miércoles, 23 de diciembre de 2015

CÉSAR MANZANO, ¡…¿ Y LAS FUERZAS ARMADAS ?...!,

Ya el mandato del pueblo  quedó establecido con claridad meridiana en la jornada cívica del 6D. Con asistencia masiva a las urnas, la sociedad  venezolana dispuso  que una mayoría calificada en el Poder Legislativo asuma sin delación su función controladora y legisladora de acuerdo a las facultades que le otorga la Carta Magna. A tal efecto, la MUD a través de su página en internet, ha informado sobre una agenda inicial de los temas a abordar a partir del 05E, llamada “Oferta legislativa para el cambio”. Demás está decir que dicha oferta aborda las áreas más prioritarias en las cuales se deben echar a andar las soluciones de los muchos problemas que aquejan a todos los ciudadanos de este país. Entiendo que para cada una de estas áreas la MUD debe tener un plan estratégico de acción con sus respectivos planes alternativos a ejecutar de ser necesario.

Sin embargo, me llama mucho la atención que en dicha oferta no aparece por ninguna parte el tema militar. Ni una sola línea sobre las Fuerzas Armadas, lo que a mi entender es un error ya que se trata de un aspecto principalísimo en el camino hacia el cambio, dado que se refiere a una institución fundamental para la existencia del Estado-Nación, la cual ha sido la más dañada en estos tres lustros.  La reconstrucción de la sociedad venezolana, el rescate de sus valores éticos y morales, el necesario reencuentro de la ética y la política, pasa necesariamente por la  recuperación de las FAN como una institución al servicio de la nación, para lo cual se requiere una revisión exhaustiva de los instrumentos legales elaborados durante estos años, cuyo objetivo no ha sido otro que convertir a las FAN en un apéndice del partido de gobierno, en unas “milicias revolucionarias”, en un aparato militar pretoriano que exacerba el culto a la personalidad; todo ello en flagrante violación de la Carta Magna vigente.
Se presenta entonces, en base al mandato que ha otorgado el pueblo el pasado 6D, una oportunidad única no solo para revisar y desmontar lo efectuado en detrimento de la institución militar, sino también para analizar lo que fue la política militar durante los 40 años de democracia, si es que hubo alguna que pudiera calificarse como política de Estado en esa materia. Y digo esto porque en un Estado democrático moderno que se precie de tal, el Parlamento por mandato de la sociedad debe establecer las características del aparato militar que dicha sociedad requiere y ejercer el control positivo del mismo.
En mi opinión, una de las falencias importantes en lo relativo al asunto militar fue la ausencia de una política militar de Estado bien definida, con la suficiente fortaleza institucional que asegurara a la sociedad disponer de un elemento depositario de las armas de la república, con una elevada convicción democrática. Para ello se requiere entre otras cosas, que la dirigencia política que hace vida en el Parlamento tenga un conocimiento profundo del elemento armado, para poder controlar y legislar adecuadamente en beneficio de la nación. A título de ejemplo, que demuestra la falta de conocimiento de las realidades de la vida militar, sucedió que las FAN venían solicitando desde hacía tiempo la reforma de la Ley Orgánica de las FAN (LOFAN), particularmente en lo relacionado a los años de servicio activo que habían sido fijados en 30 años, lo cual acarreaba la pérdida de la experiencia de un recurso humano que debía retirarse a una edad promedio de 51-52 años y que además obligaba a una elevada rotación en los cargos. No fue sino en 1983 cuando por fin se procedió a una reforma de la LOFAN que aumentó los años de servicio activo a 33, pero con una disposición  insólita que estipulaba que ese aumento debería comenzar a ejecutarse a partir del 2013, es decir 30 años después de promulgada la reforma. Siempre se dijo que se había establecido ese límite de los 30 años para evitar la conformación de una “elite” militar en los altos grados que pudiera atentar contra el sistema democrático. Nada más alejado de la realidad, porque las logias que atentaron contra el sistema se conformaron en los cuadros intermedios y subalternos y mientras esto sucedía no se observó alguna actuación del órgano controlador, sobre el Ejecutivo.   
En esta materia del tema militar es ineludible una retrospección, no solo de los últimos tres lustros sino desde el período que arranca en 1958, para entender la importancia que este aspecto tiene en la estabilidad del sistema de gobierno democrático. Para identificar los errores, algunos muy notorios,  en el tratamiento de la organización armada en el sentido que la misma debe quedar definida en todos sus aspectos por la sociedad a la cual sirve. Desde la Asamblea debe surgir con claridad el criterio de que las FAN no son coto cerrado que se misionan a si mismas, sino que son producto de un debate en la sociedad plural a la cual pertenecen.
En mi caso, como corredactor de un Proyecto de Ley Orgánica de la FAN que fue consignado en la AN en el 2000, en el cual se trataban y se presentaban soluciones a los diversos problemas de la organización militar, considero conveniente que esta AN con base en el mandato que la sociedad le ha conferido, incluya en su “Oferta legislativa para el cambio”, lo concerniente al tema militar.
César Augusto Manzano Zavala 
neptuno42@gmail.com
@neptuno42
Caracas – Venezuela

No hay comentarios:

Publicar un comentario