Cada día aumentan los partidarios de la idea de que el libre comercio multilateral lleva a la desaceleración de la economía. Ello es resultado de la incapacidad de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para asegurar reglas claras al comercio internacional, así como por el reducido apoyo que está recibiendo dicha institución por parte de sus países miembros; la proliferación de posiciones proteccionistas que acrecientan los conflictos comerciales entre naciones, por ejemplo, China-Estados Unidos, India-Estados Unidos, Corea del Sur-Japón; la incertidumbre que genera la salida del Reino Unido de la Unión Europea; y la falta de resultados en el marco de acuerdos como el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica y la Asociación Económica Integral Regional, debido a que Estados Unidos e India decidieron no participar.
En este panorama, los acuerdos comerciales están siendo desplazados por desacuerdos al libre comercio. Posiciones encontradas que aparecen cuando los resultados de la liberalización comercial se perciben como injustos para al menos una de las partes. Es decir, cuando uno o varios de los participantes consideran que los beneficios (o costos) de liberar el comercio se distribuyen de manera desproporcionada. Estos desacuerdos son difíciles de medir debido a que son resultado de una amplia gama de acciones e inacciones de gobiernos que dan prioridad a los productores locales sobre la competencia extranjera, y su presencia dentro de las nuevas relaciones económicas internacionales es evidente debido a las continuas tensiones comerciales que en la actualidad existen.
Los recientes desacuerdos comerciales también son resultado de los cambios significativos que se han dado en la distribución del poder económico mundial. A medida que el tamaño de las economías del mundo aumenta, la rivalidad se incrementa para los países líderes y, a partir de allí, se incrementa la probabilidad de nuevos conflictos. Por ejemplo, Japón durante la segunda mitad del siglo XX y China en la actualidad.
El surgimiento de una nueva potencia económica se caracteriza por el incremento de sus relaciones comerciales con los demás países del mundo, así como por el aumento de la interdependencia con las potencias económicas existentes. Cuando esta mayor interrelación entre viejas y nuevas potencias se percibe como una oportunidad para la complementariedad, se reduce el riesgo de conflicto porque los beneficios de la nueva relación son mayores que sus costos. Mientras que, si se identifica como una amenaza de sustitución del viejo liderazgo por el nuevo liderazgo mundial, el resultado es el actual escenario de inevitables conflictos comerciales.
Así, se generalizan las medidas antidumping, el uso de derechos compensatorios, las regulaciones sanitarias y fitosanitarias, los subsidios a la exportación y la implementación de cuotas de importación. Este aumento del proteccionismo lleva a acciones de represalias que, en lugar de corregir los desacuerdos, perpetúan la conflictividad. Todo lo cual reduce los beneficios del libre comercio y eleva los costos relacionados con las medidas proteccionistas.
Los desacuerdos comerciales son fáciles de comenzar, solo se requiere una posición encontrada acerca de los beneficios y costos del intercambio de mercancías, la dificultad está en cómo terminarlos en un contexto de difusas reglas al comercio internacional. El mayor riesgo que el mundo enfrenta es que esta conflictividad, en rápido crecimiento, se extienda a nuevos problemas, sectores y regiones, para provocar nuevos y mayores conflictos entre naciones.
Sadcidi Zerpa De Hurtado
@zerpasad
No hay comentarios:
Publicar un comentario