viernes, 29 de marzo de 2019

ENRIQUE CONTRERAS RAMÍREZ, LA SUBALTERNIDAD, OBJETIVO, PROPÓSITO Y FIN DEL SISTEMA EDUCATIVO PARA SEGUIR ENAJENANDO.


La pedagogía que conocemos en su dimensión ideopolítica proyectan un sistema educativo institucionalizado, con maestros institucionalizados y con alumnos institucionalizados, donde se ENSEÑA a imitar y reproducir el modelo dominante. Su pedagogía discursiva y su pedagogía del hacer, sólo responde a la clase que domina y está al servicio del Estado, del partido y de la clase política que gobierna.
  
La subalternidad, esquema de la educación colonial, vamos a encontrar el origen de la sociedad disciplinada para obedecer en medio de la concepción de la subalternidad, bajo el argumento de la misión civilizadora y donde se busca y se obliga, en medio de esas relaciones de poder, que el colonizado manifieste la imagen del colonizador y de esta imposición que perdiera su origen, su identidad y su cosmovisión del mundo. De allí, que en esa escuela se desprendía el proyecto de domesticar y “civilizar” a las poblaciones originarias, en el criterio y la concepción de una educación basada en la idea de repetir, imitar, obedecer, temer y disciplinar. Es así, como se da comienzo a la desindianización, entendida esta como: “un proceso histórico a través del cual poblaciones que originalmente poseían una identidad particular y distintiva, basada en una cultura propia, se ven forzadas a renunciar a esa identidad, con todos los cambios consecuentes de una organización social y su cultura. La desindianización no es resultado del mestizaje biológico sino de la acción de fuerzas etnocidas que terminan por impedir la continuidad histórica de un pueblo como unidad social y culturalmente diferenciada”. (Bonfil Batalla. México Profundo. Edit., DEBOLSILLO. México 20013, pp. 42). 

En éste marco de la sociedad colonial, nace en el subconsciente colectivo latinoamericano el complejo de inferioridad, al creer que todo lo que viene de ese eurocentrismo representa “la verdad absoluta” y por lo tanto hay que asumirla como tal. Por esta situación, es que muchas veces y en múltiples ocasiones aceptamos como verdades absolutas, construcciones teóricas que vienen de ese pasado colonial que arrastramos hasta nuestros días, pero lo peor de todo éste escenario, es que parte de ese “saber” ha construido en la mayoría de nosotros la personalidad de lo que hoy somos, constituyendo un sujeto atrapado y alienado en medio de un “conocimiento” que sólo le sirve al que coloniza, en un proceso donde la única relación social existente es entre dominante-dominado, es ese proceso alienante lo que no nos permite ver nuestra propia sumisión. Y no se nos permite ver, porque en el subconsciente se manifiesta el cuento permanente, como buenos colonizados, que en 1492 el náufrago llamado Colón le  manifiesta a Europa, que nuestro continente Abya Yala estaba constituido por una población de indios que eran caníbales salvajes, sin religión que necesariamente había que civilizarlos, domesticarlos y someterlos para que sirvieran a Dios y a la Corona. 

¿HA CAMBIADO ESE PASADO?

 En medio de ésta realidad, que no han podido ocultar de ese pasado colonial, nuestros modelos socio-económicos de vida, han arrastrado esa vieja concepción y nuestros sistemas educativos han respondido en gran parte a esta situación. La dimensión ideopolítica del pasado colonial, ha cambiado de forma, pero el fondo, el propósito, el fin y el objetivo no se diferencian en nada de ese pasado y encontramos entonces que los modelos de sociedad que se conocen hasta ahora, llámese capitalismo o socialismo, pretenden imponer su pensamiento único, su concepción de la vida, su cosmovisión del mundo, “trasmitiendo” sus “saberes” a los pueblos, no importándoles si el modelo que imponen responden a la realidad de las regiones que pretenden o que quieren dominar, colonizar y para tales fines UTILIZAN la educación como instrumento ideológico para enajenar y ponerla al servicio del modelo propuesto en la misma relación de ese pasado colonial-es decir- una relación entre dominante-dominado, opresor-oprimido, se quiera o no reconocer esta situación. Aquí, es donde entra con mucha vigencia el pensamiento de nuestro Simón Rodríguez: 

“ Dónde iremos a buscar modelos?... -La América Española es original = ORIJINALES han de ser sus instituciones i su Gobierno = i ORIGINALES los medios de fundar uno i otro. O inventamos o Erramos”.

Ambos modelos (socialismo y capitalismo) en su dimensión ideopolítica proyectan un sistema educativo institucionalizado, con maestros institucionalizados y con alumnos institucionalizados, donde se ENSEÑA a imitar y reproducir el modelo dominante. Su pedagogía discursiva y su pedagogía del hacer, sólo responde a la clase que domina y está al servicio del Estado, del partido y de la clase política que gobierna y yo me pregunto: ¿cuál es la diferencia con el ayer? La educación colonial promovía una enseñanza que tuviese un valor UTIL al servicio de Dios y del Estado Metropolitano Español –en otras palabras- UTIL a Dios y al Rey. Hoy, esa educación cambia de forma, pero el objetivo, el propósito y el fin sigue siendo el mismo, los sistemas educativos siguen estando al servicio del llamado ESTADO y de la clase que domina, clase que se encuentra al servicio de manera incondicional a la ideología que dice representar a cambio de cuidar sus propios privilegios.

UNA EDUCACIÓN PARA LA LIBERTAD

 Nuestro Sistema Educativo no puede seguir siendo un acto de enseñanza, donde un maestro institucionalizado le enseña a un estudiante institucionalizado, donde no hay una relación verdaderamente humanística y donde el alumno es simplemente un DEPOSITO, pues el maestro coloca en su cerebro el “conocimiento” que le conviene al que domina en una relación vertical (de arriba hacia abajo), donde no existe el diálogo y el llamado saber institucional es un “conocimiento” impuesto y que debe reconocerse como única expresión de verdad que se deposita en el alumno, es lo que el Prof. Paulo Freire llamaría la concepción bancaria de la educación. Para el Prof. Freire, en mi humilde interpretación, el llamado “conocimiento” no se trasmite, se construye en medio de nuestras propias realidades y es una construcción colectiva, profundamente humana y transformadora. Esa construcción colectiva, llena de amor, esperanza y redención, redescubre la palabra autentica y entiende que esa palabra implica reflexión-acción, conduce a la toma de la conciencia crítica, conciencia crítica que desaliena y que saca de la oscuridad y el silencio tanto al alumno como al docente, en función de transformar las realidades que establecen los estados de injusticia social y ese conocimiento surgido de la reflexión colectiva, de la investigación y del ejercicio real de la búsqueda de la verdad de nuestras propios quehaceres, sirve para eso, para transformar, para cambiar y salir del entrampamiento en que nos han sometido los procesos colonizadores. 

En los niños y adolescentes, se encuentra una realidad que el maestro tiene y está obligado a encontrar, para poder entender la cotidianidad de la vida de sus discípulos, donde él también se encuentra sumergido, esto permitirá a lo que el libertador refiriéndose a las enseñanzas del maestro Simón Rodríguez le indicó: “Ud. guío mis pasos; estos pasos dirigidos muy anticipadamente por Vd. Mismo. Vd. Formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud. Me señaló”.

(TOMADO DEL LIBRO “LA IDEOLOGIA DISFRAZADA DE UTOPÍA” DEL ESCRITOR Y

Enrique Contreras Ramírez
@enriqcontrerasr  

No hay comentarios:

Publicar un comentario