miércoles, 2 de octubre de 2019

LEANDRO RODRIGUEZ L.: HIPOGUAIDISMO

Con un impresionante apoyo popular, Juan Guaidó llegó ser la figura política más respaldada por el pueblo venezolano en toda su historia, dejando atrás y por mucho a CAP I, Caldera II y Chávez 98, el oriundo del Estado Vargas (hoy La Guaira) alcanzó un respaldo que sobrepasó el 80%. Las circunstancias hicieron que constitucionalmente asumiera la presidencia interina de la república de manera “alargada”, pues la misma (des)institucionalización que generó la falta absoluta del ejecutivo nacional no puede ser la que rija otro proceso electoral ensombrecido.  

Ello no quedó hasta allí, internacionalmente se reflejó el magnánimo apoyo, las naciones, los continentes, las organizaciones más determinantes e influyentes del planeta le brindaron apoyo a Guaidó, toda vez que su causa no solamente era justa, sino apegada a la letra de nuestra constitución, a la democracia. Ello continúa siendo así, recientemente, el domingo 29 de septiembre, Austria brindo apoyo a su interinato.  

Ahora bien, están los formalismos legales y los legítimos, sin embargo, la real realidad impide instrumentar esos avances, pues el castrismo venezolano retiene el poder a través de la violencia institucionalizada, colocando al pueblo venezolano en doble desventaja; impide reciba los beneficios de la gestión del interinato y, desde hace más de 20 años, es víctima de las tragedias de la gestión roja rojita, anegadas en controles, racionamientos y condicionantes a nuestras libertades y derechos, además de imponer el castrismo en el país, sistema de gobierno paradisiaco para gobernantes y su entorno, una pesadilla para el pueblo.  

La falta de resultados transformables en calidad de vida para los venezolanos pasa factura, el hiperguaidismo se está transformando en hipoguaidismo… y con sobrada razón, en política lo que finalmente cuenta son los resultados palpables ¡Ojo! ello no implica que el chavismo capitalice esa insatisfacción, al contrario, el castrismo venezolano incrementa vertiginosamente su endémico rechazo.  

3 meses le quedan a Guaidó, o deberían quedarle, con semejante apoyo interno y externo, su hoja de ruta no ha sido cumplida, sabemos su enemigo es desalmado, no le tiembla el pulso para usar todos los recursos con que cuenta, pero desde el momento de asumir su posición circunstancial todo ello era consabido. Sí llega enero 2020 y persiste la usurpación, la presidencia AN debería recaer en otra figura, nos gustaría reposara en un diputado (a) de “Vente” ya que María Corina Machado es la única lideresa que ha sabido descifrar al castrismo venezolano, llamando las cosas por su nombre, sugiriendo salidas ajustadas a la naturaleza del momento.  

Atendiendo al paraconstitucionalismo reinante, Guaidó debería ocupar exclusivamente su presidencia interina/provisional hasta que se retome la institucionalidad y se puedan adelantar elecciones en condiciones óptimas, insistir en procesos electorales con condiciones mínimas es de idiotas o de tarifados, perdónennos la franqueza. De este modo, Guaidó pudiera preservar todo el andamiaje de su gobierno, sobre todo, a nivel internacional, con los cambios que se requieran.  

No olvidemos, el chavismo se autoeliminó por crear ficticios líderes supremos, comandantes eternos, una falsa unión cívico-militar que no es más que militar-militar, todo ello apadrinado por una militancia obligada a dar infinidades de oportunidades a los mismos personeros de siempre, a quienes se les mendiga furtivas ayudas sociales que no hacen más que esclavizar a la pobreza. Sí Guaidó no cumple de aquí al 5 de enero 2020 debe ser sustituido de la cabeza de la AN y dar paso a otra gerencia como resultado de un consenso estratégico. Político o gobernante que no cumpla debe ser sustituido, ese es el secreto de las democracias perfectibles… punto. 

Leandro Rodriguez 
@leandrotango  

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