Las *economías emergentes (EE)* han de entenderse como aquellas que se encuentran en una transición entre los países en vías al desarrollo (etapa intermedia del pleno desarrollo) y los desarrollados (altamente industrializados);siendo denominados como *países del tercer mundo* (poco avanzados tecnológicamente y dependientes de la exportación de materias primas y productos agrícolas).
Tales *EE* “no tienen los recursos ni la flexibilidad política para responder con efectividad” (Informe Congreso EEUU, marzo 2020), hecho que facilita anticipar, cara al virus, *defaults y crisis de deuda* dinamizado por una *salida de fondos*, que a la presente fecha duplica la caída experimentada en 2008-2009; al tiempo que el *precio de los commodities* , referidos a mercancías y materia prima, han caído cerca de un *30%* ubicándose en su *nivel más bajo desde 1986*; lo cual se ha traducido en un *aumento del desempleo* (tanto de la mano de obra como de la capacidad instalada) en un contexto donde a las familias y empresas se les *dificulta pagar sus deudas*, hecho que se traduce en una *baja de los activos financieros de la banca* (derecho sobre los activos reales y el efectivo del ente emisor) con el subsecuente impacto sobre la *solvencia bancaria* (capacidad económica para hacer frente a sus obligaciones) y sobre la *liquidez bancaria* (capacidad para obtener recursos líquidos por intermedio de la explotación).
Los países en *vías al desarrollo* (una cuarta parte del mundo ), enfrentan una situación que pudiere convertirse en una *recesión profunda y prolongada* de mayor intensidad que la sufrida durante la crisis financiera mundial del 2008-2009, habida cuenta del colapso de los precios de los productos básicos y por ende al estancamiento de las economías locales (domesticas) como consecuencia de su *vulnerabilidad socioeconómica* (muy especialmente del sistema de salud)ante el colapso de sus tradicionales mercados de exportación, en conjunto con la *retirada masiva de capital* e igualmente por una reducción de ingresos impulsado por la caída del precio de los commodities, así como del turismo.
En fin, las *EE* están enfrentando una *tormenta de problemas financieros* , que en lo respecta a *Venezuela* habrá de traducirse en *nefastas y sensibles consecuencias* habida cuenta de su *maliciosa economía política* (desarrollo de las relaciones sociales de producción, inherentes a la distribución de la riqueza, el cambio y el consumo de bienes) impuesta de manera *semi-dictatorial* en los últimos veinte años , hasta haber conducido (¿?) al país a los peores puestos en materia de progreso y desarrollo a nivel mundial; al punto de *”sobrevivir”* (a la par de sus conductores) gracias a su *economía negra* (transacciones monetarias encubiertas) en un escenario donde la economía ha caído durante *¡24 trimestres consecutivos!* reduciéndose la producción de bienes y servicios por *encima del 72%* en los últimos *6 años*, al tiempo de perder su condición de *”país petrolero”* al caer la producción a *unos 500.000 b/d* a un precio de venta real (ajustado por lo pagado a los comisionistas vendedores) de *16 US$ el barril*.
Es de manifiesta obviedad, que *Venezuela* tendrá, irreversiblemente, que acudir ante los organismos multilaterales y la banca privada internacional en aras de solicitar un *apoyo financiero de alta cuantía*; cuyo potencial logro estará supeditado a un previo *restablecimiento de la institucionalidad democrática*.
Jesus Alexis Gonzalez Ponce
<jagp611@gmail.com>
@JesusAlexis_Gon
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