia’’.

‘’El individualismo no debe identificarse con un personalismo antiinstitucional. Éste es un error que los individualistas cometen con frecuencia. Tienen razón en su hostilidad hacia el colectivismo, pero confunden las instituciones con los grupos co­lectivos (que aspiran a ser fines en sí mismos) y se convierten, por lo tanto, en personalistas anti institucionales, lo cual los coloca peligrosamente cerca del principio de conducción. (A mi juicio, esto explica en parte la hostilidad de Dickens hacia el Parlamento inglés.) ’’[4]

Si tuviéramos que interpretar este párrafo, nos daría la impresión que Popper se está refiriendo al anarquismo como se lo entiende en el lenguaje coloquial y corriente. La expresión ‘’personalismo antiinstitucional’’ es una frase que encaja casi a la perfección en esa idea del anarquismo que tiene casi todo el mundo. Podría señalar que, a partir de ese error que nos señala la cita, el individualista deja de ser tal para convertirse en un anarquista, o que agrega esta última clasificación a la primera.

Pero -como hemos dicho tantas veces- nosotros pensamos que alguien es un individualista porque piensa, razona y se conduce en términos de individuos, es decir percibe la realidad como compuesta de individuos, entendidos como seres humanos concretos y palpables, perceptibles por los sentidos. No cree en entidades míticas como el estado-nación, la patria, el grupo, la colectividad, la sociedad, la comunidad y expresiones abstractas y/o etéreas, equivalentes.

Esto es lo que marca la distinción entre un individualista y un colectivista. Dos visiones diferentes del mundo y de la realidad. Dos modos distintos de pensar, sentir y de vivir.

[1] K. R. Popper. La sociedad abierta y sus enemigos. Paidós. Surcos 20. Pág. 589
[2] Popper K. R. Ibídem.
[3] Popper K. R. Ibídem.
[4] Popper K. R. Ibídem

Gabriel Boragina
gabriel.boragina@gmail.com
@GBoragina
Argentina

ALFREDO M. CEPERO: EN WISCONSIN, TRIUNFÓ LA JUSTICIA SOBRE EL TERROR. DESDE ESTADOS UNIDOS

Por la gracia y la asistencia de Dios, América sigue siendo el ejemplo y la inspiración del mundo.

Hace menos de una semana, el 19 de noviembre, se produjo en Kenosha, Wisconsin lo que muy bien puede ser calificado como un terremoto político. Una docena de jurados valientes y un juez que calza pantalones largos declararon ante el mundo que el joven Kyle H. Rittenhouse era inocente de todos los falsos cargos de asesinatos que se le imputaban. Un caso flagrante de legítima defensa había sido presentado durante varios meses como asesinato por la prensa desprestigiada que sirve de vocero a la izquierda fanática empecinada en la transformación radical de los Estados Unidos.

Por su parte, la chusma callejera exigía sangre y amenazaba con desatar motines e incendiar negocios como los del año pasado en Seattle y Portland. Esta declaración de inocencia demostró que la propaganda y la chusma no siempre ganan. Además el fallo de estos jurados y la integridad del juez Bruce Schroeder restauraron mi confianza en que la división de poderes de la democracia representativa sigue viva en este país, con el poder judicial sirviendo de factor de equilibrio entre el Legislativo y el Ejecutivo.

Para que todos recordemos, he aquí como empezó esta pesadilla. Un joven de 17 años—Kyle Rittenhouse—hizo acto de presencia en Kenosha, Wisconsin portando un arma por una sola razón: Él estaba allí porque en ese verano de 2020 los líderes del Partido Demócrata estaban estimulando la violencia de la chusma con fines políticos. Esa es la razón por la cual se habían desatados motines esa noche en Kenosha. Porque políticos oportunistas como Kamala Harris los incentivaba. Lo demás es puro engaño y mentirosa palabrería.

Más de un año después—cuando Rittenhouse estaba siendo sometido a juicio acusado de asesinato—la chusma amenazó con más violencia si él era absuelto. Imagínese usted ser un jurado o el juez en este caso. Imagínese la presión y el miedo. Es necesario un enorme coraje moral para ignorar las amenazas y seguir las pruebas hasta su conclusión lógica. Un coraje tan grande que muchas veces dudé que fuera posible en un país donde la izquierda fanática ha hecho del odio y de la división de razas sus armas predilectas.

El juez Bruce Schroeder ha sido objeto de elogios y críticas por parte de expertos legales y de otros observadores del juicio de Kyle Rittenhouse. A sus 75 años, Schroeder es el juez de circuito que más tiempo ha ocupado su cargo en el estado de Wisconsin. Fue nombrado en 1983 por un gobernador demócrata y ha sido reelecto desde esa fecha. Fue criticado desde el principio de este juicio cuando falló que los fiscales no podían referirse a los baleados por Rittenhouse como “víctimas” porque la misma era una palabra cargada de emociones. En marcado contraste, permitió que los abogados de la defensa se refirieran a ellos como “piro-maniáticos” y “saqueadores” siempre que pudieran probar esas acusaciones.

Por otra parte, como es su ya desprestigiada costumbre, la izquierda ha utilizado los calificativos de “racista y de privilegiado blanco” contra Kyle Rittenhouse pero los acontecimientos demuestran todo lo contrario. Rittenhouse es un joven blanco que participó en los sucesos de Kenosha el 17 de agosto de 2020. Con su rifle semi-automático AR-15 baleó a tres individuos: Joseph Rosenbaum, Anthony Huber y Gaige Grosskreutz. Rosenbaum y Huber fallecieron. Los tres eran blancos. De ahí que no hay base alguna para acusar de “racista y privilegiado blanco” a Kyle Rittenhouse.

Otro de los atacantes de Kyle fue Maurice Freeland. Maurice admitió en el juicio haber atacado a Rittenhouse momentos antes de que otro hombre, un abusador de mujeres llamado Anthony Huber, golpeara en la cabeza a Kyle con una tabla de patinar. ¿Quién es Maurice Freeland? Según el periódico “The Daily Mail” es un criminal condenado y confeso. Esta fue una de las muchas informaciones que el Fiscal Asistente, Thomas Binger, se negó a revelar a la defensa. Como resultado de ello, Kyle Rittenhouse, fue privado de su derecho constitucional de confrontar a sus acusadores.

En otro aspecto de este caso, su notoriedad proporcionó una especial oportunidad a los políticos de ambos partidos para opinar sobre el mismo. El expresidente Trump elogió la decisión del jurado en cuanto a que se trataba de un caso clásico de legítima defensa. El presidente Biden dijo que había que aceptar la decisión del jurado, pero sus manejadores lo obligaron a agregar que “él, como otros americanos, se sentía furioso por el fallo.”

Pero los incendios y los saqueos como los del año pasado en Seattle y Portland con motivo de la muerte de George Floyd, en Minneapolis, no se produjeron después de la absolución de Kyle Rittenhouse. Yo tengo mi tesis. La chusma se abstuvo de efectuar motines porque los demócratas controlan el poder y la violencia habría sido atribuida a la administración Biden. Es muy probable que los altos niveles del partido les hayan dado la orden de mantenerse tranquilos. Con unas encuestas por el piso, los demócratas no quieren poner en mayor peligro del que ya están las elecciones parciales de 2022.

Antes de cerrar este artículo quiero hacerle algunas sugerencias a Kyle Rittenhouse. Primero, los responsables tienen que ser castigados. No sólo para la satisfacción de Kyle sino para la protección de los otros muchos Kyles que han sido vituperados y atormentados por una prensa mentirosa, parcializada y hasta vengativa. Segundo, los estados de la Unión Americana tienen que asegurarse de que los difamados por las corporaciones periodísticas cuenten con suficientes recursos legales para establecer demandas por difamación. Y tercero, las entidades que se anuncian en corporaciones periodísticas—que con frecuencia difaman a personas inocentes—deben de ser responsabilizadas de facilitar material difamatorio y falsas imputaciones sobre esas personas.

Cierro este trabajo con una nota optimista de la que estoy totalmente convencido. En esta nación excepcional hay mucha gente racional, decente y compasiva de todas las razas que todavía está dispuesta a pensar con claridad sobre lo que está bien y lo que está mal, sobre lo que es verdadero y lo que es falso, lo que es justo y lo que no lo es. Y eso es precisamente lo que hicieron los jurados que absolvieron a Kyle Rittenhouse y el juez que mantuvo los procedimientos dentro de la más estricta legalidad.

Y esa es la lección que podemos sacar de este infortunado incidente. A pesar de todas las amenazas y de toda la propaganda negativa un grupo de jurados y un juez en el ocaso de su carrera en Kenosha, Wisconsin, tuvieron suficiente coraje para llegar a la conclusión correcta. Por la gracia y la asistencia de Dios, América sigue siendo el ejemplo y la inspiración del mundo.

Alfredo M. Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
Director de www.lanuevanacion.com
Cuba - Estados Unidos

AURORA LACUEVA: INICIAR UNA NUEVA ETAPA. DESDE VENEZUELA

Necesitamos que a partir de las elecciones del pasado domingo se inicie una nueva etapa en nuestra vida política, social y económica. Una etapa de convivencia, donde todos los sectores –gobierno y oposiciones, pero también empresarios, trabajadores, universitarios, iglesias, etcétera- se dispongan a laborar por el país desde los espacios que les son propios, respetando las normas democráticas plasmadas en nuestra Constitución. Insistir en la destrucción del contrario nos conduce al desastre. Preocupa que se prolongue, quizás con algunas mejoras, la situación actual, y que Venezuela se quede allí atrapada: una nación pobre, atrasada y muy desigual, donde unas élites enquistadas se disputan los restos de lo que fue.

Porque nuestra economía se derrumbó en un 80% desde 2013, y apenas este año se anuncia un pequeño repunte. Requerimos enfocarnos en un crecimiento económico sano, que no destruya la naturaleza y que traiga bienestar a toda la población y no sólo a una minoría. Hacen falta acuerdos mínimos al respecto, más allá de las respuestas del momento a las “sanciones”, y superando tanto los errores del pasado como la nociva corrupción. Turismo de playa y exportación de materias primas o poco procesadas –petróleo, oro, cambures…- no resultan de por sí un camino promisorio. En ese sentido, no hay que dejar que nuestras escuelas, universidades y centros de investigación se sigan deteriorando: educación para todas y todos es clave para el desarrollo de cada persona y de la sociedad en general. Y una economía próspera del siglo XXI necesita trabajadores bien preparados e innovación constante: ninguna de las dos cosas se improvisa. Rescatar escuelas y universidades es mucho más difícil que rescatar fábricas y comercios.

Ya es hora de que todos los sectores se unan reclamando el cese de las ilegales “sanciones” de países extranjeros, en particular de EEUU. Y que se planteen visiones a mediano y largo plazo de los elementos básicos para el desarrollo económico y social. Así, educación, salud y servicios públicos de calidad, internet para todos, un Estado activo en una economía mixta, diversidad en tipos de empresas, trabajando y reforzándose en redes, valorización de nuestros recursos, unidad en América Latina y el Caribe para así juntos avanzar mucho más… Es posible.

Aurora Lacueva
lacuevat@hotmail.com
Aurora Lacueva
@AuroraLacueva
@Unoticias
Venezuela

JULIO CÉSAR PINEDA: DEL ESTADO NACIONAL AL ESTADO REGIONAL. DESDE VENEZUELA

El Estado-Nación se crea, históricamente, mediante el Tratado de Westfalia de 1648, así se termina con el antiguo orden feudal y se inicia un Nuevo Orden Nacional e Internacional con las poblaciones, los territorios y las instituciones. Las leyes nacionales dentro de los órdenes constitucionales y legales afirman la soberanía y la organización interna de cada nación; pero por los convenios y tratados internacionales pueden los Estados regular sus relaciones y sus vínculos comerciales, políticos y sociales. Tanto en el orden interno como en el internacional las instituciones son producto de un acto de voluntad de los actores, siempre dentro de un pacto social.

La tesis extrema de la necesidad del acuerdo interno o internacional es la inspirada en Thomas Hobbes, cuando señala que “el hombre es lobo del hombre”, por lo tanto, el orden nacional y el internacional son la expresión del poder real de los actores. Al extremo opuesto el francés JJ. Rousseau, afirma que “el hombre es un ser libre e igual por naturaleza”, pero puede delegar su soberanía individual hacia formas de gobierno. Los autoritarismos y las dictaduras privilegian la necesidad del Estado absoluto y del poder concentrado, con la tesis del gendarme necesario o del caudillo mesiánico. Las democracias afirman la absoluta necesidad del Estado y las organizaciones internacionales, insistiendo en la soberanía individual y colectiva de los hombres y los Estados.

El filósofo alemán Emmanuel Kant en 1795, con su libro La Paz Perpetua le da sustento jurídico y ético al Estado Nacional, pero también a su dimensión mundial con un Nuevo Orden Internacional. Antes que él, sobre este tema había escrito el Abad de Saint Pierre y comentado el propio Rousseau.

Después de la Primera Guerra Mundial, uno de los teóricos más importantes sobre la teoría del Estado fue Carré de Malberg (1861-1935); para este constitucionalista la ley es un dogma como expresión de la voluntad legal de una nación, tanto en su realidad interna como con los compromisos y negociaciones en la escena regional o mundial. Para este autor, “el Estado es una comunidad de hombres fijado sobre un territorio propio y que posee una organización institucional”.

El ensayo de la Sociedad de Naciones en 1919, finalizada la Segunda Guerra Mundial y posteriormente en 1945 con la creación de la ONU, se plasmó la realidad del Estado soberano con independencia y autodeterminación, inspirado en el imperativo de la democracia y la justicia; con estas organizaciones internacionales y las agencias especializadas de las Naciones Unidas, como la FAO, la Unesco, la OMS y tantas otras proyectaron una nueva estructura internacional y regional (OEA, UE, Unión Africana, Liga Árabe). Bajo el principio de la delegación de soberanías nacionales hacia una supranacionalidad por vía de convenios y tratados internacionales. Diferente a la ley para el orden internacional, los tratados exigen tres pasos fundamentales: la negociación, la firma y la ratificación de los pueblos o parlamentos.

Con el Tratado de París de 1951, cuando se creó la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, con el perfeccionamiento de la Comunidad Económica Europea (CEE), se rompió el paradigma clásico del Estado Nacional hacia un proyecto de Federación de Estados (en ese momento eran 6, hoy son 27, después del Brexit). Desde ese momento los europeos avanzaron en su proceso de integración pasando de lo económico a lo social y a lo político. Desde 1992, la Unión Europea en los escenarios internacionales es un actor con su propia diplomacia y en lo interno con un Nuevo Derecho Comunitario. Se cumplió lo expresado por Churchill en 1946 en la Universidad de Zúrich cuando solicitaba la creación de Estados Unidos de Europa. Con la UE se estableció el principio de subsidiaridad y se consagró la supraconstitucionalidad. Se llegó a pensar en una Constitución para toda Europa y el Tratado de Lisboa desarrolla y especifica ese nuevo modelo de Estado Regional, con un territorio de cerca de 5.000.000 de kilómetros cuadrados y 500 millones de habitantes. Este Nuevo Estado Regional significó una nueva ciudadanía para todos los europeos más allá de la nacional, con pasaporte único, libre circulación, derecho al sufragio; se estableció una política exterior y de seguridad común para la UE; un espacio sin fronteras interiores para facilitar la actividad económica y social con una moneda única; se estableció el fomento y la cooperación en el ámbito de la justicia y los asuntos internos; también se le otorgaron poderes y atribuciones al Parlamento Europeo.

Nuestro Libertador, como todos los del continente trataron de afirmar la independencia y la libertad bajo el marco de la integración. Bolívar, exigía una nación de repúblicas, por eso su intento de la Gran Colombia y el Congreso de Panamá (1826).

El paradigma europeo sigue siendo una inspiración para la real integración de América Latina, por eso es necesario el desarrollo de un Nuevo Constitucionalismo Internacional, como lo denomina el profesor Renaud Dehouse, presidente del Instituto Universitario Europeo de Florencia. Para él, fue un punto culminante en el sistema de equilibrio de poderes heredado de la Paz de Westfalia. Constitucionalismo fundamentado en la solidaridad pragmática y progresiva, con instituciones supranacionales y un Derecho Comunitario.


Julio César Pineda
Jcpineda01@gmail.com
@ElUniversal
@jcpinedap
Caracas - Venezuela

JOSÉ RAFAEL HERRERA: UNA ÉTICA. HEGEL, HÖLDERLIN, SCHELLING. DESDE VENEZUELA

Hegel, Schelling y Hölderlin: “Solo puede llamarse idea lo que es objeto de la libertad”

Durante el duro invierno de la Frankfurt de 1796-1797, tres jóvenes colegas, egresados del Stift de Tübingen, se reunieron para redactar lo que concibieron como el Programa mínimo del itinerario filosófico que a partir de entonces sería menester desarrollar para los próximos tiempos, con el firme propósito de contribuir decididamente a la realización ─in der Praktischen─ del anhelado sueño de una humanidad redimida de sus propias inconsistencias e inconsecuencias, después del probado fracaso de los sueños de una racionalidad trastocada en monstruosa tiranía. Se trataba, nada menos, de quienes, no mucho tiempo después, se transformarían en los más representativos pensadores del llamado Idealismo alemán, sobre las huellas de Kant y Fichte, cabe decir: del poeta Hölderlin y de los filósofos Schelling y Hegel. Reunidos en aquella Frankfurt signada por “el punto nocturno de la contradicción”, los tres jóvenes compañeros, tras densas jornadas de discusión, finalmente redactaron el Primer Programa de un sistema del Idealismo alemán. No se impuso la voluntad de uno de ellos en particular para la redacción definitiva de dicho programa. Más bien, y como solía decir el maestro Pagallo en sus clases, “el Ich bin devenido Wir sind, era la sustancia, el Espíritu absoluto que brotaba de la empuñadura de la pluma de sus redactores”.

“..una ética. Puesto que, en el futuro, toda la metafísica caerá en la moral, de lo que Kant dio solo un ejemplo con sus dos postulados prácticos, sin agotar nada. Esta ética no será otra cosa que un sistema completo de todas las ideas o, lo que es lo mismo, de todos los postulados prácticos. La primera idea es naturalmente la representación de mí mismo como un ser absolutamente libre. Con el ser libre, autoconsciente, emerge simultáneamente, un mundo entero ─de la nada─, la única creación de la nada verdadera y pensable”.

Como podrá apreciarse, desde los primeros parágrafos del programa, los rígidos criterios de demarcación, puestos por el entendimiento abstracto, entre la razón teórica y la razón práctica, entre conocimiento y moralidad ─cuyo distanciamiento en el horizonte de la cultura contemporánea se ha vuelto abismal hasta el absurdo─ estallan, al tiempo de exigir la impostergable reconducción a su concepto originario: la indisoluble unidad de lógica, ética y estética, reflejada ya desde los diálogos platónicos, como la identidad del ser como pensar, decir y hacer verdadera, buena y bellamente. El instrumentalismo mecanicista, representado en el culto patológico de las metodologías, cuyo propósito consiste en ocultar en sus entrañas el miedo a la realidad de verdad, evadiéndola, mientras recrea una “realidad” ─la fictio o imaginatio propiamente dicha─ que le resulta más “potable”, queda descubierto, sorprendido en su extremismo religioso, en la tiranía de su fanatismo.

Cosa similar ocurre en el Systemprogramm con la “idea” del Estado. Si por Estado se entiende un simple mecanismo, una recurrente y esclavizante cadena de montaje, entonces, ese Estado no puede más que desaparecer, debe dejar de existir, porque así como “no existe una idea de una máquina”, tampoco puede existir la idea de un mecanismo que termina aprisionando y sometiendo a los individuos, convirtiéndolos en pernos y tuercas descartables de un abominable artificio hecho de engranajes, porque, en realidad, “solo puede llamarse idea lo que es objeto de la libertad”. Por lo cual, un Estado solo puede justificar su existencia si es el resultado de la acción de los ciudadanos libres para los ciudadanos libres. Todo lo cual resulta impensable si no se construyen los fundamentos sólidos de un innovador, rico y concreto significado de lo ético hecho arte, literatura, poesía y mitología. Es imposible el razonamiento histórico ─e incluso, el matemático─ sin sentido estético. Los individuos sin sentido estético son los “técnicos”, los “especialistas” a secas, vulgares aplicadores de fórmulas vaciadas de contenido, “científicos” sociales, metodólogos y pragmáticos ortodoxos que confunden la política con las transacciones, que trafican con los “recursos humanos” ─como si la condición humana tuviese precio y no valor─ y, en consecuencia, son aquellos tendencialmente propensos a la deslealtad y a la corrupción que, más temprano que tarde, llegan a confundir la gestión pública con la criminalidad. En fin, se trata de los “bachaqueros” de la praxis política devenidos gánsters.

Mientras no se comprenda la inescindibilidad de conocimiento y moral, de verdad y libertad; mientras no se transformen “las ideas en ideas estéticas, en ideas mitológicas”, capaces de proyectar y dignificar la propia labor en beneficio del ethos, hasta conquistar los arcana coelesti y revelarlos, no habrá un contundente y decidido acompañamiento ciudadano, apto para derrumbar los andamiajes de la corrupción y el secuestro colectivo al que han sido sometidos los venezolanos, presas de las fauces de la canalla vil. Sin Ethos la república terminará desapareciendo para dar paso a un conglomerado de sobrevivientes sin rumbo, a la deriva. Solo con eticidad llegan a su fin “las miradas desdeñosas” y “el ciego temblor del pueblo” ante sus cancerberos. Y solo entonces llegará la conformación de la “igualdad de todas las fuerzas, tanto de las fuerzas del individuo como de las de todos los individuos. No se reprimirá ya fuerza alguna, reinará la libertad y la igualdad universal de todos los espíritus”.

La educación estética de la sociedad ─y especialmente la de quienes se han propuesto ejercer la función de dirigentes políticos─ es clave para la construcción de una nueva ciudadanía, auténticamente libre y democrática, sobre todo en tiempos de desgarramiento. Es necesario hacer el esfuerzo por superar los rumores del día a fin de dar cabida a los acordes de la eternidad. La única red social que bien merece llamar la atención de todos es la que terminará apresando y poniendo fin a la tiranía. Esa inmensa red social y política de la resistencia tiene que estar tejida con los hilos de la ética del compromiso y la solidaridad, de la constancia y el desempeño de los ciudadanos. El ejemplo dado por aquellos tres jóvenes pensadores alemanes, que más tarde serían las figuras centrales de la inteligencia poética y filosófica de su tiempo, pasma, y no deja de llenar de asombro, de admiración. La reconstrucción de Venezuela depende de ese programa que aún está por construirse, justo aquí y ahora, después del último desencanto. Será el programa de la fantasía concreta. Solo las ideas son capaces de redimir a los pueblos. Y, justo después del gran fraude, ha llegado el momento de las ideas para Venezuela.

José Rafael Herrera
jrherreraucv2000@gmail.com
@costadelsol931
@jrherreraucv
Venezuela