Conocí de niño un famoso cuento árabe que habla de un señor Alí y sus cuarenta amigos. Luego leí de Jorge Luis Borges cuando afirmaba que mucho de cuanto se diga y haga en política en nuestro continente tiene origen en los cuentos orientales. Hoy el secretario de Estado Mike Pompeo, le da la razón a Borges cuando nos narra un exagerada fábula miliunochezca sobre Venezuela. Y en declaración al Washington Post afirma rotundamente que le consta que “no menos de cuarenta figuras políticas opositoras se creen legítimos sucesores del presidente Maduro”. Y, en el caso de una hipotética salida del poder del mandatario, aspiran a la presidencia.
Lo que sigue es una realidad que supera todo intento por entender la duda cartesiana que desarrolla sobre el tema el Sr. Mike. Grave, pues quien habla lo hace a nombre del Estado más poderoso del mundo. Sobre todo cuando expresa un pensamiento que es pieza de antología para tratar de entender su dilema y el de la oposición venezolana.
Se hace una pregunta: ¿cómo mantener unida la oposición? Y agrega otra perla que a modo de subsíntesis es algo sorprendente para un “estadista” como él: “Reconozco que mantener la unidad de la oposición es diabólicamente difícil”. Sorprende. Un funcionario que manejó, varios años, la CIA conoce de miles de asesinatos que esa Agencia ha debido llevar a cabo para “mantener la democracia del mundo”. Venga ahora a calificar a estos cuarenta jóvenes libertadores de nuestra oposición y atreverse a llamarlos diabólicos. Es una exageración.
El remate de la declaración de Mike suena a chiste: “En el momento que Maduro se vaya todos dirán, llévame a mí soy el próximo Presidente de Venezuela”.
Reconoce que su principal problema -desde que es jefe de la CIA- es lograr la unidad de la oposición venezolana. Mas aún expresa, no ha conseguido unidad firme de apoyo alrededor del autonombrado. Estima que “la situación con el parlamentario sigue siendo tenue”. RAE define: Que es poco intenso o perceptible. Muy delgado o fino.
También se entiende que cuarenta estén “afanaos” por la candidatura mientras otros cuarenta estén dedicados a cosas más productivas como cazar en cualquier lugar del planeta donde tenga Venezuela propiedades, petróleo, oro, o lo que sea para “apropiárselas”. Es la noble pelea de cuarenta vengadores por recobrar la democracia. Por ahora, que el autoproclamado espere su turno y siga con el tuit, ellos tienen asuntos que resolver.
Tulio Monsalve
@TutuMonsalve
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