Lo primero que obligatoriamente debemos tener muy claro es que los venezolanos le importamos extremadamente poco a la comunidad internacional, no por ser venezolanos en sí, sino que en la comunidad internacional lo que rige son los intereses económicos, financieros y la lucha antiterrorista, del resto poco motivan otros factores. Un pueblo puede atravesar hambruna o falta de medicinas a consecuencia de un régimen despiadado, corrupto e inepto, pero ello no da motivos para intervenciones, es algo como “¿Quién los manda a elegir semejantes onagros?” sin embargo, cuando ese país comienza afectar a sus vecinos o la región entera la cosa cambia.
Fíjense, el mundo comenzó fijar su mirada en nosotros cuando en 2016 el chavismo burló burdamente el revocatorio, luego en 2017 fuimos noticia cuando se impuso cavernícolamente la ANC, aguas abajo las pantomimas electorales terminaron de deslegalizar y deslegitimar a un chavismo en injusto extraining. Estos dos años hicieron que el planeta entero se fijara en nosotros, pero hasta ese entonces el primitivismo reinante en Venezuela era problema solo de los venezolanos.
El chavismo hasta el 10 de enero de 2019 era reconocido como gobierno y bajo esa condición podía imponer agenda ¡ya no! todo cuanto tiene es ilegal e ilegítimo, es por ello que ha tenido que recurrir como nunca antes a la violencia institucionalizada, además de “ayudas” directas de sus aliados internacionales como Rusia, Cuba, Irán, Turquía, entre otros, pero he ahí el dilema, según Estados Unidos, se ha detectado presunta participación de grupos terroristas islámicos que ponen en jaque la región, así como guerrilleros colombianos, sin mencionar más acusaciones por narcotráfico y una atroz corrupción globalizada.
Por si fuera poco, la migración de venezolanos los últimos años se ha disparado vertiginosamente, lo que ha logrado desestabilizar economías de otras naciones. Así, las presuntas vinculaciones con grupos/células terroristas, narcotráfico, corrupción globalizada y un éxodo perturbador son los motivos reales para que la comunidad internacional haya decidido actuar, más por ellos mismos que por nosotros… tengamos eso bien claro.
Mientras en el país los problemas empeoran con el pasar de los días, el régimen no quiere los venezolanos protesten, marchen, ni que se concentren, tampoco permite elecciones apegadas a la constitución, cada vez restringe mucho más la libertad de prensa, de opinión, reprime y encarcela a sus detractores pulverizando el debido proceso, es decir, eliminó de raíz todas las vías democráticas y pacíficas de resolución de conflictos, desea imponer otro diálogo dónde él sea el único que habla y proponga, sin derecho a que nadie contradiga sus órdenes… a diferencia de los otros “diálogos” el que hoy propone lo hace sin tener el más mínimo atisbo de legalidad ni legitimidad ¿Tiene sentido?
Hay muchos analistas políticos notables que (asombrosamente) aún creen el chavismo accederá decentemente dejar el poder que usurpa, parece 20 años del más depurado castrismo no les ha enseñado nada. Entre muchas cosas más, ha enseñado que los venezolanos no podemos solos, nos enfrentamos a un régimen que usa todo lo que está a su alcance para preservar el poder al precio que sea, maniatando una población desarmada, amante de la paz.
Por ello, es imperiosa la labor de la diplomacia internacional y todas sus presiones, el chavismo solo accederá dejar el poder que usurpa cuando comprenda que, finalmente y en serio, los venezolanos ya no estamos solo… sepa estimado lector que ¡Lo está comprendiendo!
Leandro Rodríguez Linárez
@leandrotango
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