domingo, 4 de agosto de 2019

JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ: LIBERTAD IRRENUNCIABLE

La libertad es irrenunciable, es un derecho superior y principal; la libertad es un derecho del hombre en cualquier sitio;la libertad es un derecho de los pueblos. La libertad es sagrada y es connatural al ser humano, a los hombres en su conjunto, a los pueblos obligados a reconocerla, defenderla y sostenerla. 

Contra la libertad ningún poder puede tener legitimidad, ningún Estado, individuo o gobierno puede ejercer contra ella un sistema injusto, ajeno a los derechos políticos, sociales y humanos esenciales para la vida colectiva y la existencia individual. 

Su origen si bien es la ley y el derecho, proviene de un sentido mayor se corresponde con la naturaleza de las cosas, con la naturaleza del hombre tal y como fue creado. Hay pues un sentido de la libertad que transciende las normas y cuando ellas se oponen a lo que ella implica, el derecho deja de serlo por contrariar su auténtica razón que no es otra sino proteger los valores sociales e individuales. 

No hay manifestación de nuestra cultura en la moral, en la religión, en la política, en el derecho, en la filosofía, en la literatura, en el arte y en la civilidad que no exprese y sostenga el bien de la libertad como parte de lo que somos y lo que debemos ser. 

Contra el grotesco abuso, robo, engaño con las que siempre se ha intentado imponer la ilicitud política contra la sociedad, el mismo Cervantes en su célebre: “Don Quijote”, condenaba a los: “fieros ministros”, “codiciosos...”, “ciegos de avaricia” representantes de un sistema de opresión que impedía en su tiempo y aún lo hace en el nuestro: “alcanzar la libertad en esta vida”. 

Si en algo en Venezuela hemos pretendido avalar nuestra justificación histórica es en el hecho de haber propiciado en nuestra historia la libertad y la independencia de otras naciones, apellidándonos con un pueblo de libertadores o herederos de ellos, resaltando que esa empresa fue la superior que acometimos y que nos caracteriza como pueblo, como Nación. 

Por esa libertad luchamos en los campos de batalla y exhibimos en momentos dolorosos lo mejor del pensamiento civil ante dictaduras oprobiosas que nos degradaron y sometieron al capricho de los déspotas. Nuestra vida nacional ha sido un largo y difícil proceso contra el autoritarismo, la opresión y la injusticia, enfrentada y cuestionada cada vez, sosteniendo el derecho legítimo a que Venezuela exista como una nación libre, independiente, justa y democrática. 

Es por ello que la defensa de la libertad venezolana no puede ser vista sino como un derecho y un deber nuestro, como parte de lo que fuimos, de lo que somos, de lo que debemos seguir siendo como país. No es traición a la patria pretender que aspiremos ser libres, traición a la patria es lo contrario. La libertad es irrenunciable... Tampoco la libertad de Venezuela puede ser indiferente para otras naciones comprometidas con los valores de la libertad, la democracia, la justicia y los derechos humanos. 

Venezuela debe recuperar plena y cabalmente sus libertades y derechos; restablecer sus instituciones, enaltecer con hechos cotidianos la dignidad humana, superar el espantoso drama en que se encuentra y alcanzar por vía propia y con el apoyo internacional necesario, legítimo y útil, la convivencia nacional indispensable, la recuperación de la economía, la imposición de la justicia, la recuperación del orden social equilibrado y solidario, todo aquello que hemos perdido en este tiempo desastroso en el cual el delito y la impunidad se expresa de manera alarmante en todos los órdenes como parte de una crisis profunda que al no detenerse y al profundizarse cada día compromete la viabilidad presente y futura de la Nación. 

Seremos libres cuando empecemos a comprender las causas que nos han traído a esta situación y cuando estemos dispuestos a organizar una República verdaderamente soberana, libre, independiente, democrática, justa; una Nación libre de nuestros propios vicios, de nuestros males, de nuestros propios errores, de todo aquello que por ignoracia, fanatismo, irresponsabilidad y codicia ilegítimas nos ha conducido a vivir la peor época de nuestra historia

Jose Felix Diaz Bermudez
jfd599@gmail.com
@jfdiazbermudez
Anzoategui - Venezuela.

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